A/N: Ahmm espero no me maten -.-U perdonen por la actualización tan tardía ha sido un año muy duro para mí... En fin. Por favor no me maten XD

Disfruten!


Renuncia: Negima no me pertenece, todo corresponde a Ken Akamatsu.

Capitulo 4: Batalla

Ya había pasado alrededor de una hora desde que Setsuna había llamado a Konoka y la sonrisa no se había borrado de la cara de la chica de cabello castaño. Estaba tan feliz que todo el recorrido hacia su próxima parada que era nada más y nada menos que Londres (N/A: Se nota que no estuvieron de moda los juegos olímpicos XD) se le pasó muy alegre con su futuro esposo Yorito.

El chico de cabellos rubios fingía ser amable mientras Konoka se la pasaba contándole todo lo que había hablado con su guardaespaldas por teléfono.

"Ni siquiera te imaginas lo que le espera a Sakurazaki Konoka-chan." Yorito sonrió mientras "escuchaba" lo que le estaba diciendo su futura esposa.


Mientras tanto en Kyoto Japón, Sakurazaki Setsuna se disponía a ir a comprar algunas cosas que Sanako le había encargado para preparar el almuerzo.

"¡Ah! Setsuna-san ¿Irás caminando?" preguntó con curiosidad la chica de gafas.

"Si, quiero estirar un poco las piernas." Respondió la espadachín despreocupadamente mientras se ponía la chaqueta negra y se ajustaba perfectamente su corbata.

"Ah, ya veo…" Dijo un poco desanimada la cocinera.

Setsuna lo notó perfectamente y sonrió un poco. "Si quieres acompañarme solo tienes que decírmelo."

Sanako se sonrojó un poco y desvió la mirada. Setsuna la observó con diversión e inmediatamente abrió la puerta principal para que su amiga pasara por delante de ella.

El trayecto por el gran jardín y las afueras de la mansión se tornó en un silencio cómodo para Setsuna pero bastante incomodo para la castaña.

"A-ah emm… ¿así que por fin pudiste hablar con Konoka-sama?" La chica de gafas rompió con un poco de nerviosismo el hielo.

"Si, hablé con ella ayer por la noche." La cara de la espadachín se iluminó al solo escuchar el nombre de su princesa. "Hoy ya debería estar en Londres." Contestó Setsuna sin quitar la vista del su camino.

"Oh ya veo, Me alegro tanto y me gusta ver que estés tan feliz y animada." Exclamó la chica de gafas que sentía mucho dolor por dentro pero al mismo tiempo sentía mucha tranquilidad al ver a la persona que amaba feliz.

Siguieron la caminata platicando animadamente, cuando de repente un coche negro derrapó violentamente unos metros delante de la pareja. Setsuna miraba con desconfianza y se colocó unos pasos delante de su mejor amiga.

"Setsuna-san ¿Qué esta pasando?" preguntó nerviosamente Sanako viendo como bajaba del automóvil, un hombre algo grande de edad con una catana en la mano y con una mirada fría e indiferente.

"No te muevas de donde estas Sana-chan." Setsuna seguía en posición de combate mirando fijamente a aquel extraño enemigo, mientras unas gotas de sudor escurrían por su frente al arrepentirse de no haber llevado a Yunnagi con ella.

El sujeto comenzó a caminar hacia ellas al mismo tiempo que hacia cortes en el aire con la catana. Por su parte la espadachín apretó todos los músculos de su cuerpo aun sin moverse de su lugar, al igual que Sanako que miraba con mucho miedo la escena.

"¿Quién eres y que es lo que quieres?" Setsuna dijo firmemente sin quitar su mirada de cada movimiento del viejo espadachín, el sujeto solo embozó una risa desagradable y se detuvo mirando a ambas chicas.

"Vaya Setsuna… has crecido tanto." El espadachín miraba fijamente a la chica de cabello azabache con mucho desprecio en su rostro.

Los ojos de la espadachín se abrieron de par en par al escuchar que aquel desconocido sabia su nombre. "¿C-cómo sabes mi nombre?" Su voz temblaba un poco.

El hombre sonrió mirándola con asco. "Alas blancas, cabello de igual color y ojos dorados… Sin duda eres un ser despreciable." Tiró esas palabras con veneno en cada letra. Los ojos de Setsuna se nublaron y su rostro comenzó a quedar mucho más pálido de lo habitual.

