Hola nuevamente… bueno dedico este capitulo muy especialmente a un chico que escribe un genialísimo fic llamado SHIPPUDEN LIFE… Querido RHYO DARCK muchas felicidades por tu cumpleaños, que Dios te Bendiga y nos sigas deleitándonos con capítulos tan maravillosos…. Mi foto creí que te la había mandado para tu colagge pero creo que se perdió en el limbo!! Jejejeje como quiera cuidate mucho te mando besos y abrazos, y bueno ahora si, los invito a leer… por ahí viene un lime, espero y sea de su agrado y me dejen un coment… besos y que lo disfruten!!!

CAPITULO V UN LAZO INDESTRUCTIBLE.

Naruto… Naruto… Mi amor, despierta mi niño lindo…

¿Qui quien me llama, dattebayoo?

Naruto… - Se escuchaba la suave voz de una mujer, algo muy desconocido para el Hokage.

El rubio se levantó de aquella espaciosa cama y caminó en aquella blanca habitación donde la luz del sol se colaba por aquellas largas cortinas, era algo desconocido para él, no le asustaba; al contrario lo hacía sentir una irremediable paz y confort. Pero cuando estaba a punto de salir de ahí, se detuvo observando su reflejo en aquel enorme espejo, llevándose su mano a la altura de su vientre, que en ese momento se encontraba totalmente plano.

¿Y mis bebes? – Preguntó nuevamente pasándose ahora sus dos manos sobre aquella parte de su cuerpo. - ¿Kyubbi donde están mis chibis? – Le habló a su bijuú, pero este no respondió. - ¡Hey maldito zorro de mierda te estoy hablando, dattebayoo! - Volvió a hablarle un poco más irritado pero, kyubbi seguía sin responderle.

Naruto… - Volvió a escuchar esa dulce voz, sacándolo de su discusión con el zorro.

El ojiazul dejó de estarle hablando al demonio de su interior y se dirigió a la puerta para salir de aquel cuarto, ya después arreglaría cuentas con ese zorro. Salió de ahí y se encontró en un pasillo, siguiendo aquella suave voz que seguía llamándole.

Llegó a una puerta y se detuvo, el joven suspiró y tomó el picaporte de manera nerviosa, encendió sus sentidos y la abrió, entrando en un enorme cuarto algo parecido a donde él había despertado anteriormente, deslumbrándolo una enorme luz blanca que lo dejaba a ciegas; sin dejarlo apreciar la silueta de una mujer que se encontraba de pie, recibiéndole con la mano derecha dirigida al rubio.

Hola mi amor… - Lo saludó.

El menor abrió sus ojos tratando de encontrar quien le llamaba pero le era imposible ver de quien se trataba ya que los rayos del sol le daban directamente al rostro.

La mujer se dio cuenta de aquello y se puso de frente al muchacho para así taparle la luz y que él pudiera verla. Naruto al sentir que algo ensombrecía su rostro abrió nuevamente sus ojos y pudo ver quien era esa mujer, asombrándose de ver a la única persona que no había conocido desde su nacimiento… Esa mujer era su madre: Kushina Uzumaki…

¿Oka-san? – Preguntó el kitsune algo temeroso por aquella vista. - ¿Eres tú, Oka-san?

La pelirroja le mostró su tan hermosa sonrisa, tan parecida a la de él, asintiéndole con solo su mirada, a lo que el rubio se abalanzó hacia ella aferrándose a su cuerpo, el menor comenzó a llorar tan efusivamente lo que hizo que Kushina lo rodeara con sus brazos, acariciándole suavemente su rubia melena.

Permanecieron así por un momento, hasta que el ojiazul se tranquilizara, cuando lo logró el chico se separó un poco del cuerpo de su madre y dirigió su mirar hacia su rostro, mientras que ella continuaba observándolo con aquella dulce y tierna mirada.

Has crecido mucho mi niño. Eres el mismo retrato que tu Oto-san

Naruto volvió a hundir su rostro en el cuerpo de su madre, como un niño pequeño buscando refugio. – En todo este tiempo me has hecho mucha falta… Te he extrañado desde siempre… - Relató el joven con un dejo de nostalgia en su voz.

Kushina separó el rostro de su hijo para mirarlo directamente a los ojos y le respondió. – Lo sé mi bebe… te he seguido en todo este tiempo y siento un enorme dolor al ver lo mucho que has sufrido, de solo acordarme lo que paso aquella noche de tu nacimiento y ver como te separaban de mi lado… Onegai mi amor… Perdóname… - Suplicaba la pelirroja con lágrimas en sus ojos. – Perdóname por no haber luchado por ti, y haber sido participe de lo mucho que has sufrido.

No Oka-san… yo no tengo porque perdonarte nada, tú no tuviste la culpa. – Respondió el rubio limpiando con su mano las lágrimas del rostro de su madre. – Ni tampoco mi Oto-san, yo sé que lo hizo para salvar la Aldea; era su deber protegerla como el Hokage que era. Por eso, ahora que yo lo soy, me he dado cuenta que si llegará a presentarse una situación igual, no dudaría ni un segundo en actuar de la misma manera que él.

Kushina volvió a abrazar a su hijo al mismo tiempo que depositaba varios besos en la cabellera de Naruto, el joven se sentía feliz de estar en los brazos de su madre, nunca había sentido aquella agradable sensación y en estos momentos todo sufrimiento que había padecido en el pasado, era borrado por la simple y sencilla razón de estar con la persona que lo trajo al mundo.

¿Oka-san? – Habló el ojiazul separándose un poco de su madre. – Onegai, llévame contigo – Pidió el Uzumaki dejando a su madre algo desconcertado por su petición.

