¡Muchos saludos, queridos lectores!

Les traigo el siguiente capítulo, recién salido de la prensa. Fue más corto de lo que esperaba en principio, sin embargo, la invasión será tres o cuatro capítulos en total, por lo que aún hay bastante que abarcar. No solamente eso, sino que tengo varias sorpresas preparadas para ustedes. Este arco es uno que llevo pensando desde el principio de fic, así que tengo el esqueleto y los músculos, solo me falta ponerlo en limpio.

El ritmo de estos, por cierto, es completamente diferente a todo lo que he hecho hasta ahora. Muchas cosas están pasando, y quiero abarcar lo más que pueda antes de las batallas más importantes. Grandes desafíos se aproximan, y nadie saldrá precisamente ileso.

Los dejo por ahora. Disfruten.

Sol y Luna. Cap. 20. La Invasión. Réquiem.

El Equipo de la Arena había logrado obtener una ventaja significante en distancia pero el alcance de diez kilómetros del Byakugan de Hinata les permitía seguirlos sin demasiados problemas. Durante la persecución Naruto soltaba hordas de clones que se unían a las batallas que ocurrían a su alrededor, apoyando de esa forma a las tropas de Konoha a resistir el ataque. En ocasiones que iban a ser asaltados por ninjas enemigos, el rubio fácilmente los despachaba usando sus garras y su elemento Viento, dejándolos como nada más que trozos de carne y huesos ensangrentados. Matar de esa forma le enfermaba, pero por el momento podía ignorarlo.

"Hey!" llamó Jun, uniéndose al trio sin dejarles disminuir la velocidad. "Lo siento, tuve que encargarme de unos ninja del Sonido antes de poder alcanzarlos."

El trio de usuarios de Doujutsu le lanzó una mirada, tomando nota de que su protector del Sonido había sido cambiado por uno de la Hoja. "¿Cuáles son los planes del Sonido y la Arena?"

Jun tomó una expresión sombría. "Afuera de las puertas de la Aldea hay varios círculos de Invocación con los que piensan invocar a hijos y súbditos de Manda, el Rey de las Serpientes y sé que Orochimaru contrató a algunos ninja renegados de clase A y cuatro o cinco de clase S. No sé más nada."

"Entonces fue buena idea que Naruto haya mandado tantos clones como apoyo," un solo ninja de clase S podía cambiar el rumbo de una batalla fácilmente, por lo que toda la ayuda que las tropas de Konoha pudiesen usar mejoraría el balance de la situación. Konoha solamente tenía a Jiraiya, el Hokage, Yami y Naruto disponibles, después de todo, aunque Light, Kakashi y Gai podrían llegar a pelear a ese nivel de ser necesario.

Antes de que pudiesen continuar avanzando una lluvia de lanzas de roca fue arrojada contra ellos, forzándolos a detener su avance para poder evadirlas. Inmediatamente después, una grupo de títeres se lanzaron al ataque, pero no necesitaron mucho más de un minuto para deshacerse de ellos.

"No puedo dejar que continúen," el grupo vio a Kumiko, su atuendo el mismo de hace un mes, pero ahora su expresión era más severa.

"¿Qué crees que estás haciendo, Kumiko? Tenemos que apresurarnos o sino…"

"Ciertamente hay una crisis, Jun, pero no creo que ni siquiera Yami pueda forzarme a elegir algo por encima mi propia familia," con un movimiento de su espada a gran velocidad, la Kunoichi cortó varios de los árboles que estaban alrededor de todos ellos, haciéndolos caer hacia los ninja de la Hoja. Por suerte Naruto, siendo un usuario de Viento con mucho más poder, los pudo hacer trizas con facilidad.

Kumiko estaba a punto de lanzar un nuevo ataque, pero no notó que Jun había logrado escapar de su visión. El joven Muramasa corrigió ese detalle cuando alcanzó a patearla con suficiente fuerza para mandarla chocar contra un árbol.

"Ustedes continúen, yo me encargo de ella."

