A/N: Hola y bienvenidos a esta historia, de antemano gracias por estar aquí.

Primero que nada este relato es extremadamente A/U, por lo que no toma más que personajes y locaciones de los libros, no magia, no personajes muertos, muchos lugares de Hogwarts están descritos algo distintos para que encajaran con la historia.

Ya había publicado algo parecido a esta historia anteriormente, pero creí que podía ser mejoradam espero les agrade.

Harry, Ron y Draco son jugadores de futbol mundialmente reconocidos cuando deciden entrar a estudiar en una de las universidades más prestigiosas: Hogwarts.

Por supuesto no todo es tan sencillo ya que inmediatamente a Harry le es asignada una tutora para que lo guíe en caso de cualquier problema, su nombre como todos han de imaginar es la premio anual Hermione Granger y en la que su mejor amiga Ginny Weasley tiene la obsesión de lograr que se fije en el chico, sólo que hay un pequeño problema, ¿Mencioné que tiene novio?...

James y Lily están vivos pero están separados, es parte de la historia y ya se cubrirá más adelante así que les pido paciencia y un comentario si terminan de leer el capitulo.

Todos los personajes pertenecen a JK Rowling, nada es mío simplemente los pido prestados por diversión al igual de marcas y todo lo que aqui se incluye pertenece a sus respectivos dueños.

Un chico de cabello negro y ojos verdes iba en el asiento trasero de una limusina color negro. Escuchaba el vago golpetear de las gotas de lluvia en el capote y ventanas rompiendo con el poco silencio a su alrededor. Su atención estaba puesta en la carretera mojada, los vehículos que pasaban a un lado de su automotor, en la pequeña neblina alrededor además de ver el reflejo de su cabello negro hasta por encima de los ojos que revelaba el vidrio.

Su nombre era Harry Potter, mundialmente conocido por ser media punta estelar del equipo de futbol Arsenal junto a sus mejores amigos Ron Weasley y Draco Malfoy mediocampista y delantero respectivamente.

Lo que le hacía recordar las raras circunstancias en las que se mantuvieron juntos, ya que mientras Ron y Harry eran más parecidos, por haber crecido juntos desde que estaban prácticamente en pañales, Draco era una historia distinta, pero aún así los tres eran amigos desde hacía años.

Harry había sido un niño como cualquiera, travieso, pero no problemático, a menos que estuviera con Ron, juntos eran peor que un tornado. Sus primeros años de vida los pasó Londres junto a, su entonces perfecta familia, Lily y James Potter.

Según sus recuerdos sobre las historias que le contaban era que se habían conocido hacía muchos años en la universidad de Hogwarts, donde Lily era una pianista prodigio y James estaba más enfocado en los negocios, sin embargo, ambos se conocieron y enamoraron para poco tiempo después de terminar la universidad, casarse. La pareja ideal como muchos los mencionaron, la talentosa pianista y el empresario con un futuro brillante.

Pocos años más tarde Harry nació, su padre le describió ese momento como el más importante en toda su vida, el más feliz. Recodaba que desde muy pequeño su primer regalo fue de parte de su tío Remus, fue un balón de futbol e incluso creció deseando algún día poder formar parte del equipo que él dirigía, los Gunners del norte de Londres.

Su madre por otro lado siempre le recordaba cuan importantes eran sus estudios y desde muy temprana edad comenzó a tomar clases de piano con ella. Aún podía recordar su voz baja cuando le decía que era lo más perfecto en su vida…Sirius, por otra parte, siempre solía decir que el pequeño ojiverde tenía el talento en sus manos de su madre, pero las piernas de un futbolista.

Así había sido una infancia feliz según el pelinegro creía, una familia, los Weasley como sus amistades cercanas y Ron como el hermano que no había tenido, pero las cosas nunca fueron tan simples para él, jamás.

El ojiverde aparto finalmente su atención del cristal hacia el frente del auto. La ventanilla del piloto estaba cerrada, dejando que ni el chofer ni el pelinegro pudieran verse el uno al otro. Harry, finalmente, abrumado por todo lo que pasaba por su cabeza exhaló recargando su cabeza en el asiento mirando hacia el capote, cerrando los ojos y tallando con sus manos su sien tratando de concentrarse en lo que iba a hacer.

