***Pokémon no me pertenece, ni los personajes que aparecen aquí***

Pero la historia si es de mi propia autoría….


{¿Lo Recuerdas?}

Capitulo 18: Una Pasión Oculta

Importándole un reverendo comino la fiesta que era celebrada para dar merito a su reciente victoria, Paul tomo a Dawn por el brazo y con ella salió del salón sin ser visto por sus amigos y conocidos. El estaba más que furioso con ella, Dawn tenía que aclararle ese mal entendido o mejor dicho ella tenía que explicarle porque le había mentido sobre su relación con Kenny. Paul ya estaba cansando de que siempre hubiera malentendidos entre los dos, que siempre ella hiciera algo o que algo pasara para que el terminara en una rabieta provocada por los celos, pero eso parecía que cambiaria esa noche. Sin pedir la opinión de Dawn o tan si quiera dejarla decir una palabra, él la saco del lugar de la celebración y la condujo hasta el hotel donde los dos se hospedaban.

Dawn trataba con todas con sus fuerzas de soltarse del agarre de Paul, pero entre cada intento que hacia él la sujetaba con más fuerza de la cintura. Viendo que su esfuerzo era inútil, ella se dio por vencida y se dejo llevar hasta el hotel, pero su preocupación aumento al notar que se dirigían específicamente al cuarto de él, algo que inmediatamente la lleno de miedo, puesto que en ese lugar ella estaría a su merced, en el propio entorno de un muy enojado y furioso Paul, sin olvidar mencionar que estaba algo tomado. Una situación bastante peligrosa para ella, ya que él podría ser capaz de hace cualquier cosa por hacerla pagar su engaño.

Antes de entrar al cuarto Paul soltó a Dawn por un momento para sacar su llave y abrir la puerta, algo que ella aprovecho para hacer el vago intento de correr, pero gracias a los tacones que traía puestos, los cuales solo le permitieron dar unos cuatro pasos, sin olvidar mencionar la agilidad de Paul que era otro factor en contra de ella, hicieron que en un pestañear ella volviera a estar rodeada en los fuertes brazos de él. – ¿Crees que te vas a escapar así de fácil Preciosa? –pregunto seria y ronca mente muy cerca de su oído.

Dawn tembló causa de su tono de voz. –Paul... Por favor... –rogo. –Creo que no es el momento... Y tú estás algo tomado para hablar... Mejor lo hacemos mañana... –sugirió ella en un vago intento de persuadirlo.

Paul frunció el ceño molesto. –Yo me encuentro en perfectas condiciones. –repuso rápidamente, para luego tomarla con más fuerza de la cintura, la giro y luego la re-pego contra él con brusquedad, haciendo que ella lo viera a los ojos con sorpresa. –Y no pienses que con escusas baratas vas a librarte de darme una explicación por haberme mentido. –finalizo tomándola por la nuca y mirándola con más intensidad.

Ella se tenso por la intensa mirada amatista. –Pero... Yo no te men... –hizo un vago intento de explicarse, pero Paul se lo impidió, porque él se apodero de sus labios en un asfixiante y demandante beso.

La boca de Paul se había adueñado totalmente de los delicados labios de Dawn, usando su lengua profundizo el beso, explorando con ella cada rincón posible de esa boca femenina, la cual era su adicción cada vez que tenía la oportunidad de probarla. Ella por su lado no sabía si corresponder al beso o defenderse hasta donde pudiera, pero mientras debatía eso el aire poco a poco se le agotaba y aunque su razonamiento le decía que eso estaba mal, su cuerpo se estaba rindiendo con facilidad a la pasión que Paul le estaba mostrando atreves de ese fogoso beso.

Paul por su lado, un poco molesto tuvo la necesidad de terminar con el beso, puesto era humano y necesita el preciado aire para respirar, aun así en ningún momento soltó a Dawn de su agarre, mirándola en todo momento mientras terminaba de abrir la puerta del cuarto.

Dawn estaba tratando de normalizar su respiración, ya que el beso pareció róbale todo el preciado aire de sus pulmones. Ella fue incapaz de notar como Paul había conseguido abrir la puerta y en menos de dos segundos los dos ya se encontraban dentro de la habitación, con la puerta bien asegurada.

Paul la soltó estando muy seguro de que ella no intentaría escapar y asegurándose de no darle esa oportunidad.

