Pido mil disculpas por todo el cese de actividades, he estado ocupada con muchas otras cosas profesionales y personales. Aquí les pongo un capítulo que traducido la maravillosa Yeya Cullen, mil gracias por tu ayuda y apoyo.

Prometo hacer un esfuerzo por no dejar morir de nuevo por tanto tiempo la traducción, solo ténganme mucha paciencia.

DISCLAIMER: Quiero agradecer a mis lectoras por todos sus elogios y porras, me hace sentir muy feliz leer sus reviewa, solo quisiera recordarles que esta maravillosa historia no es mía, los personajes pertenecen a Stephanie Meyer, la trama a la genial WinndSinger, y su servidora solo hace la traducción al español, con ayuda de mis colaboradoras Mussolini y Yeya Cullen.

Gracias a todos por sus mensajes de apoyo y por el entusiasmo para que siga traduciendo.

¡Disfrútenlo!

18 UN AMO CARIÑOSO

BPOV

Toda la noche fue caliente como el infierno, como Edward siempre dice. Ahora me tiene hablando como él. Aún estoy fascinada cómo se siente un maravilloso orgasmo... ¡increíble! Su lengua encuentra lugares dentro de mí que yo no sabía que existía. Maldita sea, él sabe lo que está haciendo. Creo que sé cómo se ganó el nombre de Thumper... y con razón.

Nos abrazamos fuerte hasta quedarnos dormidos - ¿quién sabe qué hora era... y a quién le importaba?

Cuando mis ojos se abrieron, el sol brillaba, pero todas las persianas estaban bajas. Sentí a Edward sentado a mi lado en la cama y cuando me volví para decirle algo que él giró hacia mí y al instante, su mano se apretó sobre mi boca, su nariz casi tocando la mía.

"Buenos días, mi mascota.", Él me sonrió, y sus labios besando suavemente mi nariz mientras mi cuerpo temblaba un poco, "No, amor, no tengas miedo. Voy a ser bueno contigo... ya verás. Pero si gritas o tratas de escapar, me harás daño. "

"Voy a hacerte un buen desayuno primero…", dijo, "Pero hasta que esté listo tendrás que esperar. Hoy vas a ser completamente mía. ¿Está claro?"

Asentí con la cabeza, sintiendo la humedad entre mis piernas ya.

"Buena chica.", Sonrió.

Soltó mi boca y no me atrevía a hacer ni pío. A su lado en la cama había un rollo de cinta adhesiva. Arrancó un pedazo pequeño y miró con severidad hacia mí.

"Cierra la boca.", Dijo con la voz dulce, misteriosa y yo obedecí, sintiendo el grueso trozo de cinta que se pegaba a mis labios. Sus dedos pasaron con mucho cuidado a lo largo de la cinta, asegurándose de que cada pulgada estaba pegada en su lugar.

"Rueda". Él me dio la vuelta y comenzó a atar una cuerda alrededor de mi muñeca, no lo suficientemente fuerte como para hacerme daño, no fue ajustado en absoluto, y luego corrió la cuerda por mi espalda y alrededor de la otra muñeca.

Cuando me rodó sobre mi espalda, mis manos estaban atrapadas en los costados, no debajo de mí.

Entonces, sin mediar palabra, comenzó a atar una cuerda alrededor de los tobillos, dejándolos juntos, y luego al pie izquierdo de mi cama, sosteniéndome de forma segura, pero no dolorosamente o incómodo incluso.

"Quieta". Él sonrió, besando la cinta adhesiva en donde se encontraban mis labios, y se fue a la cocina a preparar el desayuno.

Siempre he fantaseado con ser atada y dejada de esta forma... y la cinta en la boca me excitaba. Me sentí tan impotente y expuesta pero a la vez sexy, mientras que trataba de tirar mis tobillos, no era capaz de moverme en absoluto.

Cerré los ojos y he hice un pequeño mmmm, medio girando mi cuerpo y después, volvía a mi lugar original. Podía haberme atado mucho más fuerte y, en una posición más difícil si así lo decidía, y tal vez más tarde lo haría. Una parte de mí esperaba.

Edward debía de haber oído mis lamentos, pero parecía hacer caso omiso de ellos mientras cocinaba. Dejé que mi pelo se caiga sobre mis ojos a medida que continuaba jugando haciendo como si luchara, realmente me divertía entrar en nuestro juego.

"Mmmm, pequeña y hermosa mascota...", dijo mientras entraba, colocando una bandeja en la mesita de noche de su lado de la cama, "Estoy tan feliz que tengo todo esto para mí hoy."

Metió los dedos en un vaso de agua y cuando me tocó la piel, sentí que el frío aflojó la cinta de mi boca, no me dolía en absoluto. Él debe saber mucho acerca de cómo despegar correctamente la cinta adhesiva de la carne.

"Que buena chica.", Me elogió: "Ahora, no estás autorizada a hablar, incluso sin una mordaza. Tú eres mi mascota ahora... y las mascotas no hablan, nunca. ¿Sí?"

Asentí con la cabeza y me dio su sonrisa a cambio... y un pequeño beso en los labios.

Él vino a mi lado de la cama y me sentó, mientras él hacia lo mismo, sosteniendo el plato delante de mí, mostrándome los huevos revueltos.

"Come, Bambi.", Me había apodado así anoche, desde que yo comencé a llamarlo Thumper. Nunca en mi vida pensé que tendría el apodo de Bambi. La vida es divertida.

¿Comer? No puedo usar mis manos... y él no iba a darme de comer... comer, dijo.

Me miró, alzando una ceja.

