Konbanwa❤!
Espero que todos estén bien y que tengan un bonito viernes.
Antes que nada quiero pedirles una enorme disculpa por el atraso, pues tuve complicaciones en cuanto a contenido e ideas de cómo iba a desarrollarse la trama de este capítulo, pero al final de cuentas me quedé satisfecha (hasta cierto punto) del resultado, el cual es bastante dramático. Bueno, les dejo a continuación las notas y aclaraciones del capítulo:
1).-Bula Papal: Documento que dictamina un decreto, ordenanza o privilegio acompañado de un sello proporcionado de una autoridad, en este caso del Papa y el Vaticano. Este escrito por lo general se caracterizaba por contener una excomunión contra todos los herejes, contumaces y desobedientes a la Santa Sede, y después de leída, arrojaba el papa una tea encendida a la plaza pública, en señal de fulminar el anatema (maldito, apartado).
2).-Marquesa Meiling Von Kleist: Este es un personaje OC que tendrá un papel importante en la vida de Lavi. El apellido "Von Kleist" lo tomé del poeta y escritor alemán Heinrich Wilhelm von Kleist, autor de la obra "La Marquesa de O(1805)"; que fue de esta fusión que nació este personaje cuyo nombre "Meiling" significa "Hermosos Destellos de Piedras de Jade" en chino.
3).-Como desconocemos del pasado de Bookman, así como de su verdadero, pues me tomé la libertad de ponerle un nombre al Panda, el cual significa "Espiritual; profunda reflexión" en chino (recuerden que así como en Japón, los chinos anteponen el apellido y después el nombre, para que sepan identificar el nombre),Advertencia: OOC por parte de Bookman.
4).-Guerra Franco-Prusiana: Fue un conflicto bélico que se libró entre el 19 de julio de 1870 al 10 de mayo de 1871 fue el conflicto más importante que se libró en Europa después de las guerras napoleónicas y previo a la Primera Guerra Mundial y terminó con la completa victoria de Prusia y sus aliados. La consecuencia más importante fue la creación del Imperio alemán.
Bueno, sin más preámbulos los dejo para que disfruten de la lectura.
El sol comenzaba a emitir sus primeros rayos, los cuales delicadamente se colaron por la ventana del cuarto en la que descansaban un hermoso pelirrojo de piel blanca que era abrazado por un moreno guapo de cabello ondulado y negro. Ambos de forma perezosa comenzaron a removerse al sentir como la luz solar empezaba a iluminar sus rostros. Era un nuevo día y era hora de regresar a la realidad de sus vidas, pero eso no quitaba la felicidad que había en sus rostros, pues se habían disfrutado como pareja, como amigos y confidentes, pero también como padres de sus adoradas hijas.
―Buenos días… ―Dijo el pelirrojo en medio de un bostezo, pero eso a Tyki no le importó, ya que aún en ese estado Lavi simplemente se veía tierno.
―Buenos dias …mi conejito... ―Respondió el oji miel tras darle un tierno beso matutino.
De repente, intentaron levantarse, pero no pudieron pues de manera extraña sentían pesados sus cuerpos y no precisamente por los efectos de la "nochecita apasionada" que habían tenido. Por lo que Tyki optó en retirar las sábanas y para su gran sorpresa y la de Lavi ahí estaban, durmiendo plácidamente en medio de ellos un par de gemelas pelirrojas hechas bolita: Yashira abrazando a Lavi y Mirna a Tyki
―¡Wuaaaahh ¿qué rayos hacen aquí?!―Gritaron los jóvenes padres de la impresión, despertando tanto a Mirna como Yashira.
―¿Ya amaneció?―Preguntaron a coro con pereza y en medio de un bostezo.
Kinki no bara ~Aphrodisiac~
FERO MEN (or PHERO MEN)
Taema naku afureru
Tomedo naku koboreru
Kindan no kajitsu wa akaku
Yokoshima ni oboreru
Fushidara ni midareru
Kairaku no tobira o tataku
Atsuki fukaki tsubomi no uzuki
Mayoi madoi tomadou toiki
Kizami tsukeshi mezame no gishiki
Kasukana itami
Ataete yaru sa koyoi omae dake ni
Mai chiru hanabira wa tsumi no kaori
Ataete yaru sa koyoi omae dake ni
Kuchizuke yori amaku sasayaku
Kari some no kotoba wa biyaku
Capítulo XII
Pesadilla
Lavi y Tyki seguían sorprendidos por haber amanecido con las niñas durmiendo en medio de ellos, pues para empezar habían cerrado la puerta con llave para que no pudieran salir en caso de que se despertaran y segundo ¿cómo habían logrado entrar si ellos también cerraron con seguro la puerta? simplemente no sabían, pero tampoco iban a quedarse con la duda. Por lo que cuando ambas niñas se despabilaron, de inmediato iniciaron el interrogatorio.
