Hola a todos!, haciendo un esfuerzo sobrehumano, logre terminar el epílogo a pesar de mis clases en la universidad, tal y como prometí, aquí esta, el desenlace definitivo de esta historia, sin afán de aburrirlos, los dejo con este capítulo especial de Misterios

Nuestro futuro… juntos, como siempre debió ser

Dos años, dos largos años pasaron desde aquel caso que increíblemente los unió, un año desde que Mai se entró de la verdadera identidad de Naru, cabe resaltar que estuvo a punto de mandarlo a… al diablo, por ocultarle algo como eso, el pobre tuvo que hacer muchos meritos para que ella vuelva a la oficina, por que se había marchado, y muchos más aun para que volviera a dirigirle la palabra, poco después logro acercarse más a ella, podría decirse que tuvo que reconquistarla, labor que no le resulto nada fácil, puesto que cuando Mai se enojaba, no había poder humano que la hiciera cambiar de opinión, después de trabajo duro, constantes detalles por su parte, logro obtener el ansiado perdón de su ahora novia, sin embargo, su relación no había cambiado mucho, Naru seguía siendo el mismo narcisista de siempre, y Mai siempre lo regañaba por eso, causando la risa general en el lugar, para todos era extraño y gracioso a la vez, ver al gran Naru, director de SPR siendo regañado, aunque a él no parecía molestarle, al contrario, le encantaba que la chica le reclamase por su actitud, pero lo que más le gustaba era la forma en que la callaba, un beso bastaba para detener los insultos provenientes de Mai, que caía rendida ante él, para todos los miembros del equipo, ese beso no era más que la invitación a retirarse, sabían por experiencias anteriores que no debían interrumpirlos, en especial Lin, que siempre tenía la mala fortuna de llegar en momentos nada oportunos, llevándose fuertes reclamos por parte del joven director, a pesar de los reclamos de Masako que aun no renunciaba al muchacho, siempre los dejaban solos, esa noche fue igual, se marcharon dejando a la pareja en medio de un apasionado beso, Naru no parecía contentarse con nada, sentía la necesidad de tenerla cerca, de hacerla suya, de marcarla como si fuera de su propiedad, de mostrarle a cualquier hombre que ella tenía dueño, eso incluía a bou-san por supuesto, que encabezaba su lista de rivales, sí, a pesar de los años, aun tenía un fuerte deseo de asesinarlo cuando Mai le sonreía, este comportamiento resultaba cómico para la chica, solo a Naru se le podía ocurrir sentir celos del monje, que desde hacia tiempo estaba detrás de Ayako, de pronto, sintió como el muchacho la acorralaba contra uno de los muebles de la sala, sabia como terminarían las cosas, y no es que le molestara, al contrario, le agradaba saber que Naru se comportaba así solo con ella, sin embrago, un ligero mareo rompió el mágico momento, un ligero temblor sacudió su cuerpo, sus piernas empezaron a fallarle, siendo sostenida por el muchacho.

-Mai –la llamo- te encuentras bien?

-Si –respondió con una ligera sonrisa- fue solo un mareo, no te preocupes, debe ser por cansancio, no hemos descansado desde el último caso recuerdas?

-Es verdad –respondió ayudándola a acomodarse en el sofá para luego sentarse a su lado- te parece bien si tomamos unas vacaciones?

-Estás enfermo? –Cuestiono un tanto sorprendida, colocando su mano en la frente del muchacho para verificar que no tuviera fiebre- parece que no

-Muy graciosa –replico el aludido cogiendo las manos de la chica entre las suyas- hablo en serio Mai, unas vacaciones, solos tu y yo

-Y que pasara con SPR? –Cuestiono un tanto preocupada- a tu padre no le gustar que lo descuides

-Bou-san puede hacerse cargo –afirmo mientras la atraía hacia su cuerpo, abrazándola ligeramente- mi padre está de acuerdo, quiere conocerte

-He! –exclamo separándose de golpe del muchacho- co-como qu-que e-el que!

-Tiene algo de malo? -cuestionó mirando fijamente a la chica, causando un notorio sonrojo en sus mejillas- quiero que te conozcan Mai, dice que quiere ver a la única mujer que ha logrado domarme –agrego con una ligera sonrisa en el rostro- que dices? , viajarías conmigo a Inglaterra?

