Capítulo IV

Confianza.

Los personajes pertenecen a S.M, la historia es de mi autoría.

Observe más tiempo del necesario a la nueva enfermera, se encontraba ruborizaba y rehuía la mirada de Edward lo que significaba que la estaba deslumbrando. Parecía ser un poco tonta y esa pequeño defecto sería de mucha ventaja para mis planes.

-Un gusto Leah mi nombres es Isabella-hice una pausa mostrando una sonrisa radiante.-Pero prefiero que me llames Bella.

-Nos llevaremos muy bien Bella.-dijo con absoluta confianza.

Tonta. Tal como lo supuse.

-¿Quieres panecillos?. Le ofrecí dos antes que respondiera.

-Gracias.

-No hay de que.

El rostro de Edward parecía un poema pues no imagino que reaccionara de una forma tan extraña.

Estaba segura que desconfiaba de mí y advertiría a Leah, pero eso quería demostrarle a la enfermera lo opuesto de lo que era para él y así poder confundirla.

Pasamos el resto del día instalándonos en nuestras habitaciones. No sé que tanto hacia Leah en la suya pero tenía un escandalo.

Yo por mi parte colgué mis mejores dibujos que contrastaban con el tono de las paredes de mi recámara y la única foto que poseía que valía la pena voltear a mirar con la única persona en quien si estuviera viva podría confiar.

Las semanas pasaron volando y mi relación con Edward cada día se hacia más llevadera ya que él estaba aprendiendo a confiar en mí y viceversa.

Por otra parte cada día que pasaba le tomaba más cariño a Leah, después de todo no era tan tonta como había supuesto, resulto ser agradable, sincera y muy amigable. Era tan soñadora y buena persona que descarte utilizarla. Me causaba risa oírla canturrear cada vez que se acercaban los viernes, pues añoraba los fines de semana, para así poder ver a su amor platónico Jacob, lo relataba tan perfecto que sentía la necesidad de conocerlo.

-Bella. . .-susurro Leah ruborizada.-¿Crees que Edward me permita irme desde hoy?.

-Creo que... La mire sin esperanzas mientras se mordía las uñas.-Claro que sí tontina es una ocasión importante, tu primera cita con Jake ¿No?.

-Con Jacob y con un hombre.

-¡Oh!

-Si lo sé . ¡SOY VIRGEN!, pero no estoy desesperada, para nada, quiero que él sea mi primer hombre.

-¿No has besado nunca?-mi pregunta hizo que por casi se desplomara en el sillón.

Negó con su dedo índice.

-Yo tampoco. La reconforte.

-¿De verdad?

-Sí, no tengo porque mentirte.

-Bueno eres mi consuelo.

Empezamos a reírnos.

El sonido del auto de Edward acabo con nuestras risas y Leah se paro como un resorte.

-Suerte.

-Gracias Bella. Salió a toda prisa de la sala de entretenimiento.

Rebusque entre los discos algo de buena música para relajarme y por unos minutos lo conseguí hasta escuchar los pasos de él dirigiéndose a la salita. No sé como le permitia enloquecer mis emociones.

-Leah me ha pedido un permiso para retirarse antes de tiempo.-informó mientras se pasaba las manos por su cabello con gesto cansado.

-Ajá.

-Veo que se llevan muy bien.-removió sus hombros de atrás hacia adelante, estaba tan tenso.

Lidiar con pacientes con trastornos mentales debía ser épico, quizá lo entendía un poco ya que lidiar conmigo era difícil ni siquiera las personas más cercanas a mí pudieron soportarme.

-Es auténtica y me agrada.

-Me alegro que sea así. ¿Quieres salir a cenar?.

Su pregunta me pillo por sorpresa y caí del sillón produciendo un sonido desagradable. Mi rostro se pinto de rojo intenso por la vergüenza.

-¿Te has hecho daño?- inquirió preocupado ayudándome a reincorporarme.

-Eh. . .No-balbucee. Sólo a mí me pasaban aquellas cosas debía de estar muerto de risa al ver lo estúpida que parecía. A lo mejor fue obvio para él, que era la primera vez que me invitaba a cenar un hombre.

-¿Puedes estar lista a las siete?

-No te he dicho que quiera acompañarte a tan agradable velada-. Sabía de sobra que aborrecía el sarcasmo y hoy estaba de humor para proponerme sacarlo de sus casillas.

-Lo he preguntado por cortesía Bella, pero sabes muy bien que no necesito hacerlo.-se acercó a mí amenazante.-Estoy a cargo de ti.

-Ya no soy ninguna niña-espete enojada por su superioridad. ¡Maldito!. Su aroma me estaba volviendo loca y el calor de su cuerpo tan próximo a mí hacia que me impulsara a tocarlo. Debía mantener el control, no podía dejarme arrastrar por el océano de mis emociones, pues si lo hacia sólo conseguirá ahogarme.

