¿Princess and neko?

Se encontraba lavando su ropa a la vez que lo hacía con su cuerpo. ¿Por cuánto más tendría que vivir así?, no se quejaba, le agradaba su vida como era, pero si había veces en las que le agradaría vivir en paz, sin peleas ni preocupaciones.

-Es molesto vivir así, ¿No es así? –Preguntó preocupada al ver las heridas de su amigo.

-No realmente...solo dejame, yo ya te dije que no y esa es mi repuesta absoluta -Dijo molesto.

-Esta bien, pero no te metas en problemas graves, ¿De acuerdo? -Dijo para luego irse de ahí.

-Che, ni de coña sere la mascota de un humano idiota -Dejo sus ropas en el césped para después pararse y tomar la toalla que la parecer su amiga le había dejado, se seco con ella y se la amarro a la cintura para luego salir del agua.

Busco algo de ropa entre sus cosas, pero un fuerte viento se llebo su toalla, volteo para solo mirar como se perdia en lo oscuro de la noche. Sintió una mirada penetrante, volteo pero nada, solo veía lo oscuro de la noche, así que siguio con lo suyo. Al terminar de cambiarse se acosto en el pasto y se tapo con una manta, para segundos después caer totalmente dormido.

Abrio un poco los ojos, aún seguia adormilado pues veía todo borroso y las voces se oian raras, solto un gruñido para después darle la espalda a aquella persona que irrumpia sus sueños. Maldecia por sus adentros, los rayos del sol le daban directo en la cara, pero eso no era el problema si no la molesta persona que le movía y le llamaba para que despertara.

-¡¿Qué coño quieres? -Gritó ya harto.

-Buenos días -Dijo sonriente.

-¿Buenos días?, ¿Me levantaste para un simple ``Buenos días´´? -Una venita aparecio en su sien. Intento tomar algo, pero al parecer no lo encontro- ¡¿Y mi mugen?

-¿Tu espada?, la mande a limpiar, estaba muy sucia.

-¡Devuelvemela! -Exigio mientras le tomaba del cuello de la camisa.

-Primero calmate, ¿Si? -Dijo tranquilamente para luego posar una de sus manos sobre la cabeza del otro y empezar a desordenar su pelo-Ahora tenemos que ver que ropa te queda –Camino hasta un armario y empezo a usmear por ahí-Este te quedara bien -Dijo feliz mientras se acercaba al azabache con la ropa en la espalda- ¿Qué te parese? –Preguntó mientras le mostraba la prenda.

-...¿Qué?...¿Por qué?...¿Qué te pasa?- Preguntó molesto.

-¿No te gusta?- Pregunto mientras veía la ropa.

-No, en primera, soy hombre y en segunda no pienso usar un estupido vestido azul-Explicó enojado.

-¡¿Eres hombre?

-Si, ¿No lo sabías? ¬.¬

-Jejeje, pues esque pareces una chica con el pelo largo ^^U-Dijo nervioso.

-Usa el vestido tú, mocosa.

-¡Soy hombre yo tambien por si no lo habías notado!

-Pues tu fisico dice otra cosa-Dijo burlón.

-Callate ¬/¬ -Le tomó del brazo y dejo el vestido en la cama para luego arrastrar al otro al baño-Ahora tomate una ducha.

-No quiero, idiota-Se nego.

-Pues ya veremos- Abrió el agua de la regadera mientras aún seguia agarrando del brazo al otro para que no escapara.

-¡Esta fría!-Se quejó.

-Cortate las uñas-Fue lo unico que dijo al sentir el rasguño del otro.

-Te dije que no y un no es un no por si no lo sabías, ¡enano!

-Callate, colita de caballo; mira que tratarme así después de que traje a mi casa.

-Eso no me importa, no quiero hacer de mascota.

-Pues yo si te quiero como mascota, te voy a cuidar, ¿O prefieres estar viviendo en la calle el resto de tu vida?, apuesto a que no-Dijo algo enojado por la actitud del otro.

-Pues error, prefiero eso a ser tu mascota.

-Pues seamos amigos y fin del asunto.

-Me niego -Respondió a la vez que cruzaba los brazos.

-¿Por qué? -Preguntó algo desepcionado y sorprendido.

-Porque ser amigo de alguien como tú, no es bueno, aparte prefiero estar solo a ser algo tuyo.

-Que mal educado.

-Pues digamos que tú no eres el mejor, así que callate y dejame ir -Dijo, al ver que el otro no le dejaría ir tan fácil le empujó con fuerza para luego salir corriendo de ahí.

-Que terco es...pero bueno, primero tengo que hacer algo -Murmuró para luego pararse y sacar un pequeño botiquin de un cajón y sacar una venda, alcohol y un pedazo de algodón-Definitivamente lo primero que hare sera educarlo y cortale las uñas -Mojó el pedazo de algodón con el alcohol para luego limpiar la herida que le había provocado el otro-Ahora solo necesito cambiarme de ropa -Soltó un suspiro para luego guardar todo y cerrar la llave, para irse a cambiar.