Junta, escuela y…buscar, se recordó finalmente.

A los seis años Harry ya era todo un buen estudiante de piano, podía tocar ya muchas melodías, además de haber tomado un estilo muy a lo Lily Potter para tocar el piano, con toques rápidos pero en melodías armoniosas, el chico tenía claro en su mente cada vez que su madre le sonreía y lo felicitaba al haber terminado una melodía, como ambos de sus padres le había regalado la cadena dorada con las iniciales LyP, siempre mencionándole que él era su amor completo, pero con el tiempo eso cambió.

El chico volvió a abrir los ojos mirando hacia arriba sin molestarse en levantar la cabeza del asiento. No observaba nada en sí simplemente permanecía en silencio. El golpeteo de las gotas y el leve sonido del motor al acelerar era lo único que escuchaban sus oídos, de vez en cuando, sus ojos observaban el reflejo de su saco negro, de sus ojos verdes, o sus jeans y zapatos, pero nada de eso tenía su atención ahora.

Aún a sus siete años Harry siempre les había dicho a sus padres que cuando cumpliera nueve quería entrenar con Remus en el Arsenal, soñaba con eso, siempre que jugaba en el patio de su casa él era Zidane y Ron era Rivaldo.

Sin embargo, tan sólo un mes después de eso las cosas cambiaron. Las recordaba perfectamente, como si hubiese sido ayer, y no hacía ya casi doce años que su padre entró a su habitación despertándolo diciéndole que tenían que irse de ahí, que no soportaba estar ahí llevándoselo consigo a Italia.

Harry no entendió porqué, pero esa fue la última vez que volvió a ver a su madre, Lily Potter.

Su padre le decía que se había ido de viaje, hasta que finalmente antes de sus nueve años, llevándolo a la sala, le explicó como un día antes su madre había tomado sus pertenencias yéndose lejos, Intento buscarla, pero Harry era aún muy pequeño, no podía entender como había ocurrido, aún cuando los Weasleys se habían mudado a Italia por apoyo a James. Vivieron en una pequeña casa que Arthur Weasley había conseguido con el poco tiempo de que los hechos habían ocurrido.

Y aunque de pequeño el ojiverde siempre esperó que al amanecer cuando observara por su ventana su madre apareciera en el patio de su casa, de vuelta, eso no ocurrió nunca. A veces su padre imaginaba que él no lo escuchaba, pero la verdad si lo oyó lamentarse incluso lo vio a veces llorar por las noches preguntándose lo mismo que él.

¿Por qué?

A los nueve años su padre cumplió la promesa que le hizo desde que tenía seis años y fue llevado junto a Ron (que también había implorado a su padre lo dejara ir) de regreso a Londres a las instalaciones del Arsenal donde Remus les dio la bienvenida. James estaba seguro que el deporte era bueno para su hijo, aunque no imaginaba que los chicos amarían tanto el fútbol que llegarían a ser profesionales.

James jamás se separó en ningún momento de él. Era algo que el pelinegro siempre agradeció, ya que a pesar de su trabajo, siempre él fue la prioridad en su vida. Sin embargo al regresar a Londres James prefirió moverse a otra casa, cualquier cosa de Lily parecía ponerlo en un muy mal humor con todos excepto Harry, especialmente Harry, con el no había momento en que James fuera el mejor padre que un niño pudiese tener.

Sus primeros días de entrenamiento fueron agridulces. Adoraba jugar futbol y se sentía totalmente libre en el césped del campo, pero uno de sus compañeros era odioso, lo que hacia que los entrenamientos no fueran totalmente gratificantes.

Draco Malfoy era su nombre, un rubio de ojos grises que era el delantero del equipo juvenil, siempre recordándole como él sólo estaba ahí porque Remus era amigo de su padre, nada más, despreciándolo por cualquier cosa. Aprovechando cualquier comentario para decirle una frase ofensiva.

Cualquier oportunidad era buena para molestarlo. Recapitulando cuando era día de partido y las familias estaban reunidas en las gradas -¿Qué Potter? ¿Tu mami no te quiere y no viene a verte?-

El pelinegro odiaba sus comentarios y si fuese solamente por sus impulsos ya lo habría al menos intentado poner en su lugar, pero siempre Remus –No le hagas caso- -Draco déjalo en paz-

Pero luego eso sumaba otras cosas -¿Qué pasó Potter necesitas que el entrenador te ayude? Mejor dile a tu mamá…oh si, lo olvidaba, tu mamá nunca viene-

Ron ya había tenido su oportunidad contra el chico en lo que resultó un castigo por dos juegos para los tres. Por esa razón, Harry no le decía nada no quería volver a perderse ni un solo juego.

