CAPÍTULO 13:

La "Visita"

Sentado en aquella butaca,, en cuero y de color café, observaba nulo por la ventada los alrededores del inexistente jardín en cuyos tiempos los invitados se fascinaban al ver su esplendida belleza. Sakura entró. Hoy, por orden de Saturobi, y aceptada así por Itachi, le llevaría su desayuno. Le buscó con la mirada al entrar, sin encontrarle, como siempre acostumbraba, frente a la chimenea, abriendo sus ojos curiosamente al ver que su patrón había arrastrado la butaca hasta la ventana y sentado frente a esta.

¡Un fastidioso sábado! Nublado y húmedo, como los días anteriores, pero este tenía la gran incógnita de que era un día "santo"…día donde todos van a la iglesia a limpiar su conciencia.

—Míralos. Todos son unos hipócritas de la religión. Creen que están salvados no más por que van a la iglesia a escuchar un pecador más, peor que los que habitan en las afueras. Hay más pecadores en las iglesias que en las afueras. —Soltó con gran averno.

Sakura le miró con desaliento.

—Desgraciados…luego de pecar son capaces de ir a una iglesia, presentarse como buenos creyentes y juzgar a los demás como si ellos fueran "perfectos", ¡SON PURAS MIERDAS! —Exclamó, alzando el tono de su voz, sobresaltándola.

—Debería ir hasta allí, encerrarlos en la iglesia y quemarlos dentro. Le haría un favor al mundo y de paso al mismo demonio al enviarlos directo al infierno. —Ella no pudo evitar sorprenderse ante sus palabras, dejando caer la cuchara, en plata, al suelo. La taza de café casi se le resbala de las manos.

—Se-Señor, su desayuno esta listo. —balbuceó, Itachi encontró molesto la introversión de ella.

—Llévatelo. No lo quiero. Bótalo a la basura o dáselo a los perros…—se interrumpió así mismo, riendo en bajo…"Dáselo a los perros", aquello lo considero algo gracioso.

El último perro lo había colgado desde el segundo piso con una cuerda de cortinas, luego de haberlo apuñalado en el rostro y abdomen.

—Tiene que comer, se pondrá débil y enfermara. —Insistió ella. Él llevaba tres días sin comer.

—No habría diferencia…—espetó.

Suspiró. Era inevitable hacerle cambiar de idea.

La ausencia de Tenten y Tayuya dejaba trabajo por hacer, así que volteó y tomó en manos la bandeja, escuchándose el llamado de la puerta.

—Señor Uchiha. —La reconocida voz de Amaru se escucho. Sakura, prestó atención a la puerta.

—Señor Uchiha. El pastor…El pastor Hidan le quiere hablar. —Comunicó. Itachi no pareció interesado ante la noticia.

—Señor Uchiha, ¿Me escucha? —Insistió.

—NO me interesa…—Soltó sin importarle.

—Pero, señor, dijo que era importante. ¿Le digo que le hablara más tarde? —insistió.

—Dile que a lo que se refiera suconversación, no me interesa en lo más mínimo. —Espetó en un tono tosco.

Ese brillo gélido en sus ojos, contrarrestaban sus pacificas y pausados movimientos. El cruel y frio destello de sus ojos la congeló al ver que su actitud empezaba a cambiar.

Aterrada antes sus sicóticos impulsos, retrocedió, con la bandeja en manos, tropezando, con gran torpeza, con la silla del pequeño desayunador.

Itachi le miró de reojo, siempre, conservando esa posición estoica. El ¿porqué Hidan llamaba?, eso era algo que no quería saber, incluso, le molestaba saber que ese arrimado, de la religión, le llamara teniendo en claro que la ultima vez que le vio le dijo que no lo llamara más, ni siquiera para saber de "Sasuke". Apretó su mandíbula con fuerza…

Ella le observó en silencio. Se encontraba sumergido en sus pensamientos, alejado de la realidad que le rodeaba. Suspiró y optó por tomar la bandeja de alimentos y salir, escuchando el llamado de la puerta. Nuevamente, y con algo de pesadez, colocó la bandeja en el desayunador y se aproximó hasta la puerta que no más tocaban. Se disponía a abrir la puerta, pero, se contuvo. Sabía que a él no le agradaba que entrara, y mucho menos le abriera la puerta, alguien a la habitación sin su consentimiento.

—¿Quién es? —decidió preguntar

Nadie contestó…

—¿Quién es? —Volvió a preguntar lo cual le impaciento al Uchiha quien le miraba por el cristal de la ventana.

—Sakura…déjalo ya y vete. —Ordenó.

La muchacha suspiro, y decidiendo ignorar el anterior llamado de la puerta, camino hasta el desayunador, tomó en manos la bandeja y se aproximo hasta la puerta.

Abrió la puerta, y, su sorpresa fue tan notoria como la de aquello ojos ónix con los que se había cruzado al momento de este levantar su mirada y fijarla en ella. Trago hondo y observó en silencio la segunda persona que se encontraba frente a ella al cual no le presto la más mínima atención hasta que este hablo.

—¿Me dejas pasar? —Preguntó aquel sujeto, alto y de cabellos largos. Sintió inseguridad al escuchar el tono de su voz, su semblante y expresiones, pese a que su rango no era digno de sentir tales cosas.

—Eh..Bueno…—balbuceó.

—¡Cierra la puerta Sakura! —La fuerte exclamación de Itachi la despavorió por completo, levantándose como completo demente que era, se aproximó hasta la puerta, y justo cuando iba cerrar esta en un fuerte azote, alguien impidió que le cerrase, colocando su brazo entre medio de la puerta y marco de esta.

Conociéndolo ella, a Itachi no le hubiese importado romperle la mano a alguien no más para cerrar la puerta, pero, en este caso, no implemento fuerza para cerrarla, sino más bien, retrocedió y dejo que este entrase…

Y cuando él, aquel hombre cuyos ojos la había impactado, abrió la puerta, no solo la opacada luz entró por la puerta, sino que trajo consigo la imagen de esos dos pastores, uno joven y otro más mayor…Entonces...no era una llamada, sino una visita...

El infierno se había apoderado de los campos sagrados y amparado a "ellos", y ahora, lo demonios se manifestaban en pastores…

KUF,Kuf….muy cerca….el Lemon..