A TRAVÉS DEL UNIVERSO

Disclaimer: nada me pertenece, sólo la idea.

Nota de la autora: mis conocimientos de Star Trek se basan en la nueva película y en la información que he podido recopilar de Internet. Si he cometido algún error, ruego me disculpéis. Dedicada a todos/as los fans de Spirk.

Recomiendo leer escuchando: Kiss while your lips are still red de Nightwish

El capitán Jim Kirk no creía en el escenario invencible, tan sólo una vez dudó de sus creencias.

Jim se moría, podía sentir como la vida abandonaba su cuerpo rápidamente. Nunca en su vida había estado tan asustado. Y entonces apareció él, su primer oficial, el señor Spock. Lloraba. Estaba claro que sí podía sentir. A pesar del dolor, a pesar del miedo, el único pensamiento que ocupaba la mente del capitán era: "me alegro de ser yo y no él, me alegro mucho de que no sea él quien esté aquí." Y fue entonces cuando se dio cuenta. Un simple y decisivo momento le bastó para darse cuenta de que estaba completamente enamorado de su amigo Spock. Ya era demasiado tarde para decir nada, no le quedaban tiempo ni fuerzas, lo único que pudo hacer fue apoyar su mano contra el cristal que los separaba, en un posiblemente absurdo intento de estar más próximo a él. Tan cerca y tan lejos al mismo tiempo. Spock entonces apoyó su mano igualmente contra el cristal, haciendo el saludo vulcano, como si de algún modo esperase que esa pequeña barrera entre ellos desapareciese. Kirk miró a Spock, queriendo que esa fuese su última visión del mundo, era una bonita imagen, le miró hasta que le envolvió la oscuridad.

Spock fue lo primero que vio Jim al despertar. De haber podido, le habría abrazado, pero aún estaba muy débil y no estaba seguro de si el gesto sería bien recibido por el vulcano. Pero él estaba allí, le había salvado la vida, con ayuda de Bones claro. Jim se sentía feliz.

Aunque al principio habían tenido sus diferencias, habían llegado a respetarse mutuamente y a formar una sólida amistad, como la que tenían sus otros yos en el otro universo. Y desde aquel día su relación se había vuelto cada vez más estrecha. Jim y Spock empezaron a reunirse todas las noches para jugar al ajedrez. Lo que parecía una simple rutina, era en realidad su momento favorito del día. Poder pasar tiempo juntos, relajarse fuera del trabajo, conocerse mejor y hablar.

-¿Spock? ¿Crees que podrías explicarme cosas de la cultura vulcana? Es decir, sí te parece bien y si es aceptable que las sepa. Me gustaría saber más de vosotros. Además, trasmitirla ayudará a que se conserve, ¿no?- le preguntó Jim en una ocasión

-Me parece un argumento aceptable, Jim- respondió Spock

Aunque no lo exteriorizase, Spock se alegraba de que Jim mostrase interés en su cultura y por aprender su lengua. Spock le hablaba de ello con gusto, aun así evitaba algunos temas y Jim, a pesar de su curiosidad, no le presionaba. No le apetecía que Spock se sintiese incómodo.

Habiendo transcurrido aproximadamente la mitad de tiempo de su misión de cinco años, la relación de Spock y Uhura terminó definitivamente. Uhura conocía de sobra los motivos sin necesidad de que Spock dijese nada, pero ante todo era una profesional y adoraba su trabajo, así que este hecho no iba a suponer ninguna tensión ni situaciones incómodas en la nave. Además, Spock también era su amigo y una de las personas que más respetaba, por lo que le deseó felicidad.

Una buena noche, mientras jugaban al ajedrez, Jim no pudo evitar preguntar al vulcano los motivos de su ruptura. No porque esperaba que ahora tuviese alguna oportunidad con él, sino porque sinceramente se preocupaba por su estado y su bienestar.