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"Reporte de estatus," murmuró Yami. Puesto en su oído había un dispositivo de comunicación que le pondrían en contacto con diferentes individuos alrededor de la Aldea. Era solo parcialmente pura memoria muscular lo que le permitía seguir realizando las Sellos de manos, incluso si era mucho más lento de lo que podría ser.

"Zabuza aquí: estoy con el resto de los Jonin-sensei de tu grupo y hemos logrado neutralizar a los ninjas más cercanos a nosotros. Tuvieron una ventaja numérica durante algunos minutos, pero cuando el gaki rompió el Genjutsu la situación cambió. Los Genin ya casi han terminado de sacar a los aldeanos por mi área y los dignatarios internacionales ya salieron también."

"Esta es Anko, nene. Los dignatarios han llegado a los búnkeres de emergencia y están siendo atendidos, pero no hay ninguna víctima. Los Sellos de transporte son todo un éxito. Una vez que los aldeanos estén resguardados me uniré a las tropas de defensa."

"Habla Natsume Sakaki, Líder del Escuadrón Médico Alfa. Según los reportes, todos los Sellos de Curación Móvil se encuentran puestos en perfecto orden y esperan a ser activados. ¿Será Yami-sama capaz de mantenerlos activos durante el resto de la invasión?"

"Una vez que pueda realizar la separación no habrá mucho problema."

"Aun así pondrá mucho estrés en su cuerpo."

"Es inmaterial. Hay otras prioridades en juego."

"Aquí L. Deja la plática innecesaria para después, Natsume. Misa ya se encuentra en el campo de recuperación de tropas con los escuadrones médicos Omega, Épsilon y Theta y dos escuadrones ANBU."

"Light desde Central. El resto de los escuadrones ANBU y múltiples ninja de la Aldea ya se están movilizando. Los Genin están haciendo un buen trabajo controlando a los civiles y los Chunnin y Jonin han logrado mantener las bajas en un mínimo, pero siento que este es solo el principio."

"Habla Haku. ¡Necesito apoyo! La Academia está bajo un fuerte asedio. Hasta ahora solo ha habido dos bajas, y logré poner una barrera que nos mantendrá a salvo pero no durará mucho tiempo. Los Sellos están fallando."

"Que el escuadrón de batalla Beta se movilice como apoyo inmediatamente. Light, dejo el comando general en tus manos pero hazme saber cuándo ocurra algo inesperado. Avisaré cuando la separación esté completa."

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Un grupo de ninja del sonido se estaba abriendo paso por el interior del estadio. Hasta ahora habían encontrado muy poca resistencia mientras se dirigían a la enfermería, buscando de acabar rápidamente con los participantes que habían sido lastimados durante el torneo.

"¡Cuidado!" gritó el líder del escuadrón cuando vio una pequeña pero mortífera bola de fuego se movía a su posición. Moviéndose a un lado, los seis Shinobi lograron esquivar con facilidad, pero cuando trataron de ponerse de pie, descubrieron que no podían moverse.

"Cayeron en nuestra trampa," dijo una voz. Los enemigos de Konoha vieron que a varios metros de ellos, el pasillo parecía distorsionarse hasta que reveló a Shikamaru, Sakura, Neji e Ino, el primero de ellos habiéndolos atrapado con su Posesión de Sombras. "¿Hyuga?"

"Estos son los últimos objetivos que quedaban dentro del área interna del Estadio," el prodigio de los Hyuga respondió tras escanear alrededor con su Byakugan.

"Sakura, Shino, hagan lo suyo."

"Será un placer, Shikamaru," esta vez la voz provino desde arriba. Shikamaru les ofreció la cortesía de mover la cabeza hacia arriba, solo para que vieran como una nube de insectos los se arremolinaba sobre ellos.

Los ninja del Sonido no sintieron las Senbon que se clavaron en sus cuellos.

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Haku dio un suspiro de alivio cuando vio que los atacantes enemigos fueron rápida y eficientemente cortados en pedazos o incinerados. Sus salvadores eran diez individuos, todos cubiertos de pies a cabeza con una especia de maya plástica blanca o negra y con simples identificativos del kanji de Eclipse en el pecho y un símbolo que Haku no podía reconocer en sus frentes.

Para Haku era imposible saber quién era hombre o mujer -y eso le causó una gran revelación-, sus edades o cualquier otra cosa.

