Hola! si, bueno.. sé que tarde mucho, pero estuve más consentrada en continuar otras historias, en crear nuevas y en leer fics, y bueno, también tuve problemas personales, no es que sea grave, pero consumía gran parte de mi tiempo.

Espero que con esto pueda compensar la tardanza : )

..::No la engañes más::..

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Capítulo 4

Hipocresía

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-"¡Sasuke-kun! ¡Ino! ¡Qué bueno que estén aquí! ya me estaba preocupando por ti hermanita, tardaste mucho."-le dijo con cierto reproche, pero en cada una de sus palabras se notaba la preocupación y el amor que sentía por su hermana. Lo único que logró con ello fue que tanto Sasuke como Ino se sintieran una basura.

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-"Sí, em… yo…"-no sabía que decirle, aún estaba aturdida por lo que acababa de pasar hace pocos segundos. Había recibido el mejor beso de su vida por parte de novio de su hermana, quien no tenía ni la más remota idea de lo que acababa de hacer.

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-"Sakura…"-dijo casi sin aire, en parte, por lo recientemente ocurrido, y la otra parte por la imagen que se presentaba ante de él. Allí estaba Sakura, en toda su esplendorosa y brillante presencia, prolijamente arreglada, desde la punta de sus pequeños pies hasta el elaborado peinado que se había hecho para su cita.

Vaya… estaba hermosa, como siempre, encantadora.

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-"¿Ese no es mi…?"-las palabras de la platinada quedaron en el aire al ver que Sakura se sonrojaba levemente y desviaba la mirada a otro lado. Sí, estaba usando su conjunto de ropa, pensó un tanto molesta, no porque lo haya agarrado sin su permiso, sino porque le quedaba endemoniadamente bien, y eso provocaba que Sasuke posara su atención en su hermana, y no en ella. No era su ropa más osada, de hecho era lo más recatado que tenía dentro de su guardarropa. Consistía en un pantalón de jean algo ajustado, lo cual marcaba sus redondeadas caderas y sus esbeltas piernas, llevaba puestos unos zapatitos negro de cuero con algo de tacón, no demasiado, ya que no quería pasar vergüenza frente a Sasuke cayéndose reiteradamente, la conocía lo suficiente como para saber lo torpe que era y que realmente quería esforzarse por impresionar a su novio. Tan solo mirar a Sakura a la cara le hacía sentir que el bichito de la culpa se removía inquieto dentro de su estómago. No le gustaba ese sentimiento, prefería aquella sensación de éxtasis que sintió cuando Sasuke la besaba, aquella adrenalina que le corría por las venas, la emoción, el peligro de lo prohibido. Por un momento, pensó en mandarlo todo a la mierda con tal de volver a sentirlo, no importaba que luego… a eso, le siquiera el remordimiento y la culpa.

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-"Em, mamá me dijo que podía… lo siento Ino, no quería tomarlo sin tu permiso, yo…"-intentó decir con toda la vergüenza que le daba que Ino la mirara molesta; seguramente porque tomó la ropa sin su consentimiento, además, la penetrante mirada de Sasuke, recorriendo con los ojos su pequeño cuerpo la hacía sentir aún más insignificante. ¿Por qué tenía que ser tan intimidante? Desde su gran altura, hasta su mirada felina y calculadora hacía que cualquiera bajara la mirada antes de verlo por segunda vez. Pero valía la pena, nunca se cansaba de verlo, era tan hermoso.

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-"No importa."-susurró entre dientes, ninguno de los dos había notado su irritación, Sasuke estaba muy ocupado mirándola a Sakura y ella era demasiado inocente como para darse cuenta.

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La ojijade levantó la mirada, sorprendida, para Ino su ropa era sagrada. Cualquiera que pusiera una mano sobre ella seguramente se la cortaría en un santiamén.

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-"B-bueno, je… creo… creo que es hora de que nos vallamos yendo. ¿Ne, Sasuke-kun?"-lo miró directo a los ojos y este reaccionó inmediatamente cuando ella lo tomó por el brazo y entrelazó su mano con la suya, solo en ese momento, recordó la presencia de la rubia, le echó un rápido vistazo, lo suficiente para ver su mirada triste y… ¿resentida?. Demonios…

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Él no era así, al menos, creía ya no serlo, cuando tenía relaciones esporádicas con otras mujeres le importaba un carajo el hecho de estar con más de una a la vez, pero ahora era algo serio, no podía estar jugando a dos puntas y mucho menos con Sakura y su hermana. Era cruel, era injusto, pero aún así… lo hacía. ¿Hasta cuándo podría seguir con eso? Hasta ahora no había cometido ningún delito irremediable, todo se podía solucionar, al menos eso creía él. Lo único que temía, era que la situación pasara a otro nivel. Se moría de ganas por acostarse con Ino, pero no estaba dispuesto a hacerlo. Bueno, eso lo decía cuando la tenía lejos, porque teniéndola cerca se le hacía imposible no mirarla. Era como un imán, sentía una fuerte atracción hacia la rubia que le estaba costando un mundo ocultar. Ya había cometido la primera falta, no dejaría que ocurra otra más.

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Con esa determinación, desvió la mirada de la platinada completamente impasible, apretó la mano de Sakura contra la suya, con la intención de que Ino lo viera, quería que ella entendiera que lo que pasó, no podía volver a suceder. Y que él, no estaba disponible.

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Sakura abrió levemente los ojos, no esperaba que Sasuke le correspondiera el gesto, una hermosa sonrisa afloró en sus rosados labios y sus mejillas se tiñeron de color carmín. Sasuke nunca dejaba de sorprenderla. A veces hacía cosas que realmente no se las esperaba, y era otra de las tantas cosas que le gustaba de él. Que era muy impredecible.

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Mientras Sasuke y Sakura se subían al carro, Ino estaba de espaldas, no quería verlo marcharse con su hermana, era muy doloroso. No le gustaba que jugaran con ella de esa manera, era ella quien siempre jugaba con los demás, él no podía dejarla así a ella, y eso, se lo demostraría. En su boca se formó una sonrisa que prometía no traer nada bueno.

Sakura miró de reojo por enésima vez al moreno, hoy estaba… muy extraño. De hecho, en los últimos días, había estaba muy extraño.

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Ya no la miraba como antes, ya no la besaba como antes, ya no la tocaba como antes.

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Ahora, cuando sus ojos se encontraban, Sasuke no podía soportar mirarla durante mucho tiempo, y cuando lo hacía, la miraba con… ¿culpabilidad? Por lo que desviaba la vista disimuladamente.

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Cuando la besaba, lo hacía rápido; ya no se degustaba con el sabor de sus labios ni se los devoraba ferozmente. Ahora le daba besos fugaces, cortos e insípidos.

