Holaa! :) Aquí vengo de nuevo! :D

Fuash, estoy plagada a exámenes y trabajos! D: No sé si podré subir un nuevo cap la próxima semana... Bueh, y si no, dentro de un par seguro! xD

Gracias a: brendus (graciaaas! :D), Ghost iv (sii! con tijeras de podar! xD), shyta (yo tambien odio mi vicio, créeme... xDD), karekanoO18 (empiezas? lee, lee ._.), chidorisagara (cre que las a odiar un poquito más xD a mi tampoco me gusta el título... :/)

Y bueno, muchisimas gracias a todas las personas que me hay apoyado durante estos 16 capítulos! Mis más sinceras gracias! :D

Sabéis qué? Lo exámenes no me amargarán el día de mañana pues voy a cumplir una de las ilusiones de mi vida! Voy a... jugar al paintball! :D (nunca creí que fuera posible en mi enano
pueblo u_u)

Ahí vamos, al lío! :)

disclaimer: bleach no es mío -si lo fuera... mucha gente se puede imaginar qué pasaría muahaha!- pertenece al gran Tite Kubo con todo su esplendor y gloria!

disclaimer2: esta historia no me pertenece, sólo la estoy traduciendo, el gran autor es... alero1990!

Let's read! ;D

Capítulo 16: Rompiendo Corazones

Rukia se puso el pelo en una cola de caballo y se alisó el uniforme. Suspiró mientras se miraba en el espejo. No había ido al instituto desde el miércoles y sabía que la gente probablemente hablaría mal de ella, pero no le importaba. Necesitaba hablar con ambos, Grimmjow e Ichigo.

Rukia estaba asustada sobre qué diría Ichigo o cómo reaccionaría ante ella. Se decidió a no pensar negativamente. Cogió su mochila y fue escaleras abajo. Cuando estaba por salir, una voz la llamó desde dentro.

Rukia se volvió para ver a su hermana en el marco de la puerta.

-¿Dónde vas, Rukia?

-Tengo que ir al instituto, Hisana. –contestó Rukia.- Tengo tareas de limpieza.

-Estoy segura de que a Yoruichi no le importará que hoy no lo hagas. Es el primer día de Senna; ¿no quieres acompañarla al instituto? –dijo Hisana. Rukia suspiró y puso los ojos en blanco.

-Mira, Hisana. Sé que quieres vigilarme y tal, pero necesito retomar mis responsabilidades como tú siempre me dices que debería hacer. Además, hablé con Renji anoche y dijo que no le importaría acompañar a Senna porque quiere verla otra vez.

-Pero si casi ni has hablado con ella desde que está aquí.

-Y lo haré; está viviendo con nosotros, tengo mucho tiempo. Ahora, si no te importa, me voy. –dijo Rukia. Antes de que Hisana pudiera replicar, Rukia salió corriendo por la puerta.

Rukia sabía que estaba siendo muy fría con su hermana, pero no quería que nada ni nadie la parara de hacer las cosas bien. Sabía qué debía hacer, y lo haría. Tenía que cortar con Grimmjow y, sin importar cómo, le diría a Ichigo cómo se sentía.

Rukia llegó al instituto en un tiempo récord. Ignoró su taquilla y toda la gente del pasillo. Su primera parada era disculparse con Ichigo, después romper con Grimmjow y luego podría estar, finalmente, con Ichigo.

Rukia pasó en frente de la puerta del aula y cogió aire. Abrió la puerta para ver a Ichigo fregando el suelo con la espalda hacia ella. Rukia sonrió, ya que una parte de ella temía que el chico no fuera a clase. Entró y cerró la puerta tras ella. Automáticamente, Ichigo sintió una presencia en el aula y se volvió hacia la chica.

Rukia se sorprendió cuando sus ojos ámbar la miraron. Estaban repletos de dolor, tristeza y furia. Ichigo se giró y siguió fregando, como si ella nunca hubiera entrado.