"¿Haku-dono, se encuentra bien?" habló uno de los misteriosos seres. Incluso sus voces estaban distorsionadas por alguna clase de Justu, aunque al menos se podía ver el movimiento de la quijada.

"¿Ustedes son…?"

"Somos el escuadrón Beta, sirviendo bajo la bandera de Nishoku. Fuimos enviados por Yami-sama para asegurar la Academia y prestarle apoyo. Tenemos ordenes de ayudar a reparar los sellos de transporte y cuidar a los alumnos de la Academia."

Haku asintió. "Si tienen algún medico en su grupo, sería bastante útil. Hay algunos heridos entre los profesores y no pude ayudar mucho."

"Nos encargaremos, Haku-dono."

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Hinata se movió frente al grupo, Kunai en mano, y bloqueó la docena de agujas que venían frente a los tres. Sin perder el tiempo, fue capaz de tomar algunas y después lanzarlas desde la dirección de donde habían venido.

Algunas ramas fueron sacudidas y el grupo se detuvo por un momento. Súbitamente, tres títeres salieron desde sus escondites con la intención de atacar a los Ninja; lo que el maestro de títeres no tuvo en cuenta, sin embargo, fue que las líneas de sangre de los tres les permitieron anticiparlo, por lo que se movieron antes de que los muñecos estuviesen demasiado cerca.

Estuvieron en silencio por unos momentos, pero no hubo ningún nuevo intento durante varios segundos. Aun así, Naruto podía ver los títeres mientras que Hinata tenía una visión entera a varios kilómetros.

"Ustedes sigan," dijo la Hyuga. "Tengo ventaja contra él porque puedo ver donde se encuentra y desde donde atacará."

"Dejaré unos clones contigo, entonces," estaba a punto de crearlos, pero la chica lo detuvo.

"¿Cuántos clones con el Onigan tienes activos?" preguntó seriamente.

"Sólo unos pocos…," contestó el rubio, desviando la mirada.

"No puedes tener tantos activos al mismo tiempo, Dobe," le recordó Sasuke. "Estuviste a punto de desmayarte y luego tuviste nauseas durante horas después del Bosque, así que no te esfuerces de más."

"Con Hokage-sama y Yami ocupados, y Jiraiya-sama en otro frente, eres el único que puede hacerle frente a un Bijuu por su cuenta, así que no te sobre esfuerces."

Naruto hizo un pequeño puchero y quiso protestar, pero sabía que tenían razón. "Al menos te dejaré unos, sin el Onigan, para estar pendiente," por un momento Hinata quiso protestar, pero la mirada en los ojos del rubio le decía que lo haría con o sin su consentimiento. "Sasuke, prepárate, nos sacaré de aquí volando," un tener que usar sellos de mano, tres clones aparecieron alrededor de ellos.

Un número de nuevos títeres, esta vez unos diez, se lanzó contra el grupo. Sin inmutarse, Naruto activó su Seinaru Tsubasa y las agitó, creando corrientes de aire que lograron empujar a los títeres. Rápidamente tomó a Sasuke y antes de que alguien pudiese inmutarse, salió disparado hacia el cielo.

Hinata se puso en posición de pelea, sus manos brillantes con chakra y su Byakugan ardiendo con fiereza. "Entonces…," vio que alrededor de veinte marionetas ahora la rodeaban a ella y a los clones. "¿Bailamos?"

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"Quisiera poder enfrentar al bastardo de la Arena por mi cuenta," dijo Sasuke, sus palabras siendo casi perdidas por la velocidad a la que volaban. "Pero creo que para este punto, lo más seguro es que la pelea estaría fuera de mi alcance."

"Si recuerdo bien, el Sharingan tiene una afinidad natural para controlar a los Bijuu, pero eso es algo que no sabes hacer. Además, es un Jinchuriki fuera de control, así que sería más difícil todavía," comentó Naruto. "Sólo si llegara a usar el chakra del Ichibi es que estaría fuera de tu alcance."

Sasuke contempló eso por un momento antes de preguntar. "¿Tu Onigan puede hacerlo?"

