Disclaimer: Los personajes de Hetalia pertenecen a Hidekazu Himaruya, quien parece ser feliz dándonos suficiente material a las fans para hacer mucho y bonito fanservice.

Pareja: Arthur & Alfred (OTP).

Advertencias: Poco manejo de los personajes. Es la primera vez que escribo sobre ellos, y sobre Hetalia en general, de hecho. Sí, me he dejado rendir ante el insaciable amor que mi ser ha desarrollado por esta pareja. Puede que exista OoC, pero intentaré manejarlos lo mejor que pueda. (Aún así, no guardes muchas esperanzas…)

Nota: Colección de Drabbles y One-Shoots (Y posiblemente también, Crack!Shoots) para la Tabla de Refranes de Retos a la Carta.


Holding Out for a Hero


Primer Refrán. —Que Alfred se fuera pudo ser el punto de ignición para que entendieras que nunca lo viste en realidad como un hermano. Para entender que no era solo algo fraternal. Angst. Hurt/Confort. One-Shoot.


~.

"Al mal tiempo, buena cara"

Cierras los ojos, en un vago intento de alejar lo que consideras 'estúpidos recuerdos innecesarios' de tu ocupada cabeza. Crees tener mejores cosas en las cuales pensar; tienes pilas de papeles que leer y algunas reuniones importantes que concretar. Tendrías que estar en cualquier lugar y haciendo cualquier otra cosa, menos en donde te encuentras y pensando en lo que piensas. Tu alrededor es acogedor y elegante, pero cuando no hay nadie más en casa, importa bastante poco que tan fino es el sillón sobre el cual estas sentado. Abres los ojos tan pronto una imagen concreta llega a tu cabeza.

Fue mala idea cerrar los ojos, ¿verdad? Tu subconsciente tiene suficientes imágenes recelosamente guardadas de él para torturarte cada vez que intentas alejarte de la verdad. Porque puedes negárselo a todos a tu alrededor, pero no a ti mismo. Tú sabes bien lo que tratas de ocultar…negarlo es básicamente inútil.

La respiración es algo pesada ya que supone un buen esfuerzo no dejarse caer ante tales imágenes, ante tales recuerdos 'estúpidos'. Llevas la taza de fina porcelana importada a tus labios, dándole unos cuantos sorbos al té. Siempre te ha relajado y gustado en un gran punto así que podrías disfrutar de aquellos momentos de paz…pero no recordaremos la razón por la cual no lo haces. Tres sorbos más y te acomodas mejor en tu lugar, mientras ves como afuera los arboles se mecen suavemente con la lluvia tenue. Los cristales por los cuales observas son golpeados en un repiqueteo de gotas.

'Llueve…como aquella vez~…'

La bonita taza cruje bajo tus dedos. Miles de imágenes, de nuevo. Alfred apuntándote con un rifle. Alfred mirándote directamente a los ojos. Alfred creciendo demasiado rápido y deseando más libertad.

¿Por qué tenía que haber crecido tan…tan aprisa? Te hubiera gustado estar más tiempo con él para verlo hacerse grande y fuerte poco a poco. Siempre culpaste a tus jefes por ello, por no darte tiempo. Por retenerte cuando deseabas verlo. Pero son tan solo pretextos, ¿verdad? Buscas culpables cuando en realidad te crees el único responsable de ello.

—Americano idiota —murmuras, dando un nuevo sorbo. Se escucha bien mentir de dientes para afuera. Eres demasiado cínico y orgulloso para admitirlo incluso dentro de tu propio ser. Siempre has de estar discutiendo con tu ex – colonia, cuando es un patético modo de llamar su atención. O al menos así tu lo vez. A Alfred parece divertirlo, incluso te sonríe cuando llega a fastidiarte cada vez que puede.

'Sonríe, como solía sonreírme antes.'

Un nudo extraño se forma en el inicio de la garganta. Alfred abrazándose a ti tras tener una pesadilla. Alfred tomándote de la mano para jalarte hacia algún lugar. Alfred sonriendo y haciéndote sentir tranquilo a su lado. Uhm, ¿acaso tendrá algo el té…que pareces sentir más de esa molestia al intentar pasar saliva?

No tiene mucho sentido seguir repasando esos momentos una y otra vez, pero la duda carcome y carcomerá por siempre tu alma. Si siempre había de parecer tan~…feliz. Alfred corriendo hacia ti al verte llegar a visitarlo. ¿Por qué…si parecía quererte tanto como tú lo querías…? Alfred yendo a la guerra a tu lado; te sonríe como antes y de nuevo todo se pone en orden en medio de la tensión que produce un campo de batalla. Si todo parecía ir tan bien entre ustedes, ¿Por qué había decidido de repente…?

