N/A: ¡Por fin! Nuevo Capítulo. Muchas gracias por sus comentarios :)

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Invocando al Cautivo

Tímidamente, la de ojos azules tenía sus manos sobre su pecho. Aún no podía creer como se había ofrecido a aquello. Con determinación, Karin deslizó la puerta del salón de clases y se adentro en el. Observó con cautela a la joven rubia que consumía tranquilamente sus alimentos.

—Oh, Majestad Ramus. Mi Rey... —Karin junto sus manos, cerró sus ojos y se dispuso a rezar desde el fondo de su corazón—. Debes de estar observándome desde Egard. Así que anticipadamente pido tu indulgencia ante lo que haré —lentamente se dirigió hacia el pupitre de la antes mencionada chica, que una vez más daba una mordida a su bola de arroz. El Ángel se paro frente a ella y sonrió amablemente— Hola, Sonozaki-san… —se escuchó salir de sus labios.

Los ojos castaños de la rubia la miraron con curiosidad. ¿Cuál era su nombre? Shion guardo un silencio momentáneo mientras intentaba recordarlo.

—¿Qué quieres Mikami?

—Soy Siraiyi Karin —Karin levantó sus cejas debido a la sorpresa. Su madre le había contado que los humanos llegaban a hacer algo olvidadizos. Todavía con la sonrisa en sus labios, Karin la observo a los ojos, evitando darle importancia al error cometido por la rubia.

—¿Qué quieres Siraiyi? —repitió de nuevo Sonozaki corrigiendo su desacierto.

—¿No es obvio? Quiero conocerte. Que seamos amigas —agregó.

OoOoOoOoO

Mikami Shizuki maldijo ante el dolor en sus rodillas. Llevaba minutos en cuclillas dibujando el pentagrama en el piso de concreto, y la oscuridad del abandonado laboratorio de Química no la ayudaba mucho. Movía cuidadosamente la tiza blanca, plasmando en el suelo la imagen guardada en lo más profundo de su mente. La peli-rosa se arrodillo junto a ella, observando detenidamente el movimiento de la mano de su Guía Demoniaca.

—¿Esto es parte de tu Plan? ¿Hacer dibujos en el suelo? —le preguntó la chica del misterio al ver la forma de una estrella de siete puntas.

—No es cualquier dibujo. Es el Pentagrama de Invocación.

—¿Y qué quieres invocar? —cuestionó Daidouji, una chispa de alegría se escuchaba en su voz.

—No "Qué" sino a "Quién" —la peli-naranja suspiro al ver a la joven ladear su cabeza en señal de confusión—. Este Pentagrama sirve para Invocar a los Demonios. Ya sea un liberal, es decir, un Guía Demoniaco que no tiene un Humano al que Guiar y se encuentra principalmente en Niogard. También puede invocar al Cautivo, en pocas palabras, al Demonio que se encuentra aquí, en Midgard, lidiando con la tarea de Guiar a algún humano.

—¿Y a cuál quieres invocar? —le cuestionó nuevamente Mayura.

—Al cautivo…. Y para eso, fue que envié a Karin.

OoOoOoOoO

La peli-violeta sentía el viento entrar por la venta del salón de clases. Se acercó a ella, a través del cristal podía ver el patio del Instituto. Algunos estudiantes comían animadamente su bentō, mientras que otros platicaban efusivamente. Cosa que no era diferente dentro del aula. Karin podía escuchar las voces de sus compañeros riendo y gritando, alejados completamente de lo que ocurría a su alrededor.

Temerosa a fallar, colocó su espalda contra la ventana, su cabello violeta era movido a la voluntad de la ligera ventisca que entraba. Levantó su mano derecha, abrió lentamente el puño de su mano, sintiendo al casi invisible polvo irse de su mano. "Duerme un poco" Murmuró a la vez que veía a Sonozaki.

La rubia comenzó a sentir su vista pesada, dejo los palillos sobre su pupitre para después tallarse los ojos. Un bostezo. Y al instante Karin supo que había funcionado. Por un momento pensó que no había calculado bien la dirección del viento.

—¡Sonozaki-san! —Karin se dirigió hacía la chica rápidamente. Se dejo caer al suelo junto a ella. La sujeto por la cabeza no omitiendo que sus compañeros comenzaban a reunirse a su alrededor—. Creo que se desmayo. ¡Rápido! ¡Que alguien me ayude! ¡Tiene que ir a la Enfermería!

No tardaron en ofrecerse a llevarla. Karin sólo la observó marchar en los brazos del representante de clase que se dirigía ya hacia la enfermería. Por fin podía respirar aliviada. Velozmente apresuro sus piernas y se encamino a donde la esperaban Mayura y Shizuki.