Corría para cualquier dirección, solo quería estar lo más alejado posible de aquel enano, lo sacaba de quisio, era irritante pero aún así era...Corrio más rápido, como queriendo huir de aquellos pensamientos, hasta que choco con alguien.

-Oww, eso si que dolio -Se quejaba mientras se sobaba la cabeza, pues el golpe había sido duro.

-¿Estas bien?-pregunto el otro mientras ayudaba al otro a levantarse -Perdón, debí fijarme por donde iba.

-Me duele...-Se quejo, miro al otro-Tsk, que problema -Después de decir eso salio corriendo.

-¿Qué habra querido decir? -Se preguto, pues no entendio del todo lo que quiso decir el otro.

-¡Tyki! -El mencionado volteó a verle-¿No haz visto a ummm~ -Se puso a pensar un rato, pues no sabía como decirle al otro-Ah, si, ¿No haz visto a alguien con cabello largo, malhumorado y que parecia una chica? -Preguntó.

-Si, hace rato me tope con él y parecia que tenía prisa, se fue por alla -Señaló por un pasillo, el cual se encontraba más decorado que los otros-Yo que tú me apuro, ya sabes a donde lleva eso y viendo la actitud del otro hara un desastre.

-Gracias Tyki, mejor me apuro -Dicho eso corrio lo más que sus piernas le daban.

-Espero y tengas suerte. Bueno, ahora tengo que alimentar a un conejo -Dijo para luego irse a su habitación.

No entendía el porque del pasillo tan largo para solo llegar a una habitación, bueno, era la unica puerta que había visto en todo el camino, tenía un color blanco, y la perilla era dorada, tal vez había algo muy interesante ahí, como un tesoro o dinero. Se apresuró en llegar, al abrir la puerta quería destruzar todo. Recorrer todo ese largo camino para llegar a una sala de musica, en la cual había solo un piano, debían de estar locos. Oyó como se oian pasos apresurados y se escondio en una esquina, ocultandose lo mejor posible entre las cajas y sillas que habían ahí. Observó como el otro le buscaba, quería reirse ya que buscaba y no lo enontraba, pero si lo hacía sería el fin. Miró como el otro se acercaba a donde estaba, pero no busco, se asomó un poco más para ver al otro rendirse y sentarse al lado de aquel piano, el cual tambien era de un color blanco.

-Me pregunto a donde abra ido -Soltó un suspiro de ó las teclas del piano y poso sus manos sobre estas para luego empezar a tocarlo, solo unos segundos, pues aún tenía que buscar a cierta persona.

-Toca bien -Susurró; se cubrió la boca con una mano, pues aquellas palabras en susurro se oyeron claramente; maldecia que la habitación fuera tan pequeña y que hubiera un silencio en esos momentos, ahora sería descubierto- Que bien -Susurró lo más bajo posible, pues al parecer el otro no le había escuchado.

Se paró del asiento para luego salir de la habitación y dejar entrecerrada la puerta, pues no tenía fuerzas para cerrarla por completo; luego fue en dirección a su habitación con pasos lentos y cortos.

-¿Y ahora qué le pasa? –Definitivamente no entendia a aquel mocoso, en un momento estaba con una sonrisa y al otro tenía una cara de profunda tristeza.

Salió de su escodite y se acercó a aquel piano blanco y pudo ver un pequeño cuadro con una fotografía adentro, lo tomo y observo unos segundos aquella preguntaba quienes puso rápidamente en su lugar al oir voces y pasos, una de ellas la identificaba a la perfercción, pues era una de las más molestas que había oido hasta ahora.

-¡Espera, no puedes entrar ahí, conejo! –Por más que le dijera que estaba prohibido entrar ahí no hacía caso.

-Vamos Tyki, no me digas que no me puedes alcanzar –Dijo divertido-Solo un poco más y me alcanzas, jeje, claro si no fueras tan lento ya lo ubieras hecho desde hace mucho-Comentó algo burlón.

-Ya veras como no soy lento –Dicho esto apresuro más el paso y tomo al conejo de un brazo, para luego jalar de él, tirandolo al piso, poniendose sobre él-¿Cuántas veces te tengo que decir que no puedes venir para acá? –Preguntó, pues ya le había dicho varias veces que no lo hiciera.

-Bueno~, si quieres castigame, como siempre –Dijo con una gran sonrisa.

-No tienes que hacer esto para ser castigado.

-Pero si corro tú me sigues y te pones en forma –Dijo para luego soltar una pequeña risa.

-Ahora si te castigo, conejo –Dijo sonriente.

-Cargame hasta el cuarto, Tyki –extendio sus brazos y abrazó al otro por el cuello.

-Una parte de este castigo es que tú caminaras ahora –Sentencio.

-Que malo eres –Hizo un pequeño puchero- Gracias, tu premio, un beso –Dijo para luego premiarlo con un dulce beso en los labios.

-Pero a la otra tú caminas –Después de decir esto se llevo al conejo a su habitación.