Rukia suspiró para sí misma, dándose coraje, y fue hacia él.

-¿Ichigo?

Él la ignoró y empezó a fregar con más fuerza. Rukia decidió hablarle esperando que la escuchara.

-Ichigo, sé que estás enfadado conmigo, pero necesito que me escuches. –empezó ella. –Siento mucho lo que dije; no debí mencionar a Yuki. Estaba enfadada contigo y se me escapó. Es sólo que no quiero perderte, Ichigo.

El chico se volvió hacia ella, aún enfadado. Rukia esperó que su disculpa fuera suficiente, pero no lo parecía.

-¿Eso es todo por lo que tienes que disculparte? –siseó él. Rukia le miró, confusa.

-Ahora mismo, sí.

-Bueno, entonces, disculpa no aceptada. –dijo él, dándole la espalda otra vez. Rukia, que ahora estaba frustrada, avanzó y se puso ante él.

-¿Qué demonios quieres que te diga más? –le preguntó Rukia.

-¡Te besé, Rukia! Obviamente, siento algo por ti, así que ¿cómo coño quieres que me sienta cuando me dices que no puedes estar conmigo por Grimmjow? –ladró Ichigo.

-¡No le engañaré, Ichigo! –gritó Rukia. –Pero voy a hablar con Grimmjow hoy y…

-¿Y qué? Te tiene atrapada con un solo dedo, y tú no ofreces resistencia. –le dijo Ichigo. Rukia se sintió herida por su comentario. Herida por sus palabras y su mirada. La había mirado de la misma forma que a Yuki, pero peor. Le dolía mirarle.

-Ichigo, yo… -Rukia se interrumpió por el sonido de su teléfono móvil. Puso los ojos en blanco e Ichigo tosió. Ambos sabían que era Grimmjow mandándole un mensaje.

"¿Dónde estás? Estoy esperándote en la azotea."

Rukia suspiró y vio que Ichigo no la estaba mirando, pero su espalda estaba demasiado tensa.

-Te prometo que, cuando vuelva, podremos hablar realmente sobre esto. –dijo ella, en voz baja. Ichigo sólo siguió fregando. Rukia decidió terminar con eso rápido y hacer las cosas bien con Ichigo. Le había herido mucho y era hora de que le fuera fiel a su corazón. Rukia salió corriendo del aula y fue hacia las escaleras.


Grimmjow se apoyó en la reja de la azotea. Había estado esperando a Rukia durante un rato y le acababa de mandar un mensaje para saber dónde estaba.

Empezó a preguntarse si debería terminar con Rukia. Se preocupaba por ella, algo raro para él. Pero su estilo de vida la pondría en peligro, y lo sabía. Rukia era la única chica en el mundo que le hacía preocuparse. En realidad, Rukia le había hecho enamorarse. Pero él sabía que nunca cambiaría completamente.

-¿Grimmjow? –dijo ella, sacándole de sus pensamientos. Grimmjow se volvió para ver a Rukia y le regaló su famosa sonrisa.

-Hola, pequeña. –le dijo yendo hacia Rukia. Se inclinó para besarla, pero ella se alejó.

-Vinimos aquí a hablar. Querías hacer las cosas bien, así que debería, al menos, escuchar lo que quieras decirme. –Grimmjow levantó la ceja. No sabía qué decir exactamente, pero empezó a hablar de todas formas.

-Te quiero, Rukia, y sé que me comporté como un cabrón cuando no contacté contigo, pero estaba asustado. Estoy aquí ahora, y voy a ser un mejor novio para ti. –no podía pensar en mucho qué decir. Todo lo que quería era ser suyo otra vez, así que podría conseguir el dinero y saldar cuentas con Aizen.

-Éste amor ya no durará, y no puedo seguir con esto. Te quiero, Grimmjow, pero mi corazón ya no está conmigo. –dijo Rukia tristemente. Grimmjow no podía creérselo. Allí estaba él, como un patético chico enamorado e idiota con una chica que intenta cortar con él.