Por otro lado, la Guía Demoniaca había terminado de plasmar el Pentagrama sobre el suelo. Mayura no podía quitar la vista del piso, aquello a lo que Shizuki llamaba Pentagrama, no era más que una estrella rodeada de extraños símbolos. ¡Misterioso! Daidouji se llevó una mano hacia la barbilla, las preguntas no tardaron en rondar por su cabeza nuevamente.

—¿Qué es lo que necesitas para la Invocación? —preguntó Daidouji.

—Haré la Invocación de un Demonio Cautivo. De cierta forma, invocar a un Liberal como a un Cautivo tiene sus dificultades. El Liberal no siempre puede escuchar el llamado, o simplemente querrá ignorarlo. Estando en Niogard se pueden dar el lujo de no obedecer el llamado —agregó—. Mientras que con el Cautivo, será difícil si no sabes quien es el Humano al que guía. La ventaja es que tendrá que venir de cualquier lugar en el que este, hasta nosotras. Otro punto a favor de invocar a un Cautivo es que puedes hacerlo por Linaje de Sangre. Claro, hablando de humanos.

—¿Linaje? Algo como de Padres e Hijos.

—Exacto. Nosotros los Demonios, y en alguna que otra ocasión algún Ángel también, nos vemos en la necesidad de… ¿Cómo lo diré?... ¿Reciclarnos? En un momento Guiamos a un Humano, después ¡Boom! el Humano muere. Sin más volvemos a Niogard. Un par de años después ¡Boom! otra vez, ahora estamos Guiando a su descendiente.

—Así es como funcionan ustedes… —decía la peli-rosa para si misma—. Ahora recuerdo —Mayura observó detenidamente a la chica junto a ella, para después dirigir su mirada de nuevo a la imagen—. Fuiste la Guía Demoniaca de mi abuela.

—Sí. Lo fui. Y antes de ella, hubo muchas otras… —Shizuki deslizó su dedo índice sobre la mesa cubierta por polvo. Un lugar ya abandonado y olvidado, era justo lo que necesitaba. Una luz resplandeciente la hizo voltear hacia la de cabello rosado—. ¿Qué fue eso? —preguntó la Guía Demoniaca—. ¿Qué es eso? —le cuestionó nuevamente, esta vez señalando el pequeño aparato en las manos de Daidouji.

—¿Esto? —le cuestionó la peli-rosa realizando la misma acción que su compañera —señalando el aparato—. Es un celular. Sirve para que los humanos nos comuni…

—¡Ya sé lo que es un Celular! ¡A lo que me refiero es a esa luz! ¡¿Acaso le estas tomando fotos al Pentagrama? —le cuestionó algo exaltada la chica Demonio.

—Si —respondió despreocupadamente la chica del misterio.

—No puedes hacer eso —le informaba Shizuki un poco más calmada—. Sirve para la Invocación de Guías Demoniacos. Una cosa así no debería caer en malas manos. Y las cosas irían peor si aprenden a usarlo.

La puerta del lugar se abrió de pronto. Tras ella apareció Karin—. ¿Qué están haciendo? —preguntó al ver a las dos jóvenes. Se dirigió hacia ellas. Shizuki tenía un brazo a la cintura y su rostro lucía algo enfadado. Mientras que Mayura observaba al Demonio con una ceja levantada. Karin las ignoró, metió su mano derecha en su bolsillo para después sacar lo contenido en el—. Shizuki, aquí tienes lo que pediste —continuó. Ambas chicas observaron lo sujetado por su mano—. Espero que éste cabello te sea suficiente.

Shizuki lo tomo sin aviso —Claro que será suficiente.

Daidouji colocó el pequeño aparato en su bolsillo, se acercó a la peli-naranja, ladeó su cabeza, completamente confundida.

—¿Para qué quieres ese cabello rubio? —cuestionó la peli-rosa al Demonio. Esta última sólo volteó y sonriendo se dirigió hacía el pentagrama dibujado en el suelo.

Shizuki giró su rostro y sus ojos observaron de nuevo a Mayura. La sonrisa del Demonio era tal, que sus dos acompañantes eran capaces de ver sus relucientes dientes blanquecinos.

—Mi querida Mayura… Y mi dulce Ángel —el demonio guiñó un ojo—. Ahora serán testigos de mi Invocación a un Cautivo —la peli-naranja dirigió de nuevo su atención hacia el circulo frente a ella. Extendió su mano y susurró en una lengua extraña para las dos presentes. Un ligero aire comenzó a rondar la habitación, mientras que a Mayura parecían brillarle los ojos de la emoción.