Buenas gente ¿Cómo están? ¿Esperando por el final de esta historia? ¡Pues aquí se las traje! Así que… ¡Redoble de bombos y platillos! Y no se me pongan mal que aun tengo dos Hitsuhinas en proceso

Bueno, no tengo mucho que decir, solo que espero que disfruten de este capitulo ^^

¡A leer!

Bleach no me pertenece. Una lastima.

[xxxx]

Inocencia Perdida

Destiny

A pasos cortos, casi silenciosos, movía su silueta como la misma sombra que se va amoldando al protector de su dueño. Pensativo, serio e imponente… como de costumbre; y aun así haciendo suspirar a varias jovencitas que hacían vibrar sus ojos en forma de dos fervientes corazones. Nuevamente y como ya era sabido, las ignoro. Él ya tenia hace mucho a alguien quien era la dueña de su amor y su corazón, el destino los había unido desde hace tiempo y ahora…

Para siempre.

—¡Hitsugaya-taicho! –escucho a una mujer gritarle.

Paro en seco, no creyendo que fuera una mala broma aquel grito sino más bien podía ser algo importante, si bien no tenia cabeza para ello hizo el menor esfuerzo de ladear la cabeza para oírla; encontrándose con un tumulto de mujeres shinigamis. Arqueo una ceja confundido, más al ver el semblante serio y el aura de furia que invadía a cada una de esas jóvenes.

—¡Hitsugaya-taicho… lo amamos!

Abrió los ojos desmesuradamente en el momento que no supo cuando toda esa avalancha de mujeres shinigamis se le tiro encima y por lo menos cinco de ellas ya estaban colgadas de su cuello. Él era un capitán y en la milésima de segundo que noto lo que estaba por suceder debió huir o imponerse, pero también estaba el hecho de que en ese preciso momento su persona tenia la cabeza en otro mundo.

Había recibido una importante, radical y a la vez conmovedora noticia por parte de la capitana Unohana ¡Él no tenia el tiempo para esas locas mujeres! Además… ¿En donde diablos había quedado el respeto por una autoridad como lo era él?

—¡Soy un capitán! –grito entre enojado y demandante–. ¡Suéltenme ahora mismo!

Ante semejante alboroto por las calles del Seireitei, varios shinigamis se acercaron y sin poder creer veían aquella situación que sufría el capitán de la escuadrón diez, nunca antes vista. Renji, Rangiku y Momo en compañía de Ukitake, Kyoraku, Nanao, Rukia e Ichigo con los quienes se encontraron en el camino y justamente hablaban de unos asuntos del Seireitei se hicieron presente al escuchar el griterío de la situación.

—¿Hitsugaya-kun? –Hinamori parpadeo ante lo que veían sus ojos.

—Vaya, con que era cierto –hablo Kyoraku acomodándose su sombrero–. Así que existía este grupo de mujeres psicoticas locas por Hitsugaya-taicho.

—Pobre de Shiro-chan –susurro con preocupación Ukitake.

—¿No deberíamos ayudarlo? –cuestiono Ichigo.

—¿Estas loco? –respondió Renji–. ¿Y que esas locas desquiciadas nos maten? ¡Ni muerto!

Rangiku estaba anonada, nunca había visto algo semejante, nadie jamás en la vida se había atrevido a faltarle el respeto a su capitán de esa manera. Ahí no más estaba Hinamori que nunca lo llamaba con el debido respeto, algo que con los años ya su capitán había permitido ¿Pero esto? Realmente no sabia que es lo que debía hacer, esas mujeres parecían querer llevarse una parte de su capitán consigo… ya sea un brazo, una pierna, un ojo ¡Lo que sea!

—¡Hitsugaya-kun! –grito preocupada Hinamori siendo la única en correr para ir ayudarlo, Toushiro logro ver la figura de Momo en ir a socorrerlo, preocupándose por ella.

Pero en un instante de tiempo, una de las shinigamis acosadoras abofeteo a Hinamori y la empujo haciéndola caer al suelo para que no se pudiera acercar a Hitsugaya.

—¡No te acerques, zorra! –le grito, Momo se llevo una mano a su mejilla en donde recibió el golpe, estaba muy sorprendida–. Que ya sabemos muy bien lo que has hecho para retener a nuestro Hitsugaya-taicho contigo ¡Debería darte vergüenza!