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Cuando la tocaba, sus grandes y ásperas manos ya no se adentraban a investigar debajo de su ropa ni jugueteaban con su cabello. Ahora, cuando alguna parte de sus cuerpos se rozaban, él se apartaba bruscamente como si el tacto quemara.

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Kami… era horrible.

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-"¿Sasuke-kun?"-lo nombró, tratando de llamar su atención. Pudo apreciar el bello perfil del moreno siendo solamente iluminado por la luz de la gigantesca pantalla del cine. Él se volteó lentamente, con una ceja alzada, interrogante. En su mano sostenía una baso lleno de gaseosa, y entre sus labios estaba el sorbete y succionaba el líquido. Puede que parezca estúpido, pero para ella era una imagen de lo más sensual.

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Sin quererlo, sus ojos se desviaron a sus labios entre abiertos, y siguió el lento movimiento que hizo la lengua del moreno sobre estos para limpiarse el rastro de gaseosa que había en ellos.

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Sin saber cómo, su mano se dirigió a la boca del pelinegro, más exactamente a la comisura de ésta, para limpiarle una pequeña gota que resbalaba de sus labios. Un gesto de lo más inocente, que alteró todos los sentidos del moreno. No le permitió que lo tocara; se apartó bruscamente y con una mano detuvo el brazo de la ojijade, quien abrió sorprendida los ojos.

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Se miraban fijamente; él, neutro, aunque por dentro le rompía el corazón ver cómo los ojos de ella se cristalizaban. Sakura ladeó la cabeza para que él no la viera. Inesperadamente se levantó, sin prestarle atención a las quejas de quienes se sentaban atrás, y caminó apresuradamente hasta salir de la fila.

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-"¿A dónde vas?"-le dijo lo suficientemente alto para que lo escuchara, ya que ella estaba un poco lejos, por lo que se ganó la mirada reprobatoria de unos cuantos, cosa que le importó una mierda.

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-"Voy al tocador."-lo dijo tan rápido que seguramente no la escuchó. Pero no le dio tiempo a reaccionar, enseguida salió corriendo al baño.

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Abrió de un portazo la puerta del baño, y una vez allí se permitió que las lágrimas que venía reteniendo desde hace rato se deslizaran sin ningún impedimento por sus mejillas. Se recostó levemente en la pared, y luego apoyó todo su peso en ésta, y se fue deslizando hasta llegar al piso. Con sus brazos se abrazó a sí misma y escondió la cabeza entre las piernas, quedando en posición fetal.

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Escuchó como alguien tiraba de la cadena y salía del pequeño cubículo que tenía al lado.

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-"Pero miren nada más"-dijo una voz femenina, irónica.

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-"Oh no, ella no, por favor"-rogó internamente.

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-"Pero si es la noviecita de Sasuke-kun, la pelo chicle."-habló sarcástica, y luego del venenoso comentario se echó a reír.-"¿qué te pasó?"-preguntó con falsa preocupación.-"¿Sasuke-kun se aburrió de ti? ¿Estás mal porque al fin te diste cuenta de lo poco mujer que eres para él?"-volvió a reír, cínica.

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-"Basta, cállate Karin."-susurró.

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-"¿Cómo? Creí haberte escuchado hablar."-hizo una mueca, como si el hecho de que ella hubiera hablado fuera algo muy insignificante. Se acomodó los lentes y se acercó lentamente, contorneando las caderas exageradamente. Se agachó hasta quedar a la misma altura que la pelirrosa, como ella aún no había levantado la cabeza, la tomó del cabello, haciendo que sus uñas rasguñaran el cuero cabelludo de Sakura.-"No eres nadie ¿lo sabías?"-le dijo completamente seria. Sus ojos, tan rojos como el fuego, la miraban alterna, como si no fuera más que un mosquito.

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Sakura la apartó bruscamente, y la miró con molestia. Pero aún así no se había levantado del piso.

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-"Solo… estas celosa."-masculló Sakura. No estaba de ánimo. La situación no la favorecía y ella no tenía ganas de discutir, solo quería desahogarse un rato. Pero no, Karin siempre tenía que aparecer en el peor momento.

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La de ojos rojos frunció el ceño, hizo amague de querer pegarle una cachetada, pero cuando estuvo punto de hacerlo, se quedó quieta, con la mano alzada y a unos pocos centímetros de rostro de Sakura, ésta se quedó sorprendida cuando vio a la pelirroja sonreír torcidamente.

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-"¿Celosa? ¿De ti? ¡Ja! No me hagas reír."-respondió sarcástica.

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-"Sí."-le contestó segura.-"La verdad ya estoy cansada de que siempre me hagas este tipo de planteos, si Sasuke me eligió a mí y te dejó a ti por algo será. Yo soy su novia, tu nunca has sido más que un jueguito en su vida."-justo cuando creyó que con eso ella se dejaría de molestar, Karin amplió su sonrisa, como una clara muestra de que estaba equivocada.

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-"Oh… ¿realmente crees eso?"-le dijo, arrastrando cada palabra, mientras se miraba las uñas, desinteresada.-"¿por qué piensas… que eres diferente a las demás? ¿Qué te hace pensar… que él no te dejará? ¡Claro! Si es que ya no te dejó."-aclaró divertida lo último.

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-"¡Tú no lo conoces!"-le gritó, al borde del límite.

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-"¿Y tú sí?"-le contestó serena, una pequeña arruga se formó en su frete.-"¿Crees que Sasuke-kun es el típico príncipe de los cuentos de hadas?"-le dijo alzando un poco la voz.-"¡Reacciona, niña!"-ahora sí estaba gritando.-"Sasuke no es lo que piensas, no te creas tan especial como para hacer que cambie de un día para el otro. Él… pronto se cansará de ti. Se aburrirá de este tonto jueguito de los noviecitos y vendrá por mí."-se acercó hasta quedar al lado de su oído.-"y yo gustosa, lo recibiré."-finalizó la conversación. Se levantó y la miró desde arriba, con superioridad, mientras se acomodaba los lentes. Sakura aún estaba en el piso, seguía los pasos de Karin con los ojos bien abiertos, algo conmocionada por lo que ella le dijo.

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Se había dejado pisotear.

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Otra vez.

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Cuando Karin abrió la puerta, chocó contra el musculoso cuerpo de alguien.

