Hola primero disculpan me por no haber editado todo este tiempo. Muchísimas gracias por sus reviews, me alegran el día. Nos acercamos al final de este fic y solo quedan unos capítulos. Los deseo una buena lectura :D
-«¿Ahora crees que el gran señor Herman Granger estaría dispuesto a adoptarme, ya que mi propio padre no me quiere?"- preguntó Draco bromeando. Hermione pareció pensarlo por unos minutos. Estaban en el sofá del salón, Draco estaba recostado con su cabeza sobre el regazo de Hermione.
-"No sé a ver"- Hermione acarició su pelo y fingió analizar su color - "Lo siento amor pero para ser un Granger tienes que ser castaño, es una marca de fábrica, creo."
-"No es cierto nuestro hijo es rubio como yo y tu padre no tuvo ningún problema en adoptarlo como miembro del clan Granger"
-"No digas clan, parecemos unos mafiosos"- se rió Hermione, acariciando su pelo.
-"Esto mismo diría yo, viendo como es tu padre cuando esta de malas"- farfulló Draco. Esto lo hizo pensar en un pequeño alguien que no estaba. "Hablando del pequeño, ¿Adonde está mi calco?"- preguntó hablando de su hijo, que aparentemente no estaba, el apartamento, todo estaba demasiado tranquilo.
-"Matí está con su abuela"- Draco asintió, pero de repente no sabía de cuáles de las dos estaba hablando.
-"¿Cuál?"
-"Minerva, tu hijo está con Minerva Draco. Sí para ti es confuso, imagínate como es para mí."- suspiró Hermione, todavía tenía un poco de dificultad con esto de las dos mamas. Mucho tiempo había pasado y tenía muchas cosas que aprender de su madre biológica. No sabía quién eran sus abuelos, no conocía su familia del lado de su madre. Este deseo se hacía cada vez más presente, necesitaba saber de dónde venía. Ahora que tenia a Matías, quería ser capaz de decirle de donde venia, de hablarle de su familia y orígenes.
Sintió una mano acariciar su mejilla y vio a Draco mirándola con una expresión simpatizadora. La estaba consolando cuando ella debería de ser la que lo consuele. Tomó su mano y depositó un beso en el interior de su palma.
-"¿Quien sabe podrías preguntarle a los Weasley que te adopten?"- bromeó Hermione, se rió cuando vio la cara que puso Draco. Hermione se inclinó hacia adelante y besó sus labios. Draco pasó su mano detrás de su nuca para acercarle más a él.
-"No sabes cuánto me hicieron falta estos labios, chiquita. Los prefiero besándome en lugar de insultarme."
-"¿En qué momento te he insultado? No te he insultado"- explicó seria.
-"Y lo de la cachetada que hasta ahora me sigue doliendo es imaginación mía. Lo siento mucho por lo que te dije. Esta situación con Pansy y mis papas me hizo perder los estribos, creo. Es que todavía no me lo puedo creer, mi propio padre renegando de mí como si fuera un vulgar bicho. Lo he defraudado, como es mi costumbre. " –Hermione besó su mejilla.
-"No empieces Draco, no defraudaste a nadie amor. Además nos tienes a nosotros, Matí y a mí. Hasta tienes a mi padre si quieres, aunque no sepa si te quiera adoptar."- bromeó ella.
Se inclinó hacia él observándolo.
-"Algo me dice que Pansy no lo va tomar muy bien"- Draco acarició su mejilla.
-"A mí me importa un pepino. Hermione, cuando la noticia de mi divorcio saldrá en los periódicos, es muy probable que los periodistas te hagan la vida imposible si llegan a saber que todavía seguimos juntos. Quiero que lo pienses muy bien, si quieres te puedes ir a casa de tus padres. Así esperamos que pase la tormenta."- ella sonrió y le dio un beso.
-"No me voy a ninguna parte Draco. Además ya estoy acostumbrada a sus mentiras y sus chismes. Pero no te voy a mentir, me preocupa que metan a nuestro hijo en todo esto. Eso me aterra, no quiero que el resto de tu familia se entere por los periódicos."- susurró Hermione.