"Vamos nena, se está enfriando.", movió el plato en sus manos, inclinando la cabeza, mirándome a los ojos.

Me agaché, dejando que mi pelo caiga a mí alrededor mientras empezaba a comer del plato, tratando de ser delicada, empujando los huevos con mi lengua, hasta conseguir que un bocado vaya a la boca para masticarlo.

"Buena chica ...", él me acariciaba el cabello por la espalda descubierta y besaba en la parte posterior de mi cabeza mientras comía en silencio, sintiendo la increíble pérdida de control, preguntándome cuántas veces Edward tuvo que comer de cuencos o platos de esta manera.

Esta era otra manera para seguir conociéndolo, jugando juegos como este... me doy cuenta de que está jugando conmigo... pero estas ideas vienen de las cosas que él ha experimentado y disfrutado... tal vez. Él no estaba haciéndome las cosas crueles que le han hecho a él, esas que en silencio detestaba. Los elogios que me da de buena chica... a él le gusta conseguir esos elogios también, "buen chico". Tal vez eso le alivia en escenas donde él no está en control.

¿Por qué lo estoy analizando?... yo debería disfrutar de su juego y dejar de pensar tanto... mi cerebro se pone en el camino todo el tiempo. A mi cuerpo le gusta tanto este juego... mi coño ya está tan húmedo, no puedo evitarlo.

"¿Te gusta, Bambi?", Me besó de nuevo la cabeza y asentí, manteniendo la cabeza cerca del plato me las arreglé para recoger más huevos.

"Bueno..." sus dedos me acariciaron desde mi brazo y a lo largo de mi pelo cariñosamente, "Come todo como una buena y linda mascota."

Cuando terminé de comer hasta el último bocado de huevos, me relamí los labios y lo miré, sin hablar.

"Lame el plato." Sonrió, mientras lo sostenía delante de mí.

Con una sonrisa, saqué la lengua y lamí todo el resto del jugo y trozos de huevo que quedaban en el plato. Me sonrió, me miró mientras lo hacía. Hombres.

"Buena chica... agradable y limpio..." se lo llevó para ponerlo en el fregadero y volvió con un tazón.

"Muy bien, Bambi..." sonrió, "Te mereces un regalo".

Tomó un trozo de tocino de la taza, y lo partió por la mitad, levantándolo en el aire sobre mi cabeza.

"Vamos... consíguelo, Bambi...", me animó, moviéndolo en un círculo por encima de mi nariz.

Yo sonreí un poco, abrí la boca y saqué la lengua moviéndola hacia adentro y hacia afuera para dar un par de lamidas al tocino, él se echó a reír.

"Salta". Él sonrió y reboté un poco sobre mi culo, para agarrarlo con los dientes.

Él se rió y me elogió una vez más, besando mis labios mientras masticaba mi alimento.

"Vamos a ver si sabes algún truco o si te tengo que entrenar." tomó la mitad de tocino con los dedos y me sonrió, diciendo: "Abajo".

Me recosté en las almohadas y sonreí hacia él.

"Qué bien se comporta..." susurró, poniendo el tocino a la derecha en mi boca.

Con mucho cuidado tragué y luego dijo, "Rueda".

Con una risita, rodé mi cuerpo otra vez como lo había hecho antes y rodé otra vez.

"Wow... eres tan inteligente..." sonrió, se sentó a mi lado y volvió a darme de comer otro pedazo de tocino.

"Sostiene esta pieza en la boca, pero no lo comas." Puso a toda una pieza de tocino entre mis dientes y me contuve de no comer.

Luego se fue a la mesita de noche y regresó con el pequeño huevo, me lo mostró preguntando: "¿Recuerdas esto?"

Gemí un poco y él sonrió abriendo mis piernas lo suficiente para sentirlo entre ellas.

"Muy húmedo Bambi... que pequeña niña mala." Me regañó, fácilmente insertó el huevo dentro de mí. Cerró mis piernas y golpeó el pequeño control, y lo dejó en la mesita de noche y salió de la habitación.

El zumbido comenzó en mi interior y apreté mis puños un poco, mi voz gimiendo un poco mientras sostenía el tocino entre los dientes.

Él estaba lavando los platos y bebiendo jugo en la cocina mientras yo estaba sentada en la cama, dejando que el pequeño gusano dentro de mí trabajara y empezaba a enloquecerme más que estar atada y desnuda en la cama con Edward controlándome.

Él estaba cantando algo mientras limpiaba y pude verlo un poco de vez en cuando mientras llevaba algo de la estufa.

Mis brazos se tensaron un poco y los moví un poco y el zumbido comenzó a ganar sobre mí, excitándome y humedeciéndome más a cada segundo. Mis tobillos comenzaron a sacudirse en vano, mis dedos se tensaban y se estiraban... se volvían a tensar... y se estiraban otra vez.

Después de unos diez minutos así, gruñía y jadeaba como un animal, deseando poder tumbarme en la cama y rodar un poco... Tal vez ayudaría, pero no quería ser castigada por desobedecer a mi dueño. Yo quería ser una buena mascota.

Traté de no morder demasiado el tocino, pero cada vez era más difícil de sostener con los dientes flojos, y no poner demasiada presión sobre él.

Tiré mi cabeza hacia atrás mientras seguía retorciéndome y gruñendo, gimiendo y sufriendo porque el huevo no era suficiente para hacerme acabar, pero si lo suficiente como para estimular y llevarme a un frenesí de mierda.

Puse mis manos sobre la cama y levanté el culo para arriba de la cama ligeramente, preguntándome si podría facilitar las cosas... no lo hizo.

"Se una buena chica." Me sonrió "voy a estar allí en pocos minutos."