Dawn se alejó rápidamente del agarre tan posesivo de Paul y le dio la espalda, pues ella apenas era capaz de sostenerle esa mirada tan intensa que él tenía en ese momento. Dawn estaba totalmente aterrada pues no era para menos, estando en el cuarto de un hombre con algunas copas encima y sobre todo que la deseaba como mujer, algo que Paul tenía tiempo demostrándoselo aun que ella hiciera hasta lo imposible por ignorar esa situación, siempre hubo algo que la hacía ver lo contrario.

Él con una natural simpleza se deshizo de su saco como quien rompe una hoja de papel mojada. – ¿Por qué me mentiste?... –reprocho repentinamente rompiendo el incomodísimo silencio, el mismo que se había formado desde que los dos habían llegado a la habitación.

Dawn aun parecía estar bastante afectada a causa de la situación. – ¿Qué?... Eeh... Y-yo no... –trato de articular.

Pero Paul tenía la mirada muy fija en los ojos claros de Dawn mientras muy lentamente se desabotonaba la camisa. Su mirada amatista parecía clavarse más y más en la delicada figura de la chica frente a él y sobre todo estaba empezando a ensombrecerse por un fuerte e intenso sentimiento que Dawn desconoció en ese momento.

Dawn fue invadida por un fuerte escalofrió que le recorrió toda la espina dorsal, el mismo que se concentro en sus huesos, al ver la imagen de Paul con la camisa desabotonada era una escena muy perturbadora para ella. Algo que por instinto natural hiciera que ella empezara a retroceder poco a poco, haciendo un vago intento de que Paul no se acercaba más de lo moralmente permitido.

Los dos parecían sincronizarse en sus movimientos, Dawn daba un paso hacia tras para alejarse de él, mientras que Paul dada uno hacia el frente para acercarse más a ella. Pero el camino termino para la pobre de Dawn, ya que cuando menos lo esperaba sus piernas se encontraron con el borde de la cama matrimonial que había en la habitación, haciendo que ella callera de espaldas a esta.

Unos segundos después, Paul ya se encontraba encima de Dawn, sin camisa, dándole a ella una visión muy sexi del chico, algo que provoco que ella se sonrojara a más no poder. Sintió sus mejillas arder como antorchar vivas al tener tan cerca el bien definido y varonil cuerpo de Paul.

La respiración de Dawn se volvió irregular, sin mencionar que su cuerpo empezó a sentir escalofríos a causa del miedo. –P-Paul… Q-Que... E-Estas... Ha-haciendo... –era claramente obvio que ella estaba empezando a sentir pavor por la conducta de él, pero sobre todo ¡por su cercanía!

El rostro de Paul parecía ser imperturbable, puesto el seguía serio y tranquilo, pero obviamente algo molesto con ella. –Pero esta noche solo quiero que nuestros cuerpos hablen. –dijo al momento de tomarla por las muñecas y hundiendo su rostro en el nacimiento de su cuello para oler su delicado aroma.

Dawn abrió los ojos desmesuradamente al sentir los labios masculinos en su sensible piel y sin entender muy bien lo que él trato de decir. –P-Pe-Pero... Q-que... –ella fue incapaz de terminar su frase, ya que Paul nuevamente se apodero de sus labios.

El beso desde un primer instante fue muy intenso dando un rasgo de llegar aparecer algo desesperado. Paul podía llegar a ser muy brusco al besarla, pero aun así media su fuerza, aun punto de no causarle daño, ya que aunque la tenia sujeta por las muñecas, no ejercía presión en ellas. Los labios de Paul se deslizaron desde la boca de Dawn, hasta pasar por su quijada y terminar nuevamente en su cuello donde se recreo un par de minutos más hasta que volvió alzar el rostro para mirarla nuevamente a los ojos.

Los ojos amatistas de él estaban totalmente obscurecidos por la pasión y la lujuria, que en ese momento era más que notorios y con cada minuto que pasara parecía incrementarse.

Dawn temblaba y respiraba bastante agitada. –Suéltame... Por favor Paul… –pidió con algo de dificultad y tratando de soltarse del agarre de sus muñecas, claro sin poder hacerlo.

Paul solo atino a subir las manos de Dawn sobre la cabeza de ella, para poder sujetarla con una de sus manos.

–Por favor Paul... Yo no quiero esto... –ella seguía pidiendo con miedo reflejado en su voz.

Paul hizo oídos sordos a lo dicho anteriormente y volvió a besarla con la misma intensidad como venía haciéndolo desde que llegaron a la habitación. Mientras lo hacía, con su mano derecha libre separó las piernas de ella para colocarse entre ambas, y mientras acariciaba una de ellas, hasta donde involuntariamente el vestido se había subido gracias al movimiento que hizo, finalmente y por primera vez él era capaz de sentir la suavidad y la calidez de esas esbeltas y tersas piernas, misma sensación que termino por volverlo loco de deseo.

