Disclaimer: Kingdom hearts no nos pertenece, ninguno de sus personajes, tampoco los rasgos de cultura popular aqui mencionados (coftiendascof) y no hacemos este fic con fines de lucro y esas weas burocratas y aburridas .o. Lean y no se estresen ; D


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-¡Sora, Kairi!

-¡Yo voy! -El muchacho de cabello castaño se excusó con su amiga de la infancia Kairi y se levantó para traer a la mesa dos capucchinos de lo más espumosos, con su respectivo nombre marcado con plumón, y una sonrisa bobalicona en el rostro. -¡De diez! ¡Kairi, mira, aquí al lado tiene nuestros nombres!

-¡Ash, obvio! ¿No te fijaste que nos preguntaron al principio? -Contestó la pelirroja, rodando los ojos con una risita amistosa, haciendo como que no le importaba el hecho cuando en realidad sus ojos seguían fijos en el envase de cartón.-¡Ay, mi viiidaaa! ¡Le pusieron un corazón a mis íes! -Rió, olvidándose por completo de lo que dijo antes.

-¡¿A ver? -Dijo su amigo, inclinándose para apreciarlo mejor para después hacer el mismo movimiento que su amiga para expresar su emoción. -¡Ay mira, que lindo!

-¡¿Verdad que sí?

-¡Sí! -Y se rieron. Por un rato charlaron de cosas que se les antojaban "importantes" como el cambio de look de Robert Pattinson o de las canciones de los Jonas Brothers, hasta que Kairi se aclaró la garganta y le miró, poniendo la mejor cara de seriedad que podía poner, cosa difícil, pues estaba bastante contenta con la "misión super secreta" de ese día.

-A ver, Sora, ya en buena onda. ¿Recuerdas a qué venimos, cierto?

-¡Obvio! -Contestó este tras dar un sorbo a su café para a continuación recitar como un niño bueno. -¡Venimos a conseguirme un traje de baño para cuando vayamos a la Riviera!

-¡Buen chico! -Kairi sonrió y le dio unas palmaditas en la mejilla. -¿Entonces, cómo por dónde quieres empezar o qué?

-Pues es que la mayoría de las tiendas del piso de abajo es ropa como para viejitos

-¡Ay, no! ¡Nunca dije que el piso de abajo! ¡¿Qué íbamos a comprar allá?

-¡Ash, pues tú que dijiste que a dónde quería yo empezar, nada más estaba descartando opciones! No estoy TAN mal, ¿Sabes? -Hizo una mueca.

-Ok, ok. Mira, el piso de abajo está completamente descartado. -Kairi movió las manos una y otra vez. -Obsoleto, out, ni lo sueñes, no existe, tipo explotó o algo así.

-¡Ah! ¿Ves? ¡Hablando se entiende la gente! -Sonrió el muchacho y Kairi hizo pucheros, inflando las mejillas y pateándolo suavemente por abajo de la mesa.

-¡Pero si es lo que te acabo de deciiiirrr! ¡Ya! ¡Me estás desesperando! ¡Concéntrate o no nos va a dar tiempo de ir a todas!

-¡Auch, ya voy, ya voy! -El de cabello castaño pensó por un momento. -Pues entonces, ¿Te acuerdas de la tienda ésa que acaban de abrir?

-¿Al lado de Bizarro?

-¡Ajá!

-¡Omaigosh, me leíste la mente! ¡Te iba a sugerir esa!

-Las grandes mentes piensan igual.

-¿Ves? ¡Por eso eres my bestest friend forevah!

-¡Awww, Kairi, qué tierna! -Una muchacha los miró con una cara como si fuera a vomitar. Kairi era pija, pero no desconsiderada y, al notar esto, de inmediato puso a su amigo a salvo de las garras de los "anti-pijos", personas sin corazón que no sabían que el criticarles sólo les daba más fuerza.

Pero nadie iba a criticar a Sora en su cara.

-¡Bueno, pues vamos, que tenemos mucho que hacer!

Los dos amigos chocaron las palmas, tirando después los envases vacíos a la basura. Kairi empezó a quejarse, diciendo que sus letreros de inorgánico y orgánico eran demasiado complicados y difíciles de entender, pues no sabría decir si el papel era orgánico o no. Frustrada, se quejó de que de todos modos no servía para nada, y terminó tirándolo en un bote al azar antes de dirigir sus pasos a la tienda en cuestión.