-"A esas alturas esto es algo que no podemos saber a ciencia cierta, pero lo que es cierto es que voy a proteger mi familia de esta bola de buitres"- siseó Draco y Hermione sonrió.
-"Me encanta oírte decir esto, que ahora somos una familia. Parece mentira que hace unos años de esto solo éramos estudiantes en Hogwarts. Ahora somos tres."- Draco sonrió y levantó la cabeza del regazo de la castaña. Pasó su mano por su melena.
-"Que tal si hacemos que seamos cuatro"- susurró antes de besar su cuello mientras la acariciaba por debajo de la blusa.
-"Si lo puedes llevar durante 9 meses entonces, no hay problema"- dijo ella sacándole la camisa. Draco le quitó y la blusa y ella aprovechó para empezar a desabrocharle el cinturón. El rubio tomó su rostro entre sus manos y besó sus labios, succionándolos. Hermione acariciaba su pecho con movimientos torpes, tratando de acariciar lo máximo de piel posible. Queriendo recordar cada centímetro de piel de su espalda, de su pecho muscular. Acabó por desabrochar por completo el cinturón del rubio y con su ayuda, su pantalón siguió el mismo camino que su camisa en el suelo.
-"Entonces creo que será para otra ocasión"- farfulló el rubio entre besos.
-"Lo creo también, vas a tener que esperar para agregar otro miembro a esta familia"- contestó besando su cuello y le quitó la camisa sin mangas que llevaba. Draco sonrió y la recostó sobre el sofá, posicionándose para quedar encima. Empezó a esparcir besitos sobre su estomago y sintió como ella se estremecía al sentir sus caricias por encima de la tela de su sujetador. Trazó una línea de besos imaginaria de la parte alta de su estomago hasta su ombligo, donde pasó su lengua. Sintió su castaña agarrarlo del pelo y se enderezó para besar sus labios. Sintió su lengua venir a acariciar la suya y el beso se volvió más apasionado. Draco le desabrochó los botones de su jean y le bajó la cremallera del jean mientras se seguían besando. Por lo que no se fijaron en qué momento las llamas de la chimenea se volvieron verdes y las personas que acababan de entrar en el salón.
-"¡Cielos! ¡Aléjese de mi hija inmediatamente!"- gritó Diana, provocando que los dos se sorprendieran. Hermione empujó a Draco, haciendo que él cayera del sofá y se apresuró a cubrirse poniéndose su camisa de rapidez. Draco gruñó de dolor, tratando de levantarse.
-"Mamá no te estaba esperando"
-"Eso es lo que veo"- contestó Diana con un tono seco, con la mano sobre los ojos del niño que tenía en los brazos, protegiendo a su nieto de imágenes que podría chocarlo aunque solo tuviera unos meses. Hermione al ver esto rodó los ojos. –"Solo los aconsejo que se apresuren en vestirse porque…"- no pudo continuar su frase que ya otras personas salían de la chimenea. Diana miró hacia el cielo, sabiendo lo que estaba por venir.
-"Minerva, no veo en que este medio de transporte es mejor que el otro. Es igual que perturbador, además ya me he manchado toda la camisa…"- se quejaba Herman hasta que vio lo que su esposa estaba viendo. Vio como el rubio se detuvo en seco viéndolo llegar, estaba en medio de ponerse su jean, su camisa estaba en el suelo. Su hija lo estaba mirando como si fuera la primera vez que lo viera, sorprendida. Pero dirigió la mirada hacia el rubio y Draco se apresuró en ponerse el jean con dificultad viendo la situación de su amigo de abajo. Pero ya era demasiado tarde, que todos los adultos presentes tenían una idea de lo que estaban haciendo.
Draco acabó de ponerse la camisa y miró a los padres de su novia.
-"Señora Granger, señor Granger, señora Mcgonagall quiero decir profesora… ¿Como la tengo que llamar ahora, suegra?"- saludó el rubio farfullando, tratando de bromear para aliviar la situación. Hermione miró a Draco como si no pudiera creer lo que estaba oyendo. Que no podía dejar de meter la pata, ya estaban en problemas, no tenía porque empeorar las cosas, si no sabía cómo llamar a su otra madre, que en este momento lo miraba con los ceños fruncidos.