¿Por qué me pides eso mi bebe?

Naruto se apartó más de los brazos de la pelirroja y le respondió. – Porque yo aquí ya no tengo nada… perdí a mis bebes y al hombre que más amo en la vida. – Dijo mientras lágrimas de sus ojos resbalaban por sus mejillas.

Kushina le mostró nuevamente una radiante sonrisa, tomó el rostro de su hijo para delinear con uno de sus dedos las marquitas zorrunas de sus mejillas, después juntó sus labios en la frente morena de su niño. – Eso que me estas pidiendo no puedo hacerlo mi amor. Tú momento no ha llegado, todavía falta mucho para que eso pase…

Pero es que… ya no quiero estar solo Oka-san, quiero irme contigo y con Oto-san, Onegai llévenme con ustedes. – De nueva cuenta suplicaba el rubio a su madre quien seguía sonriéndole.

Ya te he dicho que no, todavía no es tu momento…

¿Pero es que no te das cuenta? – Preguntó un tanto tozudo el aludido. – ¡Yo ya estoy muerto, al igual que Sasuke y mis dos hijos, dattebayoo!

Kushina solo resopló el aire contenido y reviró sus ojos en señal de fastidio ya que sabía que su hijo era un terco al igual que su padre. - ¿Y que te hace pensar que moriste, Naruto? ¿Acaso crees que esto es el cielo?

Es que Sasuke estaba herido de muerte, yo tenía un fuerte dolor en mi vientre y mis bebes… - Habló mientras veía su abdomen. – Mis hijos ya no están ¡Mírame Oka-san yo estaba embarazado hace un momento y ahora ya no lo estoy!

La pelirroja se puso de pie y se dirigió hacia la puerta para salir de esa habitación, sin mirar hacia atrás donde estaba su hijo, le habló cambiando su dulce tono de voz por uno de total seriedad. – Naruto acompáñame, quiero mostrarte algo.

El rubio obedeció las palabras de su madre y se encaminó junto con ella para salir juntos de aquella alcoba, ambos caminaron en silencio; eso sí con sus manos entrelazadas, Naruto sentía la calidez de ella, mientras que Kushina se sentía completamente feliz al ver lo grande y guapo que era su retoño, el fruto del gran amor que ella y Minato se tenían.

Llegaron a un enorme pasillo muy parecido al del hospital de Konoha, ambos se pararon afuera de uno de los cuartos, donde se apreciaba a un joven moreno quien descansaba en una de las camas, mientras que otro de cabello plateado y una mascara que tapaba la mitad de su rostro se encontraba de pie, esperando a que despertará. El Uzumaki se dio cuenta que aquel que estaba inconsciente era Sasuke y el que estaba a su lado era Kakashi- sensei, quedándose perplejo por lo que estaba viendo.

Oka-san ¿Qué es esto, dattebayoo? ¿Ese es Sasuke-teme? – Señalaba el kitsune aquella escena mientras que Kushina le miraba sonriente.

Sí mi niño ese es tú Sasuke… - Le respondió mientras veía de manera divertida el sonrojo de su hijo al escuchar la última frase. – Como lo ves, él no esta muerto… Mira bien y date cuenta que ni herido está.

¡Sasuke… despierta teme, Sasuke onegai despierta! – Gritoneaba el jinchuriki sin afectar en lo más minimo a los otros dos.

Tranquilo mi amor. – Le detuvo la mujer. – Ellos no pueden vernos.

Naruto detuvo su gritonearía y opto mejor por ver lo que estaba ocurriendo en ese momento, para después ver que su moreno comenzaba a abrir los ojos, Kakashi dio muestras de estar sonriendo, a pesar de que su mascara tapaba su boca, sin embargo su semblante de preocupación fue cambiado por uno de alegría al ver que su ex alumno había despertado.

Lo ves, Sasuke no esta muerto…

El Hokage escuchó lo que la pelirroja le dijo y miró atento el semblante del Uchiha, y constató que no se apreciaban rastro alguno de heridas o cicatrices.

Se cortó el pelo… - Murmuro el rubio lo que hizo que su madre sonriera. Mientras que él continuaba observando a su moreno, de vez en cuando se sonrojaba al ver lo guapo y bien ejercitado que estaba el cuerpo del azabache.

Ambos continuaban viendo la plática que tenía el Uchiha con el ninja copia, por momentos veían que Sasuke se alteraba cuando tocaban el tema de Naruto, el rubio sonreía al ver que el ojinegro se preocupaba por él; de repente, ambos hombres salieron de la habitación, uno detrás de otro, el Uzumaki y Kushina los siguieron, llegando los cuatro hasta otro cuarto que estaba con las cortinas cerradas, cuando Kakashi iba a abrir la puerta una pelirrosa les impidió el paso, pero tanto Naruto como su madre pudieron entrar, sorprendiéndose el ojiazul de verse a él mismo postrado en aquella cama.

Ves mi amor, tanto tú como mis nietecitos no han muerto aún. – Le habló la pelirroja al mismo tiempo que abrazaba a su niño.

Entonces… ¿Por qué estoy aquí contigo y al mismo tiempo dormido en esa cama? – preguntó el rubio un tanto sorprendido.

Naruto… - Le habló su madre usando su tono dulce, a lo que el joven volteó su mirar de la cama para ver a su madre. – Como te lo había dicho mi bebe, todavía no es tiempo de que abandones este mundo, tienes que dar a luz a estos hermosos niños y ser feliz al lado de Sasu-chan, como puedes ver. – Le indicó mientras la puerta de la habitación donde estaban era abierta dejando entrar a Sasuke de manera apresurada deteniéndose al pie de la cama.

