• Disclaimer: Los personajes no son, ni serán, de mua.
• Advertencia: Temas sexuales.
• Pareja: PrusiaxAustria/GilbertxRoderich. Insinuación de AustriaxHungría/RoderichxElizabeta.


Hall de los Sueños Rotos
–Omake! 2: Chance–

-¿Q-q-qué s-s-significa esto? –La voz de la enfermera húngara resonó en todo el hospital. –

Frente a ella estaba Gilbert, con esa sonrisa macha y superior que le caracterizaba. Ya el grupo había vuelto del otro pueblo donde fue operado el inglés; este ahora estaba reunido con sus hermanos y su actual pareja –sin contar al médico galo y el canadiense. – En fin; la ex–esposa del austríaco no podía creer que el alemán del este yaciera frente a sí, sonriéndole.

-Pues… ¿Volví? ¿Dónde esta tu radiante sonrisa hacía tu Dios, marimacha? –Rió a carcajadas sobradoras, irguiéndose hacía atrás en un intento de parecer superior. Elizabeta le encastró su sartén en la cabeza. - ¡Auch! Sigues igual de bruta, marimacha. –Le dijo, sobándose su cabeza. –

Iba a volver a golpearle; pero una mano sobre la suya le detuvo. La castaña giró a ver quien le había detenido en su intento de homicidio, su mirada asesina heló la sangre del albino. Pero la de la húngara se heló más al ver que había mirado así a Roderich.

-Es un hospital, silencio por favor. –Pidió cortésmente el germano. –

-S-s-si… -Contestó toda avergonzada la enfermera en jefe. –

El de ojos rojos rió sonoramente, ganándose una mirada que mataría a cualquiera por parte de la mujer y una rendida por parte del otro hombre.

-Gilbert. –Llamó su ex. –

-¿Mmm? –Levantó la mirada para verle; encontrándose con el gesto duro del otro germano. –

-Ven, tengo que hablar contigo. –

Elizabeta se quedó absorta, viendo como los dos se iban por el pasillo hacía la oficina del doctor. Una sensación de odio infinita cruzó por sus nervios, al notar como Gilbert susurraba algo por lo bajo, pero ella sabía que era lo que había dicho.

Al final te gané.

No había que ser muy inteligente para entender lo que había ganado el prusiano. Había ganado al hombre que amó más allá de todo. La ira y el odio pronto se volvieron tristeza. Si sólo hubiese sido mejor esposa… no… eso no tenía nada que ver, ella fue buena. Lo malo fue nunca darse cuenta de que el austriaco jamás dejo de amar al prusiano.

Sonrió. Ahora ya no le quedaba nada más que la soledad…


-¿Qué querías decirme, señorito? –Preguntó el más alto, con gesto despreocupado. –

-…Es sobre lo que pasó hace unos días. S-sobre el b-beso… -La última palabra la pronunció tan bajito que pareciera un conjuro prohibido. Aún así pudo escucharle. –

-Ajá. ¿Qué quieres saber sobre eso? –Gilbert sonó demasiado tranquilo, esa tranquilidad no le gustaba a Roderich. –

-Acaso, ¿No significó nada para ti? –El castaño tapó sus labios rápidamente, se le había escapado eso. –

Internamente Gilbert reía victorioso.

-¿Qué significa un beso con alguien que no es tuyo? –Esa pregunta dejó absorto al de ojo violáceos. –

-… -

-Dime, Roderich. –El de cabello cano se le acercó peligrosamente. - ¿Qué significó para ti ese beso? –Le encaró con seriedad. –

Los ojos del aristócrata se encontraron absortos. ¿Qué había significado para él?

-… No sé. –Contestó. –

El otro rió.