—¿N-Nani? –Hinamori no entendía aquellas palabras que le estaban dirigiendo.

—¡Oye! –grito Matsumoto realmente enojada y con ayuda de Rukia ayudo a Hinamori a reincorporarse–. ¡Mas respeto o por esto serán encarceladas! Les están faltando el respeto a un capitán y teniente.

—Nosotras no tenemos porque respetar a una mujer de tan bajo calibre como Hinamori-fukutaicho ¡No es más que una arpía!

Ukitake y Kyoraku fruncieron el ceño, mientras que Ichigo miro seriamente a esas mujeres shinigamis que se atrevían a insultar a una chica como Hinamori –que según lo que le había dicho Rukia– era una de las más queridas por todos dentro de la Sociedad de Almas.

—Esa estupida debió dejar de ser teniente luego de lo sucedido con su ex capitán Aizen Sosuke –dijo otra de las jóvenes que estaba trepada del cuello de Hitsugaya, quien al escucharla escondió su mirada sombría entre sus cabellos, estaba furioso. Momo pareció aterrorizarse con lo escuchado.

—No le haga caso Hinamori-fukutaicho –le susurro Rukia, quien sabía que esto no era normal.

—¡Basta! –grito Renji desenvainando su zampacto, él era una de las pocas personas que sabia cuanto Momo se había esforzado para superar ese tema–. ¡Nadie se mete con mi teniente en frente de mis narices! ¡Zabima…!

—¡Matte, Renji! –lo freno justo a tiempo Ichigo.

En ese momento una ola de reaitsu frío hizo volar a las mujeres hacia diferentes lugares, quienes gritaron sorprendidas al darse cuenta que se trataba de su querido capitán Hitsugaya.

—Están todas bajo arresto –expreso demandante y haciendo un gesto de cabeza, Rukia, Nanao y Rangiku con un Bakudo ya tenían apresadas a esas mujeres desquiciadas bajo orden de un capitán.

—¿Por qué Hitsugaya-taicho? –grito una de las tantas–. ¡Nosotras lo amamos!

No les respondió, las ignoro; posando solo sus fríos y serios ojos en Hinamori quien tenia roja una de sus mejillas, eso lo enfureció aun mas, ella ahora mas que nunca debía cuidarse y ser cuidada.

—¡Hinamori-fukutaicho no lo merece! –grito nuevamente una de las chicas–. ¡Ella solo se embarazo para retenerlo a su lado!

Hitsugaya abrió sus orbes desmesuradamente ante aquellas palabras ¿Cómo diablos esas mujeres…? ¿Cómo demonios se había filtrado esa información? Atino a mirar de manera fulminante a la joven que se había atrevido a gritar semejante cosa ¡Como si Hinamori lo supiera! La pobre teniente aun no estaba enterada…

Hinamori se quedo detenida en el tiempo, sin notar que todas las miradas de los demás la estaban mirando solo a ella ¿Acaso había oído bien? ¿Por qué esa mujer había dicho que ella estaba…?

—¿Embarazada? –Renji arqueo una ceja–. Ja ¡Eso es imposible! Hinamori no esta embarazada, porque si así fuera… ¿De quien?

—¡De Hitsugaya-taicho!

Gritaron todas esas shinigamis, Hitsugaya se quería congelar con su propia zampacto, no era esa la manera en la que pretendía que Hinamori se enterara de su actual estado. Mientras que la joven teniente parpadeo varias veces, sin creer lo que sus oídos habían escuchado. Y sin mas Momo cayo desmayada, siendo atajada rápidamente por Ichigo, sino fuera por él, Hinamori hubiera terminado de lleno en el suelo.

—¡Demonios! Que mala manera de enterarse que va a traer un alma al mundo –dijo sin más Ichigo sorprendiendo a los demás por sus palabras, pues con ellas daba a entender que esa posibilidad era más que cierta, lo que asombro a todos a excepción de Rukia.

_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._

—¡Explíquese! ¡Explíquese! ¡Explíquese! –Rangiku zamarreaba a su capitán del haori de un lado a otro.

—¡Suficiente! –grito Hitsugaya zafándose de ella–. ¿Qué les pasa a todo el mundo? ¿Acaso es el día de faltarme el respeto?