Esa pregunta no sorprendió a Naruto, y no era como si necesitase preocuparse de que fuesen escuchados. "No en la primera forma, pero la segunda fase si me lo permite. Lo único es que según Otou-san, no estoy ni cerca de poder activarlo. El Rin´negan si me lo permite naturalmente, pero aun no puedo usar todos los poderes básicos, así que no estoy pensando en controlar Bijuus en este punto."

El Uchiha se quedó callado por un unos minutos, pero finalmente suspiró. "En el complejo Uchiha hay un templo donde hay cierta información sobre el Rin´negan," ante esta admisión, el rubio miró sorprendido a su compañero. "Supuestamente, el Rin´negan es la forma final que el Sharingan puede tomar, pero eso es todo lo que sé."

"Ya tendremos tiempo para ello, por ahora… No te importaría encargarte de Temari, ¿verdad?"

"No hay problema."

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L frunció el ceño, observando como su oponente, la criminal de rango S, Nana Aki, acababa con la vida del último miembro de ANBU que lo habían apoyado hasta entonces. Odiaba admitirlo, pero durante el último par de años su condición física había desmejorado. De otra forma, ya hubiese podido acabar con ella, o por lo menos hubiese logrado evitar tantas muertes.

Nana no tenía un estilo de pelea especialmente exótico, pero en sus especialidades era extremadamente buena. Había escuchado que superaba con creces incluso a Kurenai Yuuhi en Genjustsu, cosa que ya era impresionante, considerando que la Jonin era mejor ilusionista que la mayoría de los miembros del clan Kurama, y eso teniendo en cuenta que ella no posee un Kekkei Genkai.

No solo eso, sino que con su capacidad de usar y cambiar armas en espacios pequeños de tiempo hacia muy difícil poder quedarse con un solo estilo de pelea al enfrentarla, ya que la criminal podía adaptarse a casi cualquier situación.

Esta batalla sería más complicada de lo que había pensado en primer lugar.

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Jun, teniendo una mano ocupada bloqueando a Kumiko con su espada, apenas tuvo tiempo de usar el Kaminari para destruir un títere que le venía por el costado. Desafortunadamente, uno de los mecanismos internos todavía funcionaba, cosa que Kumiko aprovechó para lanzarle agujas envenenadas.

El espadachín logró salir del bloqueo en el que estaba y moverse para esquivarlas. Sin embargo, una logró alcanzarle en una pierna.

Inmediatamente, un terrible ardor se expandió por su cuerpo, seguido de un entumecimiento que lo dejó sin poder respirar por unos segundos. Apenas fue consiente de Kumiko apunto de asestar el golpe final que le quitaría la vida, y fue puro instinto que logró concentrar y expulsar una fuerte corriente de chakra eléctrico que la obligó a alejarse.

En lugar de atacar de inmediato, Kumiko se mantuvo alejada y lo observaba atentamente. Tras unos segundos, es que habló. "Esto ya se acabó."

"¿De… Qué hablas…?"

"El veneno que está en tu cuerpo corrompe tu chakra, y forzará a que tu cuerpo se desintegre desde adentro. Naturalmente, el veneno deja de actuar en tres minutos… Pero te mata en uno."

Jun la miró con detenimiento por unos instantes, antes de empezar a reírse por lo bajo. "Supongo que no hiciste bien tu tarea…," el chico se puso de pie, para sorpresa de Kumiko. Repentinamente, una ligera capa de chakra purpura comenzó a rodear a Jun; sus ojos bicolores se volvieron más intensos y su cuerpo se tensó ligeramente. Su mandíbula se ensanchó muy ligeramente para acomodar a sus dientes, que se habían vuelto más grandes y feroces, y su cabello se erizó. Súbitamente se lanzó a atacar; Kumiko apenas pudiendo bloquear un ataque con la espada pero igualmente le hiso retroceder varios metros.

