CAP 1-CITA CON LA MUERTE

Sinefa, una encantadora mujer de alto linaje esta casada con Xien un hombre poderoso, muy temido y respetado, no era para menos porque él era…un vampiro. Uno cruel, sanguinario y odiado por todos, a excepción de su esposa. La mujer se había quedado embarazada muy pronto, a las pocas semanas de casarse y daría a luz a gemelos. El vampiro lo celebró el día del nacimiento, todos los miembros de la familia estuvieron presentes en el alumbramiento pero en seguida se noto que algo no funcionaba bien. Sinefa sufría. Sufría de una manera atroz y dolosa. La sangre salía a bocanadas. Ella sabía que iba a morir, que su vida iba a extinguirse después de que sus pequeños nacieran, por lo que alzó la mirada y observó a su desconcertado esposo y le susurró:

"…soy humana…"

La noticia desconcertó a todos los presentes, en especial al marido que se desprendió de su mano del asombro. Trató de preguntarle el porque pero no pudo hacerlo. Kagamine Sinefa había exhalado su último aliento en esas dos sencillas palabras.

Tras un momento de reflexión Xien empezó a encajar piezas del peculiar comportamiento de su difunta esposa, ya la había notado diferente a los demás pero no hasta tal extremo. Ella siempre hacia gestos de dolor al mas pequeño arañazo, tenía ojeras de sueño porque no dormía, bebía sangre casi con desgana y ponía caras extrañas cuando mataban para alimentarse.

Un agudo llanto lo desconcentró. Sus dos hijos recién nacidos. Xien los cogío a los hermanos mirándolos con lastima al verles sin su madre. Se sorprendió al ver algo, los dos hermanos tenían una misma marca en forma de estrella en sus respectivos hombros ¿Por qué sería? ¿Por ser gemelos? No, por eso no, ya habían nacido gemelos antes y ninguno tenía una marca idéntica al otro. Lloraron más fuertes. Pedían ser alimentados. Con amargura ordenó recoger la sangre de Sinefa para dársela a los pequeños. El primero en comer fue el menor. Bebió la sangre con gusto hasta que quedo satisfecho. Luego fue el turno de la mayor. Bebió la sangre…y la escupió. Lloró con fuerza ante el hambre y el repulsivo sabor de metal en su boca. El padre se sorprendió. Su hija, la mayor.

Era humana

Un enorme torrente de ira lo dominó y alzó la mano para ensartarle las uña a la pequeña pero algo lo detuvo. Su hijo menor. Llorando aterrado. Con su diminuta mano palpaba el aire en busca de algo, hasta que se topó con la cabecita de su hermana mayor. El pequeño dejó de llorar. No quería que su hermana desapareciera. El padre suspiró y solo se le ocurrió hacer algo. Cargó a los dos pequeños y se los llevó a un extremo del bosque, alejados del castillo. Hizo un movimiento con su dedo y unas letras aparecieron como grabadas a fuego en las mantas que envolvían a la niña

"Tu nombre será Rin"-decidió e hizo lo mismo a las mantas del menor-"Y el tuyo será Len"-abrazó con cuidado a la mayor y con suavidad la deposito en unas hierbas altas protegiéndola del calor y de las lluvias, la niña le cogió un dedo-"Lo siento, pequeña, pero esto es lo único que puedo hacer por ti"-le susurró-"No hay lugar para ti en este mundo, vive tu corta existencia entre los humanos como tu madre lo hubiese querido, lamento tener que separarte de tu hermano pero es necesario, sois diferentes. Él vampiro y tú humana. Darte un nombre y dejarte cerca del pueblo es lo único que puedo hacer por ti, lo lamento"-dijo dolorido llevándose al pequeño, pero a medida que se alejaba de la niña los dos empezaron a llorar al unísono, con la misma fuerza y la misma pena, con mas dolor se alejo de allí dejando a la llorosa niña atrás-"Sin embargo, vuestras marcas, deben de significar algo, tal vez, solo tal vez, podáis volver a encontraros"-susurró observando a su hijo llorar con amargura y sonoramente

La pequeña siguió llorando durante dos horas, estaba muerta de hambre y nadie la atendía, en eso un matrimonio de comerciantes pasó por su lado y la mujer bajó del carro de mercancías tirado por caballos y observó a la niña

"Oh…es un bebe recién nacido"-decía la mujer

"¿Esta herida?"-preguntó su marido preocupado

"No, pero parece que tiene hambre"-arrulla a la pequeña en sus brazos y deja al descubierto uno de sus pechos ofreciéndoselo para comer, la niña bebió la leche durante un rato, calmando poco a poco su enorme hambre-"Pobrecita…¿Por qué te han abandonado?"