Todos los que estaban presentes en aquella oficina del escuadrón diez hicieron absoluto silencio, mirando a Hinamori que se encontraba dormida a lo largo del sillón de dicho escuadrón para luego posar sus ojos en el capitán albino y así sucesivamente, pasando sus miradas de un protagonista a otro. Aun no creyendo de lo que se habían enterado –excepción de Rukia e Ichigo que ya lo sabían–. Dicha situación finalmente irrito a Hitsugaya:

—Con todo respeto ¿Podrían retirarse de mi escuadrón? –trato de ser amable, pues no se olvidaba que allí había otros tres capitanes presentes (Kyoraku, Ukitake y Abarai)

Lentamente cada uno de los allí presentes se fueron retirando de la oficina a excepción de Renji que se cruzo de brazos con el ceño fruncido, Rukia que se acerco con cierta fascinación y curiosidad a una dormida Momo, mientras que Matsumoto no parecía haber entendido que se tenia que retirar porque se hizo la que se comenzaba a pintar con un maquillaje que saco de quien sabe donde.

—¿Ustedes no entendieron que debían irse? –cuestiono arqueando sus cejas en una profunda exclamación de enojo por la actitud de los demás.

—Tú me debes una explicación, Hitsugaya –le hablo Renji–. Así que yo no me iré.

—¡Si, eso! –salto revoltosamente Rangiku moviendo su cuerpo y pechos de un lado a otro–. ¡Nos debe una explicación! ¿Cómo es eso que dejo embarazada a Hinamori? ¿Tienen una relación? Y si es así… ¿Desde cuando? ¿Desde cuando perdieron la inocencia?

—¡Basta! –grito alterado Hitsugaya–. ¡Yo no tengo porque darles explicaciones a ustedes!

—¡Si nos las debe! –gritaron al unísono Rangiku y Renji.

En ese momento, los tres shinigamis que discutían escucharon un pequeño grito de alegría en ese lugar y al voltear se encontraron con la figura de Rukia.

—¡Kyyyaaaa! –exclamo la Kuchiki con un montón de estrellas en los ojos de fascinación, mientras sostenía su mano en el vientre de una dormida Hinamori–. ¡Un bebé-chan!

A Renji e Hitsugaya se les escurrió una gotita por la frente, mientras que Rangiku se quedo pensativa en su lugar mirando a Hinamori, fue como si su mente se frenara en el tiempo por un segundo ¿Cómo es que nunca se había dado cuenta de lo que pasaba entre su capitán y su mejor amiga y confidente? ¿Cómo? ¡Si eso paso frente a sus narices!

Para sorpresa de los demás, Matsumoto a paso firme y con un semblante serio se retiro sin decir ni una sola palabra. Hitsugaya, Rukia y Renji comprendieron que ella se sentía en algún sentido traicionada, ella se creía de la mayor confianza de Hinamori y también de su capitán –a pesar de que con este último siempre la relación era más formal–. Rangiku los apreciaba a ambos y se sentía fuera de enfoque con todo ese asunto.

—No tengo tiempo para sus sutilezas –suspiro Hitsugaya y miro a Renji–. Y tampoco para las tuyas, Abarai.

Renji arqueo una ceja y lo miro casi desafiante.

—A mi no me importa que tipo de relación tengas con Hinamori y desde cuando la tienes… yo solo se que si Hinamori esta embarazada ¡La obligaran a que deje su puesto como shinigami del Gotei 13! ¡Pensaste en ello cuado no la cuidaste!

Rukia mientras tapaba a Hinamori con una frazada del escuadrón, cerró los ojos pensativa al escuchar las palabras de Renji.

—¿Qué no la cuide? –Toushiro golpeo con su puño la mesa de su escritorio–. ¡Yo siempre he cuidado de Hinamori!

—Si, eso siempre se ha notado… tu interés más allá de una simple amistad por ella –le retruco el pelirrojo–. Al parecer en la primera oportunidad que tuviste… ¡No te has podido aguantar!