El jinchuriki vio como el pelinegro entrelazaba su mano con la del Naruto que estaba durmiendo, sintiéndola como si fuera él el que recibiera el toque, cuando de pronto sintió un movimiento en su interior llevándose sus manos a la altura de su abdomen; sorprendiéndose de que su vientre abultado había regresado ya, abrazándose a sí mismo y al mismo tiempo sonreírle a su madre quien lo observaba sonriente a su lado.

¡Eso quiere decir, que no estamos muertos; ni el teme, ni mis chibis y por supuesto yo, dattebayoo!– Afirmaba de manera emociona el rubio pero su semblante cambio de manera rápida, de una sonrisa a una de nostalgia al ver que el azabache estaba llorando frente a él, Naruto se separó de Kushina y se dirigió al otro lado de la cama para quedar de frente del pelinegro.

Kushina se acercó al lado de su hijo, le tomó su rostro para darle un beso en cada una de sus zorrunas mejillas, mientras que el joven entrelazaba con sus manos las de su madre, mirándole detalladamente su bello rostro.

Ya es tiempo de que me vaya, mi amor… - Habló la pelirroja.

Oka-san, arigato por haberme dado la vida… te quiero mucho. – Le respondió el Hokage, al mismo tiempo que la abrazaba y nuevamente comenzó a llorar.

Sé muy feliz mi niño lindo… Y protege a todos los que te rodean…

¿Te volveré a ver?

Dentro de mucho, mucho tiempo mi amor… Ahora es tiempo de que me vaya.

Y así la imagen de Kushina; poco a poco se desvanecía mientras que Naruto sentía nuevamente que una luz brillante lo cegaba, pero no le molestaba, al contrario lo hacía sentir una enorme paz. Escuchando el llamado de su teme.

Los ojos del rubio poco a poco se iban abriendo, sintiendo sobre su abdomen un peso, con una de sus manos tanteo el origen de esto y era el de una suave cabellera y un aroma muy reconocido para él, dándose cuenta que era Sasuke el que estaba sobre su prominente vientre, mientras que al mismo tiempo sentía los movimientos de sus gemelitos.

¿Sas… Sasuke? – El moreno al escuchar las palabras del menor dirigió su ónice mirada encontrándose con los zafiros del kitsune.

¿Naruto? - Respondió el Uchiha sin dudar ni siquiera un segundo en abalanzarse hacia el rubio y darle un apasionado beso.

El beso poco a poco se hizo más profundo, ambos sentían la necesidad del otro, Sasuke besaba cada parte de la boquita de su niño, Naruto solo se dedicaba a corresponder aquella deliciosa sensación que su moreno le prodigaba, sin embargo tuvieron que separarse ya que la falta de aire se hacía presente para ambos y el Uchiha no quería que su koibito se alterara.

Estas aquí teme… estas aquí conmigo… - Susurró el ojiazul pegado al pecho del moreno quien lo abrazaba de manera protectora.

Por supuesto que estoy aquí contigo… con ustedes. – Respondió al mismo tiempo que bajaba su mano, estacionándola en el vientre del rubio. – Ya no me separaré de ti dobe, quiero que criemos juntos a nuestros hijos.

Naruto se separó un poco del cuerpo del azabache para mirarle el rostro. - ¿Entonces ya lo sabes, teme?

Por supuesto que ya lo sé, además… - Respondió de manera sonriente al mismo tiempo que volvía a posar su mano sobre el vientre del rubito. – Esta pancita te delata mucho y no creo que sea por comer mucho ramen.

Baka - Terminó para después, volver a abrazar a su moreno y empezar nuevamente a repartirse besos.

Pero como todo lo que comienza tiene que terminar (por ahora) aquellas muestras de amor se detuvieron ya que cuatro personas hicieron acto de presencia, dejando algo cabreado al Uchiha por la interrupción.

Vaya, vaya se ve que ustedes dos no pierden el tiempo… - Saludó una voluptuosa y rubia mujer, que se acercaba junto con su asistente personal, Shizune quien venía detrás de la Godaime con un aparato de ultrasonido para escanear el vientre del Uzumaki y ver el estado de los bebes.

Oba-chan… - Susurró el rubio mostrando un total sonrojo por haberlos encontrado en aquella situación, y más por no ser la única ya que los otros dos eran Kakashi y Sakura, quien esta última los miraba de manera sonriente y enternecedora.

Tsunade hizo de a un lado al portador del sharingan de un solo movimiento para acercarse a la cama de su niño, este la miro de manera asesina, cuando estaba a punto de reclamarle por haber hecho esto, Naruto le envió una mirada de total calma, moviendo solo sus labios con un "Teme, onegai… no hagas nada malo" . Sasuke comprendió de inmediato lo que su koi le decía y solo se movió al otro extremo de la cama ya que quería estar presente en lo que la médico le iba a hacer al ojiazul.

Has despertado mi amor, nos tenías muy preocupados…. – Musito la anciana de manera cariñosa al mismo tiempo que besaba la frente del menor, cosa que Naruto solo le sonrió, pero en un abrir y cerrar de ojos; la Godaime cambio su calmada actitud por una de total ira y rabia, que si no fuera por su pelinegra asistente, el puño de la rubia estaría sobre el rostro del Nanadaime.

¡¿Cómo se te ocurre arriesgarte de esa forma, Naruto?! ¡No tienes idea de la angustia que pase cuando te veo llegar en camilla totalmente inconsciente y todo por este! - Arremetía la Sannin señalando a Sasuke quien la miraba con el sharingan activado, totalmente enojado por el golpe que estaba a punto de darle al rubio.