-Estoy intentando ser honesto, Rukia. ¿Por qué demonios me dejarías? –dijo él, intentando controlar su ira. Cuando Rukia estaba a punto de replicar, la puerta de la azotea se abrió de repente. Rukia y Grimmjow se giraron para ver quién había subido.

-¿Rangiku? –dijo Rukia alegremente, sorprendida de ver a su amiga. Rangiku sonrió cuando vio a Rukia, que parecía que estaba completamente recuperada. Eso calmó su corazón. Miró a Grimmjow con disgusto y una mirada de odio.

-¿Puedes darnos algo de intimidad, Rangiku? –gruñó Grimmjow.

-No, no hasta que le digas a Rukia la verdad… toda la verdad. -le demandó Rangiku. Grimmjow miró a Rangiku, al igual que ella le aguanda la mirada, con coraje. No dejaría que ese hombre la asustara otra vez.

-¿Qué está pasando? –les preguntó Rukia. –Chicos, ¿qué me estáis escondiendo?

Rangiku sonrió y dejó de mirar al peliazul para observar a Rukia. –Bueno, supongo que podría ayudar a Grimmjow a decirte quién te atacó en la tienda la semana pasada.

Rukia abrió los ojos desmesuradamente, incrédula. Miró a Grimmjow, que ahora evitaba su mirada. ¿Tendría él algo que ver con eso?

-Nel y Halibel te atacaron en el probador, para asegurarse que no te mezclarías con Grimmjow otra vez en el futuro. –explicó Rangiku. Rukia no podía creerse lo que su amiga le estaba diciendo. Las lágrimas empezaron a resbalarle por las mejillas.

-Dudo que Grimmjow lo supiera, ya que lo hicieron para "ayudarle". –concluyó Rangiku. Rukia empezaba a sentir que le costaba respirar. La cabeza le daba vueltas. Nel y Halibel habían matado a su hijo no nacido. No podía entender por qué. Sabía que esas dos estaban celosas, pero no podía entender cómo simples caprichos podían conducirlas a ser tan violentas.

-¿Por qué? –se las apañó para decir Rukia. Ahora le estaba mirando. Él aún no le dirigía la mirada. -¡¿POR QUÉ? –gritó Rukia, sumida en la tristeza. Grimmjow la miró por fin. Nunca había visto tanto dolor en sus preciosos ojos violetas. Ésta era la mujer que amaba. Puede que la hubiera amado de manera incorrecta, pero lo hacía.

-Porque estaban enamoradas de mí. –contestó Grimmjow simplemente.

-De verdad, Grimmjow… -dijo Rangiku. Estaba enfadada con él por decir medias verdades. -¡Puede que fuera por el hecho de que te acostabas con ellas a espaldas de Rukia!

Rukia quedó ahí, congelada. Sus ojos aún estaban posados en Grimmjow. Su corazón se acababa de partir por la mitad, y podía sentirlo. Grimmjow apretó los puños hasta sangrar, sin saber qué decirle a Rukia. Ella podía sentir las lágrimas cayendo con más fuerza.

-Rukia, –comenzó Grimmjow. –nunca quise herirte. –Rukia reaccionó y volvió a la normalidad al oír eso.

-¿Herirme? No me has herido. Me has destruido. –dijo ella, con un hilo de voz plagado de dolor. -Me enamoré de alguien, alguien que sé que nunca me heriría. Pero no pude estar con él, porque quería ser justa contigo. –dijo Rukia. –Todo este tiempo estuviste follando con esas perras a mis espaldas. ¿De verdad era tan mala como amante?

-No, Rukia, eso no…

-¡NO QUIERO OÍRLO! –gritó Rukia, con las manos en las orejas. –Se ha acabado,Grimmjow. Me importa una mierda lo que sientas por mí, ya no quiero absolutamente nada contigo. –después de eso, Rukia se fue hacia Rangiku.

