Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto.

Nota importante: La historia es original de Yukima Sensei, quien me permitió continuarla y por ahora la estoy re editando. Espero que sea de su agrado, tanto de ella como de sus lectores.

Se aceptan puntos de vista y consejos para mejorar esta preciosa historia.

Gracias...

Prologo

Era una mañana fría de diciembre, una joven castaña divagaba en sus propios pensamientos. Acaricio con cariño su abultado vientre, esperaba que su bebé naciera por esas fechas. Las calles desiertas de la ciudad daban un aspecto triste a primera vista y ella había pasado la peor navidad de su vida, sumida en la soledad. Sin darse cuenta comenzó a llorar, pero inmediatamente reparo en algo más.

"¡Oh! Dios mío… ¡Se me rompió la fuente!"

-¡Taxi!- Ella hizo la parada y subió rápidamente.

-¿A donde Señora?- Pregunto el hombre.

-De… De prisa, al hospital… Voy a tener a mi bebé…- Las contracciones la tomaron de improviso y el hombre se puso nervioso.

-¡Si! Sujétese…- Arranco el auto pero ya había demasiado tráfico.

-Creo que ya no hay tiempo… ¡Ya va a nacer!- Dijo la joven con la respiración entrecortada. El taxista se estaciono en un callejón y se dispuso a atender el parto.

No sabía qué hacer, la verdad nunca se había hecho cargo de algo tan difícil como eso.

-Todo va a estar bien… Tranquila, puje, puje…- Le alentaba el joven.

-Di-dígame… E- Esta es la primera vez que… Que atiende… ¿Un parto?- El solo se limito a sonreír. Demás esta decir que había visto que su vecina se había encargado de unos cuantos, pero de ahí a que el atendiera uno, estaba más que lejos de su imaginación.

-Ya ve-veo… - Ella continuo en la labor. De repente un llanto le hizo abrir desmesuradamente los ojos. La mujer dio un profundo suspiro y sonrió, mientras unas gruesas lágrimas de felicidad, rodaban por sus mejillas.

-¡Es una niña!- Dijo él, cubriendo a la bebé con su chaqueta.

-¡Quiero verla!- Ella alzo los brazos esperando recibir a su nena. Unos hermosos ojos blancos como las perlas adornaban su carita blanca como la nieve. Tenía muy poco cabello, pero al parecer era negro con destellos azulados.

-Hinata…- La joven menciono su nombre con alegría. "Eres tan hermosa, como él…"

Capitulo I

Cuatro años después…

"Buenos días ciudadanos de Tokio, son las siete de la mañana con diez minutos. A todos aquellos que se quedaron dormidos, les aconsejo que se despierten en este instante y nada más que con "Caballo Dorado" Y el superéxito: "No rompas más mi pobre corazón."

-¡ITACHI! ¡MALDITO, NO ME HAS DESPERTADO!- Un rubio en bóxer gritaba histérico mientras arrojaba las sabanas de su cama al suelo.

-Oye, te hable más de tres veces y como no me respondiste, te di por muerto…- Dijo un pelinegro con sobrada ironía, asomándose por la puerta.

-¿Que me diste por muerto? ¿Tu? ¡Imbécil!- Él se acercó amenazadoramente hacia el joven.

-Naruto, deja de pelear y arréglate, se nos hará tarde y aun no hemos desayunado…- Dijo un tercero, que al parecer tenia la misma edad que el de los ojos azules.

-¡Teme, tu tampoco te tomaste la molestia de avisarme!- Menciono herido en su orgullo.

-¡Hmp! ¡No soy tu niñera!- Sasuke estaba de malas.

-Amargado…- Dijo en un susurro apenas audible. -Vale, me apresurare…- Se dio media vuelta y camino hacia el baño, tal vez una ducha con agua fría le bajaría el coraje que le hicieron pasar sus hermanos.

Se tomaron su tiempo para desayunar y platicar antes de irse a realizar sus respectivas diligencias.

-Sasuke, he oído que te han ofrecido una beca en el extranjero. ¿La aceptaras?- Itachi estaba interesado en el futuro de su hermano.

-No…- Respondió tajantemente.

-Pero es tu oportunidad… Podrías estudiar…- El no término porque fue interrumpido.

-¡Ya te dije que no!- Sasuke lo miro seriamente.

-¡Vale! Está bien…- Itachi suspiro cansado, era cierto que cuando Sasuke decía "No", era un "No" rotundo, así que desistió de seguir preguntando, por el momento.

-Deberías hacerlo Teme, tienes mucho talento para el piano, pero bueno, eres un amargado… Así que no lo harás, ¿me equivoco?- El rubio aparto la vista del joven que lo miraba molesto y la dirigió hacia la televisión de la sala, que estaba encendida.

-¡Hmp! – Pareciera que con esas palabras le hubiera dicho: "No, no te equivocas."

Ellos continuaron comiendo sin mediar palabra alguna. Solo el ruido de los cubiertos rompía el silencio de vez en cuando.

-Naruto, encontré esto en tu habitación- Le dijo Itachi mientras le mostraba una boleta de calificaciones. En ella estaban puros cincos marcados con rojo.

