LA TRAVESÍA
CAPÍTULO 1: UNA NUEVA AVENTURA
Advertencia: Como ustedes sabrán, esto es un sidestory de Las Dos Caras del Ser, pero tiene una particularidad y es que serán mencionados personajes de Asiant (sólo será una mención muy ligera al universo de La Leyenda), Eduardo Castro y Mikki-chan (en caso de los dos últimos, la mayor parte de la acción del side transcurrirá en sus universos, sobre todo en el de la última autora). Demás está decir que actúo con el permiso de los citados autores, así que nada de acusaciones de plagio desde ya. Por lo pronto, disfruten lo que vendrá a continuación.
Era un hombre bastante alto, fornido, cubierto por ropas oscuras como si fuera una especie de monje y sus ojos eran dos permanentes llamaradas plateadas que reflejaban un odio y una maldad intensa que contrastaban con el rostro que tenía, el cual más bien parecía el de un joven de veinte años. Durante miles de años éste ser gobernó con puño de hierro a Caronia (1) y la convirtió en la primera potencia de la Vía Láctea, mandando sin piedad a sus enemigos a campos de concentración que eran "la antesala del infierno".
Éste hombre era el emperador de Caronia, quien estaba meditando acerca de los hechos recientes que habían pasado en aquella otra dimensión. Era increíble que sus fuerzas, las más poderosas de la Vía Láctea, hubiesen sido derrotadas por un grupo de "primitivos" ayudados por los Guardianes y la Liga. Y aparte de aquello, tampoco le era posible concebir la idea de que uno de sus Shadow Warriors lo haya traicionado.
-¡Maldita sea! ¡Aquello jamás debió pasar! ¡Ese mundo debería ser mío solamente junto con todos sus habitantes! ¡CARLOS VILANOVA… LOS GUARDIANES… MALDITOS SEAN TODOS!-exclamó el emperador caroniano, tratando de dejar salir algo de aquél enojo y odio incontenible que sentía contra todos sus enemigos para luego tomar vino en una copa dorada.
El Plan Diosa Victoria era vital para él ya que sólo así tendría recursos suficientes para derrotar a la Liga Planetaria y a la Orden de Guardianes (2), los cuales realmente habían sido terribles enemigos que habían contenido exitosamente sus ofensivas en algunos frentes, incluido el de aquella otra dimensión.
Fue en eso, que notó un estremecimiento en todo su ser e incluso tembló por un momento. Hacía muchísimo tiempo que no sentía eso. Tanto así fue esta sensación que incluso dejó caer al suelo la copa de vino que tomaba y algo de aquella alegre bebida se esparció por el suelo.
-¿Miedo? No puede ser posible... yo soy el ser más poderoso de esta galaxia. Pero entonces... ¿quién? ¡¿Quién es aquél que logra que me sienta así?-su voz denotaba cierta inquietud y temor, pero logró serenarse un poco y se sentó a meditar de nuevo.
Esa presencia, esa maldita y asquerosa presencia... ¿porqué siento que puede amenazarme?, pensaba el emperador cuando reparó en algo que leyó alguna vez hace mucho tiempo y que se refería a una señal.
-¿Acaso ese sujeto es la señal del inicio? ¿Es eso realmente?-el emperador de Caronia estaba alarmado, si aquello era cierto entonces realmente surgiría un guerrero legendario que aparecería.-¡NO! ¡NO IMPORTA QUE RAMIEL (3) HAYA DESPERTADO! ¡ESE MISERABLE NO DETENDRÁ MIS PLANES! ¡SERÉ YO EL QUE DEFINIRÁ EL DESTINO DE AQUELLAS VIDAS INCONTABLES Y APLASTE A TODOS LOS QUE SE ME OPONGAN!
Tras eso, él sólo se retiró del salón del trono y se dirigió a otra habitación. Era evidente que debía planear muchas cosas más y que talvez no tendría demasiado tiempo.
A la vez aquél extraño suceso también fue percibido en Ardunis (4). Éste era el mundo sede de la Liga Planetaria, la mayor parte de aquél mundo estaba cubierto de miles y miles de rascacielos y edificaciones impresionantes, algunas eran antiguas y otras eran modernas. Los habitantes eran variopintos, de todas partes de las zonas que pertenecieran a la Liga Planetaria o incluso de mundos neutrales; que por lo general iban allá a comerciar.
Millones de naves y tropas orbitaban todos los sectores de ese planeta y lo vigilaban, especialmente el Alto Mando de la Vía Láctea, el Consejo Planetario y el Santuario de los Guardianes, éste último a diferencia del resto de aquél mundo era un lugar más bien apacible, que tenía todo un sector de Ardunis para el entrenamiento de los guerreros de la luz, un sector del tamaño de la Europa de la Tierra.
Precisamente en una de las edificaciones del Santuario de los Guardianes, un hombre salió de sus meditaciones con un extraño sobresalto, al punto tal que por un instante no supo donde estaba y debió ver todo a su alrededor. El piso de mármol cubierto por una alfombra roja, las columnas finamente decoradas, las esculturas de dragón en la entrada del lugar, los murales con motivos de dragones en las paredes y en el techo, todo estaba en su lugar.
Era un hombre que pasaría los 2.10 metros, aparentaba los cuarenta años, su cabello era plateado y le llegaba hasta la cintura. Vestía una túnica blanca que lo cubría hasta los pies, junto con un rosario dorado, un casco azulado con una visera que cubría sus ojos aunque dejaban ver facciones bien conservadas. Sintió un extraño estremecimiento, que parecía recorrer todo su ser.
-Increíble... jamás creí sentir una presencia con tal fuerza. ¿Será que acaso es el inicio de lo que hablan esas leyendas antiguas de la gran lucha del bien y el mal? ¿Acaso empezó la lucha?
Sin embargo, sintió una extraña calma al percibir aquella energía tremenda. A diferencia del emperador, sentía una extraña sensación de paz y quietud luego de aquél sobresalto.
-¿Acaso Ramiel despertó?-se preguntó el hombre de cabello plateado y toga, antes de salir de aquél hermoso lugar.-Si es así entonces la lucha entre el bien y el mal empieza… el Gran Maestre debe saber de esto.
Ajenas a todo esto, en una dimensión muy lejana y en una sala de meditación del acorazado "Octenius", una mujer de cabello castaño largo y tez blanca que vestía una armadura roja y una niña que aparentaba los once o doce años estaban sentadas en posición de flor de loto.
-Deja que todo lo que te ha afectado alguna vez sea superado.-decía la mujer, la cual mantenía sus hermosos ojos verdes cerrados.
La niña trataba de concentrarse una y otra vez, pero de pronto los recuerdos de las muertes de sus seres queridos y de cómo actuó no la dejaban en paz. Se veía a sí misma, sintiendo odio y furia como nunca antes en su vida, siendo un monstruo.
-No puedo… aún sigo teniendo miedo.-decía la niña, sudando y sin abrir los ojos.-Mi hermano… mi amiga… .
-Ellos hicieron lo que creyeron correcto, Sakura.-dijo la joven mientras elevaba levemente su aura y procuraba calmar a la niña, aunque sentía que sus esfuerzos eran en vano por momentos.-No debes dejarte caer por esos sentimientos horribles.
-No debieron morir… no era justo y lo sabes, Kayani. Y por eso sigo teniendo miedo.-decía la Card Master, antes de dejar caer un par de lágrimas de sus ojos.
-Que el temor o la tristeza no te hagan caer, Sakura. Eso es lo último que ellos querrían de ti.
-Ellos querían que fuera su heroína… pero no los salvé y lo sabes. Al contrario… fui un monstruo.
Antes que Kayani pudiera hacer algo, Sakura dejó de meditar, se colocó de pie y salió de aquella sala.
-Yo no quiero ser un monstruo… ni tampoco quiero pelear.-dijo la niña, mientras se iba.
Al lado de aquella sala de meditación, había una sala de entrenamiento enorme por la cual la Card Master había sido vista por dos figuras que se hallaban en un combate en ese momento. Una de aquellas figuras era un niño chino de cabello y ojos castaños, tendría a lo sumo diez u once años. Sudaba y estaba demasiado nervioso.
-¡Procura no perder la concentración ante mí! ¡Eso busca tu enemigo… desconcentrarte y matarte!-exclamó la voz de su oponente, percatándose que el niño había observado a Sakura y perdido la concentración otra vez, con lo cual empezó a hacer retroceder al niño.