-¡Me quitó mi very important time! ¡¿Viste la ineptitud? ¡Deberían prohibir esos botes! ¡¿Qué tal si llevo mucha prisa, como ahora? ¡Ash, ya me enoje! -Sora le dio unas palmaditas afectuosas y trató, como el buen amigo que era, de animarla.

-¡Mira, Kairi, ahí venden tarjetas de iTunes!

Ni bien lo dijo, Kairi le dijo "chau, nos vemos en una media hora a la salida. ¡Y recuerda, nada de naranjas ni verdes, te queda fatal!" y salió corriendo por tarjetas, arrancándole una sonrisa a Sora. El muchacho, sin mucho más que hacer, se mezcló en la multitud, buscando el departamento de hombres por todos lados, listo para zambullirse en el maravilloso mundo de Disney… er… es decir… de los trajes de baño masculinos. (¿Se enojaría Kairi si se compraba un traje de baño de Mickey Mouse que se viera más o menos cool? Después de todo lo vintage andaba de moda…)

Y ahí estaba él, con sus catorce años y una personalidad de lo más pija posible. Nacido en una familia "ricachona", su destino ya apuntaba a ser hijo de papi hasta el fin de los días, no obstante, había conservado puro algo a lo que ninguna de las tropecientas marcas que usaba había podido llegar: Su bondad, misma que Kairi, sin que él se diera cuenta, intentaba conservar a toda costa, aún a costa de enfrentarse a bandas enemigas de fresas. Kairi había sido su mejor amiga desde la infancia, por eso le perdonó que ella le tirara su traje de baño de un intenso tono eléctrico a la basura alegando que se le veía horrible, y por tal la había acompañado hasta la tienda, en busca de algo mejor. Porque, a decir verdad, la neta sí le quedaba horrible, y esas franjas le hacían ver más panza de la que tenía, y eso que iba a gym a ejercitarse, a lo mejor Kairi tenía razón y le había hecho un favor y se veían naquísimos y...

Se perdió.

¿Cómo le había hecho para terminar en el departamento de bebés? No, espérate, no era bebés, porque había lencería femenina en algunos stands, y corbatas en uno que estaba justo al medio...Sora tragó saliva y se alejó de aquella zona tan vergonzosa, buscando un lugar por donde irse al departamento de hombres. Total, era una tienda, era su ambiente, debía ser como un pez en el agua.

Horror: la tienda era un recién nacido y había stands revueltos por todas partes. La gente pululaba a su alrededor sin siquiera notarle y, nomás para no parecer más perdido de lo que ya estaba, puso su cara de póker y empezó a caminar por los pasillos como si supiera a dónde iba. ¡¿Cómo había sido lo suficientemente idiota para meterse antes de tiempo? Esquivó a un empleado que acomodaba cajas. Lo ideal hubiera sido haberse esperado mínimo una semana, a que tuvieran toda la ropa acomodada pero NO.

-¡Es culpa de Kairi! -Masculló por lo bajo, metiéndose en un rinconcito alejado de la gente, para que no le vieran pasar el osazo ahí. -¡Debió haberme dicho que no! ¡Si ella ya sabía! Hey, espera, puedo regresar a las tarjetas de iTunes y... no. -Negó con la cabeza -Va a decir que qué oso. ¡Y además ni me acuerdo por dónde era!

Una viejita se le quedó viendo, y deseó que la tierra se lo tragara. Improvisó unas cuantas líneas más, con la mano en la oreja, para que pareciera que estaba hablando con otra persona y no consigo mismo. -¡Bueno, te llamo al rato que se me acaba el crédito! ¡Byeee besos vales mil! -Y "colgó" alejándose de ahí, con la cara roja de vergüenza. Mugre viejita ninja, ¡¿De donde salió en primer lugar?

Intentó recordar lo que el profe de yoga decía, pero su mente ya estaba entrando en pánico. O sea, ya estaba hablando SOLO, eso era como alerta roja para él. Ni modo, tendría que recurrir a su más desesperada alternativa: Preguntarle a alguien. A uno de los encargados, que iban todos de playera celeste y parecían atareadísimos. Soltando un quejido, se acercó a una muchacha... y pasó de largo, escondiéndose atrás de una pila de cajas, bastante solitariamente.

