Disclaimer: Los personaes son propiedad de Stephanie Meyer, lo úni que me adjudico es la trama.

Capítulo 17

A nuestro alrrededor el viento seguía ululando, revoloteando entre nuestro pelo como soplos de helado aire; nuestros labios tocándose levemente, sintiendo el frio contacto, probocando con cada trémula caricia suya pequeñas chispas eléctricas que quemaban mis labios. Haciendo un completo cortocircuito en mi interior ; paralizada y sin resistencia alguna a sus demandas.

Sus labios se volvieron duros e insistentes, presionando por una respuesta; y fue la humedad de su lengua intentando habrirse paso en mi boca, lo que me devolvió a la fría realidad.

¿Qué estoy haciendo? ¿ es esto lo que quiero?

El no saber la respuesta a ciencia cierta, hizo que un frío helado me recorriera entera, convirtiéndome en piedra.

Seguía con los ojos cerrados, tal vez por temor a ver lo que me rodeaba, miedo por aforntar el presente y las consecuencias que tendría este beso, pero noté como Randy se separaba levemente de mí, y entreabría los ojos, con incertidumbre; él me contemplaba de manera excrutadora, intentando descifrar mi reacción, mis pensamientos.

-¿Bella?Hizo ademán de acariciarme la megilla pero yo, tal vez por costumbre, tal vez no, aparté bruscamente la cara.

-Creo que es hora de que te vayas a casa.- expuse de manera entrecortada, la mirada desviada de su rostro.

-Pero…

-Vete, por favor.- me puse de pie con piernas tambaleantes y retrocedí unos pasos.

El buscó en mi mirada con el ceño fruncido, yo la rehuí a toda costa.

-Por favor.- rogué a mi pesar. Y sin atreverme a levantar la mirada, giré y entré en casa, dejándolo con la palabra en la boca.

Cerré la puerta con llave, e inmediatamente me incliné para mirar través de la cortina de la ventana; él seguía ahí, sentado en la acera mirando la casa con una expresión ilegible para mí. Pasados unos segundos, se enderezó y caminó con resolución hacia su coche; abrió la puerta y tras sentarse tras el volante, cerró de un portazo. De repente tuve miedo de que esa sea la última vez que lo viera, tuve miedo de haber colmado su paciencia y que decidiera no volver a verme; quise apartar la cortina de encaje para que viera que estaba ahí, que en realidad no me había ido,dejándolo solo; quería golpear la ventana con mi puño para que boletera a verme y no se marchara, para suplicarle que no me dejara y…

¿Y qué,? –me recriminé a mi misma con amargura, ¿Si nisiquiera tú sabes lo que quieres, lo que sientes…?

Y a pesar de ese no saber por mi parte, se apoderó de mi un deseo irracional de que no se marchara, de gritarle que diera media buelta, y me enfrentar; desos de que no se rindiera, que luchara…que luchara por mí…

Un deso total mente egoista, cuando ni siquiera se lo que siento por él. Así que, simplemente deje resbalar la mano que suavemente había apoyado sobre el cristal mientas lo veía partir. Sintienod un enorme vacío en mi interior, un profundo desasosiego que sabía, me sería dificil de borar.

El resto del día estuve en tensión, sin parar de darle vueltas una y otra vez a la cabeza sobre todo lo ocurrido, tratando de analizar mis sentimientos y darles por fin un nombre; y cuando todo estuvo recogido y los niños acostados, me fui a la cama.

Ni siquiera tenía ganas de bañarme; solo me desprendí de la ropa que se ceñía ami cuerpo, me cepillé el pelo, y tras ponerme un cómodo camisón, descanse la cabeza sobra la mullida almohada, tapándome con descuido. Caí dormida casi enseguida.

A la mañana siguiente me desperte, hice lsa taresas comunes como levanar a los niños y prepararles el desalluno; apartir de entonces mi cerebro no paró de trabajar.

¿Por qué? ¿Por qué esto ahora?

