Perdónenme el retraso, la escuela me ha tenido ocupada y no saben cuánto. Espero que sigan leyendo esta historia pese a mi retraso, que prometo no pasara de nuevo. Sin olvidar que hay que darles gracias al autor 94 Bottles of Snapple que me otorgo el permiso de traducir esta asombrosa historia, así que gracias al autor. Bueno, no me demoro más, a leer.

Hetalia no me pertenece, ni la historia tampoco, solo tengo el honor de hacer la traducción.

Leyenda:

G: Grecia

J: Japón

T: Turquía

I: Inglaterra

F: Francia

S: Seychelles


La Bella Durmiente

Okay, nuestra próxima historia tiene muchos personajes, así que tengan compasión conmigo. Err…es algo difícil, parte de ellos tienes roles pequeños.

S: Yo soy uno de esos roles pequeños… ¿Verdad?

Yeah…perdón Seychelles, no es nada personal de verdad, es solo… Tu caes perfectamente en esos roles y…

¿Por qué estoy explicando esto? Solo digo que eres genial y ya vamos con la historia…

¡Okay! Había una vez, una reina y su esposo. Importunamente para ellos, no son importantes. Excepto, que tuvieron una niña. Ella era una hermosa niña con cabello color marrón y ojos color oliva, llamada Hera. Encima de todo, Hera adoraba los gatos.

Como ella era la princesa, usualmente obtenía todo lo que pedía. Pequeña Hera tenía cuatro gatos, y todo tipo de escultura de gatos, pinturas, o joyas que el rey y la reina pudieran encontrar. Unas de sus más amadas esculturas era una estatua dorada en forma de gato, vendida por un comerciante del este, que la había encontrado enterrada en la arena del desierto.

Era el cuarto cumpleaños de la princesa. Ella había comido su cena y era hora de recibir sus regalos. Iban a ser regalos otorgados por hadas. La primera hada, una rubia llamada Francisca, le otorgo el regalo de la belleza a la Princesa Hera.

I: ¡Bah! ¿Qué inútil tipo de regalo es belleza?

F: ¡Ah, mon cher! Solo lo dices porque tú no posees tal regalo.

I: ¡Cállate la boca sapo infeliz!

¡Eh, calma! Necesito llegar a la historia…

La segunda hada, Arthuretta (no conexión con la princesa del mismo nombre), le otorgo el regalo de la inteligencia. Por último Veronique (esa seria Seychelles)

S: Al menos tengo nombre…

Emm, si…y pienso que es bonito… ¿No lo crees? Emmm… ¿Dónde estaba? ¡Oh, sí!

Cuando Veronique estaba a punto te otorgar su regalo a la Princesa Hera, la reina tropezó y tumbo la preciosa estatua dorada de la princesa. Cayo el en piso de piedra y se hizo pedazos, y de ella salió un hada vengadora, Sadiq Adnan, que pienso que ustedes recordaran por nuestra historia anterior.

G: ¿Ese está en mi historia?

T: ¿Qué vas hacer al respecto, ah? ¿Por qué me haces el villano de nuevo?

Ehh…te hare una historia donde seas el bueno, pero honestamente, esta no es…

Bueno; aparte de irritado por ser hada en vez del genio que quería ser, estaba más que molesto por haber sido atrapado en la estatua por más de tres siglos, y tener que escuchar a un niño, la princesa, hablando y riendo simplemente lo molestaba e irritaba. Así que maldijo a la princesa.

—Cuando cumplas dieciocho años, serás raspada por un gato y morirás— grito, antes de reírse maniáticamente e irse volando.

En sus alas brillantes de hadas.

T: ¡EHH!

Jajjajaj…no pude resistir. Vamos con la historia.

Viendo que aun no había dado su regalo, Veronique uso su magia para salvar a la Princesa Hera.

—Cuando seas raspada por un gato, no morirás, sino que todos en el castillo, incluyéndote a ti, caerán en un profundo, pero profundo sueño y solo serás despertada por el beso de tu verdadero amor—

Pero el rey y la reina seguían preocupados, así que ellos removieron todos los gatos del reino, cada uno siendo enviado lejos, muy lejos. Ni un solo gato fue dejado en el reino.

G: Eso…demasiado triste…

J: Lo es.

Y la pequeña pobre Hera solo podía soñar con sus preciosos gatitos, dibujar y esculpir esculturas de gatos, pero ella termino durmiendo y durmiendo más de lo usual a según los años pasaban, teniendo sueños de estar alrededor de muchos gatos de todos los tamaños y colores.

Sus padres no podían hacer nadas más que acompañarla en su pena a según su hija seguía con su pena y sueños. En el transcurso del tiempo, la Princesa Hera, ahora diecisiete, decidió dar un paseo por el bosque fuera de la aldea. Un día fue vista por un apuesto joven de cabellera negra y corta.; ese es Príncipe Kiku del reino que está justo al otro lado.