Hitsugaya abrió los ojos como platos y sin pensarlo incrusto su puño en la cara de Renji, que ladeo la cabeza por el impacto. Rukia negó de cabeza, pues esos dos estaban haciendo demasiado escándalo, no podía creer que Hinamori con todo ese alboroto no se haya despertado aun. Entendía la confusión y preocupación de Renji, porque Hinamori era su teniente; pero Hitsugaya también tenía razón, ellos no habían sido ningunos imprudentes porque él y Momo tenían una relación hacia ya demasiado tiempo.

—No hables sin saber, Abarai.

—Yo solo se que Hinamori ahora esta en problemas –dijo finalmente Renji.

—Te dije que yo me haré cargo del asunto –espeto el albino

—¡Ella es mi teniente, dame una explicación!

Toushiro lo miro con seriedad notando como Renji le sostenía dicha mirada. Finalmente el capitán de cabellera blanca hablo:

—Hinamori y yo hace diez años que mantenemos una relación, nunca quisimos darlo a saber porque… creímos que era lo mejor.

—¿Diez años? ¡Diez años dices! –Renji expreso desconcertado–. ¿Creyeron que era lo mejor? ¿Sabes lo que pienso…? ¡Que tú eres el único que lo creyó mejor! Eres un egoísta Hitsugaya, nunca te pusiste a pensar en la situación en la que ponías a Hinamori.

Hitsugaya apretó sus puños.

—Renji dejemos a Hitsugaya-taicho tranquilo, él y Hinamori-san necesitan hablar cuando ella despierte –hablo Rukia–. ¡Vamos, Renji!

El joven pelirrojo no dijo nada, sabia que se había sobrepasado, pero tenia que aclarar la situación de Momo, por ese motivo iría a hablar con el Comandante General para que tuviera un plus de consideración con Hinamori, ella no podía dejar de ser una shinigami por la imprudencia que había cometido junto a Hitsugaya. Así lo veía Renji, quien en silencio salio de aquella oficina en compañía de Rukia.

Toushiro finalmente suspiro… las cosas no le habían salido como le hubieran gustado. A pesar de las complicaciones que un bebé podría traer –a decir verdad, ya traía– quería darle la noticia a Hinamori de una manera en la que ella se tomara bien la situación, no todo ese lío que se termino convirtiendo aquel tema.

Sabia que Renji tenia todo el derecho de pedir una explicación –lo de Matsumoto era distinto, a ella el enojo se le iría, estaba seguro que se encontraba enrollada por el tema que algo tan jugoso había pasado en frente de sus narices y ella ni enterada, mas allá de ello no pasaría–, pero Abarai era el capitán de Hinamori, seguramente este iría a hablar con el Comandante General de seguro, pero él y Unohana ya se habían presentado ante Yamamoto y este ya había dado su veredicto.

Hitsugaya se había hecho responsable de absolutamente todo y Unohana había pedido comprensión de la situación, ya que el Capitán Comandante se había mostrado enojado y severo, reclamándole a Hitsugaya por su irresponsabilidad. Primero por no tomar a la joven en serio y no hacer las cosas como se debía, es decir, esposarse y luego dar frutos en su relación, esa no era la actitud ni el ejemplo que debía dar un capitán. Y segundo porque por ese temita ahora tenia la baja de una guerrera de elite como lo era Hinamori, el viejo a pesar de su actitud áspera siempre había mostrado un deje de paciencia y consideración con Momo –pues a pesar de lo sucedido con Aizen jamás la considero menos que los demás tenientes–.

Ahora debían hacer las cosas bien, siempre había estado en el plan de ambos formalizar, pero las cosas se habían dado así…

Toushiro se acerco hacia Momo, mirándola fijamente y notando la respiración pausada de la joven. Era tan sencillamente hermosa que a veces lo abrumaba, ella hacia latir rápidamente a su corazón. Y ya no era un secreto, al parecer.

_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._

Rangiku se encontraba sentada sobre uno de los techos de los edificios del Seireitei observando el cielo y tal vez tratando de superar su enfado, en el momento que sintió que una presencia se acercaba a ella y se sentaba a su lado: era Nanao.

—¿Sigues enojada, Rangiku-san?

—Uf… no se… –suspiro finalmente–. De verdad que quiero enojarme con todas mis fuerzas, porque Hinamori es mi amiga ¡Ella debió confiar en mi! Yo la podría haber aconsejado, no… no se… De mi taicho lo comprendo, yo soy su teniente no su consejera personal, además de que jamás desde que nos conocemos tratamos de esos temas ¿Pero Hinamori? ¡Hinamori es mi amiga! ¿Entiendes lo idiota y ridícula que me siento, Nanao?