Y entró en el cuarto de baño como mientras yo chillaba fuera, llorando como un cachorro real.

Le oí cepillarse los dientes y escupir y el agua corriendo. Empecé a rebotar un poco en mi culo, tratando de matar a la cosa dentro de mí con la presión. Era ridículo... y nunca iba a funcionar... pero mi cerebro se desplomaba en este momento.

Por último, volvió a mi lado y yo sonaba como un maldito cachorro, él estaba sentado en la cama a mi lado, sonriendo suavemente.

"¿Qué ha estado haciendo mi mascota, eh?" preguntó, sosteniendo finalmente el tocino con los dedos, y dijo: "Suéltalo".

Yo abrí mi boca y él se llevó todo el tocino, sonriendo hacia mí.

"Wow, eres buena." alabó de nuevo "tal resistencia, Bambi... muy bien."

Seguí gimiendo y jadeando mientras hablaba, era una criatura sin mente que necesitaba liberarse.

Él rompió el tocino y lo agitó por encima de mi nariz y me levanté de un salto, mordiéndolo con dientes ansiosos, estando claramente afectada por el huevo dentro de mí.

Se comió la otra mitad del tocino y dijo: "Mmmm... sabe a Bella..."

Me abalancé sobre él y ataqué a su boca con la mía, ahogándolo con mis labios y lengua, mi voz gruñó más fuerte, lloriqueando lo que necesitaba.

Finalmente, trasladó mis brazos un poco hacia atrás, rompiendo el beso él mismo.

"Bambi, compórtate..." sonrió, besando mi nariz pero quería un poco más, lo quería a él, "que cosita cariñosa... Tan linda".

"Es tiempo de ayudar a prepararte para el día." actuó como si no viera mi cuerpo a punto de colapsar.

Tenía mi cepillo y pasta de dientes, puso un poco de pasta roja en el cepillo.

Metió el cepillo de dientes en un vaso pequeño de agua y miró hacia mí, diciendo: "¡Abre, chica!"

Abrí un poco la boca.

"Más grande". Él inclinó mi barbilla hacia atrás y obedecí. Empezó a cepillarme los dientes inferiores hacia atrás, haciendo ambas partes, creando una espuma de pasta de dientes. Procedió a los lados de los dientes y casi gritó ahora de la desesperación con el huevo funcionando lentamente dentro de mí.

"Juntos." Dijo, refiriéndose a los dientes que los cepilló de arriba a abajo en la parte frontal.

Levantó un vaso de plástico vacío a mi boca y dijo, "Escupe, chica."

Escupí un par de veces en el vaso y Edward me acercó una nueva copa con un poco de agua a los labios, dejando que bebiera un poco de ella.

"Bien." Se levantó y tomó todas las cosas con él y casi grito.

Cuando volvió, yo quería gritar su nombre, pero me contuve.

"Recuéstate, chica..." me recostó y me tapó la boca otra vez, volviendo mi cabeza hacia la derecha y comenzó a besar mi cuello "Deja que tu maestro te de las gracias."

Ahora, sus dulces y mojados besos me fueron volviendo más loca de lujuria como la pequeña cosa del demonio dentro de mí que seguía con su ritmo lento.

Yo estaba gimiendo y respirando contra la presión de sus dedos sobre mis labios cuando él se puso sobre mí, sus piernas abiertas y la ropa interior en su culo, me mantenía alejada de lo que yo más quería.

"Mi pequeña mascota está muy vocal hoy..." me lamió el cuello y mordió con sus dientes la carne en el final de mi cuello y en el inicio de mi hombro.

Mis caderas se levantaron hacia las suyas, tratando de comunicarse sin palabras.

"Deja de hacer eso." Regañó, sus ojos me daban una mirada realmente severa, "chica mala".

Dejé de mover mis caderas bajo las suyas y siguió cubriendo mis pechos con sus besos ahora, con las manos apretándolos y tomándolos. Apreté los ojos deseando explotar ya y que me sacara de mi miseria.

"Tan linda..." él admiraba, moviendo los dedos hacia atrás y adelante sobre mi clítoris, probándome, mientras yo jadeaba y trataba de no decir nada.

"Más". Él me dio la vuelta otra vez, acariciando mi culo y amasado con sus manos.

Sus labios se abrían y cerraban en mi piel y sus manos dieron un par de bofetadas, consiguiendo sonidos guturales de mí.

Luego me dio un pequeño mordisco en la mejilla culo, de mi voz salió un chillido y él me volvió a recostar una vez más, acariciando mis muslos... sabiendo muy bien lo loca que me estaba volviendo.

Estuve a punto de llorar en ese momento, pero luego tuvo un poco de compasión de mí y me rodó sobre la espalda de nuevo.

Me besó las piernas y las levantó de la cama, tomándose su tiempo para desatar la cuerda de la pata de la cama y luego desenrollar las cuerdas de los tobillos.

Yo quería participar, pero los mantuve juntos hasta que me dijera lo contrario.

"Ven." Me hizo una seña con el dedo mientras se sentaba en la cama, apoyado en las almohadas, deslizando su ropa interior.

Me arrastré de rodillas entre sus piernas mientras me sonreía con lujuria en sus ojos. Su pene era sólido como una roca y esperando por mí.

"Compláceme... y te daré algo a cambio." Prometió.

No necesitaba escuchar otra cosa y lamí la pequeña gota de líquido claro en la cabeza de su polla mientras él susurraba en voz alta. Abrí mi boca chupé duro, mi lengua húmeda que girando alrededor de su cabeza con fuerza mientras movía mi boca arriba y abajo a su alrededor.