-¿Lo supiste todo el tiempo? –le preguntó la castaña. Rangiku asintió.

-Lo siento, Rukia. No dije nada antes, pero estoy intentando arreglar las cosas contigo. Debería haber estado una verdadera amiga tuya. Creí que si me quedaba callada, sería leal a todos mis amigos. Pero Nel y Halibel nunca lo fueron. Ahora sé eso. Tú eres la única amiga verdadera que tengo. Así que empezaré a actuar como una verdadera amiga para ti.

Rukia asintió y salió. Rangiku miró a Grimmjow, que estaba allí de pie, dándole la espalda. Parecía como si estuviera manteniendo su temperamento bajo control con mucha dificultad. Rangiku se volvió para seguir a Rukia dentro del edificio.

Cuando las dos chicas entraron, Rukia paró y Rangiku se preguntó qué estaba haciendo. Rukia se volvió y abrazó a Rangiku. Empezó a llorar incontrolablemente, enterrando la cabeza en el cuello de su amiga. Rangiku abrazó a Rukia y la estrujó suavemente.

-Todo está bien, Rukia. Déjalo salir todo. –Rukia se agarró desesperadamente a su espalda y lloró más fuerte.

-Rukia Kuchiki. –dijo una voz masculina. Rukia se secó los ojos y se volvió para ver a un oficial de policía. Estaba completamente confundida.

-¿Qué está pasando? –preguntó Rukia. Entonces, oyó un grito desde el pasillo principal. Dos policías estaban sujetando a Nel y Halibel y las llevaban hacia Rukia. La pelinegra miró a Rangiku, que le sonrió.

-Llamé a la policía y les dije lo que sabía.

-La dependienta de la tienda lo confirmó y, recientemente, hemos conseguido el vídeo de la cámara de seguridad. Grabó a las dos chicas siguiéndoos en la tienda. –dijo el policía.

-¡RANGIKU, ¿CÓMO HAS PODIDO DELATARNOS? –gritó Nel mientras la arrastraban por el pasillo.

-Nelliel Tu Oderschvank y Halibel Tia, ambas estáis bajo arresto por asalto e intento de asesinato. –dijo el policía. Ordenó a los hombres que les leyeran sus derechos y que las llevaran a la estación de policía.

-¿Rukia, podríais venir tú y Rangiku a la estación para rellenar un reporte policial? –Rukia asintió y cogió a Rangiku de la mano, sonrió y le dio las gracias.

-¿Dónde puedo encontrar a Grimmjow Jeagerjaquez?

-Debería estar en la azotea. –dijo Rangiku.

-Él no tenía nada que ver con el ataque. –esclareció Rukia.

-Lo sabemos, pero él fue la motivación detrás del ataque de las chicas. –dijo el oficial, empezando a caminar. –Por favor, esperad aquí. Alguien vendrá a buscaros para llevaros a la estación.

Rukia suspiró, aliviada. Aún defiendo a ese cerdo… Pensó Rukia, aún disgistada consigo misma. Rangiku le sonrió.

-Entonces, ¿es Ichigo ése del que estás tan enamorada? –le preguntó, intentando levantarle el ánimo. Rukia sonrió para sí misma.

-Sí. –Rukia se dio cuenta de que no había terminado de hablar con él. –Tengo que irme.

-Señorita Kuchiki y señorita Matsumoto. –dijo una voz femenina. Era otra policía. –Debemos irnos ahora.

-Pero…

-Debemos salir ya, señorita Kuchiki. –dijo firmemente la mujer. –Contactaremos con tu familia cuando lleguemos a la estación. –agarró a ambas chicas y salieron del instituto. Ichigo, por favor, espera por mí.


-Buenos días a todos. –dijo Yoruichi a su clase.

-Buenos días. –dijeron todos al unísono.

-Chicos, hoy tenemos a una nueva estudiante en clase. Por favor, pasa. –Senna entró al aula alegremente.