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-"¡Oye idiota por qué no te fi-!"-ahogó un gemido de sorpresa, cuando su mirada rojiza chocó con la indiferente e imperturbable de Sasuke.-"S-sasuke-kun."-dijo en un suspiro, mientras sus mejillas se coloreaban levemente con falsa inocencia.-"Que bueno que estés aquí yo-."-

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-"Mph."-hizo una mueca de desagrado.-"Apártate Karin."-le dijo mientras se abría paso. La pelirroja miró furiosa cómo el morocho desaparecía por la puerta del baño para verla a esa. Era tan detestable. No entendía, realmente no entendía. Cómo Sasuke prefirió a esa niñita antes que a ella, seguramente ni siquiera era capaz de complacerlo en la cama. Era demasiado torpe e inexperta como para poder complacer a Sasuke tal como ella lo hacía. Tal y como lo había hecho. Porque una vez que empezó a salir con esa mocosa, ya no la buscaba, y por más que se le insinuó, el firmemente mantenía su palabra de "ser un hombre honorable y fiel". Bah, patrañas, Karin sonrió. Ella sabía que él no aguantaría por mucho más la presión del compromiso. Por eso se jactaba. Dio media vuelta, feliz por haber realizado un trabajo exitoso.

-"¿Sakura?"-susurró bajito cuando la vio en el piso mirando a la nada. Masculló por lo bajo, maldita Karin.-"Sakura, escúchame. ¿Estás bien?"-le dijo mientras la tomaba por los hombros y la sacudía. Ella lo observó, media ida y con la boca entre abierta. Tragó saliva, se le había secado la boca. Asintió muy despacito.-"No te creo ¿sabes?"-le dijo intentando ponerle algo de humor al asunto. Pero ella no respondía.-"Oh Sakura. Lo siento tanto."-murmuró, mientras agachaba la cabeza, parecía avergonzado.

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Lo siento…

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Últimamente estaba escuchando esa palabra salir de los labios del Uchiha con mucha frecuencia.

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Colocó su mano en la mejilla del ojinegro y la acarició, con suma delicadeza. Él levantó la cabeza, y la miró sorprendido.

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Sakura… era tan buena persona.

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-"No pasa nada, Sasuke-kun"-

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Se enterneció, la tomó en brazos y la estrechó contra su pecho. La carita de Sakura quedó escondida en el hueco de cuello, aspiró el fresco y embriagante aroma de Sasuke. Era tan delicioso.

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-"Arigatto, Sakura."-

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Sakura… era tan estúpida.

Era un nuevo día, se dijo la pelirrosa, una vez que se despertó.

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Intentó levantarse, pero no pudo. Miró a un lado, para ver al causante de ello. Y un gran sonrojo le cubrió las mejillas.

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Sasuke era tan guapo.

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Aún le costaba creer que el hombre que descansaba a un lado de ella, con el torso desnudo y cubierto por una simple y fina sábana, fuera su novio. Era demasiado irreal.

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Le había costado, en realidad, le costó mucho poder confiar en Sasuke cuando lo conoció. En el momento que comenzó a cortejarla y a seducirla, ella temió ser una más del montón. Él decía tener para con ella intenciones totalmente diferentes a las que creía pero…

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¿Qué le aseguraba a ella que eso fuera cierto?

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Confianza

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De eso se trataba todo.

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Y ella… confiaba en Sasuke. De veras que trataba de hacerlo.

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Ahora, sentía que su relación constantemente estaba en la cuerda floja; pero desconocía cuál era el factor que los llevó a esa situación.

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Mil y un preguntas pasaban por su cabeza, atormentándola.

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¿Acaso… no soy suficiente para él?

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¿Se habrá cansado de mí?

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¿No soy lo bastante linda?

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¿Hay alguien más?

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Un escalofrío le recorrió la columna vertebral. Sacudió la cabeza ante esos pensamientos tan absurdos. Demonios… era patética. Tal vez… el plantearse todas esas preguntas ella misma, le demostraban que quizás, no confiaba plenamente en Sasuke. Eso la entristeció de sobremanera. Tal vez… ese, era el problema. Seguramente el ojinegro se haya dado cuenta de su desconfianza y por eso ahora estaban así.

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Quiso llorar, pero cuando la mano de Sasuke comenzó a hacer movimientos circulatorios sobre sus muslos, todo pensamiento racional se perdió en algún rincón de su mente.

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-"¿Cómo amaneciste?"-le dijo soñoliento, mientras daba un largo bostezo. Su voz, cuando recién se despertaba, era más ronca y grave de lo normal; haciéndolo mucho más atractivo. Sakura vibró de placer, solo escuchar su voz bastaba para que ella se excitara. Él pareció notar que esa simple pregunta alteraba todos los sentidos de Sakura, por lo que sonrió torcidamente.-"Vaya… desde tan temprano ya andas con pensamientos obscenos."-dijo socorrón. Ella se sonrojó hasta la médula y escondió la cabeza entre las sábanas. Sasuke alzó una ceja. ¿Realmente había…?

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El hormigueo que sintió en el pie era una clara señal de que Sakura estaba bajo las sábanas, del otro lado de la cama, haciéndole cosquillas.

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-"Nn"-dijo para no reír.-"S-sakura, ja, ¿sabes? Ahora que estas allí abajo podrías hacer algo más productivo."-le insinuó. De inmediato las cosquillas cesaron. Podía imaginarlo, seguramente estaba dura como una piedra, con los ojos bien abiertos y con las mejillas teñidas de rosa.

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Con una mano, sostuvo la suave tela blanca lo suficientemente alto como para poder asomar la cabeza. No podía verla con claridad, la cabeza de ella estaba a la altura de sus rodillas y lo único que distinguía era su larga cabellera rosada y sus torneadas y blancas piernas. Con la otra mano, la tomó del tobillo y la jaló lo más que pudo, pero no lo suficiente como para sacarla del todo, aún tenía medio cuerpo metido bajo las sábanas. Así que no tuvo más remedio. Levantó la sábana y posó sus manos en el colchón; gateó hasta llegar en donde ella se encontraba, y aunque puso resistencia, la tomó de las muñecas y le colocó los brazos a cada lado de la cabeza, mientras se posicionaba sobre ella.

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-"S-sasuke-kun."-le dijo cohibida.

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-"Mm, creo que es muy excitante hacerlo bajo las sábanas."-confesó sin reparo, haciendo que el sonrojo aumentara.

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-"Menudo pervertido."-masculló, mientras se acomodaba mejor bajo el cuerpo del morocho.

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-"No te veo poner mucha resistencia."-le dijo victorioso, una sonrisa ladina afloró en sus labios, y seguido de ello, se abalanzó contra el pecho medio descubierto de la ojijade. Traía puesto un camisón color crema, muy holgado, tanto, que el escote triangular del mimo se corría a un lado al más leve movimiento, permitiéndole apreciar el duro pezón de la pelirrosa. Tomó al pequeño botoncito entre los dientes y jugueteó con él. Lo delineo con su larga lengua y luego lo chupó. Cuando escuchó el largo suspiro que Sakura emitió, supo que ya era hora de pasar a otro nivel.