-¿Ves? Sigues siendo el mismo cobarde. La otra vez fue por lo mismo… porque tenías miedo de lo que pensaran de ti. Un niño de familia rica saliendo con un pobretón. Encima de tu mismo sexo. ¿Una vergüenza, no crees? Por eso aceptaste casarte con Elizabeta… para que no sospecharan de que te gustaban los que tenían lo mismo que tu entre las piernas… -

-¡Cállate! ¡Tú no sabes nada! Y no seas grosero… -Se vio acorralado, entre palabras que no podía decir con exactitud. –

-¿Entonces porque fue? ¿Por qué la amabas? ¡Ja! No me hagas reír… a ti nunca te gusto esa mujer. Es más, sólo la veías como una hermana; apuesto a que jamás tuvieron sexo mientras estaban casados. –Roderich intentó golpearle en la cara, pero el prusiano fue más rápido y tomó su muñeca con fuerza. - ¿Me equivoco? –

-Claro que te equivocas. –Casi escupió las palabras. –

-… ¿En serio? ¿Acaso la penetrabas pensando en mí? ¿O en algún otro? No seas vergonzoso, somos "ex" después de todo… -Sonrió con malicia y lascivia. –

Un sonrojo notorio asomó por las mejillas del austriaco.

-¿Acerté? Ajajaja… soy tan genial… -Carcajeó de forma oscura. –

Se hizo un silencio incomodo. Gilbert apoyó su cabeza en el hueco entre el hombro y el cuello del castaño.

-Yo no he podido reconstruir mi vida después de que te fuiste. –Susurró. – He estado en la cama de cualquiera; mujer o hombre, ninguno fue nada… nadie pudo ocupar tu lugar. –Roderich abrió los ojos en demasía. Giró un poco para verle. –

-… ¿Es eso cierto? ¿No has podido olvidarme? –Su voz sonó detestablemente suave. –

-Si… -

Roderich suspiró.

-¿Sabes? Elizabeta y yo pasamos nuestra luna de miel peleando. No nos entendíamos, ni siquiera en la cama, ella quería una cosa y yo o no podía dársela o no me gustaba. Y cuando me pidió de tener un hijo… me aterré. Tanto que no salí del consultorio en una semana. Después nos divorciamos. –

Gilbert lo miraba asombrado.

-Cuando intenté buscarte; vaya a saber quien el porque, no pude encontrarte, oí que te habías mudado. Me rendí, eras como un fantasma, nadie sabía nada. Y ya me ves aquí. –

-…¿Me buscaste? ¿Cuándo? –

-Apenas me divorcié. –

Lo natural que sonó aquello hizo reír al prusiano.

-Sinceramente… soy demasiado genial como para estar soportando estas situaciones vergonzosas. –Admitió, en un intento frustrado de no sentirse tan mal. ¿Quién lo diría? Lo había estado esperando… -

-¿Aún es posible? –Los ojos rojos le miraron. – Para empezar de nuevo… -

El albino lo tomó del mentón, y se le acercó un poco.

-¿Acaso el señorito me está pidiendo a mí, a ore-sama, una segunda chance? –Dijo, casi en ronroneando. –

El de ojos violetas volteó la mirada un poco, estaba sonrojado.

-…Tómalo como quieras. –

Si. Fue la respuesta de verdad.

Gilbert lo besó. Y en ese momento, volvió a sentir como su corazón latía de la emoción. Roderich sintió lo mismo. Después de un rato se separaron y se miraron a los ojos.

-¿Eso es un si? –Cuestionó, aunque en broma, el alemán. –

-¿Tu que crees, idiota? –Sonrió el austriaco. –

-…Que sigues siendo igual de reacio que el primer día, Rode. –Lo besó otra vez. –

-Y tú el mismo idiota, idiota. –

Rieron. Aunque el comentario de idiota le había dolido al prusiano. ¡Él era genial!


Ganaron el PruAus y el GerIta; así que el que se viene sera de Lud y Feli n.n Lamento enorme la tardanza D: Tuve un bloqueo x.x El proximo prometo que estara la semana que viene; es que ya lo tengo requete pensado xD (?) Y dsps... al final... el lemon *-* Eh estado leyendo lemons de otros animes y que sin duda me han ayudado a mejorar mi narrativa sobre el hard xD Asi que apenas termine el omake gerita termino el lemon.

Bueno... sin mas... espero que les guste este n.n sinceramente... cada vez amo mas esta pareja ._. Bye~