―¡¿Se puede saber qué hacen aquí?!―Preguntó Tyki con evidente molestia, pero rápidamente Lavi lo aplacó con un fuerte codazo en el estómago dejándolo doblado de dolor, pues había asustado un poco a Yashira y a Mirna, quienes de inmediato se rieron por la escenita.
―Niñas….―Dijo con un tono más calmado. ―Me pueden decir ¿por qué no están en su cuarto?
De inmediato la pequeña Mirna bajó la mirada, pues sentía que había hecho algo malo. Sin embargo, antes de que pudiera darle una explicación tanto a su padre como a su instructor, Yashira se le adelantó:
―Es que Mirna tuvo una pesadilla y empezó a llorar, por eso queríamos ir a su cuarto para preguntarle si podíamos dormir con usted y con papá, pero por más que alcé la voz no me hicieron caso y pues no podía alcanzar la perilla ni con la silla, así que…―Titubeó la gemela mayor por lo que su hermana y ella habían hecho por un momento.
―¿Qué hicieron?―Demandó Tyki con un tono serio, imaginando lo peor, sobre todo de Yashira, quien tenía fama de meterse en problemas con frecuencia.
―Usé mi habilidad para salir con Mirna del cuarto y buscar el tuyo y el de el maestro Lavi.
―¿De qué estás hablando? no te entiendo…. ―Dijo el pelinegro ahora asustado al igual que Lavi, quien le dijo a la niña mayor.
―¿A qué te refieres con que usaste tu habilidad, Yashira?
―Papi, maestro Lavi no regañen a Yashira, por favor. ―Ésta vez intervino la gemela menor. ―Ella usó su poder de atravesar paredes para salir del cuarto conmigo y buscarlos porque yo tenía miedo.
Tanto Lavi como Tyki se quedaron viendo mutuamente por la historia de ambas niñas, pero cuando Yashira se armó de valor para mostrarles que realmente podía atravesar las paredes, simplemente no podían creer lo que estaban viendo e incluso se quedaron callados por un buen rato, lo cual preocupó a las gemelas ya que creían que ambos adultos estaban enojados y por consiguiente iban a castigarlas por lo que habían hecho.
―Yashira… ¿desde cuándo puedes hacer eso? ―Cuestionó el pelirrojo, pues todo parecía indicar que él quería corroborar algo.
―Siempre he podido hacerlo… pero… tuve miedo de que se enojaran conmigo, sólo Mirna lo sabía. ―Respondió con la cabeza baja, esperando un regaño por parte de su padre, quien ahora estaba un poco desconcertado por lo que había visto.
―¿Eso es verdad Mirna?―Cuestionó el joven del parche, quien le dijo que sí, que siempre que tenía pesadillas, Yashira la hacía olvidarse de esos sueños con un pequeño juego de las escondidas por toda el cuarto y luego la mansión.
Por un momento, el ex Bookman y el Noé del Placer se quedaron meditando la situación, pero para no incomodar a las niñas, Lavi les sonrió y con el amor de madre que tenía hacia ellas les dijo:
―No pasa nada niñas, todo estará bien.
―Pero… ¿no están enojados conmigo?―Dijo con atisbo de temor la gemela mayor.
―Sólo un poco…. ―Dijo el moreno acercándose a las niñas. ―Y eso porque no nos lo dijiste antes…
―Intenté decírtelo pero casi nunca estás en casa…. y pues también intenté decírselo al maestro Lavi pero a veces lo veía tan ocupado que mejor no lo molestaba… ―Respondió Yashira jugando con sus deditos por los nervios.
Lavi y Tyki sintieron esa respuesta como un balde de agua lleno de hielos, pues eso les hizo ver la realidad de la situación: descuidaban mucho a las niñas, pero el que más se sentía culpable era el pelirrojo, pues si bien era el institutor de ambas y pasaba más tiempo con ellas a comparación de Tyki y conocía lo que les gustaba comer incluso los cuentos juegos, juguetes, ropa. zapatos y peinados que preferían hasta lo que no les gustaba, lo que querían y lo que no en cuanto a lo trivial. No obstante, realmente no se tomaba mucho tiempo con ellas como para saber lo que realmente sentían o pensaban, sus miedos, sus sueños y pesadillas y fue en ese momento que se dio cuenta al igual que Tyki que tanto Mirna y Yashira querían y necesitaban la atención de su padre y de él, a quien querían, admiraban y respetaban mucho e incluso llegaban a sentir una"conexión especial", similar a la de una madre con sus hijas.