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-"Permíteme."-dijo mientras apartaba la sábana que había sobre ellos, Sakura respiró hondamente, que ya se hace unos momentos su respiración se estaba volviendo dificultosa, debido a la falta de aire y a la agitación de lo que Sasuke le acababa de hacer.-"ahora está mejor."-dicho eso, la besó.

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Era curioso… ¿cómo había llegado a esa situación? Se preguntó la pelirrosa cuando Sasuke penetraba con la lengua su boca. No recordaba… porqué estaba mal. Se había olvidado por completo de lo mucho que sufría últimamente cada vez que estaba con él, que ahora lo sentía más distante. Pero todo eso perdía sentido cuando los labios del moreno devoraban los suyos con la misma tenacidad que ahora lo hacía.

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Le acariciaba el muslo interior con movimientos eróticos y luego ascendió hasta llegar a su entrepierna. Con el pulgar, le estimulaba el clítoris, por encima de la tela. Sasuke sonrió con suficiencia al notar como la tela poco a poco se mojaba entre sus dedos. Apartó la prenda lo suficiente como para poder introducir un dedo en el orificio vaginal. Ella ahogó una exclamación y se mordió el labio inferior. Sin haberlo querido, le provocó un creciente dolor en la entre pierna del ojinegro.

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-"Me estás matando… Sakura…"-le confesó en un suspiro, su respiración también comenzaba a agitarse y eso no le gustaba, en lo absoluto. Él debía tener el control de la situación, no ella, no podía permitir que su deseo quedara expuesto, por lo que al cabo de unos segundo, sacó su dedo del interior de la muchacha y le bajó las bragas de una, para luego remplazar a sus dedos con su lengua.

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-"¡Ah!"-ahora sí que no pudo contener un solo gemido más, ya venía reprimiendo unos cuantos para no dejar en evidencia lo mucho que disfrutaba de que la masturbara. Santo cielo… Sasuke hacía maravillas con la lengua.

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Esbozó una pequeña sonrisa, lo disfrutaba en grande. Su excitación incrementaba cuando la sentía vibrar de placer, cuando se retorcía rendida a las estocadas que le daba con la lengua en su intimidad. Sentía cómo la lujuria brotaba por cada poro de su piel, ya no lo resistía más. El control que se había auto impuesto no le duró mucho cuando ella colocó sus manos en su cabeza y enterró sus finos dedos en su rebelde melena azabache, pujándolo hacia más adentro. Sintió que las paredes de Sakura se contraían y que de su vagina resbalaba aquella ambrosía a la que tanto anhelaba probar, lamió el líquido espeso y de color lechoso para luego absorberlo con sus labios.

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La pelirrosa jadeó cuando vio el sensual movimiento que le hizo la nuez de Adán cuando tragó sus fluidos y cómo se relamía en los finos y carnosos labios los restos de la misma con la lengua. Sasuke era adrenalina pura. Para ella, sus movimientos, sus palabras, todo de él, siempre estaba cargado de erotismo. Lograba ponerla loca de excitación. Todo lo que hacía, lo hacía endemoniadamente bien; su escultural cuerpo y la intensidad con la que le hacía el amor lo convertían en un amante perfecto.

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Podía sentir lo duro que se ponían sus pezones y como sus pechos se hinchaban por la excitación. Tenía la vagina completamente dilata, lista y dispuesta a permitir que Sasuke entrara en ella de una buena vez.

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El ojinegro gateó hasta llegar a la altura de su boca y devorarla con ferocidad, mordisqueaba el labio inferior aprovechando que ella gimió para deslizar su escurridiza y húmeda lengua por la cavidad bucal de su novia.

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Estaba desesperado, ya no podía seguir con tantos rodeos. La quería ya. Y por mucho que disfrutaba haciéndola lloriquear de necesidad, escuchar rogarle por que la hiciera suya, su pene palpitaba ansioso y sus testículos aumentaban de tamaño y se elevaban. Todo su cuerpo rogaba por un contacto más profundo e intimo. Juntó su pelvis con la de ella, haciendo que el vello púbico de ambos les provocara un leve cosquilleo por debajo del vientre, el rose de sus sexos hizo que ahogara una exclamación y que Sakura emitiera otra.

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Sin más preámbulos, y aún mientras se besaban, la penetró de una sola estocada, sin esperar a que se acostumbrara; no lo hizo porque estaba completamente húmeda para él, por lo que no se le dificultó

tanto como otras veces; Sakura era tan estrecha, que la mayoría de las veces le dolía la primera vez que la penetraba, ya que su miembro era demasiado largo y grueso como para que no le provocara un leve dolor en su entrepierna. Pero parece que ya no era un problema. La tomó por las caderas y embistió tan profundo como pudo; tanto, que Sakura podía sentir como la punta del miembro del morocho tocaba su cérvix. Era un dolor demasiado placentero como para que pudiera notar esa pequeña molestia. El remolino de sensaciones que tenía en su estómago no se comparaba con el insignificante dolor que sentía debido a la rudeza con la que la embestía, de hecho, era demasiado placentero.

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Él se degustaba con la cálida y suave textura de su cuello. Le dejaba chupones por cualquier lugar, principalmente donde sabía que quedaría expuesto a los ojos de los demás. Maldito arrogante posesivo… pensó con las mejillas sonrosadas.

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-"Sa-suke-kun…"-suspiró extasiada, a punto de llegar al tan deseado clímax. Sus paredes vaginales se contraccionaron y supo que ya había llegado.

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En un par de estocadas más y Sasuke la acompañó, eyaculando dentro de ella. Sus respiraciones eran erráticas y desenfrenadas, ambos bebían el aire que el otro exhalaba por lo cerca que se encontraban sus rostros.

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La miró detalladamente, su cuerpo, cubierto por una capa de sudor, su pecho, subía y bajaba al ritmo de su respiración, que poco a poco se iba regulando, todos sus músculos estaban laxos después de lo tenso que se pusieron cuando la embestía. Sus labios estaban rojos y entreabiertos, sus mejillas teñidas de un adorable color rosa y sus pestañas entrecerradas mostraban a sus brillantes y (en ese momento) oscuros orbes de color jade.

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¿Por qué teniendo a una mujer así… deseaba a alguien más?

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Creyó que acostándose con Sakura, podría sacar a Ino de su cabeza, pero aún no podía olvidar cómo lo miraron sus hermosos ojos celestes antes de irse a su cita con la pelirrosa. Ella estaba triste. Seguramente debía estar pasándola muy mal.

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Era increíble, después de haber pasado un maravilloso momento junto a su novia, la rubia era la única que ocupaba sus pensamientos en ese instante. Tenía que admitir, que por un momento, pensó que era Ino y no Sakura con quien se estaba acostando, pero no. No lo era. Se sentía realmente mal por el rumbo que estaban tomando sus propios pensamientos; si Sakura lo supiera…

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No. No tenía por qué enterarse de lo que ocurrió aquella tarde, cuando se besó con su hermana.