-¡No, no puedo! Ay no, es que, o sea, ¿Cómo? ¡Me quiero morir! ¡Me van a hacer burla en la escuela hasta el fin del mundo! Si fuera mujer ya me habría ayudado alguien, no sé, como Bella, que Edward siempre la rescata... -Suspiró, relajado por un momento... Ah, qué tiernos eran esos dos. -¡Ella lo ama, y él la ama! ¡Pero yo soy un chico y ni modo que Bella me salve! Y... y Edwarda suena muy naco.

Ya estaba delirando otra vez. Se recargó de la pared y masajeó sus sienes. Calma, calma... inhala, exhala, cuenta hasta diez. Es obvio que Edward no te va a salvar, haz algo o alguien se va a terminar dando cuenta de que estás perdido... como la viejita ésa que quién sabe de dónde había salido. ¿Habría brotado de la tierra? No, cálmate. Preguntar... si había que hacer el oso, al menos hacerlo con la menor cantidad de testigos posible.

Qué trauma. Se la pasaba en centros comerciales y se venía a perder en uno. Qué loser.

Se asomó por un hoyito en una caja de cartón, intentando camuflarse, y "estudió el panorama", como decían sus profes raros cuando hablaban de cosas de la escuela que no le importaban.

No. Jamás iba a volver a esa tienda, y ahora iba en serio. Creyó distinguir un cuadrito de luz al fondo que era la salida al estacionamiento y, molesto, se dirigió hacia allá. ¡Ahora tenía que caminar bajo el sol y darle la vuelta al estacionamiento para volver a entrar! ¡Qué horror! Era la última que les aguantaba. Ni de broma iba a decirle a Kairi lo que tuvo que pasar, por supuest-...

¿Un empleado al fondo?

Sora hizo ojos de chino, frenando sus pasos en seco. Tenía cabello largo y plateado atado en una coleta, y una muralla de cajas impedía verle el cuerpo, pero cuando alzaba los brazos, podía ver un toque de cyan en ellos. Sonrió. ¡Por fin un antisocial! Suspiró aliviado y se prometió no volver a burlarse de los bichos raros nunca más. Hasta eso que podían ser útiles.

Felizmente se dirigió hacia allá. A juzgar por el cabello, debía ser una muchacha, y se encontraba haciendo inventario. Sólo le preguntaría dónde estaba el departamento con trajes de baños, las cajas, y la salida para poder largarse lo antes posible. Semejante experiencia no le había dejado muchas ganas de visitar más tiendas, y necesitaba sumergirse en la tina para calmar sus muy estresados nervios.

-Oye, disculpa... -Empezó, y el empleado se dio media vuelta para verle, espiándole a través de unas pequeñas gafas de lectura.

Como en cámara lenta, ese movimiento se repitió en su cabeza una y otra y otra vez. Para empezar, no era niña, era niño. A menos que su falta de pecho y sus bien marcados músculos mintieran (demandaría al gym al que él mismo iba, mejor se iría a otro). Sus ojos eran verdes y tenía la mirada de un matador, y la piel pálida y blanca como la luna. Su cabello brillaba tanto como si hubiera ido a la más refinada clínica y hasta los lentes de quince pesos que traía le hacían ver mejor. ¡Parecía un Dios! Por un momento se preguntó si no estaría frente al mismísimo Edward Cullen. Kairi lo mataría por esto si se enteraba, pero, la verdad, Robert Pattinson podía hacer clic y minimizarse.

-¿Qué? -Preguntó el susodicho, con una cara de vaca aburrida que Sora no notó.

-¡Ah! pues... este... ah... ¿Trabajas aquí, amigo?

-Ps séh -Contestó el otro.

-Aaaaah... -Primer metida de pata. Se pateó a sí mismo internamente por ello.

Silencio.

-¿Oye amigo, de casualidad no sabes por donde está el departamento de trajes de baño para hombres? -Preguntó, sacando el pecho ligeramente y mirándolo de frente. Las manos le sudaban horriblemente. Un segundo... ¡¿Nervios? ¡Oye, era guapo, pero no era para tanto! Además seguro tenía orzuela y...

-Allá. -Apuntó vagamente en una dirección.

