Amistad con beneficio

En mi mente Edward es solo mío, pero todas saben que es de la persona que me ha dado una de las mejores fantasías de mi vida, la Sra. S. Meyer ( muchas gracias).

La historia si es de mi completa autoria.

Epilogo

Bella pov.

-¡Que rico!- dije extasiada mientras me llevaba a la boca un gran pedazo de piña de mi enorme ensalada de fruta que tenia frente a mi, junto a unas tostadas con queso y un jugo de naranja- Esto esta de maravillas- comente con la boca un poco llena- ¿En verdad no quieres un poco?- le pregunte a Edward que estaba recostado sobre el sofá solo con un vaso de agua fría frente a el.

-En verdad… No me siento bien… Solo quiero tomar algo fresco y que sea liviano- Trague lo que tenia en la boca y me acerqué hasta el.

-¿Aun sientes nauseas?- le pregunte acariciando su pelo.

-Si… pero ya no tan fuertes

-¿Estas seguro de que no quieres ver a algún doctor?.

-Seguro, estamos en nuestra luna de miel, no puedo ir al doctor o a alguna clínica… Además, ¿sabes? es solo durante la mañana que me ciento así , en la tarde y en la noche no- termino regalándome una sonrisa torcida, aunque con su cara aun mas pálida de lo normal ya no se le veía tan sexy.

No le insistí en ir a ver un medico ya que sabia lo que le pasaba, me lo había dicho Esme antes de venirnos de viaje y después de enterarse de que seria abuela.

Me pregunto por las molestias iniciales y cuando le dije que aun no sentía nada, me contó que ella jamás tubo alguna, todas las sintió Carlisle. Por eso era que mi amor no se sentía nada de bien, el estaba sintiendo lo que yo debía sentir… Eso me hacia amarlo aun mas.

Esta noche había decidido contarle que seria papá, sé que debí haberlo hecho hace días, pero recién ayer había sido la boda y cuando recién llegamos Edward no se sentía muy bien porque lo afecto el doble el viaje, así que lo decidí postergar un poquito mas, este seria mi regalo de bodas para el.

-Edward, ¿recuerdas que te dije que te tenia una sorpresa?.

-Claro que si amor, ¿me la vas a dar ahora?- me dijo a la vez que se sentaba en el sofá y ponía la misma cara que un niño ante el árbol de navidad, y esa sonrisa que me aseguraba que estaba pensando en sexo.-¿que es?

- Es algo que tenia pensado darte hace una semana, pero entre todo lo de la boda, el viaje y Alice que me tenia al borde de la histeria decidí postergarlo para cuando estuviéramos los dos solos y tranquilos.

-Entiendo, pero ¿me lo puedes dar por favor?, no soy muy bueno esperando un regalo.

Me reí por lo infantil que podía ser aun. Fui hasta mi maleta y saque el sobre, volví a su lado y se lo entregue, me quedo mirando y le hice una seña para que lo abriera.

Esperaba su reacción, pero no llegaba nunca así que le pregunte.

-Edward… ¿te gusto mi regalo?.

-La verdad es que no entiendo mucho todo estas palabras técnicas… me lo podrías decir tu.

-Bueno ese sobre dice que dentro de unos 8 meses mas vamos a ser papas- como si se abriera una cortina frente a sus ojos a Edward se le ilumino la cara con una gran sonrisa y luego me abrazo y me dio un gran beso.

-¿En verdad mi amor?… ¡Esto es maravilloso!… ¡Es fantástico!… Nuestros padres se van a poner felices, mi mama va ha estar histérica… Por Dios… ¡Estamos embarazados!… ¿Necesitas algo?, ¿ya tienes antojos?, ¿te duele algo?… No he sido brusco contigo ¿verdad?- Edward no paraba de hablar y de besarme la cara o las manos entre frases.

-Edward- lo llame, pero seguía hablando y hablando, sobre médicos, clínicas, compras y nombres para el bebé- EDWARD- le grite para que me pudiera escuchar de una vez- Por favor cálmate, en verdad estoy bien, y no te preocupes, nuestras familias ya saben, o por lo menos tu mamá y esta feliz con la noticia. Además mi único antojo es estar contigo y el nombre, bueno aun nos quedan muchos meses para elegir uno. En todo caso todavía no sabemos que será verdad.

Lo pareció pensar todo un momento y luego me respondió,

-Lo sé mi amor, pero esta sorpresa ha sido maravillosa, para mi es un verdadero regalo que tu estés conmigo, ahora ya no seremos solo tu y yo, ahora somos tres. El inicio de nuestra gran familia- me dijo con los ojos brillantes.

-Mi amor- le dije a la ves que lo abrazaba- Parece que las hormonas del embarazo te afectan mas a ti que a mi- nos reímos juntos por situación.

-Ahora entiendo porque me sentía con nauseas matinales, Carlisle me dijo que él las sintió cuando Esme me esperaba a mi y a Emmett, jamás le creí, pero veo que no mentía… Como se van a reír de mi cuando les diga que todos los síntomas los ciento yo.

