KONOHA, UNA HISTORIA DE AMOR

Por Clarisce


Datos:

Es la adaptación de la telenovela "India, una historia de amor", transmitida por O Globo en Brasil.

Esta adaptación mantiene el hilo principal de la historia mas no los hilos secundarios al pie de la letra.

Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.


Nota del Autor: He deseado desde hace mucho un un fanfic con esta pareja en particular; en este mundo del fanfiction ya existen suficientes historias naruxhina, naruxsaku, etc. Por lo mismo quise hacer una adaptación de una historia que me atrapó. El SasuxHina me causa cierto morbo, creo que todo ha sido debido a varios fanarts que he visto por ahí, si bien a muchos no les gusta, creo que deberían darse una oportunidad para confiar… en el autor y en ese mundo de fantasía al que están por entrar. Antes que nada agradecerles a todos por leerlo.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, pertenecen a Masashi Kishimoto. La telenovela en la que me basé también pertenece a su respectivo autor =) bueh, gracias.


Prólogo

Destinos, unidos para bien o para mal, bien llamados lazos en algunas ocasiones, mal llamados en otras… hilos de destrucción. En esta ciudad, Konoha, han vivido por largas generaciones y años familias, así mismo se ha construido una sociedad, la cultura de este paraíso ha sido procurada, protegida y regida por varias costumbres, indudablemente… lo han hecho.

Pero esta ciudad será testigo del amor y de las barreras que puede contener la vida para llegar hasta la meta: la felicidad.


Capítulo 1: Ella y yo.

Fiesta aniversario del acuerdo Shinobi, las tiendas de la ciudad adornan con guirnaldas y flores sus entradas, comparten comida con sus vecinos, colocan mesas de recreación en la plaza así como abren puestos de bebidas, algunos hasta la música han puesto.

Las personas, los nobles, los ninjas, hombres, mujeres, niños, negociantes, vagos, etc., todos salen a celebrar, algunos bailan con mucho ánimo.

- ¡Acompáñame! –le dijo con voz fuerte, la música no le dejaba escuchar demasiado. Sus ojos perlados brillaban a la luz de esa cálida noche.

- Estaré en problemas si no vigilo que las primas no se pierdan o huyan –le contestó Neji casi al oído a su prima.

- ¿Puedo ir al monasterio? Reparten caramelos en forma de conejos –añadió Hinata con algo de pena.

- Supongo, pero no tardes y trae algo para nosotros… ¡ey! ¡No compres eso, eres alérgica! –gritó Neji corriendo tras una de sus primas más pequeñas, la misma corría lejos de él.

Hinata sonrió enternecida, en verdad le agradaba cuidar de sus parientes más pequeñas e imaginaba que Neji también, aunque la verdad él sólo lo hacía para acompañarlas y protegerlas de… cualquier cosa. Ese grupo de primas que tenía eran vulnerables, crédulas, inocentes y algunas otras desafiantes.

Cada paso apresurado que daba hasta llegar al templo se fue haciendo mucho más lento, de pronto miró al cielo y las estrellas… parecían estar más brillantes, definitivamente la vida era reluciente con la tímida joven de cabellos oscuros.

Al estar en el portón entró sin problema alguno, vio que algunas jóvenes ya habían llegado antes a los puestos, pero había uno libre, así que fue. Al llegar el vendedor le pidió que esperara, porque debía ayudar a su compañero a vender, ella accedió de muy buena manera. Entonces al estar frente a aquellas delicias acercó su mano a uno de los tazones, pero pronto fue encontrada por otra mano que delicadamente tocó la suya, ella volteó a ver de reojo quien era, no se sintió asustada, para nada…

El tiempo se tomó unas vacaciones mientras aquellos dos se miraban por unos pocos segundos que parecieron minutos; aquel joven de cabellera rubia le sonrió y ella con un rubor en las mejillas le hizo una pequeña reverencia con la cabeza mientras se alejaba de ahí.

- ¿Quién era él? ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué se sintió tan…?

Fue amor a primera vista, las mentes de ambos navegaron directamente a un océano de sentimientos, él fue de inmediato tras ella, al percatarse de su presencia Hinata volteó otra vez, en esta ocasión fue algo… atrevida y parpadeó coquetamente para que él viera interés en ella también.

- Espera –le dijo.

- Tengo prisa, disculpa –contestó Hinata, caminaba a paso rápido.

- ¿Puedo acompañarte?

- Eh… -lo pensó- si –sonrió con timidez mientras bajaba el ritmo a su 'huida'.

- ¿Cómo te llamas? –preguntó él con mucha atención, ella lo tenía… realmente lo tenía.

- Hinata… ahm… etto… Hyuga –jugueteó con sus dedos.

- ¡Ooohhh! –avanzó a paso veloz para estar frente a ella y detenerse casi en freno- mi nombre es Uzumaki Naruto –enseñó una gran sonrisa- es un placer conocerte.

- Jeje… -ella le respondió con otra sonrisa pero luego la ocultó, como quien no quiere que sepan su sentir- me da gusto. Tengo que… irme –añadió- mi familia debe estar buscándome, tarde mucho.