La tensión se rompió cuando el pequeño empezó a gorjear porque todavía Diana tenía su mano cubriendo su vista. Diana la retiró en seguida y el pequeño se quedó observando. Hermione se acercó a su madre y tomó el niño en sus brazos. Enseguida que estuvo en los brazos de su madre, el pequeño gorjeó más. Hermione empezó a mimarlo y darle besitos por toda la cara.
-"No veo ninguna gracia en su comentario joven. ¡Y por favor cúbrase este pantalón!"- dijo Herman. Minerva sacudió la cabeza exasperada mientras Diana trataba de calmar a su marido.
-"Papa, no grites por favor que estas asustando a Matí."- pidió la castaña, dándole un cojín a Draco para que cubra su situación. –"Que buen viento te trae por aquí papito, por fin te decidiste a venir."- dijo sarcásticamente, refiriéndose a su comportamiento estos últimos días.
-"No me hables sobre este tono señorita, que sigo siendo tu padre. Y creo que no sea el momento adecuado para hablar"- miró a Draco, con disgusto como si de una mirada lo podía hacer desaparecer. Pero el rubio seguía aquí. –"Yo venía a ver si podíamos arreglar nuestras diferencias pero veo que es un mal momento"- dijo Herman, yéndose en dirección de la chimenea "Minerva me puedes enseñar como funciona esta cosa por favor"- señaló la chimenea con el dedo.
Hermione miró a su padre alejarse, desanimada. Abrazó a su hijo más fuerte contra ella, tratando de luchar contra este sentimiento de tristeza que estaba sintiendo, al ver que su padre seguía con su mala actitud. Es como si le estuviera pidiendo que eligiera entre su familia y Draco. Él no lo podía soportar y por obvias razones pero Draco era el padre de su hijo. Eso no tenía sentido.
Draco vio como Hermione miraba a su padre y la tristeza reflejándose en esa mirada avellanada y decidió hacer algo.
-"¡Basta ya!"- siseó el rubio fuertemente como para no asustar a su hijo que estaba por caer dormido, que parpadeaba cansado, en los brazos de la castaña.
-"¡Nadie sale aquí hasta que se arregle lo que tienen que arreglar!"
-"Usted no me va a decir lo que tengo que hacer joven"- dijo Herman, indignado.
-"Usted es en mi casa señor Granger, así que con todo respeto, usted se va quedar aquí y hablar lo que tiene que hablar con su hija. Y eso también va por ustedes suegras, que ya no ven que le hacen daño a su hija. Yo sé que usted no lo aceptan pero su hija y yo hemos regresado juntos. Y no voy a aceptar que la estresen más de la cuenta, que ya tenemos suficiente con nuestro hijo."- dicho esto tomó a Matí de los brazos de la castaña para meterlo a dormir. Minerva, Diana y Herman estaban boquiabiertos, en que se estaba convirtiendo el mundo para que el rubio les dijera que hacer y no hacer. Mosqueados, los tres tomaron asiento sobre un sofá, de preferencia sobre el otro que estaba opuesto al otro, sobre el cual minutos antes, los dos jóvenes se estaban besuqueando.
Permanecieron sin decir nada, la castaña observaba a sus padres sin decir ni una palabra, hasta tenía la impresión de estar en una entrevista. La que acabó por romper el silencio fue Minerva.
-"Albus te manda sus saludos Hermione"- Diana y Herman que estaban a cada lado de la profesora se miraron, preguntándose que tenía que ver Albus en todo el asunto del cual tenían que hablar.
-"Que bueno, de hecho tenía que darle las gracias por el favor que me hizo por los libros de la biblioteca. "- contestó Hermione sonriendo.
-"Tal vez le puedas decir tu misma, habíamos pensado que sería una buena idea si tú podrías venir a la presentación que vamos a organizar para los alumnos del primer año de este curso. Es algo nuevo que hemos puesto en marcha para alentar a la próxima generación. Cada año elijemos un padrino o una madrina por cada casa, para los alumnos de primer año y lo seguirá siendo hasta el fin de su escolaridad en Hogwarts. Queremos que seas la madrina de los alumnos de primer año de Gryffindor y de su promoción, claro. El curso ya ha empezado pero la presentación se hará el fin de este mes. "- Minerva acabó su explicación, y ahora no solo ella pero Herman y Diana esperaban la respuesta de la castaña.
