Los personajes no me pertenecen son de NAOKO TAKEUCHI y la historia es de T. yo solo la adapto a SAILOR MOON.

***EPILOGO: ESPERANZAS***

― ¿Cómo esta todo cariño?

Aun dos meses después que empezase a vivir con Sere, Esmeralda llamaba casi todos los días para saber como estábamos. No me molestaba, al menos no más de lo que a cualquier persona.

― Ya sabes que estamos bien, Esmeralda. Te lo dije ayer― conteste medio riendo. Al otro lado del teléfono también pude escuchar su suave risa.

― Tienes razón.― comento de manera apacible ― ¿Ya está todo bien con Sere?

Fruncí el ceño ante el recuerdo.

Habíamos discutido hace un par de días.

Era difícil para mí el darme cuenta de muchas cosas antes y una de esas era el hecho que había cuentas que pagar. Y cuando entendí eso y que Sere tendría que correr no solo con sus gastos normales sino que también lo que implicaban conmigo me sentí realmente mal porque ahora sería una carga para ella. Así que hable con Zafiro y él me dio una chequera con fondos en las cuentas que me correspondían. No era exactamente lo que quería hacer pero de momento era quizá lo más sensato.

Aunque aparentemente a Sere no le pareció porque empezamos a discutir. De una manera rara y medio retorcida me hacía gracia. Parecíamos una pareja normal discutiendo, no era que alegrase pelear con ella, pero era algo normal en mi vida.

No tomo más de unas horas que volviésemos a estar bien y a regañadientes acepto la poca ayuda que estaba ofreciendo. Creo que la hice aceptar con mi argumento de querer cuidar de ambos o simplemente lo hizo para hacerme feliz.

― Si, Esmeralda. Lo arreglamos, no te preocupes.

― Me alegro cariño, pero como te dije es bastante típico para una pareja molestarse cuando no se está de acuerdo. Lo importante es contentarse pronto.

― Tienes razón.

― Oh, cielo, me alegro que todo esté tan bien contigo. Debo irme Nicolás tiene visitas y quiero hacerles unas galletas.

― ¿Setsuna?

― Si, es una niña tan encantadora. Me alegro que se haya hecho amiga de Nicolás. Bueno, cuídate cariño.

― También tú. Saluda a Zafiro de mi parte. ¿Por cierto como le va con Alan?

― Tiene mucha esperanza con su caso a pesar de los diagnósticos de otros doctores el está seguro de poder ayudarlo. Así es el, ve esperanza en donde los demás no.

― Tienes muchas razón, el es así. Bueno, adiós, tía Esmeralda.

― Cuídate cielo.

Coloque el teléfono en su lugar teniendo una sonrisa en mis labios.

No sabía que había hecho Nicolás para que Setsuna cambiara de opinión con respecto al pero ahora ella lo visitaba mucho, o el venia con la excusa de verme a mí pero corría a casa de su amiga. Sere solo sonreía al verlo pero no decía nada, aparentemente ella sabia más que yo al respecto.

Fui a la habitación que compartía con Sere para cambiarme. Hoy visitaríamos la tumba de mis padres, hace tiempo que quería hacerlo, necesitaba hacerlo porque no los olvidaba y a pesar que ya no estaba aquí quería hacerlos participes de algunas cosas, de alguna manera.

Rebusque en el cajón en busca de la cajita de música, dentro aun conservaba el anillo que había encontrado.

Ahora ya estaba listo, solo tenía que esperar que Sere llegase.

En cuanto escuche el sonido de la puerta abrirse salía al salón.

― ¿Cómo esta ella? ― le pregunte después de darle un beso de bienvenida.

― Esta triste, estuve un rato intentando animarla pero creo que nada lo hará― dijo con decepción ― Pobre Mina, de verdad lo extraña.

― Lo sé y la entiendo. Pero el volverá en unos días ¿no?

― Díselo a ella.

Ese día en el que Mina salió rumbo al aeropuerto detrás de Yaten muchas cosas cambiaron para ella. No pudo alcanzarlo pero eso no le importo tomo un avión con el mismo destino que el de Yaten. No sabemos qué sucedió ahí o como lo encontró Mina. Solo sabemos una semana después ella regreso a casa y dijo que Yaten tendría que arreglar unas cosas antes de poder volver con ella.

Ahora ella pasaba los días extrañándolo aunque hablaban casi a diario, tanto como sus trabajos se lo permitían a cada uno.

― ¿Estas listo? ― Sere había entrado a la habitación y salido con una chaqueta.

Asentí sin decir palabra.

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Llegamos al parque memorial en donde estaban las tumbas de mis padres. Sere tomo mi mano y caminamos juntos en torno a las múltiples dispuestas a lo largo del recorrido. A pesar de ya haber estado aquí tenía una rara sensación. Pero no era mala, era casi como estar en paz.

