Hola~ Lamento mucho haber tardado tanto, pero es que estoy inundada de exámenes D: Tuve que escribir este capítulo el Viernes por la noche, ya que es uno de los únicos momentos que tengo libre.
Mi viaje por Italia fue genial~ aunque fuese adonde fuese siempre me intentaban vender cosas(?)
Muchas gracias por todos los reviews y a las personas que leen este fic ^^ ¡Sois mi sueldo!(?)
Disclaimer: Todo le pertenece al Dios/Señor/amante!Yaoi ¡Himaruya! Excepto la idea, eso si que es mio. XD
Advertencias: ¿Francia? xD
Capítulo 2: Su primera cita.
Se sentía como un idiota estando allí, plantado delante de la casa de Francia. En su mente se estaba debatiendo si pulsar el timbre o no, su dedo estaba muy cerca de tocarlo pero cuando casi lo rozaba apartaba la mano de inmediato.
-Esto es ridículo... –se dijo a sí mismo.
No iba a admitirlo en voz alta pero la verdad es que necesitaba "cierta" ayuda, y no había mejor persona para eso que Francia. Debía hacerlo si quería conseguir su propósito, si no, todo seguiría mal... América no lo querría y junto con Tony acabaría protagonizando la segunda guerra de las galaxias.
Y el mayor problema de todo ese embrollo era que tampoco podía contarle abiertamente a Francis su problema ¡Ni loco! Seguro que se burlaría de él los próximos diez siglos.
-Esto me pasa por culpa de el libro, debería estar mejor explicado... –dijo echándole la culpa al pobre libro, que era inocente de que Inglaterra no supiese seguir bien sus instrucciones –Como sea, creo que paso de...
Ngh...
-...-
Uff...
¿...qué eran esos ruidos tan raros? En una milésima de segundo Inglaterra estaba con la oreja pegada a la puerta. Y no es que fuese curioso, claro que no.
-¿Qué ha sido eso? –se preguntó intentando escuchar mejor. Se apoyó un poco la puerta y vio como esta se abría. Estaba abierta. –Será posible... Y yo que me he pasado dos horas preguntándome si debía pulsar el timbre.
Entro sigilosamente a la casa. A medida que se iba adentrando los ruidos se iban haciendo más fuertes. Tragó saliva, ¿Y si Francia estaba haciendo de las suyas y él lo interrumpía? Y si veía lo que estaba haciendo... ¿quién le pagaría el psiquiatra? Cada vez estaba más cerca, y más y más. Podía reconocer las voces; una era la de Francia, pero la otra...
-¿América? –susurró preocupado, como ese francés se atreviese a...
Aaah...
Espera, esa voz se parecía a la de América, pero no era la suya. ¿Entonces quién...? Oh, God. ¡Canada!
Empezó a correr rápidamente por el pasillo para llegar a la habitación donde se producían los ruidos, la sala de estar. ¡Iba a detenerlos! Canadá era demasiado joven y puro, ¡no se merecía aquella tortura!
-¡Detente, frog! –gritó a todo pulmón abriendo la puerta de una patada. -¿Cómo te atreves a...? ¿Eh?
Observó la escena que se encontraba frente a sus ojos: Francia y Canadá cargaban entre los dos un gran armario. Esos ruidos que había oído eran el esfuerzo que hacían ese par por llevar ese objeto tan pesado.
Y ahora, ese par lo estaban mirando con los ojos abiertos como platos, muy sorprendidos.
-Eh...- Arthur no sabía que decir, se le había puesto la mente en blanco.
-Hola Inglaterra –le dijo Canadá, saliendo un poco del asombro –esto... ¿Por qué dices que debemos detenernos? Sé que el armario es bonito pero ya estaba algo viejo y bueno, Francis quiere remodelar su habitación.
-Claro que sí ¡Nueva temporada, nuevos muebles! –dijo Francia, haciendo un gesto con las manos, soltando sin querer el armario, que cayó sobre el pie de Canadá.
-¡Auch!
-Uy, lo siento mon chéri –dijo acercándose a Mathew, que se cogía el pie adolorido –¿te has hecho daño? No te preocupes, hermano mayor va a cuidarte –dijo con voz melosa y pervertida, ignorando el hecho de que Arthur estaba allí. -¿Te duele aquí? ¿O puede que un poco más arriba...? –su mano iba subiendo peligrosamente.
-¡Francis! –gritó Canadá ruborizado, aunque más que un grito parecía un susurro.
-Hey, que sigo aquí... –Arthur ya se sentía olvidado.