―Bueno, ya hablaremos de esto después del desayuno, ya me dio hambre. ―Dijo el pelinegro al notar que el ambiente se había puesto tan tenso que las pequeñas estaban bastante asustadas por la "travesura" que habían cometido, pero lejos de estar enojados con ellas, era todo lo contrario.
―Creo que tienes razón, pero primero hay que bañarse y arreglarse.―Expresó el pelirrojo captando la idea del lord.
―Oh… está bien… vamos Mirna… ―Dijo la pequeña Yashira ya más tranquila al igual que su hermana gracias a la sonrisa que les regaló el pelirrojo, quienes al ver cómo se encaminaban hacia el cuarto que les tocaba las detuvo (para sorpresa de ellas y de Tyki).
―¿A dónde van?
―Al cuarto que nos toca, no queremos ser más una molestia y… ―Tartamudeó la mayorcita temiendo enojar más a ambos adultos, quienes por inercia las abrazaron como si jamás lo hubieran hecho.
―Oh mis conejitas, las quiero mucho. ―Dijo el moreno aferrándose a las pelirrojas.
―Jamás vuelvan a pensar que son una molestia para nosotros. ―Añadió el ex exorcista con un pesar en el corazón al escuchar semejantes palabras de parte de sus queridas hijas, quienes no pudieron evitar las lágrimas mientras se aferraban a las ropas de sus papás.
Definitivamente tenían que corregir y trabajar muchas cosas como padres, lo cual era evidente que no era nada fácil, pero no por ello se arrepentían de serlo. Por lo que tanto Lavi como Tyki optaron en darse un baño con cada una de ellas: Tyki con Yashira en el cuarto de ellas y Lavi con Mirna. Sin embargo el caso de Yashira los tenía intrigados, pues no se sabía si se trataba de los genes de Noé por parte de Tyki o de una posible inocencia tipo parásito que se estuvieran desarrollando en la gemela mayor, o al menos eso pasaba por la mente del lord, mientras que Lavi hacía memoria de una posible explicación a este fenómeno, pues la explicación de Yashira sobre que "siempre había tenido esa habilidad" lo dejaron pensando.
Entre tanto, en otra parte del mundo; específicamente en la Orden Oscura, las cosas no iban tan bien como deseaba cierto inspector rubio de mirada reacia, que se encontraba en su despacho recibiendo el informe de las últimas semanas de parte de su fiel colaborador: Howard Link.
―¿Aún no saben nada sobre el paradero de Bookman Jr.?―Cuestionó cierto hombre rubio con gesto tosco que gozaba del título de inspector de la rama Central de la Orden Oscura.
―Negativo inspector. ―Respondió un joven rubio cuya frente tenía lunares. ―Es como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra con las gemelas.
―Ya veo… ni siquiera el grupo especial de "los cuervos" ha podido dar siquiera con una pista ¿no es así Link?―Dijo el hombre de 55 años tras beberse su taza de té negro acompañado de unos macarrones dulces.
―Sí, inspector Laverrier… ―Respondió con desánimo el joven Cuervo, pues si había algo que no le gustaba era decepcionar a su superior.
―¿Cómo sigue el asunto del catorceavo en Allen Walker?
―Por el momento no se han presentado anomalías en su comportamiento; todo parece indicar que ha podido controlar sus impulsos desde la última misión que tuvo.
Laverrier ya no siguió preguntando, pues era evidente que toda investigación sobre la desaparición del "hereje Bookman Jr." se había paralizado, pues ni siquiera el escuadrón de los "Cuervos" habían podido conseguir siquiera una pista falsa o rumor sobre el pelirrojo y sus hijas. Sin embargo, eso no significaba que iba a darse por vencido, pues sabía que el pelirrojo estaba vivo, debido a que su inocencia seguía siendo compatible con él, aún estando resguardada por Hevlaska y por otro lado, no se habían registrado anomalías en ella que indicaran que Lavi se había convertido en un Caído, lo cual era sumamente extraño, ya que el chico en definitiva había traicionado a la Orden al anteponer su vida para proteger a una Noé ¿o era posible que esto fuera la voluntad de la inocencia como en el caso de Lenalee? no lo sabía…
―Si averiguas algo, quiero que me informes a la brevedad posible. ―Respondió el hombre tras terminarse su té.