Aparte de Malfoy todos sus compañeros eran amigables, pronto conoció la habilidad y debilidad de cada uno de ellos, además de encontrar la forma de transmitir sus ganas de dar el cien por ciento en cada partido.

Hizo amistad con todos aunque siempre era inseparable de Ron. Poco tiempo después Remus lo nombró capitán del equipo juvenil. Su padre estuvo presente, como siempre en las gradas, diciéndole que estaba muy orgulloso de él, lo alzaba para jugar con él y cuando le dijo que lo esperara mientras iba a recoger a Ron para irse de regreso a casa, corrió por todo el estacionamiento mientras su padre lo esperaba en su auto.

- Eres una vergüenza Draco, ¿Cómo es posible que un Potter te haya ganado la capitanía? Me avergüenzo de que seas un Malfoy - Fueron los regaños que escuchó Harry provenían de un auto lujoso frente a él – Pero yo no quiero ser como Potter - Se quejó el niño rápidamente –Pues no sé cómo le harás pero espero que la próxima vez que venga realmente no sea para perder mi tiempo - Respondió la otra voz masculina – Si papá - Musitó la voz infantil para ser luego interrumpida por el timbre de un teléfono móvil.

Harry que ese tiempo había estado paralizado escuchó unos pasos largos alejarse seguido de una voz que contestó el teléfono, fue cuando Draco salió del frente del vehículo pero al observarlo se detuvo sorprendido -¿Qué quieres Potter? Tu mama no ha pasado por aquí- Le dijo con voz seria.

Pero el pequeño ojiverde no pudo sentir enojo hacía Malfoy, al contrario, comprendió medianamente porque la actitud hacía él, no le agradaba para nada saber como lo había tratado su papá.

- ¿Te vas a quedar parado ahí todo el día? Probablemente si fueses menos idiota y más práctico llegarías a ser un mejor futbolista -

- Se fue - Respondió Harry en un susurro, el rubio por un momento estuvo confundido simplemente observándolo confundido.

- Mi mamá - Aclaró el niño observando las cintas de sus tacos de futbol – Hace tiempo se fue, no hemos sabido nada de ella desde entonces - el pelinegro sintió como si esa fuese su forma de retribuir a Draco.

Harry sabía ahora que su padre era odioso con él, pero de alguna forma se sintió forzado a responderle, como si esto hubiese sido una batalla que de pronto se volvió injusta, pero juraba que si Draco le hacía algún comentario sobre eso no dudaría en enseñarle sus puños de cerca.

Esperó el comentario del ojigris pero después de unos segundos de silencio se aventuró a levantar su mirada.

-¿De nuevo molestando?- Gritó Ron llegando en lo que él creyó era en la salvación de Harry, pues el más que nadie conocía que tan imposible llegaba a ser Draco cuando quería, pero para sorpresa ninguno de los dos dijo nada, aún más para su sorpresa Draco asintió en dirección a Harry y subió a su auto.

Ron parpadeo tres veces tratando de asegurarse que detalle había perdido, pero no pudo encontrar nada, luego Harry le mencionó que debían irse y así ocurrió.

Pero ese día había cambiado algo, Draco jamás volvió a molestar a Harry y por primera vez jugaron como un equipo. Tiempo después aun cuando Ron aseguraba era una mala idea Harry lo invitó a su fiesta de cumpleaños personalmente, aunque fue más sorpresivo que el rubio fue de buena gana. Sin embargo, tuvo que pasar una cosa mas para que se unieron y eso ocurrió cuando Draco encontro a Ron y a Harry discutiendo una jugada especifica de fútbol. El rubio les explicó que aunque fueran tan ciegos necesitaban un delantero para hacerla funcionar y desde entonces, los tres se volvieron inseparables, tanto que incluso Ron lo comenzó a considerar su amigo.