Éste apenas atinó a moverse a un lado, evitando aquél haz de luz verde que salía del mango del sable de su oponente. A pesar de que su péndulo podía volverse una espada y de que podía usar hechizos, nada de eso le podía ayudar en ese momento.
-¡Jamás dejes que el temor te domine! ¡No importa que tu enemigo sea el monstruo más sanguinario de todos! ¡Valor… siempre valor!-el oponente de aquél niño sólo se hizo a un lado y lo miró con reproche antes de seguir.-Arghhh… ¡aún no lo haces bien! ¡El tener valor tampoco significa irse a lo loco!
-Debo seguir… como sea.-el niño siguió atacando a su oponente, que era mucho más alto y fuerte que él físicamente, no quería rendirse aún, pero al arremeter bajó la guardia y dejó su abdomen desprotegido.
-¡Tampoco seas tan necio!-en eso el interlocutor del niño le da a éste un rodillazo en el abdomen y luego lo derriba de una llave, haciendo que esté alejado de su arma.-Controla mi línea central, trata de sentir los movimientos de tu oponente y anticípate a ellos.
El niño entonces recibió tres golpes apenas se levantó, uno en el abdomen, otro en el rostro, y uno tercero en el pecho que lo tumbó al suelo de nueva cuenta, iba a recibir un golpe más, pero atinó a sujetar la mano de su oponente y de una llave de kung-fu lo arrojó contra una de las paredes metálicas de aquella sala.
-¡Jamás cantes victoria antes de tiempo!-el joven que había sido proyectado contra la pared daba un salto y se apoyaba en la pared antes de impulsarse hacia donde estaba el niño.
El niño chino a duras penas logró evitar una estocada que lo hubiese matado de seguro, rodando hacia el costado. Entonces atacó a punta de mandobles, tratando de hacer retroceder a su oponente.
-Vas bien… pero aún te falta mucho.
No hubo tiempo de reaccionar, ya que de un simple movimiento desarmaron al niño, y luego lo hacían retroceder de modo desesperado, tratando de evitar los cortes y estocadas del oponente, casi sentía que quería matarlo y entonces resbaló al suelo.
-¡Tu enemigo siempre busca matarte! ¡Piensa en esto como un combate real!-en ese momento, el niño es sujetado a media caída, evitando que caiga al suelo.-Acabó por hoy, descansa Shaoran.
-Disculpa Paul, es que he estado entrenando durante varias horas seguidas contigo y… .-Shaoran trataba de alegar algo ante Paul, pero él sólo lo miró duramente por un momento.
-¡Maldición! ¡Cada entrenamiento que tengamos imagina cualquier cosa… no sé… las batallas que tuvimos en la Tierra o que Sakura puede morir sino haces algo!
-¡Verás que daré mi mejor esfuerzo!-insistió Shaoran, ante un Paul que sólo avanzaba lejos
-Ah… es todo por hoy, descansa niño.-dijo el Guardián, casi sin darle importancia al asunto.
Al mismo tiempo, en otra sección de la sala de entrenamiento; se escuchaba el sonido de una cadena surcando velozmente los aires y dándole por muy poco a un hombre que aparentaba la misma edad de Paul. Era igual de alto y delgado, sin embargo su cabello era largo y tenía tonos azulados, su armadura era azulada con partes amarillas, y su gesto casi siempre era alegre.
-No es normal que falles así nada más en uno de tus ataques, Shun. ¿Qué ocurre?-dijo el joven, antes de sujetarse del techo y caer sobre el Santo de Andrómeda que logra evitar aquella arremetida de su oponente.
-Es Sakura… me preocupa un poco.-dijo el Santo de Andrómeda antes de lanzar de nueva cuenta su cadena atrapando el brazo del hombre con el que peleaba.
Sin embargo, aquél guerrero de gesto alegre en su rostro golpeó la cadena que lo sujetaba con un puñetazo directo que parecía emitir una especie de descarga eléctrica.
-¿Acaso te gusta la niña?-inquirió el joven en forma burlona haciendo que algo de una serie de chispas eléctricas viajen por el suelo de aquella sala de entrenamiento y por poco le den al Santo de Andrómeda sino fuera porque éste saltó velozmente, reponiéndose a durísimas penas de aquella sorpresa.
-Claro que no, Rajik. ¿Cómo se te ocurren esas cosas? ¡Sakura sólo es mi amiga!-respondió Shun, antes de elevar su cosmoenergía de nueva cuenta.
-Simple… pienso algo ilógico y lo digo para ganar ventaja en los entrenamientos… caíste.-contestó Rajik, sacándole la lengua a Shun y lanzando descargas eléctricas a la velocidad de la luz.
-¡Payaso!-contestó Shun sonriendo por la ocurrencia de Rajik, defendiéndose con su Cadena Rodante.
Sin embargo, en ese momento el Guardián de Bronce embistió de lleno al Santo de Atena con su sable de luz y lo derribó.
-Pero al menos me sirve en los entrenamientos, ¿no?-Rajik seguía burlándose y volvía a cargar con un segundo mandoble ante el Santo de Andrómeda.
-Queriendo desconcentrarme, ¿eh?-Shun entonces evitó un segundo mandoble y enganchó las manos de Rajik con su cadena.
-Si, y por lo visto lo logré… se te olvida que domino la electricidad, ¿no?
Rajik entonces cargó de electricidad la cadena que lo aprisionaba y proyectó aquello contra Shun, pero el Santo de Atena se quitó una de las cadenas a tiempo.
-De hecho, no.-contestó Shun.
Para el momento en que Rajik se dio cuenta, notó que sólo una de las cadenas estaba aprisionándolo.
-¿Cadena circular? Oh, oh.-fue ahí cuando notó que la cadena cuadrada iba hacia él.
-¡Cadena Nebular!-dijo Shun, y antes que el Guardián de Bronce pudiera responder recibió de lleno el impacto.
-Auch… eso fue bajo.
-Tanto como intentar distraerme con una broma en pleno entrenamiento, así que a mano.-le recordó Shun.
-Oye, no fue tan mala la broma… al menos sirvió para que se te fuera la preocupación por esa niña un ratito.
Shun entonces cayó en cuenta de lo que Rajik dijo.
-¿Quiere decir que… .
-Si, mi amigo. Estabas preocupado y se te notaba por como peleabas… así que dije algo ilógico para ganar ventaja de modo más notorio y hacer que te concentres más en esto. No te preocupes tanto por Sakura… esa niña estará bien.-en eso Rajik notó extrañado como Shun le extendía la mano.-¿Y eso?
-Supongo que esa fue tu forma de ayudarme… y debo ser sincero contigo… gracias, amigo.
-De nada… para eso estamos.
-De acuerdo. ¿Vamos al comedor?
-Seguro.-dijo Rajik, aunque igual disimuló muy bien su frustración.
Claro que logró hacer sentir mejor a Shun por un momento. Pero igual todos los "aliados terrestres" que estaban con ellos no se sentían bien debido a la trágica batalla de hace unas pocas semanas, donde literalmente millones de vidas fueron acabadas por obra y gracia de los imperiales, entre ellos varios seres queridos de aquellos niños o jóvenes, y para colmo habían sido rechazados por la misma gente que defendieron.
Eran heridas mucho más profundas que las físicas, que de por sí habían sido bastante fuertes. Todos esos héroes habían recibido una soberana paliza de parte de los Shadow Warriors y los caronianos, en especial los Santos de Bronce y Paul, que estuvieron como una semana en las cápsulas de recuperación; inconscientes, sumergidos en una mezcla nutriente y somnífera y con inyecciones en diversas partes de sus cuerpos.
-¿No crees que eres demasiado duro con el niño? Dale un respiro al menos.-dijo Seiya de Pegaso, quien encontró a Paul a medio camino de su camarote.
-No, y mejor no insistas.-Paul entonces siguió su camino de largo, tras darle un empujón ligero a Seiya.
Seiya iba a querer darle un puñetazo a Paul, cuando en eso Milo de Escorpio que estaba cerca de allí meneó negativamente la cabeza, antes de acompañar al Santo de Bronce a uno de los ventanales de la "Octenius".
-¿Porqué no puedo darle un puñetazo a ese cretino? Es decir… ¿cuál es su maldito problema?-preguntó Seiya a Milo.