"¡Desalmados! ¡Abandonar a un bebé en mitad del bosque"-dijo furioso-"No podemos dejarla aquí, la llevaremos con nosotros"

La mujer volvió a montar en el carro cargando con la pequeña que aun se encontraba bebiendo la leche, tenía un hambre atroz. La mujer jugó con la mantita de la niña viendo las letras

"Habrá que ponerle un nombre"-comento el hombre tirando de las riendas de los caballos

La mujer observó las letras de la manta y como un embrujo lo decidió, y en un suspiro murmuró:

"…Rin…"

Pero no se tardo en ver que aquella huerfanita era alguien diferente a los demás y muy especial. Sus padres adoptivos lo notaron, al ver que durante cinco años tuvo el aspecto de un bebé.

Una joven encapuchada terminaba de limpiar lo peces que acababa de pescar en el enorme lago que de hallaba frente a ella aunque todavía le haría falta pescar alguno mas pero no podía dejar desatendido su puesto, dejándolo a merced de los ladrones o de niños gamberros. Suspiró tendría que conformarse con lo que había conseguido y llevarlo en seguida al pueblo para venderlo. Guardó la mercancía en su carro, cogió las riendas y ordenó a sus yeguas ir al pueblo

Al llegar a su pequeño rinconcito en el mercado se quitó la capucha dejando ver su corto cabello rubio meciéndose con el suave viento y sus grandes ojos azules como el agua, su rostro fino aunque con evidentes rasgos infantiles que le daban toques de gracia e inocencia. Todos ya conocían a la pequeña Rin, niña huérfana que trabajaba de comerciante desde muy pequeña pero que nunca se quedaba permanentemente en un sitio, siempre andaba viajando, con la excusa de ver mundo y aprender mas cosas de su oficio.

Eso era media verdad y medio mentira

Lo cierto es que le gustaba mucho viajar y aprender cosas de cómo mejorar sus productos y atraer clientes. Lo que ganaba le llegaba justo para vivir. Pero no era por eso. Si no podía permanecer en un mismo sitio era porque si lo hacia se estaría jugando su propio pellejo por muy buena reputación que tuviera haya donde fuera. Y eso era porque, aunque no lo pareciera, Rin era mucho más mayor de lo que aparentaba. Fue abandonada siendo un bebé y fue recogida por un matrimonio muy amable que la criaron sin hacerse preguntas pero ese matrimonio ya había fallecido.

La recogieron cuando la esposa tenía menos de veinte años y el marido alrededor de veintitrés. Pero ya hacia mucho que había muerto. Al igual que sus otros hijos y sus nietos estaba en una edad madura. Rin aun conservaba en mismo aspecto que cuando nació el tercer hijo de sus padres adoptivos y no había envejecido en setenta años. Muchas veces se había preguntado el porque pero su familia solo le decía que era porque era muy especial. Que había sido bendecida con la longevidad como los ángeles, aunque nunca terminaba de creérselo. Pero dejo de preguntar porque tenía miedo de descubrir algo que le fuera bastante desagradable.

Pero cuando murió el segundo hijo de sus padres decidió empezar una nueva vida ella sola, el menor de los hermanos le pidió que se quedara que no le era molestia que se quedara con su familia pero declinó la oferta. Ella tenía mas de cien años y no sabía cuanto más iba a vivir y desde luego no iba ha hacerlo viendo como uno por uno iban muriendo las generaciones mas jóvenes antes que ella.