Se supone que ahora que el innombrable está en la cárcel, yo debería respirar con tranquilidad, cuidar de mis hijos, trabajar y hacer una vida normal, libre de presiones y sufrimientos, pero…¿Está mal lo que siento por Randy? Por que si, siento algo, eso es algo que por mucho tiempo no he querido haceptar, pero que se ha convertido en algo imposible de negar.¿ Es que acaso raiciono a mis hijos,… al padre de mis hijos al sentir lo que siento ahora? ¿Me traiciono a mí misma?

Hubo un tiempo en el que pensé que de verdad esperaría a… Edward, que esperaría a que él saliera y veríamos si podíamos ser felices de nuevo, pero que mientras me esforzaría todo lo posible en hacer feliz a mis hijos y ser feliz yo; ni en sueños imaginé que podría aparecer alguien en mi camino y…hacerme sentir cosas que, denuevo, me hicieran estremecer por dentro.

Pero eso no estaba bien, no.

Además, tal vez Randy ni siquiera sienta por mí lo que yo siento por él, quizás para él solo soy un capricho un juego; alguien con quien poder ser él mismo y aliviar la tensión que le producía su novia.

Metí a los niños en el coche, y nos encaminamos hacia la escuela, mientras tanto, reflexioné sobre mis pensamientos y llegué a una conclusión. Quería a Randy, ahora, ¿Qué hacía con ese sentimiento?

Ahora que le había puesto nombre…

Aparqué el coche en el estacionamiento del colegio sin llegara aapagar el motor, me despedí de mis hijos, deseándoles buen día y dándoles a cada uno un beso en sus frentes antes de que, presurosos, se apearan del coche para correr junto a sus compañeros. Hice un mobimiento con la palanca de cambios, y miré por el espejo retrovisor para dar la vuelta, cuando, de repente, me vi a mi misma buscando a un coche en particular entre la multitud; al no encontrarlo suspiré con una mezcla de resignación y desánimo, y giré el volante del coche, saliéndo rumbo a mi trabajo.

Al llegar a la oficiona, me metí en el ascensor, y dado que estaba sola, aprobeché para acomodarme la camisa blanca bajo la chaqueta, de modo que no se viera el manchurrón de mermelada de fresa que mi hija me había echo en el desalluno, y que por flata de tiempo, me fui imposible de quitar.

Las puertas del ascensor se habieron, y solté unn suspiró cansado; solo esperaba que el resto del día fuera mejor.

La mañana transcurrió entre papeles, papeles y más papeles, hice un receso para almorzar algo rápido junto con Irina en su despacho, pues las dos teníamos mucho trabajo, y después seguí con mi papeleo.

-¿Te abruma tu nuevo puesto de redactora?- preguntó burlón Oliver, en el marco de mi puerta.

-Simplemente hoy es un día de esos…- respondí a su provocación mientras me encogía de hombros con soltura.

-Te ves cansada.- apreció mientras se sentaba en la esquina de la mesa.

-¿A sí?- replique, intentando mantener el buen humor, pese a que sus ojos me examinaban milímetro a milímetro, y eso, en cierta manera me enervaba. Sabía que solo se estaba preocupando por mí, pero mis nervios estaban en tensión y saltaban a la mínima.

-Por que no lo dejas por hoy y te vas a tu casa.- me sugirió.

-Ves esta pila de la derecha,- se la señalé- pues tengo que terminarla antes de irme.

-¿Es urgente?

-No, pero…

-Entonces vete a casa, o no, mejor todavía;- sus ojos adquirieron un brillo entre malicioso y divertido.- sal con migo, vayamos a cenar.

-Pero no puedo,- traté de hacerle entender, momentáneamente sorprendida por su propuesta- tengo que acabar esto,- dije con férrea obstinación- y después tengo que ir a casa y ocuparme de mis hijos, hacer la colada…

-Exactamente por eso,- exclamó- date un respiro, ¡Vive!

-Pero…- intenté hablar pero él me volvió a interrumpir.

