Supongo que al publicar esto me estoy comprometiendo a terminar lo que empeze, nunca crei que llegaria el dia en que me decidiera a escribir algo que no fuera un one-shot (aunque esto halla iniciado como uno XD), pero en fin, no creo que valla a ser un fic muy largo (calculo algunos 8 talvez 10 capitulos...aun no lo se.)

Bien deséenme suerte para que la inspiracion no se me valla. El capitulo comienza algo lento pero luego se van acelerando las cosas. Muchas gracias de antemano por leer :).

CAP 1: "Bromas pesadas"

Aquella era una tarde tranquila, suaves brisas mecían los árboles de una manera abrumadoramente melosa, el cielo se teñía de bellos colores y la calidez de los últimos rayos solares se hacia presente en la atmosfera.

Elizaveta se encontraba en la cocina tarareando una alegre melodía mientras esperaba ansiosa. El dulce aroma de pastelillos recién horneados no tardo en inundar el lugar

-¡Ya están listos!- tomo los guantes de cocina y se dispuso a sacarlos del horno, cuando de repente alguien llamo a la puerta.

-hmm, quien podrá ser...no esperaba a nadie- retiro el delantal y se dirigió a responder.

-si, que de...-

Muy extraño.

-¿Pero que se supone que es esto?- no había nadie, por mas que busco no pudo lograr divisar a absolutamente nadie, hasta que bajo la mirada.

-¿Un paquete...?- una caja de tamaño mediano yacía en la entrada de su casa decorada con un vistoso envoltorio.-me pregunto que será- tomo el curioso objeto entre sus manos.

Lo examino de arriba abajo, y al momento de abrirlo...

Exploto.

Con la cara y la mitad superior del vestido completamente cubiertos de harina Hungría entreabrió sus ojos arrugando la nariz.

-¿Que fue eso...?-

-¡HAHAHA! ¡No puedo creer que hayas caído si esa tiene que ser la broma mas vieja del mundo!- Prusia había aparecido de la nada de entre los arbustos riendo escandalosamente casi al borde de las lagrimas mientras apuntaba directamente a su victima.

-¡PERO QUE ME HAS HECHO TU, PEDAZO DE IDIOTA!-

-Por favor Eliza, ten sentido del humor, fue una pequeña, simple e inofensiva bromita...¡y no puedo creer que hayas caído en ella, HAHAHA!, ¡HUBIERAS VISTO TU CARA HA!-

Al parecer Prusia se estaba divirtiendo mucho con esto, tal vez demasiado...

-¡Maldito hijo de...!-

Una ráfaga de viento paso muy cerca de la cara del prusiano, parecía algo pesado algo conocido, algo como...un sartén... que ahora ya hacia clavado en el tronco del árbol que estaba detrás de él.

Créanme, para que un sartén quede incrustado en el tronco de un árbol se debe utilizar una gran cantidad de fuerza.

Bastante diría yo.

-¡Ahora escúchame bien bastardo!, mas te vale que te largues de mi propiedad en este mismo instante, tengo la cocina repleta de muchos igualitos a ese que vez ahí y no dudare en usarlos y esta vez...-

Gilbert dio un gran trago de saliva.

-No fallare-

Sonaba bastante enserio, ella parecía bastante seria, y esa cosa clavada en el árbol...ugh...el sartén no mentía.

-¡Vamos!, no te pongas así, no le podrías hacer algo como eso a alguien tan awesome como yo, ¿no es cierto?-

-Lo he hecho antes, no veo por que no habría de hacerlo ahora mismo, con estas ganas que tengo...-los verdes ojos de la chica parecían arder en cólera.

-Pe-pero vamos... ¿que el ser awesome no significa nada para ti?-

-No lo se, si te refieres a mi querido amiguito aquí presente- decía mientras apretaba un segundo sartén, listo y dispuesto para ser arrojado en cualquier momento- siendo ensartado en tu "awesome" trasero, entonces si-

Que cruda imagen visual.

-Eh...Bueno, Eliza, no te quiero causar más inconvenientes así que...-un ligero nerviosismo adornaba su tono de voz- ¡ahí nos estamos viendo!- y sin más preámbulos dio comienzo a la huida.