Pero era una época muy difícil, estaban las guerras civiles y la Caza de Brujas, la última ganaba más terreno. Su eterna apariencia juvenil. Si permanecía mucho tiempo en un sitio la gente podía empezar a sospechar porque no crecía y eso la llevaría a un juicio de brujos. Lo sabe por experiencia. Porque una vez metió la pata y acabó en una hoguera. Pero pudo sobrevivir gracias a una serie de sucesos. Para estas épocas difíciles solo había unos pocos trabajos que podría acatar

Ladrona

Descartado, sabía muy bien lo que eso implicaba y no estaba dispuesta a dejar a una familia sin un pan que llevarse a la boca

2) Prostituta

No, definitivamente no, no iba a vender ni su cuerpo ni su dignidad por unas miserables monedas.

Comerciante

Bien, en este campo no tenía quejas, había trabajado toda su vida con sus padres y sus hermanos en eso y le había ido bastante bien, eso si, ella solo tenía que ayudar en las ventas y ahora tenía que conseguir la mercancía y venderla. Pero, era un trabajo digno

Y solo había una única cosa que conservaba de esa amable familia que le había acogido. Un medallón. De un color oro viejo. En el que ponía "Devil May Cry" pero nunca entendió su significado

-Señorita Rin, ohayo-saludó el vendedor que ocupaba el puesto contigua al de ella con una sonrisa amable

-Ohayo gozaimasu-le devolvió el saludo con una reverencia y dedicándole una dulce sonrisa

-Niña ¿Por qué tienes que ser tan mona? Si fuera diez años mas joven…-suspiró el hombre sin maldad a lo que la rubia rió un poco

-Pero ¿Qué dice usted? Si se conserva perfectamente-pensando-"Pero en edad usted no me supera, me apena que eso sea un hecho"

-¿Y bien? ¿Cómo te ha ido hoy? ¿Has conseguido buenas piezas?-se interesó

-No tan buenas, he conseguido menos peces de lo habitual

-Mmmm, pero son piezas bastante grandes, creo que harás un buen negocio

-No creo, cada vez la gente es mas exigente no se conformaran con el tamaño

-Tienes razón-mira para los lados-Esto no tendría que hacerlo pero-le pasa unos cuantos peces-Tómalos pero no le menciones nada a mi esposa

-¿Qué? No puedo aceptarlo, usted ha trabajado duro y…

-No me repliques, jovencita-le cortó él-Es cierto que trabajo por conseguirlos pero yo tengo un barco, unas redes y unas cañas decentes para conseguirlos, en cambio tu tienes que hacerlo de la manera mas primitiva que conozco

-Pero…

-Nada de peros, considéralo un regalo de este viejo vendedor-sonrió el hombre

-Oh…pues…¡Arigato gozaimasu!-volvió ha hacer una reverencia

El vendedor le dedicó otra sonrisa amigable antes de centrar su atención en una clienta que se acababa de acercar a su puesto. Rin se dio la vuelta para atender al suyo pero a medida que se alejaba su sonrisa se iba esfumando, miro hacía atrás discretamente viendo al hombre darle el cambio de monedas a la mujer que atendía. Suspiró pesadamente. Ese hombre le caía muy bien. Fue muy bien recibida por él cuando llego al pueblo. Pero muy pronto tendría que volver a marcharse. Ella debería tener tres años más de los que aparentaba. No podía continuar mucho más tiempo en ese lugar por mucho que deseara quedarse.

El día fue movidito. Estuvo todo el día en su puesto casi sin moverse. Solo se había ido a darle de comer a sus yeguas y a ordenar algunos huevos y hortalizas para la venta. Había vendido bastante. Con eso tenía para comer y para comprar algo de ropa y, de paso, una cabra para hacer leche, queso y yogures. Fue cerrando el puesto después de una buena venta. Je, tenía talento. Pero se fijo en algo. Los productos embotellados. Suspiró. Se acercó al vendedor y le miró un poco indecisa

-Ejem…disculpe…es que…¿le importaría…?-empezó ella

-¿…Cuidar de tu puesto mientras vas a por algo al bosque?-terminó él con una divertida sonrisa haciendo que la pobre rubia se enrojeciera de vergüenza-No hay problema pero ten cuidad y vuelve pronto por la noche el bosque es mas peligroso

-Muchas gracias ¡Y no se preocupes! ¡Soy una chica fuerte!