—Yo…

—¡No! No lo comprendes… Yo como una estupida hablándole de mi capitán de cómo le hacia citas a ciegas… y… y… ella… ¡Ash! ¡No me quiero ni imaginar como se sintió Hinamori con lo de la hermana de Ichigo! Que estupida y ridícula me siento…

—Ah –suspiro Nanao–. ¿Lo estas comprendiendo? Yo aquel día a Hinamori la vi realmente triste, ahora comprendo porque.

Matsumoto cerró sus ojos.

—Si, que tonta fui… creo que ya no puedo estar enojada, entiendo que tal vez ellos hayan tenidos sus razones, seguramente mas por parte de mi capitán y Hinamori lo respeto en ese sentido. Pero… no puedo dejarla sola ahora, es una situación complicada para una shinigami mujer –de repente se levanto de un brinco e inflando sus cachetes de manera graciosa a la vez que alzaba su puño de forma triunfante–. ¡Ella va a tener un bebé! Y no puedo dejarla sola, Hinamori necesita de mi ayuda, además… ¡No puedo permitir que esa criaturita salga igual de amargado y gruñón como mi taicho! ¡Claro que no!

Nanao sonrió a la vez que se acomodo sus gafas, al parecer Rangiku le costo poco volver a ser la misma de siempre.

—Ya no lo grites de esa manera –expreso Nanao–. Mi capitán y el capitán Ukitake pidieron que seamos reservados.

—¿Ah?

Mientras tanto en las afueras del escuadrón numero uno…

—Renji –hablaron al unísono Rukia e Ichigo al ver salir al pelirrojo de la sala principal de la división numero uno.

Abarai suspiro y se quedo parado en su lugar, sin decir absolutamente nada.

—¿Qué paso? –cuestiono Rukia.

—Nada –respondió con cierta asperaza.

Hicieron silencio por un momento, pero Ichigo y Rukia se sorprendieron en el momento que Renji con su puño golpeo la pared mas cercana. Parecía impotente.

—No se preocupen ya se me va a pasar… es el momento –dijo el pelirrojo sin mas y desapareció con un shunpo.

—¿Y a este que bicho le pico? –expreso Ichigo.

—Tú no entiendes, puky –suspiro Rukia–. Las shinigamis no es que tengan prohibido embarazarse, pero… es algo que no deberían hacer. Pero estoy segura que Renji esta enojado porque Hitsugaya-taicho jamás formalizo con Hinamori, no se si entiendes, pero él no la esta dejando en una buena posición.

—Comprendo –se sincero Ichigo.

_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._

Hinamori sintió una pequeña brisa rozar sus mejillas, se refregó con pereza uno de sus ojos hasta abrir ambos con suma sorpresa.

—¡Kya! ¡Me quede dormida! –dio un pequeño brinco arriba del sillón donde se encontraba–. ¿Eh?

—Al fin despiertas, baka –escucho esa voz seria y aguda que solo le podía pertenecer a él, quien estaba sentado en el marco de la ventana que daba la oficina con el resto del Seireitei, Hinamori noto como él se encontraba mirando hacia el cielo–. Ya me estaba empezando a preocupar, se hizo de noche y tú aun no dabas señal.

—Gomen ne –se disculpo ciertamente apenada.

—¿Te sientes bien?

—¿Oh? H-Hai… ¿Nanda?

Hitsugaya salto hacia dentro de la oficina y se paro frente a Hinamori mirándola con seriedad y meticulosamente, como esperando a que ella le dijera algo. Momo se acomodo su flequillo nerviosa y bajo la mirada.

El silencio reino por un momento que pareció eterno y por unos segundos incomodo.

—¿Es verdad? –dijo Momo escondiendo sus mirada y llevándose ambas manos hacia su vientre.

No obtuvo respuesta, a cambio de ello sintió el tacto de las manos de Toushiro junto a las suyas en su vientre.

—Es verdad –dijo finalmente él–. Estas embarazada, vamos a tener un hijo.

