Epilogo

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By R. S.a.s.u.N.a.r.u.H.o.t.s

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Con sus blancas manos aferraba una pequeña cajita a su pecho. Corría con prisa por los pasillos llenos de personas del centro comercial. A su lado, tratando de seguirle el paso, se encontraba una niña de su edad, muy parecida a él. Sus ojos azules brillaron como siempre, prestando atención a su alrededor, mientras sus morenos cabellos iban de un lado a otro por el viento que provocaba su ardua carrera. Cuando por fin se dio cuenta de su destino, una amplia sonrisa se coloco en su boca, dejando ver sus blancos dientes en ella.

-. ¡Otou-chan!.-

Grito con ánimo entrando con prisa a la tienda. No tardo mucho para que la pequeña morena que le seguía llegara a su lado. Con el seño levemente fruncido se coloco a su lado.

-. ¡No es justo, Subaru-kun!.-

-. Yo no tengo la culpa de que seas tan lenta, Arashi-chan.-rio de medio lado.-. Además, yo soy mayor que tú.-

La pequeña morena alzo una de sus finas cejas con algo de molestia. Pero cerró sus ojos al sentir que una mano se posaba sobre su cabeza. Cualquier reclamo que pensaba dar, se quedo en su boca al escuchar las palabras del recién llegado.

-. Niños, no peleen.- hablo el rubio con una sonrisa, observo a su hijo reír y a Arashi fruncir mas su seño.-. Además, sólo se dejan por dos semanas-ttebayo.-

Con esas sencillas palabras, fue el turno de Arashi en sonreír. La pequeña morena, era la primogénita del mayor de los Uchiha. Era el orgullo de Itachi. Y uno de sus dos amores. Deidara y ella, representaban su mayor satisfacción.

Observando la sonrisa de su sobrina, Naruto recordó por unos momentos el día en que llego al mundo.

Aquel día parecía ser como uno cualquiera. Él ya estaba recuperado. Parecía que nada había pasado, tal como dijo, sólo bastaron dos días para que la cicatriz que surcaba su piel desapareciera por completo. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue que su hijo se estabilizo muy pronto. Mucho más pronto de lo que se imaginaban (aunque el hecho de tener sangre tan poderosa recorriendo por sus venas, tenía mucho que ver). Por ese motivo, en tan solo dos semanas, había recuperado todas las fuerzas de un bebé sano.

Ese día, irían a recogerlo. Lo que nunca se esperaron, fue que apenas dieron un pie fuera de su casa, la insistente llamada de Deidara los alertara. El rubio se había quedado sólo, ya que Itachi había ido con su padre para dar por terminado el asunto del trono, al ser el primogénito era su responsabilidad. No obstante, por muy buena que fuera la señal de su celular, la cobertura no llegaba hasta el infierno.

Con todas esas prisas. Fueron Sasuke y Naruto los que terminaron auxiliando al mayor.

Ya entrada la noche, se había soltado una fuerte tormenta. Provocando que Itachi llegara todo empapado al hospital. Por la prisa y la emoción de la noticia (Sasuke le había avisado en el instante que sintió su presencia en la tierra) no le importo parecer gato mojado.

Sasuke rio de medio lado a ver el semblante nervioso de su hermano mayor. Disfrutando como su aniki lo había hecho en su momento. ¿Vengativo?. Si, era su naturaleza. Después de todo, no cualquier día podía jactarse de ser testigo de esa cara consternada. Itachi, con su rostro siempre serio e inmutable. Demostraba en esos momentos que en verdad tenía sentimientos.

Preocupación, ansiedad y alegría. Eran algunos de ellos.

En el momento en que Itachi escucho el llanto de su hijo. Sintió que aquella fuerte tormenta, se había convertido en una relajante sensación. Y cuando supo que era niña y la sostuvo por primera vez entre sus brazos, el nombre indicado para ella surgió en su mente.

Arashi

La tormenta que refresco su corazón…

La pequeña campanita del la tienda tintineo.

Provocando que saliera de sus recuerdos. Pensó que era un cliente. Pero desecho de inmediato dicha idea al contemplar los peculiares cabellos ébano de cierto demonio que conocía a la perfección. Con otra personita que también era su adoración.