-No lo sé. Pero no es conveniente provocarlo… ese tipo está esperando cualquier cosa para empezar una pelea por el carácter que se trae.-dijo el Santo Dorado.
-Es que… no logro entenderlo. Él fue uno de los camaradas con quien luché codo a codo contra esos miserables… y después de que salimos de esa cápsula ni me dijo un "hola".-explicó Seiya, molesto.
-A lo mejor fue la muerte de ese amigo suyo… Carlos… quizá sigue afectándole y es algo difícil de superar para él.-repuso la voz del Santo del Dragón, que contemplaba las estrellas al lado del Santo de Géminis.
-Nunca estuve demasiado bien enterado de ese asunto, y de hecho la mayor parte de nosotros no supo mucho… exactamente… ¿qué pudo pasar para que ese Shadow Warrior de pronto traicione a los suyos?-preguntó Milo.
-Debió descubrir que nada de lo que pensaba en ese momento valía la pena.-dijo el Santo de Géminis, quien había alcanzado a escuchar lo último.
-Explícate, Kanon.-pidió el Santo de Escorpio.
-Pude ver aquél último ataque de Carlos mientras peleábamos contra los Shadow Warriors… por el poder que desplegó supongo que notó que nada de lo que decían los imperiales valía y acabó muriendo por todos.
-Pues si es eso solamente no lo culpo tanto, es decir… pese a todo eran casi como hermanos esos dos.-concluyó Seiya, antes de añadir algo más.-Pero de todos modos, esa es la peor manera de desfogarse.
Sin embargo, otro de los Santos de Atena aparecería allí mismo e intervendría.
-No… no tiene sentido.
-¿Qué quieres decir Ikki?-preguntó el Santo de Pegaso al del Fénix.
-No es sólo la muerte de Carlos… hay algo que lo afecta más profundamente… no sé que es pero hay algo en la mente de Paul.-explicó Ikki.
-Quieres decir que no sólo sería la muerte de Carlos.-repuso Shiryu.
-Alguien como él comprendió ese sacrificio… no, no es sólo lo que pasó con Carlos.
-¿A qué quieres llegar, Ikki?-preguntó Seiya.
-Cuando lo enfrenté hace mucho descubrí que tenía un tremendo valor pero que también duda mucho sobre sus acciones. No sé hasta que punto eso lo esté afectando ahora pero debe llegar a un nivel bastante alto como para hacerlo actuar así.
Por su parte, las Inner Scouts (excepto Ami) y los artistas marciales de Nerima estaban en el comedor. Se habían pasado varias horas entrenando y ahora disfrutaban de un exquisito platillo tanysrio, que en realidad era una especie de reptil parecido a la iguana marinado en una extraña salsa azul.
-Está bastante bueno, chicos… sabe a pollo y esta salsa es como si fuera mostaza.-opinaba la líder de las Sailor Scouts, Serena Tsukino.
-Y que lo digas… está exquisito esto.-secundó Shampoo.
-Oigan, ¿qué no es ese Shaoran?-señaló Ryoga, mientras notaba a lo lejos como la figura del niño chino se acercaba a los demás.
Efectivamente, aquél era Shaoran, y se le notaba agotado y algo deprimido. Finalmente se acercaba ante ese grupo, sin muchas ganas de comer.
-Vaya Shaoran, ¿otra vez?-inquirió Akane.
-Si… sé que debo exigirme a mí mismo… pero cada vez que estoy ante ese sujeto me siento más preocupado de lo normal y no sé como reaccionar a veces.
-Tranquilo… ya verás que a la próxima lo harás mejor… aparte, no debe importarte demasiado lo que Paul diga… es decir, él se ha puesto más que estresante.-le dijo Serena, antes de darle a Shaoran una pierna de aquél reptil.-Come, es un platillo tanysrio (5) y está delicioso.
-Ah, gracias. Y a decir verdad… .-Shaoran quería alegar algo respecto a aquello, casi sentía que debía exigirse a muerte, pero en eso Mina lo cortó.
-Sé que quieres hacerte más fuerte para poder proteger a Sakura… pero tampoco puedes exigirte demasiado a ti mismo… si lo haces no podrás concentrarte bien y no podrás ayudarla.
-Es que no es fácil… igual me preocupa… sigue observando en los ventanales de la nave hacia la Tierra… la he visto. Y he tenido que abrazarla varias veces mientras lloraba allí en silencio.
Todos se mantuvieron en un incómodo silencio por un momento. Desde que habían dejado la Tierra, las cosas ya no eran lo mismo, por más amables que hayan sido los Guardianes y los soldados de la Liga al rescatarlos, a veces se sentían como extraños allí.
-Yo también quisiera volver… pero aún no es el momento.-musitó Ranma Saotome.
-Aparte… no vale tanto la pena pensar en todo lo que nos pasó hará semanas. Después de todo, tarde o temprano vamos a volver.-dijo Lita, tras palmear levemente la espalda del niño chino y sonreírle.
-Muchas gracias.-tras aquello, Shaoran empezó a comer.
-Además, siempre puede haber algo que nos distraiga aunque sea un momento… incluso en ésta nave.-susurró Ukyo al oído del niño.
-¿Cómo qué?
Justo en ese instante se escuchó un grito que retumbó en todo el comedor.
-¡ZAFET QUERIDO! ¡¿CUÁNDO SALDRÉ CONTIGO, MI VIDA?-Nakuru Akizuki se había lanzado y colgado sobre la espalda de un Guardián de Plata bastante alto y fornido, aparentaba los veinticinco o veintiséis años, vestía una armadura verde oscuro con garras, tenía cabello negro largo, su tez era morena clara y sus ojos eran verdes.
-A la cuenta de tres… sal de mi espalda.-respondió Zafet, con una increíble frialdad, al punto que Hyoga y Ami Mizuno, que estaban cerca del Guardián de Plata, tuvieron el ligero impulso de retroceder un poco.
-¡PERO CORAZÓN… SI SABES QUE TE QUIERO MUCHÍSIMO!
-Una.
-¡ANDA NO SEAS TAN MALO!
-Dos.
-¡POR FAVOR!
-Lo advertí… tres.
Un instante después, un ligero viento gélido envolvió a la criatura mágica que colgaba de Zafet por todo el cuerpo, al punto tal que ella misma prefirió soltarse del Guardián a tener que seguir sujetándolo y soportar aquél aire congelante.
-No seas tan rudo con ella, ¿no ves que al menos se fija en ti?-le decía Hyoga a Zafet.
-Cierto Zafet… no es para que seas tan malo con Nakuru.-dijo Ami.
-Me agrada que se fijen en mí, Hyoga… y no soy malo, Ami… lo que no me agrada es el acoso.-respondió Zafet.
-Anda, concédele eso.-dijo Ami.
-Al menos por unos días.-secundó Hyoga, resistiendo la risa a muy duras penas debido a la mirada de Zafet posándose sobre él.
-Ah, está bien… saldré contigo pero no saltarás sobre mi espalda nunca más, ¿de acuerdo?-dijo el Guardián, con el mismo tono frío.
-¡WOOHOO… .-la criatura mágica estaba feliz, pero fue cortada.
-Y tampoco grites ante mí.
-Está bien.-Nakuru entonces besó a Zafet en la mejilla antes de irse de lo más calmada.
-Mujeres… .-suspiró Zafet.
Al mismo tiempo, en la mesa donde se estaban las Inner Scouts, los peleadores de Nerima y Shaoran, esperaron a que se fueran todos, especialmente Zafet. Una vez que se fueron, no pudieron evitar las carcajadas.
-Jajajjajajjajajajajajajaa… ¿ves a qué me refiero?-le decía Ukyo, sin poder contener la risa.
Sin embargo, había un grupo que seguía entrenando duramente sin compartir las risas de Inner Scouts y peleadores de Nerima, en una durísima carga de ejercicios. Y todos ellos, digi-destinados y digimons pese a estar agotados, no se atrevían a desafiar a quien los entrenaba.
T.K. se detuvo entonces por un segundo, agotado por aquél esfuerzo, cuando recibió una leve patada de parte de un hombre tan alto como Zafet, de tez blanca, cabello castaño claro y ojos marrones que miraba duro a todos, y ahora posaba su vista en el cuerpo del digi-destinado de la esperanza.
-No se quejen, partida de inútiles… esto que tienen no es ni de lejos lo que mi maestro Zarked tuvo que pasar.-habló el hombre con un tono bastante altanero y duro.