A él le habían presentados los gatos a la edad de seis años, cuando muchos gatos fueron introducidos en su reino a la vez. El príncipe era muy apegado a los animales, y tenía muchas mascotas en su hogar, pero a el siempre le ha gustado los ambientes tranquilos y abiertos a la naturaleza, y aire fresco, así que daba paseos por el bosque.

Fue en uno de esos paseos donde vio a la Princesa Hera. Ella era hermosa; en sus ojos, la más hermosa mujer que jamás haya visto en el mundo, pero el príncipe era un hombre muy tímido.

G: Si…creo…que…eso…suena…bien…

J: C-creo que suena b-bien…

(Ohhhh como quisiera gritarle "Hazte el hombre o te golpeo con mi nobel de la paz…)

Bueno…Kiku la siguió a la princesa en sus caminatas diarias; en caso de que ella se encontrara con animales salvajes. El príncipe era muy hábil en artes marciales y el uso de la espada, así que ella estaría muy segura.

Y él fue capaz de defenderla cuando cualquier oso o lobo se le acercaba, porque la princesa no veía el peligro, pensando solo en gatos y soñando con ellos para darse cuenta. Esto continuo como por un año, hasta que la princesa cumplió dieciocho años. Los padres de la princesa iban anunciar su compromiso con un príncipe de un reino cercano, pero no querían arriesgar a que ella viera un gato.

El príncipe Kiku había ido ese día al bosque, pero no vio a la joven que había empezado a querer profundamente. Cuando regreso a su castillo, triste, solo para saber que se tenía que casar con una princesa de un reino vecino. Su corazón casi se partió en dos con solo pensar en casarse con otra chica que no fuera la joven del bosque.

J: Eso es trágico…

Princesa Hera no deseaba casarse. Ella solo se escondió en la torre más alta para intentar disfrutar el poco tiempo que le quedaba. En la torre conoció a un hombre enmascarado. El tenía en las manos un hermoso pequeño gato. Hera estaba más que contenta. ¿Quizás sea su regalo de cumpleaños? Ella corrió, lo tomo y lo abrazo tan fuerte que el gato le propino un rasguño en su cuello.

G: La maldición…

Era la maldición, y para hacerse seguro de que nadie lo rompiera, hizo crecer espinas enormes alrededor de todo el lugar, para asegurar que nadie entrara, y nadie lo haría, excepto…

El príncipe vio una foto de la joven con la cual se iba a casar… La joven del bosque, y cuando escucho la noticia que el castillo estaba acorralado por espinas enormes corrió a salvar a la princesa.

Las espinas eran bastante, pero bastante filosas, pero el Príncipe Kiku estaba más que determinado. El, junto a varios de sus gatos, destruyeron las espinas por todo el camino hacia el castillo.

Pero Sadiq no quería nada de eso. Así que transformo en un enorme dragón y comenzó a lanzar llamas en dirección del Príncipe, todos los gatos huyeron, pero el príncipe siguió luchando.

G: Eso…es valiente…

J: ¿L-lo p-piensas a-a-así?

T: Continúa con la maldita historia… ¿no?

¡Ehhh! Alguien se levanto del lado izquierdo del Mediterráneo…sezzz… Estaban teniendo su momento, Turquía, bueno, vamos a seguir.

Finalmente, Kiku venció el dragón atravesando su negro y vil corazón.

T: ¡EHHHHH!

Después de eso corrió por todo el castillo, buscando cada cuarto y espacio del lugar. Cuando encontró el cuarto de la princesa observo todas las fotos, dibujos y esculturas de gatos. Le gustaban los gatos. Justamente como a él.

Finalmente, después de todo, finalmente, subió hasta la torre más alta del castillo. Viendo a la Princesa Hera, ahí dormida, simplemente hermosa, no pudo resistir besarla. Cuando los ojos de ella comenzaron abrirse, no pudo evitar sonrojarse y desesperarse, pero la princesa solo lo observo vagamente y sonrió porque los gatos habían regresado. Pensó que si se tenía que casar con ese príncipe no sería tan malo después de todo.

Ambos bajaron de la torre y todos estaban más que felices, pero Kiku y Hera se fueron al jardín a hablar de gatos y conocerse más.

Tiempo más tarde se casaron y vivieron felices para siempre.

G: Eso…fue…una….buena…historia…

J: Si, lo era.

Si, emmm ohhh Grecia se durmió de nuevo, bueno creo que este es el f-

FIN


Bueno, espero que me perdonen el súper retraso que me he dado. Espero, también que les haya gustado el cuento. Nos vemos en la próxima. Adiós.

Reviews, son dobles, para mí y el autor de la historia. :)