Todo el tiempo que él bombeaba en mi boca húmeda y caliente el huevo se movía dentro de mí. Yo no lo vi llegar y tomar el control del aparato, pero debe haberlo hecho porque el huevo comenzó a acelerar de repente.

Mis manos estaban apretadas en puños a los costados, era inútil que me ayudara con la polla mientras el placer se incrementaba y rugía dentro de mí como una ola invisible. Me quejé en voz alta, vibrando contra su pene, empezó a hacer esos ruidos maravillosos y salvajes que me encendió aún más.

"Tu boca... Joder, ¡eres una ARTISTA!" Gruñó por encima de mí, "¡Mierda!"

Después de diez minutos más, él gruñía y jadeaba y así era como el huevo me hizo venir por segunda vez.

"¡Alto!", Ordenó y yo estaba un poco decepcionada, pero obedecí.

"Voltéate". Él me ayudó a girar y me incliné, descansando la cabeza sobre la cama mientras sus dedos se insertaban dentro de mí y retiraban el huevo. Le oí colocar el condón en forma rápida.

Él estaba dentro de mí otra vez, con fuerza, perfectamente. No pasó mucho tiempo antes de que Edward gritase y se viniera como un león.

Sin decir nada, sacó mi cabeza de la cama y me puso a su lado frente a él, con los brazos bien aferrados alrededor de mí, sus labios besando mi hombro, los dientes mordiendo un poco mientras trataba de recobrar el aliento.

Después de unos minutos, se levantó para ir al baño y limpiarse a sí mismo y me dejó tirada por un minuto.

Cuando volvió, él me sonrió y dijo: "Vamos a probar una posición real, ¿de acuerdo?"

Me agarró por el pelo y me dijo que me arrodillara en la cama, justo en el centro, un par de pies de distancia de la cabecera.

No estoy segura de dónde sacó la cuerda, pero él era un experto con ella. Ahora tenía las muñecas detrás de mí, atadas a los tobillos, y, desde la cabecera de la cama, un par de cuerdas finas, apretadas cómodamente entre las mejillas de mi culo, rodeando delante de mí, una a cada lado de mi clítoris, tirando de mi coño hacia arriba y atada firmemente a la parte superior de la cabecera de la cama sobre mi cabeza.

Y si me relajaba y bajaba las caderas, las cuerdas delgadas entrarían un poco más en los labios de mi vagina. Me molestaba y me excitaba al mismo tiempo.

Mi espalda se arqueó y dolía un poco, pero que podía lidiar con esto por un tiempo. Esta era una posición muy difícil, pero me gustó. Hasta que...

Se volvió a mí y tenía un balón de goma en la mano, sólo una bola.

"Abre". Él me sonrió.

Abrí mi boca y él colocó suavemente la bola roja entre mis dientes.

"Sostenla." Dijo, "No lo dejes caer, chica."

Mis dientes mordieron un poco la bola y luego él acarició mi pelo cariñosamente.

Insertó el huevo dentro de mí una vez más, a pesar de mis sonidos de protesta.

"Shhh..." no me hizo caso y lo puso en velocidad media mientras yo chillaba.

"Buena chica". Él le acarició mi estómago con la mano hacia arriba y abajo, "Esta es una buena posición para ti. Se centra toda tu atención aquí... -hizo vibrar sus dedos arriba y abajo por mi clítoris mientras yo gritaba-... "Vuelvo en un rato... voy a tomar una ducha. "

Yo estaba gruñendo de forma enojada mientras él caminaba hacia el baño, y me dejó en mi miseria dulce otra vez.

El agua de la ducha empezó a correr y yo cerré los ojos, tratando de mantenerme en mi posición, sintiendo las cuerdas excavando en mí un poco más.

En cuestión de minutos, me iba a venir chillando como una loca, apretando los dientes en contra de la pelota de goma, y allí me vine inmediatamente después del último orgasmo. Eso fue increíble y una tortura, al mismo tiempo.

En el momento en que Edward salió de la ducha, me estaba ronzado contra las cuerdas excavación y aullando como si estuviera en llamas, pidiendo a través de sonidos, misericordia.

"Click", Edward dijo, casi para sí mismo mientras me miraba a mí, secándose el pelo con una toalla, moviéndola hacia abajo por su cuerpo mojado y desnudo.

"Aww, Bambi... ¿me echas de menos?" se sentó justo en frente de mi clítoris y empezó a lamer húmedamente y mientras yo gritaba con más fuerza.

A través de mi bola, estaba callada, pero lloriqueando, no... no noooooo ...

"Chica mala, el uso de palabras." dijo con firmeza y me mordió, haciéndome gritar y venir en ese momento. Dios mío, ¿qué estaba pasando conmigo?

"Mmmmm", susurró sobre mi humedad, tomándose su tiempo, mientras las cuerdas se hundían más y más en mis labios, sólo intensificando de las sensaciones.

"Me encanta la forma en que sabes...", comentó separando los labios de mi vulva y lamiendo nuevas áreas en mi interior, mis gritos salvajes y sin palabras comenzaron de nuevo. Él me estaba matando de placer. Pensé que iba a ser fácil ser una esclava... pero me equivoqué.

"Podría sentarme aquí todo el día y beber de ti una y otra vez..." dijo, chupando mi clítoris ahora, agarrando mi culo mejillas "Creo que lo haré."

Para las 14, quería dormir durante una semana y ni siquiera podía seguir gritando.