Con los años fueron avanzando hasta que finalmente fueron llevados al primer equipo, su primer año no fue tan bueno como hubiesen querido, especialmente para Harry, que fue subido de las juveniles ya casi al final de la temporada con poco tiempo para tener alguna influencia. El siguiente año fue mejor, aunque no ganaron ningún trofeo, lograron terminar en el tercer lugar en la tabla de la liga inglesa y clasificarse para el torneo más importante de clubes europeo, además de que fue entonces cuando los tres fueron reconocidos como figuras no solo del Arsenal, sino internacionales.

'Este año será distinto' Se recordó Harry nuevamente regresando de sus recuerdos volviendo a observar el camino. Eso mismo le había dicho a sus compañeros, hacía un mes, cuando Remus lo nombró el capitán del primer equipo, una vez que su anterior capitán hizo saber que quería abandonar el club a final de año.

Pero no era eso lo que lo tenía preocupado, aún cuando fue claro ese día al preguntarle a Remus porque había sido el nombrado capitán si toda la prensa creía que era demasiado joven para el puesto.

- Porque solamente tú tienes esa habilidad para liderar, llevar y sacar lo mejor de cada uno de ellos, el complemento que cualquier entrenador desea -

Francamente Harry no lo veía, pero Ron y sorpresivamente Draco estaban de acuerdo. De Ron no le sorprendía, pero Draco usualmente siempre decía lo que pensaba.

-Prefiero que seas tú a cualquiera de los demás- Le recordó Malfoy cuando sus compañeros lo felicitaron recordándole que tenía todo su apoyo. Fue entonces cuando Harry decidió que en lugar de buscarle los peros a todo mejor dejaría que su juego hablara, entonces el tiempo dictaría lo que pasaría, no hacía falta decir que Sirius y su padre dieron el grito en el cielo de felicidad al recibir la noticia, pero como cada año Harry extrañaba algo, alguien en su vida, ese espacio irremplazable.

El chico reconoció la última calle por la que viraron, estaban a punto de llegar a las instalaciones del equipo y el bip de su celular lo distrajo momentaneamente. Estiró la mano buscando en el bolsillo de sus jeans el aparato con el mensaje de Ron '¿Ya casi llegas?' Rápidamente el pelinegro respondió que sí, no era usual que llegara tarde a ninguna de sus juntas o entrenamientos al contrario eran los primeros en llegar, pero últimamente su padre había dicho que como habían decidido ir a la universidad además de practicar futbol tenía que tener un chofer.

Harry había respondido que era ridículo, si algo siempre había querido era ser considerado normal junto con sus compañeros, no tener algo que lo hiciera resaltar de los demás, pero aparentemente su padre no aceptaría un no como respuesta. El ojiverde aún así tenía mejores planes para Charles, su chofer, y la limusina, ya que hacía dos semanas la había usado de taxi para todo el equipo, pero Charles usualmente iba a la velocidad marcada en los letreros…Harry odiaba llegar tarde.

Talló sus manos juntas antes de dar una última mirada a su celular, estaba esperando una llamada e incluso buscó si de casualidad tendría la llamada perdida, pero no tenía nada. Acomodó su celular en su bolsillo de nuevo justo cuando la limusina entró en el estacionamiento de los Gunners.

No esperó a que Charles se bajara y le abriera la puerta. Se rehusaba a tal trato, también le advirtió a Charles nada de andarlo siguiendo con un paraguas por todo el estacionamiento, al menos no tendría que caminar tanto bajo la lluvia, su espacio con el letrero de Reservado para Harry Potter estaba al lado del de Remus y junto al de Ron y después de una larga discusión sobre espacios por parte de un rubio enseguida estaba el de Draco.

Descendió del vehículo metiendo sus manos a su saco oscuro al sentir el aire frio junto con el agua, caminó rápidamente hasta la entrada.

- Buenas tardes - saludó a la recepcionista Beth al entrar que inmediatamente le dedicó una sonrisa detrás del escritorio de madera en semi circulo que había en el centro de la gran recepción.

Las instalaciones del Arsenal eran de las más lujosas en el ámbito, pues los Gunners en sí eran uno de los clubs más exitosos del mundo, contaban con varios edificios, campos de juveniles, el estadio de las reservas en underhill y por supuesto el Emirates, el estadio vanguardista del primer equipo.

