Capítulo 1. La aparición de Oa

13 de Febrero 6:00 PM

Nos encontramos en la torre de Tokio donde están tres jovencitas de 20 años charlando.

Suspirando - ¿Algún día podremos volver a Céfiro? - Dijo Marina.

- Yo creo que sí, sólo tenemos que desearlo con todo nuestro corazón - contestó Anaís.

- Estoy de acuerdo con Anaís - dijo Lucy - Pero tenemos que desearlo realmente.

- Pero llevamos 6 años intentando y no lo hemos logrado - respondió tristemente Marina.

Las tres se miraron un poco triste, Marina tenía razón, pero no querían quedarse sin esperanza.

- Debemos de estar haciendo algo mal - comentó Lucy - el problema es ¿qué estamos haciendo mal?

- Lo más seguro es que no lo estemos pidiendo con todo nuestro corazón- sentenció Anaís

- Pero yo quiero volver a Latis - contestó Lucy muy deprimida

- Y yo a Paris - dijo Anaís

Yo deseo ver a Guru Clef - pensó Marina

- Oye, Marina¿a quién quieres ver¿A Ascot? - Preguntó Lucy

- ¡NO ME GUSTA ASCOT! - Gritó Marina muy molesta.

A Lucy le salieron sus orejas y sus ojos parecían de un perrito pidiendo perdón.

- No tienes porque exaltarte - dijo Anaís muy seria.

Marina estaba avergonzada: Yo... lo... siento.

- No tienes porque - le contestó Lucy sonriendo - pero si no es Ascot ¿quién te gusta?

Marina se puso toda colorada: Pues...

- No me digas que es Guru Clef - dijo Anaís en un tono muy bajo

A Marina le salía vapor de lo sonrojada: Esteee... pues... si, lo... amo.

- ¡QUÉ! - Gritó Lucy asombrada

- ¿Có... cómo lo supiste Anaís? - Preguntó Marina todavía nerviosa.

- Solamente lo sospechaba - contestó Anaís sonriendo

- Bueno, viéndolo así, que se puede decir - comentó Marina - lamento no habérselos dicho.

- No te preocupes - contestaron Lucy y Anaís.

- Creo que si lo intentamos mañana lo lograremos - dijo Anaís.

- ¿Por qué? - Preguntó Lucy

- Recuerda que mañana es día del amor y la amistad, por lo tanto, como deseamos ver a nuestros seres amados y a nuestros amigos lo más seguro es que logremos verlos - contestó Marina.

- Tienes razón, entonces, a que hora nos vemos mañana - dijo Lucy recuperando su alegría y la esperanza.

- ¿Qué le parece mañana a las diez? - Preguntó Anaís.

- Perfecto - contestaron Marina y Lucy. Se despidieron y cada una se retiró a su casa

Casa de Lucy.

- Hermanos, ya llegue - gritó Lucy.

- Ya era hora - dijeron Cameo y Mashiel - ¿Dónde estabas?

- Con mis amigas en la Torre de Tokio - contestó Lucy esperando la respuesta de siempre.

- ¡OTRA VEZ! - Gritaron los dos al mismo tiempo.

- Hermanos, dejen de acosar a Lucy - dijo Saturno.

- Pero Saturno - dijo Cameo - tú también estabas preocupado por ella.

- No exageren hermanos - dijo Lucy - no tienen porque sobreprotegerme tanto.

- NO TE SOBREPROTEGEMOS - gritaron los tres al unísono.

Ya que logró -safarse- de sus hermanos (U), se fue a su cuarto y sentada en su cama sostenía el collar que le había regalado Latis

- Tengo tantas de verte - dijo en voz alta - espero que mañana lo logremos.

Y pensando en él se fue a la cama.

Casa de Marina.

- ¿Estas segura que no te viste con ningún muchacho Marina? - preguntó su papá

- Claro que no papá - contestó Marina - sólo estabamos Lucy, Anaís y Marina.

- Déjala, querido, se ve que está diciendo la verdad - le dijo su esposa.

- ...

- Bueno, pues ya me voy a la cama - dijo rápidamente Marina - Buenas noches

- Buenas noches hija - le contestaron sus papás.

Ya en su cuarto

- Fiu - dijo Marina suspirando - ¿cómo pudo creer que me iba a ver con un chico?

Ya más tranquila, acostada en su cama.

Espero que mañana podamos volver a Céfiro, y está vez le confesaré mis sentimientos a Guru Clef

Con este pensamiento se quedó dormida.

Casa de Anaís.

- Tranquilízate Lulú - dijo Anaís intentando salir del lugar donde la había acorralado su hermana - sólo fuimos a platicar.

- ¿Cómo puedo estar segura de ello? - Contestó Lulú casi como un gruñido.

- Recuerda que nunca te he mentido - dijo Anaís - además de que no hay razón para que dudes de mí.

- Tienes razón - dijo Lulú alejándose - pero me tienes muy preocupada, también a mis papás los preocupan.

- No tienen porque preocuparse - dijo Anaís con una sonrisa - bueno, ya me voy a la cama, buenas noches Lulú.

Se sube corriendo y Lulú sólo se le queda viendo.

Ya se encontraba su cuarto con el comunicador que le dio Paris en la mano.

- Tengo tantas ganas de volver a verlo - comentó con un suspiro - me preguntó si mañana lo lograremos.

Dejó el comunicador en una bolsita que tenía colgada de la cabecera de su cama, y se quedo dormida.

En ese momento aparece un parque (imagínense un parque con un columpio y muchos árboles alrededor) y se escucha a alguien llorando.

- ¿Dónde estoy? - Se escucha una voz llorosa.

- ¿Quién está ahí?- Pregunta Anaís algo sobresaltada

- Dime, por favor¿dónde estoy? - Le preguntó la voz

- Parece que estamos en un parque - le contestó Anaís - ¿Por qué se me hará conocido esté parque

En eso aparece una silueta (ahora piense en una sombra transparente donde sólo se ven los ojos y la boca) con lagrimas en los ojos.

- Dime¿quién eres? - Preguntó dulcemente Anaís.

- No puedo recordarlo - dijo la voz con un acento atormentado - tengo mucho miedo –

- No te preocupes, nada nos pasará - eso dijo Anaís mientras abrazaba la silueta.

De pronto la silueta desapareció y Anaís comenzó a ver (como si estuviera en una pantalla de cine) las escenas de cuando ellas eliminaban a Zagato y seguido como eliminaban a la princesa Esmeralda; en eso ella se levantó sobresaltada.

- ¿Qué fue todo eso? - Se preguntó Anaís totalmente espantada - ¿Por qué no he podido sobreponerme a ello?

En eso comienza a toser, en ese momento su mirada cambia y se vuelve completamente fría

- Así que eso fue lo que pasó con el amo Zagato y Esmeralda - comentó cruelmente - creó que es hora de que Oa tome lo que se suele llamar venganza.

CONTINUARÁ...

NOTAS DE LA AUTORA:

Hola, mi nombre es María Elisabetta, pero llámenme Lisetta, espero que les haya gustado la historia, este capítulo salió más largo de lo que creía. Gracias por tomarse un tiempo para leerla, si tienen comentarios, quejas o cualquier cosa, no duden en escribirme a Está historia la hice con ayuda de mi mejor amiga Thalía. Nos vemos en el próximo capítulo.