El huevo estaba fuera de mí, limpio y en la mesa de noche, y yo estaba en una posición nueva, la espalda contra el cabecero de la cama, las rodillas atadas contra la cabecera, también, los pies colgando y mis piernas estaban abiertas. Mis muñecas estaban atadas a la cabecera de la cama también, y una cuerda estaba enrollada alrededor de mi cabeza, entre los dientes dando la vuelta cuatro veces, que me daba arcadas y celebraba que mi cabeza estuviera pegada a la cabecera de la cama al mismo tiempo.

De hecho, me hizo descansar un poco cuando quedé en esta posición, con los ojos cerrados por un momento y casi me dormí cuando comenzó Edward a masajear mis pies con una loción, y a continuación, haciendo lo mismo con mis piernas.

Todo el tiempo, me complació, a pesar de que estaba atada y bajo su control. Él nunca fue cruel conmigo, siempre acariciando, besando y se masajeando mi cuerpo. Y justo cuando pensaba que estaba totalmente relajada y en paz, comenzaba a darme placer de nuevo, de una manera nueva e insoportable. Me estaba retando... viendo dónde estaban mis límites... Exploraba mis fantasías de sumisión sin ir demasiado lejos esta primera vez.

Una vez leí que un buen amo es siempre un esclavo primero, y sabe cómo tratar a sus sumisos cuando finalmente tiene el control. Edward, como maestro, es una prueba clara de que ha sufrido como un esclavo. Es una especie... suave... y no cruel o malvada por el simple hecho de serlo. Estaba disfrutando de ser su mascota.

Él masajeó mi coño, también, besaba y lamía mientras sus dedos se movían alrededor de este. Gemí, temblando y de repente él no estaba y se había ido de nuevo, por un almuerzo tardío.

Cuando regresó, desató las cuerdas que amordazaban mi boca y me dio de comer pequeños trozos de sándwich de jamón y queso, y me dejó beber un refresco con un sorbete mientras que mi cuerpo quedó atado en su posición.

Todavía tenía permitido hablar y Edward preguntó, "¿Te gusta ser mi mascota, Bambi?"

Y su dedo se movió arriba y abajo por mi pobre clítoris de nuevo.

Asentí con la cabeza, preguntándome que había planeado para mí ahora.

Sonriendo, me desató por completo y luego me puso de pie en el suelo, simplemente atando mis muñecas a la espalda. Puso la pelota de goma roja entre mis dientes de nuevo, diciéndome que la sostuviera, y ató una correa suelta alrededor de mi cuello. Tenía un montón de espacio en él, no me ahogaría y no apretaría en el cuello si se tira.

"Vamos, chica." Él me animó, con la correa, haciéndome caminar sobre mis pies mientras me conducía al cuarto de baño, "es tiempo de ducha para la mascota."

Me llevó a la ducha y me lavó todo el cuerpo con sus enjabonadas y mágicas manos, me lavó el pelo, y luego me enjuagó como si fuera poco, secó mi cuerpo y cabello con toallas grandes y suaves para luego llevarme con la correa a la cama.

"Hora de la siesta, chica.", Dijo como un maestro amoroso, sacando la bola de mi boca, recostándome boca abajo, sacando la correa, y atando mis tobillos juntos. Me cubrió con una manta y se unió a mí en la cama, acurrucándose su rostro contra mis brazos, y se quedó dormido.

Yo no lo podía creer, pero me quedé dormida, también, estaba tan cansada y feliz.

Un par de horas más tarde, me desperté por la sensación de sus dedos suaves, jugando con mi pelo, pasando por mi espalda, deslizándose por las curvas de mi culo.

Él sonrió cuando me vio mirando hacia él, aún sin decir una palabra.

"Hola." Dijo, mirándome un poco triste, pero perdió esa mirada y sonrió, tocando mi rostro, "¿Has dormido bien, mascota?"

Asentí con la cabeza, cerrando los ojos por un segundo o dos, entonces volví a mirarlo a él.

"Creo que estoy empezando a sentirme un poco como Raven...", dijo mientras movía sus dedos sobre mi boca, "No quiero dejarte ir. Pero si quieres ser liberada, sólo tienes que decir tu palabra clave y eres libre. ¿De acuerdo? "

Le sonreí y asentí con la cabeza, deseando poder decirle que no era como Raven y nunca lo sería. Mis labios besaron sus dedos y yo esperaba que de esta forma el mensaje llegara a él. No quería ser puesta en libertad.

"Bella...", sus ojos se veían un poco tristes otra vez mientras me miraba a la cara, "Lo siento, soy tan raro... Yo creo que ni siquiera se cómo hacer el amor como una persona normal. ¿Cuándo Yo llegado a ser tan...? "

Odio oírlo hablar de esa manera. Así que le mordí el dedo para hacerlo salir de su miseria.

"¡Ay!" Exclamó, señalándome con el dedo desde la distancia por un segundo, "¡Bambi! ¡Malo!"

Puso el dedo cerca de mí... y se lo lamí, disculpándome con una sonrisa sensual, me sonrió, mirando mi lengua de cerca. Poco a poco enrollé mi lengua por cada centímetro de su dedo y mantuve mi mirada en la suya mientras tomaba toda su longitud en mi boca y lo chupaba húmedamente.

"Ugghhhhh...", abrió su boca y me miró, "Buena chica... ¿Te arrepientes?"

Asentí lentamente e hice que mi mirada estuviera muy triste, pero sin dar tregua en la succión alrededor de su dedo.

"Está bien, te perdono por esta vez...", sonrió: "Pero la próxima vez recibirás una buena paliza."

