Declaimer:Naruto y sus personajes no me pertenecen.

Advertencia:Contiene lenguaje obsceno, pero muy poco.


Prohibido besar

21. Epílogo

–Y quiero que te portes bien ¿Me estás escuchando? –preguntó Sakura, observando con atención al hombre, con las manos en las caderas y mirada inquisidora.

Nop, él no la había escuchado. Se quedó en "Voy a traer a cenar a alguien" y él sabía, que con ese alguien, se refería a un chico. A continuación ella se puso a hablar y hablar de cualquier cosa y de nada a la vez. Seguramente estaba imponiéndole normas sobre cómo comportarse con el sujeto en cuestión y a él eso le importaba una reverenda mierda. Oh vamos, hablábamos de su hija. Hablábamos de que él era su padre. Siempre odiaría a ese cabrón. ¡Le estaba robando a su pequeña!

– ¡Papá! No me estás escuchando.

Takeshi Haruno tragó saliva con fuerza. La famosa vena de la frente de su pequeña se estaba hinchando considerablemente, había hecho estallar sus nudillos y lo estaba mirando con esa mirada jade, reprobatoria. Daba miedo.

–Cerecito, no te enojes con tu papá. –le pidió con tono dulce y empalagoso.

–Entonces prométeme que te vas a comportar.

No pudo evitar hacer una mueca de desagrado. –No me pidas eso ¿cómo quieres que trate bien al bastardo que me está robando a mi hijita? No, de eso nada.

Se cruzó de brazos y giró la cabeza. Terco.

Sakura evaluó a su padre. Su cabello castaño oscuro le caía graciosamente sobre la cara, dándole un aspecto infantil, como si fuera un niño. Uno que no era. Sus rasgos eran duros y más marcados, ya con algunas huellas de la edad. Siempre le dijeron que ella se parecía más a su madre, sobre todo por el cabello, sin embargo, sus ojos no. Los ojos eran idénticos a los de su padre. Incluso el brillo de ambos orbes era el mismo: alegría, dulzura, terquedad y amor. Sip, su padre era muy amoroso. "Y sobre protector, no lo olvides" Sip, eso también.

Papaaa–alargó la última vocal y lo soltó de forma cantarina. ¿Él se iba a poner difícil? Ella lo obligaría.

Takeshi ni la miró. –Ni te atrevas Sakura, no voy a ceder. Puedes traerlo a cenar si así lo deseas y presentármelo formalmente, pero no me pidas que trate bien a ese bastardo Uchiha, porque no lo haré.

–Pero papá–se abrazó al mayor, rodeándolo con sus brazos por el estómago.

¿Está más gordo? Se preguntó la Haruno, dándose cuenta de la barriga de su padre. Seguro que desde que dejó el hogar familiar se dedicaba a comer por ahí y vete-a-saber-tu qué porquerías estaría ingiriendo. Él antes, cuando ella le hacía sus verduritas, no tenía esa barriga. Ya se encargaría de eso más tarde.

–No seas tan celoso, se bueno. Lo único que te estoy pidiendo es que seas cortes, nada más.

Bastante le costó que Sasuke aceptara esta cena como para ahora dejar que su padre lo estropeara. Joder, no sólo eso, le costó muchísimo llegar a ser algo más que una compañera de equipo de él. "Y tanto." Con Sasuke todo costaba el doble de esfuerzo. Maldita sea, ni siquiera después de la declaración de él logró que le pidiera ser su novia, al menos no con palabras. Porque él se lo había dado a entender a su forma.

Habían pasado tres hermosos meses desde ese día, ella se autodenominó a sí misma, su novia y Sasuke seguía siendo un cubo de hielo. Estaba claro que él y las demostraciones de afecto en público no se llevaban bien, y lo entendía, así era su personalidad. "En público, ya en privado es otra cosa, ¿no Haruno?" Sip.

Pero se puso en sus trece e hizo lo que cualquier mujer debía hacer. Como quién dice: se subió al burro y no se bajó. Ciertamente, no quería presionarlo, pero vamos, si no hacía, el Uchiha tampoco lo haría. Maldito orgullo. Poco a poco, consiguió darle la mano o tomarlo del brazo cuando iban por la calle. Ella iniciaba el roce, y para sorpresa de Sakura, él no se alejaba. Las primeras veces lo vio algo molesto y reticente, pero lo logró. Obviamente, la gente comenzó hablar, pero bien podían irse a la mierda. Ella era feliz.