¡Tsunade-sama, onegai cálmese recuerde que Naruto-san necesita reposo, acaba de salir del coma! – Trataba de calmarla la morena interponiendo su cuerpo para que la mujer mayor no intentara nuevamente golpear al muchacho, pero para sorpresa de ambas mujeres y la de Sakura y Kakashi, Sasuke ya estaba sobre la cama; abrazando el cuerpo de un asustado Naruto ya que el ver el enojo de la Oba-chan lo paralizó por completo.

La ex Hokage respiro profundamente y se llevo sus manos a sus sienes masajeándolas para tratar de aminorar la migraña que la atacaba.

Oba-chan. – Se escuchó la suave voz del ojiazul quien se encontraba envuelto en los brazos del azabache. – Gomenasai… - Se disculpó el muchacho.

Naruto, sabes muy bien que en tu estado no puedes cometer locuras; no porque tengas el kyubbi dentro de ti te hace ser inmortal, sí le llegara pasar algo al bijuú tú prácticamente morirías y por ende los bebes también. – Le explicó la mujer ya en un tono sereno y tomando la mano del menor, entrelazando sus dedos con los de él.

Sé que lo que hice fue una tontería, pero… - Relató el kitsune separándose un poco del agarre del pelinegro para mirarlo directamente a sus negras orbes. – Lo único que me importaba era ver una vez más a Sasuke… Sabes bien lo mucho que lo amo y actué por instinto, nada más; por eso te pido perdón a ti y a todos los que se preocuparon por mí.

Yo también te amo demasiado dobe. – Le respondió el moreno besando nuevamente los labios del ojiazul. – Pero la vieja tiene razón; no debiste arriesgarte y poner en peligro tú vida y la de los bebes.

¡Uchiha, cuida esa boca! – Dijo una alterada Tsunade evidentemente por la utilización de la palabra vieja ya que solamente a Naruto le permitía que la llamara así. – Bueno… - Suspiró fastidiada porque en los últimos tres días si que habían sido por demás estresantes por no saber el motivo del estado de inconsciencia del Hokage.

Hay que mantener la calma. – Interrumpió el Hatake quien se había mantenido al margen de la discusión. A lo que los demás concordaron en hacer caso a lo que pedía. – Tsunade-sama… - La llamó el peli plata, obteniendo la atención de la anciana. – Al fin pudo encontrar "algo" del porque la recuperación de Sasuke sí estaba prácticamente agonizando en aquel lugar del bosque.

La rubia mujer dio un corto asentimiento con su cabeza para mostrar su conformidad y poder explicar lo pedido por el capitán de equipo. Tsunade aclaró su garganta y comenzó a hablar.

Las cosas al principio nos resultaron por demás complicadas después de todo. – Suspiró la mujer un tanto cansada. – Naruto… - Lo llamó obteniendo toda la atención del rubio hacia ella. - ¿Recuerdas el jutsu que utilizo para regenerar mis células y así mantenerme en esta apariencia?

Hai… - Respondió el joven un tanto confundido.

Ese es un jutsu algo desgastante y requiere de una enorme fuente de chakra para lograrlo, pero el que lo intenta sin tener el conocimiento suficiente termina inconsciente por varios días, como paso contigo.

Pe… pero yo no hice esa técnica Oba-chan… - Se defendía el Uzumaki. – Yo lo único que sentía era un ardor en mi vientre, algo así como cuando no podía controlar al zorro y desprendía cuatro colas y mi piel se me desgarraba por completo.

Yo nunca dije que tú hayas hecho el jutsu, cariño. – Le dijo tomando su mentón y volver a besar su frente lo que hizo que Naruto sonriera y Sasuke soltará un bufido de molestia, gesto que la Sannin ignoró completamente. – Los que lo hicieron fueron este par de preciosidades… - Soltó sin más al mismo tiempo que acariciaba la prominente barriguita del rubio.

Tanto Sakura, Kakashi, Sasuke y hasta el mismo Naruto se quedaron de una sola pieza ante lo último escuchado, no pudiendo creer que unos bebes que todavía no nacían podían hacer semejante técnica.

¿A que se refiere con que MIS hijos lo hayan realizado? - Cuestionó el Uchiha, a lo que Tsunade solo sonrió ya que se le hacia gracioso la forma en como se dirigía Sasuke a los pequeños, si apenas tenía diez minutos con el Hokage y ya asumía sus deberes paternos.

¡Vamos Oba-chan no te quedes callada, dattebayoo! – Se oyó decir a Naruto con una voz autoritaria poca propia del él, pero capaz de estremecer a cualquiera.

Esta bien, esta bien; explicaré pero no quiero ninguna interrupción mientras hablo. – Todos asintieron con un movimiento de su cabeza, hasta el mismo Nanadaime se acomodó mejor en los brazos del moreno, mientras que Sasuke lo tenía abrazado, posando sus pálidas manos en el prominente abdomen del rubio, acariciándolo de manera suave.

El jutsu de regeneración de células no es originaria de Konoha, esa técnica proviene de uno de los clanes más antiguos del país del Remolino.

El lugar donde viene la madre de Naruto. – Interrumpió el Hatake, a lo que la Sannin solo asintió con su cabeza.

Así es Kakashi. – Continuó la Godaime su explicación. – La regeneración de células es un kekkei genkai trasmitido de generación en generación, tal y como el sharingan con Sasuke.

Demo… Sí yo nunca he sabido utilizar esa técnica. – Añadió el rubio un tanto confundido.