-Yo no… no sé qué decir, esto es…-trataba de decir agachando la mirada-

-Inesperado? –Cuestionó mientras hacía que lo mirara- es verdad, pero quiero presentarles a mi prometida

-Naru… un momento! -exclamo- di-dijiste pro-promet…

-Prometida –afirmó mientras se arrodillaba ante ella, tomando la mano izquierda de la chica entre las suyas y sacaba una cajita de terciopelo de su bolsillo- Taniyama Mai, me harías el honor de casarte conmigo? –cuestionó un tanto nervioso por su respuesta, una de las pocas veces que se sentía así- y bien?

-Y-yo… -trataba de articular palabra, pero se atoraban en su garganta-

-No tienes que hacerlo si no quieres –dijo bajando un poco la mirada- no quiero presionart…

La frase del muchacho fue cortada al instante por los labios de Mai, que al no encontrar las palabras correctas para responderle, opto por eso, la mejor manera que tenia de expresarle sus sentimientos, Naru correspondió a la invitación de la chica, que abrió ligeramente los labios, dándole permiso de invadir su cavidad, saboreando cada rincón de su boca, al cabo de un rato se separaron, jadeantes y sonrojados.

-Supongo eso es un… si? –Cuestionó sin separarse mucho de la chica, estando lo suficiente cerca para que sus alientos se mezclaran-

-Tú qué crees? –Pregunto divertida mientras sus brazos se deslizaban por la nuca del chico- es un rotundo y perfecto si

-Gracias Mai –susurro mientras la besaba y al mismo tiempo deslizaba el anillo de compromiso en el dedo de la chica- Te parece bien – sugirió el muchacho entre besos- que vayamos a ver a mis padres en dos semanas?

-Perfecto –respondió mientras Naru la recostaba en el sofá- estamos ansiosos hoy cierto? –Bromeo mientras jugaba con su negro cabello-

-Más que ayer –contesto mientras la besaba con pasión-

-Espera –replico deteniéndolo- estamos en la oficina

-Y eso que –dijo mientras la besaba- es MI oficina

-Sería mejor en mi casa no crees? –Susurro muy cerca de su oído- estaremos más cómodos

-En marcha –ordeno mientras cargaba a la chica en forma nupcial y bajaban las escaleras- No dormirás esta noche -susurro al oído de la chica-

Llegaron al apartamento de Mai en cuestión de minutos, apenas atravesaron la puerta, la puerta, Naru la tomo en sus brazos, llevándola directamente a su habitación, los minutos transcurrieron, convirtiéndose en horas, trayendo consigo la oscura noche, envolviendo a la joven pareja, que se entregaba como cada noche desde hace un tiempo atrás, liberando todos los sentimientos y emociones que llevaron guardadas durante tanto tiempo…

Los rayos del sol se filtraban por las ventanas del apartamento de Mai, despertando a la pareja, que presa del cansancio se habían quedado dormidos allí, el primero en reaccionar fue Naru, que decidió no moverse, le fascinaba despertar al lado de Mai y apreciar su belleza mientras dormía, acaricio ligeramente su rostro, causando un ligero estremecimiento en la chica, que abrió ligeramente los ojos al sentir los labios de Naru sobre los suyos.

-Buenos días Mai –susurro a su oído-

-Buenos días –respondió mientras lo besaba ligeramente-

-Como dormiste? –Cuestiono mientras la abrazaba- te sientes mejor

-Mejor? –Cuestiono un tanto confundida-

-Ayer tuviste un mareo –replico mientras besaba su desnudo hombro- eso no fue normal

-Ah eso? –Respondió con una sonrisa- no fue nada, solo cansancio

-Si tu lo dices –hablo el varón- quieres algo de desayunar?, esta vez yo lo preparare

-Tu cocinando? –Cuestiono Mai con burla- eso tengo que verlo

-Solo espera –dijo mientras se levantaba de la cama y se colocaba sus pantalones- no hay nada que no pueda hacer

-Ahí va de nuevo el narcisista –replico con afán de molestarlo-

-Muy graciosa

-Ya vete tengo hambre –ordeno mientras se levantaba de la cama con la sabana cubriendo su cuerpo- que me ves?