Sasuke entro al local, cargando una pequeña maleta en uno de sus hombros. Y entre sus brazos, venia cargando a un bebé rubio que jugaba entretenido con su sonaja. Su segundo hijo, el cual había ido a recoger a la guardería. Al Uchiha le había sentando demasiado bien el ser padre.

Naruto sonrió ante tal escena.

-. Son primos, no deberían de pelear así.- dijo de repente el moreno llegando junto a Naruto.

-. ¡Hola, tío Sasuke!.- saludo Arashi con alegría, mientras se ponía en puntitas para agarrar una de las manitas del bebé.-. Hola, Kizu-chan.-

El moreno le sonrió a su sobrina (sólo a su familia le demostraba su cariño). Le revolvió los cabellos al igual que a su hijo que aun estaba junto a ella. Los había visto correr unos minutos atrás. No entendía porque tanta apuración.

-. ¿Qué paso? ¿Por qué venían corriendo?.- pregunto sin mucha curiosidad. Mientras pasaba al pequeño Kizuna a los brazos de Naruto. Quien lo recibió con cariño.

Subaru y Arashi se quedaron viendo entre sí, para después reír.

-. Es que conocimos a unos niños muy raros, tío Sasuke.-

-. ¿Raros?.-

Seguían sin entender.

-. Si, Otou-san, abuelita Mikoto nos dijo que cuando seamos grandes lo entenderíamos y nos dio esto, queríamos enseñárselos.-

De la cajita que antes sostenía con fuerza, saco un pequeño colgante en forma de una pluma. Subaru se lo dio a sus padres para que lo vieran con detalle.

-. Dijo que cuando conociéramos a alguien especial se lo entregáramos.- hablo con más emoción la pequeña Uchiha.-. Ellos parecían ángeles.-

Subaru asintió ante lo dicho por su prima. Provocando que surgiera una duda en su cabeza.

-. ¿Existen los ángeles, Otou-chan?.-

Naruto río con ternura ante la pregunta de su hijo. Hasta ese momento, no les habían dicho nada de su procedencia, ni que él era un ángel ni que su moreno progenitor era un demonio. Habían decidido que crecieran como niños humanos, que valoraran las cosas por su esfuerzo y que no se pensaran superiores a nadie. Gracias al hechizo que sus padres les habían otorgado todo parecía ir normal. Así que cuando tuvieran la edad suficiente para comprenderlo, ellos les contarían toda la historia. Eran niños muy inteligentes y perspicaces que sabían que entenderían. Sólo era cuestión de encontrar el momento indicado.

-. Claro que existen los ángeles, hijo.- escucho la voz de Sasuke atrayéndolo de sus pensamientos.-. Al igual que los demonios.-

Ambos niños volvieron a sonreír. En su pequeña mentecita de 6 años cualquier cosa era posible.

-. ¡Entonces algún día encontrare a uno y le regalare esto!.- dijo con emoción Subaru.

-. ¡No, yo lo encontrare primero y te ganare!.- hablo mas fuerte Arashi sacándole la lengua a su primo.

Y con dichos argumento, los dos niños volvieron a comenzar una discusión, ignorando a los dos adultos que los veían con un toque de nostalgia y alegría.

-. Al final, se parecen a ustedes dos-ttebayo.-

Sasuke no respondió, se dedico a abrazar a Naruto por la espalda mientras sonreía de medio lado. Tal vez su rubio amor tenía razón. No estaría mal que también sus hijos se enamoraran de un lindo ángel, después de todo él estaba complacido con su propio ser alado.

Con sus tres tesoros más valiosos que un inútil trono.

Sus hijos también merecían esa oportunidad…

Aunque esa ya sería otra historia diferente.

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FIN

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oooO*Oooo…

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Bien, se que tarde mucho, pero es que al final decidí hacer este pequeño epilogo. No me podía quedar tranquila con esta historia hasta que lo escribiera, y después de un tiempo en decidirme, aquí se los traje n.n

No es mucho, pero creo que con él me quedo satisfecha, además de que si a ustedes les gusta, es un doble buen sabor de boca.

Otra vez quiero darles las gracias y esperar que haya sido de su agrado

Y ahora sí, puedo dar por terminado mi primer fic de muchos capítulos XD

Y por último, para cerrar esta historia

Que tal un review? o.O?

Gracias x leer n.n