Aclaraciones del capitulo:

Me apetecía escribir algo especial para una noche como esta y llevaba tiempo queriendo regalarle algo a Zafy por todo su apoyo. Esto es lo que ha salido y espero que os guste, van a ser un total de tres encuentros.

Zafy reina, para ti con todo mi cariño y mi agradecimiento por tu ayuda y paciencia y en general, por ser como eres. Ojala te guste. (Perdón por mis horrores de ortografía, pero no podía pedirte que betearas tu propio regalo...jejeje)

Nada es mío, todito de J.K, excepto las ideas pornográficas que salen de mi cabeza y que me apetece compartir XD.

CAPÍTULO 1: PRIMER ENCUENTRO.

Era la primera vez que Harry entraba en un club como ese. Era la noche de Halloween y por toda la ciudad se estaban celebrando fiestas especiales, así que cuando Seamus le dijo que si quería salir a tomar algo nunca pensó que se refiriera a ir a un sitio como en el que acababan de entrar, sino más bien a uno de esos locales tan de moda entre los magos jóvenes, llenos de humo, luces y música. Pero se equivocaba, el lugar estaba iluminado muy débilmente, de hecho tuvo que esperar un momento hasta que sus ojos se habituaron a la penumbra. Cuando por fin consiguió ver algo más que manchas oscuras se dio cuenta de que no era un garito como los otros. Para empezar la música estaba muy lejos de ser la habitual en los clubs nocturnos, era una melodía suave y lenta y no estaba muy alta por lo que permitía perfectamente oír el murmullo de las conversaciones. Las paredes eran de piedra, sin ningún tipo de adorno, exceptuando algunas telarañas en los rincones, puestas probablemente para celebrar la festividad. La barra estaba a la izquierda, casi oculta entre dos grandes columnas, como si no quisiera llamar la atención. Pero lo más curioso del lugar era sin duda la cantidad de sofás diferentes que estaban diseminados por todas partes, sin ningún orden concreto, aunque cada grupo tenía en el centro una pequeña mesita baja, más parecida a la que se podía encontrar en el salón de una casa más que en un bar.

-Allí están.- Dijo Seamus señalando hacia la pared del fondo. Harry miró con curiosidad, parándose en seco al ver a quienes se refería su compañero. Eran un chico desconocido para Harry y Draco Malfoy.

-¿Malfoy?- Preguntó sin poder creérselo.- ¿Has quedado con Malfoy?

-He quedado con Jon, un compañero del ministerio.- Aclaró Seamus con aspecto culpable.- Pero sí que me comentó que iba a venir con Malfoy. ¿Te molesta? Ha cambiado mucho desde la guerra Harry, ya no es tan idiota. Pensé que sería una buena oportunidad para limar asperezas.

Harry dudó un momento. Desde que había comenzado su entrenamiento como auror casi no veía a sus antiguos compañeros de colegio. Ron y Hermione se habían casado hacia ya un año, y aunque seguían en contacto ya no era como antes. Ron se dedicaba ayudar a su hermano George con la tienda y Hermione estaba concentrada en luchar por los derechos de las consideradas especies inferiores, así que casi sin darse cuenta se habían ido distanciando. Esa era la principal razón por la que había accedido a tomar algo con Seamus esa noche al encontrarse en los ascensores del ministerio. Aunque le costara admitirlo se sentía solo y no estaría bien que se marchara en ese momento tan sólo por tener que estar un rato con Malfoy, con el que de todas formas se cruzaba habitualmente en el ministerio e intercambiaba sobrios saludos. Podría soportarlo por una noche.

-No te preocupes, vamos. No me matara aguantarlo un rato.- Contestó finalmente el moreno.

-A no ser que te envenene la bebida.- Dijo Seamus riéndose ante la mirada alarmada de Harry.

Sin notarlo habían llegado a le mesa en la que esperaban Malfoy y su amigo, tan al fondo que la zona era aún más oscura que el resto. El rubio estaba tumbado ocupando un sofá azul de dos plazas, justo contra la pared, con una mano por encima de la cabeza y la otra reposando en su pecho. Tenía una expresión ligeramente somnolienta. Llevaba unos vaqueros desgastados y una camiseta gris oscuro, cuyo dobladillo estaba levantado por la posición de Malfoy dejando ver la piel pálida de su estómago, Harry nunca le había visto vestido de forma tan informal ni tan muggle. El compañero de Seamus aún llevaba la túnica del ministerio y estaba sentado, muy serio, en otro de los sofás que quedaba a los pies de Malfoy. Puede que fueran imaginaciones de Harry, pero no parecía muy contento de estar allí.