-Puedo quedarme un rato mas –susurro a su oído mientras la apretaba contra su cuerpo- aun es temprano

-A la cocina –replicó la chica empujándolo fuera de la habitación- cuando salga de la ducha quiero mi desayuno

Naru solo sonrió, dirigiéndose a la cocina para por lo menos intentar cocinar algo decente, al cabo de unos minutos se dio cuenta de que la cocina no era lo suyo, para cuando Mai entro al lugar, se encontró con un Naru salpicado por algo que parecía ¿salsa de tomate?, no sabía que habría querido hacer con eso, y era mejor no preguntar, lanzo un cansado suspiro, y se acerco al muchacho, apartándolo lo más posible de su indefensa cocina.

-Y donde esta mi desayuno? –Cuestionó divertida al ver lo que parecían los restos de huevo quemado en la sartén- no es ese cierto?

-Creo que tendremos que pedir algo por teléfono –respondió con una sonrisa un tanto nerviosa, en verdad había convertido en una zona de guerra la cocina de Mai-

-Ve a ducharte –replico la muchacha mientras lo besaba ligeramente- tendré todo listo para cuando salgas

Naru asintió y se fu al cuarto de baño, no sin antes claro darle un nada tranquilo beso a la chica, dejo que el agua fría corriera por su bien formado cuerpo, mientras recordaba todos los sucesos de su vida desde que conoció a Mai, en verdad ella había puesto de cabeza su mundo, su pacífico y tranquilo mundo, antes estaba solo, apenas y contaba con la compañía de Lin, ahora los tenía a ellos, al pesado monje que no termina de convencerlo, a la miko que disfrutaba molestándolo, a la médium que siempre estuvo tras él, al calmado sacerdote, y la tenía a ella, a su Mai, la única que había logrado cautivar su solitario corazón…

La voz de la chica llamándolo hizo que reaccionara, seco su cuerpo del agua que aun permanecía en el, cambio su ropa por un juego que tenía en la casa de Mai, ya era su costumbre pasara la noche ahí, por lo que parte de su ropa estaba en el armario de la chica, se reunió con ella, desayunaron como una pareja de recién casados, con Mai contando las anécdotas de los casos, y Naru sonriendo ligeramente ante las ocurrencias de la chica, terminaron de comer y lavaron los platos, Naru parcia estar pegado a Mai puesto que no se separaba ni un solo instante de ella, salvo cuando estaban en la oficina, no entendía como podía reprimirse tanto frente a los demás, al cabo de unos minutos, salieron del apartamento con dirección a la oficina de SPR.

Decir que la noticia de la boda los tomo por sorpresa a todos seria quedarse corto, Masako estuvo al borde de un infarto, los demás necesitaron varios minutos para recuperarse del shock, fue algo inesperado, y a la vez predecible, bastaba con espiarlos cuando se encerraban en la oficina del pelinegro para saber que esto sucedería, pero nunca creyeron que fuera tan pronto, pasado el revuelo, felicitaron a la pareja, todos salvo Masako, que se mantuvo reacia a acercarse, aunque en el fondo ya se lo esperaba. Los días pasaron, y los malestares de Mai continuaban, no se mostraba así frente a Naru, pero los constantes mareos y las ultimas nauseas la tenían un poco preocupada, acompañada por Ayako, su confidente y amiga, decidieron ir a un médico, a escondidas de Naru, antes de ir de viaje, Mai se realizo los análisis correspondientes, creyendo que podría ser una anemia, sin embargo los resultados la dejaron en shock

-Felicidades señorita –dijo el médico entregándole los resultados- usted está embarazada, tiene mes y medio de gestación

El mundo se le vino abajo, que le diría Naru?, querría él un bebé?, y si la abandonaba?, esa y más dudas surgieron en su cabeza siendo notada por Ayako, que la saco inmediatamente del consultorio, llevándola a un café, tratando de clamarla, pues la veía muy alterada.

-Estas bien Mai? –cuestiono la miko, por que te pones así?