Por supuesto que no las utilizado, Naruto-san porque cuando estas mal herido el kyubbi es el que se encarga de curarte. – Le respondió Shizune un tanto sonriente.

Entonces, usted quiere decir que si el dobe no fue el que hizo el jutsu por ser poseedor de ese lazo sanguíneo ¿Los que lo hicieron fueron los bebes? – Cuestionó el Uchiha, posando su mirar en la mujer mayor.

Tsunade resopló ante la conclusión del azabache y asintió un poco su cabeza, afirmando lo antes preguntado.

Pero… ¿Cómo puede ser eso posible si los gemelos aún no nacen y por coherencia no pueden hacer técnicas ninjas? – Ahora era turno de Sakura de cuestionar el hecho.

Vamos Sakura… ¿Creí que mi alumna era mucho más inteligente? – La regañó Tsunade a lo que la pelirrosa solo agacho su cabeza. – Cariño… ¿Se te olvida quienes engendraron a este par de angelitos?

La chica meneó la cabeza aún sin comprender, lo que hizo que Shizune la tomara de los hombros, tratando de tranquilizarla.

Mira Sakura, se supone que cuando eres poseedora de un keke genkai lo puedes despertar aún si tener conocimiento de ello, por eso; los hijos de Naruto-san lo realizaron y le salvaron la vida a Sasuke-kun. – Le habló la morena kunoichi.

Está bien ya entendí. – Inquirió la Haruno limitándose a solo encoger sus hombros para seguir su cuestionamiento. – Pero; debieron de tener una fuente de chakra para poder realizar el jutsu y si lo hicieron de Naruto, creo que la realidad hubiera sido otra.

Exacto, pero los bebes a pesar de ser muy pequeños, plantearon muy bien la situación y no fue el chakra del Hokage lo que utilizaron. – Recalcó de nueva cuenta Shizune.

Sí no utilizaron el chakra de Hokage-sama, entonces utilizaron la energía de…

El zorro demoniaco… - Dijeron al unísono; Sasuke, Kakashi, Shizune y La ninja Sannin.

El rubio al oír esto, se quedo muy sorprendido ya que como era posible que sus bebes pudiera adquirir energía de su bijuú si todavía no nacían, mientras que a él le costó mucho tiempo poder trabajar a la par con el zorro.

¿Podrían explicarme como es esto posible, porque yo no entiendo nada? – Protestó el ojiazul un tanto iracundo a lo que los demás, incluyendo Sakura que ya había comprendido todo, solo le sonrieron.

Dejaremos que Sasuke sea el que te explique… - Llamó la mujer mayor con determinación, mirando al Uchiha quien solo meneo su cabeza en señal de afirmación.

El moreno dio un largo suspiro y se separó un poco del abrazo del rubio para poder verlo a sus zafiros orbes y explicarle lo siguiente. Dobe, cuando concebimos a nuestros hijos. – Esto último lo dijo algo cohibido ya que no deseaba que nadie de los que estaban en ese cuarto comenzaran a imaginar su encuentro con el rubio. – Tanto tú como yo éramos poseedores de un gran poder, por ejemplo; tú ya podías controlar al zorro fusionándose contigo sin que perdieras el control, y yo ya manejaba perfectamente el mangekyo sharingan con todas sus técnicas conocidas.

¡Sin rodeos Teme que no tengo todo el tiempo! – Habló de manera impaciente el Uzumaki.

¡Narutoooo bakaaa! – Gritó la pelirrosa mostrando un puño en alto y sus ojos en vez de mostrar su color jade se apreciaban dos llamas de fuego.

¡Haruno Sakura! – La llamó su maestra muy enojada. – ¡Muestra más respeto a tu superior, es al Nanadaime al que estás insultando!

La kunoichi de forma muy apenada, agachó su cabeza haciendo una reverencia y pidiendo una disculpa a sus principales. – Suminasen… Hokage-Dono, Tsunade-sama.

El ojiazul tomó la mano de su asistente y le mostró una hermosa sonrisa, señal de que no pasaba nada, que todo estaba bien con él. – Sakura-chan… no te preocupes, ya sabes lo exagerada que es la vieja… - La joven solo sonrió y dudó un poco en darle un beso en la mejilla del rubio ya que Sasuke no le quitaba la vista de encima, señal de que no aprobaba la tan estrecha relación que tenía con su koi.

¡¿Acaso me llamaste vieja, mocoso?! – Refunfuñó la voluptuosa mujer, ahora era ella la que mostraba enojo en sus mieles orbes.

Recuerda Tsunade-bachan que es a tú Hokage quien estas insultando. – Dijo de manera nerviosa el Uzumaki, creyendo que con ese comentario había calmado a la Sannin.

¡Serás el Nanadaime de la Aldea, la máxima autoridad; pero para mí sigues siendo un pequeño crío al que pueda llamar como yo quiera!

¡Tsunade-sama! – Llamó alborozada la morena, lo que hizo que la rubia se calmara, comprendiendo de que no era bueno alterar al joven preñado.

¿Van a dejar a Sasuke continuar con la explicación? – Preguntó algo molesto el ninja copia, a lo que los demás, incluyendo a Naruto se callaron para que el pelinegro prosiguiera.

El Uchiha se aclaró la garganta y siguió. – Como ya te lo había dicho antes, los bebes han heredado nuestros poderes actuales, y según los pergaminos que Itachi me dijo antes de su partida. – Aquello lo dijo mostrando un dejo de nostalgia, a lo que Naruto al verlo así lo abrazo. – Cuando se concibe un Uchiha y sí su padre es poseedor de un gran poder, el bebe nace con los mismos dones.