"Que… Fuerza tan brutal…," Kumiko se quejó, sintiendo temblores en los brazos. Su distracción casi le cuesta demasiado caro cuando Jun por poco logra empalarla con espada, pero aun así recibió un profundo corte por el lado del abdomen. "Ugh… Mierda…"

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Yami retrocedió para esquivar a un Ninja del sonido que se le lanzó desde el techo, por un momento temiendo que iba a perder la secuencia de sellos, pero logrando mantener suficiente conciencia sobre sus manos para no separarlas y continuar. Sus clones se habían separado de él por un momento para encargarse de un pequeño núcleo de Ninjas enemigos que estaban amenazando a un grupo de civiles, por lo que cuando la Chunnin trató de usar un Kunai para apuñalarlo, Yami tuvo que recurrir a otro medio para defenderse.

La Ninja no pudo notar el momento en el que el brillo de los ojos del muchacho se opacó por completo ni como el aire alrededor de él cambiaba de forma casi palpable. Lo único que supo fue que en un instante estaba tratando de apuñalar su corazón y en el siguiente, el muchacho le estaba mordiendo el brazo con tal fuerza que sintió no solo su piel y músculos siendo atravesados, sino la extraña y dolorosa sensación de algo haciendo contacto con su hueso seguido de un fuerte crujido cuando éste se partió.

Un instante después, Yami movió violentamente la cabeza y azotó a su víctima contra el suelo, haciéndole perder la conciencia. Yami no le iba a dar chance de recuperarse, sin embargo, no tomando ni un segundo para contemplar nada antes de aplastar su cabeza de un pisotón.

Para ese punto sus clones ya habían asegurado a los civiles, relegando la tarea de llevarlos a un lugar seguro a un escuadrón de Genin y Chunnin que se había acercado. Uno de los clones le acercó a la boca un vaso de líquido –cerveza; detestaba la cerveza– para que se enjuagara el sabor de la sangre de la boca después de escupir el pedazo de carne que le había quedado en ella y luego le limpiaba el resto de la mezcla de los dos líquidos que le había chorreado desde la comisura de los labios.

No había reaccionado, pero estaba bastante consiente de una mirada que se le había quedado pegada en la espalda antes de desaparecer por una de las salidas del estadio.

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Jiraiya de los Sannin era uno de los dos Shinobi más prominentes de la historia de Konohagakure que no provenía de un clan o de alguna respetada familia Ninja.

El otro, para el desdén de muchos, era Orochimaru.

El propio Minato había pertenecido a la Familia Namikaze, quienes tenían su propia historia de poder y antigüedad, incluso si nunca había llegado a tener más de treinta miembros durante su mejor época.

Misa sabia de la reputación del hombre, pero una cosa era saberlo por libros de historia y anécdotas que otros Ninjas mayores contaban y otra cosa muy diferente era verlo en acción.

Jiraiya era extremadamente grácil con sus movimientos; una elegancia tosca pero eficiente que le permitía encargarse de los pobres tontos que se ponía en su camino. No importaba si era uno o diez o incluso cincuenta, el peli-blanco los mataba de forma tan rápida que casi parecía misericordiosa. Los escuadrones ANBU y las tropas de Nishoku le daban un amplio margen mientras se encargaban del resto del ejército que había logrado entrar por la puerta.

Misa nunca había dudado las aclamaciones de Yami sobre que él sólo podría pelear contra los Sannin y ganar. Akaru había sido un absoluto monstro en el combate en todo sentido y el Yuse menor era más talentoso e infinitamente más despiadado. Sin embargo, viendo a Jiraiya en combate, y dándose cuenta de que aún no parecía pelear en serio, le hizo preguntarse exactamente cuánto le llegaría a costar ganar al pelinegro.

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Los sollozos que resonaban a su alrededor junto con los reclamos por información de la gente que estaba a su alrededor sólo servían para empeorar el desagradable dolor de cabeza con el que había despertado Konohamaru.

Según su abuelo, algunos miembros del Clan Sarutobi eran propensos a tener dolores de cabeza a edades un tanto tempranas pero que el desbalance hormonal que lo causaba generalmente se estabilizaba alrededor de los once años, doce como mucho. Y habiendo ya pasado dos meses desde que comenzó a sufrirlos, el pequeño Sarutobi estaba algo acostumbrado a ellos.