-Hola, soy Senna Kuchiki. Encantada de conoceros a todos. –todos murmuraron, los chicos de regocijo y las chicas celosas de la obvia belleza de Senna.

-Por favor, siéntate. –dijo Yoruichi.

Senna fue hacia Ichifo, le sonrió y él le forzó una sonrisa a cambio. Senna se sentó justo detrás de él y en seguida le golpeó en el hombro. "No olvides que me vas a llevar a la ciudad hoy." Susurró ella. El chico asintió.

Ichigo no pensaba en el tour que le iba a hacer. No quería admitir que estaba extremadamente procupado por Rukia. No había vuelto a verla, y él no era el único que se preocupaba. Renju empezó a pensar sobre eso también. Recordó a Hisana diciéndole que ella ya se había ido al instituto y que se suponía que él iba a acompañar a Senna. Se preguntó si Rukia estaba bien, pues no respondía a sus mensajes.

Renji intentó permanecer calmado. Estaba preocupado, peo sabía que Rukia era sensata.

Hora del almuerzo

-Hola, Senna, ¿cómo has estado? –le preguntó Momo. Senna se volvió y la abrazó, emocionada. No había visto a ninguno de los amigos de Rukia en años.

-Hey, Momo, ¡ha pasado tiempo! He estado bien, gracias. –le dijo sonriente.

-¿Así que vienes al instituto aquí ahora?

-Sí, mi padre falleció, y su último deseo fue que terminara el instituto bajo la tutela de mi tío Byakuya. –explicó Senna. Shuhei se unió pronto a la conversación.

-Siento oír eso, pero me alegro que estés en Karakura. –Senna sonrió y les abrazó.

-No puedo esperar a almorzar con vosotros, chicos. –Senna miró a Ichigo de soslayo. -Hey, Ichigo, ¿te sentarás con nosotros para comer? –le preguntó ella dulcemente. Ichigo asintió y le dio una rápida sonrisa. Senna podría decir que algo le molestaba. Se preguntó si estaría pensando en Rukia.

Senna se volvió para ver a Renji, que estaba hablando con Tatsuki. No reconoció a la chica, pero fue hacia su amigo de todas formas.

-Hey, Renji. –le dijo ella, sorprendiéndole.

-Senna. –dijo Renji. Tatsuki la miró de arriba abajo.

-Uh, hola. –dijo ella, algo confundida.

-Hola, soy Senna. –dijo alegremente. Maldita sea, esta chica es muy animada. Senna se giró para mirar a Renji. -¿Vamos a comer ahora?

-Uh, claro, seguro. –Senna cogió a Renji del brazo y le arrastró. Tatsuki podía sentir un poco de celos mientras la chica le arrastraba. ¿Quién era esa mocosa?

Arriba, en la azotea, Momo, Izuru, Shuhei, Uryu, Nemu, Renji, Senna, Tatsuki, Kiyone, Ichigo, Keigo, Mizuro y Chad estaban sentados y comiendo el almuerzo.

-Entonces, ¿eres de Kyoto? –le preguntó Kiyone. Senna asintió.

-Sí, he vivido ahí la mayor parte de mi vida.

-¿No les sientan muy bien el kimono a las chicas de Kyoto? –preguntó Keigo, con una sonrisa lasciva.

-Sí, a algunas sí. –dijo Senna, algo confundida por la pregunta.

-¿Te gusta el instituto? –le preguntó Momo, intentando cambiar de tema.

-Claro, estaba muy contenta cuando Renji vino a acompañarme desde casa. –dijo Senna mirándole. Tatsuki cerró los puños con fuerza. No le gustaba lo amistoso que estaba Renji con esa chica. Incluso aunque no fuera su novio ni nada. No podía negar que sentía enfado hacia la chica nueva.

-¿Rukia aún se está recuperando? –preguntó la karateka.