'—Escucha, Inglaterra…Después de todo elijo la libertad —Alfred apuntándote. Alfred creciendo. Alfred dejando de ser el que alguna vez deseaste fuese tu hermano menor. Alfred, dejando de ser un niño—. Ya no soy un niño. Tampoco soy tu hermano menor —Alfred tomándote de la mano. Alfred sonriéndote. Alfred logrando que todo se pusiera en orden y calma—. Yo… ¡ahora mismo me independizo de ti!'

Te gustaría decir que ha empezado a llover dentro del acogedor lugar y más exactamente sobre ti. Te encantaría saber que en realidad todas las leyes de la naturaleza se han enloquecido solo para que las gotas que antes afuera caían, casen sobre ti. ¿Qué simple sería, verdad? Sería más fácil argumentar imposibles antes de aceptar que estas llorando…de nuevo, como aquella vez.

Como el día en que decidió alejarse de ti. ¿Acaso habías hecho algo mal? Podrías haberle dado un poco más de espacio, podrías haber sido más permisivo si él te lo hubiera pedido. Alfred solo tendría que haberlo pedido. Habrías hecho cualquier cosa por que te sonriera como solía hacerlo antes. Aprietas con más fuerza el delicado pocillo, mientras aquel fastidio en la garganta se hace un completo nudo. El resultado de intentar respirar con ello, es un lastimero quejido por tu parte.

Que patético te sientes. Años después de ello…sigues lamentándote y solo por él. Nunca permitirás que él lo sepa, prefieres tragar la tierra sobre la cual caminas antes que ello. Alfred, dándote la espalda y alejándose de ti. ¿A dónde había ido al que querías que fuese tu hermanito? ¿A dónde había ido tu ángel tierno y sonriente? Conviertes una mano en puño, deseando que el silencioso llanto de detenga.

¿A dónde había ido el héroe que tanto se pregonaba ser? De realmente ser algún tipo de salvador, jamás te habría abandonado de la forma como lo había hecho. Jamás te habría destruido de la forma como lo hizo. Sueles recriminárselo en sus discusiones, por medio de sutiles indirectas. También sueles decírselo cuando el alcohol se sube a tu cabeza y no puedes detener las dolorosas verdades.

Justo en aquel instante, era que necesitabas a aquel imbécil que se proclamaba a sí mismo como héroe y salvador de la humanidad. No, no se lo dirás y menos se lo pedirás. Pero algo dentro de ti te hace sentarte a esperar. Por ello, desde el día en que Alfred decidió independizarse te has sentado cada tarde mirando por la ventana. Simplemente esperando a que él regrese. Estúpido e innecesario. No es algo que puedas evitar. Te atormentas horas enteras, como aquellas, solo esperando por algo que no va a suceder en realidad.

Cuando sucede, cuando lo vez a él regresar, no lo hace exactamente de la forma como lo imaginas. Sigue siendo independiente y algo diferente a lo que siempre fue. Pero regresa, deseando estar tiempo contigo o solo yendo a fastidiarte de algún modo. Ya no lo logras verlo como tu hermanito, ya no logras ver al dulce niño que viste antes. Ya no sientes aquella sensación fraternal por Alfred.

El sentimiento ha cambiado. No diremos que es, porque no es algo que Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte vaya a aceptar. ¡Por supuesto que no! ¡Suficiente tienes con aceptar ante ti mismo que sufres por aquel americano idiota!

Ahora no logras verlo como lo que antes era, lo ves diferente, lo sientes diferente. ¿Realmente ha cambiado algo? Quizás siempre sentiste eso por él pero fue necesario que se fuera de tu lado para entender que tan fuerte era ese sentimiento peculiar. Que Alfred se fuera pudo ser el punto de ignición para que entendieras que nunca lo viste en realidad como un hermano. Para entender que no era solo algo fraternal.

Ha dejado de llover dentro y sobre ti. Te sientes solo un poco mejor. La taza de fina porcelana, con algunos daños menores, regresa a tus labios. Das dos sorbos largos al, ahora, frío té mientras continuas con la mirada lejos de aquel lugar. Puede sonar totalmente incoherente, pero esperaras. No a que él regrese como una ex –colonia en busca de ser reconfortado tras ver alguna película de terror. Esperarás a que Alfred regrese como lo que ahora es, y quizás, corresponda aquel amor que parece ser más que fraternal.


Notas: ¿Qué tal? Creo que Arthur no me salió tan OoC como creí que me quedaría, y en realidad la historia me gustó mucho. Aunque es bastante triste y quedará como la primera que he hecho sobre ellos…tenía que ser esta. La esencia que desde el primer momento, para mí, queda constatado que Inglaterra siente algo fuerte por América, no algo fraternal, algo que va más allá. He incluso, ese 'amor – gustar' que no logra identificar es más fuerte que el dolor que le causó la partida de Alfred. En conclusión y sin irme por las ramas. En el primero, Iggy debía aceptar que ama a ese molesto americano, y no lo puede negar.

¿Review?