Con el paso de los días, y casi sin darse cuenta, se esperaban mutuamente, Sasuke a que saliera del hospital cuando era tarde y Sakura cuando él terminaba de entrenar. Incluso, dormían en el apartamento de Sakura, la mayoría de las veces. Se podía decir que eran pareja, una que no necesitaba demostrar su amor en público para saber que se querían. Y sip, vale, ella, a veces también necesitaba que Sasuke fuese más expresivo, pero se lo recompensaba en los momentos juntos y solos.

Sakura suspiró, un suspiro enamoradizo. Se había metido demasiado en sus pensamientos y había olvidado que su padre la observaba con los ojos entrecerrados y la terquedad dibujada en sus facciones.

–Maldito Uchiha–gruñó por lo bajo.

Él, ese cabrón malnacido le estaba robando a su pequeña desde que tenía doce años, y no sólo eso, le había hecho daño, mucho daño. Él no la merecía. Sasuke Uchiha no merecía el cariño y amor que su hijita le profesaba. ¿Y quién se lo merecía? Nadie. Definitivamente ningún hombre de esa aldea se merecía a su pequeña. Joder. ¿En qué momento ese bastardo se fijó en su cerezo? ¿Cuándo fue? Creyó, estúpidamente, que el tipo no se fijaría nunca en ella, es más ¿no era homosexual o asexual o algo así?

–Papá, ya deja de gruñir –lo regañó Sakura, alejándose de él.

¿No pensaba colaborar? Entonces lo obligaría. "Ataca, Haruno."

–Takeshi Haruno–su padre la observó–Espero, por tu bien que esta noche te comportes como el hombre adulto que eres, sino…–Sakura puso su típica expresión macabra, esa que daba tanto miedo. Tragó duro. Tsunade afectó negativamente en el humor cambiante y agresivo de su cerezo. –lo lamentarás.

Por un momento, todo quedó en silencio, sólo se escuchó el tic tac del reloj. Takeshi no podía creer que su hija le diera miedo. Vamos, él era el adulto. Sí, claro.

–Bueno, papá, me tengo que ir. Nos vemos a las siete. –le dio un beso en la mejilla y se fue tan pancha ella.

Sakura realmente era bipolar. Y sin embargo, pese haber recibido una amenaza directa, no podía dejar de maldecir al mismo sujeto. Todo era su culpa.

–Maldito Uchiha.

Takeshi sabía a la perfección que esa noche, no solo iba a ser muy larga y estresante, sobre todo para su hija, sino que, en definitiva, quisiera o no, tendría que soportar a Sasuke Uchiha como su yerno.

Y así fue, de hecho.

Eso sí, nadie dijo que él fuera a ser un buen suegro.


– ¡Descansemos, estúpido!

–Tsk, Idiota.

Otra típica conversación entre Sasuke y Naruto. Se encontraban en el campo de entrenamiento, bajo el agradable sol de primavera. El rubio se echó en el césped, cerrando sus ojos y disfrutando de una suave brisa. Por su parte, él se recostó contra la sombra de un árbol, dispuesto a echarse una siesta.

El tiempo se pasaba taaan rápido, y el cabreo de Naruto se esfumó cuando Sakura se plantó en medio de los dos, como siempre, y le chilló al shinobi que Sasuke era su novio. Al rubio casi se le desencaja la mandíbula. Sasuke gruñó un "molesta" y Kakashi, también presente, río por lo bajo. A partir de ese momento, Naruto se tranquilizó y los dejó en paz, eso sí, se encargó de amenazarlo, cuando la chica no estuvo presente. "Todos te amenazan." Sip, como el padre de Sakura.

Habían pasado ya dos meses desde la fatídica cena en la residencia Haruno. Qué hombre más insoportable. Como un grano en el culo. Encima tenía dos caras. Delante de Sakura se comportaba como todo un ángel, pero por detrás….por detrás se encargaba de joderle la existencia con palabras agrias y comentarios despectivos hacia su persona. Si se logró controlar fue porque, mierda, era el padre de la pelirrosa, no podía simplemente pegarle.