-¡¡Jon!! ¡¡Colega!!- Saludó Seamus con entusiasmo dándole la mano.- Hola Draco.

-¡¡Finnigan!!- Respondió el aludido sonriendo por primera vez desde que Harry lo miraba.- Me alegro de de que estés aquí, Draco no tiene muchas ganas de fiesta y se niega a levantarse del sofá. Jon McMillan.- Dijo presentándose a Harry que tomó su mano extendida.

-Harry Potter. – La mirada de Jon se desvió irremediablemente hacía la cicatriz de su frente, pero no hizo ningún comentario.- Hola Malfoy.- Saludo el moreno sin entusiasmo.

-Potter, Finnigan.- Dijo a modo de saludo el rubio, sin variar su posición ni un ápice.

-Sentaos.- Invitó Jon, cuya expresión era más animada desde que les había visto.- ¿Qué queréis tomar?

Ambos pidieron unas cervezas y se sentaron a tomarlas tranquilamente, Seamus en el sofá con Jon y Harry en una butaca frente a Malfoy. Resulto que Jon era una persona realmente divertida, trabajaba con Seamus en el departamento de regulación de accidentes mágicos. Acababa de salir de trabajar porque habían tenido una urgencia de última hora, así que decía tener muchas ganas de emborracharse para liberar tensiones. Y no mentía, Harry nunca había visto a nadie que fuera capaz de beber cerveza a su velocidad, aunque había que reconocer que Seamus no se quedaba atrás. Debía ser por sus genes irlandeses. Harry prefirió tomárselo con más calma, pero después de la tercera notó como comenzaba a achisparse. La noche estaba siendo realmente agradable, Jon le contaba anécdotas de su trabajo, cada vez más achispado, y Seamus rememoraba los viejos tiempos de la escuela. El único que permanecía callado, sin tomar parte en la conversación, era el rubio. Tan sólo abría la boca para beber su cerveza y parecía cada vez más adormilado.

Según pasaba la noche, Jon y Seamus fueron excediéndose aún más con la bebida, hasta que Jon comenzó a ponerse de un sospechoso color verde. Seamus, que era el que parecía más sereno, ayudo a su compañero a levantarse entre risas para acompañarle al lavabo.

-¿Necesitas ayuda?- Preguntó solicito Harry.

-No, tranquilo. Ya tengo práctica- Aseguró el irlandés sonriendo.- Tu quédate con Malfoy, ahora volvemos.

Harry les observo alejarse a trompicones camino de los baños. Lo cierto es que el también había bebido más de la cuenta y se encontraba algo mareado, pero intentando que se le notara lo menos posible se giró hacia el rubio con su expresión de indiferencia más elaborada. Le había resultado fácil olvidar que Malfoy estaba con ellos, ya que prácticamente ni había hablado ni se había movido durante toda la velada, pero ya que se habían quedado solos lo más educado era hablar algo con él. El rubio había abierto los ojos y le miraba fijamente, con una expresión extraña en el rostro.

-¿Vas a decir algo esta noche?¿O vas a esperar a que me vaya?- Se aventuró a preguntar Harry con voz de fastidio.

- Mi novio me ha dejado, no me apetece demasiado hablar.- Malfoy había contestado en un tono completamente neutro, podía haber estado comentando el tiempo, pero aún así Harry se tensó en su asiento. Lo que menos esperaba era una confesión así en un momento como ese. Aunque no sabía precisar que le había sorprendido más, que Malfoy hubiera tenido "novio" o que le acabara de contar que le había dejado. Durante unos segundos no supo que contestar.

-Lo siento.- Dijo finalmente. Por primera vez desde que había entrado en el local observo con atención al rubio. La verdad es que estaba casi increíblemente guapo. La ropa muggle le sentaba muy bien, y la camiseta gris que llevaba resaltaba sus ojos y su pálida piel, que aún con la escasa iluminación parecía brillar.

-¿Eres gay Potter?- Preguntó Malfoy, puede que adivinando el significado de su mirada.