Beth trabajaba ahí ya hace veinte años, de los cuales Harry la conocía hace ocho, casi nueve si se ponía a hacer cuentas y desde que era pequeño hasta la actualidad siempre los recibía con una sonrisa. Lo único que había cambiado era que su cabello castaño oscuro ya mostraba algunas canas, pero esencialmente Harry pensaba que se mantenía casi igual que la primera vez que la vio.

Era obvio saber que estabas en territorio de los Gunners una vez que observabas paredes, postes y anuncios con los clásicos colores blanco y rojo o el cañón dorado.

El chico recorrió la recepción hasta el elevador, sabía perfectamente a donde se dirigía, unos segundos después escucho el 'ding' mientras se abría la puerta, entrando apretó el número que deseaba para que lo llevara al piso de la oficina de Remus.

Al salir saludó a unas cuantas personas más conocidas que encontró en el camino mientras recorría el pasillo blanco con retratos de momentos celebres del equipo hasta llegar a la oficina más grande del piso, por supuesto sólo había una oficina más grande, la del presidente, sin contar la sala directiva por supuesto.

Sacó las manos de su saco para tocar dos veces la puerta de madera a un lado de las letras doradas Entrenador Remus Lupin.

- Adelante - Se escuchó la voz del entrenador del otro lado. No esperó más tiempo e inmediatamente entró en la habitación. Ron y Draco estaban al parecer esperando sentados frente al escritorio de Remus.

No hacía mucho que había estado aquí por última vez, recordó vagamente, observando los libros, cuadros, trofeos que adornaban la oficina, con alfombra de color gris oscuro, la mitad de la pared era de un color amarillo claro, mientras la parte de abajo tenía madera, esencialmente todos los muebles eran del mismo material en tono oscuro, incluyendo el escritorio brillante.

- Siento haber llegado tarde, al parecer Charles le gusta más el camino largo - Mencionó el chico entrando esperando que sus zapatos negros no estuvieran aún mojados y fueran a arruinar la alfombra.

- Pasa Harry - Le mencionó Remus apuntando a la silla entre Ron y Draco. El pelirrojo ojiazul de Ron lo observaba sonriendo, casi burlándose de la última decisión de James Potter a su hijo, pero el chico simplemente le negó con la cabeza antes de sentarse, no tenía tiempo para bromas.

Draco por su parte estaba serio, Remus comenzó a observar unos papeles, momento en el que el pelinegro aprovechó para susurrarle -¿Ocupado?-

- ¿A que te refieres? - Respondió el rubio observando a su amigo.

- Todos sabemos que te fuiste de fiesta - Respondió Ron del otro lado mirándolo fijamente.

- ¿Cómo pueden saber eso? - Se quejó Draco tratando de mantener una postura normal en su silla.

- Apestas a cigarro - Respondió Ron.

-Sabemos que no fumas, así que estuviste con alguien que sí, además que traes las mismas ropas de ayer- Apuntó Harry.

-Eso crees, bien pude haberme vestido así para la junta-

-Por supuesto y yo soy ciego- Murmuró Ron rodando los ojos.

-Ron para mí eres más que eso, también distraído y un poco…-

-Shh- Los interrumpió Harry antes de que continuaran, había cosas más importantes, aunque en realidad no tenía idea de que hacían en la oficina hoy, los entrenamientos no comenzaban aún, pero lo atribuía a que a partir de esta semana tratarían de llevar una vida normal en la universidad, probablemente Remus les daría otro discurso sobre no romper las reglas, no ofender a los profesores, etc, etc.

- Bien - Mencionó el entrenador acomodando una serie de documentos en su escritorio - los llamé espero no tener que recordarles que no quiero recibir quejas de la universidad, no tengo que volver a mencionar que han sido muy flexibles al dejarlos entrar -

-Ni tanto, los exámenes que tuvimos que pasar para la admisión estuvieron muy difíciles- Interrumpió Ron casi descolorido ante la idea de que los demás que fuera a presentar llegaran a ser así.

-El punto es- Retomó Remus observando directamente al pelirrojo que tomó la indicación para cerrar la boca –Que deben de dar lo mejor de ustedes, esforzarse lo mismo que se esfuerzan en el campo de futbol partido tras partido, sin descuidar nada, para eso nos permitimos hacer esto- Mencionó acomodando unos documentos frente a Harry.

