Buenas, gracias por haber leído el capítulo anterior, me hicieron muy feliz sus reviews ^^

Esta es el segundo y último capítulo de este mini fic, pero aún no terminará la historia ^^.

Sin más les dejo el capi.

Capitulo 2

Yo te amo Shibuya Kazuya!

Aquellas palabras volvían a repetirse en su cabeza, y parecían desfilar en frente de él cada vez que su azulada mirada se posaba sobre la persona que se las había dicho. Ya había pasado una semana, y Naru no podía dejar de pensar en la confesión de Mai, y en esas lágrimas que le vio derramar al quedarse callado.

Sabía perfectamente que estaba mal, él sentía lo mismo que Mai, él a amaba y quería estar con ella, pero no sabía como decírselo. Podía ser un genio si de espíritus se trataba, pero para amar a una mujer, era el ser más inexperto del mundo.

-Demonios – Masculló terminando de leer por quinta vez la misma línea de su libro de fantasmas; definitivamente no podía concentrarse.

Sintió el sonido de unos suaves pasos, y observó como Mai se le acercaba nerviosa, sin mirarlo a la cara ni por un segundo. Le molestaba no poder ver los hermosos y expresivos ojos de Mai, que siempre lo miraban con dulzura. Se fijó en que ella temblaba, y su rostro estaba sonrojado, se veía tan tierna.

-A-aquí está tu té Naru – Dijo nerviosa, dejando la taza sobre la mesa. Se sentía tan avergonzada, aún no podía creer que le había dicho todo a Naru, y lo peor fue que ni siquiera obtuvo una respuesta. Seguro Naru le tuvo lástima, y por eso en lugar de rechazarla, simplemente se quedó callado.

-Gracias Mai – Respondió él, sin mirarla. De verdad quería decirle algo, pero simplemente no sabía por donde empezar.

-Ya me voy – Anunció la castaña, pero no pudo hacer lo dicho cuando sintió que era detenida por Naru. Él la había tomado de la muñeca, y se puso de pie frente a ella.

-Espera, no te vayas Mai – Dijo Naru, mirándola fijamente a los ojos. El corazón de Mai se apretó con fuerza, porque de pronto él se comenzó a acercar demasiado – Yo tengo algo muy importante que decirte.

-¿Qué es…? – Preguntó ella en un tono muy bajo. Su rostro estaba totalmente sonrojado, y podía sentir el aliento de Naru cada vez más cerca.

-Mai, yo te… - Cuando él estaba a punto de confesar sus sentimientos, justo cuando estaba por corresponderle a Mai, y estaba por besarla, por probar sus dulces labios, el sonido de la puerta distrajo la atención de ambos.

Houshou acababa de entrar, ya que venía por un caso que había recibido. Sin embargo, al abrir la puerta había visto a Naru y a Mai a punto de besarse, lo que sin duda le había dejado con la boca abierta.

-Perdón, no quería interrumpir – Dijo volviendo a cerrar la puerta. Mai jamás se había sentido tan avergonzada.

-¡Bou-san! – Gritó completamente ruborizada. Naru sólo la miró, delineando una mini sonrisa, casi imperceptible.

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Todos se encontraban en el lugar que habían elegido como cuartel. Estaban en una escuela, en donde decían que se aparecían varios fantasmas, se oían golpes, y se movían cosas por sí solas.

Lin se encontraba observando los lugares donde habían instalado las cámaras a través de los monitores, y oía los sonidos por medio de los audífonos.

-¿Y que crees que sea esta vez, Naru-chan? – Preguntó el monje rubio, sentado muy cómodamente sobre una silla.

-No estoy seguro – Respondió Naru revisando el informe del caso – Hay que investigar un poco más para saberlo.

-Lo mismo pensé yo – Dijo Houshou soltando un suspiro de resignación.

-Yo digo que el culpable es un espíritu de la tierra – Dijo Ayako bostezando con aburrimiento.

-Yo no lo creo – Susurró Mai con una gotita en su frente.

-Puedo sentir espíritus en este lugar – Habló Masako – Pero realmente no parecen ser agresivos, no creo que haya que preocuparse demasiado.

-De todas formas nos han pedido encargarnos – Dijo Mai – No veo nada malo en ayudar a los espíritus a llegar al cielo.

-Tienes razón – Le sonrió Masako. Para ella, humanos y espíritus tenían igual importancia.

-Mai-san es muy amable – Dijo John con una sonrisa.

-Taniyama-san ¿Qué te parece si vamos a hablar con los alumnos para saber que es lo que han visto? – Preguntó Osamu. Mai le sonrió y asintió con la cabeza.