-¡Ay! Eso es privado Itachi. Deberías respetar las cosas personales de los demás…- Dijo con temblor en su voz.

De pronto el timbre de la casa sonó. El joven suspiro aliviado, lo había salvado la campana.

-¡Zafo!- Dijo inmediatamente.

-¡Zafo!- Le siguió el pelinegro menor.

Naruto y Sasuke le habían ganado la partida, ya se las cobraría después.

-Ya voy…- Suspiro con desgano, dirigiéndose a la puerta.

Lentamente la abrió.

-Buenos días... ¿En que le puedo ayudar?- Se le hizo extraño que no hubiera nadie allí, se molesto.

"¡Malditos chiquillos!" Pensó que probablemente eran los hijos de sus vecinos, haciendo sus travesuras de costumbre. Miro a ambos lados del pasillo.

No había nadie.

Bufo molesto y cerró la puerta de golpe. Al pasar por la sala, vio que una niña estaba sentada en uno de los sillones. El pasó y la vio como si nada.

-¡Hola niña!- Saludo y continuo andando hacia el comedor. El de súbito volteo y la quijada le cayo al suelo, casi a punto estuvo de sufrir un infarto al creer que se trataba de un fantasma.

-¡Ho-hola!- Dijo ella sonriendo.

-¿Quien eres tu? ¿Como entraste aquí?- Él se quedo viéndola, sin creerse la visión.

-¡Puerta!- Le contesto mientras señalaba a la entrada. Se había colado hacia el interior del departamento mientras que Itachi buscaba a los causantes de la "broma". Tímidamente le extendió un sobre y él se apresuró a tomarlo en las manos para leer su contenido.

La carta decía así:

"Muchachos:

Sé que lo que voy a pedirles les será imposible de creer, pero se los suplico, piénselo...

La pequeña que esta frente a ustedes es mi hija, Hinata. Al parecer, me han detectado una extraña enfermedad y solo me quedan unos cuantos días de vida.

No deseo que ella se quede sola en el mundo...

Recurrí a su ayuda, pues no se quien podría ser el padre… ¿Recuerdan la fiesta de Temari? ¿Que amanecimos en una posición un tanto extraña? De ese "idilio" resulte embarazada... Han pasado cuatro largos años y sé que no hay excusa.

También sé que lo primero que trataran de hacer es una prueba de ADN... Pero seria una perdida de tiempo y dinero, pues ella heredo mi enfermedad y su sangre esta alterada, por lo cual, eso no serviría de nada para descubrir a quien corresponde la paternidad. Por favor cuiden de ella, protéjanla y perdónenme. Naruto, Sasuke, Itachi... ¡Les deseo lo mejor!

Tenten."

Al terminar de leer, dejo caer la hoja de papel al suelo. Miro a la niña con ternura, ella podría ser su hija, de él y de la mujer que más había amado en la vida. Él se acercó y abrazo a la hermosa niña. "La cuidare Tenten... La cuidare..." Se repetía mentalmente.

-¿Que es esto?- Preguntaron un rubio y un pelinegro al unísono, pues al ver que se tardaba el mayor en regresar, se preocuparon por él. Ellos observaron detenidamente a Itachi y después dirigieron su vista a la chiquilla.

-¡Maldito PEDOFILO!- El rubio golpeo al muchacho y le arrebato a la niña. -¡Tranquila! Yo te protegeré!- La niña reía a causa de la actitud de aquellos varones.

-¡Devuélveme a mi pequeña!- Grito el mayor muy molesto por la actitud de su hermano.

-Itachi, sabía yo que eras un desquiciado, ¿pero esto? ¡Pervertido! ¡Pedófilo!- El siguió insultándolo.

-Dofilo... Pe... ¿Pedófilo?- Ella rio, al parecer se divertía de lo lindo.

-Ya veo...- Menciono Sasuke. -Hinata...- La niña volteo al escuchar su nombre. -¿Sabes llegar a tu casa?- Pregunto el moreno.

-¡Sasuke! No pensaras que...- Dijo Naruto, un tanto sorprendido, dejando a Hinata en el sofá.

-¡No! Ninguno de nosotros ni siquiera va a pensar en quedársela. Tenten ha de creer que somos tan estúpidos para tragarnos semejante cuento... Además, ¿que se esta creyendo? ¿Que va a venir cuando quiera y pedirnos nuestra ayuda? Eso solo lo hace una inte...-El ya no pudo continuar, pues Itachi le había dado un puñetazo en el rostro.

-¡Imbécil! ¿Crees que ella jugaría con algo tan serio como esto? Además, yo ya tome mi decisión, me quedare con ella sea o no mi hija.- Dijo terminantemente.

-¡Hmp! Eres un idiota, me das vergüenza. Humillarte por una mujer que te dejo a la primera oportunidad... ¡Yo me largo!- Sasuke se dio media vuelta y se alejó de allí.