Momo lo miro entre sorprendida, embellezada y con pequeñas lagrimas en sus ojos que hacían brillar aun mas sus orbes chocolates.

—¿Estas enojado, Hitsugaya-kun? Fue un descuido mío seguramente…

—Primero que nada no estoy enojado porque vayamos a tener un hijo y no fue un descuido tuyo, es una responsabilidad de los dos.

—Yo te pregunte si estabas enojado, no si estas enojado porque voy a tener un bebé.

Hitsugaya cerró sus ojos, porque lo que decía Momo era un buen punto ya que su semblante era el de un hombre serio y molesto por algo en particular, Hinamori si que lo conocía.

—Yo estoy enojado conmigo mismo… porque no te cuide como era debido, fui un irresponsable y ahora… ahora te deje en un lugar que no te mereces.

—Hitsugaya-kun…

—Hinamori jamás debí ocultar lo nuestro, jamás debí dejarte en las sombras como si fueras alguien que no debe ser visto, cuando eres lo mas import…

Toushiro no logro terminar su frase y palabras porque sintió el leve contacto de los labios de Hinamori sobre los suyos, dándole un casto y dulce beso, que él no tardo en corresponder. Al separarse se miraron directamente a los ojos…

—No te sientas culpable, Hitsugaya-kun… fue decisión de los dos, compartámoslo –ella sonrió levemente–. No voy a negar que me siento rara y algo extraña, pero creo que podré ir adaptándome… es nuestro hijo.

—¿Te quieres casar conmigo? –expreso Hitsugaya de manera tan repentina y seca que hizo que Momo lo mirara sorprendida y pusiera una ceja en alto.

—¿Acaso te obligo el Comandante General?

Toushiro la miro confundido, por una parte ella tenía razón, pero Hinamori más que nadie sabía que en su totalidad no era así.

—¿Me lo vas a negar, Hitsugaya-kun? –exigió en su pregunta–. Porque te conozco y se que seguramente fuiste a dar la cara y hacerte responsable frente al Comandante General.

—¡Si es verdad! –se paro y frunció el ceño–. Fui frente al Comandante General porque no quiero que te suspendan o que por mi culpa tengas problemas y que…

En ese momento Renji, como Rangiku, Ichigo y Rukia que se dirigían hacia el escuadrón diez para ver a Hinamori frenaron en seco al escuchar el grito de la teniente de la quinta; Renji mas que nadie sabia y reconocía dicho tono de voz, paro sus pasos y con la mirada dio a entender a los demás que debían esperar a que esos dos terminaran su pequeña discusión.

—¡Claro! Siempre es así… ¡Por tu maldita responsabilidad! Solo actúas por tu deber como capitán ¡Porque es eso solo lo que te importa!

Toushiro abrió los ojos como platos y enarco las cejas de manera enojosa por las palabras de Hinamori.

—¡Eso no es cierto! –le retruco.

—¡Si lo es! ¿Quieres casarte conmigo? ¡Y solo porque Yamamoto-Sou-taicho te lo exigió! ¿Qué más me vas a pedir? ¡Ya se! Que oculte que estoy embarazada para anunciarlo después de la boda ¿No es así?

Renji que escuchaba –al igual que los demás– cerró los ojos con frustración, él había hablado con Yamamoto y sabia que el Comandante General había exigido eso en especial, pues no era una excelente imagen de una teniente y un capitán la situación en particular que estaban viviendo, las costumbres modernas no estaban bien visto en la Soul Society aun. Además que el anciano había dicho que era lo menos que podían hacer Hinamori e Hitsugaya ya que él no suspendería a la teniente por su embarazo.

—¡Hitsugaya-kun-baka! –grito Hinamori al borde del llanto, dándole con un cojín en la cara.

—¡Hinamori sabes que no es así!

—¿Me vas a negar que no te lo exigió?

—¡No lo niego! –exclamo bastante molesto con la situación en si y porque Momo no lo dejaba explicarse y él que tampoco encontraba las palabras justas.

—¡Ves!

Hitsugaya se acerco a ella y la tomo con fuerza de los hombros.

—¡Maldita sea Hinamori! ¡Solo me convertí en shinigami y en un capitán para protegerte, para estar a tu lado! –ella pareció reaccionar y abrió los ojos asombrada–. Dime que quieres que haga y lo haré…

Momo se lanzo a sus brazos y lo abrazo, sorprendiendo al joven por un segundo para luego corresponderle dicho gesto.