Dawn al sentir esas caricias empezó a sacudirse con más brusquedad, ya que tener a Paul en esa posición no le era de su total agrado. Él la besaba como un desquiciado y sobre todo estaba acariciando su pierna izquierda, que para su desdicha el vestido había dejado al descubierto hasta casi donde se dejaba ver la unión de sus piernas con sus caderas.

Para él la sensación de la piel de Dawn bajo su tacto era como el mejor trofeo a ganar, porque era tan suave y cálida que podía llegar hacer la droga más adictiva, la cual él jamás podría hallarle una salida o una cura; sus labios simplemente no podía ponerle una definición a tan cuanto disfrutaba el sentirlos y saborearlos.

Ella con un brusco jalón de sus brazos se pudo soltar del agarre posesivo de él. – ¡He dicho que me sueltes! –grito, luego trato de empujarlo para que se quitara de encima de ella, pero sus esfuerzos fueron en vano.

Paul frunció el ceño y luego se incorporo un poco, pero sin quitarle la mirada de encima. –Dawn aunque te rehúses... Ya no podrás evitar que esto suceda... –advirtió.

–D-de… Que… ¿De qué hablas? –cuestiono rápidamente.

–De que tú y yo estemos juntos…

Dawn no pudo responder a eso.

Él se deshizo de su cinturón y desabrocho sus pantalones, todo lo hizo mirando fijamente a Dawn a los ojos. Sin más con la misma agilidad que antes volvió a posicionarse encima de ella.

–No por favor... Paul... Yo no quiero esto… Además estas demasiado tomado... –trato nuevamente de persuadirlo.

Paul se le acerco al rostro. –Lo sé... –acepto. –Pero eso no quiere decir que no sepa lo que estoy haciendo. –le explico mirándola a los ojos. –Además ya no puedo con estas enormes ganas de hacerte mía... –confeso por fin, para luego volver a besarla con intensidad.

Mientras nuevamente él se recreaba en los labios de ella, Paul dirigió sus manos bajo la espalda de Dawn, en busca del cierre de ese maldito vestido, el cual evitaba que él disfrutara planamente del cuerpo de ella. Su objetivo fue logrado segundos después y el vestido por fin termino en el suelo dejando así en ropa interior a la pobre chica peli-azul.

Paul se incorporo sobre sus rodillas para verla mejor, la imagen que tenia frente a él era la más exquisita que él podría llegar a imaginar de Dawn. Completamente recostada en su cama con su cabellera azul-marino esparcida sobre la sábana blanca, sus brazos estirados al nivel de su cabeza al momento que le quito el vestido, su pecho que estaba aun cubierto por un brasier negro sin tirantes subía y bajaba paulatinamente, muy seguro por la situación que la tenía muy tensa y muerta de miedo.

–Eres tan hermosa... –comento con algo de dificultad, era más que notorio que esa imagen lo estaba empezando a excitarlo.

Dawn al sentirse observada de esa manera tan penetrante y morbosa, trato de cubrir sus pechos.

Pero antes de cumplir su cometido Paul se lo impidió volviendo a tomarla por las muñecas. –No... Quiero verte... –exigió en un profundo y ronco susurro.

Ella cometió el peor error que podía hacer en ese instante, el cual fue mirarlo fijamente a los ojos después de lo dicho. Esos ojos masculinos reflejaban algo muy profundo, sobre todo que de alguna forma ella fue contagiada y cediendo poco a poco a los deseos de un deseoso hombre, sin olvidar que en el fondo ella también de cierta forma lo deseaba. Pero aunque ella ya había tenido más de una oportunidad de soñar con una situación similar, la realidad siempre sobrepasa a la ficción, por lo tanto su miedo y sobre todo su pudor eran más grandes que sus propias ganas.

Paul pudo notar a la perfección el pavor y el desconcierto en los ojos azul claros, pero aun así él estaba muy decidido en lo que pasaría entre ellos esa noche. –No tengas miedo… –consoló al momento de besar delicadamente la comisura de sus labios. –Solo déjate llevar. –finalizo en un sombrío y profundo susurro, el cual reflejo la disminución en su cordura humana y daba paso a los instintos naturales de un hombre excitado.

Dawn tembló notoriamente al escuchar esas profundas palabras y sobre todo en el tono en que se dijeron, pero esta vez ella no sabía si lo hacía por el miedo o porque ella también de cierta forma estaba empezando a rendirse a lo que fuera que estuviera ocurriendo en esa habitación.

