Capítulo 7: Lejos

Draco estaba extraño. Llevaba días llegando tarde a la sala común y pasaba gran parte de la jornada hablando en susurros con otros compañeros de Slytherin, pero cada vez que Rose se acercaba, la conversación se detenía abruptamente y comenzaban a hablar del tiempo. ¿Quién habla del tiempo para pasar el rato? Era obvio que el tema de conversación que los mantenía ocupados no era algo digno de los oídos de Rose, así que la chica finalmente optó por alejarse del grupo y centrarse plenamente en sus estudios.

Unos días atrás había sido la primera salida a Hogsmead y pese a la invitación de Hermione, Rose no se sintió cómoda con aceptar, por lo que decidió finalmente salir con algunos de sus compañeros de Slytherin y regresar temprano al castillo; además, aún no había recibido contestación a su carta de auxilio y con cada día que pasaba se sentía más y más observada y algo en su interior le susurraba que tal vez fuese Umbridge y todo eso sumado a los constantes cambios que la actual Inquisidora estaba llevando a cabo en el Colegio.

Lo insólito ocurrió un día luego de la hora de almuerzo. Rose terminó su comida temprano para poder acabar pronto una investigación dada por McGonagall cuando sintió el sonido del aleteo de un ave avanzando hacia ella. Rose giró su cabeza y distinguió la albina figura de Hedwig que se le acercaba. La joven se detuvo para esperar a la lechuza, la que al llegar a su destino dejó caer una carta que traía sujeta al pico. Rose no sabía quién podría ser el remitente, pero confiaba en Hedwig y estaba segura de que aquella misiva traía buenas noticias, tal vez de Dumbledore. Pero no lo era.

"La casa de los gritos. Próxima salida a Hogsmead. 15:30 hrs.

Hocicos"

Y junto al curioso nombre se hallaba la marca de una pata canina. Fue entonces cuando Rose recordó su conversación con Hermione aquel día en la lechucería, pero ese día la joven Griffyndor le dijo que pronto conocería a "Canuto" y la nota estaba firmada por "Hocicos". ¿Habría alguna relación entre aquellos nombres? Para Rose claramente la había, sabía que la respuesta estaba guardada en algún lugar de su memoria, pero ésta se negaba a cooperar para saber si Hocicos y Canuto eran la misma persona o si era alguien en quien pudiese confiar.

― ¿Rose? ―la voz de su rubio amigo Slytherin la sacó de sus pensamientos― ¿Todo está bien? ¿Has recibido alguna mala noticia?

― Está todo bien, no te preocupes.― respondió la joven, ocultando la nota en el interior de su capa― Es una nota de mi madre. Es sólo que la extraño y no podré verla para las fiestas, creo que me quedaré en el castillo.

― Tal vez podrías venir conmigo. A mis padres les encantará conocerte y así no tendrás que quedarte sola en la sala común, ni tampoco tendrás que soportar a Umbridge durante esos días.

Rose sonrió. Si había algo que no había olvidado de su vida normal, eran las amargas palabras que su padre siempre ocupaba para referirse a Draco Malfoy. Para Ron Weasley, Draco era sinónimo de egoísmo, avaricia, vanidad y otros tantos adjetivos negativos que salían de la boca de su padre de sólo escuchar el apellido Malfoy, lo que era bastante seguido en presencia de Rose. Según Ron, Draco Malfoy cumplía todos los requisitos para ser el siguiente Voldemort y que sólo era detenido por su temor a Harry Potter. Rose sabía que no era así, ella conocía otra cara de Draco Malfoy, la misma cara que estaba viendo durante su estadía en esta época.

― Gracias, Draco. Pensaré tu oferta, aún tenemos bastante tiempo por delante.

El joven afirmó con su cabeza y juntos caminaron hacia su sala común con la intención de terminar sus deberes, pero al doblar en una esquina casi chocan con los robustos cuerpos de Crabe y Goyle, quienes al parecer estaban esperando a Draco pues no se movían del lugar.

― ¿Qué quieren?―les preguntó Draco, fríamente.

― Umbridge te está buscando. Quiere hablar contigo.― respondió Crabe, quien al parecer de Rose era el menos tonto de ese par.

― Díganle que ya voy. Necesito dejar algunas cosas en la sala común.

Los enormes jóvenes aceptaron y se retiraron cual sirvientes. Rose observó mientras se marchaban con rumbo a las oficinas de la profesora Umbridge y en su cabeza daban vueltas distintas razones de qué querría la profesora de su amigo. Sabía que aquello no era de su incumbencia, pero viniendo de Umbridge no podía ser algo bueno. Draco suspiró fuertemente a su lado y le hizo señas para avanzar.

― ¿Qué quiere Umbridge de ti? Hay algo en ella que no me gusta― confesó Rose.

― Tampoco me gusta, pero no puedo dejar que lo note― susurró― ¿Puedo confiar en ti, Rose?

― Sabes que sí, Draco. Nunca lo dudes. Yo confío en ti, me gustaría que lo hicieras también.

― Umbridge está formando una especie de brigada con algunos estudiantes. Para que mantengamos el orden del Colegio y que se hagan cumplir las reglas.

― Para eso están los prefectos, ¿qué pasa con ellos?

― Umbridge no confía en ellos, porque fueron escogidos por Dumbledore. Supongo que confía en mí porque soy Slytherin.

― Confía en ti porque eres un Malfoy― respondió Rose, agregando algo de broma a su tono de voz― También soy de Slyhterin y dudo mucho que tenga un gramo de confianza en mí.