-Nada de peros. ¿Te acuerdas de cuando te ascendieron viniste a mi despacho y dijiste que me debías una?- pareció recordarlo de pronto- pues esto es lo que quiero, quiero que por una noche dejes todas tus responsabilidades a un lado y te relajes; y no puedes decirme que no,- añadió-, recuerda que me lo debes.- intentó parecer severo.

Yo abrí y cerré varias veces la boca, perpleja, sin saber que decir, o como rebatirle.

-¿Qué dices?

Esto es lo que menos necesita ba ahora, a Oliver y sus irritantes filirteos; pero después de todo, se lo prometí…

-Yo…Está bien.- respondí lentamente, mirándolo a los ojos sonrientes.-Supongo que podría pedirle a mi padre que cuidara de los niños hasta que llegara, no muy tarde; -me dije a mi misma en voz alta- no creo que le importe.

-Entonces todo está arreglado, te espero dentro de diez minutos en la salida.

Me sonrió por última vez y salió por la puerta, dejando atrás todo el caos que había producido su propuesta.

Con resignación, alcancé el teléfono y marqué a casa de mi padre, que a estas horas ya debería de estar en casa; le comenté brevemente la situación y pareció estar alegre de que saliera a relajarme con un compañero de trabajo pese a que le repetí una y otra vez que solo éramos amigos. Al fin colgué, recogí todos los papeles que secretamente estaba agradecida de perder de vista y me reuní con Oliver en la salida.

Cada uno fue con su coche, él iba delante y yo le seguía. Cinco minutos después estaba aparcando un poco renuentemente en uno de los más lujosos restaurantes de Seattle, antes de salir del coche, miré con resignación mi atuendo, pues no tenía nada mejor a mano. Al salir del coche, Oliver se encontraba de pie a la entrada del restaurante, lo acompañé, notando como me guíaba suavemente con la mano sobre mí espalda.

Contacto que reuí tan pronto la buena educación me dejó.

Apareció una camarera y nos acompañó a nuestra mesa.

Oliver me retiró la silla para que me sentara, y yo le agradecí con una llana sonrisa; a la vez que examiaba mi alrrededor él tomaba asieno y la camarera nos daba la carta, dejándonos a solas para que decidieramos el menú.

La brillante luz de las refinadas lámparas colgantes del techo, iluminaba toda la estancia, haciendo resplandecer los delicados floreros de cristal que adornaban cada mesa con sus respectibas flores. Despegué un momento la mirada de la carta para mirar a mi alrrededor; la gente que me rodeaba reía quedamente, sin ser estrabagantes, vestían con sofisticación; los camareros, vestidos de rigurosa etiqueta, servían y tomaban orden con discrección, sin apenas ser notados.

Me hacía sentir fuera de lugar, de una manera incómoda y desagadable; así que dejé de mirar a mi alrrededor, y me centré con demasiado entusiasmo en la carta.

-¿Ya sabes lo que bas a pedir?- preguntó oliver, sacándome de mis pensamientos.

Le sonreí con descuido, y asentí, mordiendome la lengua y reprendiéndome interiormente por haber aceptado su innvitación a cenar. Los precios eran demasiado caros.

Levantó el brazo y le hizo una señal al camarero.

-¿Ya saben los señores lo que ban a tomar?

-Sí,-respondió Oliver- yo tomaré la ternera bañada en crema de setas.

-Yo tomaré ensalada césar, gracias.

El camarero apuntó el pedido y se marchó a la cocina.

-¿Estás segura de que no quieres nada más?

-Si, no te preocupes.

Yo desvié la mirada, girando la cabeza y obserbando a mi alrrededor; tan solo una ensalada césar, en este sitio, me iba a costar un ojo de la cara, seguro. Suspiré con resignación y alcancé la copa de agua para mojar mis resecos labios, a fala de nada mejor.

Si intuyó el por que no pedía nada más suntancioso, no lo comentó, lo cual agradecí; puede que ahora que ya era redactora, ganara más sueldo, pero eso no significaba que tenía que dejar de ser menos cuidadosa con el dinero.