Entre más pasaran los minutos dentro de esa habitación de hotel, la situación se estaba saliendo de control, la cordura femenina y el arrebato alcoholizado masculino estaban a punto de tener un encuentro muy intimo, donde ese acto se vería con malos ojos por todo el mundo, pero los dos protagonistas experimentarían el acto más sublime que tenía el ser humano.

Paul volvió a borrar la distancia entre sus cuerpos, arrinconándola más contra la cama mientras él volvía a dirigir sus labios a los de ella. Pero esta vez el beso no era nada forzado, en un principio inicio como un delicado rose de labios, donde poco a poco subía de intensidad y acto donde Dawn participaba con un poco mas de confianza, aunque su cordura la estuviera recriminando por estar cediendo.

El beso a cada segundo que pasaba se hacía más y más intenso, los labios del joven eran exigentes, de un momento a otro su lengua roso el labio inferior de la chica pidiendo permiso para tener un contacto más profundo, ella inconscientemente abrió ligeramente sus rosados labios permitiéndole la entrada a ese húmedo intruso. Paul no espero otro segundo más e introdujo de lleno su lengua en la boca de Dawn, el por fin era capaz de dejar que su boca hiciera lo que tanto deseaba, que era saborear a plenitud la boca de la chica. Sus lenguas mantenían una danza erótica, una batalla sin fin, donde cada uno quería doblegar al otro, pero el momento no pudo alargarse más, porque el aire que es tan preciado para sus pulmones se les agotaba con cada segundo que pasaba.

Los dos se separaron, pero Paul se mantuvo muy cerca del rostro de Dawn o mejor dicho de sus labios, sus alientos chocaban entre sí era una mezcla muy peculiar, un olor a cerezas silvestres con una combinación de alcohol, simplemente el aliento de cada uno aportaba un extraño elíxir que embriagaba los sentidos de los dos.

Sin más miramientos o esperas a más negativas, Paul volvió a su trabajo de seguir desnudando el cuerpo de Dawn mientras lo llenaba de caricias. Aunque de eso ya no queda mucho, ya que la chica solo se encontraba en ropa interior, un conjunto de brasier y unas muy sensuales pantaletas de encaje negro, prendas bastante sexis para los ojos amatistas del peli-morado.

Dawn era un manojo de nervios y escalofríos a causa de la situación, las manos de Paul eran como torrentes eléctricos, que con cada área que tocaban lograba someter a la chica para el propio placer del chico. Su mirada era otro factor de sumisión para ella, esa mirada tan penetrante y sombría era la misma llave para las puertas de ese mundo lleno de lujuria y placer.

Paul coloco las manos de Dawn sobre la cabeza de esta, mientras la volvía a besar con mucho más fervor en los labios. –Dawn… No Tienes idea...De cuanto te deseo… –susurro levemente agitado cerca de su oído derecho, para luego darle un pequeño mordisco.

Dawn soltó un largo y sonoro suspiro al escuchar esas palabras dichas con tal determinación, que solo pudo reaccionar serrando los ojos, para dejarse llevar por esa extraña pero placentera sensación que la inundo completamente, la cual se centraba en su abdomen...

Paul por su lado continúo con su "labor," sus labios fueron descendiendo desde el oído de ella hasta el nacimiento del delicado cuello femenino, donde se recreo por unos largos segundos más.

Ella solo mantenía sus ojos cerrados y apretaba sus manos en puños, ya que estas eran sujetadas por las grandes manos de Paul, aunque eso no evitaba que ella soltara uno que otro suspiro, que entre más pasara tiempo estos se convertía en leves gemidos.

Los labios de Paul se dirigieron hasta el nacimiento de sus senos, el levanto un poco el rostro para ver la imagen que él tenía enfrente. Dawn tenía las mejillas muy sonrojadas y respiraba agitada, tenía su rostro ladeado a un costado, prueba de que estaba totalmente perdida en el momento, algo que no puedo más que incrementar el deseo de Paul; sin pensarlo mucho él soltó sus manos para así tener más libertad en su exploración.