-Puede que no sea asunto mío, pero eres mi amigo y quiero que estés bien-

-No es problema, Jim. Simplemente mis sentimientos hacía la teniente Uhura, hacia Nyota, hace tiempo que han cambiado. Sigo sintiendo el mayor de los respetos por ella y la aprecio como persona y como amiga, pero no es suficiente para el tipo de relación que manteníamos. No era justo ni para ella ni para mí. Además, descubrí que nuestras mentes no son compatibles- explicó Spock

Jim entonces procedió a preguntar a Spock más cosas sobre aquello de la compatibilidad mental. Al final de la conversación, Jim ya sabía que era algo muy importante para los vulcanos, quizá debido a su condición de tacto-telépatas. También le quedo claro que, por mucho que se esfuercen en suprimir toda emoción, sienten incluso más profundamente que los humanos.

Algunas jugadas después, Jim dijo:

-Dijiste que la fusión mental requiere mucha concentración, pero el embajador Spock conectó su mente a la mía y se paseó como Pedro por su casa-

-¿Eso hizo?-

Jim pudo notar un ligero tono de incredulidad en la, normalmente neutra, voz de Spock.

-Sí, hasta que me contaste lo contrario pensé que era algo normal. De hecho, parecía acostumbrado a ello-

Spock se quedó callado y más rígido que de costumbre. Sus orejas adquirieron un suave tono verdoso. Jim encontró ese detalle encantador y sintió un irresistible deseo de acariciar el contorno de aquellas orejas puntiagudas. De repente le asaltó otro pensamiento.

-Dios, lo siento. Creo que acabo de ser muy insensible- dijo

-¿A qué te refieres?- preguntó Spock

-El embajador Spock. Aun… aún no hemos hablado de ello. Y de lo que ha debido suponer para ti perderlo-

-Encontré entre sus pertenencias una foto de su tripulación. De nosotros. Me gustaría compartirlo contigo-

-Oye, pues nos conservamos bastante bien, ¿no crees? Seguimos teniendo pelo y mantenemos la figura-

Y durante la siguiente hora y media charlaron animadamente del embajador Spock, del legado que había dejado y de si sus vidas se parecerían a las que tuvieron sus otros "yos". No serían iguales, pues muchas cosas habían cambiado, pero en esencia podrían ser muy parecidas. Llegaron a la conclusión de que sus vidas serían lo que ellos hicieran con ellas. Jim nunca había visto a Spock tan relajado, sonreía incluso.

-Jim- dijo entonces Spock- Lo que has dicho antes de la fusión mental con el embajador Spock… Me gustaría intentar algo-

-Sí, claro. Adelante-

Spock colocó sus dedos en los puntos adecuados de la cara de Jim.

-Tu mente a mi mente. Tus pensamientos a mis pensamientos-

Por mucho que lo intentase, por muchos idiomas que existiesen, Jim sabía que jamás encontraría las palabras adecuadas para ser capaz de describir lo que sintió cuando su mente se fusionó con la de Spock. Era algo totalmente nuevo, y al mismo tiempo lo sentía tan familiar. Esa calidez y esa seguridad. La intimidad de aquel gesto, confiar a otra persona tus pensamientos. Cuando Spock puso fin a la conexión, Jim solo podía preguntarse cuando ocurriría de nuevo.

-Fascinante- dijo Spock

Se quedaron un buen rato en silencio, mirándose. La mesa con el tablero de ajedrez era lo único que los separaba. Jim, en un acto humano, quiso acabar con esa separación, aunque fuera pequeña, y establecer de nuevo algún tipo de contacto. Por lo que alargó la mano y la colocó sobre la de Spock, palma sobre el dorso, sus dedos muy próximos unos de otros. Spock bajó la mirada y movió un poco su mano, de tal modo que quedaron palma sobre palma, pero sus dedos aun sin tocarse. Entonces, Jim sintió una agradable mezcla entre una pequeña descarga eléctrica y una oleada cálida por todo el cuerpo. Nunca se había sentido tan bien en toda su vida. Spock fue quien finalmente rompió el silencio.