Lo cierto es que Harry sí que era gay, aunque aún no se lo había dicho a casi nadie. Ron y Hermione lo sabían, por supuesto, pero lo cierto es que sólo ellos. Había tenido algún rollito insignificante, pero nada más, así que nunca sintió la necesidad de gritarlo a los cuatro vientos aunque tampoco es que lo llevara en secreto. Simplemente no había surgido la oportunidad de contarlo. Le asombraba que Malfoy lo hubiera intuido en tan poco tiempo. Puede que tuviera un radar gay que a él le faltaba.

-Si.- Contestó el moreno con sequedad. La extraña mirada de Malfoy se hizo aún más penetrante.

-¿Alguna vez pensaste en follarme en Hogwarts?- Continuó preguntando el rubio, sin ni siquiera variar su tono de voz. Harry comenzó a ponerse realmente nervioso, pero puede que por causa de las cervezas que se había tomado, no dudo en contestar.

-No.- Dijo sinceramente, con un sudor frio recorriéndole la espalda.- Entonces ni siquiera sabía que me gustaban los chicos.

-¿Te gustaría follarme ahora?- Malfoy entrecerró los ojos y entreabrió ligeramente los humedecidos labios. Puede que fuera tan sólo un movimiento involuntario, pero en ese momento estaba realmente sensual y Harry se dio cuenta, como en una revelación, de que si, le encantaría follárselo. Pero ni toda la cerveza del mundo le haría confesarlo.

-¿Por qué me preguntas eso Malfoy?- A Harry se la había quedado la boca seca, temiendo la respuesta.

-A mi me gustaría que me follaras. O follarte yo.- La voz de Malfoy se volvió suave, casi como un susurro.- Siempre me has gustado, pero antes odiaba que me gustaras.

Harry empezó a sentir un mareo que nada tenía que ver con las cervezas que se había tomado. Sentía como si sus piernas se hubieran vuelto de gelatina, al contrarío que el resto de sus músculos que parecían haberse convertido en plomo. Casi antes de que Malfoy hubiera acabado de hablar se le había despertado una considerable erección, que en ese instante se apretaba contra la tela de sus vaqueros, nebulosamente se preguntó si desde su posición Malfoy podría ver el bulto que había aparecido repentinamente en sus pantalones. Antes de que su cerebro pudiera tomar parte en su acción, Harry separo las piernas para asegurarse de que así fuera.

-Mientes.- Dijo Harry, le hubiera gustado añadir algo más, pero sus cuerdas vocales habían decidido no colaborar.

-¿Eso crees?- Preguntó Malfoy con una sonrisa de medio lado, muy parecida a las que le dedicaba en la escuela.

Harry hubiera querido contestar, pero no pudo. Malfoy había empezado a desabrocharse los botones del pantalón, dejando ver la forma de su propia erección aprisionada en unos calzoncillos azules. El rubio se estiró aún más en el sofá y cerró los ojos con expresión de satisfacción a la vez que se metía la mano derecha en los calzoncillos, lanzando gemiditos de placer cuando esa mano empezó a moverse.

Harry había comenzado a salivar sin darse cuenta. Se había olvidado de que estaban en un bar y de que cualquiera que girase la cabeza hacia ellos y prestara un poco de atención vería a un rubio pajeándose dentro de los pantalones y a un moreno mirándole fijamente con expresión de deseo, aunque estaban en una zona muy apartada y la penumbra probablemente no dejaba ver mucho. Pero Harry no podía apartar la vista de Malfoy, asombrado por el inesperado espectáculo que el rubio le estaba ofreciendo y sintiendo como su erección iba volviéndose cada vez más dolorosa. No podía ver la polla de Malfoy, pero veía los movimientos de esa mano debajo de la tela y estaba excitándose más de lo que podía recordar en su corta vida sexual.

Malfoy volvió la vista hacía él, con la mirada nublada por la excitación y mordiéndose los rosados labios. Había dejado caer su brazo izquierdo fuera del sofá y Harry podía admirar la pálida piel interior de su antebrazo. El moreno sintió la necesidad de arrodillarse y lamer esa zona, probar si la piel era tan suave como parecía e ir repartiendo mordiscos hasta esos enrojecidos labios que en ese instante deseaba chupar y besar más que cualquier otra cosa. Pero sus piernas no le respondían, estaba clavado en la butaca viendo a Malfoy masturbarse. Recordó que debía respirar, pero su respiración salió acelerada y sin ser consciente de ello comenzó a gemir alentando al rubio.