Parecía que ya no había vuelta atrás, porque Paul no espero ninguna reacción por parte de Dawn y ya se encontraba acariciando sus pechos sobre la delicada tela del sostén negro. Ella inmediatamente se arqueo hacia él en respuesta por ese acto tan repentino e intimo le había agradado. La sensación que sintió fue inmediata, fue como una inmensa corriente eléctrica que le recorrió completamente toda la espina dorsal y despertó por fin cada célula, poro y nervio de su ahora sensible piel. Eso termino por confírmale a Paul que él se ha adueñado de la situación, porque si en algún momento hubo alguna duda en seguir o no, esa fue aclarada por Dawn al momento de arquearse hacia él, porque ella se mordió sus labios ahogando un profundo y audible gemido, haciéndole notar que para nada le desagradaba sus caricias.

Sus dos grandes manos cubrían perfectamente los senos de la chica, los acariciaba delicadamente por sobre la fina tela del sostén mientras Dawn se perdía segundo a segundo por esa placentera sensación. Paul besaba con mucho más ímpetu su cuello, recorría sus largas piernas separándolas en el camino nuevamente, para finalmente colocarse perfectamente entre estas.

A medida que los besos de Paul avanzaban por su delicado cuerpo, así mismo iban desapareciendo las pocas prendas de ropa que la cubrían. Jamás en su vida ella había experimentado algo como lo que estaba sintiendo en esos instantes, Paul recorría cada una de las partes de su cuerpo con total demencia, como si tratara de impregnar cada detalle de su cuerpo en su memoria. Con cada segundo que pasaba la tensión dentro de Dawn crecía más y más, justo cuando pensaba que ya no era posible alcanzar otro grado más de excitación, Paul daba clara muestra de lo equivocada que estaba.

Pues en ese momento el chico peli-morado se encontraba acariciando su parte más intima, aunque en un principio sintió algo de incomodidad puesto nunca antes alguien la había tocado esa parte, mucho menos ella pensó llegar a hacerlo. Los dedos de él estaban haciendo cosas maravillosas, mientras con su boca no dejaba de recorrer el camino que separaba el valle de sus senos. Ella no dejaba de soltar gemidos que poco a poco con el pasar de los minutos se hacían más sonoros.

Rápidamente la tensión dentro de Dawn crecía mas y mas hasta llegar ser algo insoportable para su inexperto cuerpo, pero las caricias que él hacía en su zona intima no duraron mucho, ya que por fin con un último movimiento profundo de los dedos de Paul, la tensión acumulada exploto en un caleidoscopio de maravillosas sensaciones e inexplicables, llevándola a un completo trance de relajación.

Dawn se dejo caer por completo en la cama sintiendo como su entre pierna palpitaba acusa de lo vivido segundos antes, sentía como algo liquido salía de entre sus piernas bañando los dedos de Paul, dejo salir un leve quejido al sentir como el chico se había alejado de ella. Pero eso no duro mucho ya que este volvió a la cama ya sin ninguna prenda encima, volviendo a tomar su lugar de antes, que era sobre el delicado cuerpo de ella.

Paul por fin podía sentir el maravilloso cuerpo de Dawn como siempre hubo deseado hacerlo completamente al natural, su fornido pecho por fin podía sentir ese par de pechos de tercio pelo siendo presionados por su peso, sus gruesas piernas siendo rosadas por las esbeltas y delicadas piernas de ella. Pero la sensación más maravillosa e incomparable fue el primer roce de sus partes intimas, el inocente y primer roce fue lo que culmino por finalizar con la total cordura que quedara en el razonamiento masculino, para el razonamiento femenino solo quedo dejarse llevar por esa extraña pero fascinante nueva sensación.

Dawn aun respiraba profundamente y aceleradamente pues la sensación vivida minutos antes no se puede compara en nada con el primer roce del cuerpo desnudo de Paul. Simplemente no supo de donde o como tomo valor para hablarle. –Pa-Paul... Por favor. –pido desesperada y algo angustiada en la voz, pero más nunca supo que era realmente lo que quería.

Con esa suplica Paul decidió que ya era tiempo de terminar con los juegos. –Dawn pon tus piernas alrededor de mí... –pidió él con algo de trabajo, ahora si estaba comenzando a perder la concentración. – Eso es linda... Ah... –suspiro profundo. –Así está perfecto. – dijo Paul mientras sentía como el cuerpo de Dawn comenzaba a abrirse para él, pero llego la parte más difícil.

Aunque Dawn se sentía perdida en su excitación y en su nube de delirios poco decentes, ella pudo percibir cuando Paul se disponía a penetrarla, fue cuando sintió una fuerte pulsación en su entrepierna. – ¡Ah! –soltó ahogadamente. –No Paul detente... Me duele... –pidió mientras unas lagrimas salía de sus ojos.