―¡Entendido, señor!―Expresó antes de irse el joven de 25 años, dejando solo a su superior, quien al cerciorarse que su fiel "perro" se había marchado, comenzó un monólogo.
―Al menos me reservé de no decirle "esto" a Cross Marian o ya hubiese sido hombre muerto….―Dijo con una sonrisa malévola al recordar aquella plática con el pelirrojo, al mismo tiempo que se levantaba de su asiento para tomar un libro que resguardaba bajo llave, el cual lucía bastante desgastado y que al abrirlo en la página que buscaba se ensanchó más ese diabólico gesto.
―¿Qué haces aquí Walker?―Cuestionó el joven al ver al albino apoyado en la pared contraria del pasillo. ―Sabes perfectamente que no debes estar espiando cuando estoy con el Inspector. ―Reprochó el rubio un tanto molesto, pues conociendo al menor esperaba saber algo de su maestro o de Lavi, e inclusive de ambos, pero simplemente la respuesta del ex Cuervo fue desalentadora para el chico del Crown Clown.
―Ya veo… así que la búsqueda se ha "paralizado".―Comentó con los ánimos por los suelos el joven de ahora 19 años.
―Lo único que puedo decirte es que el hecho de que la investigación se haya "paralizado", no quiere decir que Lavi esté muerto. ―Dijo Howard con tal de animarlo, pues por alguna razón odiaba verlo deprimido.
―Tienes razón, Link. ―Fue lo único que dijo el oji gris, pues sabía a la perfección que Link era bastante fiel a Laverrier y que no podía referirse a Lavi como su "amigo" enfrente del rubio por el tipo de antecedentes que cargaba el pelirrojo ante la Orden. "Donde sea que estés Lavi, no te des por vencido...". ―Pensaba el albino al mismo tiempo que se dirigía al comedor en donde se encontraban Lenalee y Miranda, así que optó en unirse con ellas para comer y olvidarse un poco del tema de Lavi y de su maestro, aunque no estaba seguro de que eso le fuera a levantarle el ánimo, por lo que decidió que era mejor retirarse a su cuarto junto a su segunda sombra, o séase Link.
―¿Por qué no fuiste al comedor a acompañarlas?―Cuestionó intrigado el rubio de ojos castaños al notar el repentino cambio de opinión del menor, quien con una sonrisa triste le respondió:
―Es que… simplemente no puedo darles la cara después de que les prometí decirles que ya sabías algo de Lavi, no quiero seguir decepcionando a mis amigos con malas noticias sobre Lavi… no cabe duda de que soy un cobarde...―Respondió el chico Walker al mismo tiempo que abrazaba sus piernas estando ya sentado en su cama en señal de derrota.
Link no soportaba verlo así, pues pese a lo que se sospechara del muchacho por ser el huésped del catorceavo nadie lo conocía mejor que él, hasta del mismo Walker o al menos de eso podía jactarse aunque no lo admitiera frente a nadie, ni siquiera de Laverrier ya que los años que llevaba con él no eran en balde, así que se sentó al lado del británico y por inercia acarició esas hebras blancas como la nieve, lo cual desconcertó al joven de estrella en su sien. Era la primera vez que Link le daba una muestra de afecto a él, por lo que le pareció un tanto extraño que una persona tan recatada y amante de las reglas le enseñara ese lado poco usual de su persona, pero aún así se dejó "mimar" por su vigilante desde ya 5 años.
-Micro Recuerdo-
―¿Y ahora por qué lloras?-Preguntó el pelirrojo a la vez que se sentaba al lado de su discípulo en uno de los sofás de la sala.
El albino no respondió, más Cross pudo interpretar aquel silencio como algo serio.
―Hoy… me dijo que ya no quería nada conmigo… que todo este tiempo he sido sólo su juguete sexual… que realmente no me amaba…
―Quien te haya dicho eso… es un idiota.