Edward y yo vimos una película juntos, después de su llamada diaria a Katie. Hoy no sonaba muy interesada en Edward y él no parecía no ofenderse por eso. Fue una llamada de diez minutos y me pareció ver el dolor en sus ojos, pero me sonrió y me dijo que no era gran cosa. Enterró el dolor de nuevo... Me gustaría que pudiéramos tener una sesión de terapia esta noche... tal vez más tarde.

En un momento, Edward cepillaba mi pelo pero luego metió las manos, y lo dejó caer sobre mis ojos. Dijo que le gustaba más de esa manera, el cabello sexy, de chica sucia y mala, él lo llamó.

Y ahora, yo todavía estaba desnuda y tenía las muñecas atadas frente a mí, con la cuerda que corría hacia abajo y que mantenía mis tobillos juntos, mientras Edward los acariciaba, me encontraba entre sus piernas con la espalda hacia arriba, descansando tranquilamente y en silencio mientras mirábamos Sweeney Todd juntos.

Tenía las manos en mi pelo y a menudo bajaba a jugar con mis pechos, cuando me abrazó mi mejilla quedó en su pierna desnuda, no quería estar en otro lugar en todo el mundo en ese momento. Me gustó que no todos los minutos tuvieran que estar llenos con el sexo y juegos... Aunque estaba atada en sus brazos, aún podíamos ser Bella y Edward, disfrutando de uno de otro sin hacer una gran producción.

Más tarde, Edward estaba alimentándome con helado de chocolate y dejando parte del mismo goteando de la cuchara, salpicando sobre mis pechos.

"Chica sucia..." me reprendió, por la que se estiró sobre mi espalda y lamió y limpió con la boca y la lengua.

Sin palabras, le planté besos en su pelo justo debajo de mi boca y levanté las caderas de nuevo sólo una vez, queriéndolo él. Hay algo acerca de estar atada desnuda todo el día, no ser capaz de hablar, sólo me mantuvo despierta por completo, aun cuando él no estaba haciendo gran cosa para mí en este momento.

"Me gustaría tener mi collar de perro conmigo." Dijo mientras se levantaba de la cama, para ir a mi armario: "Esto va a funcionar."

Encontró un cinturón de cuero que compré para Halloween, que tenía pequeñas lunas de plata y las estrellas por todas partes. Y había otro en sus manos, también, más fino, marrón.

"Lindo." Dijo, volviendo a mí y me puso boca abajo, ató el cinturón alrededor de mi cuello, asegurándolo cómodamente, pero no lo suficientemente apretado para restringir la respiración.

Luego utilizó una de mis bufandas para vendarme los ojos y sin decir una palabra, me desató los tobillos y golpeó mi culo, diciendo, "Estilo perrito... ponte en cuatro patas."

Rápidamente con mis manos atadas a la cama me puse de rodillas, separando mis piernas, las manos palma hacia abajo sobre la cama delante de mí.

"Quédate, niña." Dijo, y sentí el cinturón más delgado alrededor de mi pelvis, justo encima de mi clítoris. Lo apretó muy bien y casi excavado en mi piel un poco, pero sólo dí un pequeño gritito por eso. Le oí desenvolver un condón nuevo y colocárselo.

Dio un par de vueltas al cinturón detrás de mí, a medio camino a través de las mejillas de mi culo y mis rodillas rozaron el colchón un par de veces.

Sentí sus dos manos agarrar el cinturón en mi culo y mi coño se levantó de nuevo, colocando la punta de su polla contra mi, no entrando todavía.

"Coge a tu amo, nena." Ordenó e incliné mi cabeza, lo que lo acercaba a mi coño por lo que se deslizó dentro de mis labios listos y húmedos.

Los dos dimos un gemido de placer juntos y Edward comenzó a controlar mis caderas con el cinturón, montándome como un caballo humano, con las riendas para cerrar de golpe mi culo contra su cintura, él me cogió sin piedad. Realmente desearía que no haber hecho todos esos comentarios de "cógeme más fuerte" de ayer por la noche. Lo estaba pagando ahora.

"Amo a mi pequeña perra mojada..." gruñó y golpeó muy dentro de mí, y luego con el puño me agarró del pelo, tirando de mi cara hacia atrás mientras yo jadeaba y gemía con más fuerza, sin sentido.

Nos divertimos mucho después de eso, ni siquiera cenamos. Me dormí en algún punto de la noche, todavía atada y con los ojos vendados. Me desperté con un baño de agua fría, con cubitos de hielo, agua y un paño para que me estimularan mientras me despertaba.

Se arrodilló frente a mí y puso su pene en mi boca y controlándome por el pelo, me movía adelante y atrás mientras trataba de respirar y mantenerme acorde con sus instrucciones. Me tragué todo de él y yo estaba perdida para conciliar el sueño. Fue una hermosa paliza, utilizando sus manos y gemí de vergüenza cuando me disciplinaba.

Me quedé despierta en el oscuro silencio después de eso, a pesar de que estaba a mi lado, desnudo, acariciando mi coño y senos bajo las sábanas. Fue como una cuchara detrás de mí con la venda todavía en los ojos, así como las cuerdas alrededor de mis muñecas y los tobillos.

Una hora más tarde, sentí su erección detrás de mí y yo estaba contenta de haber estado despierta.

Me susurró, "¿Estás despierta, mascota?"

Asentí con la cabeza y sin mover su posición, sus dedos se abrieron un poco mis piernas, dando acceso a su polla para entrar en mí otra vez. Esta vez, se movía lentamente y sus manos guiaron mis caderas mientras se mecía dentro y fuera de mí... Se me escapó un suspiro feliz y sonreí. El sexo es tan jodidamente fantástico. Me alegraba de tener tan increíble maestro.

