Imperfection
Capítulo XIV
Epílogo

Una hermosa mujer daba saltitos escondida en una carpa. A su alrededor se respiraba un ambiente festivo y ameno, propio de una boda. Sus ojos color esmeralda vagaron por la multitud que se arremolinaba alrededor del lugar donde ella se convertiría en la esposa, buscaba a dos personas en especial y su ceño se arrugaba pensando en que no parecían estar ahí. ¿Dónde demonios estarían Johan y Juudai? ¡Y en el día de su boda! ¡Par de maleducados!

Se dio la vuelta soltando un bufido y se sentó en el tocador improvisado que su madre le había puesto en el jardín -la carpa de la novia- lo llamaba ella, aunque en realidad de carpa y de novia no tenía nada. Se contempló en el espejo por varios minutos, analizando su aspecto, sus rizos rubios-castaños le caían desordenadamente del extraño peinado que le habían hecho y su cara estaba triste, con el maquillaje todo hacia abajo en las comisuras de sus labios.

La boda empezaría en menos de una hora y sin embargo, aún después de haberles avisado, ellos no estaban allí. Seguramente que estaban perdidos en Timbuctú, disfrutando de su romance, sin importales su pequeña hermanita, ella que los había ayudado tanto.

Las lágrimas empezaron a correr por su rostro, habían pasado ya doce años desde que su hermano y su novio se habían marchado para explorar el mundo. Y si bien los veía en cada Navidad, siempre los extrañaba. Echaba de menos los sonrojos de Juudai y la risa de su hermano al sentirse completo. A Victoria riñiéndolos por un poco de decencia y a su padre preguntándoles por los países en los cuales habían estado. Todo eso parecía estar a punto de desaparecer, empezando por el hecho de que no estaban allí y de que ya no podrían volver a estar juntos como una familia al ella tener una propia.

—Alice, eres una llorona —sentenció una voz familiar, aunque mucho más madura. La muchacha se dio la vuelta ilusionada y una sonrisa se extendió por su rostro, como el sol en una mañana nublada y triste—. ¿Creíste que tu hermano se olvidaría de ti?

—¡Tonto! —le gritó ella, abalanzándose a sus brazos, mientras Juudai también entraba a la carpa—. Eres un tonto, ¡haces llorar a tu hermana el día de su boda!

—Lo sentimos, Alice. En Timbuctú nuestro sentido del tiempo se fue al carajo —explicó el castaño riendo. Ella correspondió el gesto y también lo abrazó, antes de hacerse un poco para atrás para apreciarlos. Seguían siendo ellos, lo sabía, aunque había diferencias en sus rostros, ahora de treinta años. Juudai parecía estar peleándose con una rala barba que le crecía en forma desigual y su hermano tenía unas ojeras propias de alguien que tiene mucho que hacer en la noche, además, ambos estaban más altos y fornidos—. Igual, Johan habría venido, volando en Sapphire Pegasus si era necesario. Aún no se traga eso de que vas a casarte.

Ella compuso un mohín divertido.

—Hermano celoso —sentenció, acomodándose un poco el vestido y dándose vuelta para arreglar el maquillaje que apenas había arruinado.

—Te ves bien, Alice —afirmó Juudai y Johan asintió, aunque tenía los ojos entornados, sin duda, buscando al novio—. Lo que importa es que estés feliz este día, porque te lo mereces. Aún no olvido todo lo que hiciste por nosotros.

—Ya dije que no es nada —le quitó importancia con un gesto de la mano—. Aunque no sé si ahora pueda ser de mucha ayuda —al ver que Juudai no entendía, agregó—: Mamá, sin querer, les enseñó a mis amigas unas cuantas fotos de Johan y a ellas les interesa... ten cuidado Juudai, yo no respondo, están locas.

—Ja ja ja, tendré cuidado, gracias.

En ese momento Victoria irrumpió en el lugar y apremiando a Alice, la obligó a salir, sin importarle siquiera que a ésta le temblaran las piernas. Mientras Alice se peleaba con el vestido y empezaba a ponerse nerviosa por su maquillaje corrido, Victoria abrazó a ambos hombres, sonriéndoles de manera maternal.

—Los extrañé, muchachos —sentenció, mirando de reojo a la carpa, donde todo parecía estar a punto de comenzar—. Ahora, portense bien un rato mientras todo esto termina, ¡quiero que me cuenten todo lo que han hecho!

Luego, con un movimiento de cabeza, les pidió que la siguieran hasta afuera, donde los demás esperaban por la novia.

—No te pongas nerviosa, hermanita, sabes que te quiero y te deseo lo mejor —Johan abrazó brevemente a la pequeña Andersen, mientras empezaban a oír la marcha nupcial.

—No me dejes —rogó ésta, mientras su mano se cerraba como una tenaza alrededor de su brazo—. Papá y tú pueden llevarme hasta el altar. Y Juudai puede ser la niña que tira flores —la risa le pintó las mejillas de rojo.

—Ni así pierdes tu sentido del humor —musitó Yuuki, mientras asentía al plan, aunque no pensaba ser 'la niña' de las flores en ningún sentido.

—Gracias —respondió Alice, empezando a caminar, arrastrando su largo vestido color beige por el pasto y la alfombra rojiza que estaban en el jardín. Todos prorrumpieron en sonoros aplausos y hubo algunas exclamaciones que hicieron que Juudai frunciera el ceño, porque esas sin duda eran las amigas interesadas en Johan.

