Hola a todos! Ya estoy otra vez aquí con un nuevo fic. Esta vez no es un oneshot, pero tampoco va a ser demasiado largo. Será un BlossomxBrick, aunque no sé si incluiré a las otras parejas. Esta vez no va a ser un fic romantico en plan dulzón como siempre suelen serlo, sino uno en plan amor-odio. Ya sabéis, eso de " me atraes, pero no puedo ni verte" XD Espero que os guste mucho. Ya sé que el capítulo es bastante corto, pero, como he dicho antes, no será muy largo el fic. Intentaré actualizar lo antes posible. Que disfruteis y a leer!

Maldito teatro

Capítulo 1: ¿Algún voluntario?

—Buen arañazo, Brick.

El aludido miró a su hermano menor con cara de pocos amigos y cerró de un golpe su taquilla. El moreno, que estaba apoyado contra la suya, miraba con interés y de una manera divertida las tres lineas verticales que empezaban en la frente del pelirrojo y terminaban en su mejilla.

—Ahora entiendo por qué no volviste a dormir a casa —dijo Boomer, que acababa de aparecer al otro lado de su hermano mayor.

—Al parecer la gata se resiste más de lo que habías pensado, hermanito —se burló Butch.

—Callaos, idiotas —rugió Brick, con tono autoritario.

La pelea que había tenido lugar entre la líder de las superheroínas de Townsville y él le había dejado pequeñas secuelas, como el arañazo que tenía en la cara o el dolor que aún perduraba en su estómago.

Flashback

La lucha empezó en el cielo, como estaban acostumbrados. Rayos rosas y rojos, bolas de energías y ondas sónicas volaban por doquier. La gente huía gritando despavorida. La cruel pelea que se desarrollaba ante sus ojos destrozaba edificios, aceras y todo tipo de vehículos, como cualquier otra. Pero había algo extraño; algo que a la gente le inquietaba, y era que esta vez no eran tres las superheroínas y tres los criminales, sino una superheroína y un delincuente: los líderes, Blossom y Brick.

¿No puedes hacerlo mejor que eso? —la retaba Brick.

Todavía no he empezado, imbécil.

Pronto, los rayos lasers y los poderes especiales no fueron suficientes para saciar sus ansias de pelea y de tener la cabeza del otro entre sus manos. Sin que se dieran cuenta, empezaron a luchar mano a mano, con los puños y con las piernas. Pero, al igual que se habían cansado de sus dones mágicos, también se cansaron de los puñetazos y de las patadas.

Se lanzaron uno contra otro, cayendo al césped del parque de Townsville, que estaba totalmente desierto. Ambos se revolcaban por la fresca hierba tirándose del pelo, soltando tortas y luchando por ahogar al otro. Tal era el odio que se tenían que ya no luchaban como titanes, ni siquiera como humanos: sino como animales.

Blossom consiguió ponerse en pie, pero poco le duró. Brick se lanzó contra ella, la cual logró esquivarlo, pero no a su mano, que fue directamente hacia el único tirante de su camiseta rosa, rompiéndolo. Viéndola distraída, aprovechó para tirarse encima de ella una vez más y agarrarle las manos por encima de su cabeza. Ella, con ese instinto animal que la dominaba en ese momento, intentó morderle cuando se acercó un poco.

¿Ahora jugamos con mordiscos? —preguntó él, casi sin respiración. Su pelo, al igual que el de Blossom, estaba totalmente desordenado y su flequillo caía por su cara, ocultando parte de sus ojos. —Te vas a enterar.

La mordió. Acercó su boca rápidamente a su cuello cual vampiro sediento y la mordió en él con brutalidad. Blossom gimió de dolor.

¡Animal! —gritó a la vez que le pegaba un rodillazo en el estómago.

Brick soltó las manos de la chica por inercia y ésta aprovechó la oportunidad para llevar su mano hasta la cara del rrb, arañándola sin piedad con sus afiladas uñas.

Eres una maldita gata —rugió Brick después de soltar un gruñido de dolor.

Blossom se encontraba a unos metros de él, arrodillada en el suelo. Estaba agotada, con la camiseta rota y el pelo revuelto. Él estaba todo eso y más, ya que a su cansancio se le añadía el arañazo de su cara, que parecía estar sangrando, y su dolor de estómago.

Se fijó en el cuello de Blossom: de una pequeña herida brotaba un fino hilo de sangre. Sonrió, sintiéndose victorioso por esa marca que le duraría algunos días. Pero ella no estaba dispuesta a darse por vencida, y lo demostraba con una posición que denotaba que estaba preparada para atacar.

Bueno, creo que te dejaré en paz por hoy. Parece que fueras a desmayarte en cualquier momento —dijo, burlón.

Antes de que Blossom pudiera gritarle lo estúpido que era, salió volando, dejando una estela roja en el cielo.

Fin del Flashback

—Mira, por ahí viene tu gatita —rió Bucth, ganándose un guantazo en la cabeza.