Francis paró su muestra de amour para mirar con ojos aburridos a Arthur, como diciéndole que no estaba bien interrumpirle cuando estaba "trabajando"
-En serio, ¿qué estas haciendo tú aquí? –le preguntó finalmente a Inglaterra, rindiéndose de seguir lo suyo con Canadá mientras el inglés se encontrase allí.
-¡Ah! Pues la verdad es que... –Arthur se había quedado mudo. Ahora que estaba Canadá allí también no podía decirle nada a Francis, no con el hermano de América en la misma habitación.
-Quería hablar contigo, a solas –dijo no muy seguro, pero serio al fin y al cabo. Francia se le quedó mirando un rato intentado averiguar que estaba pasando por la cabeza del inglés en esos momentos y finalmente accedió. Le dijo que le esperara arriba, en su habitación, mientras él terminaba con su tarea de mover el armario. Arthur accedió y abandonó la sala para subir las escaleras. No dejaba de repetirse en su mente "pobre Canadá".
Cuando hubo llegado a la habitación empezó a maquinar una mentira para decirle a Francis, rápidamente. No le enseñaría el libro, tampoco podía decirle que era él el que estaba enamorado, y menos hablarle de forma hipotética. Ya se lo imaginaba: -hey, Francia. En el hipotético caso de que a mi me gustase América, me hubiese comprado un libro para conseguir enamorarlo pero no supiese seguir muy bien las instrucciones y necesitase tu ayuda ¿qué me aconsejarías? ¡Ah! y recuerda, es hipotético.
Pues va a ser que no.
Mientras estaba pensando en algo más creíble, un ser rubio, francés, con olor a colonia barata y barba de tres días se le acercó por detrás. Sin darle tiempo a reaccionar ya se encontraba bajo el abrazó mortal de Francia.
-Sabía que algún día vendrías a mi, por muy tacaño que seas tu también tienes necesidades...
-¡¿Pero que dices?! ¡Cállate, idiota del vino! –dijo zafándose, con agilidad. Ya tenía mucha experiencia en el campo de huir de Francia. –No he venido por eso, quiero hablarte sobre un problema –dijo alejándose de él hasta llegar a dos metros de lejos. Un radio de distancia seguro.
-Mm... ¿problemas? ¿Qué tipo de problemas? –dijo el francés sentándose en su cama, sonriente. Él era el país del amor y por lo tanto, también el de los consejos, cotilleos y rompecorazones.
-Pues veras -empezó el inglés –tengo un amigo...no, una amiga, no, ¡Un hada! (No había problema si mencionaba sus criaturas mágicas, Francis ya las había visto más de una vez) Exacto, un hada que se ha enamorado de un duende. Pero ya sabes como son esos chicos, lo único en lo que piensan es en divertirse y hacer travesuras. El hada me ha pedido ayuda y he intentado ayudarla, hasta compré un libro de amor para hadas, pero no consigo que funcione bien. ¿Puedes decirme algo útil?
-¡Claro que puedo, mon ami! –rió Francis, inusualmente divertido. Había escuchado con los ojos abiertos todo el relato, pero al final había terminado con una sonrisa traviesa en la cara. Inglaterra no lo había notado porqué estaba demasiado nervioso. –Y dime, ¿Cuál es la parte del libro para hadas que no has entendido?
-Oh, pues... es que pone algunos consejos, ideas y trucos pero al final cuando el hada lo intenta no le sirven. No me malinterpretes, los consejos son buenos, pero siempre pasa algo que lo fastidia –dijo lo último con rencor, recordando a Tony y su tarde desastrosa con América.
-Ya veo –dijo Francis pensativo, colocándose la mano en la barbilla– ¿Puede que el hada no quiera suficiente al duende? –dijo ensanchando su sonrisa, que esta vez tenía un matiz malicioso.
-...No es eso–dijo Arthur dolido, él quería mucho a Alfred.
-¡Entonces el problema esta en que no demuestra que lo quiere lo suficiente! Piénsalo, esta bien que este enamorada, y estoy seguro de que los consejos del libro son geniales, magníficos, perfectos, sublimes... Pero si no se esfuerza no va a conseguir nada. ¡Debe ser más radical!
-¿Más...? –preguntó el inglés desconcertado ¿sería buena idea? Pero si lo decía Francis entonces sí ¿no? –y entonces que debo... digo, ¿qué debe hacer?
-Tranquilo, que para eso estoy aquí –dijo Francis sacando una hoja y un bolígrafo, muy animado y aún con esa extraña sonrisa –te anotaré lo que le has de añadir a ese libro, así es 100% seguro de que el hada va a pasar un buen rato con el duende.