-"¿Yo? De seguro habrán cometido un error. Quiero decir, hay otros Gryffindor de nuestro año que serian mejores padrinos. Harry por ejemplo."
-"Pero hija, eso de ser la madrina, me parece un gran honor, no lo vas a rechazar. ¿Verdad?"- preguntó Diana, sorprendida que su hija dudara de su aptitud.
-"No, claro que no. Pero no sé, necesito pensarlo. Pero igual les agradezco la confianza."- sonrió.
Draco regresó al salón con cinco copas, agua y zumo de fruta para todos. Puso todo sobre la mesilla y esperó a que alguien dijera algo. Pero esto no se hizo esperar.
-"No sabía que te habías contentado con él hija. Y la verdad, no entiendo porqué. Nada más es un tarambana que ni tuvo ningún miramiento en casarse con otra, delante de tus narices. Y para el colmo, te deja sola durante los primeros meses de tu embarazo. Y no me vengas con que lo amas, que el amor tiene sus límites. Y este, ya los ha cruzado todos."- espetó Herman, con furia. No le gustaba ver su hija desgatar su tiempo con un chico que no valía la pena, que no merecía su amor. Todos miraron a Herman, sorprendidos, especialmente su hija. Hermione no se esperaba a que su padre fuera al grano de esta manera. Por lo menos, había sido muy claro.
-"¿Y tu mamá piensas lo mismo?"- preguntó Hermione a su madre. Diana miró a su marido y suspiró.
-"Sí hija, nos dejas muy sorprendidos. Minerva y yo logramos convencerlo para que venga y mira nada más con que nos encontramos."- Hermione asintió, esperando lo que iba a decir Minerva. Hermione miró a la mujer que ahora conocía como su madre biológica.
-"No sé si tenga que decir algo o no, esta situación es muy incómoda"- dijo la mujer. Draco se sorprendió, era la primera vez que veía la mujer que había sido su profesora por 7 años, buscando sus palabras. Siempre parecía tan segura de sí misma, no tenía que pedir permiso para decir algo. Lo soltaba y ya, pero ahora se veía que no sabía lo que decir. Por una vez estaba incomoda al hablar.
-"Pienso que tienes tanto derecho como mis padres. Eres mi madre. ¿No es así?"- preguntó la castaña, seria. Pudo ver que eso tomó por sorpresa a sus padres y a Minerva. Porque acababa de reconocer en voz alta que Minerva era su madre. Sin embargo, para llamarle mamá, quedaba un buen trecho. No se sentía cómoda, ni tampoco se imaginaba llamar a su profesora mamá, pero en una frase podía decirlo indirectamente, como lo acababa de hacer.
-"Solo espero que el joven Malfoy merezca tanta confianza de tu parte. Y que si no es el caso, que usted no se olvide que soy profesora y que me sé muchísimos más hechizos de lo que se pueda imaginar. Usted le rompió el corazón y estoy de acuerdo con Diana y Herman. Ahora que usted es padre joven Malfoy, puede entender mejor la situación. Póngase en nuestros zapatos y atravesé a decirme que usted apoyaría la relación de su hijo con una persona que hizo lo mismo que usted. Sin embargo no le puedo impedir que se vean ni que estén juntos porque eso no serviría. Pero le puedo amenazar, y créeme que va muy en serio. "- habló Minerva taladrando a Draco con la mirada.
-"Yo sigo pensando que él no te merece, por favor después de todo lo que te hizo pasar este imbécil, te besuqueas con él como si nada. ¡Ya no te reconozco, este muchacho te hechizó seguramente!"- espetó Herman molesto.
-"Herman por favor, no es para tanto"- dijo Minerva, sacudiendo la cabeza.
-"¡No es para tanto! Te parece poco que este paliducho se introduzca en nuestra familia, sedujo a nuestra hija, le hace un niño y después la deja para ir a casarse con otra."- se enojó Herman.