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¿Realmente crees que se merezca lo que le estás haciendo?

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No, claro que no.

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Y entonces… ¿por qué lo haces?

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No lo sé. Se contestó a sí mismo.

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Pero había una cosa de la que estaba completamente seguro.

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Las deseaba a ambas, las quería a las dos solo para él.

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Y lo que más le gustaba de esto era que… sabía que las tenía rendidas a sus pies.

Cerró la puerta y miró el reloj que colgaba en la pared.

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Una y treinta… de la tarde. Había pasado todo el día anterior y parte de ese mismo día con Sasuke; y aunque las primeras horas fueron una tortura (con respecto a la indiferencia del pelinegro y a la desagradable escena que tuvo con Karin en el baño) luego todo fue como un sueño. Le hizo el amor cuantas veces pudo y en todos los lugares que se le pudieran ocurrir. Seguramente tendría que comprar una cama nueva. Aún recordaba el ruido que hacían los resortes del colchón cuando Sasuke la penetraba y la embestía en un frenético vaivén de caderas. Se sonrojó de solo pensarlo. Suspiró, estaba agotada.

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-"Pero miren quién llegó."-dijo un voz opacada por la envidia, cada palabra la dijo como si fuera que destilaba veneno, escupiéndolas. A Sakura le sorprendió el tono con el que Ino se dirigió a ella.

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-"¿Ocurre algo nee-chan?"-dijo preocupada.

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-"No me hables así"-protestó, haciendo una rabieta, estaba furiosa.

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-"Pe-pero no te entiendo."-dijo realmente confundida.

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La rubia abrió levemente los ojos, al comprender que estaba montando una escena y que no tenía ningún fundamento para poder justificarse. De hecho… si lo tenía, pero no creía que a Sakura le gustara oírlo.

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-"Lo siento."-se disculpó rápidamente, no le dio tiempo que le preguntara nada más, subió las escaleras lo más veloz que pudo y se internó en su habitación.

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Una vez que pasaron unos minutos, meditó la situación.

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¿Qué mierda había hecho?

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Se le había planteado a Sakura como si fuera un padre que controlaba la vida de su hija, pero ella sabía que no era así, en realidad, estaba hirviendo de furia. Tanto que podría eruptar como un volcán. Y aunque sabía que no tenía derecho a reclamarle por nada, sentía que debía hacerlo. Quería reclamarle por haber pasado la noche con su Sasuke. Sí, su Sasuke, porque ahora se había empeñado a que ese lindo muñequito sería suyo y solamente suyo.

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No le importaba que Sakura saliera herida en el proceso.

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No, no crean que era una mala persona, de hecho, lo hacía por el bien de su hermana. Sasuke no era el hombre adecuado para Sakura, era demasiado torpe, demasiado sosa, muy mojigata y sobretodo muy inocente. Sasuke la haría sufrir, ya le había demostrado eso cuando la besó, él no era un hombre que aceptara las responsabilidades que conllevaba formar una relación estable. En cambio ella…

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Era perfecta para ser la pareja del ojinegro, era hermosa, sensual, no era tonta como su hermana y… era hermosa.

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Sonrió de tan solo imaginar cómo sería el momento en que lo tuviera entre sus redes, a su merced. Sabía que la deseaba, que quería poseer su cuerpo, pero también sabía, que deseaba al de Sakura.

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Frunció el seño ante tal pensamiento. Por Dios... era absurdo. ¿Por qué quedarse con Sakura teniéndola a ella? Que tranquilamente podría saciar el apetito sexual del moreno sin ningún inconveniente. Lo repetía nuevamente, era absurdo.

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Pero ya llegaría su hora, pronto sería el momento en que su fantasía se convierta en realidad. Ella no soñaba, ella tenía objetivos, metas, y hasta ahora nunca había dejado una sin cumplir.

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Sasuke no sería la excepción.

Que alguien le explique qué-fue-eso.

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¿Por qué Ino se las había agarrado con ella? ¿Qué le había hecho? ¿Seguiría enojada por lo de la ropa?

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Hizo un mohín con los labios, no le gustaba estar disgustada con su hermana, aunque fueran muchas veces las que riñeran por cualquier estupidez. Pero ahora… no parecía que fuera por cualquier estupidez.

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-"Em, mamá me dijo que podía… lo siento Ino, no quería tomarlo sin tu permiso, yo…"-intentó decir con toda la vergüenza que le daba que Ino la mirara molesta.

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-"No importa."-susurró entre dientes.

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Hasta el momento, no pensó en lo irritada que se veía.

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¿Realmente era por lo de la ropa?

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Tanto Ino como Sasuke se habían comportado muy raros desde que tuvieron ese pequeño encuentro. Incluso se atrevía a pensar que se comportaban así desde el primer encuentro que tuvieron cuando los presento, especialmente cuando volvieron de la cocina.

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Su mente comenzó a maquinar un montón de ideas difusas pero que a su vez eran muy nítidas. Se le retorció el corazón de solo pensarlo.

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Miró a las escaleras, por donde Ino había subido.

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Su hermana era muy bonita, demasiado para su propio bien. ¿Sería posible que tal vez, solo tal vez… Sasuke se sintiera un poquito atraído por Ino?

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-"¿Por qué piensas… que eres diferente a las demás? ¿Qué te hace pensar… que él no te dejará?"-

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-"¡Tú no lo conoces!"-

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-"¿Y tú sí?"-

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¿Realmente lo conocía?

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-"Lo siento…"-

¿Por qué lo sentía? ¿Por qué su voz sonaba tan cargada de culpa? ¡¿Por qué? Se preguntó a punto del colapso mental.

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Se recostó en una silla, antes de caer desmallada al piso, no se sentía bien. Nada bien. Por un momento se puso a pensar en la otra noche, cuando Sasuke le hizo el amor… se veía frustrado, desilusionado. No podía negar que aunque Sasuke siempre fue salvaje a la hora de hacerlo, ese día fue un poco bruto. Últimamente, lo hacía de una manera muy tosca, conservaba su erotismo, pero aún así…

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Ya no sabía que pensar, tal vez… todos tenían razón, tal vez ella y Sasuke no era el uno para el otro. Siempre se sintió poca cosa a su lado, cada vez que caminaban juntos, notaba la mirada de superioridad que le daban las demás mujeres y lo deslumbradas que miraban a Sasuke. Él era demasiado hermoso, y otra vez… no pudo evitar pensar que Ino era como la versión femenina de él. Los hombres se quedaban embobados cuando la veían pasar, y cuando se enteraban de que eran hermanas preguntaban sin tapujos donde demonios estaba el parentesco, ya que ambas eran tanto física como emocionalmente muy diferentes.