-Ugh… .-T.K. a duras penas aguantaba el dolor, para luego ver al Guardián que los entrenaba, maldecirlo en su mente y preguntarle-¿Qué le pasó, Yasar?
-Una vez recibió un impacto de láser en los testículos y aún con eso peleó durante tres días seguidos en el planeta Maginto hasta que finalmente murió… debieron necesitar a cuatro Shadow Warriors para someterlo, y tres murieron en sus manos, el cuarto no pudo resistir las quemaduras en su cuerpo y murió al poco rato de esa lucha.
De pronto todos los digi-destinados hicieron una serie de muecas de dolor ante la sola idea de escuchar algo así.
-Pero nosotros no somos Guardianes… .-alegó Matt.-No le veo el sentido a hacer esto.
-Créeme… tarde o temprano lo entenderás, niño. Además, ser o no un Guardián no cuenta, te enfrentas a los caronianos y con ellos debes tener huevos en todo el sentido para luchar con ellos.-dijo Yasar con una mayor arrogancia.-¡Así que dejen de actuar como maricas y sigan!
-Hemos estado así por horas… .-dijo Kari.
-Si… al paso al que vamos no tendremos fuerza para enfrentar a los caronianos.-murmuró Patamon.
-Ah… si fueran realmente iniciados no podrían pasar la prueba para ser aprendices… está bien, tienen cinco tacs.-dijo Yasar, antes de darles la espalda e irse.
T.K. sólo miró al resto de sus compañeros cuando en eso Patamon se le acercó.
-¿Estás bien?-preguntó el digimon.
-Si… duele un poco… a veces ese tipo es detestable.-respondió el digi-destinado de la luz.
-En este momento, Paul es peor… ¿no saben como entrena a Shaoran?-decía Tentomon.
-A punta de combates de entrenamiento salvajes… si… es extraño que esté así.-decía Tai.-De hecho ayer, cuando me iba a dormir, vi que despertó a dos soldados e hizo que marchen y recorran el lugar toda la noche.
-Pasando a otra cosa, ¿aún no han logrado descubrir porque no llegamos al Digimundo?-inquirió Sora.
-No… la prioridad máxima de los técnicos de la Liga es descontaminar la Tierra… reducir el nivel de radiación nuclear y antimateria… e increíblemente están lográndolo… han reacondicionado los restos de los Ángeles de la Muerte y los han convertido en… baterías atude (6).
-¿Baterías atude?-inquirió Yolei.
-Si… son una especie de baterías que absorben de cualquier tipo de radiación la reconvierten en energía para las naves de la flota.-explicó el digi-destinado del conocimiento.-Asumo que el capitán Vaarnus tuvo algo en mente para hacer esto.
-Ya veo… ¿entonces no ha habido ningún avance para llegar al Digimundo, verdad?-preguntó Veemon.
-Es una prioridad secundaria en éste momento… sin embargo es extraño… he intentado cientos de formas para lograrlo cada vez que charlo con los técnicos de la Liga que están a cargo de eso… y no sabemos aún que pasa.-dijo Izzy.-Lo hemos intentado y no logramos entrar aún.
-A estas alturas el Digimundo debe ser algo peor que el infierno mismo.-se decía Ken a sí mismo.
-Ya verás que lo lograremos, Ken.-habló Wormmon.
-Eso espero… aunque aún no comprendo porque Yasar nos obliga a entrenar de esta forma.-se decía Davis a sí mismo.
-Porque sino serán los mismos debiluchos… se les acabó el descanso… sigan.-exigió Yasar.
-Pero… .-intentó alegar Agumon, pero fue cortado.
-¿Creen que soy tan blando como Zafet o Kayani? Si quieren vayan y entrenen con ellos, a mí en lo personal me harían un favor si no debo soportar más sus quejidos. De otro modo… o hacen lo que digo o me probarán que son una partida de basuras.-habló Yasar, obligando de nuevo a digi-destinados y digimons a seguir entrenando.
Aquél grupo sólo siguió entrenando.
A las pocas horas, Sakura Kinomoto seguía caminando hacia su camarote. Lo único que quería era dormir, ni siquiera había ido al comedor e incluso evitaba a todas las personas que estuvieran a su alrededor. Quisiera que nada de esto hubiera pasad… , fue en eso que sus pensamientos se interrumpieron al tener frente a frente a Paul Tapia.
-¿Qué crees que haces?-preguntó Paul con mucha dureza.
-Yendo a dormir, Paul. Estoy cansada.
-Por lo visto Kayani es demasiado blanda contigo… tú deberías seguir y seguir entrenando.
-Como si me importara entrenar en éste momento… ¿para qué?, ¿para ser más fuerte y a lo mejor acabar asesinando a los que amo?
-No… para que dejes de lloriquear.-dijo Paul, con una frialdad demasiado directa.
Para extrañeza de Paul, la que fuera la Card Master empezó a llorar y salió abandonándolo.
-Duele, y lo sabes… ¡duele perder a los que uno ama! ¡DUELE, DUELE, DUELE!-Sakura sólo siguió corriendo hacia su camarote, todo aquello ante la vista de Kayani, la cual fue a encarar directamente al de ojos azul-grises.
-Paul, ¿qué rayos te pasa?-inquirió Kayani, notoriamente molesta.
-A mi nada. ¿Te ocurre algo a ti?-preguntó el Guardián terrestre con sorna.
-Déjate de tonterías. Sakura ha sufrido mucho en ese mundo y lo último que necesita es que le digas cosas como ésas. Por el Omnipotente, ni que fuéramos los caronianos. Tú no eres Yasar, y no necesitas parecerte a ese tipo para que las cosas salgan bien.
-¡Mentira! ¡Es tiempo que esa niña y su noviecito chino así como todo mundo en ésta maldita flota se deje de cosas y empiece a ser fuerte de una maldita vez! ¡Deben ser fuertes de una vez!
-¡No hay porqué llegar a esos extremos… nosotros podemos… .
-¡No Kayani! ¡Nosotros jamás podremos proteger a todos!-exclamó Paul, dejando sentir cierta agresividad.-¡No pude ayudar a millones en ese mundo, entre ellos personas muy valientes que dieron todo de sí!
-¡¿Qué diablos te ha pasado para que de pronto trates tan mal a todos?-encaró la joven Guardián de Bronce.
-Te diré que me pasa… ¡Me pasa que descubrí que no puedo cuidar ni proteger a todos los que quiero y eso me vuelve loco! ¡Eso me pasa!-gritó el Guardián de Plata, más furioso que antes.
Tras eso, Paul siguió su camino hasta encerrarse en su camarote, azotando la puerta con fuerza. Kayani siguió su camino y alcanzó a Sakura para luego abrazarla por un rato.
-Si tener que entrenar a Outer Scouts y hechiceros y criaturas mágicas era molesto… Paul empeoró todo para colmo.-se decía a sí misma, antes de acercarse con la Card Master y abrazarla.-Ya Sakura… ya… ya pasó.
-Snif… Kayani… ¿por qué es que tuvimos que pasar por todo esto?, ¿por qué tuve que ver a Tomoyo, Touya y Yukito morir? Ellos eran buenos… nunca hicieron nada malo.-preguntó la niña japonesa, aferrándose al regazo de la tanysria.
-Ay niña… me recuerdas a mí misma, ¿sabes? Igual mis papás eran personas muy buenas… pero también los mataron… me sentí como tú y sólo te diré una cosa… hay momentos en que debes ser fuerte… muy, muy fuerte. ¡No debes dejarte caer, mi niña!-Kayani abrazó a Sakura y la besó en la mejilla, evitando que la niña japonesa perciba cierto tono de tristeza en su voz.-Y por lo visto Paul está igual que tú sólo que él lo asume de otra manera.
-¿Y qué vamos a hacer?
-Voy a hablar con alguien que podrá ayudarnos… espero.
-¿Es el capitán Vaarnus acaso?
-Si… iré de un malhumorado a otro… sólo espero que el capitán sea más razonable.
La joven Guardián de Bronce sólo se retiró de aquél lugar.
En el puente de mando; un hombre de tez clara, alto y con una cicatriz azul que iba desde su ojo derecho hasta parte de su mejilla en forma curva meditaba cuidadosamente sobre un mapa estelar en un monitor.
-¿Cuáles son los últimos avances, teniente? ¿Lograron hallar algún resto de base imperial?