-"Nos pusieron una trampa señor Granger, yo no soy ningún miserable."- se defendió Draco, harto de soportar los insultos del padre de la castaña.
-"No usted es peor. Y eso explica todo joven, nos pusieron una trampa. ¡Y qué! Eso va a justificar su comportamiento hacia mi hija. ¡Vaya confianza! ¡Usted no es de fiar! Y no quiero un hombre así para mi princesa."- dijo Herman, fulminando a Draco con la mirada.
-"¡Bueno basta ya! Cada uno ha dicho lo que pensaba ahora pienso que me toca a mí. ¿No?"- Herman asintió de mala gana y Minerva esperaba atenta lo que iba a decir la castaña.
-"Respeto su opinión y su preocupación. Es cierto, Draco no ha tomado las mejores decisiones, pero yo tampoco. Los dos tenemos la culpa."- Draco miró a la castaña como si estuviera loca, en donde había tenido la culpa si él fue, el que se casó con Pansy. Hermione ladeó la cabeza para verlo y sonrió. Ella tomó la mano del rubio y entrelazó sus dedos. Con sus manos entrelazadas ella volvió a mirar a sus padres.
-"Además todos aquí sabemos que a veces nos equivocamos. De otra forma no me habría enterado a los 20 que tengo otra madre."
-"¡Eso no tiene nada que ver Hermione! No vas a comparar dos situaciones que son totalmente diferentes" – dijo Herman enojado.
-"Lo que quiero decir es que suena un poco hipócrita juzgar a los demás cuando uno también ha cometido errores papa"- Herman abrió los ojos como platos, como se atrevía su hija a hablarle así en frente de todos. ¿A donde se había ido el respeto que les inculcó a sus hijos?
-"¡Cuidado con sus palabras señorita! Mira nada más Diana como me está hablando."
-"Alguien quiere algo para beber"- interrumpió el rubio. Todos lo miraron como si acabaran de darse cuenta que él seguía aquí. Viendo que la discusión se les estaba saliendo de las manos, Draco pensó que era el momento perfecto para servir las bebidas.
Los tres adultos farfullaron lo que querían beber y minutos después todos estaban con su bebida en la mano, silenciosos. El argumento casi olvidado. Draco se sintió respirar otra vez, parecía que la tormenta se había calmado un poco.
-"Me guardas tanto rencor que estas decidida a ir en contra de lo que diga y volver con esté"- Herman señaló a Draco con el dedo, despectivamente y el rubio suspiró exasperado.
-"Eso no tiene nada que ver papa. Solo te pido que respetes mi decisión. Es cierto, todavía me cuesta perdonarte pero por lo menos lo intento. Tu ni siquiera tratas de entenderme, me estas exigiendo, me gritas y no escuchas"
-"¿Me estas chantajeando? Me darás tu perdón, a cambio de que acepte tu relación con él, esto no es un juego Hermione."
-"No te estoy chantajeando, nunca me atrevería a hacer eso. Solo quiero que trates de entenderme como yo lo he hecho hasta ahora."- se levantó del sillón y se agachó frente a su padre.
–"Además siempre dijiste que querías lo mejor para nosotros, que lo que importaba era que fuéramos felices. ¿O esto ha cambiado?"- preguntó mirándolo a los ojos. Herman suspiró, miró esos ojos tan parecidos a los suyos y volvió a ver la niña que se aventuraba en su despacho mientras estaba trabajando para que él le leyera cuentos, sentándose en su regazo. Cuanto tiempo había pasado, ahora ella era una muchacha y una madre. Y no quería perderla por un chico que no podía soportar, su familia era una prioridad. Tomó las manos de su hija entre las suyas y sonrió a medias.
-"No por supuesto que no ha cambiado. Tus hermanos y tú siempre pueden contar conmigo. Sí en realidad sientes que te conviene este chico pues respeto tu decisión, princesa."- acarició su mejilla y la tomó en sus brazos. –"Pero no me pides que aprecie a este paliducho"- agregó de mala gana. Hermione asintió soltando una risilla y abrazó a su padre.