La camiseta gris se le había levantado aun más y Malfoy aprovecho la ocasión para meter por debajo la mano que había estado en el aire y llevarla hasta uno de sus pezones. Harry ardía por la frustración de no poder ver más, ver ese pecho lampiño y esa erección que Malfoy se acariciaba. No podía recordar algo que hubiera deseado más en toda su vida que el tener en ese momento al rubio completamente desnudo ante él. La mano que Malfoy mantenía dentro de sus pantalones aumento el ritmo de su movimiento, apartando algo más el estorbo de la ropa interior y dejando ver una pequeña mata de pelo rubio oscuro que aumento la expectación de Harry e hizo que le fuera imposible reprimir los suaves quejidos que escapaban de sus labios.

Malfoy había vuelto a cerrar los ojos, parecía incapaz de mantenerlos abiertos más tiempo. Sus gemidos eran cada vez más altos y una fina capa de sudor había aparecido en su frente. Con el ceño fruncido y una expresión de total concentración en el rostro Malfoy lanzó un prolongado quejido y arqueó la espalda separándola del sofá. A Harry no le cupo la menor duda de que se estaba corriendo, su propia erección ya era casi insoportablemente dolorosa, lo que le llevo a pensar en si podría alguien llegar al orgasmo sin tocarse, tan sólo viendo como se corría otra persona. Si la sesión de Malfoy hubiera durado un poco más estaba seguro de que él lo hubiese comprobado en sus propias carnes.

-Cuando quieras, aquí estare…- Dijo Malfoy en un susurro. Se cuerpo se había quedado completamente laxo y relajado. Sacó la mano llena de semen de sus pantalones y sin apartar la mirada de Harry comenzó a lamer los restos de su corrida. Siendo apenas consciente de lo que hacía, más guiado por su erección que por su cabeza, Harry recobró el control de sus músculos y se arrodilló ante el agotado rubio, y cogiéndole por la muñeca chupó con veneración cada uno de sus dedos eliminando cualquier resto de semen que pudiera quedar. Admirando su consistencia y su sabor, sintiéndolo resbalar por la garganta y deseando poder probarlo de nuevo.

Malfoy le miraba fijamente, con su sonrisa de medio lado, pero antes de que cualquiera de los dos pudiera decir algo la voz de Seamus las interrumpió.

-¡¡Eh, colegas!! Creo… que mejor nos vamos… Jon no se encuentra muy bien.- Gritó el joven arrastrando las palabras.

Harry agradeció al cielo que seguramente debido a la borrachera que llevaban, ninguno de los dos se había dado cuenta de que Malfoy tenía los pantalones abiertos y de que él estaba arrodillado a su lado aún cogiéndole la mano y manteniéndola casi junto a los labios.

El primero en reaccionar fue Malfoy, que se abrochó discretamente con rapidez y se levantó de un salto para sostener a Jon, que aunque ya no tenía la cara verde parecía haberse quedado inconsciente. Harry cogió su chaqueta del respaldo de la butaca en la que había estado sentado y se la puso delante de los pantalones antes de incorporarse, incomodo por el evidente bulto de sus pantalones.

-Le llevare a casa.- Dijo Malfoy.- Nos vemos Potter. Finnegan.- Al despedirse miró a Harry y volvió a sonreír, aunque esta vez fue una sonrisa triste, como si dudara que volvieran a tener un encuentro como ese.

-Nos vemos.- Contestó Harry, intentando darle la mayor convicción a sus palabras. Seamus simplemente agitó la mano dejándose caer en el asiento de Harry.

Sin decir más Malfoy se desapareció llevando consigo a Jon y todavía mirando directamente a Harry.

-Ahora vuelvo.- Le dijo Harry a Seamus antes de irse a toda velocidad hacia el baño.

Casi no tuvo tiempo de llegar, nada más cruzar el umbral y comprobar que el baño estaba vacío liberó su tremenda erección de sus pantalones y tras un par de tirones se corrió gimiendo sonoramente y lanzando su semen contra el lavabo en el que se sostenía de forma precaria. Tardo unos segundos en normalizar su respiración, pero cuando levantó la vista y se miró en el oxidado espejo sólo tenía una idea en la cabeza. Volver a ver a Draco Malfoy.

Notas finales del capítulo:

Poooor fiiiiiiii...dejadme un comentario y hacedme feliz!!! Y no os preocupéis, el siguiente capi de "En la oscuridad" está en camino, ando con la inspiración subida estos días.