Pasó un minuto que fue tan eterno y pesado como una hora, hasta que Oliver rompió el silencio que se había instaurado entre nosotros.

Estaba reclinada contra la mesa sin dejar de mantener la espalda herguida, cuando aparté la melena de mi cuello, y sacudí el cuello de mi blusa; tenían la calefacción a toda potencia.

-¿Porqué no te quitas la chaqueta?- preguntó Oliver, viendo mi acaloramiento.

Yo sonreí vergonzosamente y agaché la mirada.

-Mi hija me manchó la blusa en el desayuno, iva tarde y no me dio tiempo de cambiarme.- me escuse con una apenada sonrisa.

Él se reclinó contra el respaldo de la silla, apollando el brazo de manera lánguida contra la mesa, el puño levemente cerrado; y rio quedamente mientras que entornaba los ojos, sin rastro alguno de alegría.

Al segundo, levantó los pápados y clavó su mirada chocolate en mí.

-Una auéntica madre, una auténtica ama de casa,¿ no?- sonrió, irónico.

-Supongo.- respondí sin darle mayor importancia.

-¿Puedo hacerte una pregunta?-preguntó a la vez que se herguía en la silla.

-Claro.

-Eres abnegada como madre, y como periodista, dime ¿Qué te queda para ti?

Yo le miré sin comprender a donde quería llegar.

-Lo que quiero decir es, ¿Cuándo descansas tú, cuándo te diviertes tú? ¿Cuándo haces algo que no sea puramente por tus hijos o por el trabajo?- insistió, sin despegar sus ojos inquisitibos de los míos.

Guardé silencio, y al ver que no contestaba, él se relinó de nuebo en la silla, pero sin apartar su mirada de mí, esperando una respuesta; yo sacudí mi cabeza aturdida, e intente elaborarla.

-La verdad es que nunca lo he visto así.- contesté con toda franqueza, un poco sorprendida por su observación, sorprendida al atisbar que tenía razón.

Durante el último año, practicamente había anulado todas mis necesidades para centrarme en las de mi familia, en mis hijos; y hasta ahora no me había dado cuenta de todo lo que me había estado perdiendo para darle prioridad a otras cosas.

Cosas como una relajada cena entre amigos, que pese a haber empezado con mal pie, y pese a mi renuencia inicial, la cena estaba resultando ser realmente agradable; no tener que cocinar, por una vez, no tener que estar pendiente de si Ben o Lisa se comen todas las verduras, por una vez. No hacer la misma rutina de todos los condenados días, por fin, si por fín, tener un poco de diversión adulta.

Olver observó como reflexionaba para mis adentros, sin molestarme.

-Mis hijos son lo más importante para mí, son todo lo que tengo, y el cuidarlos, nunca ha sido algo que he de hacer, si no algo que hago con sumo gusto;-respondí, despues de cabilar-pero sí, entiendo lo que quieres decir.

Oliver abrió la boca, pero llegó el camareroy la volvió a cerrar, apretando los labios.

Después de que el camarero se fue, nos dedicamos a desgustar nuestros respenctibos platos. En silencio.

Al cabo de un rato, apareció el camarero para llevarse los platos, y tras declinar hambos el postre, se fue a por la taza de café, pedida por Oliver.

-¿Sabes, Bella? Te he reunido aquí por un motibo.

-¿ Si?

-Me gustas.- Ponderó.

En ese instante, toda la confianza que había conseguido reunir a lo largo de la velada, se esfumó por la puerta de atrás; sin darme cuenta me había relajado más de lo necesario, y se me había olvidado con quien estaba cenando.

-No se por qué te soprendes, creo te lo he hecho saber desde el primer momento.- replicó de forma resuelta.

No es que me sorprendiera, si no más bien todo lo contrario. Sabía que este momento tenía que llegar tarde o temprano.

-No se muy bien que decirte, salvo que no siento lo mismo.- le expliqué quedamente.- Lo siento.

Aparté la mirada a la vez que el camarero llegaba con su café y se marchaba de nuevo.