Luego, él me abrazó tan fuerte que casi se sentía el dolor en mi propia piel. Estaba pensando en dejarme la próxima semana y yo lo sabía. Las lágrimas asomaron a mis ojos mientras le hablaba en mi mente.

No tengas miedo, Edward. No te voy a dejar ir. Nunca dejaré que nadie te haga daño otra vez.

Nos quedamos dormidos unos minutos más tarde y, contra mi voluntad, imágenes terribles se proyectaron sigilosamente en mis sueños.

Imágenes de Victoria viniendo aquí para llevarse a Edward, con una pistola, otra de Edward caminando aquí solo una tarde, mientras estaba en la escuela y un hombre lo agarraba por detrás, para esposarlo y llevarlo de vuelta a Victoria, sin siquiera dejarlo decirme adiós o para dejarme una nota... Me imaginaba la cara de Edward mientras miraba a Victoria a través de los barrotes de una jaula… Estaba burlándose de él, diciéndole que no la abandonaría jamás.

Entonces soñé que Raven y Victoria se unían para torturarlo para su propia diversión y casi me enfermo. Victoria azotó la espalda desnuda de Edward con un látigo y la sangre salió volando de nuevo dejando la marca del látigo mientras él echaba hacia atrás la cabeza aullando de dolor.

"Bella, ¡despierta!", oí mientras me sacudían, mis ojos se abrieron y jadeé, todavía atada, en los brazos de Edward.

"Bella...", me acarició la cara y el pelo "parece que estabas teniendo un mal sueño... sobre mí, sonaba como... ¿estás bien?"

Yo estaba temblando, pero muy contenta de saber que había estado soñando...

"¿Quieres que te desate?", Empezó a mover mis tobillos, "Tal vez es demasiado, dormir de esta manera. Me tomó un poco acostumbrarme al principio..."

"No", tiré mis tobillos lejos de sus manos, "me gusta".

"¿En serio?", Preguntó, sin estar convencido.

"Me gusta ser su mascota.", Me acurrucó en sus brazos y cerré los ojos, "pero mañana tengo trabajo que hacer, así que no trates de distraerme."

"¿Qué trabajo?", Preguntó.

"Encontrar la salida.", le recordé: "¿Qué te hizo pensar que era una broma?"

"Bella...", comenzó, pero yo no quería escuchar sus advertencias de que no sirve de nada ahora mismo.

"Shhh... duerme, Edward... y abrázame...", le sugerí, sintiendo que se acostaba y abrazaba mi espalda contra su pecho, su rostro tocando mi pelo en la parte trasera de mi cabeza.

"Me encanta cómo se siente... estar contigo así... en caso de que nunca te lo dijera antes...", le confesé: "Estoy tan enamorada de ti ..."

Hubo una larga pausa entre nosotros y casi pensé que Edward no iba a contestar hasta que me dijo...

"Supongo que eso significa que soy alguien que después de todo...", su voz era tan baja y tranquila, parecía tener miedo de decir las palabras, como si de alguna manera Victoria pudiera oírlo dándose valor en secreto.

"Hay esperanza para ti todavía, Sr. Cullen...", susurré mientras me iba a la deriva en el sueño.

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Martes, Día 9

EPOV

Al día siguiente cuando me desperté, fruncí el ceño, escuchar voces de mujeres en la habitación de al lado. Al abrir los ojos, vi que la puerta del dormitorio estaba cerrada y luego miré a mi lado en la cama. Bella se había ido, las cuerdas se habían ido... ¿cómo demonios hizo para salir de eso?

Ella estaba en muchos problemas.

Me levanté y agarré los pantalones vaqueros que estaban en la esquina. También me puse una camiseta de no querer mostrar mis marcas al acompañante de Bella en la habitación de al lado.

Podía oír la voz de Bella, más claramente que las otras voces y parecía que ella estaba hablando por teléfono, diciendo: "No puedo dar nombres. Me gustaría permanecer en el anonimato, si eso está bien."

Abrí la puerta del dormitorio y vi un centro de operaciones en proceso en medio de la cocina y sala de estar.

Rosalie se sentó en el sofá, escribiendo en su portátil, y también estaba hablando por un teléfono celular por manos libres.

Alice estaba sentada a la mesa de la cocina, también en su portátil, sosteniendo su teléfono celular y pero no hablaba, parecía como si estuviera en espera de alguien.

Bella me sonrió y me saludó con la mano sin decir nada y Rosalie se volvió hacia mí, dándome una sonrisa muy amable. Me alegré de haberme puesto mi camisa. Alice sonrió, actuando como si no me hubiera visto y siguió escribiendo en su ordenador.

"Bella...", Le susurré, frunciendo el ceño un poco. Ella ya estaba vestida y señaló a una placa en la estufa. Una pila de panqueques me esperaba, pero eso no es lo que yo quería.

"Bella". No me moví, tratando de llamar su atención. Le puso un dedo hacia arriba, y le dijo a la persona en su teléfono: "Bueno, está bien, vamos a llamarlo Antonio, entonces, si usted tiene que tener un nombre."

¿Antonio?

Tiré de la parte inferior de su camiseta, sintiéndome como un niño molesto, esperando que ella terminara la llamada.

Ella me tocó las manos y suspiré, dándome por vencido y yendo a la cocina a por un poco de jugo de naranja. Me moría de hambre después de saltarme la cena de anoche, así que tomé el plato de comida y me senté al otro lado de Alice en el mostrador de la cocina, sentado del lado de la sala, y ella sentada del lado de la cocina.

Alice hizo un poco de espacio para mí y me dio otra sonrisa amable, saludando con sus dedos hacia mí. La saludé con la mano, derramando jarabe sobre mis panqueques.