-Negativo, señor. Por más que hemos intentado sondear una y otra vez si hay alguna base imperial, no se encuentra nada… podrían estar en cualquier parte de esa Tierra… desde una isla tropical hasta alguno de los polos.
-¿Tampoco pudieron hallar la presencia de alguno de los Shadow Warriors que está con Huranuk?-inqurió el de la cicatriz ante otro de sus oficiales.
-Lo hemos intentado… pero se ocultan demasiado bien… incluso los mismos Guardianes no han podido lograr nada pese a que intensifican su tiempo con la búsqueda de alguno de ellos.
-¿Han trabajado bien ellos por ese lado?
-Posiblemente pero… .-decía un tercer oficial.
-¿Cómo que posiblemente? Se supone que ellos deben poder detectar a los Shadow Warriors.
-Se han dedicado más a entrenar a los aliados terrestres… y se ha informado que uno de los Guardianes ha estado siendo más problemático de lo usual y… .
-¡Demonios!-aquél hombre entonces metió un duro puñetazo a su escritorio.-¿Es que acaso siempre tengo que vivir con problemas y sin resultados? ¡Bastante tengo ya con esos infelices caronianos y esos terrestres ingratos como para tener que aguantar incompetencias por uno de esos Guardianes!
-Capitán… .-un alférez iba a decir algo pero el aludido lo detuvo de hablar con un gesto de su mano derecha para luego proseguir.
-Maldición, ni siquiera sé porque pienso en liberar este mundo… a veces debería arrasarlo directamente con esos miserables que lo habitan.-se decía a sí mismo, antes de apagar el monitor.
El uniforme de aquél capitán era azulado y tenía algunas insignias de la Liga Planetaria, y luego se servía un vaso de whisky antes de tomarlo y seguir con aquella reunión.
-Los que viven allí no son más que una partida de ingratos. ¿Hay alguna noticia buena que tengan que darme ustedes por el día de hoy?
-De hecho, si la hay, señor. Las baterías atude están trabajando al máximo de su capacidad y alimentando con energía extra los motores de nuestras naves… es cuestión de poco tiempo para que aquél mundo quede descontaminado de radiación antimateria y nuclear.
-Ojalá y eso sirva para que podamos entrar, localizar a esos infelices y acabarlos de una vez.-se decía Vaarnus.-Y a ver si por asomo esos ingratos terrestres dejan de actuar como idiotas.
Tras aquello, la mayor parte de aquellos oficiales abandonó el puente de mando. Vaarnus entonces prendió un cigarro y empezó a fumar por un momento. Había logrado destrozar a la flota imperial que estaba estacionada en la órbita terrestre y literalmente tenía a los caronianos atrapados en la Tierra.
Pero recordó que quedaban los asuntos de aquella dimensión conectada a esa Tierra y compuesta por datos, que había sido "sellada", aparte del hecho de que los imperiales siguieran en aquella Tierra, ocultos y acechando en las sombras.
-Digimundo… un nombre ridículo, aunque suena adecuado si está compuesto de datos de computadora. ¿Algún avance con eso?
-Temo que ninguno, señor… los caronianos han sellado totalmente aquella dimensión y aún no logramos encontrar la forma de ingresar a ésta. ¿Colocamos a éste problema como prioridad principal?
-No, álferez. No por ahora al menos. Primero debemos ir por éste mundo… luego por el otro… aún así… hay chances de que la situación cambie y debamos liberar aquél Digimundo… con los imperiales allí no imagino qué habrán hecho.
-Entendido, capitán.-el alférez entonces se retiró de la vista de Vaarnus, pero para sorpresa del capitán usradino, al poco tiempo volvió.-Señor, uno de los Guardianes quiere verlo.
-Que espere dos tacs… quiero tratar de meditar sobre este asunto a solas, aparte… ya bastante tengo con un Guardián problemático.
-Dice que es urgente.
-Ah, que pase de una vez… total, quiero ahorrarme más jaquecas.
El oficial con la cicatriz en la mejilla entonces observó la esbelta figura de Kayani acercarse ante él y cuadrarse mediante un saludo militar, que el oficial correspondió.
-Justamente iba a buscar a alguno de ustedes para ver cierto asunto, pero por fortuna llegaste y me ahorraste el trabajo, niña.
-¿De qué habla, capitán?-inquirió la joven Guardián de Bronce, extrañada.
-Busco resultados de parte de ustedes y los requiero ahora… ¿porqué diablos es que no han podido localizar a los Shadow Warriors?-cuestionó un duro Vaarnus.
-Eso fue debido a que estamos enfocados en entrenar a nuestros aliados para que sean más eficientes.
-¿Tanto como alguno de ustedes esté causando problemas en la "Octenius"?
-Capitán… .
-¿Acaso ese imbécil de Yasar está otra vez causando problemas? Si es así ve y dile que… .-Vaarnus entonces reparó en la mirada de la Guardián de ojos verdosos.-Si no es Yasar, ¿quién?
-Es Paul, señor. Ha estado atravesando una crisis emocional y… .
-Y en el proceso ha estado exigiendo más de la cuenta a Shaoran.-dijo Rajik, apareciendo junto a Yasar y Zafet.
Los tres Guardianes imitaron el saludo que Kayani hiciera y entonces intervinieron en la charla.
-He notado que hacía eso mientras entrenaba con Shun de Andrómeda, capitán.-dijo Rajik.
-También he percibido que Paul ha estado distinto de lo usual… como si algo fuerte lo estuviera afectando… aunque es extraño, no debería pasarle.-razonó Zafet.
-Está vivo, no es un iceberg como tú, Zafet.
Zafet entonces miró fríamente a Yasar.
-Y he notado que tú también has estado causando problemas… has exigido demasiado a los digi-destinados.-dijo Zafet.
-Ja… todo tiene su razón de ser… más en esos niños, quiero ver si realmente mi teoría funciona o resulta ser una falacia.-repuso Yasar, para luego cambiar rápido de tema, queriendo desentenderse de aquello.-De hecho, sé por ellos que unos soldados fueron forzados a marchar toda la noche por parte de ese zoquete de Paul.
-Entonces ese Guardián terrestre ha estado causando problemas y no ha dado resultados al momento de percibir a esos Shadow Warriors, ¿verdad?-preguntó el capitán de aquella flota estelar.
Los cuatro Guardianes entonces se miraron entre sí, aún cuando a Kayani y a Rajik no les gustara, Paul se había obsesionado tanto en entrenar que descuidó lo otro.
-Tememos que Paul está descontrolándose debido a los sucesos ocurridos en la Tierra que está ante nosotros y que eso pueda ser a la larga un factor de riesgo en la misma nave.-explicó Zafet.
-Bien pues eso es algo que deberé… .-Vaarnus entonces notó que un mensaje llegaba a su computadora y tras leerlo maldijo al emperador de Caronia por largo rato.-Con un demonio, ahora esto.
-¿Qué ocurre, capitán?-preguntó Kayani, curiosa.
-Nuestros equipos tácticos de inteligencia han detectado una nueva emisión de ondas zer (7) hacia otra dimensión.
-¿Han logrado determinar si el objetivo es ésta dimensión?-preguntó Yasar.
-No… hay algo curioso en esto… no han creado un portal grande… es más bien pequeño… tanto que es imposible determinar hacia qué dimensión fueron exactamente.
-Pero… ¿para qué querrían hacer un portal pequeño a otra dimensión?-inquirió Rajik.-No podrían mandar un ejército.
-Es lo más preocupante… nadie puede saberlo a éstas alturas, es como si hubieran mandado apenas unos equipos de asalto… me parece una jugada demasiado extraña pero viniendo del emperador es de cuidado… tengo una nueva orden de parte del Alto Mando… enfocar mis esfuerzos a apoyarlos.-Vaarnus entonces meditó largo rato antes de decidirse.-Pondré orden en casa primero, así estaré más tranquilo ayudando a monitorear cualquier movimiento de los caronianos y a determinar a donde diablos iba ese portal de ondas zer.
Vaarnus sólo salió del lugar, dejando a los cuatro Guardianes con la palabra en la boca. Tras caminar por un rato, el capitán usradino pensaba en la cantidad de cosas que podrían pasar por la mente de todos aquellos jóvenes que defendieron aquella Tierra.