Mas valía conservarse con vida, ya que después de todo, sin Prusia ¿que seria de este para nada awesome mundo?

Si...claro.

Ya con su tarde arruinada y su vestido y cara completamente sucios se tumbo en la sala.

-Para la hora que termine de quitarme esto del pelo y cambiarme de ropa ya será muy tarde, el sol ya se esta poniendo- se lamento para si- y yo que quería ir a llevarle de mis pastelillos al señor Austria- aun después de tanto tiempo juntos, de tantos combates a su lado, después de una unión y una separación, le seguía llamando de una manera muy respetuosa.

-Roderich...- a pesar de ya no ser marido y mujer Austria y Hungría conservaban una relación especial, ambos se preocupaban el uno por el otro y de vez en cuando se veían para conversar, no era como solía ser debía admitirlo, pero le gustaba pensar que aun conservaban cierto afecto, aunque sea como amigos.

-Pero ni hablar...todo por la culpa de ese patan de Prusia, ¡es que no puedo creer que lo halla dejado ir así como así!-

Que acto de benevolencia ni que nada.

Desde ya hacia un buen tiempo que Prusia le jugaba esta clase de tretas, estaba harta de sus actos de inmadurez y de sus estupidas bromas, eso tenia que terminar ¡pero ya!...no era posible, ya había perdido la cuenta de cuantas veces se había encontrado en una situación como esta.

Aquella vez del polvo pica-pica.

-Tuve que bañarme 3 veces para que la picazón se detuviera-

El viejo truco de la bandita elástica en la tubería del agua.

-Estuve resfriada en cama por una semana-

Que tal aquella vez que la convenció de que Rusia vendría al día siguiente a "hacerla una con el"

-Espere toda la noche hasta el amanecer con una tropa armada...sin mencionar el ridículo que hice en vista de que "el ejército ruso" nunca llego.-

Y ni hablar de aquel día que estaba haciendo jardinería y curiosamente el abono termino siendo "mas fresco" de lo que esperaba.

-Entiendo que conviva con la "mierdistica" experiencia de ser el...pero eso no significa que los demás tengamos que pagar, además ¿quien se cree, mama gallina?, ¡¿de donde habrá sacado tanto pájaro?-

Y la lista sigue y sigue...

Gilbert por su parte siempre disfrutaba de las desventuras de la pobre chica y no dudaba en hacérselo saber. El golpearle hasta desfallecer ya no era suficiente, los sartenazos ya no la hacían sentirse completamente satisfecha acerca de su venganza, no, tenia que hacer algo mas, debía superarlo en su propio juego, rebajarse a su nivel.

-Piensa, Elizaveta, piensa, ¿cual seria la mejor manera de hacer que Gilbert se arrepienta...?- dijo esto frotando los dedos sobre su barbilla- veamos, que es lo peor que le podría pasar a alguien como el, arrogante, simplón, molesto, bastardo... hombre...-a la mención de lo ultimo Hungría se detuvo en seco, como si una idea estuviera a punto de ser procesada.

-¡Eso es!- y de un salto se puso de pie, algo maravilloso, algo brillante, como en una visión, ya lo podía ver, una enorme sonrisa maliciosa enmarcaba su rostro.

-Ya lo vera, ¡le demostrare de lo que soy capaz!-

Habían pasado ya dos semanas desde lo ocurrido, la reunión de las naciones unidas estaba apunto de dar comienzo en el gran salón.

Hungría caminaba por los pasillos de la mansión a paso lento, mirando despreocupadamente por los enormes ventanales, Prusia no había vuelto a poner un pie en su hogar desde aquella ocasión, y no lo había visto entrar a la casona junto a Alemania como era usual.

-Al parecer el cerebro de pollo no vendrá- dio un enorme suspiro en seña de decepción.

-¡Hey, marimachona!- de nuevo y como era costumbre Gilbert aparecía inesperadamente.

-¿¡A quien le dices mari...!-no termino la frase al recordar su plan, decidió recobrar la compostura e intentar parecer mas seria y distante.

-Valla, ya te venia siguiendo desde un buen rato pero al parecer estabas tan distraída que no me notaste-decía esto mientras se apoyaba en el hombro de la castaña de forma casual.