"Muy bien, gracias." Bella estaba diciendo y la miré, con la esperanza de que fuera a colgar el teléfono ahora mismo. Ella colgó y se acercó a mí, poniendo sus brazos alrededor de mí y besó mi mejilla.

"Buenos días Ed-" empezó, pero la corté.

"¿Qué estás haciendo?", Le pregunté, en voz baja, no quería gritar o parecer desagradecido.

"Estamos haciendo algunas llamadas y comenzar mi nueva misión "Tratando de sacar culo de Edward de las garras de Victoria" informó.

"Bella, por favor, deja de perder el tiempo.", Le pedí: "Ninguna oficina u organización sin fines de lucro me va a poder ayudar. La situación está totalmente jodida y créeme, si hubiera una manera de salir, la habría encontrado para este punto, ¿no crees? "

"Edward...", su voz sonaba herida

"No estoy enojado contigo, cariño.", Quería dejar eso en claro, me dirigí hacia y puse mis brazos alrededor de su cintura, "Me encanta que me quieras ayudar, de verdad. Pero esto es una pérdida de tiempo... además, si hacemos llamadas suficientes, Victoria lo sabrá de alguna manera. "

"No vamos a dar tu nombre ni nada." Bella señaló.

"¿Y cómo les va hasta ahora?" levanté una ceja, "¿Cuánto tiempo has estado en esto, ustedes tres?"

"Desde el 7.", Sus ojos parecían solemnes.

Miré el reloj. "Son las once. Cuatro horas... ¿cómo les va?"

"Terrible.", Admitió, "A nadie le importa... seguimos recibiendo transferidos, redirigido, desconectados..."

"¿Dónde está Superman cuando se le necesita?", Bromeé con una sonrisa, esperando que se animara y se diera cuenta de nuestros últimos días sería mejor gastarlos en el exterior. Yo quería llevarla en un barco y verla en bikini... y nadar todo el día con ella.

"Tengo mi superhombre.", Besó mis labios ", que sólo tiene que encontrar la kryptonita de Victoria... y yo lo voy a encontrar."

"Las personas no se preocupan por los problemas de las prostitutos, Bella.", Le dije, honestamente, "Ellos creen que elegimos esta vida y lo que viene con él, es nuestro problema. Encuentran prostitutos muertos todo el tiempo en esta ciudad y ni siquiera investigar mucho. Estamos en las sombras... sombras desagradables y no deseadas".

Suspiré de nuevo y supuse que no iba a tener Bella para mí hoy todo el día. Maldita sea. Bella no me respondió, pero sus ojos me hacían daño con su decepción... su desesperanza.

"¿Van a estar haciendo esto todo el día de hoy?" pregunté en voz alta.

"Sólo tenemos cinco días, Edward." Bella me recordó, como si necesitara recordar esa horrible información, "Voy a seguir trabajando hasta que encuentre una forma de salir."

"Pero, Bella, estamos perdiendo el tiempo juntos." señalé, sintiéndome egoísta y desagradecido, "Por favor... vamos a tener otro buen día en alguna parte juntos... Me encantó eso el otro día, ¿tú no?"

"Sí, y quiero más días así contigo, por eso estoy haciendo esto ahora." Insistió obstinadamente.

"¿De verdad crees que vas a arreglar mi vida en cinco días?", Lo expresé de esta manera tratando de hacerle ver mi punto.

Le cogí las manos y las besé, al ver la mirada de sus ojos.

"No quiero poner toda esta presión sobre ti, Bella." dije: "Es imposible... créeme... por favor, vamos a disfrutar el tiempo que nos queda juntos."

"No" dijo, y las lágrimas asomaron a sus ojos, "No voy a renunciar a ti, Edward. No quiero que vayas de nuevo con ella. Ella te va a hacer daño otra vez."

"Ella hiere mi cuerpo.", la miré muy serio a los ojos ", pero ella no me puede tocar aquí".

Puse su mano en mi corazón y le di una pequeña sonrisa, deseando que sonreía también.

"Eso me diste, Bella.", le susurré: "Quiero tiempo contigo. Por favor. El tiempo es todo lo que tengo."

Estuvo a punto de llorar, y vi su barbilla temblorosa.

"¿Qué te parece esto?", Le sugerí: "Voy a ir a tomar una buena sesión de ejercicios en el gimnasio con Emmett por un par de horas y que puedan seguir trabajando... y cuando vuelva, podremos ir a una cita normal... no las librerías o cualquier cosa... voy a ser el perfecto caballero. Donde quieras ir... "

Ella estuvo de acuerdo con este plan y me sentí muy aliviado.

"Sonríe, Bella.", le pedí y me dio una sonrisa un poco débil. La besé y agarré mis cosas, llamando a Emmett a su celular yendo hacia el tren. Incluso cuando me fui, la pequeña oficina que Bella había creado era aún difícil el trabajo.

Me sentí tan conmovido por dentro al verlas y levanté la voz un poco, llamándolas, "¿Señoritas?"

Todos ellas se detuvieron y me miraron, me puse una mano en el pecho, inclinando la cabeza un poco, con la esperanza de que supieran que era sincero cuando dije: "Gracias a todas."

Tuve sus sonrisas a cambio y sólo se detuvieron un momento, mirándome al salir. Tenía dos amigas más ahora... Alice y Rosalie.

Mientras caminaba por las escaleras, escuché a Bella decir a sus amigas.

"Me cansé de jugar con gente a la que no le importa." Dijo, "Es hora de llamar a los que SI lo hacen."

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Próximo Capítulo:

19. UNA CITA CON EDWARD CULLEN