-De acuerdo Yasuhara-san – Dijo la castaña.

Ambos chicos salieron juntos mientras charlaban animadamente entre sí. Naru les miró disimuladamente, y se molestó verdaderamente al ver a Mai con él. Ella lo amaba, se lo había dicho ¿Pero entonces por que no era capaz de decirle que él sentía lo mismo? ¿Sería que por primera vez estaba sintiendo miedo?

oooo

Por otro lado, Mai y Yasuhara iban por el pasillo. La castaña tenía una pequeña libreta en sus manos, donde estaba anotando algunas declaraciones de los alumnos.

-Creo que debemos ir al gimnasio, dicen que ahí se oyen ruidos raros – Dijo Osamu a Mai, pero ella no lo oyó, porque estaba pensando ¿Qué habría querido decirle Naru? No podía evitar preguntárselo, porque por un momento, tuvo la sensación de que él iba a besarla. Se sonrojaba de sólo pensar en esa posibilidad - ¿Taniyama-san? – El llamado de su amigo al fin la hizo regresar a la realidad.

-¿Eh? ¿Qué decías Yasuhara-san? – Preguntó desconcertada.

-Te decía que si vamos al gimnasio, ya que ahí se oyen más ruidos extraños – Repitió el pelinegro con una gotita en su frente – Te ves algo desconcentrada.

-Lo sé, lo siento Yasuhara-san – Se disculpó la chica algo apenada – Es que últimamente tengo muchas cosas en la cabeza.

-Sé a que se debe… ¿Es por Shibuya-san verdad?

-¿Q-que? – Preguntó Mai sonrojándose levemente. Su amigo la miró con una sonrisa.

-Todos lo sabemos – Dijo él – Que tú estás enamorada de él, así que no tienes por que esconderlo en frente de mí.

-Si es verdad – Dijo Mai bajando la mirada - ¿Pero que importa que yo sienta esto? A Naru no le importa.

-¿Por qué dices eso? Tal vez si se lo dijeras…

-Ya lo hice, pero él se quedó callado… - Ella volvió a sentirse triste, se sentía humillada, como una tonta. No pudo evitar dejar escapar una lágrima, y se abrazó a Yasuhara, tratando de buscar algún consuelo – No sé que hacer.

-Tranquila… - Le dijo el chico correspondiendo a su abrazo. Entendía su dolor y no le gustaba verla así, Mai siempre estaba sonriendo, y verla llorar así no era nada grato.

oooo

¿Qué demonios estaba pasando? ¿Por qué rayos cuando se había acercado al monitor de la cámara que estaba en el pasillo cio como Mai abrazaba a Yasuhara? Y encima el muy desgraciado le correspondía el abrazo. Como deseaba poder oír para saber lo que se estaban diciendo, pero el único que oía era Lin, y él seguía tan serio como siempre.

-Vaya, veo que Yasuhara no pierde el tiempo – Dijo Houshou observando el monitor. Ayako se acercó a mirar también.

-Parece que lo de esos dos va en serio – Opinó la sacerdotisa mirando de reojo lo enojado que se veía Naru – Y yo que pensé que a Mai le gustaba Naru – Dijo dando un suspiro.

Naru salió de la sala sin decir nada, mientras todos lo miraban.

-Te has pasado Ayako – Dijo Houshou aguantando una risita – Parece que Naru se ha enojado en serio.

-Se lo tiene bien merecido – Dijo la mujer riendo también – Aunque no puede disimular que está celoso.

Lin, por su parte se hacía el desentendido, aunque también tenía ganas de reírse. Él había oído toda la conversación entre Mai y Osamu, y sabía perfectamente por que ella lo había abrazado, pero no tenía nada de malo el dejar que Naru sintiera unos cuantos celos, tal vez así se decidía al fin a confesarse a Mai.

oooo

Aquella misión acabó de buena manera. Era cierto lo que había dicho Masako, se trataba de espíritus pacíficos que no habían encontrado el descanso. Fueron purificados por Bou-san, y después de eso todos regresaron a sus hogares.

Mai se encontraba recostada en su cama. Ya era de noche y tenía muchísimo sueño, pero aún no dejaba de pensar en él. Naru había estado comportándose extraño después de que ella y Yasuhara regresaran de hablar con los alumnos de la escuela, la había estado evitando todo el tiempo, y eso la hizo sentir muy mal.

-Naru idiota – Susurró mientras cerraba lentamente sus ojos. Por el momento, sólo quería dormir, tal vez así vería al Naru de sus sueños. Pero esta vez tuvo un sueño diferente.