El chico simplemente hizo una mueca de confusión inclinándose para leer entre párrafos, demasiados términos legales que no entendía.

-¿Tengo que firmarlo?- Preguntó finalmente.

-No- Respondió Remus con una sonrisa alejando los papeles, simplemente consta que fue nuestra decisión así como la de su director Dumbledore que tengas un tutor.

-¿Qué?- Respondió el chico inmediatamente casi alzándose de su asiento –No necesitamos un tutor, ni una niñera, somos… ¿Qué?- Volvió a preguntar aún inseguro de si había escuchado lo que creía que había escuchado.

-Estoy seguro que el tutor es para ti solamente Harry, no veo porque aquí Ron y yo tengamos algún problema, bueno sobre Ron…en fin- Respondió Draco alzando las cejas con una sonrisa.

Esto efectivamente silenció a Harry que miró a ambos de sus amigos en búsqueda de soporte, lo único que encontró fueron las sonrisas "inocentes" de ambos, junto con la mirada de amenazadora de Ron al rubio, incongruente con su sonrisa.

-Draco tiene razón Harry- Terminó Remus –Y antes de que me vuelvas a dar el discurso, si es importante que tengas un tutor, no te preocupes, no será alguien que te asfixie, simplemente que sea tu guía, después de todo tu tendrás que mantener a Ron y Draco en línea, algo de ayuda no te vendría en mal- Terminó Remus casi sonriendo mientras Harry tartamudeaba tratando de encontrar una forma de negarse rotundamente al hecho.

-Lo que Remus quiere decir amigo, es que digas lo que digas estas acabado, tendrás niñera- Interrumpió Ron tratando de evitar soltar una carcajada, Draco no era nada diferente, estaba hasta rojo apretando los labios con fuerza.

-Fantástico- Musitó el chico observando el escritorio alzando sus manos en búsqueda de ayuda divina que por supuesto no iba a obtener.

-Oh, vamos no te sientas mal- Lo consoló Remus alzándose de su asiento –Yo específicamente elegí a tu tutora, ya la conoces, es Hermione Granger- Le dijo rodeando el escritorio para recargase a un lado de los chicos.

-Oh demonios- Respondió el pelinegro que esta vez si se le había ido el color del rostro, Harry estaba seguro que nunca había visto ese rostro en Ron, incluso si viese un fantasma.

-No veo como eso pueda ser una buena idea- Respondió Ron que al parecer al escuchar el nombre de la chica todo el tema había perdido lo gracioso y finalmente había decidido unirse a Harry en el tema.

-¿Qué no es la chica esa mandona que siempre nos regañaba en tus cumpleaños?- Preguntó Draco tratando de conectar el nombre.

-Ahhh- Respondió Harry recordando sus cumpleaños 8,9 y 10 cuando una chica de cabello alborotado castaño que al parecer no había cosa en el planeta que no supiera se la pasaba regañándolos cuando querían hacer alguna travesura, aunque imaginaba que Draco no sabría nada al respecto, pero en su última fiesta de cumpleaños al menos en Londres, ya que a partir de sus 11 años su padre optó por llevarlo a conocer un lugar distinto en cada cumpleaños, Draco la había conocido, pero desde entonces ninguno de los tres había vuelto a verla, al menos en lo que respectaba a Harry y Draco.

-Tendremos vigilancia completa- Musitó Ron con una mueca de preocupación, como si un plan de escape hubiese sido arruinado –Hermione es mandona, seguramente nos pondrá a leer todo el día o peor nos hará hacer la tarea a tiempo- Mencionó el pelirrojo, que de los tres probablemente era el que más la conocía pues Hermione era la mejor amiga de Ginny, su hermana y Luna su novia según recordaba el ojiverde. Sobre todo porque Ginny, su casi hermana, se la pasaba mencionándola ahora que de pronto venía a su mente, después de todo no era un nombre común.

-¿Es la amiga de Ginny y Luna verdad?- Preguntó finalmente cruzándose de brazos en la silla.

No hacía falta más que ver el rostro de Ron iluminarse al pensar en Luna para saber que hacía falta regresar al tema, pensó Harry.