-No tienes por que disculparte.- dijo al cabo de un instante.

En su voz no había rastro de reproche o amargura; volvía la caeza hacia él para mirarle y comprobar que así era. No estaba disgustado por mi negatiba.

-La verdad es que ni siquiera se por que te he dicho eso,- medio rió- supongo que para demostrarme algo a mi mismo, y ya lo creo que lo he conseguido.- volvió a reir, apurando el café en la taza.

Lo miré sin comprender nada.

-Verás, es cierto que me gustaste desde el primer momento que entraste al periódico,- se explicó- y desde el año pasado, cuando me dejaste claro que no querías nada conmigo, me pripuse seducirte a toda sietno.- se disculpó, y vi sinceridad en sus ojos.

Así que lo dejé seguir con su explicación, que me tenía intrigada.

-Procuré ser comprensibo, paciente; despué de todo apenas y sabía nada de ti,- me miró a los ojos, cosa que seigue practicamente igual, por cierto.

Me envaré en mi silla como acto reflejo; no se si setaba preparada, osi tenía esa confianza con el como para contarle "la historia de mi vida".

-Pero eso lo trataremos en otro momento,- comentó con cuidado al percivir mi cambio de ánimo- la cuestión- volvió a renaudó su tema con renobado entusiasmo- es que te habías combertido en un reto para mí. Y un buen día…

-¿Si?- le inté a que continuara.

-Era tarde, estaba cansado, e I rina se ofreció a ayudarme con los papeles; una cosa llebó a la otra…y, en fín, creo que ya te imaginas lo que sigue.

-Ella y tú…¿Estáis juntos?- me atreví a preguntar.

-Oh, no.- rió sin rasto de humor. Desvió la mirada, y meditó en silencio unos segundos.

-Desde entonces nada es igual; creía que te quiería, y desde esa noche con ella…derrepente todo lo que creía sentir por ti se volvió dévil.-olvió a mirame a los ojos, profirio una mueca de burlona amargura, y bolvió la cabeza hacia otro lado.

-¿La quieres?- pregunté suavemente, con toda la delizadeza que el tema necesitaba.

El no respondió.

-¿Por qué me invitaste esta noche a cenar, Oliver?- me incliné sobre la mese, obligándole a mirarme.

-Quería, quería…

Alargué mi mano sobre la mesa, hasta dar con los suyos; y por primera vez, desde hace mucho tiempo, toque a un hombre por iniciatiba propia, sin sentir temor. Él alzó su miraza de nuestras manos tocandose hasta mis hojos, comprensibos.

Oliver tragó grueso, y se dispuso a hablar.

-Quería convencerme a mi mismo de que no la quiero, pero no es así.- Confesó.

-Y querías comprobarlo estándo con migo.- constaté.

-Si, pero a medida que hablaba y pensaba lo que tenía pensado decirte, la situación me resultaba cada vez más absurda.- rió.-La quiero, sí, la quiero.- sonrió con la mirada y la mente lejos de aquí.

-Pues ve a por ella y díselo.-le aconsejé, volviendo a ponerme recta en la silla.

-Si todo fuera tan facil…

-¿Porqué?

-¿Y si ella no me quiere?- preguntó angustiado, pidiéndome ayuda con la mirada.

Un sentimiento de angustia se instaló en mi pecho, ¿por solidaridad hacia sus sentimientos? No se por que, tal vez por que en el fondo, veía cierta semejanza con lo que nos pasaba a Randy y a mí. Y eso me hizo darle vueltas a las cosas, tal vez, por fin, llegando a una resolución que para bien o para mal, iva a cumplir.

-Pues tendrás que arriesgarte.

El camarero trajo la cuenta y, para mi bien o vergüenza, pagó Oliver, desechando con caballerosidad mi ademán de pagar mi parte; nos despedimos a la puerta del restaurante y cada uno se diriguió a sus respectibos coches, cada uno con un destino distinto.

