Declaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.
Advertencia: Contiene lenguaje obsceno y lemon.
Prohibido besar
1. La fruta del diablo.
Iba caminando por el largo pasillo del hospital, concentrada totalmente en la tarea de leer, sin tan siquiera molestarse en mirar en dónde ponía los pies, no le hacía falta, conocía a la perfección cada recoveco de ese lugar. Esquivaba con gran maestría cualquier objeto que a su paso encontraba, que solían ser camillas, carritos o alguna que otra silla, nada demasiado importante. Su atención estaba fija en esos análisis de tres pacientes diferentes, con tres diagnósticos distintos, el sonido de sus zapatos era lo único que se escuchaba por esa zona de la clínica, que, a la hora del almuerzo, estaba prácticamente desértica, dándole un aspecto más lúgubre al ambiente. " Y ayudándote a ti en tu cometido."
La mente de la ninja médico divagaba, buscando soluciones, trabajando rápidamente en los resultados y haciendo conjeturas precisas, su ceño fruncido levemente a causa de la concentración y sus pasos monótonos y de continua lentitud así lo decían. A él, lo exasperaba. Molestia. Por eso, una alarma estalló en la cabeza de la joven, reflejando su sorpresa en su rostro, cuando la tomaron del brazo y la arrastraron sin miramientos, sin darle tiempo a reaccionar, resistirse o huir.
Los papeles cayeron de sus manos al suelo, aunque no supo bien dónde exactamente. Su espalda golpeó contra una superficie dura y su vista quedó nublada. Negro. Todo se veía negro. Dedujo, tras escuchar un impertinente "click", que fue encerrada en una especie de armario o estancia sumida en la más profunda oscuridad. Sus ojos jade aún no se acostumbran a la negrura, distinguiendo sólo una figura más grande que ella." Todavía no sabía que eres tú."
Y justo cuando pensaba moverse, golpear, hablar o hacer mínimamente algo, unos labios se apoderaron de su cuello y perdió el control que, siendo francos, nunca había tenido, y nunca tendría.
Se quedó petrificada, anonadada, no podía creerlo. El miedo que momentos antes la inundaba fue sustituido por el asombro y el placer. Oh, sí, placer. Porque no era una boca, era su boca. No eran unos labios, eran sus labios. No era alguien. Era él. " ¿Y a quién más esperabas? "
Su lengua recorrió su piel, lamiéndola, dejando ese rastro de ardiente humedad desde la clavícula hasta el lóbulo de su oreja, repitiendo el proceso una y otra vez. Un escalofrío viajó como la pólvora por su espalda, erizándole los pelos de la nuca. Sentir ese maldito aliento cálido era desquiciante, su aroma era abrumador y sus caricias jodidamente eróticas. Las grandes manos masculinas la tomaron de la cintura, acercándola a él, a su erección. Sakura tragó saliva abruptamente, sin embargo, su boca estaba seca, pastosa. Se sentía torpe, perdida. No era capaz de responder correctamente, de corresponder a su delirio, y eso, lo molestaba. Lo sabía, lo supo desde que sus ojos oscuros se clavaron en ella, anclándolos en su rostro confuso. Bufó. Molesta, se repitió, y frunció el entrecejo al verla aproximarse más a él, colocándose de puntillas, apoyando sus manos en su pecho, cerrando sus ojos brillantes. Sus intenciones. Sus putas intenciones. " Sabes lo que desea ¿y aún así se lo niegas? "
Le dio la vuelta con rudeza, sin delicadeza o cuidado, siempre fuerte, duro, enojado por esa pequeña revelación de sus propósitos. Una mueca se dibujó en sus labios y emitió un leve quejido de dolor. Él ni siquiera se sintió culpable, ese sentimiento era algo que no se permitía experimentar. Era su culpa, su jodida culpa. Trato de besarlo. Besarlo en los labios. Besos y boca no iban juntas en su diccionario. Y ella, era consciente de aquello. Pero… ¡demonios!, quería saber a qué sabían sus besos. " La curiosidad mató al gato, Sakura." ¿No le era suficiente con siempre recibirlos por todo su cuerpo? No, claro que no. Ella quería uno en sus labios vírgenes, quería experimentar qué se sentía al recibir su primer beso, no obstante, Sasuke no estaba dispuesto a eso. Rechazo.