Se notaba que habían llegado las superheroínas de la ciudad al instituto. Siempre sobresalían.

El mismo numerito de cada día —pensaba el pelirrojo.

Primero, se formaba un gran alboroto en la entrada; después, la gran multitud se iba disipando hasta dejar un pasillo para que pudieran pasar las chicas más admiradas de toda la ciudad. Blossom iba siempre un paso más adelantada que sus hermanas, y esta vez no iba a ser la excepción. Pero había algo diferente: sus habituales sonrisas no adornaban ese día sus caras. Todos los días, sonreían a sus admiradores y admiradoras, y cuando pasaban por su lado, cambiaban sus angelicales caritas por una mirada de profundo odio.

Caminaban con parsimonia. Las faldas de sus uniformes, cada uno de su respectivo color, se movían con elegancia, al igual que sus dueñas. Bubbles sujetaba su mochila entre las dos manos, las cuales las llevaba delante de su falda; Buttercup mostraba su rudeza sujetando la suya por detrás del hombro; y Blossom la llevaba en una mano.

El aire se volvió tenso cuando los estudiantes vieron como las chicas se aproximaban a los delincuentes juveniles más peligrosos de todo Townsville. Desde que habían llegado al instituto hacía meses, cada mañana, los chicos y chicas del instituto esperaban por una pelea que nunca llegaba.

Las tres pasaron por el lado de los Rrb, que las miraron de forma altanera y burlona. Brick sonrió al ver la marca en el cuello de la mayor. Las tres les dirigieron su habituada mirada asesina y pasaron de largo. Fue entonces cuando todos los que estaban por los alrededores se permitieron respirar.

Buttercup y Blossom sonrieron. A la morena no se le había pasado desapercibida la herida de Brick. La siempre dulce Bubbles no supo sonreír ante esa situación.

Los chicos, en especial Brick, vieron esas sonrisas y el pelirrojo volvió a sentir ganas de lanzarse contra ellas.


—Me encanta —dijo la profesora, dejando los papeles que acababa de leer encima de la mesa —. Simplemente, me encanta.

Robin se sonrojó al oír a la maestra alabar la obra de teatro que había escrito días antes para el día del centro, una fiesta que se celebrara cada año en el instituto.

—Es fácil de hacer y no hay muchos personajes. Además, la trama es muy atrayente. El amor prohibido entre una chica buena y un chico malo.

Los alumnos y alumnas de la clase, al oír el argumento de la historia, giraron la cabeza hacia las Ppg y los Rrb inmediatamente. Los seis les devolvieron la mirada, confundidos. Después, al entender todo, los chicas hicieron una mueca de asco y a los chicos les apareció un brillo asesino en los ojos, que hicieron que los demás alumnos miraran hacia otro lado, muertos de miedo.

—¿Alguna propuesta para interpretar a los protagonistas?

Nadie levantó la mano a pesar que se veía la intención en las caras de muchas chicas, pero ninguna se atrevió.

—¿Nadie?

Los estudiantes miraron de reojo una vez más a las superheroínas y a los supervillanos de Townsville, pero nadie se atrevió a levantar la mano.

—Está bien. En ese caso, me veré obligada a elegir yo. O tal vez podría hacerlo el profesor de música, que es el que va a dirigir la obra. Lo hablaré con él y lo decidiremos.


—¡Qué lástima! —se lamentaba una chica de pelo castaño, rizado —. Siendo dos personajes que verdaderamente se odian tendría más emoción la obra.

—Sí, sería perfecto si una Ppg y un Rrb aceptaran la obra —comentaba otra chica de ojos grises, que apoyaba la cabeza en sus manos, resignada.

—¡Eh, cotorras! —las llamó Buttercup. El grupito formado por seis chicas de la clase le pusieron atención a la morena —. Dejad de decir tonterías, ¿queréis? Resulta asqueroso eso que os estáis imaginando.

Una de las chicas, de pelo negro y ojos azules, miró alrededor para asegurarse de que ninguno de los Rrb estuviera presente en el aula, se volvió hacia Buttercup con una sonrisa picarona y dijo:

—¡Oh, vamos! ¿En serio no os da ni un poquito de morbo eso de que sean chicos malos?

—Y además son tan guapos —concluyó otra.

Las seis suspiraron.

Blossom, Bubbles y sobre todo Buttercup hicieron un gesto de asco. Después de unos segundos, fue la mayor quien habló:

—¿Morbo? Más bien, nauseas.

—Pues nadie lo diría, Blossom. Esa marca de tu cuello y el arañazo de la cara de Brick dicen mucho —insistió la chica de ojos grises.

—Sólo es una muestra más de lo mucho que nos odiamos mutuamente —respondió Blossom con tranquilidad. Haciendo gala de su madurez al no alterarse ante tal comentario.

—Bueno...como dije antes, es una lástima —volvió a entristecerse la chica de pelo rizado.

Continuará...