Prisionero.
"Shuichi"
Estaba escuchando un pequeño susurro a lo lejos, mientras mis ojos comenzaban a abrirse lentamente entre la semi-consciencia de esos segundos atrás. Esa voz, que hipnotizaba mi mente y jugaba con mis acciones hacia mi piel de gallina. Reacciones que nadie podía lograr además de él.
El placer era ocasional, tocaba mi cuerpo explorándolo por completo lo que me hacia inmensamente feliz, era la primera vez que entregaba todo a alguien y quien mejor que él para ello, eso pensé.
Estaba sumergido entre sus brazos, bajo su cuerpo se encontraba el mío expectante ante cada uno de sus movimientos. Nervioso ante cada reacción producida, y temeroso del placer. Entregado a la lujuria que se disfrazaba tras la ternura en mis ojos… era tan fácil leer mis pensamientos a través de ellos, eso le satisfacía aún más.
Tomando una de mis manos, la beso con toda la parsimonia del mundo mientras yo sentía mi piel hervir con cada extremo roce suyo, lamio sus dedos sensualmente mientras yo no me perdía ningún detalle del fabuloso espectáculo. Invadió inmediatamente mi entrada con dos intrusos, a lo que el dolor tensaba mis músculos rápidamente.
"Eres muy estrecho Shuichi"
Le vi sonreír de una manera indescriptible para mí.
Mi sonrojo iba considerablemente en aumento, posando una sonrojadas mejillas que acompañaban a mis violáceos ojos. Aprovechó mi distracción colocando otro de sus dedos y moviéndolos en círculos demostró su experiencia, rápidamente me tenia jadeando y rogando por que el contacto sea aún mayor.
"Shuichi. ¿Qué es lo que quieres?"
Sonriendo me hablo al oído rozando con su miembro el mío adrede para provocar mayores sensaciones, tan solo jadié, una y otra vez. Busque el aire que robaba de mí alrededor a cada instante, rogando por más, suplicando a que quitaras mi virginidad, confesando que era todo tuyo. Eso sólo hizo que con fiereza entrara de una vez por todas volviendo mi vista nublada, tapando todo a mí alrededor.
Encargándose de otorgarme las sensaciones necesarias.
"Shuichi"
Escuche decir en un tono ronco mientras el placer era extasíante. Me corrí muchas más veces que él aquella noche.
Aumentamos la velocidad, yo con los ojos entrecerrados y la vista nublada, él con sus cabellos pegados a la cara y el sudor deslizándose por el cuerpo. Mi corazón latió como nunca y me aferre a su cuerpo para obtener más contacto, con mis piernas sobre sus hombros. Termino corriéndose en mi interior y luego se dejo caer a un lado, sonreí amplio con el cuerpo en las nubes.
"Te amo Yuki… "
Silencio fue todo lo que escuche después de eso y me exalte, el mismo silencio que estaba sintiendo en ese momento. Mire hacia el otro lado como buscando algo, eran pasada las cinco de la madrugada.
Cautivo
No solo has tomado estos ojos
Incluso, ya he tenido bastante con el peligro de la pureza
Convirtiéndose solo en tiempo e insanidad.
Laberinto que es inadvertido confusamente
La voz que te llama esta desbordante de amor
Y hace eco tristemente
Soy prisionero en el paraíso
Tú has perforado mi oscuridad
Soy prisionero en el paraíso
En la eternidad hay una luz que no sale
Acerca de la crueldad, hay un maravilloso amor el cual fue encerrado
Cada vez que te abrazo no puedo salir intacto
Esas yemas de los dedos me tocan, y se siente como el hielo, ah, tan frío…
Transmitiendo las cálidas gotas de mis mejillas, tomo la libertad
Cielo e infierno, después de tanto tiempo, ¿cuál será mi lugar?
Es como si ya no lo buscara
Soy prisionero en el paraíso
Mi mentira se hace una verdad para ti…
Soy prisionero en el paraíso
Por la eternidad un sueño del que no despiertas
Es una cadena sin significado, es un deseo prohibido
¿Hasta dónde está bien llegar?
—Yuki —Repetí inconscientemente mientras buscaba algo con que distraerme.
Otra vez mi mente jugaba conmigo, recordándome una y otra vez lo inocente que había sido antes, escarbando de nuevo sobre mis recuerdos sellados.