Pero bueno, no esperaba menos de Takeshi, sinceramente. Era lógico, después de todo, era su hija y es normal que la defendiera. "Qué comprensivo estás últimamente". Arg, cállate.

Un chillido lo sacó de su ensoñación. Naruto, ya casi dormido, abrió los ojos, restregándoselos. Sasuke se incorporó y miró al frente. Sakura venía corriendo y gritando su nombre. Escandalosa. Ambos se levantaron y esperaron a que llegara.

– ¿Pasó algo, Sakura? –preguntó Naruto, preocupado.

Ella tomó aire, una sonrisa estúpida bailaba en su rostro y de verdad no podía parar de reír. Pero es que, era feliz. ¿Qué tenía de malo parecer una loca corriendo por las calles de Kohona? "¿Qué pareces una loca?" Al diablo con eso. No le importaba en lo más mínimo la opinión de los demás.

–Sakura, habla–le ordenó Sasuke, hastiado.

En realidad él también sentía un poco de curiosidad, pero sólo un poco.

Sakura lo miró directamente a los ojos. –Estoy embarazada.

De los dos, él más que se sorprendió fue Naruto. Sasuke permaneció allí, de pie, estático. Su máscara de frialdad seguía en su rostro, pero pudo sentir un calorcito recorrer su pecho, sintiéndose vivo y feliz. ¿Iba ser padre? "Y esta vez de verdad, Uchiha."

– ¡Felicidades, Sakura! ¡Voy a ser tío! ¡De verás!

Tomó a Sakura en brazos y comenzó a dar vueltas con ella, mientras la pelirrosa reía y gritaba.

Sasuke se quedó mirando a la nada, pensativo. Iba a tener un hijo. De Sakura. Su clan iba a resurgir de entre las cenizas. Recordó aquel episodio paranoico que una vez tuvo y un amago de sonrisa recorrió sus facciones. Sus labios se curvaron levemente hacía arriba, y esta vez no era una sonrisa cínica, era una orgullosa, sobre todo, sincera. Es sus ojos carbones se podía distinguir ese rayito de luz que Sakura insufló en él con mucha paciencia.

– ¿Y tú no piensas decir nada, estúpido?

Uzumaki se plantó delante de él, mirándolo con los ojos entrecerrados ante su falta de participación. Por dios, ese tipo era tan expresivo como una pared. Le acaban de decir que iba a ser padre y él estaba allí como si nada, como si Sakura hubiera anunciado que iba a llover.

Sasuke le devolvió la mirada a Naruto y este se sorprendió. Estaba sonriendo, levemente, pero sonriendo.

–Hmp, te he ganado –el Uzumaki lo miró sin comprender–Voy a ser padre antes que tú, idiota.

Sakura bufó, molesta. Definitivamente, hablar no era lo suyo. Pero no dijo nada, lo conocía, la noticia lo había sorprendido, sí, como a ella, a decir verdad. No se esperaba quedarse embaraza. Sin embargo, allí, en el rostro inexpresivo de Sasuke distinguió un abismo de felicidad, cariño.

–No me llames idiota, estúpido. Además, yo el futuro Hokage de esta aldea será el futuro padrino de tu hijo, tráteme con más respeto. –se cruzó de brazos, inflando las mejillas.

–No vas a ser el padrino de mi hijo. –y en ese mi se remarcó su posesividad.

Aunque eso no fuera del todo cierto, le gustaba molestar a Naruto, era tan sencillo frustrarlo.

– ¡Sí lo voy a ser! –chilló como un crío.

–Cállate, perdedor. –el Uzumaki lo miró sin entender.

–Ya basta–sentenció Sakura –Naruto, si vas a ser el padrino.

Naruto lanzó un grito de júbilo y le sacó la lengua a Sasuke.

– ¡Tengo que decírselo a Hinata y al maestro Kakashi!

Y tan rápido como dijo eso, comenzó a correr, dejándolo atrás. Sakura no quería ni imaginárselo cuando él fuera padre, montaría un gran revuelo, eso seguro. Solo deseaba que sus hijos no salieran tan hiperactivos como el rubio, sino…iban mal.

Se giró para contemplar a Sasuke. –Vamos, hay que decírselo a mi padre y a Tsunade antes de que se enteren por Naruto–comentó divertida, tendiéndole una mano.