- ¿Puedo verte mañana? –preguntó Naruto, sabiendo que esa señorita no podría acceder a tal propuesta, pero de todos modos lo estaba intentando.

- Mañana… no lo se, si Dios lo quiere, así será –añadió y se fue corriendo.

- ¡Mucho gusto! –le gritó él antes de que ella se perdiera en una brillante esquina, donde la música pararía su voz.

Y entonces algo se formó, como si… como si la vida diera un vuelco completo, ¿qué era esto? ¿Qué significaba este encuentro?

Parecía una niña que le daba demasiada atención a las insignificancias de la vida, porque cuando uno nace ve las cosas por primera vez y se maravilla; ahora ella había visto algo más y estaba maravillada, deslumbrada, sorprendida, atrapada en un millón de palabras que pudo decir pero que no dijo y aún así el encuentro con ese joven fue alucinante.

El joven también quedó prendado de ella, pero luego las dudas se le vinieron a la mente, ¿ella dijo 'Hyuga'? Pensó, se sintió nervioso sabiendo que ese apellido era de una de las familias más nobles de esa ciudad y luego…

- Naaah… dudo que sea así, ella era muy sencilla.

Se dijo a sí mismo y se dio ánimo.

FlashBack…

Uzumaki Naruto había vuelto a la ciudad por pedido de su padre, él le dio cobijo cuando fue un huérfano al que nadie quería, quizá la ciudad olvidó esa vieja historia, la historia de aquel niño maldito.

Algo que quizá no lo dejaba vivir consigo mismo, por aquella época él buscaba comida en la basura de los ricos, se refugiaba bajo una caja de cartón en un callejón alejado, bebía agua del rio y nadie se acercaba a él.

Un día rondando por ahí conoció a un niño muy interesante, 'Uchiha' escuchó a lo lejos y vio al padre de este correr hacia él con furia.

Empujó tan lejos al huérfano que quiso tocar a aquel niño Uchiha que hizo que rodara por unas cortas escaleras de mármol. Un hombre que pasaba por ahí vio toda aquella situación y cuando el padre de este Uchiha quiso golpearlo con una vara, lo detuvo con mucha decisión.

Ambos, aquel señor Uchiha y el hombre que lo había salvado se vieron a los ojos muy molestos. Se gritaron cosas, terminaron discutieron de los linajes, de los derechos reales, de las miserias que provocaban niños malditos como Naruto y luego de unos minutos, cada uno se fue por su lado.

¿Estás bien? –preguntó aquel hombre que lo defendió.

S-Si… señor.

¿Dónde están tus padres? –preguntó.

No tengo. Soy un niño maldito.

No digas eso, no es verdad. Pues desde ahora lo tienes, yo cuidaré de ti y tú serás mi hijo –dijo mientras una cabellera blanca que rodeaba sus hombros caía sobre el rostro Naruto provocándole cosquillas y… al mismo tiempo, sonreír, aunque tal vez era por otra cosa.

Fin del FlashBack…

Al otro lado de la ciudad, la gente celebraba pero quizá de otra manera, Sasuke Uchiha hacía gala de sus dotes de gran bailarín, aunque no hacía demasiado… abrazando a su novia por la cintura, besándole el cuello y llevándola al centro de la pista.

- Te amo… -le dijo al oído.

La joven embelesada por sus palabras se dio la vuelta para darle un apasionado beso que los dejaría sin aliento, se separaron un poco pero él no la soltaba, sus manos estaban unidas tan fuertemente que haría falta un huracán para separarlos.

- Vamos afuera, quiero decirte algo –dijo el Uchiha.

- Sólo un momento, me gusta estar aquí, contigo… no quiero salir afuera –dijo la joven.

- Entonces –la volteó para seguir abrazándola por la cintura y apoyar su cabeza en su hombro, muy cerca de su oído- Sakura Haruno, ¿aceptarías ser mi esposa?

Con tanta sorpresa ella sonrió… y lloró de alegría, de una inmensa alegría que la embargaba en ese instante, se volteó nuevamente hacia él para besarlo y abrazarlo por el cuello sin soltarlo mientras gritaba "SI".

El dj del lugar puso una canción romántica mientras aquellos jóvenes se balanceaban al tono de la música celebrando aquella propuesta. El amor al fin les había tocado a la puerta y querían vivirlo al máximo, ella no podría vivir sin él y ahora cuando todo parecía estar dicho… se embarcaban en una nueva aventura.

El fuego quemaba su interior, la felicidad no podía estar más que hecha para él, ella era la indicada y aunque sabía que habrían algunos problemas, lo resolvería, hablaría con su padre a la mañana siguiente porque ese día… la Haruno y él podrían celebrarlo juntos hasta el amanecer el día de hoy.

De alguna manera nadie querría saber lo que sucedería mañana, quizá las mentes positivas influyen en su destino, pero otras veces sólo hacen que uno pueda equivocarse un poco, sólo un poco… y eso, depende de nosotros.

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Fin de Episodio 1


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Nota final del Autor:

Supongo que éste es un inicio, lo hice algo corto porque quería tratar de no hacerlo demasiado amplio, además me gustó como quedó esta adaptación. Esta novela me fascina, es genial... aunque bueh... ya saben, los líos de todas las adaptaciones que existen. Suerte con todo.