Mai se encontraba sentada en una banca de aquel parque en donde una vez hubo un fantasma de una chica que mojaba a las parejas.

Ella estaba sola, no había nadie más en ese lugar. De pronto, alguien tapó sus ojos, y una sonrisa se dibujó en sus labios.

-Naru – Pronunció. Sus ojos fueron destapados, y pudo ver el parque lleno de parejas y niños jugando.

-Perdón por llegar tarde Mai – Dijo el pelinegro mientras se sentaba a su lado - ¿Te has aburrido mientras esperabas?

-No, sólo estaba ansiosa por verte – Respondió Mai mirando a Naru a los ojos. Aquella mirada atravesaba su corazón y hacía que le latiera a mil por hora. Pudo notar como Naru le sonreía, para luego abrazarla tiernamente.

Si, justo así era como siempre había imaginado una cita perfecta. Naru estaba siendo tan tierno, y eso le encantaba.

-Te amo, Mai – Le susurró al oído. Mai se estremeció por completo.

-Y yo a ti Naru – Dijo Mai completamente feliz.. Se separó un poco para mirar a su amado, y este la tomó del mentón, acercando sus labios a los de ella. Mai cerró sus ojos para poder sentir su beso, pero antes de que sus labios pudieran tocarse, el sueño se terminó.

Mai se despertó algo entristecida. Estaba teniendo un sueño tan hermoso ¿Por qué había tenido que despertar?

-Ni siquiera en sueños puedo besarte – Susurró con tristeza. Miró su reloj y se dio cuenta de que ya era de día. Suspiró y se levantó, pues ya no podía dormir.

oooo

Naru acababa de levantarse, y después de darse una ducha se puso a desayunar. Por su parte, Lin se encontraba leyendo un poco, sin embargo se dio cuenta enseguida de que Naru se encontraba de mal humor.

-¿Se puede saber que te pasa? – Preguntó Lin sin quitar la vista de su libro.

-No me pasa nada – Respondió Naru bebiendo un poco de té, aunque no le gustaba tanto como el que hacía Mai.

-Naru, desde ayer estás más insoportable de lo normal – Esta vez, Lin si dejó de mirar aquel libro, para dirigir su vista al pelinegro – Te conozco perfectamente, sé que estás así por Mai.

-No digas tonterías.

-Reconoce de una vez lo que sientes por ella ¿O quieres que alguien más se te adelante?

Naru le dio un golpe a la mesa y se levantó enojado. Muy pocas veces hacía explotado de esa forma, lo que sorprendió a Lin. Se dio cuenta de que este tema en verdad le importaba, y estaba confundido y frustrado.

-Lin, estoy mal, no sé que me pasa – Dijo por fin, tratando de buscar algún tipo de ayuda en la persona que lo conocía más que nadie.

-¿Qué sucedió entre Mai y tú? – Preguntó Lin. Naru volvió a sentarse, ya más calmado.

-Ella me dijo que me ama – Respondió desviando la mirada – Pero yo me quedé como un idiota, totalmente paralizado, y cuando iba a hablar ella salió corriendo.

-¿Y no piensas hacer nada?

-Suena tonto que yo lo diga, pero no sé que hacer – Dijo el pelinegro – Y… me llena de rabia al ver a Mai con alguien más.

-Esos se llaman celos, y se sientes cuando estás enamorado.

Naru se quedó pensando en eso. Era cierto, estaba celoso porque estaba enamorado de Mai, porque el hecho de que ella se le hubiese confesado ya le hacía sentirla como suya. Mai le pertenecía, ella lo amaba a él y a nadie más, y no permitiría que eso amor se apagase, era el día, tenía que decírselo a Mai, tenía que confesar que la amaba.

Ya se le hacía tarde, había recibido una llamada de Lin diciéndole que ya tenían un nuevo caso, y que estaban todos en la oficina, sólo esperándola a ella.

oooo

Mai entró corriendo al edificio, esperando encontrarse a sus compañeros ahí. De seguro Naru estaría molesto por su retraso. Sin embargo al llegar ahí, sólo pudo verlo a él. Ni siquiera Lin se encontraba en ese lugar, sólo ellos dos.

-Por fin llegas Mai – Le dijo Naru, tan serio como siempre.

-Naru… ¿Qué significa esto? – Preguntó Mai desconcertada - ¿En donde están Lin-san y los demás?

-Ellos no están.

-¿No ha llegado aún? – Inquirió ingenuamente y pudo ver la leve sonrisa en el rostro de Naru, lo que la sorprendió.

-Ellos no vendrán – Contestó calmadamente. Mai se volvió a sorprender ¿Qué estaba pasando? – Te hice venir porque quiero hablar contigo.

