EDITANDO: Trataré de no eliminar la esencia de los capítulos que hicieron que a todos quienes lo leyeron anteriormente les gustara esta historia. Simplemente estoy mejorando un poco la puntuación y la redacción, además de modificar/eliminar escenas que verdaderamente lo necesiten.

Fecha publicación historia: 18-09-10

Fecha inicio edición: 08-12-14

Fecha publicada la edición: 01-01-15

Conclusión: Trabajo lento. Si algún lector de esa versión editada nota algún detalle que parezca extraño, realmente le agradecería que me informara para corregirlo.


Capitulo 1: Paz antes de la tormenta.

Era una noche sin luna cuando el ruido de un trueno interrumpió el pacífico silencio de la noche de una pequeña aldea de campesinos mientras que de un castillo abandonado a las afueras de la misma se escapaba una espesa neblina impregnada con un penetrante olor a azufre y sangre. La neblina iba acompañada del lamento de una voz femenina despertando a todos los aldeanos que se asomaron por las ventanas para descifrar que ocurría y lo que vieron los dejó atónitos.

El castillo abandonado estaba siendo rodeado por un anillo de fuego de varios metros de altura el cual tan inexplicablemente como apareció se desvaneció dejando tras de si al castillo con todas sus paredes llenas de unos jeroglíficos escritos en sangre. Cuando se acercaron descubrieron que eso no era todo: en el suelo estaba un pentagrama, igualmente escrito en sangre, que poseía por centro al castillo.

El miedo se esparció rápidamente y por eso el líder de la aldea envió un mensajero a Konoha para pedir ayuda. A su mente solo venían dos posibilidades y ninguna le agradaba: los culpables podían ser los ninjas rencorosos con su señor feudal que pensaban esparcir el miedo por las aldeas, o era una entidad de otra dimensión. Esta no era una situación que debía tomarse a la ligera.


Los primeros rayos del sol comenzaban a salir haciendo lucir a las de por si imponentes puertas de Konoha aun mas impresionantes. Una chica rubia las miraba decidida a cumplir un único objetivo: Venganza. Por tal motivo se decidió a esperar escondida entre unos arboles, lista para atacar a su oponente en cuanto lo viera.

"Ese idiota ni sabrá que lo golpeó. Este será el encuentro final y pienso salir victoriosa" Pensaba con una sarcástica sonrisa dibujada en sus labios. "Es todo o nada…Shikamaru"

Unos minutos mas tarde escuchó un ruido a sus espaldas por lo que se dio la vuelta para descubrir que se trataba de su compañera en esta venganza. Se dedicaron una mirada a modo de saludo y tomaron sus respectivas posiciones, debían ser cuidadosas, después de todo su enemigo no era nada mas ni nada menos que uno de los mejores estrategas de todo el país del fuego.

Las horas pasaban sin que pudieran ver rastro de él. Con la excepción de un joven que había entrado corriendo, la mañana había trascurrido con mucha calma.

– Ya debería estar aquí – Dijo en voz baja una de las rubias – ¿y si nos ha descubierto?

– Ya lo conoces. Debe haberse quedado dormido y no te preocupes por eso que mi plan es a prueba de errores. Esta vez conseguiremos nuestra venganza.

De pronto vieron a su objetivo salir a paso lento por las puertas por lo que rápidamente lo detallaron: No llevaba su uniforme ninja o armas, estaba indefenso.

Lo siguieron por media hora hasta que se detuvo en un claro. Estaban lo suficientemente lejos de la aldea para poder atacar y huir antes de que se enteraran los guardias de la puerta por lo que solo debían esperan a que, como siempre, se recostará en el pasto para ver a sus adoradas nubes.

Así pasó.

Shikamaru se tumbó en el fresco pasto y sencillamente dejó que el viento le revolviera el cabello, el cual llevaba suelto para poder disfrutar al máximo ese día. Cerró los ojos por un segundo y respiró hondamente ese aire tan puro que lo llenaba de una paz que solo él era capas de entender.

– Es ahora o nunca– dijo una de las chicas– no falles.

– No te preocupes, todo acabara pronto.

La chica se movió un poco para quedar en una mejor posición para atacar. Ese movimiento hizo que la rama donde estaba oculta crujiera bajo su peso. El ruido no pasó inadvertido para Shikamaru que inmediatamente despertó y buscó con la mirada el origen del sonido. Como no se repitió se relajó un poco, pero en ese momento una lluvia de kunais lo obligó a saltar hacia los arboles.

– ¿Quién eres? – Gritó.

