Digimon NO me pertenece.

Historia hecha sin fines lucrativos.


Tabla Virtudes para la comunidad Retos a la Carta de LJ.

Reto: Desinterés.


Desinterés

~o~

—¡Me las vas a pagar, Matt!

Mimi gruñó sonoramente, harta de la situación. El grito que Taichi había pegado minutos atrás, estuvo al borde de dejarla sorda. Quiso tratar de callarlo, mas sus palabras no tenían resultado alguno. Tratar de callar a Taichi Yagami cuando estaba enojado era una misión imposible.

Miró a su lado derecho y vio cómo el moreno fruncía el ceño y apretaba sus manos en un puño, casi haciéndose daño él mismo ante la fuerza empleada. La castaña no hallaba dónde rayos meterse. Ni sabía lo que pasaba, ¡no estaba enterada de nada!

Estaba en medio de dos patanes, porque a esa altura lo eran. Inclusive Yamato Ishida, quien estaba a su lado izquierdo, con las manos en los bolsillos y con una sonrisa arrogante, desafiando con la mirada al chico del otro extremo. Mimi quería decirle que pararan el circo, que los gritos y las constantes provocaciones de ambos, se detuvieran en ese mismo instante, sin embargo, sus palabras entraban por el oído de ambos y salían por el otro sin siquiera procesarlas.

¡¿Qué debía hacer? Los ánimos estaban calientes.

—¿Se puede saber qué pasa? —quiso saber. El moreno refunfuñó e inspiró tratando de calmar su ira. Mimi se lo agradeció mentalmente. Intercaló su vista con el rubio, quien negaba con la cabeza y le hacia un gesto diciéndole que él tampoco sabía— ¿Tai? —lo llamó, esta vez mirándolo con más calma. El aludido resopló.

—¡Que te diga tu novio, él sabe lo que hizo! —chistó entre dientes, nuevamente exaltándose. La chica posó su mano en el hombro y trató de calmarlo; Tai era impulsivo, y, en cualquier momento lo veía venirse contra ella tratando de alcanzar a Matt. El moreno contuvo la respiración, para luego ceder ante el gesto de Mimi. Relajó lentamente sus músculos y desvió la vista de los presentes.

La castaña rodó los ojos, inquieta. Estaba tranquilamente en su departamento con Matt, tratando de cocinar, cuando de repente unos fuertes golpes hacia su puerta se hicieron presentes. Taichi estaba como un león buscando a Yamato. Había entrado como alma que lleva el diablo y sin saludarla siquiera, se lanzó contra el rubio en un ataque de arrebato.

Y desde ese entonces, Mimi Tachikawa estaba parada en medio del lío, evitando que los dos no se mataran a golpes o se insultaran más de lo que ya lo habían hecho.

—Matt, explícame por favor —rogó, tratando de buscar desde lo más profundo de su ser la calma y la paciencia que por momentos sentía que perdía.

—Ya te dije, no sé nada —zanjó ásperamente bajo la atenta mirada de Taichi. El moreno gruñó y lo miró desafiante. Matt alzó una ceja y esbozó una sonrisa sarcástica—. Te estás volviendo loco —proclamó.

Mimi le dirigió una mirada asesina.

—¡Basta! —chilló— Los dos van a estar en silencio hasta que llegue Sora. ¡Nada de provocaciones! —amenazó a ambos. El rubio asintió apenas, mientras que el moreno mantenía la vista fija en él.

La castaña había agradecido a los Dioses por haber encontrado su celular a tiempo, apenas la discusión comenzó entre los dos chicos, había tenido el tiempo de llamar rápidamente a Sora, quien no dudó un instante en correr hacia su departamento. A Mimi no le molestaba que ellos discutieran y que se gritaran, pero cuando pasaban el límite y los golpes iban y venían, la cosa era distinta.

El sonido de la puerta se hizo escuchar. La castaña miró amenazante a los chicos y les indicó con el dedo que se callaran. Entrecerró los ojos y ambos desviaron su mirada, tratando de contenerse. La chica apresuró el paso y abrió la puerta, dejando ver a una agotada Sora.

—¿Qué ocurre? —inquirió apenas entró al lugar. La pelirroja sintió la presión en el aire y casi pudo jurar que el ambiente se podía cortar con una tijera. Caminó junto con Mimi hacia los chicos— ¿Tai? —preguntó mirándolo y acercándose a él. El chico frunció el ceño.

—¡Lo voy a matar! —exclamó. Sora tomó su mano, tratando de buscar la calma en él. Odiaba cuando veía a su novio en este estado.

—¿Qué pasa? —Taichi la miró.

—Él… —pausó, inhalando y luego exhalando— Te abrazó, yo lo vi. ¡Y se hace el desentendido, hasta frente a Mimi!

Mimi alzó una ceja y por el rabillo del ojo miró al acusado. Yamato mantenía su expresión que minutos antes había adoptado: labios rectos, ceño fruncido y manos en los bolsillos.

Sora comprendía todo. Tai podía ser muchas veces despistado, pero cuando era celoso, se transformaba y sus sensores se prendían. Y nadie era capaz de deternerlo

Sólo ella.