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Pero… Sasuke, la eligió a ella, por encima de otras mujeres que seguramente eran mucho más bonitas.

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Se sentía muy afortunada de tener a un hombre como él, por lo que siempre se esforzaba por ser más.

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Ahora entendía porque Sasuke se veía frustrado, era porque aún seguía sin ser lo bastante atrevida y salvaje como a él le gustaría. Tenía que dejar de lado toda esa maldita inocencia, tenía que cambiar. Y aunque ella creía que si se ama a una persona hay que amarla tal como es, en una relación siempre hay que sacrificar ciertas cosas.

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Y ella, se sacrificaría por Sasuke.

Tan solo había trascurrido dos semanas desde ese tedioso día. Sakura siguió su vida como siempre lo había hecho, no hubo muchos cambios, claro, si a eso le sumamos el hecho de que Sasuke ya no la frecuentaba tanto como antes, ni siquiera la miraba o la tocaba cuando estaban en el Instituto, e Ino cada vez estaba más y más histérica, le buscaba pelea por cualquier cosa y a las mañanas amanecía de muy mal humor. Ah… y también conoció a un chico, uno muy peculiar.

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-"Ya basta."-habló hastiada la pelirrosa.

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-"¿Por qué? Si no hemos hecho nada malo."-le contestó Karin haciéndose la inocente, y su séquito de amigas huecas rieron con ella.

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Esta era la situación: Sakura caminaba tranquilamente por el pasillo cuando se topo con la pelirroja y las dos amigas de ésta; la insultaron, ella las insultó, Karin la empujó, ella la empujó más fuerte, y Karin la empujó con aún más fuerza, haciendo que cayera al piso junto con la tarea que se pasó haciendo toda la noche. Y ahí estaban…

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-"¿Es que nunca te cansas de molestar?"-preguntó con voz cansada.

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-"¿A ti? No, nunca, yo no hago nada para que tu estés en esta situación, tu sola logras humillarte bastante."-declaró orgullosa. Levantó el pie y pisó con fuerza una carpeta de la muchacha.

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-"Ella dijo basta."-resonó una voz masculina por todo el pasillo. Cuatro pares de ojos se posaron en el muchacho, y a tres de ellas se les hizo baba de solo verlo.

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Era alto y fornido, tenía el cabello de un rubio tan dorado que resplandecía bajo el reflejo del Sol, sus chispeantes ojos azules miraban de manera amenazante a la pelirroja, provocando que les recorriera un escalofrío por la columna. El ceño del rubio se frunció considerablemente, y las cuatro se dieron cuenta de que miraba el pie de Karin que aplastaba la carpeta. Inmediatamente, ella entendió la indirecta.

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-"Eh… mejor nos vamos."-dijo nerviosa. Salió casi corriendo por el pasillo seguida por las otras dos.

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Sakura parpadeó, desconcertada, y sin levantar la vista para observara a su salvador, comenzó a recoger los libros y las carpetas que estaban esparcidos por el piso.

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Justo cuando iba a alcanzar un libro de cubierta azul que estaba bastante lejos, una mano grande lo tomó al mismo tiempo que ella, provocando que se sobresaltara.

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-"Lo siento."-se disculpó apresuradamente el rubio. Sus miradas inmediatamente se chocaron y se sumieron en un silencio que, aunque sonara raro, no incomodó a ninguno. Pero sin saber por qué, la ojijade rompió el contacto visual desviando la mirada a los otros libros y prosiguió con su tarea.-"Etto… toma."-le ofreció el libro.

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-"Mm."-musitó.

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-"Oye oye, ¡no hay por qué tener vergüenza!"-dijo con una voz que de repente se volvió más chillona y alegre, sus ojos se achinaron y en su labios se formó una gran sonrisa que dejaba a la vista sus blancos e impecables dientes. Las pequeñas franjas que tenía en las mejillas le daban una adorable apariencia zorruna. No pudo evitar soltar una risilla, que el rubio, por supuesto escuchó.-"¡Te hice reír Dattebayo!"-exclamó realmente emocionado. Sakura se sonrojó, avergonzada.

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-"¿Dattebayo?"-le pregunto extrañada.

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-"¿Eh?"-dijo como si no entendiera la pregunta.

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-"Nada nada."-negó con la cabeza, y luego le regaló una hermosa sonrisa que paralizó todos los sentidos del rubio.-"Por cierto… no me he presentado."-le dijo divertida, mientras se enrollaba un mechón de pelo con el dedo distraídamente. Toda la atención del muchacho estaba dirigida a ese diminuto gesto.-"Me llamo Haruno Sakura."-y le extendió la mano. Él por un momento la miró algo incrédulo, pero luego aceptó de buen gusto la mano de la chica y la apretó efusivamente.

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-"¡Y yo soy Namikaze Uzumaki Naruto dattebayo!"-prácticamente gritó.

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-"Un gusto Naruto ´ttebayo."-ambos rieron, Naruto de manera más estruendosa. Sakura lo miró bien, era muy atractivo.

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-"¿Sucede algo?"-preguntó extrañado.

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-"¿Eh?"-no se dio cuenta de que lo había mirado más de lo estrictamente necesario.-"¡No! Solo que… tu apellido se me hace muy conocido, pero no sé de donde…"-lo escuchó reír entre dientes.

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-"Tal vez sea por la empresa familiar. Rasengan´s Corp., y el dueño de la compañía es Namikaze Minato, mi padre."-contestó orgulloso.

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-"Oh…"-¿solo eso pudo articular? ¡¿Un simple y estúpido "Oh"?-

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-"Jaja, ¡vaya! Eres muy elocuente."-se burlo, ella bajó la cabeza avergonzada.-"Vamos vamos no te desanimes, solo bromeaba."-le dijo mientras le giñaba el ojo, Sakura se sonrojó. Naruto le tendió una mano una vez que se puso de pie y la ayudó a levantarse.

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-"Arigatto… por todo."-agradeció.

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-"Tsk, ¿lo dices por la pelirroja? Nunca conocí a alguien que usara tan poca ropa, solo le faltaba un cartel en la frente que diga: Vendo mis servicios por una moneda."-

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Aunque intentó contenerse no pudo, rió tan fuerte que seguramente la escucharía todo el Instituto. Lo hizo y hasta que soltó un ronquido, como el de un cerdo, no se dio cuenta de lo vergonzoso que era. Naruto la miró fijamente.

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-"A-ah…"-titubeó.-"hay Kami-sama no puedo creer que hice eso."-dijo en un murmullo, escondiendo la cara avergonzada. Se sobresaltó cuando la gran mano de Naruto se posó en su barbilla e hizo que lo mirara directamente los ojos; su mirada irradiaba mucha determinación, aunque noto un destello de ternura centellando de sus irises azules.