-Esta bien... –descanso sus hombros, había estado tenso todo el rato pero parecía que lo había conseguido.
-Ah, y una pregunta más –dijo el francés -¿Cómo se llama el libro de tu hada?
-Eh... Cómo conseguir que el duende se enamore, para hadas –contestó no muy seguro.
...Y Francis ensanchó su perversa sonrisa.
El sol se puso, ya eran las ocho de la noche en Francia. Inglaterra le dio las gracias –a regañadientes- a Francia, y se despidió de él y de Canadá. Cuando el inglés se hubo ido Matthew no aguanto más la curiosidad y le preguntó a Francis cual era el motivo por el que había venido el inglés.
-Quería que le aconsejara sobre como enamorar a América, decía que utilizaba un libro pero que no sabía ponerlo a la practica. ¿Sabes que ese libro lo escribí yo?
Francia lo había sabido todo desde el principio. No había caído en la penosa mentira de Arthur.
-¡Vaya! ¿De verdad? Eso esta muy bien, por fin decide hacer algo –exclamó Canadá, alegre. Por muy callado y tímido que fuese, había notado desde hacía tiempo los sentimientos del inglés hacia el americano. –¿Y como fue? ¿Pudiste aconsejarlo?
Francia rió.
-Digamos que... lo hice algo más interesante.
Por fin podría cumplir su pequeña venganza contra Inglaterra. Pero mientras tanto...
-Matthew~
Y Canadá hecho a correr.
Arthur no se molestó en regresar a Gran Bretaña, sino que cogió un vuelo directo a Estados Unidos. Sentía como algo en su interior crecía. ¿La esperanza? ¿Optimismo? Probablemente. La verdad era que no se había imaginado que eso de ir a hablar con Francia hubiese dado tan buenos resultados ¡Y encima había caído en su mentira!
Se abrochó el cinturón y minutos después el avión despegó. Llegaría mañana por la mañana y no tenía sueño, así que decidió sacar el libro. Añadiría lo que le había dicho Francia y así lo tendría completo.
Después de estar un rato anotando nuevos consejos, ideas y demás lo tuvo terminado. Así que para no perder tiempo, empezó a leer lo que debería hacer mañana:
Capítulo 2: Su primera cita
Muy bien, ya ha llegado al capítulo 2 ¡Enhorabuena! Si creé que ha mejorado su relación con el americano siga leyendo. Si no, vuelva al capítulo uno. Si ya lo ha hecho con él, vaya al capítulo 10.
Como usted puede comprobar, sus lazos se están uniendo. Lo primordial era empezar lentamente, ahora, el siguiente paso es sentirse cómodo y a gusto con él, y la mejor manera de conseguirlo es: Tener una cita.
No debe ser formal, ni siquiera es necesario que él lo sepa. Sólo debe invitarlo a ir a algún lugar, los dos a solas. ¿Recuerda sus gustos? (si no, vuelva al capítulo 1) Entonces llévelo a un sitio que a él le guste y que crea que los dos se van a encontrar relajados.
Aquí hay un ejemplo de planificación muy común y con grandes probabilidades de éxito:
Primero, vaya a dar paseo por el parque. Segundo, encuentre algo entretenido por hacer (un evento, un parque de atracciones) luego vaya a comer con él al McDonald's...
Tenía buena pinta esa idea pero paró de leer, Francia le había dado otro ejemplo para la cita y le había dicho que si lo hacía de esa forma sería una victoria infalible en el amor. Leyó las anotaciones de Francis:
Mon amour, Si quieres que el duende se enamore del hada lo primero es empezar por el aspecto. El aspecto es lo más importante, nadie quiere salir con alguien que va con ropa de los años cincuenta. El hada debe ponerse ropa moderna, que llame la atención (un top, una mini falda...).
Después de haber cambiado eso tu hada debe tener la primera cita. La cita es la parte más importante de todas. Así que aquí te pongo todos los pasos para que el hada pase el día más " inolvidable" de su vida:
-Debe llevar al duende a almorzar juntos. El mejor lugar para eso es dar una vuelta por el West Village. Allí esta lleno de bares con buen ambiente.
-Luego el hada debe llevarlo a Paradise Club. Un sitio tranquilo donde los dos se sentirán muy cómodos.
-El mejor lugar para comer es el Burger King.
-Después puede ir a un parque de atracciones.
-Y finalmente, que los dos vayan al cine a ver una película de miedo. Eso hará que él se le pegue como una lapa y el amor fluya.
¡Y recuerda, Arthur! Debes decirle a campanilla que la primera cita SIEMPRE se hace con compañía. No pueden ir solos, deben invitar a otros amigos. Si no, sería un completo desastre.