Pero, la gran pregunta es… ¿Cómo fue posible que los gemelos hayan podido dominar al zorro y de paso crear la técnica de regeneración? – Preguntó el jinchuriki acariciando de manera cariñosa su barriguita.

Pues creo que eso solo el bijuú nos los podrá responder… - Aclaró la ex Hokage, lo que el rubio solo cerró sus ojos, tratando de concentrarse para charlar con Kyubbi.

Un par de minutos más y el joven Uzumaki abrió sus ojos, mostrando en ellos un color muy diferente a los de él, y eran precisamente el rojo escarlata del zorro demoniaco.

Vaya… vaya… parece que necesitan de mi presencia para aclarar algunas cosas. – Habló el rubio con una voz por demás demoniaca y su respiración se escuchaban los clásicos rugidos de la bestia.

¡Aléjate Uchiha que no es al mocoso al que estas abrazando! ¡Suficiente tengo con servir de niñera de tus cachorros como para ahora soportar tu estupefacto aroma humano!

Sasuke se separó del cuerpo de su koibito y se puso de pie al lado de la kunoichi rosada, activando su kekkei genkai; por aquello a que el bijuú quisiera tomar el control.

Tranquilo mocoso Uchiha… - Sentenció el zorro. – No es necesario de que me muestres tú sharingan, este chiquillo tiene todo controlado – Dijo refiriéndose a Naruto. – O que… ¿No sabes que ambos ya somos compañeros de peleas? – Finalizó de forma burlesca; tratando de poner algo celoso al moreno, ya que conocía muy bien el carácter del vengador.

¡Kyubbi! – Lo llamó la Sannin un tanto cabreada, lo que hizo que el zorro volteara su mirar hacia ella. – Sabes que no nos agrada cuando tomas el cuerpo de Naruto para explicar tus ideas. – Al oír esto el kitsune frunció el ceño de manera molesta y soltando un pequeño pero audible rugido. - ¿Podrías decirnos como se dio la técnica que salvó la vida de Sasuke?

¡Esos pequeños monstros, por poco me mandan al otro mundo si no se detenían a tiempo! – Habló muy molesto y rugiendo más fuerte.

¡¿A quien le dices monstros, zorro de mierda?! – Le reprochó muy cabreado el azabache, queriendo golpearlo con un chidori que se empezaba a concentrar en una de sus manos, pero se detuvo ya que sabía que era el cuerpo de su rubio el que lastimaría.

¡Pues a quien más iba a ser! ¡Me refiero a este par de chiquillos que han venido a usurpar mi cómodo lugar aquí adentro! Pero bueno… ya… - Planteó el demonio meneando su cabeza en señal de negativa. – Lo que quiero es descansar y les diré como estos "angelitos" – Esto último lo dijo algo altanero para hacer enfadar al Uchiha, cosa que consiguió ya que Sasuke lo miro de forma amenazante. – Hicieron la dichosa técnica.

Los demás, incluyendo el azabache se centraron en la mirada del zorro, quien comenzó a relatarles como manejaron el jutsu los chibis.

Como ya saben, todo bijuú tenemos chakra ilimitado y yo; por ser el demonio más poderoso que existe me ofrecí a poder curar tus heridas tal y como lo hago con Naruto, solo que contigo se iban a tardar más tiempo en sanar ya que tu no eres mi contenedor. – Señaló el bijuú. – Y les comencé a mostrar la forma en hacer la técnica regenerativa…

Espera un momento Kyubbi. – Interrumpió el jounnin a lo que el demonio bufó algo molesto. - ¿Por qué dices que comenzaste a mostrarles la forma en hacer el jutsu? Sí los chibis aún son muy pequeños para abrir sus ojos.

Jajajajaja… - Se carcajeó de forma macabra el demonio. – Hatake Kakashi… - Lo llamó con su voz tenebrosa. – Estos niños ya tienen el sharingan activado y por ende son capaces de copiar jutsus. – Habló en señal de burla, dejando al resto asombrado por lo dicho.

¿Acaso estas diciendo que los gemelos a su corto tiempo ya han despertado el sharingan? – Preguntó un tanto anonadada la Haruno.

Por supuesto que lo tienen… Y no solo eso. – Alzó la voz retumbando en las paredes en señal de frustración. – Pueden controlarme como lo hizo Uchiha Madara y también como este mocoso aquella vez en la guarida de la serpiente. – Señalo a Sasuke quien solo lo miraba de manera orgullosa al escuchar que sus hijos podían controlar al demonio que residía en el cuerpo de su padre.

¡Termina de una maldita vez, zorro de mierda! – Arremetió Tsunade, golpeando una de las mesitas que estaban al lado de la cama. - ¡¿Qué no habías dicho que estabas muy cansado?!

El bijuú solo reviró los ojos y continuó. – ¡Terminaré si ya no me interrumpen con sus estúpidas preguntas! – El resto asintió con un hai como respuesta, a excepción de Sasuke quien se mantenía al lado de Sakura fijando su ónice mirada de aquella parte el cuerpo del rubio donde estaban creciendo sus bebes.

Yo no sabía que los cachorros tenían la capacidad de poder controlarme, así que me confié de más con ellos; y mientras uno me mantenía sin poder moverme con su sharingan, la chiquilla se encargaba de robarme mi chakra y concentrarlo para poder expulsarlo y curar a este mocoso… - Terminó el bijuú sin decir más explicaciones, cerró sus ojos y nuevamente un par de minutos pasaron y los ojos del rubio volvieron a ser azules, abriéndolos algo mareado por dejar que el kyubbi tomara prestado su cuerpo.