Afortunadamente, Naruto-nii había logrado diseñar un Sello que mitigaba el dolor una vez que se enteró del mal que sufría, y Yami-nii se aseguraba de que siempre tuviera a la mano medicinas que ayudaban aún más. Desafortunadamente, el Sello estaba a poco de perder su efecto y había perdido su medicina durante la evacuación de la Academia.

Su única distracción eran los dos pequeños que estaban pegados a él como gigantescas garrapatas.

Akira y Ueki tenían idénticas expresiones de severidad y preocupación, pero en ningún momento habían dejado salir siquiera una lagrima o llanto. Esto, en un sentido, preocupaba más a Konohamaru que si estuviesen llorando ruidosamente. A diferencia de sus entrenadores, la vida de Konohamaru había sido sencilla; sus caprichos eran generalmente consentidos y el único punto negro en el que podía pensar era en la ausencia de sus padres. Su padre estaba muerto desde hace años, y su madre estaba demasiado ocupada como ANBU para prestarle mucha atención a su hijo.

Ver a los dos pequeños de cinco años le hacía darse cuenta de lo poco que sabía de los gemelos. Sus expresiones estoicas estaban puestas sobre sus rostros de una forma tan natural que Konohamaru no podía evitar pensar en lo absolutamente malo era el hecho de que estas simplemente existiesen.

"Hey," llamó el nieto del Hokage, llamando la atención de los más chicos. "Vamos a estar bien, ¿de acuerdo?"

"No estamos preocupados por nosotros…"

"Sino por nuestra familia."

Konohamaru frunció el ceño, pensando en que decir. "Bueno…," lo meditó por un momento, pero al final decidió que la honestidad era lo mejor. "La verdad yo también estoy preocupado pero tengo confianza en todos ellos. Mi abuelo es el Hokage, el hombre más poderoso de la aldea después de mí, y Naruto-nii y Yami-nii son muy fuertes también; todos los demás también son fuertes, así que estoy seguro de que nadie saldrá muy herido," les lanzó una sonrisa infecciosa y logró ver que los gemelos se relajaban un poco, dándose cuenta de que tenía razón.

O al menos eso esperaba.

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Choji golpeó el suelo con su mazo, el arma estando cargada de suficiente chakra para crear una onda de energía que mandó a volar a dos de los cuatro Ninja del Sonido que lo iban a atacar. Los otros dos lograron escapar del ataque pero fueron agarrados con la guardia baja por Kiba y Akamaru, en su forma de Clon Bestia, quienes prácticamente se materializaron frente a ellos. El Inuzuka y su compañero se movieron casi como si fueran un reflejo del otro, usando las garras de sus manos para arrancarles la garganta a ambos enemigos.

La última media hora les había dado una prueba de la intensidad de lo que era una guerra sin cuartel. La mitad de los civiles en su área ya habían sido sacados del estadio y, siendo ambos Genin, ellos tenían el deber de ayudar evacuar; no obstante, viendo que la mayoría de los Jonin estaban ocupados con oponentes más fuertes, en especial Ninjas de la Arena, y que lo Chunnin apenas podían proveer protección, ambos habían tomado la decisión de ayudar a reducir el número de enemigos. Detrás de ellos, cubriendo sus espaldas y aprovechando cualquier apertura estaba Ten-Ten.

El Genin relleno dejó salir un respiro mientras se preparaba para continuar luchando sin dejar de mantener sus sentidos concentrados a su alrededor; la zona en la que se encontraba estaba casi completamente evacuada de civiles, por lo que lentamente se iban sumando más Chunnin como apoyo, dando a Choji más tiempo para poder recuperarse. Su estilo de combate requería que el gasto de energía fuese lo más mínimo posible en conjunto con tener una resistencia física por encima de cualquier otro Shinobi, de forma que pudiese mantenerse aguantando por horas e incluso, si llegaba a tener la dedicación para ello, podría alcanzar el nivel de los Shinobi de antaño, quienes podían pelear por días antes de agotarse.

Sin embargo, con apenas unos meses desde que comenzó su entrenamiento especializado, aún le quedaba mucho camino por recorrer.

