¡Hola!

Esta era una adaptación de Vocaloid a un drabble. Pero al corregirlo se hizo más largo, así que se convirtió en una pequeña viñeta.

Espero que les guste, intenté profundizar un poco más en la historia para que conocieran a nuestra pequeña personaje. Les agradezco de ante mano sus comentarios y tiempo de leer esta entrega.

Declaración: Las PPG no me pertenecen (Si fuera así habría muchísimas historias distintas que contar.), le pertenecen a Cartoon Network y a Craig McCracken. Las utilizo sin fines de lucro, mero entretenimiento.

Advertencias: Universo Alterno, Out of Character, Adaptación de Vocaloid.

Toeto

Sus ojos rosas escudriñaban con impaciencia el parque. Estaba escondida, como siempre, detrás del tronco de un árbol viejo, dejando que el suave viento desaliñara sus rojos cabellos y su corto vestido rosa; solo protegía de la brisa su gorro blanco con pequeñas orejas de gato, el único recuerdo que podía llevar con ella de sus padres.

Los niños jugando delante de ella a la pelota le daban envidia. Quería jugar con ellos, pero nunca se acercaba. Prefería quedarse allí, viendo desde la distancia cómo se dedicaban a patear el balón para anotar gol. Los conocía bien, eran sus compañeros de clase. Todos tenían 12 años, como ella, pero era donde se terminaban las semejanzas.

Era triste vivir como ella. No tenía a sus padres, en la escuela no hablaba con nadie, no tenía ningún amigo y todos la llamaban Toeto, debido a su sobresaliente timidez. Y lo único que podía hacer era imaginarse cómo sería la vida si sus padres no se hubieran marchado tan repentinamente.

En eso cavilaba mientras un balón perdido chocó contra su rostro, enviándola de espaldas al suelo. Escuchó risas incluso antes de que se pusiera en pie y supo que de no ser por el golpe estaría más roja que un tomate.

− ¡Hey! ¡Toeto! ¡Cuidado donde pones tu cara! – La voz de uno de sus compañeros la hirió profundamente. No distinguió quien era, pero se lo imaginaba: Butch, el mediano de los hermanos Him y el primero en burlarse de ella. Sintió las lágrimas acumularse en sus ojos y un nudo atarse en su garganta.

− ¡M-Mi nombre no es Toeto, es Blossom!− Exclamó, tomando valor de donde no tenía, pero su voz salió como un hilillo, cortado por las risas de los muchachos que comenzaban a rodearla. Las lágrimas comenzaron a recorrer las ya ensayadas líneas en sus mejillas, pero una mano en su hombro llamó su atención.

Levantó su mirada, nublada por las lágrimas, y se encontró con los ojos escarlatas que a diario le quitaban el sueño. Él le tendió su gorro, dedicándole una suave sonrisa y ella se lo puso de inmediato.

− Ambos son bellos, Blossom.− Murmuró, hablando con esa voz suave que solo le dedicaba a ella. Le dio una mirada prolongada y limpió el rastro de las lágrimas con sus pulgares. Asintió ligeramente con la cabeza y se volvió hacia el resto de los muchachos. – Butch, ¿podrías callarte por un momento? – A pesar de ser una pregunta, su entonación pareció más una orden.

Se volvió a ella y le tendió una mano para ayudarla a ponerse en pie. Le sonrió e hizo su mejor esfuerzo en corresponderle pero él no se detuvo a mirarla lo suficiente, en su lugar encaró a su hermano menor, con esa mirada que solo le daba cuando estaba realmente molesto.

− ¿Por qué siempre la tienes que molestar, eh? ¿Qué te ha hecho? – Cuestionó, verdaderamente enojado. – Me gustaría que intentaras ponerte en sus zapatos alguna vez. Tú no la conoces. Blossom no se mete contigo ni con tus amigos. Nadie de ustedes… − Dijo, señalando a todos los que estaban alrededor del moreno. −… sabe cómo es estar en su situación. Más les vale que dejen de meterse con ella, porque será lo mismo que meterse conmigo.

Y dio gracias de que el balón le hubiera golpeado en la cara, porque así no tendría que preocuparse por esconder su rostro enrojecido por la vergüenza. Sintió mariposas en el estómago y una incomodidad que naturalmente se instalaba en ella cuando estaba cerca de él: Brick Him, su amor secreto, todo un caballero.

Todos los que estaban alrededor se fueron como llegaron, entre murmullos y frases a regañadientes. Nadie se atrevió a decir nada más, pues todos sabían de lo que él era capaz. Los dejaron solos y ella comenzó a sentir su corazón querer salirse por su garganta.

− ¿Estás bien? – Preguntó, girándose hacia ella y acercándose más que nunca, para examinar el golpe en su rostro.

− Etto… etto… − Creyó que su nerviosismo era casi palpable, pero no podía permitirlo, tenía que deshacerse de una vez por todas de la chica tímida que se había apoderado de su ser. Tragó saliva espesa y asintió ligeramente con la cabeza, hablando entrecortadamente. – G… gracias.

− ¿Por qué?

− Por lo que les dijiste a ellos. – Musitó, tan bajo que dudó que lo llegara a escuchar, pero él negó con la cabeza suavemente.

− No tienes que agradecer. Ya me habían cansado. – Le habló casi tan bajo como ella y una tenue sonrisa se dibujó en su rostro. Él posó una de sus manos en la mejilla de ella y una extraña calidez llenó cada uno de los poros de su cuerpo, sintiendo casi la necesidad de acercarse más. – Además, nadie se mete con mi chica.

Y con aquella declaración, plantó un suave y casi imperceptible beso en los labios de la pelirroja. Una pequeña bomba estalló dentro de ella con aquel contacto. Sintió su cara arder mucho más de lo que ya lo hacía pero antes de que pudiera reaccionar, él ya se había separado.

− Te quiero, Toeto. – Murmuró, llevando su mano hacia el gorro de gato, acariciándolo levemente. Antes de que ella pudiera decir nada, él ya se había encaminado hacia el parque nuevamente. Sintió una sonrisa surcar sus labios, así también como algo más en su corazón acelerado. Miles de cosas pasaron por su cabeza pero antes de poder decir algo él ya había desaparecido entre los árboles. Llevó su mano a su pecho para intentar aplacar su corazón y soltó un suspiro involuntario.

Algún día le contestaría. En otro momento, cuando se volviese a armar de valor, le correspondería un beso, le diría lo mucho que sueña con él, los cambios que presenta su cuerpo cuando él se acerca, todas las cosas que le quisiera contar. Pero, mientras tanto, se quedaría así: Con un dulce sabor en los labios y siendo sólo para él Toeto.

¡Fin!

Aquí se acaba. Muchas gracias por leerlo.

Si les gustó, comenten y síganme para que se den cuenta de cuando vuelvo a la vida :3

¡Saludos!