Lo abrace mas fuerte para que viera que agradecida me sentía con eso.

-¿Sabes lo que quiero?- me pregunto luego de estar abrazados en silencio, un rato, disfrutando el estar juntos.

-No lo sé

-Quiero unos ricos panques con dulce de leche y helado de chocolate con fresas- lo mire y no pude evitar reírme de el, en verdad si todo seguía así me divertiría mucho durante el embarazo.

Un par de años adelante…

El calor que dejaban en mi piel sus caricias solo me hacían mas insoportables las ganas de gemir mas fuerte su nombre, mientras su cuerpo estaba sobre el mío, moviéndose cadenciosamente, en el cuarto apenas iluminado por las luces del amanecer.

Sentía que cada vez estaba mas cerca de mi orgasmo, sabia que Edward estaba en las mismas condiciones que yo por los jadeos y besos que dejaba desparramados en mi cuello.

-Estoy cerca amor, córrete conmigo- gimió en mi oído, pero antes de que le pudiera decir que estaba igual de cerca que el pude escuchar como unos pasitos corrían desde el fondo del pasillo con dirección a nuestra habitación.

Mire con terror a Edward, que había detenido los movimientos al escucharlos también, y velozmente salio de mi y fue corriendo hasta el baño, dándome el tiempo justo para poder acomodarme el camisón y taparme con la sabana de la cama antes de que se abriera lentamente la puerta y asomara una cobriza cabellera de una hermosa niña de 3 años.

-¿Mamá?- escuche como susurraba- ¿Mamá estas despierta?.

-¿Que pasa cariño, que haces despierta a esta hora?- le dije a la vez que me sentaba en la cama y ella corría hasta estar sentada al lado mío sobre la cama.

-Mamá creo que escuche unos ruidos.

-¿Ruidos, que tipos de ruidos?- pregunto Edward a la vez que salía mas recuperado del baño.

-No lo sé, era como un gatito

-Un gatito- pregunto Edward dándome una mirada cómplice con una entupida sonrisa burlona en sus labios.

-Bueno no estoy segura, pero era como si le doliera algo-respondió inocentemente Renesmee.

A esa altura la cara me ardía el doble de lo normal, de tan roja que estaba, por frustración y por vergüenza de que mi hija nos halla escuchado en una de nuestras "funciones".

-Tiene que ser alguno que paso por la calle-le dijo Edward.

-Pero se iba para su casa ¿verdad?-volvió a preguntar la pequeña

-Claro que si, su mama lo esta esperando- le respondí, esperando la siguiente pregunta, pero no llego.

- A bueno… Entonces si el gatito esta bien me voy a dormir otro rato- nos dijo y bajo de nuestra cama para volver corriendo a su habitación.

Nos quedamos mirando la puerta un momento hasta que Edward rompió el silencio.

-Esta vez en verdad casi nos encuentra con las manos en la masa.

-Te dije que le colocaras el seguro a la puerta.

-Bueno no volverá a pasar, pero no te enojes mi gatita- me dijo volviéndose hacia mi y comenzando nuevamente a besarme los labios y el cuello

-Edward- gemí, el sabia que el cuello era mi punto débil- No comiences algo que no podrás terminar nuevamente.

-Por ti siempre puedo gatita

-Entonces cierra bien la puerta-le pedí.

Un par de años mas…

Los años habían pasado casi sin darme cuenta demostrándome que todas las cosas por las que alguna vez había temido solo eran entupidas aprensiones que tenia.

Mi vida junto a Edward era de una completa armonía para mi; juntos aprendimos desde cambiar pañales a nuestros hijos, hasta el disfrutar del mas mínimo de los tiempos juntos. Nuestra familia había crecido hasta sumar cuatro hijos, Renesmee, la mayor, luego la seguían los mellizos Andrew y Sophia, para terminar con nuestro pequeño David.

Al mirar hoy hacia atrás, puedo ver lo perdidos que estábamos antes de que Edward me pidiera una oportunidad para demostrarme cuanto me amaba como su mujer. Si no me hubiese atrevido hubiera seguido dando tumbos en mi vida.

Construimos un futuro juntos. Nuestros hijos son la prueba de que nuestro amor es trascendental. Demostrándome que lo mejor de mi vida a sido Edward.

Agradezco muchísimo a todas quienes han seguido durante este tiempo mi historia y se han tomado el tiempo, y la molestia, de dejarme un comentario, en verdad gracias.

Las invito a continuar leyendo mis otras historias. EdithCullen71283, mis próximas historias en mente tienen obviamente algo de lémon, es que no lo puedo evitar, amo lo cítrico.

Al igual que mis otras historias.

En mi perfil he colocado algunas portadas de mis fics, pasen y pinchen el nombre para poder verlas.

Besos para todas y comenten

¿reviews?

Gabrielizz