-Aaaah... -Qué bonita voz tenía.

-... A la entrada, pues. -Aclaró el encargado, parpadeando extrañado ante el extraño comportamiento del extraño pijo que tenía enfrente. Deberían de ponerles letreros o flechas de colores en el piso o algo, no era el primero que se perdía y no era el último, pero este parecía... ¿Extrañamente ausente?

-Aaaah... ¿Y no sabes dónde es la entrada? -Sora, por otro lado, desesperadamente intentaba conectar sus neuronas juntas, porque ahora cada una parecía irse por su lado. No podía despegarle los ojos de encima, y constantemente insistían en recorrer cada centímetro de piel. Intentó recuperarse, y lo único que consiguió fue un tic en el ojo.

-Allá... -Volvió a apuntar en una dirección y retrocedió un paso. Ok, el tipo era raro. -¿Estás... bien?

-¡Sí! -Contestó el otro rápidamente, con el tic acelerando y la cabeza ladeándose como un robot defectuoso. En serio, hasta él mismo se daba miedo. ¡Ay no, ahora iba a pensar que era un bicho raro, como él! ¡O AÚN PEOR! Intentó recomponerse, pero sólo se le salió una risa de Goofy y un chiste muy malo. -Esque hay muchos pasillos, necesitaría una brújula, ¿No crees? -Se rió y se tapó la boca, mirando a otro lado, rojísimo. ¡¿ESO HABÍA SIDO UN COQUETEO? Otro tic más, ahora en el meñique, apareció.

-... Seh... -Dijo el encargado, levantando una ceja y medio escondiéndose en las cajas. El tipo parecía un psicópata o un drogado sin su droga, y francamente empezaba a darle miedito. -Claro... uhm, escucha, tengo que terminar un inventario y...

-¡¿Cómo te llamas? -Saltó Sora, casi trepándose a las cajas. Ok, eso era peor. ¡Nada de esto pasaría si pusieran letreros o flechas de colores en el piso, para variar! ¡Gerente inepto!

-... -El empleado, por otro lado, había retrocedido y estaba aferrado a una caja de zapatos, con los ojos abiertos como platos. ¡No lo vio venir! -Ehr... -En serio no quería darle su nombre (¡¿Para qué lo quería?), pero si eso le hacía alejarse... -Ri... ku. -Dios, sálvame.

-¡Ah! Pensé que te llamabas Edward... -Suspiró aliviado, aún intentando controlar sus tics.

-¿Perdón...? Me... confundiste con alguien más... -Contestó el otro, todo asustado y pegándose a la pared, porque Sora no dejaba de avanzar.

-¡No! Es que te parecías al de Crepúsculo... -Maldición, eso podía tomarse como flirteo. -¡Es decir! No el actor, ¡El del libro! -Maldita sea, eso salió peor. -¡Pero es Riku! ¡Como los pasteles que son ricos! -Se rió y luego se volteó. ESO ESTUVO ABERRANTE.

-... Aaah... -Contestó el otro, más preocupado por su integridad que por entenderle al loco ése. -Oye, tengo mucho trabajo y... y eso.

- Ah... sí... -Sora por un momento pensó en pedirle el teléfono o preguntarle si se volverían a ver, pero se pellizcó, distrayendo de ese modo a su gay interior por unos cuantos pero preciosos segundos. Además, con semejante oso, seguro que el tipo prefería salir corriendo. Se volvió a patear mentalmente por ello. -¡Bueno, gracias, Rico! ¡Digo, Riku!

-... Gracias a usted por su preferencia. -Fue lo único que el otro logró decir, acorralado contra la pared como estaba.

-... ¿Eh? -Preguntó el pijo loco aquel, y Riku luchó por conectar sus neuronas y decir algo que no viniera en su manual de atención al cliente... salir corriendo no era una opción

-... pues... ¡DE NADA! Y vuelva pronto. -"Pero no demasiado pronto" añadió mentalmente. "De preferencia cuando yo no esté aquí". Al parecer, no sólo su cerebro se fundió, sino el del pijo igual, porque tardó unos segundos en reaccionar.

-¡Aaaah! Esssteee, sí, gracias a ti. Bueno... ¡Adiós! -Sora salió corriendo como alma que lleva el diablo, aún con sus tics nerviosos a flor de piel y tropezando con una pila de cajas. No hubo estruendo, quizá porque Riku alcanzó a salvarlas antes de que cayeran al suelo.