"No sé como Eishun pudo criarte como su propia hija y hacer que convivieras junto con la princesa…" El sujeto dejó de hablar unos segundos y continuó. "Y lo mas despreciable... te enseñó una disciplina tan legendaria como lo es el Shinmeiryuu." El hombre apretó los dientes. "Aun no entiendo como no pude acabar contigo aquel día cuando escapaste de la aldea, eras tan pequeña y las condiciones del clima eran tan duras que creí que habías muerto." Sonrió mirando su espada. "Sin embargo, ahora estas aquí enfrente de mí y desarmada." El espadachín sonrió muy ampliamente poniéndose en una posición de combate. "Terminaré de una vez lo que no se terminó en el pasado."

Setsuna se quedó inmóvil al haber escuchado todo lo que aquel hombre había dicho. Sus ojos se mantenían nublados pero muy abiertos, su cuerpo temblaba ligeramente y comenzó a sudar frio. "Sana-chan, será mejor que vayas a un lugar seguro." dijo sin siquiera mirarla "Está muy claro que a la que quiere es a mí, pero seguramente te atacará porque me importas." La castaña se sonrojó al escuchar estas palabras. "Ve a la mansión y resguárdate."

Sanako asintió. "Pero Setsuna-san… ¿E-estarás bien?" la chica de gafas preguntó muy preocupada.

Todavía sin mirarla Setsuna asintió "Sí, no te preocupes por mí."

Sanako se retiró corriendo rápidamente hacia la mansión Konoe, como le había ordenado Setsuna.

"Es muy valiente de tu parte combatir con alguien como yo sin siquiera tener un arma para defenderte." El espadachín balbuceó en tono burlesco. Setsuna solo lo miraba fijo con ambas cejas fruncidas y con sus puños bien cerrados a la altura de la cadera.

"Oh, ha sido muy descortés de mi parte no haberte dicho mi nombre todavía. Y seria muy triste que murieras sin saber quien fue tu asesino" El hombre sonrió "Mi nombre es Yuuki Kiritsu." Terminando de decir esto, corrió de una manera impresionante hacía Setsuna atacando con su catana de manera horizontal, ataque que pudo esquivar la espadachín con gran dificultad. Yuuki sonrió y atacó de nuevo cortando un poco la manga del traje de Setsuna.

"Esto está mal." La chica de cabelloazabachepensaba esquivando los ataques de aquel hombre con mucha mas dificultad. "No puedo hacer prácticamente nada con un maestro del Shinmeiryuu como él, sin una espada y sin magia es imposible vencerle." Reflexionaba Setsuna de manera preocupada dando algunos saltos evitando los cortes en su piel, sin embargo, ya tenia bastantes en su traje. "¡Demonios!"

"¿Qué pasa Setsuna? ¿Por qué no demuestras lo que eres en realidad?" Decía burlonamente. "No puedes esquivar mis ataques para siempre." El espadachín puso cara sería. "Acabaré contigo de una vez por todas."

Setsuna lo miró mientras trataba de recuperar algo de aire por la boca. Sabía que estaba apunto de realizar una técnica Shinmeiryuu.

"¡Shinmeiryuu Ougi Zanganken!" Tiró su ataque derribando algunas paredes lo cual había dejado bastante polvo, Setsuna sonrió un poco esquivándolo con dificultad ya que este le cortó la mejilla, pero corrió hacia él escondiéndose entre el gran polvo y dio un salto bastante alto. "¡Ahora!" se dijo mentalmente contratacando con un puñetazo, el cual fue fácilmente esquivado por Yuuki "¿Pero que?!" El espadachín esquivó dando unos pasos fácilmente hacia su lado izquierdo dejando que Setsuna pasara libremente. Sonrió cuando se dio cuenta que Setsuna había quedado de espaldas a él sin posibilidades de defenderse y de inmediato hizo un ataque vertical cortando profundamente el hombro derecho de la chica mitad demonio.

"¡Gahh!" Exclamó la espadachín al sentir el corte bastante profundo y de inmediato esquivó el nuevo ataque que se disponía a cortarle el brazo completo. Trastabillando un poco la chica de cabello azabache pudo mantenerse de pie, jadeando bastante y tratando de presionar con su mano izquierda el hombro que sangraba sin cesar.

"Tienes buena iniciativa Setsuna." Kiritsu sonrió. "Pero es hora de acabar con todo esto." Dijo poniéndose en posición de combate y colocando su espada por delante de él preparando un nuevo ataque.