-A las siete.-concluyó saliendo de la salita.

El restaurante con vistas a la gran ciudad se encontraba abarrotado, lleno de parejas de enamorados, familias con niños que corrían alrededor de las mesas, empresarios discutiendo la bolsa de valores, ancianos comparando sus épocas a las nuestras. El lugar tan típico resulto ser de lo más maravilloso.

Nos atendió una señora de rostro amable y sonrisa cómica. Pedimos el plato de la casa el cual fue exquisito, hasta la música era agradable.

Luego de degustar el apetitoso postre, reímos de las ocurrencias de un viejecillo que se encontraba a lado de nuestra mesa compartiendo una romántica cena con su esposa desde hace cincuenta años. Quizá el amor de parejas existía, sólo se necesitaba un poco de suerte para encontrarlo.

-Vamos a caminar un rato-propuso Edward al salir del "Cara Alegre" como se llamaba el restaurante.

Asentí. Tenía años sin sentirme un poco libre, me estaba gustando la salida.

-Aún no sé muchas cosas sobre ti Bella.-adelanto sus pasos y quedo frente a mí haciendo que me detuviera.- A ver-acarició su barbilla con gesto pensativo.-¿Quieres estudiar?.

-Sí, sueño con llegar hacer una reconocida pintora.

-Eso es muy bueno, tus cuadros son hermosos.

-Gracias.

A medida que avanzabamos miraba mis pies, no me atrevía a mirarlo. . .En realidad no quería mirarlo porque me costaba admitir lo mucho que me agradaba su compañía, la necesidad que sentía de contarle mi verdad y porque me comportaba de esta manera. Él se había tallado hondo en mi corazón y ya que no lo podía borrar, tampoco demostraría mis sentimientos.

Las luces que adornaban la preciosa ciudad hoy parecían más vivas que nunca, por lo menos para mí que disfrutaba el silencio renuente de la noche. Habían pasado años sin sentir en mi cuerpo esa paz que me envolvía en esos momentos, la disfrutaba tanto que no quería que la noche acabará jamás.

-Séntemonos aquí-indicó una banca del parque por el que estábamos pasando.

Un grupo de amigos paso delante de nosotros riendo y cantando, iban en parejas y por lo que vi compartian una pura amistad de esas que duran hasta mucho más allá de la muerte.

-¿Por qué te escondes tanto Bella?

-No sé como aprender a confiar en alguien-confesé pasando mis manos por mis pantalones, fruto de los nervios.-Casi todos siempre me han dado la espalda, me han abandonado.-concluí al tiempo que sentía lágrimas inundando mis pupilas, parpadeé desesperada para eliminarlas.

-Hay personas que te queremos con tus defectos y tus virtudes.

-No te entiendo- mi cabeza era un remolino de ideas y sus palabras alteraban mis emociones. Si tan solo fueran ciertas.-¿Qué quieres decir?

-Yo te quiero, eres especial, delicada, cálida, luchadora. Pero también gruñona, amargada y peleona, eres tú Bella y eso te hace única.

-Apenas me conoces.

-Quiero conocerte, quiero ser tu amigo que confíes en mí. Necesitas desahogarte, sacar de adentro eso que no te deja vivir en paz y ser feliz.

Tomo mis manos y les dio un apretón amistoso, lo sentí tan cerca física y emocionalmente. Ya era hora de darme una nueva oportunidad en la vida y abrirle el corazón a alguien con quien tenía todas las probabilidades de sanar, aunque solo fuera un poco.

-¿Quisieras ser mi amiga Bella?

-Sí, después de mucho tiempo quiero aprender a confiar en alguien y estoy segura que esa persona eres tú Edward.

Inclinó su cabeza hasta que nuestras frentes se tocaron, su perfecta nariz rozo la mía con cariño.

-Eres tan hermosa-susurro acariciando mi mejilla.

-Así no Edward.-mi voz sonó rota- Sólo amigos.

-Por ahora Bella...Por ahora sólo amigos-finalizo al tiempo que besaba mi mejilla con cariño causando que me derritiera en sus férreos brazos.

Hola por aquí...Disculpen la demora chicas pero los estudios me traían loca, pero al fin tengo un respiro. Jejeje...

Cree un blog para publicar está historia y otra que prontito subiré. Bueno se preguntarán ¿Por qué en un blog? es porque habrá capítulos de escenas super picantes. Jajaja que depravada soy...Es la verdad al narrarlas son muy fuertes, en está página aparecerán medio censuradas pero en el blog estarán al rojo vivo. ¡Agua que me quemo!

En el siguiente capítulo la historia dará un giro con apariciones de nuevos personajes y grandes acercamientos de nuestros amados protagonistas. Quiero comentarios a ver que tal les está pareciendo la historia.

Las quiero demasiado.

Muchas Gracias por su apoyo.

Besos.

BurBuJInclEA.

La dirección de mi blog: .com/