Pero no se atrevió a mirar atrás para comprobarlo.


-¡Y le dije, y me dijo, y él dijo que yo dije! -Chillaba Kairi al celular mientras Sora distraídamente respondía con breves "sí" "no" y "¿Qué te dijo?" de cajón. Algo sobre Kairi y quién sabe que muchacha de la clase A. -¡Y luego me dijo, y le dije...! -Pero Sora no podía poner atención, y miraba distraídamente por la ventana. O sea, no era por ser mal amigo, eran best friends forever y todo eso, pero la verdad él también quería decirle del mega osísimo que le había pasado en el centro comercial... si no fuera porque se trataba de Kairi y no sabía qué reacción tendría.

En primera, va y se pierde. En segunda, le sale una viejita ninja que lo ve hablar sólo (ok, le preocupaba más el hecho de haber hablado con su consciencia que el hecho de haberse topado a una viejita). En tercera, termina teniendo unos pensamientos muy extrañamente románticos que ahora que lo razonaba le daban escalofríos y en CUARTA y MÁS SUPER IMPORTANT DE TODAS: Ese alguien era OTRO CHICO. ¿Eso lo hacía gay? ¿O simplemente pasaba demasiado tiempo con Kairi y sus demás amigas? Cada que salían al centro comercial se la pasaban apuntando a chicos guapos o que ellas consideraban guapos, tijereándolos, repasándolos, criticándolos y al final preguntándole a él que qué pensaba. ¿Lo habían vuelto gay, o simplemente sabía diferenciar un Edward Cullen de un Quasimodo? ¡Ash, igual, en cualquier caso era su culpa!

...Pero tampoco podía decírselo a Kairi.

-¡Y no puedo creer que se haya atrevido a decirme eso! ¡¿Tú crees? Así que never, la borré de mis amigos del face para que ya no pudiera ver mi muro, y también de mi metro, y seriously voy a suspender mi cuenta de twitter y QUE NI PIENSE que la voy a ir a ver el finde a su desfile de quinta. ¿Verdad, Sora?

-... -No escuchaba.

-...¿Sora? ¡SORA! -Kairi chilló. -¡Te estoy hablando, no me cortes tan feo!

-¿Eh? ¡Ah! ¡Perdón! -Gritó Sora. -¡Sí te oí, lo que pasa es que... escuché que mi mamá acababa de llegar!

-¡Pues entonces repite lo que acabo de decir!

-Eh... -Hizo un esfuerzo.- ¡Que estás enojada con ella!

-¡EXACTO! Porque AGH, me dijo, y le dije, y ella entonces contestó y luego mandó decirme, y le dije a su amiga, y ella me dijo que ella había dicho que me dijeran que...

Una idea brilló en la cabeza de Sora. O sea no, no era "idea idea", pero era un truco para pedirle consejo a su amiga sin necesidad de que ésta lo crucificara... y sin necesidad de tener que escuchar la historia entera, que la verdad se había perdido por completo. Andaba medio zombie desde que regresó del centro comercial y Rico... Riku... Ricochet, como se llamara, seguía apareciéndose en su mente.

-¡Estoy tan enojada que se me acaba de ir la línea del barniz de uñas! -Gimió Kairi al otro lado. -¿Tú piensas que estoy mal, Sora? ¿Verdad que no?

-¡No, Kairi, no! ¡Vales mil y eres mi best friend forever, desde que éramos niños así chiquititos! De hecho te entiendo... de hecho con decirte que algo me anda molestando desde hace rato ¡Y no he podido hacer nada! No me puedo concentrar y así... y mal y eso.

-Oh my god, Sora, ¿Estás bien? ¿Qué te hicieron, friend? Si quieres llamo a Naminé y a los demás y entre todos...

-Nono, o sea no es así tan serio, es así nada más que como que me tipo dijeron algo y pues me sacó de onda cañón, como cuando te sueltan una reflexión de la vida y eso...

-Oh no no no no, a ver, Sora, escúchame muuuy atentamente, ¿Ok? Para eso estamos los amigos. Tipo, ¿Qué te pasó?