-Eso era lo que quería preguntar. –dijo Renji, volviéndose hacia Ichigo, que parecía estar en su propio mundo. -¿Vino Rukia al instituto hoy? –le preguntó el pelirrojo. Ichigo levantó la mirada cuando vio que la pregunta iba dirigida a él.

-Sí. –contestó él simplemente.

-Si lo hizo, entonces ¿dónde está?

-No lo sé, probablemente con Grimmjow. –dijo Ichigo, fingiendo indiferencia.

-¿GRIMMJOW? –exclamaron Renji y Shuhei. Ichigo asintió y siguió comiendo.

-¡Ichigo, ¿cómo puedes estar tan calmado? ¡Está con ese gilipollas! ¡¿Y si le hace daño? –dijo Shuhei.

-Ya es mayorcita, puede cuidarse sola. –dijo Ichigo, aburrido. Shuhei perdió la calma, se levantó y agarró a Ichigo por la camisa.

-¡Tú, idiota! ¡Creí que te preocupabas por ella, ¿por qué la dejarías ir con ese tío? –gruñó Shuhei. Ichigo se apartó de él.

-No necesita mi protección y tampoco la quiere. Le quiere a él. Fin de la historia. –dijo antes de irse de la azotea. Senna inmediatamente le siguió.

Tatsuki suspiró. Se preguntó por qué Rukia volvería a Grimmjow. Entonces, se dio cuenta de que su mejor amiga no estaba.

-¿Dónde está Orihime?


Orihime se sintió rara, toda la cafetería la estaba mirando fijamente. Ulquiorra le había pedido que se sentara con él para comer. No sabía si debía dejar a sus amigos, pero él concluyó que no tenía opción.

Inoue podía ver a muchas chicas mirarla. Decidió concentrarse en su deliciosa comida que había delante de ella.

-¿Qué tienes ahí? –preguntó Ulquiorra. La chica no había notado que él la había estado observando durante un tiempo.

-Un sándwich de pescado con miel y pasta de judías rojas. –contestó ella. - ¿Quieres probarlo? –Ulquiorra casi perdió la compostura ante eso.

-No, gracias, Orihime.

Ella se encogió de hombros y empezó a comer. Ulquiorra podía oír a las chicas de la cafetería murmurar cosas sobre Orihime.

-¿Sabes por qué te he invitado a venir aquí? –le preguntó. Orihime le miró y negó con la cabeza.

-Beno, muchas chicas me han preguntado si voy a ir con Halibel al baile de bienvenida. –Orihime se entristeció ante eso.

-Entonces, ¿vas a ir con ella? –le preguntó tímidamente.

-Creí que te lo había pedido a ti, Orihime, así que obviamente no voy a ir con Halibel. –dijo Ulquiorra simplemente. Orihime se sonrojó y sonrió.

-Como iba diciendo, les dije que ya tenía una cita, así que estaban como locas por saber quién era. –explicó él.

-¿Así que por eso me invitaste?

-Sí, pasa hacerles saber a esas chicas que ya no estoy libre. –dijo él, sonriéndole. Orihime podía sentir su corazón latiendo como loco. Era raro. Tenía una voz muy indiferente, pero eso era lo que le atraía de él. Estaba siempre tan calmado y tranquilo. No parecía demostrar muchas emociones, lo que le hacía prácticamente ideal a sus ojos.

-¿Hay algún color especial que quieras que lleve? –le preguntó ella, como un tomate. Ulquiorra sonrió y se inclinó, besándola suavemente en los labios. Todas las chicas se sobresaltaron. Se apartó un poco y le dijo:

-Blanco sería perfecto. –Orihime simplemente asintió, ya que era incapaz de decir nada. Él sonrió, se sentó apropiadamente en su silla y siguió comiendo.