-...-¿Francis había bebido de más? –Genial, ahora todo debo traducirlo del hada a yo. No puedo llevar un top y menos una minifalda. Además, ¿Cómo sabe que el hada lleva ropa de los cincuenta...? Bueno, no importa. Fui un punk famoso hace algunos años, aún tengo ese estilo tan genial. Cuando llegué a Estados Unidos me compraré la ropa. –luego posó su vista en el plan para la cita, no dejaba de darle cierta mala espina -¿West Village? ¿Paradise club? Nunca he oído hablar de eso, pero suena bien. El burger king es perfecto para América... ¿o sería el McDonald's? Pero si lo ha puesto Francia estará bien así. Y sobre el cine... –Inglaterra se empezó a imaginar a América, abrazándole mientras gritaba muerto de miedo, en el cine, a oscuras...
¡Francia era un genio!
...Bueno, no tanto.
Inglaterra puso mala cara al leer el final, ¿qué era eso de amigos? Amigos, amigos, amigos... ¿Se refería a que podía llevar a sus amigos mágicos? Pero Alfred no creía en ellos. Entonces ¿qué amigos...?
¡Oh, no!
¡Se debía referir a los demás países! Pero si llevarlos era un gran error, esa gente incivilizada les haría la cita –y la vida- imposible. ¿Por qué era tan esencial llevarlos? Pero el peor problema era que decía que sin amigos la cita sería un completo desastre. Entonces ¿Qué podía hacer? No podía negarse.
-Todo por enamorarlo... –se recordó, sacando su móvil y buscando a alguna nación decente. La verdad es que no tenía una vida precisamente social -por no decir nula-. Le costaba relacionarse con los demás, y encima, había luchado con más de la mitad. –Creo que llamaré a Italia, él nunca se entera de nada –lo llamó.
-Ciao ¿Quién es? ¿Hay alguien ahí? Hola, hola~
Oh, dios. ¿Seguro que era buena idea?
-Hola Italia, soy Inglaterra. –Arthur pensó que Alemania tenía la paciencia de un santo.
-¿Inglaterra? Eeek, ¡Lo siento, lo siento! ¡No volveré a meter sal en tu té!
-No te asustes, sólo te llamaba para... ¿Eh? ¡¿Fuiste tu el que hizo eso?!
-...Ve~
-Serás... –calma, calma. Era en momentos como ese donde debía mostrar los frutos de practicar yoga – Bueno, olvidémoslo. Quería invitarte a dar una vuelta, un paseo. También vendrá América. ¿Quieres venir?
-Eh ¿De verdad eres Inglaterra? –contestó al otro lado de la linea Italia, con voz asustada. No debía esperarse que Inglaterra dijese algo así. Nadie lo haría.
-Pues claro que sí, tonto. Y si quieres puedes invitar a algunos amigos -Arthur le explicó donde se verían, a que hora y que si, si quería podía llevar pasta. Luego colgó y se recostó sobre su asiento.
Pensó en como sería mañana, en la charla que tuvo con Francis, en ese maldito armario viejo y en su libro, ahora más completo. Y se durmió.
Pero lo que Inglaterra ignoraba es que había llamado a un país con muchos amigos. Y que ahora mismo, Italia estaba llamando a medio mundo para darles la noticia de que pasarían todos una tarde genial.
Continuará...
Dije que probablemente la historia tendría unos 8 capítulos... pero creo que la cosa se va a alargar –y complicar- xD
West Village: Sitió de Nueva York donde se concentran todos los gays.
Paradise club: Bar donde hacen striptease ._.
Ya os podéis imaginar como irá la cosa ¿no? XD Francis es malévolo~ y en el próximo capítulo aparecerán otras naciones.
La ganadora de la pregunta es Sayuri-Sun! Exacto, esa peli que faltaba era la guerra de los mundos (me traumé mucho con ella xD)
Esto... no tengo suficiente tiempo para responder a tantos reviews o_o Pero quiero que sepáis que agradezco vuestros comentarios (y mucho!)
Pregunta semanal: Un problema: ¿Qué da la suma de la primera letra del nombre real de Francia, la octava de Arthur, la última de "Don Invisible", la quinta de Kiku, la primera de Cuba, la primera del nombre humano de Rusia y la primera de Alfred?
Una cosa... ¿Os parece bien que los capítulos sean así de largos? ¿Queréis más o menos? Y también otra cosa... ¿Qué son los "hits" que aparece en el trafico de historias ._.?
Si no queréis que Canadá sea "atrapado" por Francia mandadme un review. Y si queréis también xD