-Eso fue hace muchos años, aunque es una buena idea, ustedes tres necesitan alguien que los ponga en su lugar, pero no le daré todo el trabajo a una sola persona- Comentó Remus sonriendo por las caras de los chicos –Es peor- Susurró Ron –El horror- observando a la lejanía.

-Repito, eso fue hace muchos años, ahora ya es una señorita bastante distinta, te aseguro que no hay mejor persona que ella para ser tu tutora Harry, toma- dijo estirando su mano para entregarle un documento mientras Ron movia silenciosamente sus labios 'No, no, no' aún con el tema de Hermione.

-¿Qué es esto?- Preguntó Harry al observar la hoja.

Llévala a la dirección cuando se presenten en la universidad, entrégasela al Director, estaré ahí, pero es mejor que de tu parte la entregues.

El chico simplemente asintió reconociendo el propósito de la carta, un agradecimiento.

-La guardaré y la entregaré- Aseguró el chico doblándola para ponerla en el sobre que estaba en el escritorio.

-Yo por mi parte tengo que hablar con la señorita Granger acerca de sus obligaciones-

-Por favor prefiero a mi hermana- Rogó Ron una vez más casi implorando.

-Ron…olvídalo- fue lo último que mencionó Remus antes de acomodar el saco de su traje para volverse a sentar en la silla de su escritorio.

Los chicos se despidieron antes de salir de las oficinas, afortunadamente la lluvia ya había cesado, aunque el frio aún estaba presente. El rubio acomodó su chaqueta de piel subiendo el zipper, mientras Ron metía las manos a los bolsillos de su pantalón, su suéter café era bastante protección contra la brisa.

-No puedo creerlo- Se quejó Harry al salir -¿Por qué yo?- Preguntó no específicamente a nadie antes de llegar a los estacionamientos.

-Ya sabes, eres el capitán- Le recordó Draco sacando las llaves de su deportivo rojo de su bolsillo para desactivar la alarma –Ahora si me disculpan tengo que atender a una cita- Dijo con una sonrisa antes de irse.

-Creo que Draco tiene razón- Mencionó Ron encogiéndose de brazos –Es obvio que Remus busque a alguien que nos tenga observados, pero especialmente a ti porque eres tu el que nos orienta a nosotros, pero prefiero a mi hermana-

-No veo en qué forma, no soy un gran guía, en cuestión a la chica no tengo idea, pero nosotros no somos los mismos, no encuentro porque ella ha de seguir siendo esa niña, inteligente, mandona…- Musitó Harry haciendo una mueca moviéndose de un lado a otro para evitar enfriarse.

-Sabes muy bien a que me refiero, a veces desearía que notaras lo mucho que haces por nosotros, en fin, me imagino que nos vemos en el campus de la universidad ¿Ya tienes tu llave?- Preguntó el pecoso sacando un llavero con forma de diamante rojo con el numero 38b marcado en letras doradas.

-¿Cuándo te lo dieron?- Preguntó el ojiverde confundido.

-Desde la semana pasada no la dieron a todos, bueno a Draco y a mí, me imagino que la tuya tal vez te la de el director, aunque se me hace raro se supone que ya deberías tener tu cuarto listo, bueno están amueblados, pero ya me entiendes- Respondió guardando la llave en su bolsillo de nueva cuenta.

-Tal vez- Mencionó Harry antes de observar el auto de Ron, un mercedes blanco.

-Odio esto- Mencionó observando la limusina –Pero te veo en la universidad-

Ron sonrió de oreja a oreja tras el comentario de su amigo –Podría ser peor, a la siguiente traerás guardaespaldas - bromeó sacando las llaves de su auto.

-Ni lo menciones- Respondió Harry recordando que tan especial es James Potter acerca de su seguridad, aun tras sus quejas.

Se despidieron y finalmente Harry caminó hasta subirse a la limusina, cuando escuchó el pequeño sonido de su celular. No quería que llamara mucho la atención así que tenía el tono más bajo, estuvo a punto de decirle a Charles que tomara rumbo a la universidad antes de contestar cuando reconoció el nombre y número en la pantalla del móvil.

La razón por la que todos estos días, especialmente hoy había estado tan nervioso.

Sin ninguna otra duda tocó la pantalla para contestar.

-Dime-

-Encontré a tu madre- fue lo que recibió en respuesta a lo que Harry había estado buscando los pasados cinco años de su vida.

Lily Evans Potter.