-Si me disculpa, capitán, se ha hecho muy tarde. Debo regresar a mis aposentos y meditar. Y usted debería descansar para el día de mañana-

Acto seguido abandonó la habitación, dejando a Jim desconcertado, como un cachorrito al que despiertan quitándole su mantita y dejándole expuesto al frío. Esa noche, Jim soñó con volver a sentir de nuevo aquello al tocarse las manos.

Al día siguiente Spock se mostraba algo más distante y frío que de costumbre. Cada vez que se dirigía a Jim, era del modo más profesional posible. La noche anterior algo había cambiado, de eso Jim estaba seguro, pero Spock actuaba como si no hubiese pasado nada. El capitán se temió lo peor. ¿Y si había hecho algo que le había molestado? ¿Y si Spock había visto en su mente algo que no le había gustado? ¿Y si había descubierto sus sentimientos y no los compartía? Después de todo, ¿por qué iba a quererle? ¿Qué tenía Jim de especial? ¿Aceptaban los vulcanos esa clase de relación? Por otra parte, Jim era el superior de Spock, sabía que la Flota Estelar seguramente tendría algo que decir al respecto.

Jim no soportaba más aquella desquiciante situación, tenía que hablar con él y arreglar las cosas.

El puente se encontraba desierto a esas horas de la noche, Jim encontró a Spock mirando el cielo. Se acercó a él intentando parecer casual.

-Hey, Spock, ¿no duermes?-

-Los vulcanos precisamos menos descanso que los humanos, Capitán-

-Llámame Jim, estamos fuera de servicio-

Spock se limitó a asentir. Se produjo un silencio incómodo.

-Esto, Spock, si he dicho o hecho algo que te ha molestado, lo lamento mucho-

-No has hecho nada para ofenderme, Jim. Simplemente he sido conocedor de un asunto insólito y precisaba reflexionar al respecto-

-Ah, bien. Si quieres me voy-

-No me incomoda tu compañía-

Aquello era cierto, Spock nunca parecía haber rechazado la proximidad o el contacto de Kirk.

Los penetrantes ojos azules de Jim se perdieron en los cálidos ojos marrón chocolate de Spock. Lentamente, Jim aproximó su rostro al del vulcano, dejando claras sus intenciones, dando la oportunidad a su amigo de rechazarle si no estaba de acuerdo. Spock no se apartó, Jim cerró los ojos y lo besó en los labios. Fue breve y suave como un suspiro, pero fue un beso.

-Spock, si no sientes lo mismo, no importa, haremos como si esto nunca hubiera sucedido. No quiero perderte, tu amistad es muy importante para mí-

Silencio. Jim estaba tan nervioso que le temblaban las manos.

Spock no dijo nada, solo sonrió. Fue una sonrisa pequeña, pero sonrisa al fin y al cabo. Tomó la mano de Jim con la suya y enlazó dos de sus dedos.

-Así besan los vulcanos-

Jim soltó un aire que no recordaba haber estado conteniendo. Con una sonrisa y sin separar sus manos, procedió a eliminar la distancia entre sus cuerpos y besarle apasionadamente. Si la piel de Spock era cálida, su boca lo era aún más. Se separaron únicamente a petición de sus pulmones. Apoyaron sus frentes la una con la otra.

-T'hy'la- susurró Spock

-¿Qué significa eso?- preguntó Jim

-No existe una traducción exacta en tu idioma. Puede significar hermano, amigo, amante. El término más similar es alma gemela.-

-Nuestras mentes son compatibles, entonces. Eso fue lo que descubriste-

-Correcto. También debes saber que es extremadamente complicado que un vulcano encuentre su t'hy'la-

Jim se sintió inmensamente privilegiado. Spock procedió a colocar sus dedos en la cara de Jim para fundir sus mentes. La única palabra que encontró para definir aquella sensación fue fascinante.