Sasuke bufó, otro día largo. Takeshi lo mataría y Tsunade lo descuartizaría. Genial. "Este es el precio de la paternidad, Uchiha" Bah, podría con ello. A fin de cuentas, tenía que conocer a su primogénito, no podía, simplemente, dejar a ese niño en manos de su padrino, ese rubio lo volvería un adicto al ramen desde la cuna. Además, ahora que por fin estaba con Sakura, no podía dejarla, pero eso jamás lo diría en voz alta. "No me digas… ¿notaste el sarcasmo?"

Él aceptó el tacto, y en un acto sorpresivo, tiró de la mano de Sakura, acercándola a él, para abrazarla. La pelirrosa se dejó hacer, pasándole los brazos por el tórax, sonriendo contra su pecho. Sintió los labios de Sasuke besar su frente y no pudo evitar suspirar. A eso se refería, él demostraba su afecto en privado. Tampoco era el hombre más romántico del mundo, todo hay que decirlo, no estaba todo el día diciéndole que la amaba. Pero si algo había aprendido, era que, a veces, era mejor un gesto, a palabras de cariño dichas con hipocresía. Y ella así lo prefería. Porque así lo quería.

–Gracias. –susurró, bajito, justo en su oído.

Y ese era su modo de decirle "Te amo".


No podía dormir. Estaba cansado, su cuerpo pedía a gritos descansar, reponer energías y diablos, necesitaba dormir. Pero no podía debido a que cierta pelirrosa de hormonas revolucionadas, y emocionalmente inestable, no paraba de dar vueltas en la cama. Una y otra vez se movía. Cambiaba de postura, permanecía cinco minutos quieta y cuando creía que por fin el sueño lo vencería, ella se volvía a mover. Era desesperante. Pero ¿y quién le decía algo? Él no, gracias. "¿Le tienes miedo?" Nop, solamente, no estaba loco.

Sakura pasaba de la risa al llanto en menos de un parpadeo, hablar con ella era lo mismo al suicidio. Bien podía enojarse, divertirse o entristecerse. Si ahora le decía algo, seguramente, haría una escena dramática. Primero le soltaría un agrio "¿Y de quién es la culpa?", luego se echaría a llorar, gimoteando un "Ya no me quieres porque estoy fea y gorda." Y quizás, para finalizar el acto, le pediría algún antojo difícil de cumplir o asqueroso de comer.

Al final se giró, quedando de lado mirándola. Ella estaba de espaldas a él. Se acercó a ella y pasó su mano por su abultado vientre de nueve meses recién cumplidos. La estrechó suavemente contra sí, apegando su espalda contra su pecho y deseó que eso funcionara. El bebé en esos últimos meses se movía mucho, sobre todo de noche.

– ¿Qué pasa? –preguntó en un susurro.

Sakura suspiró ahogadamente.

–No deja de moverse.

Y como para corroborar el argumento de su madre, Sasuke sintió contra su palma una patada de su hijo. No pudo evitar sonreír.

Contra todo pronóstico, después de ese cambio de posición de él, Sakura comenzó a relajarse y, como si el pequeño en realidad lo que hubiese estado pidiendo era un poco de atención de su padre, se apaciguó.

Sin embargo, dos horas después, Sakura volvió removerse inquieta. Joder, le dolía. Y no debería de dolerle, no debería. Sacudió la mano de Sasuke, aún en su vientre. Podía sentir la respiración pesada de él contra su cuello.

–Sasuke, despierta. –ni por asomo.

Sakura bufó, frustrada.

–Uchiha, llévame al hospital, ahora.

Los ojos de Sasuke se abrieron como relámpagos ante la orden.


Seis horas más tarde, en el hospital de Konoha, un espécimen hiperactivo de cabello rubio decidió hacer un hoyo en el suelo de la sala de espera, mientras esperaba el nacimiento de su futuro ahijado o ahijada. Porque claro, aún no sabían el sexo, el condenado bebé era tan reservado como su amargado padre.

–Idiota, deja de caminar de una maldita vez –se hartó Sasuke.

Joder. ¿Quién llamó a ese imbécil? Lo estaba poniendo de los nervios. "Y mira que eso es complicado." Maldita sea. Suficiente tenía con que a Sakura se le haya adelantado el parto. Y aunque estaban en las manos de Tsunade, él estaba preocupado, y no dispuesto a admitirlo.