Una de sus manos voló por debajo de su blusa, apoderándose de uno de sus pechos, apretándolo, sacándola de sus pensamientos, jugando con su pezón erizado. La otra jugó con la cinturilla de sus pantaloncillos, incitándola, tentándola. Y, mierda, cada vez estaba más mojada. Apoyó ambos brazos en la puerta, mordiéndose los labios con fuerza, casi haciéndolos sangrar, reprimiendo un gemido demasiado audible. Una sonrisa torcida adornó el rostro varonil, disfrutando de la reacción de la chica, inflando su orgullo." ¿Más todavía? ¿Acaso eso es posible? "
Ella se revolvió entre sus brazos inconscientemente y ambos sexos se rozaron, la fricción los hizo jadear a los dos al unísono y entonces, el volcán estalló con la lava corriendo por sus venas, calentándolos al extremo y logrando que esas sensaciones tan familiares para ellos, recorrieran sus cuerpos, y fueran a la vez, tan desconocidas como una isla no descubierta.
Sakura no llegó a comprender en qué minuto él había conseguido bajar sus pantalones, de verdad que no lo supo, y tampoco quiso saberlo. Recargó la frente en la madera, cerrando sus ojos, apretando la mandíbula, no quería gritar, aunque lo haría, siempre lo hacía. Tiró de su cabello hacía abajo, su cuello se dobló y su espalda se arqueó, mientras, de una sola estocada, él la penetró. Un gruñido salido de lo más bajo de su garganta, fue emitido por él. Ella chilló, como era de esperarse. Escandalosa. Comenzó a embestirla con salvajismo, joder, ni siquiera se había molestado en quitarse la ropa. Estaba transpirando, notaba las gotas de sudor resbalar por su espalda y sus sienes, pero no hubo tiempo para cosas elementales. Lo necesitaba ahora, o mejor aún, la necesitaba ahora.
Prosiguió con su ritmo frenético, desenfrenado, la seguía tomando por el cabello y la cintura y en sus dos ónixs de carbón se reflejaba la lujuria que lo dominaba. Sakura se sentía en el puto infierno, ardiendo en las llamas más profundas y maldita fuera si no le gustaba que la tomara así. Ella misma logró que las estocadas fueran más profundas, moviendo sus caderas justo cuando él entraba. Sus paredes estrecharon su miembro gentilmente, volviéndolo loco, estaba a punto de alcanzar el orgasmo, a punto de tocar el cielo y él iba detrás, junto con ella.
Gimieron sus nombres. Llegaron juntos al clímax, él se derramó dentro de ella y no fue hasta ese momento que soltó su cabello, dejándose caer contra su cuerpo. Espalda contra pecho. Pecho contra madera. Sakura no era consciente de la fuerza empleada tomando el picaporte, de hecho, ni siquiera percibió que clavara sus uñas en la puerta, pero así lo hizo. Estaba demasiado ocupada no pensando en nada, sólo concentrándose en él, perdiendo el juicio por él.
Sentía la respiración irregular de Sasuke contra su nuca y la de ella misma aún era jadeante. Podría parecer retorcido, pero todo esto, le gustaba. Era salvaje, brusco, no existía romanticismo en nada de aquello, pero lo disfrutaba. No existía ningún tipo de relación entre ellos. No había ni cenas, ni citas, ni flores o bombones. Ni siquiera podía decir que hicieran el amor, sólo sexo, puro y jodido sexo. Él seguía siendo Sasuke Uchiha, un cubito de hielo inexpresivo. Y ella seguía siendo Sakura Haruno. Simple y claro. " Clarísimo como el agua, ¿no Sakura? "
Se quedó observando las marcas hechas por ella misma, notando como él salía de ella, percibiendo, sin tan siquiera mirarlo, que él se estaba arreglando las ropas. Se sintió vacía y como tantas otras veces, la culpabilidad y el dolor, acudieron a ella. Ella, igualmente, comenzó a vestirse, sin mirarlo. Ese era el instante que más la dañaba, lo que le recordaba la distancia que había entre ellos, pese a todo. Porque, aunque hubiera cambiado, aunque ya no fuera esa niña tonta que gritaba su nombre y lo perseguía a dónde quiera que fuera. Aunque fuera una doctora hábil y una ninja de fuerza sobrehumana, ella seguía siendo débil. Ella, seguía enamorada de él. Esa era la maldita diferencia entre los dos. " Tú destilas amor y él no. Tú lo amas y él no."
–Sakura–la aludida levantó la cabeza, antes gacha, y se encontró con su fría mirada inexpresiva. –Quítate de la puerta.