Ya conduciendo en medio de la oscura noche, sin perder de vista la carretera, dejé volar mi mente lo justo como para reflexionar sobre ciertos aspectos puestos encima de la mesa a lo largo de la velada.

Pensé en Rnady, en lo que sentía por él y en la manera en que, sisetmáticamente, he hecho a un lado todo lo que no fuera concerniente con el vienestar de mi familila; y no solo me refería a mis hijos, si no ah…todo. Por que cuando Edward me confesó su alcoholismo, para mi no existió otra meta que no fuera verlo recuperado, e hice todo lo necesario para que así fuera, independientemetne del resultado; me desviví por él, igual que ahora me desvivo por mis hijos, por conseguir que salieramos a flote y se notaran lo menos posible la falta de su padre, y a los cambios a los que habían sido sometidos.

Y lo que me había dicho hoy Oliver…¿Qué te queda para ti?

Eso es lo que yo mima me preguntaba ahora. A duras penas, había conseguido sacara flote a mi familia de los acontecimientos sucedidos el año anterior; los niños éran felices, a veces con altos y vajos, pero felices, Edward estaba en la cárcel…Y los únicos sentimientos que teníahacia él definidos, eradn odio…asco.

Ahora que todo parecía volver a su curso natural, solo me quedaba preguntarme. ¿qué hay para mí? ¿Qué me queda?

Y con ese pensamiento en mente, aparqué el coche en la entrada de casa.

Me sorprendió encontrarme todabía las luces de casa encendidas, sin darme cuenta, me había entretenido más de la cuenta en el restaurante; saqué las llaves del blso y entré, encontrándome con papá, que acabaa de traspasar el salón.

-¿A pasado algo?- susurré, asomando la cabeza en el salón y viendo a Matt y a Lisa acurrucados los dos en el sofá, é a mi padre, expectante.

-No, tranquila; pero dijeron que no se irían a la cama hasta que vinieras.- se encogió de hombros con despreocupación, y despuñes pasó a analizarme con mirada crítica.

Yo suspiré resignada.

-¿Qué?

-¿Te lo pasate bien?

-Si,estubo bien ener una conversación de adultos.- contesté evasibamente.

Dejé el bolso en la entrada, me quité la chaqueta y me adentré en el salón; contemplé sus caras de paz mientras que dormían placidamente.

La única luz que había, era el televisor de fondo, sin sonido. Mi pade se situó a mi lado en silencio.

-Yo cogeré a Matt, tú coge a lisa.

Asentí, y con cuidado, los acostamos en sus respectibos cuartos, le dí un beso a cada uno en la frente con profundo amor, y descendí la escalera junto con mi padre.

-Les extraño que no vinieras a casa después del trabajo, querían verte antes de irse a dormir; no es usual en ti que salgas de noche.- agregó.

Me sentí un poco culpable, pero de todas maneras respondí.

-Un amigo me invitó a cenar,- me encogí de hombros.- y no pude decirle que no.

Él asintió con la cabeza, pensativo.

-Es solo un amigo, papá, no pienses lo que no es.- repliqué, un tanto irritada, ¿es que no podía salir una noche sin que se me cuestionara?

-Lo siento, tienes razón.- se disculpó.

Entró de nuevo en el salón para recoger sus cosas y apagar el televisor.

-Se me olvidaba, -se volvió repentinamente cuando se dirigía a la salida- Randy te llamó.

Mi corazón latió acelerado.

-¿Te dejó algún recado?- intenté parecer despreocupada.

-Solo dijo que apartir de ahora le llamaras a éste número.- hurgó en el bolsillo del baquero y sacó un papel doblado.

Alcé la mano para cogerlo, y lo desdoble, leyéndo él número de teléfono, extrañada.

¿Con que motibo me ha dado éste nuevo número?

Doble el papey enfrenté la mirada de mi padre, que me miraba con sospecha; yo solo me alcé de hombros.

-Ten cuidado llendo a casa, papa.- Me incliné para darle un beso en la megiya.-Si quieres puedes quearte, ya lo sabes; es tarde y…

-No, hija, mi espalda no soportaría dormir en ese sofá tuyo que tienes,- una mirada amorosa reemplazó a su semblanque de silenciosa inquisicion.-descansa.