-No lo entiendes Ayako! –Exclamo al borde de las lagrimas- que voy a hacer con un bebé!, como se lo voy a decir Naru, nada de esto estaba en nuestros planes, el… él pensaba retomar sus estudios en la universidad, y ahora con esto… no sé que voy a hacer –agrego cubriéndose el rostro con las manos, evitando que la viera llorar

-Primero debes calmarte Mai –sugirió la miko abrazándola- Naru no es de los que abandonan sus responsabilidades, el se hará cargo del niño

-Pe-pero yo… yo no quería que esto fuera así –replico llorando en el hombro de su confidente- no quiero que esté a mi lado solo por esto!

-Mai –la llamo brindándole una sonrisa- el te ama, se le nota por encima, puede ser un narcisista explotador, orgulloso y engreído, pero te quiere, y sé que también querrá su hijo, además se van a casar no? –Cuestiono- es parte del matrimonio tener hijos, solo se adelantaron un poco

-Ayako… -susurro la chica dejando de llorar lentamente-

-Arriba esos ánimos Mai –replico sobándole la cabeza, desordenando sus cabellos como si fuera una niña- debes decírselo, si es posible, esta misma noche

-D-de acuerdo –respondió secándose los rastros de sus lagrimas- hablare con el hoy mismo

Ayako sonrió dándole confianza a la chica, no sabía cómo es que Naru tomaría la noticia, ni si la apoyaría, quería creer que si, regresaron a las oficinas de SPR, siendo recibidas por el resto del equipo, que se encontraban recibiendo las ordenes que el muchacho dejaba para cuando se fueran de viaje, Ayako sonrió alegremente al grupo, mientras que Mai solo pudo emitir un hola, pasando desapercibida por todos, menos de la mirada atenta de Naru, que con solo verla entrar supo que algo no andaba bien, trato de hablarle todo el día, pero la chica parecía distante, desconectada del lugar, al caer la noche, Ayako se llevo a los presentes, incluyendo a Lin, dejando a la pareja solo de nuevo.

-Que sucede Mai –susurro el muchacho a su oído abrazándola por la espalda-te he notado muy extraña

-Ha-hay algo que está pasando Naru –logro articular sin darle la cara, preocupando al pelinegro-

-Me estas preocupando Mai –replico colocándose frente a la chica, haciendo que lo viera- pasa algo malo?, estas enferma?

-N-no es eso –susurro bajando la mirada, mientras una lagrima amenazaba con salir- es… es que… yo… yo estoy…

-Mai –la llamo alzando su rostro, encontrándose con la mirada cristalizada de ella- sea lo que sea puedes decírmelo –susurro mientras la abrazaba- somos pareja recuerdas?, estaré aquí para apoyarte

-E-Estoy… estoy embarazada –soltó de repente, cerrando los ojos, y aferrándose con fuerza al pecho de Naru- no… no fue mi intención… yo… yo no… tus planes de la universidad… todo… yo… lo siento –agrego mientras sollozaba con más fuerza- perdóname… no tienes que hacerte carg…

-Tonta –susurro de repente, apartando a Mai de su pecho y mirándola a los ojos- has estado así solo por eso? –agregó con una sonrisa… ¿tierna?-

-N-no estás…

-Molesto? –Cuestiono con la misma sonrisa en el rostro- claro que no Mai, por que debería de estarlo, eres la mujer que amo, y vas a darme un hijo, que mas podría pedir? –Agrego mientras la abrazaba nuevamente- ahora solo debemos adelantar la boda, mi madre estará feliz de tener un nieto pronto

-Naru… -susurro mientras lágrimas se deslizaban por sus mejillas-

-Cuantas veces debo decir que no me gusta verte llorar –replico con fingida molestia mientras secaba el rostro de la chica- concebir un bebé es cosa de dos Mai, no solo fuiste tú, yo también hice mi parte –agregó con una picara sonrisa, para luego besarla- y no me arrepiento de nada, tu si?

-No -replico mientras se aferraba nuevamente a él- no me arrepiento de nada

-Ahora señorita – ordeno Naru- nos vamos a casa, usted tiene que descansar, el bebé lo necesita

-E-espera! –Replico mientras era cargada por Naru en forma nupcial- puedo caminar, estoy embarazada no enferma

Naru solo sonrió, Mai se dejo consentir y bajo las escaleras en brazos de su futuro esposo, captando la atención de muchas persona que veían extrañados la escena, sin prestarles atención, Naru subió a la chica a su auto y arranco con dirección a la casa de Mai.