Hacer un bien, y ser pagado con un mal. Darlo todo de sí, para ser odiado y rechazado por los que uno defendió con sangre, sudor y lágrimas. Los terrestres de esta dimensión son una partida de imbéciles e ingratos sino fuera porque esa Tierra es vital para esos niños dejaría morir a esos terrestres o mandaría a mi flota a que acabe con ellos y los imperiales en el proceso, pensó el oficial antes de entrar al cuarto de Paul.
-¿Ocurre algo, capitán?-inquirió Paul, pero él ya sospechaba lo que se le venía encima.
-Iré al grano.-dijo Vaarnus con molestia.-Estoy harto de no tener resultados a cada maldito microtac (8).
-Entonces ponga orden en casa, señor.-replicó el Guardián con dureza.
-Eso hago… varias de esas fallas son por tu culpa. ¡¿Qué diablos te crees que eres para meter más presión de la usual? Carajo, eso me espero de Yasar, no de ti.
Vaarnus y Paul se miraron con dureza el uno al otro por un instante. El oficial usradino no hubiese querido hacer aquello, pero debía poner orden pronto de una u otra forma.
-¿Cuál es el punto?-preguntó Paul.
-Nadie… sea Guardián, diosa, Santo o lo que diablos sea va a quitarme autoridad. No me importan tus razones… pero estás al borde de que ordene que te metan a una celda ahora mismo.
-Lo sé pero… quería que estén más preparados, quería exigirlos más duramente para que sean más fuertes… capitán Vaarnus, yo no sé si realmente podamos protegerlos a ellos. Es decir… mi maestro Lazar, se sacrificó antes de que viniera a este mundo… Tseu Yun (9) me dio un entrenamiento especial pidiendo que salve ese mundo sacrificándose… vi como mi mejor amigo se sacrificó para sal… .
Vaarnus entonces hizo un ademán con su mano derecha, era obvio que no quería saber nada más de lo que pasó y que tenía una idea clara.
-Nada de eso me interesa… quiero resultados y los quiero ya… sobre todo con la nueva orden que vino del Alto Mando.
-¿De qué orden habla?-preguntó Paul.
-Crearon un nuevo portal de ondas zer… el problema es que fue demasiado pequeño como para poder determinar a qué dimensión iba. Es más posible que hayan mandado equipos de asalto para algún tipo de misión y no sabemos cuál es. Debo determinar a dónde diablos fueron pero antes debo poner orden en casa… quiero que ayudes a tus compañeros y ayudes a detectar a esos Shadow Warriors.
Una vez que Paul escuchó todo aquello intervino.
-Hay una forma de determinar a donde fue aquél equipo de asalto sin perder tanto tiempo, capitán.
-Ah, si… dilo ahora.
-Envíeme a Mystacor(10).
-¿Mystacor? ¿Qué es eso?
-En este mundo pasé muchas cosas fuera de lo común, sé que no me creerá lo que diré pero el entrenamiento de Tseu fue una pelea en una dimensión distinta a esta con un Centinela llamado Kay Namura. Y cuando estuve al borde de la muerte tras la primera batalla de Tokio… pude aprender mucho gracias a una misión en un mundo de otra dimensión conocido como Adén (11).
-¿A qué quieres llegar con todo esto? Es decir… ¿qué es Mystacor?, ¿qué diablos es un Centinela?-Vaarnus demandaba rápidamente una explicación ante todo esto.
-Mystacor es el mundo donde viven los Centinelas… seres que siendo o no guerreros, ayudan a otros mundos en su evolución espiritual. No se entrometen en los destinos de otros mundos a menos que sea absolutamente necesario.
-¿Son algo así como una orden de caballería como ustedes los Guardianes?
-No… ellos no tienen jerarquías propiamente dichas… simplemente se ayudan entre sí y a otros a evitar que mundos enteros sean corrompidos. Mystacor es comparado a nuestra realidad el paraíso mismo… es un mundo donde "todos se dan la mano y nadie pasa necesidades".
-Linda historia pero no te creo, ¿entonces porqué no nos ayudan a derrotar a los caronianos de una vez y por todas?-preguntó Vaarnus.
-Porque estamos nosotros, de otro modo si intervendrían. Kay Namura era de los guerreros, peleaba mejor que nadie que haya conocido y talvez él pueda ayudarme a conseguir la información que buscamos para detener a los imperiales.
-Si con eso logro frustrar los planes caronianos en aquella otra dimensión y al mismo tiempo logras calmarte y dejar de joder acá, mato dos pájaros de un tiro… si, esa es la expresión que usan al resolver dos problemas a la vez que usan ustedes los terrestres, ¿no?
-Si, capitán. ¿Qué dice?
-¿Tienes las coordenadas de Mystacor?
-Si, tengo eso en mi Armor Capsule y… .-Paul en eso fue cortado por Vaarnus.
-Entonces apúrate, no esperaré por nada ni nadie.
Vaarnus sólo abandonó la habitación. Era evidente que por más que no lo mostrara, Paul prefería cualquier cosa a seguir allí, incluso ser mandado a misión una vez más. Fue en eso que el capitán usradino fue abordado por Kayani y Zafet.
-¿Cómo le fue?-inquirió Zafet.
-Comprende que no es conveniente que permanezca mucho tiempo en esta nave. Así que he decidido mandarlo a otra dimensión.-contestó Vaarnus.
-¡¿Qué? ¡¿Ha perdido el juicio? Tardamos mucho en tener que llegar a esta dimensión como para tener que mandarlo a otra.-explicó Kayani.
-Eso lo sé Kayani… pero tú misma sabes tan bien como yo que él no está bien. Si es así entonces no puede ayudarnos contra los caronianos o los Shadow Warriors y talvez hasta sea una amenaza contra nosotros.
-Pero… .
-¡No toleraré ninguna amenaza potencial o incompetencia en esta nave! Es una orden directa que yo mismo di. Si quieres despedirte, hazlo.
El capitán sólo emprendió el regreso al puente de mando de la "Octenius", mientras que Kayani fue a donde estaba Paul. Si ese Guardián tonto creía que iba a salirse con la suya sin escucharla se equivocaba en grande.
-¡Grandísimo tonto! ¡Abre la puerta!-exclamó Kayani.
-Pasa, será más sencillo así.-respondió Paul.
-¿Te has vuelto loco? ¿Tienes idea de todo lo que hicimos para llegar a esta dimensión para que ahora nos digas que te irás de nuevo? ¡¿Qué diablos te pasa?-la joven Guardián de Bronce iba a seguir, pero Paul la sostiene de los brazos con suavidad.
-Es la única forma de resolver el problema con la orden del Alto Mando y… .-Paul quería desviar aquella conversación pero Kayani lo detuvo.
-No… abandonarnos, Paul. Eso estás haciendo… estás abandonándonos y huyendo de todos tus demonios… puedo percibir tu estado emocional y lo sabes bien… ¡¿porqué diablos estás huyendo?
-Porque… .-Paul entonces rehuyó su mirada antes de seguir.-Tengo miedo.
Fue en eso que Yasar, Zafet y Rajik entraron a la habitación donde estaban ambos Guardianes. Ellos habían logrado escuchar lo último y definitivamente no sonaba nada bueno aquello.
-¿Cómo dices?-preguntó Rajik.
-Sabía que eras un buscapleitos, pero no me esperaba que fueras un cobarde. Me das asco, terrestre.-le espetó Yasar a Paul.
Yasar cayó derribado de un puñetazo al suelo, haciendo que un pequeño hilo de sangre salga de una de las comisuras de su boca, pero de pronto es Yasar quien le da un puntapié en la barbilla a Paul e intenta irse contra él sino fuera porque Zafet lo sostiene de un lado, y luego son Rajik y Kayani quienes sostienen a Paul.
-¡Repítelo en mi cara, imbécil!-exclamó un furioso Paul.
-Cuando quieras cobarde… si lo que quieres es una maldita pelea te la puedo dar con gusto. ¡Nos hiciste venir hasta este rincón perdido de la Existencia y ahora sales con que te largas!-contestó Yasar.-¡Suéltame Zafet! Deja que le de a este tipo una paliza.
Zafet entonces suelta a Yasar, pero antes que el último intentara algo recibe de lleno una descarga gélida en la espalda y luego aprovecha que Kayani y Rajik sostienen a Paul para repetirle la dosis al Guardián terrestre en el abdomen.
-Suficiente… ya me cansé de estupideces. Rajik, saca a Yasar de acá y que ni intente entrar a este cuarto.-ordenó Zafet.