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-"No tienes porque avergonzarte."-le dijo, serio, pero sin reproche.-"tienes una risa muy hermosa y no tienes porque esconderla."-finalizó a declaración con otra de sus hermosas sonrisas, casi se quedó ciega por lo brillante que eran sus dientes; le devolvió la sonrisa, pero más retraída.

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Desde ese día, siempre la saluda y ella le devolvía el saludo, incluso charlaron durante varios recesos. Era, como ya lo había mencionado, un chico muy peculiar. Distraído, problemático, cabeza hueca, gracioso, apuesto…

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¿Qué?

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Tragó saliva.

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Oh vamos… ni que fuera pecado decir que el idiota está como quiere. Bufó su yo interior.

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Si… no estaba mal, pero para ella sí, se suponía que no podía tener ojos para nadie más que para Sasuke. No la malinterpreten, el chico si era lindo.

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Bueno, era muy lindo.

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Pero aún así, Sasuke era el único que hacía que su corazón latiera con desenfreno, el único que lograba hacerla sucumbir ante sus encantos.

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Mientras pensaba en eso, abría la puerta para ir al Instituto, y se sorprendió enormemente al ver el auto de Sasuke aparcado en frente de su casa. Él estaba apoyando el peso de su musculoso y atlético cuerpo contra la parte delantera del vehículo, estaba en una pose despreocupada que lo hacía ver muy guapo, era ridículo que cualquier cosa que el maldito haga lo hiciera ver bien, pensó algo irritada.

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Sasuke, quien estaba mirando a un costado, volteó en cuento escuchó el sonido de la puerta abrirse. Su expresión se mantenía imperturbable, aunque por dentro todo en él era un caos.

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Creyó que después de haber pasado esa noche junto a ella todo cambiaría, pero lo único que consiguió fue sentirse peor. Cada vez que veía que sus ojos se cristalizaban o que iba a preguntar algo sobre su actitud tan distante, solo tomaba su rostro con ambas manos y la besaba con frenesí, al punto de aturdirla tanto que llegaba a olvidarse de qué era lo que iba a preguntarle, y con eso la mantenía callada, solo por un rato. Sakura era demasiado molesta como para dejar un tema sin cerrar.

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Su ego dio un brinco al verla como se paralizaba con su presencia y como los bellos de su delicada piel se erizaban.

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La recordaba sudorosa, jadeando y vibrando de un infinito placer al llegar a la cumbre del orgasmo. Su pequeño cuerpo bajo el suyo estremeciéndose y convulsionándose constantemente.

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Sintió que alguien lo miraba fijamente desde algún punto a lo alto; y no se equivocó.

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Arriba, en el segundo piso, desde la ventana, podía ver a Ino vistiendo un pequeño y escotado camisón color rojo fuego, sus grandes ojos celestes relampagueaban con una chispa de perversidad, sus labios se curvaron en una sonrisa triste, que no coincidía con su maliciosa mirada.

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Los ojos de Sasuke escrutaron su cuerpo como si fuera un depredar acechando a una inocente criatura, pero Ino no tenía nada de inocente, ella no era como Sakura.

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Suspiró abatido.

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¿Porqué Sakura no podía ser un poco más como Ino?

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Abrió levemente los ojos, sorprendido de sus propios pensamientos.

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Miró a Sakura, quien se acercaba con pasos cautelosos hacia él.

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Si fuera Ino, vendría caminando con un andar sensual y provocativo, contorneando las caderas, a modo de invitación, cuando estuviera cerca de él, se abalanzaría a sus labios y lo besaría ferozmente, como un animal que estuvo reprimido durante días. Luego…

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-"¿Sasuke-kun?"-

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Parpadeó.

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-"Sakura."-

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Sakura…

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¿Qué estaba haciendo ahí?

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-"¿Qué haces aquí?"-le dijo cohibida.

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¿No es obvio? Me mataba la culpa y… si cabía una pequeña posibilidad, quería ver a tu hermana.

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-"¿No es obvio?"-dijo como si fuera tonta.-"vine a buscarte."-

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Mentira

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Miró nuevamente hacia la venta del segundo piso.

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Ella aún estaba ahí.

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Seguía con la mirada fija sobre él. En cierto punto, le pareció ver una advertencia en sus ojos.

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¿Advertirle? ¿Sobre qué?

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Sintió el contacto cálido de los labios de Sakura sobre su mejilla. Como si fuera una suave caricia.

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La observó sorprendido.

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-"Me da gusto verte Sasuke-kun."-confesó mirándolo directo a los ojos, lo decía sinceramente.-"te extrañé."-susurró.

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Acto seguido, lo abrazó fuertemente.

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Se quedó perplejo, no supo cómo reaccionar. No correspondió el gesto.

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Sentía como Sakura se volvía más frágil contra su cuerpo, cada parte de ella le insistía para que le diera el abrazo que tanto necesitaba. Ella lo necesitaba.

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No podía. No con Ino estando presente. La tomó por los hombros y le dirigió una expresión dura. Sakura se quedó de una sola pieza. Él abrió la boca, pero nada salió de ella. Podía sentir como temblaba entre sus manos, en cualquier momento se volvería de gelatina.

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-"Vamos."-le ordenó, mientras se daba la vuelta y abría la puerta del piloto.

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-"…"-

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Se volteó para mirarla, su flequillo le cubría los ojos, y no podía identificar cuál era la expresión que había en ellos.

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-"Sakura… vámonos."-volvió a ordenarle.

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-"…no."-murmuró.

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-"¿Qué?"-no había entendido.

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-"He dicho que no, Sasuke."-le contestó fuerte y claro cuando levanto la mirada, Sasuke volvió a quedar sorprendido. Lágrimas caían sobre su pálido rostro; sus ojos destilaban enojo y una gran amargura albergaba en ellos.-"No puedo más."-dijo con la voz quebrada.

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No sabía qué contestar a eso.

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-"Sakura…"-intentó acercársele, y cuando estaba a punto de posar su mano en los hombros de la fémina, ella, se la quitó furiosa.

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-"¡No me toques!"-

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Sasuke frunció el entrecejo, esto se le estaba yendo de las manos.

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-"¡¿Qué mierda te pasa? ¡¿por qué te comportas como una histérica?"-le gritó encolerizado.

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Las mejillas de la muchacha se tornaron rojas, de indignación.

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-"¿Por qué? ¡¿Me preguntas por qué? Eres un hipócrita"-contestó hecha un mar de furia. Sasuke quedó realmente estupefacto. ¿Lo había insultado?-"no me mires así… como si no supieras nada."-sollozó.-"eso es todo lo que haces, finges que nada pasa, que todo sigue igual… ¡ya nada es igual Sasuke!"-se llevó una mano a los ojos, tratando inútilmente de secar las lágrimas.-"realmente… no te entiendo."-dijo lo último con voz lastimera.

