Naruto Copyright © Masashi Kishimoto
Advertencia: Ooc, lemon.
Extensión: 1.234 palabras. Último capítulo. Epílogo


Algolagnia.
Capítulo XI.
ddeıSmıle


→Despedida←


Entró en la habitación en silencio disfrutando de la vista que ella le otorgaba.

Su cuerpo fino era cubierto por un pequeño vestido blanco de tirantes mientras su cabello caía grácilmente por sus hombros. Notó su presencia y se volteó, Gaara se contrajo ante el sutil dolor que se veía en sus pupilas, no quería que ella sufriera.

—Gaara —suspiró.

Él se paró en seco y la detalló, había asistido a la ceremonia porque deseaba recordar su belleza, deseaba ser un apoyo entre la multitud mientras era ascendida al liderazgo de su clan. Un año había pasado y ella no había perdido hermosura ni delicadeza, sus manos mostraban una que otras cortaduras y estaba seguro que su cuerpo en general también, ella había dado todo por esto al igual que él por Suna.

Ahora la entendía. Ella también tenía responsabilidades y él sólo había sido egoísta.

—No intenté asesinarte —habló con un tono cargado de desesperación.

—Lo sé —le respondió tranquilamente.

Lo había averiguado, un espía del sonido había atentado contra su vida y aunque deseó escribirle, viajar hasta Konoha y estrecharla entre sus brazos no pudo; la había violado y ella aún así no lo odiaba, eso le carcomía el alma.

Hinata se levantó de la cama y tras rodearla caminó hasta él moviendo sus manos con una insistencia nerviosa. Él atracó todo el aire que pudo reprimiéndose a retroceder.

—¿Aún me quieres? —soltó ella. La pregunta le tomó por sorpresa.

—¿Lo dudas? —respondió en tono ronco. Observó la mano derecha de Hinata, notando el anillo—. Lo tienes puesto.

—Así saben de mi compromiso —tartamudeó.

Él afiló su mirada.

—No debiste decir eso —murmuró avanzando para estrecharla en sus brazos—, ahora no podré controlarme.

Y la besó.

El contacto se transformó con velocidad en uno necesitado, Hinata correspondió enredando sus brazos en su cuello, la sensación era exquisita, había necesitado de ése beso más que nada, sentir que él la protegería. Jadeó al sentir la cama en su espalda pero aunque lo dudó envolvió su cadera entre sus piernas mientras él le robaba todo el sentido con su lengua juguetona.

Sus manos se movieron con cuidado hasta acariciar sus rodillas, afianzando más el agarre para terminar de acomodarse en la cama. Sus respiraciones aumentaban a medida que el contacto se profundizaba, intentando saborear cada parte como si fuera un puro instinto que les obligaba a comerse.

El peso sobre ella que ejercía el delicioso cuerpo del mayor era enloquecedor, su centro suplicaba por atención y en un movimiento carente de pudor se restregó contra él, Gaara respiró entre el beso con profundidad y después dejó escapar todo ese aire en su boca.

Hinata jadeó mientras él colaba su mano derecha bajo su espalda, la alzó para retirarle el vestido acariciando su piel al mismo tiempo, Hinata no aguantó y lo quitó con impaciencia ganándose una sonrisa sarcástica de su parte.

Ella se sonrojó y llevó sus manos hasta atrás, siguiendo la costura del delicado brasier. Al soltarlo Gaara quedó estático admirando su pecho, concentrándose en la sensualidad que envolvía el ambiente; lo estaba tentando y él caería sin dudarlo.

Se inclinó sobre ella acorralándola, retándola con sus ojos aguamarinas y sin esperar más besó sus labios, bajó por su cuello mordiendo y lamiendo, dejando varias marcas que terminaron en sus senos. Hinata jadeó y arqueó su espalda al sentirlo succionando su piel. Dejó de abarcar toda la piel y se concentró en sus pezones, lamiándolos y masajeándolos con sus dientes en una danza desquiciante.

Sus dedos bajaron rozando el abdomen de Hinata y llegaron hasta la ropa interior, deslizándose con sumo cuidado. Hinata gimió su nombre mientras él jugueteaba entre sus labios inferiores.

Introdujo un dedo en ella disfrutando del creciente calor que se formaba entre ellos.

—Gaara —gimió—. Desvístete.

—¿Estás segura de eso? —murmuró mientras aumentaba la presión en su entrada—, yo no quiero abandonar éste lugar —lamió su mejilla mientras movía su mano introduciendo y sacando su dedo, presionándole con la palma en el clítoris—. Estás caliente y dura.