Draco la volteó a ver divertido, dándole la razón a sus palabras con sólo un pequeño gesto que confirmó las sospechas de Rose, Umbridge la había estado vigilando y quizás estuviera usando a su amigo para tal propósito.

― ¿Te ha pedido que me espíes?― preguntó Rose, directamente― Por mi cercanía con Dumbledore. Seguro cree que sé dónde se esconde y que mantenemos correspondencia a diario. La huida del director me pilló tan de improviso como a cualquiera. Se supone que él sería mi apoyo mientras mi mamá está lejos trabajando, pero a la primera oportunidad me abandona. ¿Qué tipo de confianza puedo tener en un sujeto así? Para empezar, ni si quiera lo conocía. Es mi padrino, pero aparte de un par de regalos unas cuantas veces al año jamás supe nada de él, sólo cuando era nombrado por El Profeta o por mi madre.

A este paso de su discurso, Rose había comenzado a dejar caer unas cuantas lágrimas. Draco la miraba sin saber qué hacer y Rose trataba de evitar mirarlo porque gran parte de esas lagrimas eran parte de su desconocida vena actoral y la otra parte sólo correspondía a la frustración y pena que la embargaba por sentirse tan sola en aquel lugar y sobre todo debido a la perdida de sus recuerdos y a la incertidumbre de su futuro.

En un acto fuera de lo común, Draco la abrazó. Sentirse rodeada por esos brazos hizo que un recuerdo de otro tiempo inundara la mente de Rose.

"− ¿Qué pasa, Rose? ¿Por qué estás aquí escondida y llorando?− la infantil voz la sorprendió. Según ella había encontrado el mejor escondite de la sala común, pero eso no había sido suficiente para esconderse de Scorpius Malfoy.

Déjame. Quiero estar sola− fue su sollozante respuesta.

Lloras porque el sombrero te puso en Slytherin, ¿verdad?− la pregunta sorprendió a la joven chica. No se esperaba tal perspicacia en un Malfoy, no después de todo lo que había escuchado de ellos en boca de su padre.

Un poco− confesó hipando− Creo que lloro más por temor a la reacción de mis padres y al resto de mi familia. Soy la primer Weasley que no entra a Gryffindor, van a estar decepcionados.

No lo estarán− habló Scorpius con seguridad y sólo ahí Rose notó lo cerca que estaban, sus hombros casi tocándose mientras ambos observaban el reflejo de la luna a través de la ventana.

No los conoces, Scorpius. Mi padre sólo dice cosas malas de Slytherin y sus miembros− recordar eso sólo la hizo volver a llorar.

Estarás bien, Rose. No estás sola aquí, tu primo también es un Slytherin ahora y tu familia lo aceptará. Además, he escuchado a mi padre decir que Harry Potter y Hermione Granger son personas muy nobles. Ellos entenderán y aceptarán la casa en que han sido seleccionados. El sombrero no se equivoca, Rose y no todos los Slytherin son malos, sólo han tomado malas decisiones.

Rose lo miró sorprendida. Este chico, al que recién conocía y en cual no debería confiar por ser un Malfoy, tenía razón. Su familia tendría que aceptarlo, porque esta había sido su propia decisión y junto a Albus saldrían adelante y llevarían con orgullo la insignia de la serpiente, de la misma forma en que su familia llevaba al león.

Gracias, Scorpius− habló Rose tras un prolongado silencio− Tienes razón, mi familia lo entenderá, tendrán que hacerlo y si no lo hacen, sé que Albus estará conmigo y también mi madre y el tío Harry.

También me tendrás a mí, Rose− el joven se acercó más a Rose y la abrazó al ver que ella comenzaba a sollozar nuevamente− Los Slytherin nos apoyamos entre nosotros. No nos abandonamos."

El recuerdo del primer abrazo de Scorpius fue como una llave para abrir sus lagrimales. Rose ya no lloraba solo por "actuación" como pensó en un instante, lloraba ahora por todo aquello que había perdido. No sólo había dejado atrás a sus padres y hermano, también había abandonado al hombre que tanto amaba, aquel con el que pensaba casarse una vez acabado el colegio y el temor a perder a aquel amor fue aún más grande que el temor a no regresar jamás a su tiempo. Así que Rose lloró por horas y lo hizo en el hombro del hombre que en un futuro muy lejano, y ya casi inexistente, se convertiría en casi un padre para ella y sólo con ese pensamiento Rose decidió que sin importar qué ocurriese con su propio futuro, ella aseguraría el futuro de todos aquellos que eran importantes en su vida. Si había una razón para su estadía en el pasado, sin duda era reparar todas aquellas grietas que Voldemort había creado.


N/A

Quienes siguen mis escritos habrán notado que la semana pasada actualicé "Al primer flechazo", pues planeo seguir actualizando mis historias y ahora ha correspondido a esta que ya llevaba bastante tiempo olvidada.

La próxima actualización de "Al primer flechazo" será dentro de estos días, aunque debo confesar que me apena enormemente el no recibir ningún comentario por ella, pero ya el siguiente será el último capítulo y espero ahí recibir más participación y no sólo avisos de favoritos o de seguimiento… necesito conocer qué piensan, así que escriban comentarios. Lo mismo va para este capítulo.

Habrán notado que conocimos algo más de Rose y su relación con Scorpius y los Malfoy, supongo que esto no sorprendió a nadie, pero bueno… la historia sigue.

Nos vemos en el siguiente capítulo… de cualquiera de mis historias, porque pienso subir otras, estoy en ello mientras corrijo los capítulos que tengo de esta historia.

Un beso a todos!

Ale