Draco inclinó su cabeza hacia atrás y exhaló fuertemente de alivio. En serio su castaña tenía una habilidad para las palabras, si solo él hubiera podido hacer lo mismo con su padre. A ella le bastó hablar con sus padres para que ellos aceptaran sus decisiones y él ni pudo hacerle ver a su padre la razón. Pero tenía que admitir que ni él podía resistirle, cuando ella se ponía a mirarlo con esta mirada y esos ojitos avellanos. Y ahora su hijo tenía los mismos, Merlín estaba perdido si madre e hijo llegaran a tener las mismas tácticas de convicción. ¿Quizás eso necesitaba, traer a Hermione para que ella hablara con su padre? Lo iba a pensar.
Sorprendentemente después de haber aceptado la relación de su hija con el rubio, los padres de la castaña se quedaron un rato con la pareja y después se fueron. El rubio solo pudo alegrarse de su partida, ya no soportaba las miradas frías de su suegro y las de su suegra. Su suegra numero 2 sin embargo no lo miraba ni con desprecio ni con aprecio solo evitaba de mirarlo, lo que facilitaba las cosas.
-"Un día me tendrás que explicar cómo le haces"- preguntó Draco una vez que los padres de la castaña se habían ido. Ella sonrió y le rodeó el cuello con sus brazos.
-"Eso es un secreto, si te lo digo, yo saldría perdiendo"- besó sus labios y cuando Draco iba a profundizarlo, su hijo eligió este momento para despertarse. A regaña dientes, se separó de la castaña. Hermione se rió al ver su expresión. –"Ahora si me permites otro rubito me está llamando"- dijo con una voz sensual, pasando una mano por su pecho al pasar. Draco sacudió la cabeza, madre e hijo iban a acabar con él.
Estaban jugando con su hijo, su alfombra de juegos y juguetes esparcidos a su alrededor. El pequeño miraba atentamente los pequeños jugadores de quidditch que Draco hacia volar con su varita. En este preciso momento una lechuza voló en el salón y dejó caer un mensaje sobre la cabeza de Draco, Draco reconoció el animal, como perteneciendo a Pansy. El mensaje era de color rojo vivo y Hermione y él entendieron lo que significaba aquello.
Hermione miró a Draco y entonces tomó el pequeño en sus brazos con unos juguetes para jugar en su habitación. Draco de mala gana abrió el sobre rojo. El mensaje abrió la boca y segundos después se podía oír la voz de la morena chillar por todo el salón.
-"Draco Malfoy eres un desgraciado, como te atreves a pedir el divorcio si ni siquiera hablarlo conmigo. Pero atente a las consecuencias, imbécil. Porque te voy a hundir. Y dile a la zorra con la que estoy segura que te estás acostando que eres un hombre casado, a no ser que se te haya olvidado. Pronto tendrás noticias mías." –el mensaje se disolvió en la nada y Draco maldijo en voz baja.
Y de repente sintió rabia, qué más daba si esa maldita de Pansy quería hundirlo, qué más daba si su padre ya no quería saber nada de él. Si la gente no aceptaba sus decisiones y tenían algo que decir, pues para él todos se podían ir a la mierda. Y es exactamente lo que iba a hacer ahora mismo. Iba a vivir su vida como quería sin importarle lo que podían decir los demás. Ya bastaba con esto, como dijo Hermione todos hacíamos errores, nadie es infalible. Con esa resolución, entró en la habitación de su hijo donde los encontró acostados sobre su alfombra de juegos. Matí estaba jugando con la mano de Hermione. Con su pequeño puño tomaba un dedo de Hermione y no quería soltarlo. Hermione alzó la cabeza, cuando vio al rubio, sonrió. Al verlos Draco supo lo que tenía que hacer.
-"Anda campeoncito, vamos a dar una vuelta"- Draco tomó su hijo en brazos mientras Hermione lo miraba con curiosidad. –"Vamos a dar un paseo"- Hermione sonrió.
-"Vale, entonces que se divierten. Yo iré a visitar a Ginny"- Draco se negó con la cabeza.