La ceremonia comenzó una vez todos estuvieron en sus respectivos lugares, Juudai y Johan uno a cada lado del altar, observando a la llorosa novia y al novio, un tipo alto y de cabello negro. Se dijeron los votos, se habló de la unión eterna del matrimonio, de lo simbólico de compartir una vida juntos mediante el regalo de unos anillos y luego, se preguntó si se estaría allí en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, para terminar con un los declaro marido y mujer. Durante todo el tiempo en que duró la cháchara sentimental, los ojos de Johan no se despegaron de los de Juudai, porque ambos sabían perfectamente lo que el otro estaba pensando: que aunque ellos no podían, ni querían casarse, estaban tan estrechamente unidos como el matrimonio lo marcaba. Habían estado ahí en las buenas -los tiempos felices en la Academia, sus primeros meses de vida en Noruega, aquellos interminables viajes, perdiéndose en desiertos y ciudades-, como en las malas -la separación del tercer año, la posesión de Yubel, la enfermedad de Juudai-. Aún si ellos no tenían anillos que dijeran que se pertenecían eternamente y se amarían -por siempre-, sabían que era así y una sonrisa se extendía por su rostro ante esa irremplazable verdad.

—Quizá es porque me puse sentimental —declaró Juudai—, pero déjame decirte que te amo.

Las chicas que habían estado cerca de ellos, mientras todos felicitaban a la feliz pareja, exclamaron un 'aaaahh', en señal de enternecimiento. Johan nisiquiera les hizo caso.

—Puede que a mí también... te amo, Juudai. ¿Y sabes qué más amo? Ese pastel que estoy viendo allá...

El castaño le tomó la mano con una sonrisa en los labios, aunque tenía una mueca de preocupación en el rostro.

—Johan, nuestro vuelo... —no podían quedarse demasiado. Aún había tantas cosas por hacer... y Alice estaría tan ocupada que no lo notaría, tenía ahora una propia vida a la cual dedicarse.

—Lo sé —respondió el europeo—, me muero de ganas de ver esas D-wheels de las que todos hablan, ¡se oyen geniales! Pero, el pastel, ya sabes...

Una fina capa de lluvia comenzó a caer sobre la carpa en la cual todos los invitados bailaban y bebían unas horas después de la boda. Alice no se quejó por ello, así era el país y así había aprendido a amarlo, aunque sabía de alguien a quien no le gustaba demasiado. Buscó a Johan con la mirada por entre las parejas que bailaban en la pista y por entre los avorazados que repetían otro plato de la excelente comida de su madre, pero no lo halló y a Juudai tampoco.

Una sonrisa se extendió por su rostro, cuando su esposo le preguntó por su hermano. Ella se limitó a mirar hacia el cielo, convencida como siempre lo había estado:

—¡Seguramente que va en camino a Japón para probar una de esas tonterías de duelos! Ya volverá...

Él no supo si fue la emoción o si simplemente había sucumbido a todas las veces en que se había guardado sus sentimientos, el caso es que Alice se echó a llorar.

—Esto no es un adiós, Johan, Juudai, ¡ya verán cuando tenga a mis hijos! ¡Vendrán a cambiar pañales! ¡Eso lo juro! ¡Ya no los dejaré ir más!

Luego de esto, se levantó muy animada y comenzó a bailar con su esposo. Olvidando que a su hermoso pastel le faltaba una parte.

F I N


Notas de la Autora: OMG. Se acabó. Por fin se acabó. Estoy conteniendo las ganas de llorar, porque me estoy despidiendo de una historia a la cual le invertí todo mi tiempo, mi imaginación, mis recursos, me desvelaba pensando en los diálogos, en las escenas, en todo... Los personajes son como mis hermanos y/o hijos, si es que yo los cree. Nunca volveré a escribir de Alice, de eso estoy segura, pero también por eso le di un final feliz. Quise situar el epílogo años después para que se vieran los 'cambios' y 'no cambios' en las relaciones de todos. Alice tiene ya 21 años, Johan y Juudai 30. Sé que es demasiado, pero aún así, no me arrepiento. Sobre algunos detalles: para quien no vea YGO 5D, no va a entender lo de las D-Wheels, pero bueno, lo explico de todos modos, las d-wheels son las motocicletas con las cuales se tienen duelos en esa nueva serie, la he estado siguiendo desde que salió y es genial, ahora acaba de salir el capítulo 114 y de verdad lo recomiendo xP.

Ahora, pasando a otras cosas, debo decirles GRACIAS. MUCHÍSIMAS GRACIAS, por haber seguido esta historia desde que comenzó hasta ahora. Por sus reviews, que siempre conseguían sacarme una sonrisa, que me invitaban a seguir escribiendo hasta acabar. De verdad, si no hubiera sido por ustedes (Neko Andersen, Chibichromex, Pandora x Yuusei, Rikku Hatsune), nunca habría terminado con éste proyecto. Espero de todo corazón que haya sido de su agrado, que el final les sea algo que nunca olviden, etcétera.

Esto no es el adiós, porque la siguiente semana, el lunes, claro ;) estaré subiendo mi nuevo longfic. He aquí el título y summary, por si a alguien le interesa.

"I belong to you.
Summary: Johan se prostituye para sobrevivir en la ciudad de París, mientras que Juudai, un japonés, escapa a esa ciudad de una mala relación. Cuando estos dos se encuentren, ¿cómo se ayudarán a sanar mutuamente? Universo Alterno."

Espero verlas en mi nuevo proyecto el próximo lunes, si no es así, muchas gracias y hasta luego :3.

Por mientras, ya están arriba los nuevos capítulos de Balance de Poder, Our songs y dos nuevos proyectos: Melodías del corazón, una traducción que estoy haciendo y 'Más que palabras', 100 retos que me propuse, por si gustan pasarse a comentar :3.

Nos vemos el próximo lunes xP.

Ja ne!