Sonriente y entusiasta cogió una cesta lleva de botes y se fue corriendo al bosque. No es que tuviera complejo de Caperucita Roja ni de Heidi pero le gusta mucho caminar por el bosque le hacía sentirse…libre

Se paró, vio alguna de las cosas que buscaba: setas. Las examinó detenidamente, viendo si eran o no venenosas y si eran comestibles y tenían buen aspecto. Los mismo hizo algo mas complicado a la hora de buscar miel

-Tranquilas, tranquilas, tranquilas-murmuraba mientras rozaba con sus dedos un panal pero…el panal resbaló y cayó al suelo. Rin contuvo la respiración y puso cara de palo, no pasó anda-Quizás están dormidas-muy pronto para hablar las abejas salieron como agua sale de una grieta y la rubia se puso blanca como la cera, las abajes no encontraron otro objetivo en donde llevar la rabia de haber sido despertadas y bruscamente golpeadas en su casa contra el suelo así que prepararon sus aguijones y se pusieron a perseguir a una pobre Rin que corría de allí como alma que llevaba el diablo-¡¡¡¿POR QUÉ A MIIIIII???!!!!-grito desesperada cogiendo durante su carrera el panal que estaba tirando en el suelo ya vacío de abejas-¡¡¡Solo quiero miel!!! ¡¡Luego os la devuelvo!!-no funcionaba, finalmente la chica tuvo que olvidar su orgullo y hacer lo que debía si quería salvar su pellejo de picores, alergias y dolores

Meterse en el fango

Las abejas pasaron por su lado despistadas, ella salió del barro entre aliviada y asqueada, se metió en río mas cercano para poder quitarse semejante porquería de encima. Logró conseguir la bendita miel pero ¡madre, como le había costado!

Lo único que le quedaba por conseguir era frambuesas para hacer mermelada, a los niños les gustaba mucho para desayunar. Se acercó a un matorral llena de esas frutitas rojas. Por fin algo que no es complicado. Las examinó una por una mirando las mas jugosas, dulces y sabrosas, alguna se había llevado a la boca sin poder resistirse, era golosa.

-¿Eh?-dijo oyendo algo, como jadeos y una carrera ¿serías niños jugando al escondite? No, no era posible, era muy tarde para que los niños estuvieran fuera de sus casas y mas en el bosque

-¡¡¡Ayuda!!! ¡Socorro!-decía una voz de mujer

-Hay alguien pidiendo ayuda-se alarmó corrió en su encuentro pero por alguna razón no lograba llegar a donde quería

-¡¡No, por favor!! ¡¡Noooo!!!-un momento de silencio-Por favor…

Rin corrió lo más rápido que pudo dejando abandonada su cesta y esquivando varias ramas y rocas. Con la respiración agitada llegó a donde quería…pero llegó muy tarde

Ahogó un gritó al ver a la esposa del vendedor entre los brazos de un muchacho quien clavaba sus colmillos en el cuello de la mujer succionándole con rapidez la sangre que contenía mientras que un hilo del liquido rojo fluía del cuello hasta el nacimiento de los pechos de la mujer, la mujer desvió sus ojos a la rubia sorprendida y con su último aliento de vida le dijo:

-"…Pequeña…escapa…"-murmuró antes de morir en brazos del muchacho, quien al escuchar a su presa alzó la vista y divisó a la chica. Dejó cae a su victima bruscamente, se limpió la sangre de la boca con su lengua si se acercó peligrosamente a la chica

Rin retrocedió asustada, no podía ver bien al chico porque estaba a contra luz de la luna, solo veía un ojo rojo lleno de furia, una sonrisa socarrona y parte de su cabello rubio recogido. Finalmente optó por salir corriendo. Pero el muchacho no tardó en alcanzarla. La agarró fuertemente del brazo y del cuello. Era fuerte. Muy fuerte. Más que cualquier hombre adulto. Ese chico…no era humano. Pero ese chico no tenía ni idea de con quien se enfrentaba. Rin le metió los dedos en los ojos cegándole durante un momento seguido de un fuerte gancho de derecha en el abdomen y una patada en la cara haciéndole chocar contra un árbol.