—No quiero ser una carga para ti, Shiro-chan –expreso mas calmada y llorando levemente.

—Nunca lo serás, tonta –le acaricio su largo cabello chocolate con una de sus manos–. Sabes que yo siempre quise hacerte mi esposa, perdón por esta situación… yo no quería que se diera así.

—Lo se…

En ese preciso momento, Rangiku abrió la puerta de dicha oficina sorprendiendo a Hinamori, pero haciendo que Hitsugaya se enojara. Ambos se separaron al ver que Matsumoto no venia sola.

—¡Buenas! –expreso con su siempre alegría la rubia teniente, que cargaba consigo una enorme oso de peluche–. ¿Ya despertaste, Hinamori?

—¡H-Hai! –respondió Momo con sus mejillas levemente sonrojadas.

—¿Cómo se siente, Hinamori-fukutaicho? –pregunto amablemente Rukia.

—Bien, mucho mejor –sonrió con alegría.

—¡Mira lo que te trajimos, Hinamori! –Matsumoto le entrego el gran oso de felpa–. ¡Es un regalo de los cuatro! –expreso haciendo alusión a ella, Rukia, Renji e Ichigo.

Hinamori recibió muy contenta dicho regalo y en ese instante de tiempo se dio cuenta que ellos sabían de su embarazo y ya también de su relación con Hitsugaya, levanto su mirada mirando a Renji y Rangiku.

—No digas nada –resto importancia Renji moviendo una de sus manos en el aire–. Esta bien, si tú estas bien.

—Abarai-kun –susurro, teniendo como respuesta una palmadita en la cabeza por parte de su amigo.

—Eso si cuando Kira se entere se querrá cortar las venas con Wabiske –argumento al aire Renji, haciendo que Hitsugaya lo fulminara con la mirada, Ichigo lo observara confundido y Rukia le pegara un puñetazo en el cachete.

—¡Oye! –le reclamo a la joven Kuchiki.

—¿Kira-kun? –cuestiono Momo confundida–. ¿Por qué haría una cosa así?

—Por nada –respondió secamente Hitsugaya.

En eso Rangiku agarro del brazo a Momo susurrándole:

—Ya no estoy enojada contigo, de verdad.

—Rangiku-san…

—A cambio de ello tendremos una larga charla de chicas en donde me contaras todo –le guiño un ojo haciendo sonrojar a Hinamori por aquella insinuación.

—Matsumoto –susurro Hitsugaya con veneno asustando a su teniente por ello.

Mientras Ichigo observaba a Toushiro recordando lo que había oído segundos atrás "¡Maldita sea Hinamori! ¡Solo me convertí en shinigami y en un capitán para protegerte, para estar a tu lado!" Ichigo entendía a Hitsugaya a la perfección. Sonrió para sus adentros, el mismo Toushiro luego de la batallada Guerra de Invierno y cuando le devolvieron sus poderes shinigami le había dicho que él como shinigami sustituto había logrado cambiar a la Sociedad de Almas. Ichigo ahora estaba convencido de que no había sido él solo sino que tal vez la camada de antiguos shinigamis había sido reemplazada por otros que ya venían en si con un verdadero cambio encima.

_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._

Cinco meses después…

—Ah –suspiro Hinamori al salir al pequeño balcón de su hogar, que se encontraba en las zonas de la décima división–. Que hermoso día.

Y no se equivocaba porque la primavera estaba empezando a dar sus frutos y los pétalos de los cerezos se mostraban alegres por cada rincón de la Sociedad de Almas, y llegaban alegres rozándoles la piel. Aspiro el rico aroma a paz que el ambiente mantenía, llevándose ambas manos a su ya abultado, pero pequeño vientre.

—¿Cómo te sientes, bebé? –sonrió con ternura, mientras le hablaba a su barriguita, siempre lo hacia e Hitsugaya le decía que a veces hablaba sola como si fuera loca–. ¿Sabes? Ya tengo muchas ganas de ver tu carita.

—¿De vuelta hablando sola?

Ella se volteo con el ceño levemente fruncido y sus cachetes inflados.