A diferencia de la primera vez que había venido no estaba nervioso, sabía lo que encontraría.

Era todo tan diferente porque ahora sabía tantas cosas, tantas cosas que desconocía y que ahora entendía.

Sin darme cuenta llegamos al pie de la pequeña colina en donde estaba sus tumbas.

― ¿Quieres un momento con ellos? ― pregunto dulcemente sin soltar mi mano.

Asentí y ella silenciosamente se hizo a un lado.

Al llegar frente a las tumbas me di cuenta que aun tenían los ramos secos que había dejado hace unos meses ahí. Las hice a un lado y coloque el nuevo ramo que traía.

― Hola mamá. Hola papá. Perdón por no haber podido venir antes, se que ha pasado mucho tiempo desde que los visite pero….― mi voz se corto un poco, las traicioneras lagrimas empezaron a formarse en mis ojos sin yo darme cuenta―….han pasado tantas cosas.

Empecé a contarles todo lo que me había pasado, todo lo que había superado, todo lo que había cambiado en mi. Les conté mis logros y progresos, mis momentos de miedos y tristezas. Era tonto porque sabía que ellos no me escucharían pero de alguna manera me reconfortaba que ellos se enteraran de mi vida.

― Zafiro me llevo a nuestra casa. Bueno, la que fue nuestra casa. Creo que no la reconocerían ya no es el hogar que ustedes formaron. ― dije tragándome un sollozo mientras sacaba la cajita de música de mi pantalón. ― Pero encontré tu cajita, mamá. Recordé tu melodía y también encontré dentro el anillo que te dio papá. Zafiro me conto que te lo dio el para pedirte casarte con él.

Saque el pequeño anillo de su escondite, para mostrárselos, como si lo necesitasen.

― ¿Saben? Quiero pedirle a Sere que se case conmigo. Le pregunte a Zafiro si te molestarías tú o papá si se lo pedía con tu anillo, dijo que tú estarías muy feliz porque lo tendría alguien que me ama mucho. Yo también estaría feliz porque se cuanto te amo papá y se con cuanto amor te dio este anillo. Ahora quiero yo dárselo a Sere con todo ese amor en el. De verdad espero que no les moleste, a ninguno.

A pesar de mis palabras sabía que no estaba mal. Solo quería contarles mis planes. Quería que Sere fuera mi esposa, al menos quisiera pedírselo. Tener la oportunidad de verla hermosamente vestida de blanco.

El deseo había surgido después de haber asistido a la boda de Seiya. Su novia, se veía tan feliz mientras caminaba al altar. Pero durante toda la ceremonia me había imaginado que éramos Sere y yo dándonos los votos de amor y fidelidad.

Había sido una hermosa ensoñación, sin duda.

― ¿Creen que diga que si? ― pregunte en voz alta mientras guardaba en anillo en su lugar― Yo espero que sí.

Sonreí a pesar de las lágrimas. Cuanto deseaba que ellos pudieran oírme, hablarme, aconsejarme. Pero ya lo había aceptado, ellos ya no estaban en este mundo.

Empecé a ponerme de pie para acomodar las flores. Descuidadamente dirigí la mirada hacia la lapida de mi madre. Donde descansaba la pequeña muñeca. Ya no era hermosa como lo había sido hace tiempo. El sol la había vuelto descolorida y las inclemencias del tiempo habían ensuciado su ropa.

Sonreí con tristeza, de alguna manera me molestaba verla de esa manera, pero ese era su lugar. Junto a esa lapida.

― Les prometo volver más seguido. Los quiero― susurre lo último con mi corazón contrito por tantos sentimientos.

Mientras descendía la colina pude ver a Sere que me esperaba a la sombra de un árbol y no pude evitar sonreír.

Ella se había convertido en mi luz, aun en los momentos oscuros, en los más terribles, en los mas solitarios o tristes ella me hacia sonreír y me hacía pensar que había esperanza.

Esperanza para todo. Para con todos.

Cuando llegue a su lado tome su cálida mano y la estreche con cariño.

Esta noche le pediría que se casara conmigo.

Tenía la gran esperanza que diría que sí.

Ella diría que sí. Sí, claro que lo haría.

***FIN***

Bueno este es el final de la historia y espero que les halla gustado les agradezco a todos su apoyo y sus comentarios, estoy triste porque esta historia ha llegado a su fin y tengo algunos proyectos en mente y espero poder llegar a realizarlos pero no creo que sea pronto pero si los llegare a realizar y bueno mis agradecimientos a:

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A todos ustedes les tengo que agradecer por sin sus comentarios esta historia no hubiera llegado a su fin, y gracias a sus alertas, favoritos y comentarios nos leemos en otra historia ADIOS…..