Aquello la desquició, se aferró con fuerza a él suplicando por más y él cumplió, complaciéndola, llevándola hasta el primer orgasmo.

Deslizó su dedo fuera para luego retirarle la pequeña prenda que la cubría. La abrió de piernas comenzando a admirar como se humedecía mientras retiraba sus ropas.

La Hyûga se sentía cohibida, más no retrocedería y cerraría sus piernas con pudor en un momento así. Se concentró en recuperar el aliento y al conseguirlo Gaara ya estaba sobre ella totalmente desnudo. Besó su cuello mientras acariciaba los costados de su cuerpo, siguiendo la deliciosa curvatura que tenía, el calor se transformó en desenfrenado deseo y el sudor se convirtió en su única cobija mientras ambos se arañaban y besaban con pasión.

—No resisto —bisbisó—, por favor… Gaara —suspiró.

—Lo siento —habló él penetrándola lentamente. Hinata se estremeció e inconscientemente se abrió más para él—, lamento haberte lastimado.

Hinata sintió que el alma se le partía en miles de pedazos, el dolor y el placer se combinó mientras su voz ronca resonaba demasiado lejana, deseó hablarle y decirle que le perdonaba pero su garganta ardía y no concretaba nada, sólo podía llamarlo deseando que se moviera. Buscó sus labios y los besó mientras él comenzaba un vaivén acelerado. Desquiciantemente sensual al dejar escapar sus roncos gemidos en su cuello y boca.

Todo él la embriagaba, su pecho rosándose con el propio, su pene entrando y saliendo continuamente mientras sus manos la acariciaban en la extensión, su espalda ancha contraída debido al placer. Dios, todo era demasiado para su ser.

Gaara besó su muñeca comenzando a moverse más lento. Hinata jadeó desesperada por más.

—…Gaara —suplicó. Él la besó con pasión.

Las manos de Hinata recorrieron sus hombros y espalda, mientras sus piernas lo empujaban a que entrara más, disfrutando de su cuerpo sensualmente masculino.

Él dio un golpe certero y profundo que la arqueó de placer. Se separó para colocar sus piernas delicadas y femeninas en lo alto de sus hombros y se inclinó apoyando su peso en las palmas de las manos. Sus ojos se encontraron mientras él comenzaba a moverse con fuerza, rapidez, entrando y saliendo como si su vida dependiera de ese constante movimiento y así era. Él necesitaba de ésa piel albina para sobrevivir, la necesitaba por sobre todas las cosas.

Hinata gritó arqueándose y aquél espectáculo excitó aún más al mayor quien cerró sus ojos concentrándose en el orgasmo que se cernía alrededor de su pene, ahorcándolo de una forma placentera, contrayéndose y expandiéndose mientras lo humedecía aún más.

No pudo resistirse. Sus músculos se tensaron al máximo mientras aumentaba más los movimientos haciendo a Hinata morderse el labio inferior ante la estimulación y alcanzó el final, acabando dentro de ella.

Siseó complacido mientras se dejaba caer a un lado de la peliazul.

—¿Gaara, me amas? —bisbisó

Él ladeó su rostro mientras la envolvía en un abrazo cálido y dulce.

—Más que a nada.

La volvió a besar arrullándola entre caricias y besos fugaces hasta que se durmió. Con parsimonia sin dejar de observarla se vistió. Inclinó parte de su cuerpo hasta darle otro beso.

—Nos veremos pronto —tomó su mano y besó el anillo.


—Al final, de algún modo ella aceptó, ¿verdad? —jugueteó Temari.

Gaara cerró sus ojos oprimiendo la creciente necesidad de esbozar una sonrisa.

—Algo así.


Epílogo


(Aquí)

Bien, ahora si llegamos al final. Éste epílogo fue más que todo para dejarles un lemon que no presentara agresiones morales ni físicas. Amor, amor, amor. No es en sí un final feliz pero si uno pasable en donde ambos saben los sentimientos entre sí. Sin duda no es el mejor lemon que he hecho. Creo que… no lo sé~ tenía demasiado sin escribir uno, supongo, y es que llegué a sentirme azorada, me ruboricé escribiendo algunas escenas algo que no me debería pasar —tch—.

En fin, (poison girl 29), te deje un final casi feliz-perfecto:D, (shiatsuki-chan), gracias amiga por todo tú apoyo, como siempre me acompañas hasta el final, muchos besos y abrazosx3.