Disclaimer: ¡Alabadas sean las creadoras de Tsubasa, las Clamp!

Encuentros.

Es una noche sin estrellas, y la luz de la Luna está opacada por las compactas nubes que anuncian una inminente tormenta.

No he abierto la ventana, pero lo intuyo, y después de un largo tiempo de reflexionar, me pregunto: "¿El mundo ha cambiado algo?"

Ahora sí, abro la ventana de mi habitación y veo el mismo paisaje de siempre, pero no me apeno por ello, las flores de cerezo lucen más bonitas junto las hermosas luces de las luciérnagas.

Ante este paisaje me siento insignificante. Las personas cambian pero ¿Las magnificas vistas que nos ofrece la naturaleza, también?

Por que, aunque los seres humanos cambiemos, eso no afecta al transcurso del mundo, solo nos afecta a nosotros mismos. Así de egoístas somos.

Ecos de voces se escuchan por el castillo. Jolgorio, azoro e alegría, eso me transmiten las personas que habitan en este lugar. Pero, ¿en algún momento estas personas cambiarán?

Necesito aire fresco, brisa que despeje mis dudas, mis cavilaciones, pero sé que todo lo que estoy diciendo se contradice, no necesito libertad, por que ya la he conseguido. ¿Pero cómo?

Gracias a ti, Kurogane.

A estas alturas no puedo hacer nada, solo agradecerte de que me dejases escoger entre la vida o la vida.

Sí, sé que precisamente no tenía mucho por escoger –sobretodo por que no aceptabas un no por respuesta- pero cuando me rendía, me ofrecías un gran abanico de posibilidades.

Aunque te despreciara –muy a mi pesar- , tú siempre me conducías por un camino muy amplio, sin presionarme, dejabas que aprendiera por mi mismo que debía aprender a aceptarme, y no volver a recaer en las tinieblas. Siempre y cuando yo me decantara por el lado de la vida.

.

Una vez, me pregunté cuanto había cambiado, pero como en muchos otros intentos, la búsqueda de la respuesta fue en vano.

Así que me apoyé en la opinión de las personas que mas apreciaba.

Sakura me dijo que el cambio que realicé haría de mí una persona más feliz.

Xiaolang estuvo de acuerdo con ella.

Mokona me contó que no había cambiado tanto, que yo ya era una gran persona antes, pero que ahora comprendía la razón de por que lo era.

Eso dejó más dudas en mí.

Yûko me explicó, que lo que hace que la gente cambie son los encuentros, que cuando tú conoces a alguien, nunca es por casualidad. Tenía que suceder, así de simple.

Y que cada uno de esos sucesos me hacía avanzar o retroceder.

Después de eso hubo un gran y denso silencio. Yûko debió leer en mi cara que no había entendido nada de lo que había dicho.

Entonces dejó una pregunta en el aire: ¿Quién te ha cambiado?

De eso hace ya unos meses, y aún sigo reflexionándolo. Si todos lo encuentros son inevitables, ¿Todo el mundo ha conseguido cambiar algo dentro de mí?

Sí, una voz interior me contesta. Me siento mejor, aunque sé que soy yo mismo quien responde.

—Sí, has cambiado. –Otra voz responde, al instante sé a quien pertenece ese grave tono. A Kurogane.

Me giro para solo contemplarte bajo la tenue luz de la Luna. —Bonita vista. — pienso para mi adentros.

— ¿Y bien? —Retomas la conversación—. ¿Qué hacías tan pensativo? No es propio de ti.

—Que gracioso eres, Kurorín. —Contesto con sarcasmo—. Pero yo de vez en cuando también… ¡!

No puedo seguir hablando. Un tibio dedo toca con suavidad mi boca.

—Te he preguntado algo: ¿Qué hacías tan pensativo?

No encuentro palabras para responder a eso. ¿En qué estaba pensando?

¿En qué sentido has cambiado? Me susurra otra vez esa 'misteriosa' voz.

— ¿En qué sentido he cambiado? —murmuro repitiendo las mismas palabras.