La ayuda de Kiba y Ten-Ten probaba de ser invaluable. Los tres habían logrado formar equipo de manera prácticamente aleatoria pero su coordinación logró impresionar a algunos de los ninjas mayores que estuvieron manteniendo un ojo en ellos.

Ten-Ten sabía que era parcialmente una cuestión de suerte que sus habilidades específicas se moldearan tan bien y parcialmente una cuestión de lógica también. La Kunoichi estaba acostumbrada a funcionar como apoyo para sus compañeros de equipo, dos especialistas de Taijustsu que sobresalían fácilmente del grupo del cual se habían graduado. Kiba era rápido y dinámico, y mientras que su estilo de pelea cuerpo a cuerpo sólo se comparaba con el de Lee en la velocidad y se diferenciaba en técnica y brutalidad, sólo era cuestión de acostumbrarse a los patrones de ataque, cosa que Ten-Ten era más que suficientemente inteligente para aprender rápido.

Acostumbrarse a Choji era aún más sencillo; sus movimientos eran mucho más lentos pero poderosos, lo que daba la oportunidad a la Kunoichi de agarrar a sus enemigos desapercibidos.

Sintiendo una presencia a sus espaldas, Ten-Ten volteó para ver a una Chunnin de la Arena corriendo hacia ella con la intención de apuñalarla. Tomando ventaja de sus reflejos desarrollados por entrenar con Lee y Neji, ella evadió el ataque y asestó una patada con suficiente fuerza para hacer retroceder a la Ninja. Ésta se colocó en posición de ataque, dispuesta a continuar con el combate, pero antes de siquiera poder moverse su cuerpo se entumeció por un momento, antes de caer como un títere con las cuerdas cortadas.

Justo detrás de ella, se encontraba Neji.

"¡Neji!" exclamó Ten-Ten con sorpresa. "Pensé que aun estarías en la enfermería. ¿Te encuentras lo suficientemente bien para estar peleando?"

El Hyuuga examinó a su compañera de equipo con su Byakugan, por lo que le tomó un segundo responder. "Estoy bien, Ten-Ten. Según me explicaron, la técnica de Hinata-sama elimina la energía de la víctima a nivel biológico; ingerir carbohidratos y azucares fue suficiente para hacer que me recuperara en poco tiempo y el resto de mis heridas no requerían mayor atención."

La chica asintió y después regresó su atención a la batalla, notando que no solamente lo único que quedaba de los invasores eran sus cuerpos, sino que Sakura, Ino, Shikamaru y Shino se les habían unido. Detrás de ella, Choji y Kiba se acercaron, tomando el tiempo para recuperarse un poco.

"¿Dónde están los demás?" preguntó Shikamar, viendo que la mayoría de su grupo de graduación, más dos miembros del Equipo 9, estaban presentes.

"Según la estrategia de Konoha, Naruto es el designado para detener el plan de la Arena de liberar al Ichibi en la aldea. Yami debe estar confrontando a Orochimaru ahora mismo," contestó Sakura, tomando la atención de todos. "Sasuke y Hinata deben estar con ellos, por lo que sólo es cuestión de ver en qué dirección fueron."

"¿T estás escuchando a ti misma? ¡Nos estas diciendo que dos Genin se van a enfrentar no solamente a dos amenazas de clase S, sino que son Orochimaru, el traidor más grande de la aldea, y uno de los Demonios con Cola!" exclamó Ten-Ten incrédulamente.

"Créeme, si no estuviese tan metida en esto como estoy, yo tampoco lo creería," le contestó la peli-rosa viéndola a los ojos. "Pero he visto a ambos hacer cosas increíbles, ¿sabes? Ellos… Ellos son monstros… Monstros que están de nuestro lado y tengo plena confianza de que podrán mantenernos a salvo."

"Sakura," llamó Shikamaru clavándole a la Kunoichi una mirada severa. "Parece que estás bastante enterada sobre los planes de defensa, por lo que estoy inclinado a pensar que también sabias de antemano que la invasión iba a ocurrir."