Sasuke al ver el vértigo de su kitsune se acercó a la cama para nuevamente abrazarlo, dejando que la cabeza del rubio la apoyara en su pecho, esperando a que se recompusiera del todo.

Tome Hokage-sama. – Le dijo Shizune algo preocupada, dándole un vaso con agua para que bebiera. El dobe lo tomó y bebió un poco, regresándoselo a la morena agradeciéndole por la atención.

Arigato… Nee-chan. – Musitó el Nanadaime, volviendo apoyar su cabeza en el pecho del moreno, lo que hizo que Sasuke comenzara a acariciarle sus rubios cabellos, reconfortando al ojiazul en el acto.

No era necesario que lo hicieras Usuratonkashi. – Le habló el mayor. – Bastaba con que yo me adentrara en tu mente y poder hablar con él.

Lo sé Teme… Pero quería comprobar yo mismo lo que me venía inquietando cuando dijiste del poderío que los bebes heredarían al tenernos como sus padres.

Bueno, bueno… ya supimos como pasó todo… - Habló la rubia acercándose a la cama para tomar de manera cariñosa el mentón del Hokage. – Es hora de dejarte descansar mi niño lindo… Pasaré en un rato más para hacerte una ecografía y ver el estado de los bebes. – Se despidió la Sannin no sin antes depositar su ya tradicional beso en la frente del Uzumaki.

Los demás se despidieron del Hokage saliendo de la habitación, hasta el mismo Sasuke lo hizo besando de manera cuidadosa los labios del rubio, que cuando estaba a punto de acompañar a los otros tres, Naruto le agarró su mano y le habló a la rubia quien le arreglaba la cama para que el chico estuviera más cómodo.

Oba-chan. – Le habló el joven a lo que la anciana lo miró.

¿Sí cariño, que pasa?

¿Puede quedarse conmigo Sasuke? – Preguntó un tanto sonrojado el rubito, que cuando la mujer lo vio se le encogió el corazón dándose cuenta que ya era tiempo de que ellos dos estuvieran solos.

Esta bien mi niño… Pero nada de andar haciendo "travesuras", sabes bien que todavía no estas del todo y ese "tipo de actividades" en vez de ayudarte, podrían perjudicarte.

¡Abuela! – Reclamó el kitsune demasiado sonrojado lo que hizo que Sasuke mostrará su sonrisa de medio lado y la Sannin se carcajeara por la rabieta del menor.

Tsunade ya no dijo más y salió de la habitación no sin antes encargarle al moreno que cuidara de su niño, Sasuke solo asintió con un ligero movimiento de su cabeza y acompaño a la Godaime a la puerta, que cuando esta se retiró, el azabache puso el seguro al cerrojo para que nadie los interrumpiera.

El Uchiha volteó para ver a su kitsune y se abalanzo hacia él, recibiéndolo el rubio en sus brazos quien ya se encontraba de rodillas sobre la cama.

Comenzaron a besarse como posesos, al principio empezaron por pequeños piquitos en la boca y poco a poco se fueron haciendo más intensos, haciendo que la lucha por quien controlaba a quien se hiciera presente; las manos bronceadas se movieron rápidamente para meterlas por el pantalón que traía puesto el moreno, tomándole de sorpresa.

No… podemos – Gimió Sasuke cuando las cálidas manos del menor se encerraron alrededor de su miembro, Naruto rió entre dientes haciéndose para atrás, llevándose consigo el cuerpo del pelinegro.

Te necesito Koi – Canturreó el rubio besando el largo cuello antes de subir a sus labios nuevamente para empezar hacer el amor.

Esta bien Dobe lo haremos a tu ritmo, no quiero lastimarlos. – Le susurró haciendo que el rubio solo gimiera un sí como respuesta.

El Uchiha comenzó por quitarle la única prenda que traía consigo el rubio, hasta tenerlo completamente desnudo, volvió a admirar la desnudez del ojiazul; pero esta vez la vista era mucho mejor que aquella primera vez, ya que el voluptuoso vientre de su koi lo hacía lucir por demás hermoso.

Sin dudarlo ni un segundo, Sasuke se acomodo encima del jinchuriki sin aplastarlo y empezó a besarle todo el rostro, paseando por sus mejillas, clavícula, volviendo a unir sus labios y terminando por detrás del lóbulo de su oreja haciendo que el menor comenzara a soltar pequeños gemiditos de placer; aumentando así más el calor que emanaba de aquel par de cuerpos.

Naruto correspondía las atenciones del mayor, acariciándole los brazos, la espalda y el pecho por encima de la bata que traía, Sasuke se separó un poco del Uzumaki para verlo directamente a sus zafiros ojos y como comprendiendo la petición del rubio, se desnudó ahí mismo, lanzando a quien sabe donde el par de prendas, volviendo a unir sus bordes con los del Nanadaime. Después de un buen rato de intercambio de largos, intensos y apasionados besos, Sasuke abandono la boca del kitsune y empezó a repartir caricias por otras partes del cuerpo, como eran el cuello y pecho del menor.

El portador del sharingan vagó con su lengua todo el torso oliváceo del rubio, bajando hasta llegar al abdomen, quien al verlo sonrió de manera tierna y comenzó a repartir pequeños besos alrededor del prominente vientre de su niño, de vez en cuando se encontraba con la mirada azulina del dobe quien solo lo contemplaba de manera cariñosa al ver la manera en como besaba su barriga.

El Uchiha bajo hasta el miembro del Uzumaki que ya se encontraba semi-despierto y de un solo movimiento lo introdujo dentro de su boca, logrando que el rubio soltara un fuerte gemido y arqueara su espalda de forma muy sensual, lo que hizo prender más al mayor.