Rin volvió a echar a correr pero nuevamente el chico se le adelantó esta vez jalándole del cabello y provocándole añazos y moratones con su otra mano intentando inmovilizarla. Pero Rin tenía su orgullo, no iba a quedar como una damisela en peligro a la espera de su caballero andante que viniera en su rescate. Le propinó un codazo en su barbilla haciendo que un pequeño hilo de sangre resbalara por su boca, Rin se ocultó entre los árboles del bosque tratando de dar esquinazo a esa bestia y poder ir a pedir ayuda al pueblo. Pero las cosas nunca salen como nosotros queremos. Cuando volteó al frente una mano agarró su cuello violentamente tanto que cayó al suelo junto a su captor y eso fue perjudicial para ella, el chico inmovilizo con su otra mano las muñecas de Rin alzando los brazos arriba de su cabeza. ¿Cómo la había encontrado? Entonces lo vio. Era su respiración. Su propia respiración agitada la había delatado. Se retorció y pataleó desesperada, tratando inútilmente de liberarse de las garras de ese lunático pero no había modo, él estaba encima de ella a la altura de sus caderas, con las rodillas como apoyo en cada lado, unas mano inmovilizando sus muñecas y la otra quitándole un poco de ropa para dejar al descubierto su cuello.

-¡¡Suéltame!! ¡¡Suéltame!!-le ordenó desesperada mientras seguía pataleando

El chico no respondió solo apartó la ropa que cubría su cuello y se fue acercando a él mientras abría la boca dejando ver sus afilados colmillos. Rin cerró los ojos aterrorizada, no quería morir de esta manera, no quería ser devorada por un caníbal ¡quería una muerte digna por el amor de dios! Pero parece ser que ese iba a ser el final de su larga vida, aunque no lo quisiera. Apretó más los ojos al sentir la nariz del muchacho rozar su cuello dejando escapar unas pequeñas lágrimas.

¡Ah, no! ¡Eso si que no! Aunque fueran sus últimos instantes no le iba a dar el gusto a ese lunático verla llorar antes de morir. ¡POR NADA DEL MUNDO!

Pero sucedió algo extraño

El chico olió su cuello durante un momento luego apartó su cara de allí con precipitación. Rin abrió uno de mis ojos para ver que ocurría, quizá alguien estaba viendo el espectáculo y había jalado al chico del pelo para apartarlo de ella.

Lamentablemente no era así

El chico estaba mirándola muy sorprendido y extrañado. Volvió a acercar su rostro al cuello de Rin y lo olió profundamente varías veces

¿Acaso ella tenía un buen olor o que? Si iba a devorarla que lo hiciera de una vez

El chico levantó su mano libre y con uno de sus dedos, delineó el rostro de Rin, su mandíbula, su nariz, su frente, su flequillo, sus mejillas y sus labios. Acarició sus labios con el dedo suavemente y con delicadeza

¿Qué estaba pasando aquí?

-No puede ser…-murmuró el muchacho por primera vez, en ese momento pude sentir que era casi de mi edad, por las sombras y la luna parecía mas mayor que yo-¿De veras eres tú?-preguntó con un tono de ¿esperanza? Alto, alto, ahora si que andaba perdida del todo

Pero desde luego le estaba dando una nueva oportunidad en bandeja

La rubia cogió impulso con sus piernas y logró mandar volar al chico haciéndole chocar con una roca.

A pesar del cansancio y los arañazos, Rin sacó fuerzas para levantarse y antes de irse corriendo se encaró al chico y le soltó llena de coraje:

-¡¡La próxima vez piensa con quien te enfrentas!!

Salió corriendo de ese sitio. Pero por mucho que corría no lograba encontrar el caminó de vuelta. Se había perdido en ese bosque con ese sádico suelto por ahí. Tenía que hacer algo o si no, no lo iba a poder contar. Después de un buen rato corriendo sin tener un rumbo fino decidió recuperar el aliento apoyándose en un árbol

-No es bueno que corras, podrías caerte, querida-dijo el muchacho, Rin miró a todos lados buscándolo para evitar un ataque sorpresa pero no lo encontraba, su voz sonaba como si estuviera en todas partes, sin darle una vía de escape-Si me buscas solo tienes que mirar hacia arriba, pequeña-Rin alzó lentamente la cabeza hacía arriba y descubrió algo que la aterró, el muchacho suspendido en el aire con un par de enormes alas negras parecidas al de los murciélagos-Aquí estoy-murmuró el chico con una sonrisa mientras iba aterrizando a unos metros de distancia de Rin