–Shh... Tranquila el dolor pasara rápido. –sin esperar otra respuesta, por fin termino de penétrala, aun en el momento que lo hizo sintió como ella se sujeto de sus hombros y como enterró sus uñas en el mismo acto, algo que solo aumento más su excitación si eso podría ser posible. Aguardo un par de minutos mientas ella se acostumbraba a él y cuando sintió como aflojo la presión sobre sus hombros, fue la señal que ella le dio inconscientemente para que continuara y así lo hizo. Paul se deleitaba con el fuerte agarre en que se encontraba entre las piernas de Dawn. –Mírame. –pidió Paul como último favor a Dawn.

Dawn no supo cuanto tiempo estuvieron así, solo podía concentrarse en el deleite que le provocaba sentir a Paul dentro de ella. Sus respiraciones se aceleraban con el paso del tiempo y poco a poco Dawn se dejo llevar por el torrente de emociones que le provocaba sentirse completa. Hasta que aquel torrente exploto en un sin fin de colores, que llevaron a Dawn a hundir sus dedos en la espalda de Paul y soltar un fuerte suspiro de placer.

Paul sintió en cada poro de su cuerpo cuando Dawn alcanzo su orgasmo, sus músculos se contrajeron contra él y ya no pudo soportarlo más, con una última penetración y un fuerte gruñido de placer, se dejo llevar por una de las satisfacciones y experiencias más poderosas que haya tenido en su vida.


Una Noche para conmemorar una vitoria ganada, una velada que se fue entre copas, y una mentira descubierta, termino en un encuentro intimo entre dos personas, los cuales desde hace tiempo se deseaban de alguna forma mucho más que una simple amistad, que esa misma noche solo termino por demostrar la inmensa atracción que había entre nuestros dos amigos. Una situación que no estaba muy lejos de pasar y que ahora yacían ahí una pareja envuelta entre las sabanas blancas, donde se podía observar el resultado de una borrachera y una mentira.

Eran cerca de las tres de la mañana y aun faltaba para que amaneciera, Dawn se froto los ojos pesadamente antes de despertar por completo y darse cuenta donde se encontraba o mejor dicho como había terminada la noche. Ella trato de moverse un poco de lo que la sujetaba con un agarre muy posesivo, pero el chico parecía renuente a soltarla aunque con un poco más de esfuerzo de su parte pudo soltarse del abrazo.

Cubrió su cuerpo desnudo al verse sin prenda alguna, decidió que estaría más cómoda lejos del chico que yacía en la cama junto a ella, no sabía cómo diablos habían terminado en aquella situación, aunque recordaba mayor parte de lo que había sucedido esa noche, su cabeza le daba vueltas gracias al licor que tomo aunque haya sido poco ese poco hizo su magia, ella solo deseaba tomar algo para calmar su malestar. Recogió la sábana blanca que estaba al costado de la cama donde ella y su compañero compartieron pasiones momentos antes y camino lentamente hacia la puerta, pero antes se concentro en buscar su ropa.

Pudo aliviar un poco su tención al ver su ropa regada centímetros cerca de la cama, recogió su vestido y sus prendas intimas y rápidamente como pudo se las coloco, Aunque estas estaban en mal estado ya que su vestido totalmente arrugado, Ella se dirigió a la salida pero antes suspiro al echarle un último vistazo al chico que dejaba en la habitación. Poco a poco cerró la puerta provocando con esto un fuerte chirrido, el cual solo incremento el dolor agudo que comenzaba a sentir su cerebro.

Rápidamente se dirigió al ascensor más cercano, necesitaba escapar, desaparecer, morir quizás o al menos salir del perímetro de chico peli-morado. –"¿Qué estupidez fui capaz de hacer?"-se pregunto por fin mientras se inclinaba sobre una de las paredes metálicas del ascensor, el cual bajaba un par de pisos hacia el piso donde se encontraba su habitación. –"Espero que Paul no recuerde nada de esto... Por favor que no lo haga..." –suplico en silencio a la misma ves que se dejaba caer al suelo y cubría su rostro con sus rodillas. –"Lo olvidaría… No le dará importancia..." –suspiro resignada, lo que había pasado esa noche solo sería una pasión oculta para él y ella, nadie más tendría que enterarse de eso, nadie…


Paul abrió lentamente sus ojos, la luz que entraba por su ventana dañaba sus pupilas, se encontraba totalmente crudo, su cabeza bailaba al son de una de las últimas canciones que recordaba y el frió de la mañana recorría su cuerpo – "¡¿Qué rayos? Estoy desnudo!" –grito mentalmente al verse totalmente sin ropa, busco algo para taparse pero la sabana que recordaba tener encima de la cama había desapareció, tomo la almohada que cubría el buró y tapo una parte de su cuerpo – "¿Qué paso?" –no recordaba casi nada, masajeaba su frente para calmar un poco las pulsaciones que su cerebro enviaba a su cuerpo, lo único que recordaba vagamente era haber salido de la fiesta con Dawn pero hasta ahí y uno que otro incompleto flashback – "¡Vaya!, estoy realmente mal... "- suspiro resignado al no encontrar una respuesta congruente.