-"He dicho que nosotros íbamos a dar un paseo, nosotros quiere decir los tres chiquita"
-"¿Pero se te fue la pinza? Quieres que estos periodistas de pacotilla no fastidien el día. Bastante no tenemos con el escándalo ese que segundos antes hizo Pansy. Draco creo que es mejor que esperemos un poco antes de salir a la calle como si nada. Esperemos por ejemplo a que se legalice tu divorcio. Para todo el mundo sigues felizmente casado."- explicó Hermione.
-"Y yo mando a la mierda los periodistas y Pansy. Quiero pasearme con mis dos amores y eso voy a hacer. ¿Verdad campeón?"- preguntó al pequeño que miraba a su padre.
-"Esto es muy serio Draco, si salimos ahora no habrá vuelta atrás, los periodistas no nos van a dejar en paz, tu padre no sé como vaya a reaccionar pero estoy segura que no nos va a mandar una carta de felicidades"
-"De que padre estás hablando Hermione, te recuerdo que el mío ya no quiere saber nada de mí. Además ya deja de darle tantas vueltas al asunto. Si quieres puedes llamar a Potter y Ginny para que nos acompañen así los periodistas tendrán otra cosa que comentar. Yo solo quiero dar una vuelta Hermione"- Hermione no supo cual fuel lo que la decidió a decirle que sí. Si era la sencillez de la petición o el tono del rubio. Pero acabó por aceptar.
Treinta minutos después la familia estaba paseando en Diagon Alley con los futuros Potter. Paseaban por Diagon Alley, conversando, Draco estaba con el carrito, Matías estaba cubierto de pies a cabeza. Otra manía de Hermione, que siempre temía que se enfriara, sobre todo cuando venia el autumno, había más viento que de costumbre y no quería que se enfermara su hijo. Solo su carita se podía ver con el gorro que tenía sobre la cabeza y unos mechones rubios.
Se detuvieron en una tienda de Quidditch donde Draco y Harry se enteraron de las últimos Nimbus que habían salido al mercado. Mientras tanto un vendedor le estaba proponiendo a Ginny y a Hermione un juguete de quidditch para los niños. Hermione se negó a comprarlo ya que Matías tenía juguetes suficientes con todo lo que le regalaron sus tíos y abuelos, sin olvidar sus padrinos. Sin embargo no supo en qué momento apareció Draco y le compró el juguete al niño.
Los dos estaban afuera conversando de cómo no consentir demasiado al niño mientras Harry tenía el carrito y Ginny leía su revista de Quidditch cuando un periodista salió de la nada tomándoles unas fotos, asustando al niño con el flash de su aparato. Draco enojado, se dirigió hacia el periodista y le quitó la cámara de las manos. El periodista empezó a hacer un escándalo, haciendo que toda la gente se detuviera en lo que hacían para ver lo que estaba pasando. Ginny se ocupó del niño, tranquilizándolo y Hermione y Harry fueron a buscar el rubio. Hermione le devolvió la cámara al periodista a regaña dientes y tomando la mano del rubio regresaron a donde estaba Ginny con el niño. El resto del paseo fue muchísimo más animado ya que había una bola de periodistas que le estaban siguiendo a todas partes. Finalmente acabaron por regresar a sus apartamentos ya que no era posible pasearse tranquilamente. Se quedaron un tiempo en casa del moreno y la pelirroja antes de regresar a su departamento con el niño durmiendo en los brazos de su padre.
-"Bueno ahora podemos decir que no tenemos nada que esconder"- dijo Draco una vez que había puesto su hijo a dormir. Hermione acarició la mejilla del pequeño y asintió antes de salir de la habitación. Draco la siguió y los dos se dirigieron hacia su propia habitación para irse a dormir.
Draco se sintió revivir cuando por fin pudo retomar su sitio en la cama, su espacio en el closet. No es que dormía mal sobre el sofá cama pero no era la misma cosa. En esta habitación podía abrazar la castaña mientras dormía, y eso no lo podía hacer en el sofá cama.
-"¿No te arrepientes?"- Hermione lo miró con confusión- "¿Que el periodista tomara fotos de nosotros?"- Hermione se acostó a su lado, cubriéndose con la manta.