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-"¿Por qué piensas… que eres diferente a las demás? ¿Qué te hace pensar… que él no te dejará?"-

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-"¡Tú no lo conoces!"-

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-"¿Y tú sí?"-

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-"Sasuke…"-lo nombró con la voz ahogada por las lagrimas.-"Ya no te conozco."-

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No se movió. No dijo nada. No hizo nada.

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Siendo sinceros… yo tampoco me conozco.

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Sus ojos se desviaron nuevamente a la habitación de la rubia, quien portaba una sonrisa burlona. Parecía divertirse de su situación. Eso era denigrante. ¿Le parecía divertido? ¿Quién demonios se creía? Sonrió para sus adentros, ya le demostraría como la situación podía tornarse a su favor.

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-"Ya pequeña… no llores más."-le canturreó mientras le sostenía su pequeño y redondeado rostro entre sus manos ásperas, con los pulgares, le acarició las mejillas y con sus labios, bebió cada una de sus lágrimas. Cuando terminó, rozó su nariz tiernamente con la de ella. Sakura se quedó estupefacta, no entendía. ¿Qué era lo que estaba intentando hacer Sasuke?-"No quería preocuparte…"-le dijo con voz pesada, como si le costara decir lo que estaba por mencionar.-"pero la verdad es que últimamente he estado teniendo problemas con mi familia, sabes que mi padre y yo diferimos en muchas cosas, y siempre lo antepone a Itachi en todo, ya no lo soporto."-le confesó angustiado.

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Sakura seguía allí, tan dura como una piedra. De repente, volvió a arrojarse a sus brazos, esta vez, él correspondió el gesto, como si estuviera afligido. Las lágrimas de ella le mojaban su camisa, pero no le importó. La apretó contra su duro pecho, como queriendo decirle que no se vaya, que se quedara con él. La tomó del mentó y la besó tiernamente, solo fue una simple unión de labios, pero con ello intentaba transmitirle todas sus emociones. Ella enredó sus delicados y delgados brazos en su cuello y volvió el beso un poco más profundo; tuvo que ponerse de puntitas de pie para poder tener una mejor disposición de la boca del moreno.

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Todo era parte del show, e Ino era la espectadora.

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Los ojos de la rubia se crisparon de enojo. Apretó los puños e hizo una mueca con la boca. Lo único que esa "tierna" escena le provocaba era asco.

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Sabía que él fingía, que lo hacía para hacerla rabiar. Se estaba comportando como un verdadero hipócrita. Pero eso no se quedaría así. Sasuke caería. Tarde o temprano, todos lo hacen.

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Con ambas manos sostuvo las cortinas de terciopelo lila y las cerró bruscamente.

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Ellos siguieron así por un largo rato, besándose tiernamente, ella enterraba sus manos en sus hebras azabaches y él acariciando la parte baja de la espalda de Sakura, y con su otra mano la sostenía de la nuca para profundizar el contacto.

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Cuando se separaron, la mirada de ella se suavizó de forma notable. Sus ojos brillaban y en sus labios había una pequeña sonrisa en señal de comprensión.

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-"Lo siento Sasuke-kun."-se disculpó apenada.-"Todo este tiempo yo… yo creía… creía que-."-no pudo terminar.

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-"Shh"-la calló posando un dedo sobre sus labios, la cara de ella era muy graciosa. Tenía sus enormes orbes jades mirándolo fijamente y su boquita quedó en una perfecta "o".

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Sakura tomó delicadamente su mano entre las suyas y la apartó de sus labios.

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-"No Sasuke-kun…"-le reprochó suavemente.-"déjame terminar."-lo miró seria, suspiró, y volvió a tomar aire por la boca, reuniendo fuerzas.-"y-yo creía que… t-tu ya… ya no me querías más, pensé que… buscarías a otra porque yo soy muy poca cosa. Karin dijo-."-le cortó.

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-"¿Karin? ¿todo esto pasó por lo que te dijo Karin?"-le preguntó disgustado. Intentando ocultar con eso su verdadero desconcierto, no era como Sakura pensaba, pero no estaba tan equivocada. No es que no la quisiera, ya lo había dicho antes, apreciaba mucho a Sakura, pero sentía que no era suficiente, él quería algo más. Algo más como Ino.

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Le gustaba la forma en que la rubia lo provocaba, su sensualidad y su perspicacia, todo lo contrario a la ingenuidad de su hermana mayor. Quería a Sakura, pero también quería a Ino.

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¿Por qué no podían alguna de las dos tener un poco más de la otra? Sería la combinación perfecta.

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Pero no. Lamentablemente las dos vinieron por separado y no tenía otra alternativa.

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Tienes que elegir.

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¿Qué?

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Decide de una buena vez.

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No puedo.

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Se sorprendió de lo mucho que le costaba escoger entre una y otra. Aunque se había encaprichado con Ino, Sakura seguía siendo una parte importante en su vida, ella lo acompañó en las buenas y en las malas, lo quería a pesar de muchas cosas, y le costó mucho poder hacerla su novia.

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Realmente… ¿era necesario elegir?

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Sí.

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No, no lo era. Pensó con perversión.

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¿Dónde estaba escrito que él debía quedarse con una sola? ¡si hasta podía tenerlas a ambas!

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¿Qué demonios estás pensando? Le recriminó la voz de su conciencia.

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La puta madre. ¿En qué estaba pensando? ¿Realmente estaba dispuesto a serle infiel a Sakura?

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Se merece algo mejor que tú. Le dijo la voz con un profundo asco.

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Seguramente, pero él no estaba dispuesto a dejarla, no señor, eso sí que no.

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-"Oh… tienes razón, me dejé influenciar. Debes pensar que soy una tonta."-

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-"No le tomes importancia, la próxima vez que ella quiera meterse contigo, se las verá conmigo."-advirtió con seriedad. Si esa estúpida seguía llenándole la cabeza a Sakura, seguramente ella pronto se daría cuenta de la verdad, debía mantener a Karin lo más alejada posible de la pelirrosa. Y ya sabía cómo. Ya la había insultado, la había amenazado, le dijo e hizo un montón de cosas despreciables, pero ella seguía allí, pegada a su talones como un maldito perro faldero, lamentablemente, tendría que utilizar otros recursos, mucho más despreciables y muy bajos, que si Sakura se llegaba a enterar, seguramente lo mataría.

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-"Ven"-le extendió la mano, la cual ella acepto gustosa, su sonrisa era imborrable. Al fin, todo entre ella y Sasuke se había aclarado, posiblemente, las cosas sí vuelvan a ser como antes.

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N/A: Bueno este es mi regalito de navidad, felices fiestas!

Espero de regalo muchos reviews : )