-Lo que digas, eres el líder de este escuadrón.-repuso Rajik.
-¡No pretendas darme órdenes, usradino (12) engreído!-exclamaba Yasar, cuando Zafet de pronto lo sujeta del cuello y lo mira directamente a los ojos.
-Acá mando yo y se siguen las reglas. Cumples o cumples, lo hice con Arinus (13) cuando fui aprendiz y lo haré contigo si me provocas un segundo más, Yasar.
-No intentes provocar a nadie por acá Yasar, o no te las verás con un Guardián, sino con dos.-Rajik entonces crea una serie de chispas eléctricas rodeando a Yasar, y de pronto su tono de voz se vuelve más serio.-Te lo advierto… por lo general estoy de buen humor… es mejor que siga de buen humor, no querrás conocerme molesto.
Yasar entonces debe aceptar a regañadientes aquello, y mentalmente manda una que otra mentada de madre a Paul.
-Saqué al altanero, pero es mejor que expliques todo ahora. Créeme, no me temblará la mano contigo.-habló Zafet.
-Espera Zafet… Paul estaba hablando conmigo en primer lugar. Dejemos que hable para que tratemos de entender todo esto sin tener que darnos de golpes. Habla de una vez, estás provocando todo un lío acá y Yasar sólo lo empeoró.-exigió Kayani a Paul.
-Ahora que el niño creído se largó puedo hablar. Kayani, ya me oíste. Pero para aclarar todo… tengo miedo a que los que valen la pena mueran y no pueda hacer nada por ellos… y miedo a caer en la maldad. ¡¿Eso querían oír? ¡¿Contentos?
-Paul… los sacrificios en batalla es algo que debe aceptarse, los que murieron lo hicieron para que estemos aquí. Y lo otro… no seas tonto, tú no harías eso.-repuso Kayani.
-Es cierto. Aunque Yasar diga que eres un buscapleitos, sé que eres un guerrero fuerte y tenaz por experiencia. Tú jamás harás tal cosa.-razonó Zafet.
-¡No! ¡No entienden! Fueron demasiados sacrificios y ya me es demasiado difícil tolerar uno más. ¡¿Tienen idea de cuántas veces me pasan por la cabeza pensamientos horribles hacia los caronianos o sus aliados o incluso hacia los terrestres de ese mundo?-Paul retrocedió instintivamente unos pasos hasta chocar con la pared del camarote.-Mientras estaba recuperándome y cada vez que duermo en las noches he soñado incluso con golpearlos tan salvajemente… .
-¿Solamente a ellos? Sé que son la peor escoria de todas y sientes odio hacia ellos, pero no es motivo suficiente para que actúes así.-inquirió Kayani.
-No entiendo porqué tanto problema. Sentimientos como el odio o el amor se me hacen un tanto ridículos, no dejan que pienses con claridad ni que te enfoques con calma sobre las cosas.-opinó Zafet.
-No le hagas caso a eso que dijo Zafet, Paul.-dijo Kayani.
-Es que es… ah, olvídenlo. Como sea, si el asunto es sólo todo lo que has visto y vivido en la Tierra, no veo el problema. Es decir, has peleado en otros lugares y viste cosas así de horribles.
-¡Es que soñaba incluso con que yo le hacía esas cosas a mis aliados y amigos! Me veía a mí mismo atacándolos con toda mi fuerza y lleno de odio… hacía miles de atrocidades… ¡TENGO MIEDO DE SER COMO ELLOS! ¡POR ESO LE EXIJO A TODOS QUE ENTRENEN DURO!-Paul entonces se mantuvo en silencio por varios minutos hasta finalmente hablar.-Para que me detengan por si alguna vez me salgo de control.
En eso, Kayani abrazó a Paul por un momento, desconcertando por completo al Guardián terrestre que no se esperaba algo así, mientras que Zafet sólo miraba aquello de lo más calmado.
-No serás como ellos, en fin… es mejor que estén a solas.-habló Zafet.
Zafet sólo salió de aquella habitación, dejando a los otros dos Guardianes allí. La joven abrazaba a su compañero de modo calmado, quien aún no salía de la sorpresa.
-¿Por qué me abrazas? Zafet resumió todo lo que querías decir.-le preguntó el joven.
-Él dirá las cosas de un modo, pero yo uso otro. Y ésta es mi forma de decirte que aún tienes a seres que valen… no dejes que la maldad te corrompa… porque por más que aparentes, lo sabes… en el fondo sabes que esto es correcto.
-Kayani… .
-No puedo decirte que no te vayas… pero si crees que podrás solucionar o resolver algo yendo a esta misión… entonces, hazlo.
-Voy a volver, procuraré no tardarme demasiado. Aparte, con este gesto… eres de las pocas personas que quedan que mal que bien me aprecian un poco… eso es suficiente para que vuelva, amiga.-Paul increíblemente le corresponde el abrazo a Kayani.-Gracias.
Ambos salieron hacia una de las secciones de la "Octenius", y para sorpresa de los dos Guardianes, allí estaban todos los "aliados terrestres", junto con el resto de los Guardianes y Vaarnus con sus oficiales, y algunos soldados de la Liga Planetaria.
-Creí que estarían en otro lado.-dijo Kayani.
-Si, pero… de todos modos, Paul iba a irse y no podíamos dejar que sea así sin una despedida.-dijo Serena, mientras que el resto de las Sailor Scouts asentía.
-Aún cuando haya sido un pesado.-aclaró Haruka Tenou.
-Así es, aparte… siempre quisimos saber como funcionaba una de estas cosas.-dijo Ranma.-¿No es así, chicos?
-Si… hay muchas cosas en éste lugar que se hacen demasiado interesantes… desde la comida… que de paso, está exquisita.-comentó Kero.
-¿Es que nunca dejas de pensar en comer?-replicó Spinel.
-Ah, ya cállense los dos.-reclamó Mouse.-Hasta yo percibo cuanto se aprecian.
Ambos seres mágicos sólo bajaron la cabeza apenados. Ryoga hubiese querido acercarse a tocar el mecanismo de aquél generador de ondas zer, pero muy a tiempo, Rajik le cerró el paso.
-Lo siento, viejo… pero no podemos arriesgarnos a nada en esto.-habló Rajik.
-Oye, no iba a tocarla… .
-No podemos tomar riesgos… nada personal, Ryoga.
-Oye Seiya… yo… disculpa por… .-Paul iba a decir algo pero en eso Seiya lo detuvo con una seña.
-No digas nada y mejor vuelve con bien… aún tenemos una pelea de entrenamiento.-recordó Seiya de Pegaso, mientras observaba a Paul.-Allí me desquitaré.
-Descuida… volveré especialmente para enseñarte a pelear, niño.
-Está por verse.
Ambos se miraron en forma desafiante un segundo y luego chocaron los puños.
-Debes volver.
-Lo sé, Seiya.
-Disculpa por no haber entrenado como debía contigo, Paul.-dijo Shaoran mientras miraba a los ojos al Guardián de Plata.
-Sé que es algo tarde pero… perdona si te presioné más de la cuenta, mientras no esté permanecerás entrenando con Kayani. Por cierto, ¿quién les dijo que me iría?
-Fue el señor Zafet.-dijo Izzy.
-¿Hiciste eso?-inquirió Paul.
-Si, ¿algún problema?-respondió Zafet.
-Er… ninguno. ¿Sakura está por acá?-inquirió el Guardián de Plata terrestre.
-No… de hecho, se ha quedado dormida.-repuso Yue.
-Cuiden a esa niña, ¿de acuerdo?-pidió Paul.
-Talvez la idea de un viaje no sea tan mala, quizá hasta encuentres al duque Saajar (14) y él te ayude con esta misión contra el emperador e incluso aclare tus temores.
-¿Cuántas posibilidades hay de que encuentre a alguien como él?-inquirió Paul.-Es decir, la Existencia es inmensa, él podría estar en cualquier parte.
-No lo sé, pero alguien que tiene más que firmes los ideales de la Orden te ayudaría a aclarar tu mente, aparte… siendo él así de poderoso como se rumoraba si que nos sería de utilidad ahora… si lo contactas, claro.
-Ojalá y se dé eso, Zafet. Pero las probabilidades de que él encuentre a Saajar son casi nulas. Además… .