Miró a Matt y luego intercaló su mirada con Mimi. Se acercó hacia ella y en un susurro le dijo «Lo siento», le guiñó el ojo y fijó sus ojos en el rubio, quien no comprendía nada.

Alzó su mano despacio y le pegó una abofeteada a Matt, instalando la duda en todos, menos en el moreno. Una fuerte y rápida cachetada le había llegado de golpe al rubio. Ishida abrió los ojos abruptamente y llevó enseguida su mano hacia la zona afectada.

—¿Q-qué rayos? —articuló aún con la sorpresa latente. Sora frunció los ojos y negó con la cabeza. Caminó hasta Tai, quien reía por lo bajo y le dirigía una mirada triunfante al apaleado.

—Já —rió el moreno, siendo él el sarcástico. Una risilla casi abrumadora para Yamato, pero para él, no era más que una sonrisa burlona; como la de un pequeño niño que logra su objetivo. Sora le sonría maternal, casi comprendiéndolo al cien por ciento. Entrelazaron sus manos y caminaron tranquilamente hacia la puerta, dejando el departamento de Mimi en silencio y a los dos en una situación incómoda.

O eso creía él.

Tachikawa fruncía los labios y se los mordía cada tantos segundos. Mantenía la vista fija en la puerta del departamento, sin decir palabra alguna. Simplemente no entendía. Ella no le hallaba conexión a nada. ¿Su novio se había estado abrazando con Sora? Tai los había visto, eso era seguro. Pero entonces, ¿por qué Sora le había pedido disculpas a ella y luego había golpeado al chico? Mimi comenzó a hilar todo rápidamente, tratando de comprender la situación. Sabía cuán comprensiva y regalona era Sora de Taichi. Y fue ahí, en ese entonces, cuando la castaña se dio cuenta de todo. La disculpa no era por haber abrazado a su intranquilo (en esos momentos) novio, sino por la cachetada que había propiciado a él.

Mimi cerró los ojos lentamente. Sora sólo protegía a Taichi.

Matt llevó una mano hacia la nuca, rascándose los cabellos, nervioso ante el silencio entre los dos.

—Puedo explicarlo —dijo finalmente. La chica lo miró. Mimi podía ver en los ojos de su chico la disculpa que no se atrevía a decir en palabras, tanto por el escándalo armado en su departamento, como por la acusación que Taichi había hecho.

Pero extrañamente, a ella no le molestaba.

—No me interesa —respondió, sincerando.

Simplemente no le interesaba.

El rubio sintió cómo las fuertes palabras de ella calaban profundo. ¡Odiaba que de repente las cosas se salieran de control! Todo por la culpa de su idiota y celoso amigo. Ya se las vería con él, a solas. No iba a dejar que las cosas se quedaran así.

No le gustaba enojarse con Mimi. Lo odiaba.

Mimi leyó cada gesto que Yamato hacia. Lo estudió cuidadosamente en cuestiones de minutos. Quiso reír ante la postura que él estaba tomando, mas no pudo hacerlo. Caminó lentamente hacia él, quedando frente a frente, a pocos centímetros del cuerpo nervioso de Matt.

—Confío en Sora, y por sobre todo, confío en ti —esbozó una pequeña sonrisa, dando palmadas suaves al pecho del chico.

El chico suspiró y asintió lentamente, agradeciéndole con la mirada que fuese tan comprensiva. El peso de los hombros, que, antes mágicamente había caído sobre él, ahora se despejaba a paso lento. Ambos sabían que Taichi era un chico impulsivo y llegaba a ser tonto cuando los celos le cegaban.

—Podemos seguir con la comida, entonces.

—Uhm —dudó ella—, creo que debes recompensarme por todo el lío que armaron —sugirió riendo. El chico entrecerró los ojos.

—¿Y qué puedo hacer?

—¡Comprarme un delicioso helado!

Sinceramente él no sabía si era desinterés lo que estilaba Mimi o interés, quizá picardía y manipulación.

Pero a él no le importaba. Ella era así.

Matt rió, asintiéndole y dándole a entender que lo haría. Que la mimaría. Como siempre lo hacia.


UUUUURRRHM. ¡Tanto tiempo sin subir este fic! Asdf, lamento mucho la demora. Los nuevos proyectos llenan mi cabeza y dejo de lado la Tabla. Gracias a Rowwmon por recordarme que Felicem estaba botado y que soy mala por tener abandonada la tabla e.é. Ayer dije que no actualizaría nada más que esta tabla, pero no puedo(?).

En fin~~

Espero que se haya entendido el Shot, o mini-shot. Es cortito D: La verdad no sabía QUÉ hacer con "Desinterés" :c Me hice un lío, y, además, quería que Sora le pegara a Matt, JUJUJU. Si no han entendido y quieren reclamarme, mi bandeja de emepés está abierta así como los rr. Sí, acepto reclamos.

Ahora, ¡gracias por sus revieews!

johita0310, MeemsIshida, Rowwmon, Vanish y Cirelo.