Kurogane repentinamente aparta el dedo índice de mi boca, que dificultaba mi respiración.

Me mira fijamente con sus ojos de color vino, que derretirían hasta el más pétreo hielo, y se acerca lentamente, cada vez más, y más, y más… Hasta que siento su aliento acariciando mi oreja, y me dice, en tono seductor:

—No lo sé.

… ¿Eh?

— ¿C-cómo qué no lo sabes? —Apenas puedo murmurar una sarta de palabras-.

—Eso solo lo sabes tú. Eres el único que puede buscar las respuestas en tú corazón.

—P-pero por mucho que lo intento, no comprendo en que he cambiado…

Por supuesto, lo que uno suele entender menos, es a si mismo.

Te miro fijamente, nunca pude llegar a pensar que llegarías mi alma tan fácilmente. Siendo natural, comportándote como sueles hacerlo, has llegado al fondo de mi corazón.

Y de eso saqué una conclusión, que desencadenaría una consecuencia inevitable.

—Esa frase la has sacado de Tomoyo, ¿Verdad? —le digo en tono divertido.

Y ante eso te sonrojas, un cálido color rosa cubre tus mejillas.

"Que lindo es…" piensa mi voz interior… Vale, de acuerdo, sigo siendo yo.

Y en eso, como una exhalación, una idea alumbra mi mente.

—Oye, Kurorín…—te digo inquisidoramente—; Si yo no soy capaz de ver mi corazón…

Y detengo mi frase en esa palabra, corazón, y como has hecho antes, me acerco, solo un poco, por que tu cuerpo está a escasos centímetros del mío.

Con nuestras manos rozándose, yo espero a que me digas algo, como lo harías en cualquier otra situación.

Cambias tu cara de espasmo, por una sonrisa que desmayaría a cualquiera.

—Si tú no eres capaz de ver tu corazón… ¿Yo seré capaz?

Je… Sabía que no me decepcionarías. Entonces cierras tus ojos, y acercas poco tus labios sobre los míos. Encantado, yo también los acerco poco a poco, hasta que se reúnen.

Es un simple y casto beso. A mucha gente no le significaría nada, pero para mí significa un avance hacía el futuro, dejando atrás todo lo hice en un pasado.

Avanzar es mirar hacia el mañana, ser valiente, afrontar peligros que ni siquiera podemos imaginar.

Retroceder es mirar hacia el ayer, también hay que ser valiente para eso, por que afrontas todo lo que no quisieras haber hecho en el pasado.

Aunque me cueste horrores, tengo que separarme, el oxígeno se acaba.

Cuando nuestros labios se dividen en dos simples bocas, me miras contento.

— ¿Has descubierto algo nuevo, Kurorín?

—La verdad es que sí, pero ese secreto se quedará conmigo. —ahora eres tú quien usa el tono divertido.

— ¿Y por qué?

—Por que ahora, ¿A quien le importa avanzar o retroceder? Es mejor saborear este presente, ¿no?

Asiento la cabeza, nunca había escuchado semejante verdad.

Una vez más, acerco nuestras bocas, pero ese simple beso se convirtió en uno fogoso e apasionado. Nuestras lenguas se entrelazaban, no queriendo separarse nunca.

E aunque nuestros corazones ardieran en ese momento, el tiempo en el mundo pareció congelarse por un segundo.

FIN

N/A: … ¿Eh, ya se ha acabado el capítulo?

En ese caso, ¡Hola a todos, he vuelto! Creo que esta historia es la más entrañable que he escrito, no por su contenido, si no por sus orígenes.

Estaba en el pueblo, pasándomelo bien, pero tenía una gran mono de escribir. Así que esta historia empezó… en un trozo de papel de diario. (Suerte que después me compré una libreta -/-)

Espero que os haya gustado…

Bueno, aquí me despido.

Besos de la escritora que crea historia hasta en el papel de W.C,

Aritzee.

PD: a 'esto' lo he mencionado capítulo por que posiblemente haga una secuela.