-Sasuke...- El rubio miro a su hermano que arrojaba la carta hecha bolita al suelo. Curioso la levanto y lentamente comenzó a desarrugarla para evitar romperla. Cuando lo hubo hecho comenzó a leerla. Sus ojos brillaron y una sonrisa se dibujo en sus labios.

-¡Es mía!- Naruto dijo con voz firme.

-¿Que dices?- Cuestiono el mayor de ellos tres.

-¡Es mi hija!- Corrió y la alzo por los aires.

Hinata reía felizmente.

-¡Tarado! ¡Suelta a MI hija!- Itachi trato de quitársela y comenzaron a pelear por la niña.

Desde la puerta de la cocina, Sasuke miraba la escena con un deje de tristeza. Las lágrimas que derramaba le nublaron la vista, mientras un pensamiento le cruzo la mente.

"Una hija de Tenten y posiblemente...mía"

En una habitación se encontraban los tres jóvenes frente a la pequeña niña de cuatro años, quien los veía con sus ojitos aperlados muy abiertos y presta a escuchar la historia que le iba a contar el mayor de ellos.

-"En un hermoso Reino, hace muchos, muchos, muchos años… Siglos, décadas, milenios…- Comenzó el pelinegro y el rubio casi se arrancaba el cabello de la desesperación.

-¡Joder! Itachi solo tienes que leerle el cuento…- Dijo tratando de arrebatarle el libro de Química Cuántica, que en ese momento se había convertido en un improvisado "Libro de Historias Infantiles".

-Vale, ya lo sé…- El joven volvió acomodarse en el sillón. El continuo luego de verificar que no sería interrumpido por ninguno de sus dos hermanos menores.

-En un Reino alejado de la sociedad, vivía un Príncipe, al que todos conocían como: "El Príncipe Hielito", pero ese no era su verdadero nombre… - El moreno no pudo evitar reír ante lo que se le acababa de venir a la mente.

-¿De que te ríes, tarado?- Pregunto el ojiazul cruzándose de brazos, mientras que el otro bufaba molesto, de seguro ya se le había ocurrido una de sus locas ideas.

-Este Príncipe Hielito, era un gruñón y su pueblo temblaba cuando amanecía un nuevo día, pues siempre estaba de mal humor, su nombre era Sasuke. Él estaba casado con una hermosa Princesa de ojos azules y cabellos rubios. Su amplia sonrisa iluminaba todo el Reino y por eso se le llamaba "Princesa Solecito". Su nombre era Naruto… - Itachi no midió sus palabras y sus hermanos le lanzaron unas miradas asesinas.

-¡Maldito! ¡Yo te castro! – El rubio comenzó a corretear al mayor por todo el departamento rompiendo cosas en el acto, sin reparar en que el tercer joven se había llevado a la niña a su habitación.

-¡Tranquila! Itachi y Naruto son un par de dementes por naturaleza.- La dejo en la cama y él se sentó a su lado. Un ruido se escucho desde la sala y el rubio comenzó a gritar desesperadamente.

-¡Mi Nintendo Wii! ¡Pagaras caro, Itachi!- Grito el hiperactivo muchacho, mientras continuaba la persecución.

-¡Fue un accidente! Además, ¿quien te manda arrojármelo?- Le respondió el otro.

Continuaron haciendo destrozos, pero Sasuke y la pequeña no le dieron importancia al asunto.

-Cuento… Me puedes leed e cuento, ¿Pincipe Hielitop?- Pregunto ella con una tierna sonrisa, haciendo que el chico se sonrojara.

En ese momento habían ingresado los otros dos jóvenes a la recamara y habían escuchado como le había llamado la pequeña a su hermano; no pudiendo contener las carcajadas.

-¡Pri-principe Hielito!- Dijo el pelinegro mayor, mientras se retorcía de la risa. En cuanto a Sasuke, tenía el ceño fruncido y se limito a salir del lugar.

-¡Vale, vale! Al parecer el "Príncipe Hielito" se ha molestado… ¿Quieres que termine de leerte el cuento?- Se dirigió a la pequeña niña, recogiendo el libro que yacía en el suelo, porque su hermano lo había arrojado antes de irse.

-¡Si!- Respondió ella alegremente, a lo que él solo se limito a sonreír.

-¡Bien! Lejos de allí, se encontraba un Príncipe apuesto, fuerte, inteligente, en fin… ¡Todo un Adonis! Su nombre era Itachi.- Comenzó el relato, haciendo énfasis en las maravillosas y extraordinarias características de su personaje.

-¿Mapachi?- Pregunto un tanto sorprendida.

-¿MAPACHI?... ¡Y tu burlándote de Sasuke!- Dijo Naruto riéndose de su hermano mayor.

-Pincipe Cholesitop, no…- La chiquilla lo miraba con un deje de molestia.

-¿Decías?- Pregunto Itachi mientras soltaba una sonora carcajada.

-¡Maldito!- Naruto entrecerró los ojos e hizo una mueca de disgusto, alzando su puño amenazadoramente en contra de Itachi.

Detrás de la puerta, Sasuke esbozo una ligera sonrisa. La verdad, ninguno de ellos se esperaba algo como esto.

Continuara...

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