_Shiki, déjame dormir un poco mas, por favor.-le dije. El había entrado en mi habitación, subido a mi cama y comenzado a besar mi cuello.
_Es hora de despertar, vas a llegar tarde a clases.-dijo mientras seguía besando mi nuca.
_Si seguimos así los dos vamos a llegar tarde-le dije sonriendo.
_Eso te pasa por provocarme-me dijo.
_ ¿Con que yo te provoque? Si tu eres el que entro a mi habitación mientras dormía y se tiro encima mió.-le dije.
_No me resistí, estabas en la cama, en ropa interior de encaje, tu empezaste si nos ponemos a sacar cuentas.-dijo, comenzando a besarme en los labios profundamente. Estuvimos así unos cinco minutos, entre gemidos y gemidos, hasta que el empezó a sacarse su camisa. Se me ocurrió una venganza por haberme despertado.
_Vamos a llegar tarde-le dije. El hizo como si nada y continúo besándome.
_Shiki, detente, tengo que cambiarme.-dije. El se detuvo y me dio una cara de berrinche.
_Pero wima.-dijo. No me decía wima desde los siete años, ya que le costaba pronunciar la r.
_Vamos a seguir después de clases ¿si?-le dije, el solo soltó un gruñido enojado y se bajo de la cama, colocándose su camisa nuevamente.
_¿Después de clases?-pregunto ilusionado.
_Si, ahora vete al salón, voy a cambiarme-dije suspirando.
_Conste que lo prometiste-dijo, me dio un beso en los labios y se marcho.
_Usa la ropa interior azul, es mi favorita-grito desde afuera. Me quede roja de la vergüenza, espero que nadie haya oído eso.