No obtuvo respuesta. Un ráfaga de aire empezó a soplar con fuerza haciendo que las hojas de los arboles salieran volando junto con su cuerpo. Cuando cayó se encontró con una rubia enmascarada que empezó a lanzarle kunais. Él intentaba esquivarlos sin poder evitar que varios lo cortaran. Harto de esa situación decidió que era el momento de contraatacar, pero antes de que pudiera reaccionar una segunda enmascarada apareció a sus espaldas con algo en sus manos. Una cubeta de pintura.

– ¡VENGANZA!– Gritaron al unisonó las mujeres mientras que la que tenía la cubeta bañara a Shikamaru en pintura color rosado.

Las chicas se quitaron las mascaras para que él supiera la identidad de las que propiciaron tan inusual ataque. Se trataban de Ino y Temari. Ellas sonrieron maliciosamente mientras caminaban alrededor de Shikamaru.

– ¡Temari! Te quedó muy bien esta "redecoración" – Dijo Ino sin disimular su risa.

– Gracias Ino. Solo es cuestión de elegir el color adecuado. El resto se hace prácticamente solo – Respondió Temari con una mano en la cintura y la otra sosteniendo la cubeta de pintura vacía mirando a su victima de forma altanera. El enojo de Shikamaru era evidente y estaba dirigido hacía ella insinuando que todo había sido idea suya, lo cual era una acertada suposición.

– El rosado es perfecto.

– Lo se. Aunque creó que falta algo. – Eso último lo agregó dejando la cubeta en el suelo y llevándose una mano al rostro en una falsa actitud pensativa.

– Pienso igual, pero ¿qué será?... ¡Ya lo sé!

En ese instante Shikamaru sintió un fuerte golpe en la espalda que lo obligó a arrodillarse. Ino lo había golpeado sin que se hubiera dado cuenta y aprovechó el momento para darle un sedante que lo dejó profundamente dormido. Cuando despertó observó, no solo vio a Ino y Temari, sino también a Naruto, Chouji, Kiba, y Sakura riéndose de manera incontrolable. No entendía nada.

Chouji en ese momento le pasó un espejo para que pudiera ver su rostro: Tenía dos coletas atadas por enormes listones rojos, delineador de ojos violeta, enormes aretes en forma de mariposa, los labios pintados de color rojo, rubor en las mejillas por no mencionar la pintura rosada.

Se puso rojo de la ira y antes de que pudiera decir algo Temari comento en voz alta:

– Esta es tu paga por la humillación que nos hiciste a Ino, y a mi arrojándonos pasteles.

– Eso fue un accidente – Dijo Shikamaru sin poder creer que fueran capaces de algo como eso por una razón tan ridícula.

– Ahórrate tus excusas que sabemos que lo hiciste intencionalmente.

Shikamaru estaba tan molesto que no sentía ganas de explicarles que lo que había ocurrido fue que su madre le había encargado comprar 12 pasteles de dos pisos y quería que se los llevara en 10 minutos cuando la pastelería estaba a 15 minutos de camino. Por eso los tomó todos de una vez y se fue saltando por los tejados, pero a mitad de camino tropezó y casualmente estaban ellas abajo. De lo único que era culpable era de haberse reído ante esa escena.

Chouji sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo tendió a Shikamaru para que se limpiara, a lo cual él simplemente ignoró el gesto y caminó hacia el rio que se encontraba detrás de sus "amigos". Se quitó el maquillaje, las coletas y la pintura. El único resto que quedaba de esa broma tan pesada era la pintura en su ropa.

Fue en ese momento que Sai llegó en ese momento sin entender de qué se estaban riendo.

– Shikamaru ¿Qué te pasó?

– Nada– Respondió secamente intentando no estallar de ira con la única persona en ese lugar que no se había burlado de él.

– Sai te tardaste, las chicas ya hicieron su jugada – dijo Naruto–. ¡Hubieras visto como quedó!

"¿Dijo que se tardó? Así que él también estaba involucrado" Pensó Shikamaru dedicándole una mirada de odio a Sai, la cual no paso inadvertida para él por lo que dijo el mensaje que lo había retrasado.

– La Hokage me mandó a llamar. Nos quiere a todos nosotros en su despacho de forma inmediata. También me pidió que avisara a Shino y a Hinata. Ellos ya deben a ver llegado. Lo mejor será partir ahora.

Una vez terminó de hablar todos se disponían a partir cuando notaron que Shikamaru no los seguía. En lugar de ello parecía dirigirse a una dirección distinta.

– La Hokage también quiere hablar contigo– dijo Sakura con ambas manos en la cintura y el ceño levemente fruncido mientras se interponía en su camino.

– Pues que se espere a que me cambie de ropa. – Respondió Shikamaru todavía alterado por los recientes eventos.

– Eso si que no. Vendrás ahora. Piénsalo, somos mas que tu y estamos dispuestos a llevarte a la fuerza si es necesario.

Shikamaru respiro profundo. Su humillación reincarnada en color rosa parecía que se prolongaría por más tiempo.