Sake

Por Led Astray

El kimono parecía más pesado de lo que recordaba que era. También era exagerado para su gusto, se adhería demasiado a su cintura y restringía en cierta medida el movimiento de sus piernas, obligándola a dar pasos cortos mientras debía de mantener la espalda erguida para evitar que la cabeza se le fuera hacia atrás por el peso de los adornos en el peinado.

Cuando entró a la habitación se sintió atacada por las miradas del Shinsengumi como si fuera una muñeca de porcelana encerrada en una vitrina. Sus mejillas se tiñeron rosadas, perdiéndose en el carmesí del kimono.

Una par de cumplidos ocasionaron que corriera atravesando la habitación y saliendo en otro pasillo.

Tras cerrar la puerta, el silencio la sostuvo entre su seno llenándola de una paz indescriptible en su manto.

La vista daba a una esplendorosa luna llena bajo la cual una silueta era iluminada sutilmente. Sus ojos estaban perdidos en las luces de la ciudad, quienes semejaban un montón de luciérnagas surcando las calles a media noche.

Hijikata-san se levantó, tambaleándose de un lado a otro sin su gracias habitual. Formó un trayecto en zigzag, hasta caer frente a ella. Empleó su propio cuerpo para amortiguar la caída, convirtiendo sus brazos en una blanda superficie donde alojarlo.

Sus ojos se abrieron como platos al sentir como Hijikata-san aspiraba el aroma de cerezo cerca de sus hombros. Una sensación cálida recorrió su piel como un torrente de lluvia en verano. Se sentía paralizada por un veneno delicioso, pero se negaba rotundamente a dejar sin polen a una abeja fatigada. Pronto, aquel desliz subió en una línea recta a través de su cuello, deteniéndose detrás de su pómulo.

Las manos del subcomandante recorrieron las hebras de su cabello una y otra vez. Aquellos dedos actuaban lenta y tan cuidadosamente, contradiciendo la intención de despeinarla por completo.

Al inhalar, un aroma dulce llegaba a lo más profundo de sus entrañas. Tal vez, era el sake nuevamente, torturando desde dentro a su amado. Tal vez, era su propia esencia seduciéndolo.

—Luces encantadora. —Susurró pasmosamente, rodeando las caderas de Chizuru contra sí. —Tanto que comería ahora mismo.

Era como una pluma que brillaba a la luz del sol y Hijikata era el ave que la lucía esplendoroso mientras emprendía un vuelo delicado hasta perderse en la infinidad. Temió arrancarle las alas, temió obligarlo a descender a tierra firme, pero no existía una fantasía que durase para siempre. Prefería hacerlo descender y evitar su caída en el más oscuro de los bosques.

Extendió los brazos y lo apartó dejándolo estupefacto y con el cuerpo tumbado en la madera. Su caída fue dolorosa pero lo fue todavía más enfrentar su penetrante mirada.

Recordaba que las mejillas del subcomandante eran siempre de un tono pálido, ahora jamás olvidaría la alegría y sorpresa de presenciar el carmesí a la luz de las farolas.

—Lo siento Hijikata-san. —Sintió un par de gotas cayendo de sus ojos. Se restregó la sensación con la manga del kimono, permitiendo se abriera la puerta corrediza.

—Vaya, alguien ha bebido demasiado, ¿no crees, Chizuru? —Asintió, regalándole una mirada cargada de suplica. —Chicos, llevemos de vuelta al cuartel a Hijikata-san.

Sanosuke y Okita llegaron a su lado, tomando cada uno un brazo de Hijikata-san. Saitou-san bufó molesto, teniendo que llevar la carga de tres hombres ebrios, él y dos de sus compañeros.

Cuando travesaron el portón de la casa de té supo que a la mañana siguiente toda la magia creada en un par de segundos se esfumaría por completo. El olvidaría las palabras lentas susurradas pegadas a su cuerpo y rogaría porque tampoco recordara el temblor bajo la ropa. Se levantaría temprano y prepararía un té para Hijikata-san y los demás, rezando a Kami-sama porque su resaca no fuese tan molesta. Sería difícil, pero una noche de embriaguez le había resultado una de las mejores de su vida.


Ya sé que soy una autora cobarde que borró todo, desapareció y volvió con lo mismo, pero tengo una sorpresa, voy a continuar esto, tal vez dos capítulos más, no se aun. Por favor, ¿me dejarían un review?