Me dio un abrazo y salió hacia su coche; arrancando segundos más tarde, desapareciendo en dirección norte.

Me endereé, pues estaba recostada en el quicio de la puerta, y tras darle un vistazo a la solitaria y silenciosa calle, me metí detnro y cerré con cuidado la puerta.

Una vez dentro, de nuevo, desdoble el papel con l número de teléfono, y me dirigí hacía el teléfono inhalámbrico de la cocina.

Un timbrazo, dos, tres…

-¿Diga?-Respondió una voz de hombre.

-Perdone por llamar tan tarde,- me disculpé antes que nada- ¿Está Randy?

-Si,- rezongó con voz adormilada- ahora se pone.

El silencio al otro lado del auricular me ponía los pelos de punta.

-¿Si? ¿Quíen es?- el salto que dio mi corazón al oir su voz, me tomo desprevenida.

-Soy Bella.

-Ah, Bella…

-Si.-contesté un poco contrariada por su extraño tono de voz.

-¿Aí que ya volviste de cenar con el tipo ese, y me llamas a mí, no?

Papá…Maldije para mis adentros.

-¿Te divertíste?- continuó, sin darme espacio para responder.

-Bueno, si…- respondí lentamente.

-Y si tan bien te lo psasaste, ¿Porqué me llamas ? ¿ Es que no podías dormir sin..., sin…? ¡Oh, mierda!- exclamó a la vez que al otro lado del auricular se escuchaba un golpe y vidrios rotos.

-¿Estás bien?- me alarmé.

-¡Claro qu estoy bien! No hace falta que te preocupes por mí, ¡ No quiero que te preocupes por mí!

-¿Randy?, ¡Randy!- Exclamé, pero el ya no estaba.

Había colgado.

Contemplé el auricular color beige, y lo apreté con ambas manos, al a vez que apretaba los labios, intentando contener la lágrima que ahora resvalaba por mis pestañas.

¿Sería demasiado tarde ya? ¿Habría agotado su paciencia?

Tras ese último pensamiento, encajé con lentitud el teléfono en su sitio, sin querer separar mi mano de él; por que absurdamente, sentía como si desprendiendome de él, me desprendiera de Randy.

Al final dejé resvalar los dedos, no sin antes presionar mis llemas sobre el filo de la superficie dura, mi brazo calló pesadamente al lado de mi pierna, y acto seguido crucé los brazos a la altura de mi pecho, aferrando con esa mano el suave tejido de la camisa.

Estrujándola.

Griré sobre mí y salí de la cocina con la cabeza gacha,mis hombros enconbados, él cabello ondeando con descuido a los lados de mi cara, ocultándole mi estado de ánimo a un ser invisible.

Ruido de tacones resonando en medio de una quietud estremecedora, el deslizamiento de una lágrima resbalando por la barvilla; el ruido casi imperceptile de esa lágrima impactando contra el parqué.

Una puerta cerrándose, y luego la nada.

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.

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Nota autora:

Se que me tarde más que nunca en actualizar, y es que, mi ordenador se fundió y tube que buscar otro( tardé tanto en encontrar otro por que tube problemas on un técnico que dijo que me lo iva a traer y bla, la, bla…) Aparte de eso, tube unos problemas de "inspiración" con esta historia y apaaaarrrrte de eso…tube un periodo en el que como que no me apetecía escribir, por que, aparte de no tener muchas ganas, creía que escrbía pura basura.

Unos meses dificilillos, si.

Pero en fin, ya estoy aquí y espero que no se hayan olvidado de esta autora, aveces desastrosa jejeje

Siento muchísimo haberlas dejado tanto tiempo sin cap, de verad. Mil perdones a todas/os.

Esero que hayan disfrutado del cap, y si es así, háganmelo saber con um lindo review; al igual que sin tienn alguna queja.

¡BESOS Y ABRAZOS A TODAS, CHICAS!