-"Todo lo que he hecho hasta ahora, lo hice conscientemente Draco. Bueno Matías es otra historia pero no me arrepiento, tomé mis decisiones Draco." Se acurrucó contra su lado y Draco la abrazó con entusiasmo feliz de volver a sus rutinas nocturnas.
-"No quiero volver a separarme de ti, nunca. Y cuando se legalice lo de mi divorcio, vas a ser mi esposa como debió ser hace mucho. Nos vamos a casar, nos vamos a graduar y luego compraremos una casa donde Matí podrá jugar en el jardín y aprender a jugar quidditch."- susurró contra su pelo, acariciándolo.
-"Nos vamos a casar en una enorme iglesia para que tus padres vean que no soy ave de mal agüero y que pueda respetar la tradición. Nos iremos de luna de miel con Matí con un elfo para que se ocupe de él mientras haremos el amor en una playa desierta, solo tú y yo. Te amo chiquita"- Draco se sorprendió de no recibir una respuesta, bajó la cabeza y vio su castaña dormida. Besó su frente y siguió acariciando su pelo pensando en lo bueno que se sentía estar de nuevo con su castaña. No se arrepentía de haber tomado esta decisión de dejar a Pansy y su casa.
Cuando Draco se despertó en la mañana, encontró a su hijo acostado entre Hermione y él. Hermione lo estaba mirando con una sonrisa.
-"Sabes cuándo lo veo pienso que hicimos un excelente trabajo"- farfulló el rubio con la voz soñolienta. Hermione sonrió, inclinándose hacia él para darle un beso y luego acarició el pelo de su hijo con dulzura, no queriendo despertarlo.
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Lucius estaba de muy mal humor, acaba de renegar de su hijo pero el muy ingrato ni siquiera había acatado a sus órdenes. Al principio no quería renegar de su propio y único hijo, solo era para asustarlo pero el tiro le había salido por la culata. Su hijo se había ido y estaba casi seguro que no volvería. Sacudió la cabeza, solo podía esperar a que retome sus sentidos. Abrió el periódico y dejó caer su taza de café. Un elfo se precipitó para limpiar pero Lucius no le hizo caso solo podía ver la portada del periódico, con una expresión de horror.
¿El niño misterioso? ¿El niño Potter o Malfoy? ¡Opinen!
Ayer pudimos ver a Harry Potter, Ginny Weasley, Hermione Granger y Draco Malfoy paseándose por las calles de Diagon Alley. Ninguna duda que esos cuatro son muy amigos. Pero lo que los van a sorprender queridos lectores es que la ex pareja de Hogwarts, los dos que vimos hace mucho, besuqueándose en un club en compañía de unos amigos y del señor Potter y Ginevra Weasley, estaban juntos en Diagon Alley. No solamente acompañados del héroe nacional y de su novia, estaban en compañía de un niño dentro de un carrito Aun no podemos decirles de quien es ese hijo, será de los futuros Potter (ver articulo siguiente, el anillo de compromiso) o el heredero de los Malfoy.
Todos recordamos la historia que han tenido nuestra héroe nacional y el rompe corazones. Parece que donde hubo fuego, cenizas quedan. Pero que pensará de ello la familia Malfoy y sobre todo la esposa del señor Malfoy, Pansy Malfoy Parkinson. Sería una verdadera sorpresa si una de estas muchachas hubiera dado a luz a una criatura y nadie sabe de ello, por lo menos nosotros, lectores del Prophet. Lo que podemos constatar es que ninguna de las dos presentaba un exceso de peso suficiente como para sospechar. Pero prometemos investigar para darles toda la información y todos los hechos como lo pueden esperar de nosotros.
Rita Skeeter
Encuesta del Prophet: Mándanos a la redacción tu opinión, de quien piensa que sea el niño: de nuestra héroe nacional Hermione Granger con el rompe corazones Malfoy o del héroe nacional Harry Potter y su recién prometida Ginevra Weasley.
Lucius arrojó el periódico al suelo y gritó llamando a su esposa. Este día no podía empezar tan mal, pensó exasperado Lucius.
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