¡Ahh Teme!

Toma mi amor… lámelos… - Le pidió Sasuke con un tono de voz ronca por la enorme excitación que sentía, dándole sus tres dedos para que el zorrito comenzara a lubricarlos con su saliva.

El portador del sharingan seguía con su tarea de darle placer al miembro del ojiazul metido en su boca, subía y bajaba por toda la longitud de este, al mismo tiempo que también chupeteaba con los testículos.

Una vez que los dedos estaban lo suficientemente ensalivados, Sasuke los retiró y abriendo un poco más las piernas del rubio, comenzó a introducir uno a uno, moviéndolos en círculos, de forma de tijeras para que la entrada del jinchuriki se dilatara y poder unirse y ser uno solo con él.

Una vez que Naruto estuvo listo para recibir en su interior el miembro del moreno, el Uchiha se acostó sobre la cama boca arriba, y dejo que el Hokage se subiera encima de él ya que esa era la posición perfecta para no lastimar a él o la los pequeños. Una vez que el kitsune estuvo sobre su cuerpo, el azabache levantó un poco las caderas del menor mientras tomaba entre sus manos su hombría para masturbarla un poco más y comenzó a adentrarla en aquellas paredes que anteriormente había dilatado.

El Uzumaki por su parte, no pudo esperar a que Sasuke terminara por adentrarse dentro de él, simplemente; Naruto se dejó caer de un solo movimiento sobre el miembro del Uchiha, haciendo que este último solo gruñera ante el hecho, mientras que lágrimas comenzaba a surcar por sus ojos.

¡¡¡Ahh Dobe, lo volviste hacer!!! – Gimió el azabache, recordando que la última vez que lo hicieron, Naruto hizo lo de empalarse así mismo.

El mayor extendió su brazo a la altura del rostro del rubio, para secar con sus finos y blancos dedos las lágrimas que recorrían el rostro de su koi.

El kitsune después de un par de minutos y de acostumbrarse a la longitud dentro de su cuerpo, comenzó a moverse, cabalgando encima del padre de sus hijos; para el Uchiha esta manera en como actuaba su niño era por demás sensual y mientras el rubio se movía de manera frenética y como decirlo… ¿Posesa?, sí esa era la palabra correcta, con su cabeza echada hacía atrás, sus labios ligeramente abiertos dejando salir un hilillo de saliva, el azabache no pudo contenerse más y tomo de las caderas del menor para ayudarlo en aquel movimiento. Ambos jóvenes gemían de total placer, Sasuke sintió que el final pronto se acercaba ya que sentía las contracciones en las paredes aterciopeladas del Hokage; aumentó el ritmo de las embestidas, ahora retirando las manos de donde estaban y posándolas en el vientre del ojiazul.

¡¡¡Ahh ahh… Sasuke… onegai, moto, moto!!! – Gemía el menor sintiendo aquel pedazo de carne caliente dentro de su ser.

¡¡¡Naruto… te… te… amo!!! – Gimió fuertemente el moreno viniéndose en el interior del rubio, llenándolo con su simiente, lo que hizo que el dobe se corriera sobre ambos vientres, siendo el del ojiazul el más manchado por su gran redondez.

El Uzumaki se dejo caer sobre el pecho de su amante, mientras que el mayor lo acomodaba de tal forma que estuviera cómodo y salió cuidadosamente de su interior, ahora ambos trataban de acompasar sus respiraciones, siendo el rubio en ser el primero en caer dormido, para después, Sasuke acompañarlo al mundo de los sueños…

Te vez hermoso – Dijo el azabache abriendo sus ojos y mirando el cuerpo desnudo sobre él, dándose cuenta de que estaba a punto de anochecer y supuso que la Sannin llegaría en cualquier momento. Naruto escuchó lo que su moreno le había dicho y se sonrojó escondiendo su rostro bajo las sábanas blancas, el pelinegro se echó a reír quitando la manta que los separaba, se apoyó en sus brazos inclinándose para besarle el abdomen innumerables veces, una patada lo hizo separarse de la piel morena. - ¡Son todos unos luchares! – Dijo el Uchiha con orgullo, Naruto gimió tomando su gran estomago entre sus manos cuando los gemelos volvieron a patear.

Sí esto es un sueño no quiero despertar… no quiero darme cuenta que tú todavía no estás aquí a mi lado. – Susurró el Hokage a lo que Sasuke solo sonrió con su sensual voz y acerco sus labios a los del rubio para besarlo.

¿Esto te parece un sueño, Usuratonkashi?

No, claro que no Teme… Hoy estoy más que seguro que ya no te separarás de mi lado. Criaremos a nuestros bebes juntos, como la familia que siempre hemos añorado. – Se expresó el ojiazul, sonriendo de manera tierna.

Me quedaré contigo Dobe… me quedare con ustedes… - Habló el mayor entrelazando sus manos con las del jinchuriki quien las tenía sobre su barriguita.

CONTINUARA…

Hola!!! Pues aquí dejándoles el quinto capi de esta historia, espero y haya sido de su agrado, a lo mejor se les hizo como de relleno, pero es que necesitaba explicar la forma en como se curo Sasuke… y bueno algunas partes me las tuve que inventar sobre el jutsu de regeneración de células… jejejeje se lo achaque a la mama de Naru!! Jejeje

Bueno me marcho, cuídense mucho y les deseo lo mejor de lo mejor, muchas gracias por sus comentarios!!! Besos y abrazos

byeeeeeeeeeee