—¡Le estoy hablando a nuestro bebé!

Hitsugaya sonrió de medio lado con gracia, se acerco hacia ella y le extendió la mano en donde como siempre había una rosa que parecía de cristal, pero en realidad estaba hecha de hielo.

—¡Oh! –Hinamori se sonrojo y la tomo entre sus manos–. ¡Es hermosa! Arigato, Hitsugaya-kun.

Él no dijo nada, pero a cambio recibió un dulce beso por parte de su esposa.

—¿Tienes hambre? –hablo Momo.

—Un poco –se hizo el distraído y ella rió por lo bajo.

—¡Eres un glotón, Shiro-chan!

—¿Nani? –se le ensancho una venita en la sien–. ¡Yo no tengo la culpa de que tú cocines rico!

Y mientras Hinamori se adentra a la cocina con su rosa de hielo entre sus manos, Hitsugaya trataba de justificar su presencia en dicho lugar. Todo iba encuadrando en esa misma escena, porque su amor era como un rompecabezas que encajaba a la perfección en sus destinos, cada pieza, cada parte… era un todo destinado a prevalecer.

_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._

En las noches del Seireitei siempre era la misma historia desde que toda la Sociedad de Almas vio casarse al capitán de la décima división con la teniente de la quinta, quienes luego anunciaron la llegada de su primer hijo: Kira se dejaba ir en el alcohol.

—Dios mío –suspiraron Renji e Ichigo al ver al teniente de la tres tirado en las puertas del bar de siempre, con sus mejillas sonrojadas y ebrio.

—Hinamori-kun… ¡Porque! –grito al aire revoleando la botella de sake que tenia en la mano hacia el asfalto.

—¡Pasaron siete meses! ¡Ya supéralo, Kira! –grito Renji quien le dio una buena patada en la cara a Kira haciéndolo volar por los aires.

—¿No crees que te excediste? –le cuestiono y reprocho Ichigo al ver como Izuru caía al piso.

—Itai, itai, itai –se quejaba Izuru con su cara de lleno en el suelo.

—Vaya, ahora entiendo cuando dijiste que Kira se querría cortar las venas con Wabiske ¡Quien lo dijera! –Ichigo se froto el mentón–. Así que también estaba enamorado de Hinamori.

Izuru se reincorporo sentándose de rodillas en el suelo.

—¿Con Wabiske? –expreso confundido Kira, hasta que entendió la idea y sintió como se le prendía la lamparita–. ¡Ohhh! Nunca se me hubiera ocurrido ¡Arigato, Kurosaki Ichigo!

—¿Ah? –lo miraron confundidos Ichigo y Renji.

Para de un momento ver como Izuru Kira salía correteando hacia su escuadrón en busca de su zampacto –que por cierto tenia portando en su cintura– para decirle adiós a ese mundo tan cruel, bajos los efectos del alcohol.

—¡Idiota! –Renji apunto a Ichigo con su índice–. ¡Yo no me haré cargo de la muerte de Izuru! ¡No dudare en decir que tú le diste la idea!

Ichigo se puso azul del terror y de la culpa, sin dudarlo salio tras los pasos del teniente de la tercera.

—¡M-Matte, Kira! –bajo el cielo oscuro solo se escuchaba el grito del joven de cabello naranja–. ¡K-Kiraaaaa!

Era cuestión del destino, a veces… así de gracioso.

Fin.

[xxxx]

¡Se termino!

Cha, Chan, Cha, Chan… Colorin colorado este cuento se ha acabado.

¿Les gusto? A mi entender estuvo simple y sencillo, pero creo que se merecía un final así, pues fue una historia cortita y tuvo escenas de todo tipo. La termine con una escena graciosa porque no se… no quería hacerlo muy meloso y acaramelado. Los momentos románticos entre los protagonistas estuvieron en su tiempo, y aquí también pero implícito.

Aclaración: Creo que ya lo había hecho en el primer capi, pero por las dudas… Renji no es el capitán del escuadrón cinco, pero tome a este personaje porque aun no se sabe que sucedió con los puestos de capitanes vacíos entre ellos el del escuadrón cinco. Bueno, eso era todo.

¡Gente nos estamos leyendo en otras de mis historias!

¡Muchas Gracias por leer!

¡Ja-ne!