-¡RUKIA! –gritaron Renji, Momo, Shuhei e Izuru. Rukia acababa de entrar con Hisana y Byakuya. La policía había llamado a su casa y le contó a Hisana qué había pasado. Byakuya salió pronto del trabajo para ir con su esposa. Renji llamó a Hisana porque estaba preocupado por Rukia, y ella le informó de qué estaba pasando. Renji, que estaba con Momo, Izuru y Shuhei, fueron a casa de Rukia después de clase para esperarla.

Sobre las siete de la tarde, Rukia estaba cansada, pero contenta de ver a sus amigos.

-Hola, chicos. –dijo alegremente. Todos la abrazaron y sonrieron.

-Es un alivio oír que las que te atacaron están entre rejas. –dijo Izuru.

-Sí, no puedo creer que Nel y Halibel hayan caído tan bajo. –dijo Momo.

-Bueno, ¿por qué no subís y habláis? Me apetece cocinar a lo grande. Estáis invitados, si queréis. –dijo Hisana alegremente.

-¡SI! –gritaron todos los visitantes alegremente al unísono.

-¿Dónde está Senna? –preguntó Rukia. Todos se miraron entre ellos, asustados de cómo decírselo, pero Shuhei se adelantó.

-Fuera, con Ichigo. –Rukia pudo sentir el dolor en su corazón.

-Oh… bueno, vamos a mi habitación. –dijo ella, subiendo rápidamente los peldaños. Momo le dio un codazo a Shuhei y siguió a Rukia, seguida de los chicos.

En la habitación, Momo y Renji se sentaron rápidamente en la cama de la chica, Izuru en la silla del escritorio y Shuhei en el puff. Rukia se sentó en el marco de la ventana.

-Grimmjow me engañaba con Nel y Halibel. –confesó Rukia. Todos la miraron, estupefactos.

-¡Entonces, ¿él estuvo detrás del ataque? –dijo Renji, levantándose.

-¡No! Pero ellas estaban enamoradas de él; debió haberles prometido que estarían juntos. Pero cuando supieron que estaba embarazada, supongo que creyeron que arruinaría la vida de Grimmjow.

-No puedo creerlo. Quiero matarle. –dijo Shuhei, cabizbajo y juntando las manos con furia.

-Ya no vale la pena, chicos. He terminado con él; y esta vez para siempre. –dijo Rukia, sonriendo para sí misma. Shuhei se sintió sonriendo interior y exteriormente. Rukia era finalmente libre de ese hombre, ahora puede que pudiera hacer lo que quería hacer.

-Rukia, sobre el baile… -empezó él.

-A Rangiku le gustaría que se lo pidieras. –le interrumpió Rukia. Sabía que Shuhei quería pedírselo, pero no se sentía así respecto a él. Le quería como a un hermano, pero sabía que Shuhei pensaba que Rangiku era muy guapa.

-Pero…

-Créeme, te dirá que sí. –él forzó una sonrisa y asintió. Estaba decepcionado de que Rukia no le dejara pedírselo, pero Rangiku no era una mala idea. Sonrió al pensarlo detenidamente.

Mientras tanto, Ichigo estaba acompañando a Senna a su casa. Se habían pasado las últimas cuatro horas paseando por Karakura.

-¡Wow, el centro comercial de Karakura es enorme! –dijo ella alegremente. Ichigo estaba a su lado, con las manos en los bolsillos. No entendía por qué estuvo de acuerdo con enseñarle a la chica los alrededores. Senna era una buena chica, que parecía muy enérgica, pero le recordaba demasiado a Rukia. La echaba de menos, y realmente quería hablar con ella. Puede que por eso le dijo que sí, así podría pensar claramente en Rukia.

-No puedo esperar a ir de compras con Rukia y Momo. –dijo Senna, emocionada. Ichigo la miró cuando mencionó el nombre de su prima.

-¿Sois muy cercanas, tú y Rukia? –le preguntó.

-Bueno, supongo. Quiero decir, éramos inseparables cuando éramos más pequeñas, pero no la he visto en tres años. –dijo Senna. –Rukia es mi mejor amiga. No le gusto a mucha gente por ser rica, pero Rukia siempre me ha tratado muy bien.