Camino desnudo hacia el cuarto de baño y giro la perilla rápidamente, entro a la regadera y dejo que el agua cayera por su cabeza y se deslizara por su torso desnudo. Coloco un poco de shampoo sobre su palma y tallo con fuerza su cabello… olía demasiado mal, el sabor amargo del alcohol en su boca y la sensación de mareo lo llevaban a pensar que había sucedido algo aquella noche... ¡Un monto! Dawn estuvo con él y algo importante sucedió esa noche...

Las escenas de la noche anterior se veían un poco borrosas en su mente mientras las gotas cristalinas de agua resbalaban sobre su rostro limpiando de su cabello todo rastro de jabón. Tomo la esponja para tallar su fuerte pecho, pero mientras pasaba los minutos dentro de la regadera, cada flashback tomaba lugar, tiempo y cada recuerdo tenía por fin sentido...

Después de terminar su ducha, se dirijo de nuevo a su habitación, el panorama no era nada elegante, las almohadas se encontraban en diferentes puntos del lugar, las ventanas abiertas reflejaban con claridad la escena donde anteriormente había estado él y su acompañante de ojos azul claros, Dawn. Camino hacia su closet y extrajo rápidamente una camisa negra y un pantalón azul marino. –Quizás Dawn pueda darme una explicación de lo que haya sucedido aquí... –sonrío sínicamente mientras subía el cierre de su pantalón y salía por la puerta de su habitación.

Paul trataba de ser un poco sarcástico con su persona, pero en realidad sentía que sus sangre bullía de enojo porque aunque por unos largos minutos no recordó lo que había pasado la noche anterior en su habitación, en ese instante deseaba haber despertado en el momento que Dawn lo hizo, así el podría haber evitado que ella huyera y que por fin hablaran de lo supuestamente deberían haber hablado a noche.

El peli-morado salió de su habitación como alma que lleva el diablo y rápidamente tomo el primer elevador que tuvo enfrente dirigiéndose hasta el primer piso, al llegar a su destino no tuvo necesidad de ir hasta el lobby del hotel y preguntar por el paradero de la chica que buscaba como un desquiciado, simplemente tuvo que enfocar su mirada amatista hacia su costado izquierdo y comprobar que la chica de ojos azul-claros se encontraba en el elevador contiguo, pero no se encontraba solo alguien la acompañaba.


Al llegar a su habitación Dawn decidió tomar una larga y relajante baño de espuma, estuvo metida en la tina rodeada de olor de lavanda y agua caliente por más de una hora, tiempo suficiente que le ayudo a borrar toda la esencia que el chico peli-morado haya dejado en ella, pero lo que si no podía borrar era que él fue el primer hombre que se atrevió a profanar su inocencia y su pureza, algo que en un aspecto le dolía y la hacía sentir mal con ella misma por permitir esa situación, pero a la misma vez no se veía en brazos de otro hombre.

Varias horas después escucho como alguien toco a su puerta y sin hacerla esperar la hizo pasar, Kenny llego a la habitación de Dawn con un desayuno para dos persona y claro su visita matutina tenía otro propósito mas del de compartir un inocente desayuno con su amiga de infancia. El se quedo bastante preocupado la noche anterior al ya no volver a ver a la chica y obvio también se había dando cuenta que el anfitrión de la fiesta también se había ausentado de la velada. No quiso ser tan directo al preguntar pero no pudo evitado, simplemente la preocupación se adueño de su sensatez y sin mas fue directo al grano.

Dawn por un instante se convirtió en una psíquica y pareció saber de ante mano que su amigo le preguntaría donde se había metido las noche anterior, pero como medito con anterioridad que lo pasado anoche que daría ahí en un secreto que nadie, absolutamente nadie debía saber y que lo enteraría en lo más profundo de ser. Aunque el destino simplemente se empeñaba en jugar con ella y cierto chico de cabellera morada y ojos amatistas.