Rin con cabía mas de lo sorprendida que estaba, por eso cuando el chico aterrizó no pudo evitar sentarse en el suelo sin creerse lo que esta viendo

-Eres…eres…u-un…-tartamudeo

-Dilo-le retó con calma

-…vampiro…-terminó casi en un grito ahogado como si estuviese mencionando una palabra tabú

-Lo soy-sonrió y se fue acercando a ella

-¡A-alto! ¡No des un paso mas!-le advirtió llena de miedo

El no la escuchó y siguió acercándose paso a paso. Rin, aterrada, retrocedió arrastrándose sin apartar la vista de su enemigo, temiendo que se abalanzara sobre ella de un momento a otro.

Pero las vías se terminaron cuando su espalda chocó contra una roca impidiéndole retroceder mas pero sin evitar que el vampiro siguiera acercándose a ella. Rin no podía hacer otra cosa que temblar y mirar con miedo al demonio.

El chico, estando ya bastante cerca de ella, se arrodilló y la miró detenidamente. Una de sus manos tomó con suavidad una de las de ella que hizo que la chica ahogara un gemido aterrado, la otra la subió lentamente a una pequeña herida que sangraba en la mejilla de Rin, limpió con el pulgar el liquido que se escapaba de esa herida y lo llevó a sus labios. Paso su lengua por su pulgar y lamió la sangre gustoso. Después bajó la mano para apresar a la de Rin con la otra de forma suave.

-¿…Q-Que quieres…?-se atrevió a preguntar la rubia

-¿Te llamas Rin?-preguntó el muchacho apretando levemente la mano de ella entre las suyas. Rin se sorprendió mucho. ¿Cómo sabía su nombre?-Dime ¿eres Rin?-insistió mas impaciente

-¿C-Como lo sabes?-murmuró

-Entonces lo eres…-suspiró con una gran sonrisa, acarició su mano-Rin, soy Len y me alegro mucho de poder conocerte al fin

-¿Q-Que...?-bien el mundo se había vuelto definitivamente loco ¿de que la conocía? Ni idea pero no pensaba quedarse para averiguarlo, cogió discretamente una piedra bastante grande la aferro a su mano.

Y le dio un golpe con ella en la sien

El muchacho rodó cuesta abajo a causa del tremendo golpe hasta chocar con un tronco caído. Rin esta vez si vio su oportunidad. Corrió por la maleza perdiéndose entre las sombras. No sin seguir oyendo al chico detrás de ella, aun estando en el tronco.

-¡No, espera! ¡No te vayas!-le rogaba desde la lejanía-¡Vuelve, Rin!

¿Qué volviera? Está definitivamente chalado, tenía que avisar en seguida al pueblo, había muerto una persona y casi la mataban a ella. Tenía que decirles que había un monstruo de la noche oculto entre los árboles del bosque. Sin saber que el muchacho del que acababa de escapar estaba mirando en la dirección hacia donde se había ido con una mueca de tristeza infinita pero a la vez de esperanza

CONTINUARA

Bueno ¿Qué les ha parecido? ¡Chorra ¿a que si?! Puede que piensen que ha sido muy pronto el encuentro entre Rin y Len pero no se me ocurría nada para alargar los acontecimientos. De todas formas, es la primera vez que hago un fic de esta pareja, así que no sean duros conmigo.

A quien le interese: Tanto el titulo del fic como el medallón de Rin "Devil May Cry" no tiene nada que ver con la serie que lleva ese mismo nombre

Espero que el fic sea de su agrado y me dejen muchos review, se acepta sugerencias para mejorar el fic, todas las sugerencias son bienvenidas. Es posible que este fic contenga Lemon pero no esta decidido, quiero que seáis vosotros quienes me digáis si o no ¿Qué me respondéis?

Bueno, espero muchos review en especial de cierta persona

¡Y si, me estoy refiriendo a ti, Sagara Mei! ¡DAKIRAIIIII!!

Lo demás, ni caso

Saludos cordiales

Chao Ling-Yin