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, para cuando Mai se dio cuenta, ya estaba en un avión camino a Inglaterra, vería a sus futuros suegros dentro de un par de horas, a pesar de que Naru le había dicho que estaban felices por tener un nieto, no podía evitar sentirse nerviosa, al cabo de un tiempo llagaron a Inglaterra, Naru la llevo hasta su casa, presentándola como su prometida, los señores Davis estaban encantados con ella, Luella Davis, la madre de Naru era la más emocionada, no dejaba de atosigar a la pareja de preguntas, mientras su esposo Martín Davis trataba de contenerla un poco, Luella mostro fotos de Naru cuando era pequeño, y conto ciertas anécdotas vergonzosas del pelinegro, que no hacia más que suspirar ante las ocurrencias de su madre.

-Escogiste una buena mujer hijo –dijo de pronto Martin- tiene un carácter muy similar al de tu madre, ahora entiendo por qué logro domarte -agrego con una ligera sonrisa-

-Ella… ella es la mejor que me ha pasado –explico a su padre sin que las mujeres los oyeran- gracias por aceptarla

-Es una buena chica –replico el mayor- supongo que te quedaras en Japón verdad?

-Si –respondió el pelinegro- toda su vida, sus compañeros, todo lo que es ella, está allí, no quiero forzarla a venir a este país

-Me alegra ver que has madurado

-Todo es gracias a ella –contesto mientras veía como Mai se burlaba de una foto que Luella le enseñaba-

-Oigan vengan aquí –llamo Luella- no sean amargados

Ambos, padre e hijo se miraron, lanzando un ligero suspiro, seguido de una pequeña sonrisa, en verdad esas mujeres se parecían. Permanecieron alrededor de una semana en el lugar, luego de ese pequeño lapso de tiempo decidieron volver a Japón, despidiéndose de la familia de Naru, nada podía ser mejor, gracias a la ayuda de su padre, la boda estaría lista en un par de días, los preparativos se hicieron a un velocidad de vértigo, con gente corriendo de aquí para allá, Ayako ayudando a Mai, los chicos corriendo con los arreglos de un lugar a otro, en resumen, fue toda una revolución, llegado el ansiado día, las cosas marcharon a las mil maravillas, Naru esperando frente al altar a la mujer con la que compartiría el resto de su vida, la que dentro de unos mese le daría un hijo. Se quedo sin aliento al ver a Mai entrando por la puerta del lugar deslumbrante y hermosa, un ángel en todo su esplendor, su ángel, con un vestido largo de color blanco, y un ligero sonrojo en sus mejillas, que la hacía ver más hermosa según la perspectiva de Naru. Para cuando el ansiado "Si acepto" llego, pudieron oírse el llanto de bou-san, que lloraba de felicidad al ver como su pequeña Mai era ahora una mujer casada, las felicitaciones de Ayako, la bendición de John, las felicitaciones de los padres de Naru, la fiesta de despedida antes de la luna de miel fue inolvidable para ellos, todas su amistades presentes, sus compañeros, familiares, en resumen, un día grandioso para la pareja, pero como dicen por ahí… no todo es perfecto, y Naru lo aprendería muy bien.

Cualquiera sabría que un embarazo es difícil, en espacial para la madre, que es quien sufre los dolores, pero Naru descubriría que el padre, según el, es quien lleva lo peor, salir a las dos de la mañana para buscar un helado de menta con chispas de chocolate, una piza con anchoas a las 12 de la noche, una bendita empanada de carne a las tres de la mañana, serian las primeras penurias que pasaría durante el periodo de gestación de Mai, cada antojo era peor que el anterior, a quien se le ocurriría comer pizza con malteada de chocolate y helado de postre, solo a ella, a su mujer, a veces creía que su hijo no era humano, y lo peor era que cuando se tardaba un par de minutos de mas y llegaba con la lista extravagantes pedidos, a ella ya se la había pasado el antojo, y quería algo más extraño qu lo anterior, a veces se pregunta si su hijo era humano, sin embargo, le bastaba una sonrisa por parte de Mai mientras comía sus extraños pedidos para que su molestia se esfumara, quien diría que el embarazo podía ser tana traumático para un hombre…