La peli-rosa se mordió el labio mientras pensaba fuertemente sobre qué decir. "Es lógico que sepa de todo esto, Shikamaru-san. Sasuke-kun y yo fuimos atacados por Orochimaru cuando estábamos en el bosque, así que ya sabíamos que algo estaba mal; Yami está inmiscuido en asuntos de los altos mandos de la Aldea y Kakashi-sensei es uno de los Jonin más prominentes… Escucha, son muchos factores, pero si, sabía de la invasión y tengo conocimientos básicos sobre los planes de defensa."

"¡Entonces comparte!" exigió Kiba irritado.

"La evacuación de los civiles y dignatarios es el primer paso para la defensa una vez iniciada la invasión. Ese proceso debe estar por terminar pronto. Antes de eso, un número de edificios fueron asegurados para formar sitios seguros o crear zonas donde se necesitan rangos especiales para poder entrar," Sakura recordaba perfectamente las instrucciones de Yami y Kakashi referente a su papel durante el ataque. Si hace seis meses le hubiesen dicho que estaría a cargo de su primera misión oficinal de rango A, estando ella misma a cargo aun siendo una Genin, probablemente estaría solicitando un análisis de drogas para esa persona. "Nosotros debemos ir al hospital; es una de las zonas seguras a las que tenemos acceso. Ino y yo debemos ayudar con los heridos allá y necesitamos su apoyo para salvar y recoger a cualquier herido de Konoha que haya en el camino."

"Pero los enemigos del estadio…," comenzó a protestar Ten-Ten, antes de darse cuenta de que llevaban varios minutos conversando y no habían sido atacados.

"El estadio sólo era un objetivo importante cuando había dignatarios y civiles, pero con todos ellos seguros, el Sonido y la Arena van a buscar otras formas de hacer más daño," irrumpió Shikamaru, frunciendo el ceño. "Los sitios más seguros son aquellos que también serán más atacados; el hospital, la Academia, la Torre del Hokage y tal vez la biblioteca central. Eso, sin mencionar los remanentes civiles que se deben encontrar aun en espacios de la Aldea."

Kiba habló esta vez. "Entonces no podemos seguir esperando aquí, ¿verdad? Si en el hospital hay más Ninjas enemigos, debemos ir allá."

Los ochs Genin se miraron los unos a los otros.

Tenían un plan y un destino en mente, pero sabían que para llegar debían atravesar un infierno de guerra y masacre sin sentido. Incluso los más estoicos y fatalistas del grupo, Shikamaru y Neji, sabían que nada antes los había preparado para lo que estaban a punto de experimentar.

Porque ese era el punto.

No importaba que tan grande fuese la amenaza, o que tan imposible parecieran las apuestas: su Aldea necesitaba todo lo que pudiesen ofrecer para sobreponerse a esta nueva amenaza y como Ninjas de Konoha, al infierno que fuesen Genin, debían estar preparados para entregar la última gota de vida para defenderla.

Ese era, después de todo, el espíritu de la Voluntad del Fuego.

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Pues ese ha sido el capítulo. Cada persona se prepara para un gran desafío y sólo yo sé si estarán a la altura para superarlo. Y Orochimaru aún no ha sacado ni la mitad de sus cartas, por lo que hay mucho más de lo que se puedan esperar.

Los Genin demuestran su verdadero potencial ante una crisis, y Sakura tendrá que tomar el liderazgo en una misión que podría ser muy grande para ella.

Nishoku ha mostrado la cara, figurativamente hablando, bajo el comando de Yami, y parece que hay Ninjas de Konoha que se encuentran en ella. Una organización misteriosa que tiene más parecido con RAIZ de lo que cualquiera querría admitir pero que aparece para dar apoyo a Konoha en tiempos de crisis.

¿Qué sucederá ahora?

¿Qué sorpresas tiene preparadas Orochimaru?

¿Cuántos muertos habrá al final de la Invasión?

¿Podrá Sakura superarse a sí misma frente al desafío más difícil de su vida?

¿Qué clase de Jutsu está preparando Yami que requiere tanto tiempo y Sellos de manos?

Algo de esto y más en los episodios por venir. Por favor, díganme que tal les ha parecido el nuevo formato que estoy usando. Y para mis fanes de ¿Padre a los Trece?, descuiden. Pronto estaré de vuelta con un nuevo capítulo.

Master fuera…

Bye…