-¿Hablar conmigo? ¿S-sobre que?

-Lo que pasó la semana pasada.

Al escuchar eso Mai enseguida se sonrojó, y no había podido disimularlo ¿Pero por que Naru quería hablar de eso ahora?

Se apoyó contra la puerta bajando su mirada, tratando de que Naru no notara lo nerviosa que se había puesto.

-¿Por qué quieres hablar de eso? – Preguntó avergonzada. Naru se puso de pie –pues permanecía sentado- y se acercó a ella, notando que su cercanía la ponía aún más nerviosa y sonrojada.

-Porque creo que dejamos muchas cosas pendientes esa noche, empezando por no haber sido capaz de desearte un feliz cumpleaños – Respondió Naru, mirando fijamente los labios de Mai, porque deseaba besarla.

Ella volvió a sorprenderse, no se esperaba algo como eso.

-De todos modos… no tiene caso que lo haga ahora ¿No? – Naru apoyó ambas manos en la puerta, a los costados de Mai, acorralándola en el lugar. El corazón de la chica latía desmesuradamente, y observaba a Naru sorprendida.

-E-eso ya no me importa Naru, yo sé que fuiste tú quien planeó la fiesta sorpresa, aunque te hayas hecho el desentendido – Dijo Mai tratando de tranquilizarse.

-Es verdad – Admitió Naru al fin – Me sentí culpable por no haberte dicho nada, por eso planeé esa fiesta, para verte feliz, pero las cosas no salieron como lo esperaba.

-Fuiste muy cruel… - Reclamó Mai enfadándose – Me ignoraste todo el tiempo, incluso en el momento en que te confesé mis sentimientos, tú…

-Estaba celoso – La interrumpió Naru. Mai sintió su corazón oprimirse.

-¿Q-que? – Cuestionó sorprendida. Le parecía haber escuchado mal ¿Naru dijo que estaba celoso? ¿Pero por que?

-Lo que oíste – Dijo el chico – Mai, cada vez que te veía con el monje o con Yasuhara, una tremenda rabia me invadía. No entendía que me pasaba hasta que tú me dijiste que me amabas. Ahora sé que estaba celoso.

-N-Naru… pero tú, tú te quedaste callado – Volvió a reclamar la castaña – Siempre has sido frío conmigo, me haces sentir como una tonta, y me rompes el corazón con tu indiferencia… - A estas alturas, las lágrimas corrían por el rostro de Mai – Yo te amo Naru, y me duele que tú no sientas lo mismo, por eso quiero olvidarte.

-Demonios ¿Qué no te quedó suficientemente claro con decirte que estaba celoso?

-¿Eh?

-A ver si después de esto logras olvidarme – Susurró Naru acercándose peligrosamente a los labios de Mai. No le importaba nada ya, ni siquiera seguir siendo Naru el narcisista, quería besarla, y así lo hizo.

Mai abrió sus ojos como platos al sentir los labios de Naru sobre los suyos. Al principio fue así, un simple roce, pero pronto Naru comenzó a mover sus labios sobre los de ella. Mai cerró sus ojos mientras un gran sonrojo cubría sus mejillas, y su corazón bombeaba a toda potencia. Separó levemente sus labios, y pudo sentir como la lengua de él entraba en su boca.

Era el primer beso de Mai, por lo que fue algo torpe, pero eso no le impidió disfrutarlo al máximo, hasta sentir que le faltaba el aire.

Naru se separó de Mai y observó su expresión confundida. En ese momento acarició su rostro con suavidad, secando sus lágrimas. La había besado, eso tenía que haberle hecho entender sus sentimientos a Mai.

-¿Por qué? – Cuestionó ella. Quería una respuesta, tenía que saber por que Naru la había besado, por que había robado su primer beso.

-Ahora es momento de mi confesión… - Dijo Naru – Mai… ¿Quieres ser mi novia?

-¿N-novia?

Eso era lo que siempre había deseado desde que le conoció. No necesitó más palabras que esas, ni tampoco tuvo necesidad de decir algo, simplemente volvió a besar a Naru, y esa fue su respuesta, un hermoso y perfecto sí.

Fin.

Bueno, esta historia se ha acabado jeje. Espero que les haya gustado.

Pero como había dicho, en realidad aún no se termina.

¿Les gustaría ver a Naru y a Mai de novios? Pues entonces la historia continúa en el One-Shot llamado "Quiero que me digas te amo" que publicaré muy pronto.

Gracias por haber leído esta historia ^^, me hicieron muy feliz.

Bye.