El desayuno con el castaño tan rápido como había empezando, rápido había terminado y ahora los dos se encontraban en el ascensor que se dirigía hacia el primer piso, puesto Dawn le había comentado a Kenny que un poco antes de que el llegara había recibido una llamada de Misty pidiéndole encontrarse en el comedor del hotel, claro con la misma interrogativa de saber donde se había metido anoche, obvio esto último solo lo guardo para ella. Al abrirse las puertas del elevador Kenny fue el primero en salir y despedirse de la chica de Sinnoh, los dos tomaron direcciones opuestas Kenny fue hacia la izquierda y Dawn hacia la derecha, donde una persona ya había notando su presencia y la esperaba con bastante impaciencia.

Paul vio con total desagrado el ver que Dawn venia acompañada por aquel castaño, el mismo que ya tendría tiempo de cobrarle una a una las veces que se haya burlado de él y mucho mas haber tenido "ciertas confianzas" con su mujer. Pero eso paso a segundo plan cuando Dawn paso cerca del lugar donde él se encontraba, sin pensarlo dos veces salió en su búsqueda.

El chico se apresuro y acorralo a la chica de espaldas hacia él y junto a la pared, no le dio tiempo de hablar puesto le cubrió la boca para que no gritara o hiciera algún ruido. –Pero si aquí estas... –susurro junto a su oído.

Dawn se llevo el susto de su vida puesto no esperaba encontrar a su pesadilla morada ahí y que menos la sorprendiera de eso forma, quiso gritar por la sorpresa pero él se lo impidió, solo fue capaz de tensarse por la situación y la cercanía de su cuerpo, el mismo que le trajo un recuerdo que no quiso tener en ese momento.

Ella se paralizo por un instante pero se recupero rápidamente y trato de pelear sacudiéndose violentamente, pero claro sin ningún resultado. –Tranquila no voy hacerte daño... –trato de tranquilizarla poniendo un poco de su propio peso hacia ella. –Solo debemos hablar de un tema que nos concierne a los dos... –siguió hablando en un susurro cerca de su oído, luego le dio la vuelta para que ella lo mirara a los ojos. –Y claro esta vez sí hablaremos... No como anoche. –lo ultimo sonó un poco sarcástico pero sin perder lo que tenia de verdad.

Por primera vez desde que se volvieran a ver después de meses, Dawn no trato de huir del lugar y simplemente se quedo ahí estática perdida en esa mirada que la invitaba a hacer lo pedido y otras cosas más.

Paul sin esperar un segundo más o una respuesta por parte de Dawn, él la sujeto firmemente del brazo y los dos se dirigieron a un ascensor cercano. El silencio reino un par de minutos mientas los se dirigían al último piso, obvio el destino era la habitación del chico peli-morado. Pero a tan solo un piso de su destino final, las puertas del ascensor se abrieron dejando ver a una chica alta de tez clara y cabellera roja, la misma chica que era muy bien conocida por las dos personas que iban en el elevador.

– ¡¿Paul?! –dijo Úrsula totalmente sorprendida la ver a "su novio" con otra chica, la misma que el sujetaba posesivamente por la cintura.

El chico no dijo nada, solo siguió sujetando a la chica de larga cabellera y sin ningún tipo de expresión en la cara.

Dawn era la única que había puesto cara de horror al sentirse atrapada en una situación donde ella era la tercera en discordia, la que sobraba entre ellos dos pero no tuvo valor de decir nada.

Paul con su misma expresión, seria. –Luego hablamos... –fue lo único que dijo antes que las puertas del ascensor se volvieran a cerrar.

CONTINUARA...


Nota De Autora:

Bueno hoy seré breve y pues aquí esta lo que venimos pidiendo o esperanto hace años (que es el tiempo que siento desde que tengo la idea mas no me había llegado la inspiración -_-')

Pues aquí les dejo otro capítulo más y pues hoy no daré escusas puesto creo que son las mismas del capítulo anterior.

Doy muchas gracias a las personas que aun me siguen y las que son nuevas aquí les doy una grata y amigable Bienvenida ^-^

También les pido que pasen y lean mi otra historia Te Amo... Adiós estoy pensando muy seriamente en seguirla o simplemente olvidarme de la historia y borrarla definitivamente, Necesito mas motivación sin no es mucho pedir!

Porque creo y odio decir esto pero creo que ¿Lo Recuerdas? está entrando en su etapa final y creo que muchos saben a qué me refiero con eso….

Bueno ahora si me despido y como siempre nos vemos en el próximo capi y no olviden dejar sus adorados Reviews …. Please!

Att: aseret-1987

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