Tras la mirada opaca sólo quedan eso… recuerdos, malditos recuerdos que me hacen sentir tan estúpido.
En este instante, me encuentro recordando mi primera vez hundido en el pasado. Todo por culpa de haberle encontrado ayer, tan apático, con esa misma mirada fría y carente de algún sentimiento. ¿Alguna vez fuiste capaz de amar? Aunque tengo esa respuesta. Sí, lo fuiste, una vez hace mucho tiempo. Sin embargo lamento decirme a mí mismo que no fui yo el afortunado. ¿En qué estoy pensando? ¿Afortunado? Por favor memoria deja de torturarme. ¿Desde cuando has estado allí? ¿Quién te crees? Deja que mi corazón vuele de aquí porque ya está podrido, ya no siente ¿Lo olvidaste?
"Es increíble, que con solo verte me hundes en un precipicio y no puedo hacer absolutamente nada, sólo seguir cayendo"
Había salido a pasear como muchas veces desde que me reencontré con Hiro, las pequeñas sonrisas se me escapaban de vez en cuando. Olvide a mi soledad, olvidando al de antes y al de después, olvidando a todos mis Yo. Sólo siendo alguien que disfruta de pequeños momentos junto a alguien especial. Hasta que te encontré de frente a mí.
Realmente no me lo esperaba, un momento que he estado evadiendo durante un largo periodo se estaba dando ante mí por una simple coincidencia. Su cara no cambio y mis opacos ojos tampoco lo hicieron, no me explico cómo saque fuerzas para ser capaz de quedar impávido, sin mostrar una sola expresión.
"Sonriendo escape de ti, demostrándote que ya no era el mismo y mostrándote al nuevo Shuichi" Impresionado mordí mis labios, aunque no tenia que mostrar ninguna debilidad.
Quería tenerle lo más lejos de mí y esta no era una opción a seguir. Aborrecía tenerle frente a mí pero ni siquiera esa satisfacción sería capaz de darle, no le daría nada. Que se quede con su orgullo y me deje en paz. Volví a pensar en gritarlo pero fui fuerte, estoy orgulloso de ello. Mire a mi amigo dando la vuelta y con mi voz tan fría como el hielo, dije: —Lo siento Hiro, te llamo otro día.
Dejándolos atrás volví a mis pensamientos y deje escapar las lágrimas.
La soledad me acompaño mientras silenciosamente mi sufrimiento era escuchado, no di la vuelta en ningún momento, no quise verlos. Así que una vez que me perdí entre la multitud, desesperadamente corrí hasta mi departamento encerrando mis memorias en el baúl de amarguras.
"La debilidad acecha sin que nadie sea capaz de descubrirle, aunque engañase todo de mí nunca me tendrás de vuelta porque ya no soy el mismo. Mi voluntad se perdió con el tiempo, en el espacio y solo queda esto, espero con ansias que te hayas dado cuenta que ya no causas nada en mi interior, tan solo resentimiento hacia mí mismo, por ser débil a tu lado"
Volviendo a contornear escena tras escena, todos cambiamos hasta él.
Realmente no sé por qué todavía sigue robando mi existencia, es tan cruel, quizás yo soy el único inhumano aquí. Es mejor dejarlo allí, no quiero pensar más.
Con esos pensamientos entre a la regadera pasando el agua fría hasta que entumeciera mi cuerpo, despertando de los dolorosos recuerdos. Abro los ojos con la misma inexpresiva cara y la sonrisa amarga, al menos he sido capaz de confrontarlo mejor de lo que esperaba.
"El tiempo pasa lentamente mientras ocupo mi mente en lo que he estado haciendo. Escondiéndome de todo y sumergiendo mi alma en el silencio, cautivo, presa de los recuerdos"
Vi mi día pasar lentamente mientras me encerraba en aquel lugar, ya no tenía ganas de salir a ningún lado, me desconecte otra vez del mundo. Apague la computadora que había usado hace muy poco, saque la línea del teléfono, apague el celular, como en algún principio no deseando que nadie molestase esta insoportable soledad.