-Lo sé, no necesitas recordarlo. Prioridad uno, encontrar a qué dimensión fueron los caronianos, averiguar porqué fueron y detenerlos.-repuso fríamente Zafet.-Estarás a cargo de eso apenas encuentres a qué dimensión fueron.
-Como sea… ¿Tienes las coordenadas de esa dimensión y ese mundo… Mystacor?-inquirió Vaarnus.
-Si, de hecho yo mismo te las estoy pasando a la máquina desde mi Armor Capsule.-decía Paul, mientras tecleaba ligeros botones en su Armor Capsule y de la pantalla líquida de ésta eran enviados los datos de la dimensión donde estaba Mystacor.
-Listo… estará en marcha justo ahora… ah, y… ten esto.-el capitán usradino le lanza a Paul un pequeño microchip que inserta en su Armor Capsule.-Es un microgenerador de ondas zer, tiene capacidad sólo para un viaje… el de regreso.
-Gracias.
En aquél momento, un enorme torbellino púrpura empezó a generarse en el interior de la "Octenius".
-Veré como volver.
Fueron las últimas palabras que pudieron escuchar todos de parte de aquél guerrero de la luz en ese momento.
Mientras tanto, en algún punto de Mystacor, una figura de mirada profunda y calmada, contemplaba hacia los parajes de aquél mundo. Fue en eso que su interlocutor apareció.
-¿Me enviarás?-preguntó una voz que estaba cerca de aquél ser calmado, el cual se volteó para verlo.
-Si… ese otro mundo que hemos analizado ha presentado cosas bastante inusuales y el Vigilante que estaba allí fue asesinado.
-¿Porqué tengo que ser yo, Denonte? Es decir… habiendo varios de nosotros… .-decía el interlocutor de aquél ser calmado.
Fue entonces que Denonte volteó a verlo, y lo observó a los ojos.
-Es preciso que vayas… eres el más idóneo para ir a ése mundo ya que lo conoces mejor que nadie. Es más, talvez si todo sale bien tengas refuerzos.
-Me caería bien algo así ahora… lo que ocurre allí es inquietante y… sabes bien que no es algo que quiera hacer el ir allá.
-Pero es necesario.
-Temo que sí… ¿quién vendrá a reforzarme? ¿Kay? ¿Krina? Y más importante… ¿cuándo será?
-No comas ansias aún, todo debe ser a su tiempo, ahora puedes ir.
-Paz a tu espíritu, Denonte.
-Paz a tu espíritu… Juranid.
Aquella otra figura entonces se retiró de la vista de Denonte.
Fin del capítulo 1.
Notas del Autor:
Saludos a todos… tras un año (días más, días menos)… finalmente puedo decirlo… AQUÍ ESTÁ!
Pido sinceramente mil disculpas a todas las personas que esperaron muchísimo tiempo por ésta historia… pero caí en cuenta gracias a varias buenas personas que se animaron a decirme las cosas en buen plan, que hubo varios errores que he cometido como escritor de fanfics a lo largo de todo éste tiempo.
No me quiero engañar a mí mismo, es verdad… cometí errores, y por eso es que traté de corregirme y pulir lo más que pudiera ésta historia; no sé si lo llegué a lograr, pero gracias a todos los que hayan esperado por éste sidestory. "La Travesía" empezó, y empezó mostrando un poco de la realidad que se halla en el grupo de héroes que tan valientemente intentó defender a la Tierra de esa dimensión, recibiendo a cambio desprecio y miedo; y a un personaje que se muestra lleno de altibajos por su misma manera de ser.
Gracias a Gakelu (o Anulessa, o Alessa, o Alejandra)… porque sin los ánimos y el apoyo emocional que me dio, nunca hubiera podido empezar muchas cosas. También agradezco a Asiant, que estuvo interesado en el desarrollo de éste side y que de hecho aportó ideas a un muchacho que carecía un poco de rumbo (éste cap. 1 en gran medida fue con tu ayuda, Asiant, gracias); así como a Eduardo Castro (un gran autor, una gran persona, y alguien dispuesto a permitirme hacer esto), y a Mikki-chan… quien dicho sea de paso, no he podido contactar como antes, y espero que esto le guste un poquito al menos.
Tampoco me puedo olvidar de Maytelu (dále duro a la carrera y no pienses en rendirte) o a Bra-chan (Vanessa… gracias por aguantarme y esperar tanto, espero no defraudarte), ni mucho menos de Sharon (o Songbird o… la multitud de nicks que tienes, me alegra saber que este fic llegó a pelo… como regalo de cumpleaños).
Comentarios, dudas, críticas, mentadas, amenazas de muerte, intentos de complot y demás a los siguientes mails: falcon_ o .
Vocabulario:
(1) Caronia: Es la primera potencia de la Vía Láctea, dominando aproximadamente a la mitad de ésta, mientras que la otra mitad se conforma de mundos que en su mayoría se oponen a éste plan hegemónico de parte del emperador de Caronia. Poseen el mayor poder militar, político, económico y a una orden de guerreros de élite que dominan el aura conocidos como los Shadow Warriors.
(2) Liga Planetaria y Orden de Guardianes: La Liga fue creada hará 100 años aproximadamente, según la realidad de Las Dos Caras del Ser, sería algo así como una ONU a escala galáctica, y es la gran fuerza que se opone a la dominación caroniana. La Orden de Guardianes por su parte, es una orden de guerreros de élite que surgió igualmente hará 100 años, con la unión de diversas órdenes de guerreros que dominaban el aura debido a la necesidad que se imponía al ver la creciente amenaza caroniana.
(3) Ramiel: Es el nombre de un personaje de La Leyenda que es bastante importante en ese fic. No digo más o arruino la sorpresa.
(4) Ardunis: Mundo sede de la Liga Planetaria, la principal fuerza que aliada a la Orden de Guardianes, se opone al imperio de Caronia y a sus sanguinarios Shadow Warriors en la devastadora guerra que se vive en el universo de Las Dos Caras del Ser. Guardianes y Shadow Warriors son guerreros de la luz y sus estilos de pelea son similares, pero no necesariamente sus razones de ser y pelear.
(5) Tanysrio: De Tanysria, uno de los mundos que forman la Liga Planetaria y del cual proviene Kayani.
(6) Baterías atude: Son enormes baterías que literalmente succionan toda la radiación nuclear o antimateria empleada tras los bombardeos con armas de éste tipo para reconvertirla en energía para las naves de diversas flotas estelares. Pese a que pueden limpiar mundos enteros de algo tan terrible como la radiación, toma un determinado tiempo, durante el cual la radiación persiste y algunos pueden sucumbir en el proceso.
(7) Ondas zer: Permiten los viajes interdimensionales en mi fic, pueden ser controladas de modo tal que uno vaya a un momento determinado en un punto exacto. Gracias a esta tecnología es como empieza todo en la historia de Las Dos Caras del Ser.
(8) Microtac: Unidad de tiempo que define al segundo en Las Dos Caras del Ser, el tac se refiere al minuto, y el macrotac a la hora.
(9) Tseu Yun: Una anciana hechicera china que le permitió conocer a Paul a un oponente tan formidable para entrenar como Kay en el universo de Las Dos Caras del Ser, el costo para lograr esto fue su vida y esto marcó al Guardián.
(10)Mystacor: Mundo de los Centinelas, seres que se encargan de vigilar la evolución de los distintos mundos en las distintas dimensiones existentes y que evitan el surgimiento de los primordiales, los seres nacidos del caos. Éste mundo llegó a un nivel evolutivo tal que "todos se dan la mano y nadie pasa necesidad".
(11) Adén: Mundo mencionado en el Libro III de El Centinela, aquí Paul, Kay, y otros héroes como Cort (de Ulti_SG), Dash (de Sliver) y Jesús Ferrer (de Asiant) participaron en una misión conjunta contra el siniestro culto de Él y Ella (aún yo sentí algo tétrico en eso durante aquellos días… ¡Él y Ella proveerán!... brrrrrrr).
(12) Usradino: De Usrad, uno de los planetas miembros de la Liga Planetaria, y mundo del que vienen Zafet y el capitán Vaarnus.
(13) Arinus: Compañero de entrenamiento de Zafet, ambos buscaban ser maestros de hielo entre los Guardianes, pero éste personaje acabó tomando un sendero distinto, que provocó un hecho muy duro entre ambos.
(14) Duque Saajar: Guardián creado por Asiant para La Leyenda con permiso mío, de aparición futura en ese fic.
Nos vemos en el capítulo 2.