-Suena como la Rukia que conozco. –dijo Ichigo, con voz débil. Finalmente, llegaron a su casa. Senna miró arriba y vio que Rukia estaba sentada en su ventana. Rukia, no sé cómo te sientes hacia Ichigo, pero sé que se preocupa por ti, así que supongo que debo empujarte a darte cuenta de tus sentimientos por él.

Senna se volvió hacia Ichigo.

-¡MUCHÍSIMAS GRACIAS, ICHIGO! –gritó Senna, con la esperanza de que Rukia la oyera. Y funcionó. Rukia miró por la ventana, para ver a Ichigo y a su prima hablando afuera.

-Uh, ¿de nada? –dijo Ichigo, confundido al ver que era tan ruidosa. Senna fue lentamente hacia él, se puso de puntillas y le besó levemente en los labios. Ichigo se quedó congelado; estaba completamente estupefacto por el beso.

-Eso fue por el tour. Te veo mañana, Ichi. –dijo Senna sonriendo y saludándole efusivamente con la mano mientras se alejaba. Rukia, que lo había visto todo, sintió algo que nunca había sentido antes.

Ese día, Grimmjow le había partido el corazón, pero Ichigo lo había destrozado completamente. Rukia siguió mirando por la ventana mientras una lágrima se fugaba de su ojo.

-Hey, Rukia, ¿qué estás mirando? –preguntó Momo. Todos estaban conversando alegremente, y ella parecía concentrada en algo del exterior.

-Nada, es sólo que parece una noche un poco… triste. –dijo ella en voz baja. Cerró los ojos mientras se sumergía en la oscuridad que habitaba ahora en su vacío corazón.


-¡GRIMMJOW! –el mencionado se volvió para ver a Nnoitra yendo hacia él. Grimmjow estaba fumando un cigarrillo fuera de su apartamento.

-¿Qué pasa, Nnoitra? –dijo Grimmjow, desviando la mirada.

-¿Es verdad? –le preguntó.

-¿El qué? Probablemente hay muchas cosas que han dicho de mí.

-¿Te acostabas con Nel sin que yo lo supiera?

-Mira, tío, estas cosas pasan. Además, tú te tirabas a otras chicas a sus espaldas también. –Nnoitra estaba a punto de golpearle cuando un coche negro paró justo a su lado y tres hombres salieron de él. Grimmjow se quedó estupefacto cuando les vio. Eran tres de los hombres de Aizen.

-Hola, Grimmjow. –dijo el más corpulento.

-¡Joder! –dijo mientras intentaba entrar rápidamente por la puerta de su casa, pero uno de ellos tiró de él.

-No te preocupes, no te mataremos ahora, pero Aizen quiere que te mandemos un mensajito. –los tres fueron hacia Grimmjow y empezaron a golpearle hasta que cayó al suelo. Nnoitra sólo miró mientras lo reducían a una masa sangrienta. Decidió marcharse.

Grimmjow estaba recibiendo finalmente lo que se merecía.

FIN

¡Por Kami-sama, como odio a Senna! Aunque no lo digo por lo del beso…

Buah, ahora empezará la saga (xD) de Aizen ._.

Pues eso, el autor original nos dice a todos los que odiamos a Senna que esta es su forma… particular de ayudar a los protas.

Seguid leyendo y sabréis como termina todo este lío! :)

Siguiente capítulo: Incomprendido

Namasté!

¡Animáos! Para hacer feliz a una traductora -a un paso de publicar su primer fanfiction propio- pulse... ¡el botón verde de abajo! (que ya no es verde... v.v)

PD (de publicidad! xD): Por cierto, dentro de nada publicaré un one shot (hehe...) Es un HitsuKarin, así que si os gusta la pareja, leéroslo! Acepto críticas, halagos, tomates, etc. :)
Por fin my first fic! :DDD