Orden. Eso fue una puñetera orden. La rabia intentó apoderarse de ella, pero la tristeza le ganó la partida. Nadie hubiera pensado jamás que el Uchiha llegaría a follar con ella. Nadie. Porque eso era lo que hacían, follar como animales. De hecho, a veces, ni ella misma, se lo creía. Y se sintió como un juguete, su muñeca de usar y tirar. Una vez más ocurrió. Se dejaba tomar por él, para luego, hundirse en la miseria y deprimirse como una estúpida. Era como una puta. Su puta.
Se apartó de la puerta, apenas moviéndose un paso a la derecha, casi chocando con la estantería de los productos de limpieza, confirmando su teoría del armario. Sasuke bufó por el escándalo que formó. Varias botellas cayeron y ella se tambaleó, y hubiera caído, si no la llega a sujetar. Torpe. Puso los ojos en blanco. Sus mejillas estaban teñidas de un encantador color carmesí producto de la reciente actividad, y quizás, del ridículo por su tropiezo. Se quedaron unos segundos así, uno pegado contra el otro, abrazos. Y Sakura creyó que por fin su curiosidad se vería saciada y por fin se sentiría un poco mejor. Error. El Uchiha era más rápido y estaba cien veces más perceptivo que ella. La esquivó con la agilidad y elegancia de un felino, quedando su boca cerca de su oído, respirando allí, alterando los propios latidos del corazón de la Haruno.
–No seas molesta, Sa-ku-ra–paladeó su nombre, y joder, que bien sonaba dicho por esa voz profunda. –Esta noche.
La soltó, un segundo estaba allí, sintiendo su calor, y al otro ya no. En sus labios una sonrisa cínica se formó y salió de ese estrecho armario, dejando en su interior a una muy confusa Sakura, que no sabía ya que era mejor, si reír o llorar. Humillación.
Crash.
" ¿Escuchaste eso? Era tu alma rompiéndose." Algo dentro de ella detonó en mil pedazos, una vez más fue usada para satisfacer las necesidades de Sasuke y una vez más, él la dejó sola. Era una idiota. Sin embargo, por mucho que se dijera que no estaba bien, por mucho que la vergüenza la ahogara, por mucho que su ánimo decayera, nunca le decía "no". Era capaz de romper con su puño una pared, de salvar vidas o crear antídotos para los más mortíferos venenos, pero no podía negarle nada a ese maldito bastardo al que amaba.
Nunca pudo levantar la mano en contra de él, nunca pudo salvarlo, nunca pudo curarlo, nunca pudo hacer nada por él sin que la considerara una molestia. Pero él sí le negaba cosas a ella. Debía conformarse con estos encuentros fortuitos y rápidos, bajo sus condiciones y mandatos, dominante del control. Y para algo que deseaba, para algo que le pedía, no se lo daba. ¿Por qué no podía besarla? Ella jamás le reclamó nada, jamás exigió ser algo para él ¡jamás! Aunque le doliera su abandono, aunque sufriera con cada desplante…y aún así…Mierda.
Pareciera que el Uchiha llevara un cartel en sus labios de "Prohibido besar" y cuanto más observaba sus labios carnosos, más deseaba probarlos. ¡Maldita sea! Era injusto. " La vida no es justa, Sakura, algunos están destinados a ganar y otros a perder. Si quieres probar la fruta del diablo, te encuentras en el bando equivocado, querida."
Frunció los labios, torciéndolos hacia arriba, fastidia. Bien. Puede que no fuera un genio, puede que no fuera tampoco la gran cosa, pero la testarudez era su fuerte. Ella besaría a Sasuke Uchiha, quisiera él o no quisiera. Oh, sí, ella probaría la fruta del diablo, se juró en una promesa muda, en el más aterrador de los silencios, pero con la decisión brillando en sus expresivos orbes jades.
Esta historia me surgió de la nada una noche que desperté de un sueño ahí estaba esta escena xD Lo sé, suena raro, pero así me vino, no tengo la culpa que suene feo o raro xD En realidad no fue hasta días después que la escribí y sino la subí en ese momento es porque no pensaba hacerlo, ni siquiera sabía como seguirla, pero hoy me la volví a revisar y no sé...quise intentarlo xD
Espero saber su opinión, si veo que no gusta, entonces no la seguiré y me concentraré en mis otros dos fics largos ^^
Nos leemos!