Naruto se giró a observarlo, ofendido.

–Pero estoy nervioso, estúpido. –se excusó.

¿Y él no? "En ti no es tan evidente."

–Joooooo, ¿por qué tardan tanto? Sakura lleva allí dentro como doce horas y aún no tiene a mi ahijado–lloriqueó el Uzumaki, exagerando, como siempre.

–Lleva seis horas, idiota–le corrigió Sasuke, en automático.

–Naruto, ya tranquilízate. –le dijo un somnoliento Kakashi, por una vez había llegado temprano.

De pronto, cuando el rubio pensaba replicar, la puerta con el dichoso cartel "Prohibido el paso a personal no autorizado", que tanto se burlaba de ellos, salió una cansada Tsunade, con ojeras debajo de sus ojos y algo sudorosa, pero con una brillante sonrisa.

Sasuke se levantó como un resorte, Kakashi, hasta ese momento apoyado en la pared, se enderezó y Naruto se giró para mirarla con expectación. Los ónix se cruzaron con su mirada y ella asintió con la cabeza.

–Fue un niño–anunció.

El Uchiha antes de perderse dentro de la sala, pudo escuchar el grito de júbilo de Naruto y algunas palabras que no llegó a entender, algo sobre que su ahijado tendría por padrino al próximo Hokage. Idiota.

Al adentrarse en el cuarto, lo primero que divisó fue a Sakura, echada en la cama con aspecto de estar terriblemente cansada. Su piel estaba pálida y su cabello rosa revuelto, pero sus orbes jades no apartaban la mirada de un pequeño bulto a su lado.

Sasuke se acercó, hasta colocarse a su lado. La pelirrosa apartó, con extremo cuidado, las mantas, y entonces lo vio. Una carita roja y arrugada, quizás con la cabeza demasiado cumplida, debido al parto complicado, lo saludó. Un bebé. Un niño. Su hijo. Ya era padre. Padre. Aún le sonaba extraño.

El pequeño, dormido, como si sintiera que estaba siendo observado y alguien había ido a conocerlo, abrió súbitamente los ojos. Ojos negros, unas tonalidades más bajas que los de él, seguramente debido a la falta de pigmentación dentro de vientre materno, pero esos orbes era el augurio de dos ónixs. Sonrió con orgullo, una sonrisa pequeña, pero verdadera.

Ellos dos sí que eran bien complicados, se dijo la joven madre. Lo hacían todo al revés del pepino. Primero follaron, luego se besaron, fueron novios y tuvieron un hijo. Ni siquiera se habían casado. Y le daba totalmente igual, lo harían después. Así lo decidieron al ver el vientre abultado de la pelirrosa crecer.

Sakura lo miró fijamente, soltando una pequeña sonrisita al ver a Sasuke acercar su mano para tocar al pequeño recién nacido. Su hijo extendió las manos, buscando la mano del mayor y se aferró con extraña fuerza a uno de sus dedos. Él se quedó congelado por el acto, sorprendido, pero orgulloso a la vez.

– ¿Y cómo se llamará? –preguntó Sakura.

Sasuke no lo dudó ni un instante.

–Itachi.

Asintió, sonriéndole.

Sip, definitivamente lo hicieron todo al revés, pero no cambiaría las consecuencias de sus actos por nada ni nadie. Puede que su forma de comenzar no fuera la más ortodoxa. Pero ¿y qué? Ahora eran una familia, eso era lo único importante.


Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin xD

Nunca antes había hecho un epílogo, así que estaba un poco indecisa de cómo empezarlo. Me quedé con la espina de poner a Sakura embarazada desde el capítulo de la paranoia de Sasuke, no podía irme sin hacerlo xD Preferí hacerlo así, porque lo veo menos tedioso que si directamente me pongo en situación de embarazo, además, la idea de el padre de Sakura me surgió una vez, mientras escribía el fic, pero no llegó a salir a la luz y no podía irme sin dejar constancia de lo sobre protector de su papá xD

¿Algo más? Fiiiiiiiiiiiiin xD Es el primer fic que termino *se quita lagrimitas de sus ojitos* Muchas gracias a todos los que siguieron esta historia y a los que dejaron comentarios, espero que hayan disfrutado con esa historia tanto como yo disfrute en escribirla ^^

Nos leemos!