Los mese pasaron rápidamente, y en un abrir y cerrar de ojos, Mai estaba en la sala de partos, lanzando todo tipo de maldiciones e insultos contra el desgraciado que había osado embarazarla, Naru permanecía nervioso en la sala de espera, ansioso por noticias de la chica, al cabo de un tiempo se oyó el llanto de una criatura, creyendo que todo había pasado pudo respirar tranquilo y sentarse en uno de los muebles del lugar, sin embargo, una nueva serie de insultos por parte de la castaña lo alarmo, estaba desesperado, necesitaba tener noticias, sus compañeros trataban de calmarlo, pero al igual que él, estaban sorprendidos por el nuevo grito de su amiga, al cabo de unos minutos, se oyó un nuevo llanto en la sala, Mai no lloraba como un bebé así que solo quedaba una opción…

-Señor Davis –llamo una enfermera saliendo de la habitación, podrá pasar a verlos una vez hayan sido trasladados a una habitación, aunque su esposa estará sedada podrá ver a los niños

-L-los niños? –cuestiono aun aturdido por la noticia- so-son

-Son dos señor Davis –respondió la chica- felicidades, su esposa dio a luz mellizos

Naru estaba en shock, las ecografías no mostraban a dos niños, o por lo menos eso es lo que él creía, eso demostraba que las maquinas no siempre tenían la razón, decidió entrar para constatar lo dicho por la mujer, al hacerlo, encontró a una adormilada Mai, que abrazaba a dos pequeños niños envueltos en una manta, se acerco sigilosamente, siendo recibido por una cansada sonrisa por parte de la chica, el tomo en sus brazos a los pequeños, un niño de cabello negro y ojos color chocolate y una niña de oscuros cabellos, y ojos del mismo color, Mi trato de decir algo, pero Naru la detuvo, sellando sus labios con un ligero beso

-Descansa –pidió- fue un trabajo muy duro

El muchacho solo cerró los ojos, cayendo presa del sueño y el cansancio, mientras que el padre de sus hijos estudiaba con la mirada a ambos pequeños, sentándose a un lado de la cama esperando a que ella abriera los ojos, y darle su acostumbrado buenos días…

Tres años pasaron desde ese día, ahora estaban en el parque, observando cómo los pequeños Eugene, como habían nombrado al varón, y la pequeña Alice jugaban alrededor de sus padres.

-Aun me parece increíble –dijo Mai mientras caminaba cogida de brazo de su esposo-

-Pues ya deberías haberte acostumbrado -susurro a su oído- ahora estamos los cuatro juntos, nuestra familia ha crecido

-Te equivocas –dijo mientras e paraba frente a él -ya no somos cuatro, seremos cinco –agregó en un susurro mientras se alejaba de él y alcanzaba a sus niños que habían salido corriendo-

Naru sonrió ante la idea de ser padre nuevamente, tal vez tendría que correr en pijama a las dos de la mañana buscado pizza con mermelada, o cualquier otra rareza que ella le pidiera, pero valdría la pena solo por verla sonreír, una nueva etapa comenzaba en su vida, un nuevo reto se presentaba, uno que estaba dispuesto a cumplir.

Oyó el llamado de Mai a lo lejos, alzó la vista para encontrarse con ella en medio de sus pequeños, que la jalaban de un lado a otro, camino con parsimonia hacia ellos, recordando con melancolía el caso que había marcado un antes y un después en su vida, el caso que lo había unido a su mujer, la pelea que tuvo que enfrentar por ella, el misterio que logro resolver para salvarla, muchos sentimientos encontrados nacieron en su interior, se acerco a ella y cogió su rostro entre sus manos, besándola con ternura, con amor, ese amor que no se apago a lo largo de esos años, y que no se apagaría jamás…

Notas de la autora

Y así llegamos al final, este será el ultimo episodio de este pequeño fic, espero no decepcionar a nadie, y con respecto a la sugerencia de una segunda temporada… lo pensare, pero por ahora me centrare en los otros fics XD, como siempre gracias los preciados comentarios que me dejan, espero recibir sus opiniones sobre este epilogo, para saber si les gusto este desenlace, sin más que decir me despido, cerrando esta etapa, terminando este fic, nos estamos leyendo en mis otras historias, si dios y sus comentarios lo permiten…SAYONARA ^_^