Con el tiempo he perdido el sentido de las horas, creo que hasta mi mente se desconectó, despertando de un dormir sin sueños tras ese sillón que ha visto mis lagrimas tantas veces. Desorientado me levanto viendo que ya son las seis de la tarde, sin duda las pastillas para dormir ayudan a que duerma profundamente, es algo gracioso de ver, soy bastante sano aun así me medico para poder dormir, que raro es el mundo.
—Abre la puerta, se que estas allí —Dijo una voz sorpresiva.
Pare en seco al escuchar las palabras tras la puerta, no tengo idea hace cuanto tiempo está allí tampoco me interesa, no abriré a nadie en absoluto. Cada vez me vuelvo más caprichoso y egoísta, quizás me estoy pareciendo a lo que más aborrezco pero ya no quiero entender nada, quiero estar en paz.
—Shuichi, abre la puerta.
Maldita sea que insistente ¿Cómo sabe que vivo aquí? ¿Cómo sabe mi nombre?
Vuelvo mis pasos al darme cuenta, acabo de escuchar la voz… Si, la voz de Eiri. No puede ser.
Observo que la perilla se está girando lentamente, no estaba preparado, tenía tantas ganas de huir en ese momento pero estaba paralizado. Finalmente y con gran susto coloque el pestillo justo a tiempo, impidiendo la entrada de él.
Vuelve a intentarlo sin ningún resultado ya que se da cuenta que estoy aquí dentro. Trata de hablar nuevamente mostrando ese tono exigente, sin embargo, ya no soy el mismo. No tengo porque hacerle caso.
—¡Vete, sal de aquí Eiri!
Finalmente hizo que hablara, es un terco. No lo dejare entrar, me ha costado tanto borrar su presencia de mi memoria… no quiero verle otra vez.
"Por favor déjame". Ruego entre pensamientos mientras cierro los ojos tratando de calmarme, preparándome por si llega a pasar algo inesperado. Por unos segundos ningún ruido se escucha, luego siento como se desploma en la puerta golpeándola con fuerza. Apretando mis puños soy incapaz de moverme; y observo la puerta desde unos metros.
—Shuichi…—Susurra.
Silencio, es todo lo que puedo entregar mientras sigo apresado por los miedos.
Los recuerdos y esta tortuosa situación, este corazón destruido por un fantasma… por su fantasma. Ahora cierro mis ojos, imaginándole al otro lado de la puerta, escuchando cada movimiento. Algo se desliza pero no soy capaz de abrir mis ojos hasta el final cuando siento que se alejan, los pasos suenan en el suelo, estruendosos y cansados -al ritmo que solo tú puedes darle… Eiri-.
"No pude hacer nada porque aún controlas mis emociones, siendo el amor una irrazonable arma de matanza, me encuentro aquí incapaz de hablar o de reaccionar contra esta guerra"
Pasan los segundos y no abro los ojos.
Quiero respirar todo el aire que pueda como si estuviera siendo robado de mis pulmones o de mi existencia, enmarcando mi departamento miro la puerta de color oscuro, bajo mi mirada hacia lo que se había deslizado hace unos segundos.
Mas que anonadado me acerco con cuidado, como un gato astuto atrapando algo con desconfianza, abro la pequeña nota y las lagrimas comienzan a rondar mi cara una vez más en aquel día en el que me acompañaba el asombroso silencio.
"Aunque escapes de Mi, te encontraré, una y otra vez,
Porque me perteneces como la primera vez;
Y mientras más te escondas,
Más excavaré."
Yuki
"No entiendo porque te empeñas en seguir este juego, ahora que me rendí. Esperas que vuelva a confiar, estás loco y yo lo estoy más, por guardar este mensaje"
Todo se vuelve completamente tranquilo, envolviendo al cielo y al sol que quema mi cuerpo. Estas desapareciendo ¿Qué es lo que estoy buscando en mí errar?
Para mí, completamente solo… Dentro de esos fríos ojos que están abrazando el odio, aún si te desdeñas a ti mismo el dolor no desaparecerá. Abraza la eterna tristeza. Tu nombre que cantaba para mí se lo ha llevado tranquilamente el viento
Shuichi Shindou
Es tan difícil reencontrar el pasado… pero no olvidaré que ya no soy el mismo, que todo está disuelto y lo más importante que el amor se disperso y no volverá.
Tiempos desorientados