-No me toques- expreso cortante mientras que de un rápido movimiento se quito la mano de Prusia de encima, lo cual lo dejo un tanto sorprendido.

-¡Oh!, pero... ¿no me digas que sigues enfadada por lo de la vez pasada?-

No hubo respuesta, los ojos esmeraldas solo le veían con aura lúgubre y desafiante, podría jurar que parecían navajas, como aquellas que la temible hermanita menor del gigante ruso solía portar, es mas, se atrevería a decir que aun mas filosos.

-Vamos ya ha pasado bastante tiempo, fue solo una bromita ya te lo dije, no creía que te iba a afectar tanto-

No podía creerlo, "solo una bromita", esa era su mejor respuesta, sentía como le Hervía la sangre, quería mandar todo al carajo y simplemente golpearlo ahí mismo pero de nuevo se contuvo y comenzó a caminar aceleradamente sin voltear atrás.

-Eh... ¡hey!, ¡no me dejas hablando solo, espera! ¡¿A donde crees que vas?-

Bien, ya la estaba siguiendo ahora tenia que encontrar un lugar donde estuviera segura de que no los oyeran, al doblar la esquina, encontró una habitación parecida a una sala de estar entro en ella y le cerró la puerta en la cara a su perseguidor.

-Oh no, no, no, no, NO.-ya había sido el colmo para Gilbert- primero me ignoras, sales huyendo y me dejas hablando solo, y ahora me cierras la puerta en la cara ¡a mi! ¡El asombroso Prusia!, pues fíjate que no, ¡si no sales en este mismo instante derrumbare esa puerta, me estas escuchando!.

Al otro lado Elizaveta no estaba conmocionada en lo absoluto, es mas, era como si ya supiera lo que el otro iba a decir.

-A la cuenta de tres, uno...dos... ¡tres!- y al momento en el que se debía producir el supuesto impacto, ella abrió la puerta, dejando que Gilbert atravesara la habitación a toda velocidad hasta chocar contra uno de los sofás, cayendo de una manera muy poco "awesome". Hungría contuvo una pequeña risa para después ya mas serena, sentarse en el otro sillón, esperando a que Prusia se recuperara de la caída.

-E-eso si dolió- decía el de ojos carmín mientras se frotaba la espalda en señal de que estaba adolorido.

-Te lo mereces-

-¿¡Otra vez con lo mismo! , ¿Que no te ha parecido suficiente con este golpe que me acabo de dar?.

-Eso es poco comparado con lo que me has hecho-

-¿¡Que!...sabes, esta bien, me rindo, ya no puedo contigo, ganaste ¿esta bien?, lo siento, ya, ¿estas contenta?-

Debía admitirlo, que ese maldito se disculpase era algo que pocas veces se veía, su ego siempre se manifestaba en las situaciones menos convenientes, pero por esta vez...le estaba pidiendo perdón.

Dudo con su expresión facial por unos segundos.

-"¿Estaré haciendo lo correcto?, después de todo ya se ha disculpado, eso ya es mucho pedir viniendo de Gilbert, pero... no, aun así el debe pagar por todas las humillaciones que me ha hecho pasar"- pensó.

-Bien, como ya hemos arreglado este problema- decía el de cabellos plateados con su típica sonrisa picara mientras sacudía sus ropas- será mejor que nos vallamos que vamos tarde, la junta comenzó hace ya quince minutos.-

-No voy a ir-

-¿Qué...?-dijo sorprendido por la actitud de la húngara.

-Lo que oíste, con un simple lo siento no arreglas nada, después de lo que me hiciste y en mi estado...-

¿En su estado?, ¿¡como de que en su estado!, Prusia estaba mas confundido que nunca, no entendía que era lo que le estaba pasando a Elizaveta, estaba completamente perdido, no sabia si preguntar o...

-¿A que te refieres con eso?-

El silencio abarcaba aquel cuarto, el aire se sentía denso y era difícil respirar, estaba seguro de que no habían sido mas de unos cuantos segundos,pero para el, fueron horas.

Hasta que ella le vio fijamente dispuesta a contestar.

-Gilbert, estoy embarazada.-