-Pues es que... -Sora tragó saliva. Ok, había logrado desviar la atención de Kairi hacia su persona. Ahora sólo tenía que enfocarla en el problema principal... de preferencia encasquetándole el papel de víctima a alguien más. -¿Te acuerdas de la tienda esa a la que fuimos esta tarde, esa al lado de Bizarro?

-¿Sfera?

-Sí, esa... ¡Ves, ni el nombre ví! Ya estoy mal...

-No, no, no, no, no te preocupes, a todos nos pasa una o dos veces. A ver nene ¿Qué te hicieron?

-No pues a mi nada, pero haz de cuenta que había un... un tipo acá bien fashion ahí como de nuestra edad, ¿No? Y pues yo estaba viendo la ropa y al principio pues no lo pelé mucho. -Ajá, como no. Ojalá algún día Kairi le perdonara la mentira... -Pero ya después así como que si lo pelé porque andaba medio ido y yo creo que perdido o no sé...

-Ajá, ¿Y entonces? ¿Te confundió con uno del personal?

-No no no, pero ya se fue con otro, un tipo aca medio... pues medio... así como el Edward Cullen, que ese sí era de personal... y pues el tipo ya había hecho el megaosísimo pero el punto es que lo ví poniéndose muy nervioso y acá...

-¿Nervioso?

-Ajá, le preguntó su nombre y todo y así muy sacado de onda... y luego se fue de la tienda como que muy rojo y me quedé pensando porque, bueno, si hubiera sido una niña no era tanto, ¿No? Pero era otro chico y ya no supe qué pensar y me reg-... er... ¡Y el tipo se regresó por donde vino!

-¡Aaaah! No pues... Ay Sorita, qué bueno que no te tocó cerca, para mí que era medio laralailo... que es, o sea, perfectamente normal, ¿Ves? Tipo esta de moda ser como bi y eso, pero ya son asi como palabras mayores para nosotros y eso…

-¿L-laralailo?

-Sí o sea, como que batea del lado izquierdo, es del otro equipo, tu me entiendes, ¿No? ... mmm cómo te explico... ¡Ay no, es que eres muy inocente

-Ah... -Sora no había entendido ni jota de nada. y todo! Pero no te preocupes, Sorita, no es nada malo.

-Bueno, Sora, ya me voy dormir... ya casi es hora de mi baño y eso... ¿Estarás bien, amix?

-Sí, Kairi no te preocupes. -Forzó una sonrisa. Lo más seguro sería que tendría pesadillas esa noche.

-Bueno... ¡Entonces nos vemos mañana en el colegio! ¡By-byeee! -El teléfono al otro lado de la línea colgó, y Sora se dejó caer pesadamente en su cama, mirando al techo y aventando el teléfono a algún rincón.

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Rhape (en negritas) Bienvenidos a la sección de datos curiosos...y si leyeron Clic ya sabrán que tipo de datos curiosos ponemos ;D

Primer dato: aunque no nos guste Twilight, pusimos referencia a eso porque ya es cultura general (por desgracia...), además de que nos hace gracia ver a Sora sufriendo por su ''Edward'' xD

Dato curioso numero 2: pus... la verdad yo ni idea de ese mundo, la escuela de Rhape era mas fresota que la mía así que ella me da las ideas, como lo del starbucks y de que los pijos que iban se emocionaban un montón cuando los llamaban por el nombre para que fueran a recoger su café :B (Axureé, en no-negritas)

Dato 3: este fic lo comenzamos a escribir poco después de terminar Clic (de Final Fantasy VII), y lo terminamos de escribir hace como... ¿un año? xD. Pero por razones desconocidas...entiendase flojera, hasta hoy lo publicamos xD

Dato 4: … pero lo publicamos para no vernos sarras 8D ok, fue mi culpa, nunca me conformaba con lo chistoso que quedaba Uu sob. Por cierto… esta cosa no ten{ia nombre xD íbamos a pnerle clic 2, y hasta telcel, lol. Pero al final, nos quedamos con este titulo porque es mas chilo y nos gustó más (¿?)

Nota: vamos a meter referencias a clic n0n (SPOILER LOL) asi que es recomendable leer antes clic si se quieren reir mas y entender mas chistes xD pero no es obligatorio… Ah, y sí… "pijo" y "fresa" son lo mismo.