Reino de Prusia

*Advertencia: Apartir de aquí Prusia luce de 20 años~ y… es un awesome Reino ;D*

Mes Pajarito, Día pio:

1701

Prusia se encontraba relativamente tranquilo. Después de haber comenzado con el declive sueco no tenía muchas cosas por hacer.

Había recibido las últimas noticias mundiales de guerras y estaba seguro de que tarde o temprano se involucraría. Pues donde había una batalla el tenía que estar; sí o sí.

El año pasado había comenzado otra guerra donde Suecia se enfrentaba a Dinamarca-Noruega, Polonia y Rusia. Al parecer el nórdico de cara temible tenía más territorios de lo que los otros desearían, y por supuesto que aprovechando la primera etapa de decadencia del sueco, le habían declarado la guerra.

Por otra parte, ya en el año actual estaba el conflicto con España. Al parecer por fin su enfermizo rey había muerto y no había descendencia alguna para el trono. Francia y Austria propusieron candidatos, y aunque se hubo discutido acuerdos a expensas de España, el difunto rey heredó la corona al prospecto francés, pero con la condición de que solo fuese rey español y renunciara a sus raíces y títulos en Francia.

Obviamente Francia no dejaría que su candidato cumpliera aquello, y ya andaba pavoneándose por toda España y sus territorios extranjeros.

Por esa misma razón, el Sacro Imperio Romano y todos sus miembros le declararon la guerra.

Gilbert apartó los ojos de su fiel mascota y suspiró con cierta nostalgia. Extrañaba en secreto formar parte del Sacro Imperio, pero las diferencias en sus religiones prácticamente le habían obligado a apartarse.

Como si le hubiesen leído la mente divisó a su pequeño hermano acompañado del tonto aristócrata y un par de guaruras dirigiéndose a su castillo. Se arregló un poco las ropas y salió a recibirlos.

-Hallo! Kesesese~ preguntaría que los trae por aquí, pero es obvio que quieren deleitarse con mi magnifica presencia.

-Equivocado como siempre –Austria alzó la nariz despectivamente- Queremos proponerte algo.

Hubo un silencio, al parecer el señorito podrido esperaba que el menor continuara.

-Supongo que ya has oído hablar de la Guerra de Sucesión española… –Comenzó el rubio tras percatarse de aquello.

-El asombroso yo siempre esta informado –Se hizo a un lado invitándoles a pasar.

Una vez dentro, el albino cerró la puerta y fue a sentarse con ellos alrededor de la gran mesa de madera que había en el recibidor.

-Pues iré al grano –El ojiazul tosió un poco, su salud seguía sin mejorar lo cual preocupo al platinado quien se puso a analizar el rostro de su hermano, no parecía ser obra de la peste que aún rondaba Europa- Queremos que tu también declares la guerra a Francia y a sus seguidores.

-¿Y qué gano yo? –Contestó el prusiano casi en automático, aún escrutando el rostro del menor.

-Tu siempre pensando en recompensas –Se quejó Austria rodando los ojos- Solo eres un interesado.

Gilbert decidió ignorar aquel comentario ponzoñoso… por ahora. Ya se le irían acumulando los malos puntos al austriaco, y un día le patearía el trasero.

-¿Quieres dejar de ser un Ducado, Prusia? –Su hermano le devolvió la mirada con firmeza.

El ojirrojo abrió ligeramente los ojos pero enseguida volvió a entornarlos, podría haber un truco, todo lucía muy fácil y el no era afecto a las decisiones precipitadas.

-Trata de ser más especifico, Reich… no me gustan los rodeos –Gruñó cauteloso, a lo que el Sacro asintió, comprendiendo.

-¿Te gustaría ser reconocido como el Reino de Prusia? -Ahora sí el prusiano abrió los ojos de par en par ¿Entonces no lo había interpretado mal? ¿Podía convertirse en un reinado solo por ir en contra de Francia? Seguía pareciendo muy fácil… El Sacro Imperio Romano entrelazo las manos y continuó- El emperador esta dispuesto a reconocer a tu duque como a un rey, y a ti como a su reino.

Después de una pausa Prusia inquirió:

-¿Dónde esta el truco? –Seguía cauteloso, lo que pareció fastidiar al ojivioleta quien bufó.

-No hay truco –Al notar que Gilbert seguía mirándole algo incrédulo agregó- Feliz cumpleaños, bruder.

Prusia sintió un ligero carmín en sus mejillas, no esperaba recibir felicitaciones, mucho menos regalos tan grandes. Al final sonrió ampliamente, su hermano podía ser el ser más adorable de todos cuando se lo proponía (y a veces sin proponérselo).

-Ven aquí y deja que el asombroso yo te de un abrazo~

Ahora el bochorno apareció en la cara dl menor, pero asintió y se dejo abrazar, correspondiendo con cierta torpeza.

-Tu también, señorito podrido y remilgado –Prusia tiró de la manga del aludido y lo unió al abrazo, realmente estaba feliz- ¡Ahora somos aliados!

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1704

Aquella declaración de guerra se había sentido mucho mejor que las demás.

Prusia se acomodó el sombrero por enésima vez frente al espejo.

-¿Te gusta, Gilbird~? Kesesese lo mande hacer con un sastre~

-Pyo~

-¡Y mira la capa! –Gilbert se cubrió medio rostro con ella tal cual vampiro y Gilbert aleteó alegre a favor.