La espadachín seguía jadeando mucho al igual que todas sus heridas sangraban gravemente, ya había estado en situaciones similares pero siempre había estado Konoka a su lado y las heridas no tardaban en sanar. Pero justo ahora se sentía vacía, cansada y bastante mal herida. Cerró los ojos pensando que hacer antes de que se acercara el final, increíblemente el rostro sonriente de su princesa iluminó su mente, haciendo que abriera los ojos violentamente.

"Kono-chan..."

"Shinmeiryuu Ougi…" Yuuki se preparaba.

Setsuna recordaba la promesa que le había hecho a Konoka, al mismo tiempo que escuchaba vagamente lo que decía su oponente.

*Flashback

Setsuna y Konoka se encontraban en el invernadero cuidando todas las plantas que había ahí, era un lugar muy tranquilo y que frecuentaban mucho.

"Secchan." Llamó suavemente la castaña mientras de hincaba para ver un par de flores.

"Si Ojou-sama." Setsuna se acercó a ella observando lo que hacia.

"¡Mou! Es Kono-chan." Konoka reprochó inflando sus mejillas infantilmente.

"¿Eh? Si, umm K-kono-chan…" La espadachín exclamó tímidamente con las mejillas sonrojadas.

La princesa le sonrió, para después regresar su vista hacia un par de florecitas que ambas habían sembrado. "Mira Secchan, la plantita que has sembrado ha florecido mas rápido que la que yo he sembrado." La joven maga veía de manera asombrada "Tu plantita ha sido como una barrera que la protege a la mía." Konoka dijo y sonrió ampliamente, Setsuna solo la observaba.

La heredera Konoe se incorporó y quedó de frente a su guardaespaldas. "Justo como tu me proteges Secchan." La castaña dio unos pasos y tomó ambas manos de la espadachín entre las suyas. Setsuna quedó inmóvil y con la cara más roja que un tomate maduro.

"Por eso… prométeme que me protegerás siempre sin importar lo que pase, quiero que permanezcas a mi lado como siempre lo has estado." Konoka sonreía ampliamente y casi de inmediato como si la estuvieran jalando, se abrazó de su guardián.

"Seria muy triste si te pasara algo Secchan… Por eso si estas en alguna batalla no deseada, quiero que des tu máximo esfuerzo." La castaña se abrazó más fuertemente de Setsuna.

"Lo prometo Kono-chan." Setsuna asintió con la cabeza y correspondió el abrazo suavemente.

"Gracias…" Konoka contestó sonriendo.

*Fin del Flasback*

"No puedo defraudar a Kono-chan." Setsuna meditaba, mientras veía como Kiritsu venia corriendo hacia ella con gran rapidez.

"Está claro que está utilizando algún tipo de magia para que mis poderes no surjan tan fácilmente." La espadachín apretó su puño izquierdo ya que era el único brazo que le servía. "Concentraré todo el ki disponible en este puño."

"¡Raimeiken!" El hombre gritó atacando con su espada en forma de rayo de manera vertical.

"¡Ahora!" "¡AH!" Setsuna esquivó y golpeó con toda la fuerza que tenia en ese momento y le dio de lleno en el estómago de su oponente. "¡Gurenken!"

Los ojos de Kiritsu se abrieron como platos al sentir el poderoso contacto de Setsuna.

"¿Un ataque a puño limpio utilizando su ki aun cuando puse sellos que le retuvieran su poder?... Asombroso." El espadachín pensaba perdiendo el conocimiento pero antes de que algo pasara sonrió. Ya que había sacado una kodachi (A/N: kodachi es una de las espadas pequeñas en el estilo de combate Shinmeiryuu como las que dominaba Tsukuyomi) y se la enterró a un costado del abdomen de la chica mitad demonio.

La pequeña espada cayó a un lado completamente cubierta de sangre y también Kiri tsu que se derrumbó inconsciente en el suelo. Setsuna quedó de rodillas viendo la herida con los ojos demasiado abiertos y casi de inmediato expulsó una gran cantidad de sangre por la boca. Comenzó a respirar con mucha dificultad apoyándose con el brazo derecho, que era el no estaba roto.

"Kono-chan…" Susurró Setsuna cayendo por fin en el suelo, su mirada se perdió en el azul grisáceo del cielo mientras su vista comenzaba a oscurecer lentamente.


A/N: Bueno muchas gracias a todos los que han estado mandando sus comentarios a mis fics :) me hacen inmensamente feliz, y quiero que sepan que jamas dejaré mis fics sin acabar xD así que déjenme un comentario por favor para saber que les pareció :) Hasta pronto!