Lore Molina: Hola! Edward hizo muy mal en maltratar a Bella, si, y como tu dices, Edward está aprendiendo en su estadía en la cárcel; pero las cosas son complicadas.

Él, cuando salga de la cárcel, esta dispuesto a luchar por su matrimonio con uñas y dientes, y bella tiene el dorazón muy dañado por culpa de él; dupongo, que en gran medida, la decisión de si vuelven o no, es solo de ella.

En mi opinión, tu quieres que Bella permanezca indiferente a todos y solo espere anhelante a un marido que la ha defraudado multiples veces, que la ha maltratado igual de inumerables veces, y la ha violado, dejandola destruida por dentro. Se que eres partidaria de Edward, pero Bella ahora lo que necesita es dejar de pensar un poco en lo que los demás necesitan de ella, y centrarse en lo que ella necesita. Independientemente de la decisión que tome, que que sea justo para unos o para otros. Solo quiere pensar en ella por una vez, sin más problemas o complicaciones que le rodeen.

E independientemente de lo que pueda pasar en los proximos caps, no es que Bella pensara nada más edward entrar a la cárcel: pues ahora voy a ligarme a uno y le voy a poner los cuernos para que sienta el dolor que yo sentía cada vez que me pegaba. No, si acaso sucede algo con Randy de una ídole sexual, que cosa que no tengo claro, será por que se a dado, por que la vida pasa a nuestro alrrededor y no siempre elijes lo que te toca vivir.

Enuda cotestación de review más larga jeje. Muchas gracias por dejar un review y por leer, un salu2!

: Hola! Me alegra que te guste la trama y mi manera de escribir, por que la verdad, yo a veces dudo de "lo bueno que escribo" Siento haber tardado tanto en actualizar, pero ya lo hice, espero que te haya gustado el cap. Gracias por leer y por el review, un salu2!

Aidu-Cullen-Swan: Hola! Gracias por el review, mi fan lectora número 1# jeje Me alegra mucho que te guste la historia, de verdad, y que creas que va a mejor con cada cap. Siento haber tardado tanto en actualizar, pero espero que te guste el cap. un beso!

Monikilla: Hola! Que bueno que te este gustando la historia, y siento no haber podido actualizar antes, pero espero que te guste el cap; no te preocupes por no haber comentado en los dos caps anteriores, lo que cuenta se que los leíste, un beso, y gracias por el review!

Chicka Cullen: Hola! Me alegra mucho que ames esta historia, como escritora suya que soy jeje, y siento no haber podido acualizar antes, pero aquí está ya el nuevo cap; respecto a tu pregunta: ¿Falta poco para el final? Te puedo decir, que no mucho, o almenos eso creo…jejeje Tengo muy claro con quien se va a quedar Bella,pero no os lo puedo decir, os jodería el fianl. Así que ten paciencia. Gracias por desearme un feliz año nuevo; gracias por el review y por leer, salu2!

Paula: Hola! Que bien para mí que te guste la historia jeje, no, de verdad, me alegro mucho de que te guste la historia, Si as leido la nota de arriba, ya sabes por que no he podido actualizar hasta ahora. Muchas gracias por el review y por leer, un salu2!

Aylen: Hola!, que bueno que te gustara el camp, espero que te haya gustado este también; no puedo decirte si Bella se queda o no con Edward, por que te estropearía el final, pero te puedo decir que será un final acorde con el desarroyo de la historia, feliz, y todo lo realista que pueda hacerlo. Gracias por leer y por el review, un salu2!

Y quiero dárles las gracias especialmente a Aidu-Cullen-Swan y a Monikilla por su apoyo y por los reviews que han mandado; y yo que creía que escribía horrible jejeje, después de leer vuestros reviews y el del resto de las chics, si quedaba algún resquicio en mí que pensara que era una horrible escritora, a desaparecido. Muchas gracias chicas!

Un beso y un abrazo para todas/os los que leen esta historia, tendré el prox cap a finales de esta semana, por mis huevos jeje.