-Señor, ha llegado una carta de Polonia dirigida a usted.

-Ese niñita –Masculló el ojirrojo cuando fue a recibir el sobre.

Una vez que el mensajero se hubo retirado leyó la cursiva letra con velocidad y luego la botó por allí.

-Quiere ayuda en la guerra contra Suecia –Explicó a su fiel ave mientras volvía hacia el espejo de cuerpo completo- No tengo tiempo para eso.

Gilbird solo gorjeó un poco en respuesta.

-Además escribió "Ducado de Prusia" y yo soy "Reino de Prusia" ahora ¡Kesesesesese!

Continuó riendo con petulancia mientras modelaba su nueva vestimenta a su reflejo. Su nuevo uniforme llevaba un nuevo asombroso color que acababa de descubrirse en aquel año ¡El azul de Prusia! Al parecer uno de sus ciudadanos había descubierto accidentalmente ese color al tratar de crear un rojo azulado. Pues bien, lucía asombroso e inmediatamente lo adquirió para sus uniformes, obteniendo ese nombre.

-Bueno Gilbird, en marcha –El canario regordete subió hacia el sombrero del albino y se encaminaron en busca de su caballo blanco.

Un año atrás el emperador había proclamado rey a su candidato austriaco en España, así que prácticamente España tenía dos reyes ahora, y una confusión enorme ya que no podía decidir cual le venía mejor.

Francia por supuesto que estaba furioso. Por eso se había acordado una batalla en Baviera, un territorio alemán que estaba siendo muy influenciado por Francia.

Austria y Francia ya se habían enfrentado allí el año pasado, pero el señorito perdió, por lo que recapitulo y pidió apoyo de sus aliados.

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-¿Dónde esta Dinamarca? Se supone que llegaría desde hace una hora –Inglaterra tenía un tic en una de sus cejotas.

-¡Quién habla del Rey del Norte! –El aludido apareció milagrosamente, montado en su caballo y sonriendo como todo un lelo.

-Trata de ser más puntual o nuestra señorita inglesa se muere –Comentó burlón el prusiano.

-¿A quién llamas "Señorita"? you moron! –Arthur estuvo a punto de lanzarle su cantimplora con ron, pero se lo pensó dos veces- Vámonos ya.

La gran alianza comenzó la marcha en busca del enemigo, eran seis en total: Inglaterra, Dinamarca, Sacro Imperio Romano, Austria, Holanda y Prusia. Todos ellos contra Francia, si no ganaban iban a ser la burla de toda Europa.

No tardaron demasiado en toparse con el enemigo. Francia les esperaba con su gran ejército que también incluía aliados españoles y alemanes. Ya les darían una lección.

-¡A sus posiciones! –Anunció el Sacro Imperio y todos, incluido el enemigo, se prepararon para la batalla.

Francia fue quien abrió el fuego, y rápidamente fue correspondido. Debían que admitir que el ejercito del galo era bueno, había estado entrenando y obviamente estaban mejorados y preparados.

-Vamos Angleterre, creí que eras un buen rival.

Ambos eternos enemigos se debatían en un combate de espadas, el ojiazul se movía con gracia y seguridad y el pirata estaba comenzando a retroceder.

Una tercera espada chocó con ambas, y las dos naciones miraron al prusiano que sonría con arrogancia.

-No tan rápido, Fran~ -Murmuro el albino y se unió en apoyo al inglés.

-Me sorprende que necesites la ayuda de este novato, Angleterre –Se burló el francés continuando con la batalla.

Prusia frunció el ceño bastante ofendido. Francia seguía enfrascándose en Inglaterra y aparte le habían llamado novato ¡Qué fuera menor que ellos no significaba que fuera un simple aspirante!

Impulsivamente y en defensa a su orgullo, el prusiano logró crear un profundo corte en la cadera del francés, quien se quejo algo sorprendido.

-¡A ver si vuelves a llamar al asombroso Prusia "Novato"! –No perdió tiempo en tratar de hacer otro corte igual, pero Francia logró interponer su espada.

-Hehehe~ me agradas Prussia- Inglaterra rió en burla del franco y le propinó una patada en lo que el se defendía del albino.

-Si no te agradara serías un idiota –Gruñó Gilbert aún de mal humor- …algo así como… -Iba a continuar pero divisó al danés haciéndole señas- Olvídenlo –Se abrió paso entre ambos y se dirigió con el nórdico.

-¡Tengo un plan! –Anunció feliz este antes de que el ojirrojo llegara.

-Espero que valga la pena –Masculló Prusia y luego escuchó atento la idea.

Y de hecho, no sonaba tan mal.

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*Notitas: Perdonen la tardanzaaaaaa asdsadsa ahora si que me pase y lo siento D: mis excusas ya no valen, pero espero que me sigan leyendo y les siga gustando ; o ; ¡gracias!

Así es :D así se convirtió en Reino ¡Por estar contra Francia, yay! Y sí, en 1704 se descubrió el Azul de Prusia, un color muy toxico pero que me encanta xD la gente siempre lo anda confundiendo con otras gamas de azul D: pero es un azul prácticamente negro.

Hetalia no me pertenece si no a Hidekaz Himaruya-sama!*