-Fin del micro recuerdo-
Esbozó una sonrisa de tan sólo recordar aquellas palabras de su maestro, que si bien como persona era un "asco", de vez en cuando decía cosas que valían la pena como en aquel momento. Sí, Kanda había sido un idiota, pero más él al haberse dejado manejar de esa manera, por lo que se había resignado a encontrar el amor con otra persona, ya que le había sido difícil quitarse de la cabeza al espadachín durante todos estos años; hasta creía que todo lo que le estaba aconteciendo era un castigo divino por lo que le hizo a su amigo pelirrojo, cosa que jamás se perdonaría a sí mismo aunque Lavi lo absolvió de aquella afrenta. No obstante, el tener a Link tan de cerca mostrándole afecto le hizo pensar y sentir muchas cosas, como si pudiese encontrar un rayo de esperanza con el rubio, pero al mismo tiempo no quiso ilusionarse, ya que una vez le habían roto el corazón y no quería volver a pasar por eso, además de no estar seguro si el rubio correspondería sus sentimientos, o tal vez era idea suya.
―¿Waker?―Cuestionó el de ojos marrones al notar al menor divagando, quien al escuchar su voz sólo se limitó a sonreírle.
―Perdona Link, estoy algo cansado; no han sido buenos días últimamente para mí. ―Respondió con un semblante agridulce, la cual hizo sonrojar al mayor.
―Bueno, te dejo descansar. ―Respondió el vigilante tratando de controlar el rubor de sus mejillas al mismo tiempo que se incorporaba rápidamente de la cama del albino, que se extrañó del comportamiento del ex Cuervo, quien usó como excusa el tener que llevar unos reportes a Laverrier para salir a toda prisa de la alcoba que compartían los dos.
Allen sólo se limitó a tocar sus cabellos los cuales todavía conservaban la tibieza del tacto de su vigilante, al mismo tiempo que un ligero rubor emergía de sus mejillas y con esa imagen en su cabeza se recostó en su cama y se dejó abrazar por Morfeo. Por su parte, Link se había dirigido al comedor en donde le pidió a Jerry que le preparara unos buenos tragos de whisky en las rocas, pues no podía controlar su mente de sólo rememorar el contacto que había tenido con el chico Crown Clown al igual que su sonrisa, la cual le provocaba un mar de emociones que lo sacaban de su postura de hombre sobrio y riguroso consigo mismo.
―¿Todo bien, inspector Link?―Cuestionó el cocinero de la Orden al notarlo inmerso en sus pensamientos, quien al escuchar la voz de Jerry regresó a la realidad.
―S… sí…
―Sólo no se exceda. ―Dijo el moreno dándole un vaso con agua antes de regresar a la cocina.
Link se le quedó viendo al vaso de agua, el cual por una extraña razón proyectaba la imagen del adolescente de ojos platinos y eso le ponía nervioso, ya que no esperaba tener esa clase de atracción y más hacia alguien de su mismo género; cosa que le preocupaba mucho, pues no se trataba de cualquier persona, sino de su protegido y para acabar: del huésped del catorceavo, lo cual iba en contra de su deber, de las órdenes de su superior, de su posición como miembro de la Central y de sus ideales y moral.
―Gracias por los tragos... ―Dijo el rubio tras beberse el agua de un solo trago, necesitaba distraerse con algo, pues con esa clase de pensamientos no podía regresar a la alcoba que compartía con Walker, ya que no quería imaginar lo que sucedería si algo pasaba.
Sin embargo, no encontró otra manera de distraerse con otra cosa, pues la mayoría de los exorcistas estaban en misiones y por consiguiente los pocos que estaban no simpatizaban lo suficiente con él como para platicar o tener una partida de ajedrez con alguno de ellos, por lo que regresó al cuarto que compartía con el "huésped del catorceavo", pero cuando lo hizo escuchó una pequeña conversación que provenía del departamento de ciencias: se trataba de Komui, quien hablaba por teléfono y que mostraba un semblante serio, poco usual en él; lo que significaba que esa charla era algo importante, y aunque quiso enterarse del tema no pudo, ya que bajo ninguna circunstancia no podía dejar mucho tiempo solo al albino. Por lo que optó en regresar al cuarto donde se encontraba el ser que desordenaba su estricto y disciplinado mundo.
―L… Link… ―Dijo el albino mientras se acomodaba de lado aún dormido.
El ex Cuervo se sobresaltó en gran manera al escuchar su nombre salir de los labios sonrientes de Walker. Definitivamente, esa no iba a ser una noche fácil para el inspector, cuyas mejillas se encendieron cual semáforo en rojo a la vez que posaba su mano sobre su pecho al sentir como su corazón comenzaba a latir más rápido, por lo que decidió darse una buena ducha para espabilarse de aquellos "pensamientos confusos y sucios".
―¡Wuahhh! ¡¿Qué rayos les pasó a su hermosa piel?!―Gritó con histeria cierto pelinegro de cabello largo y que usaba un monóculo.―¡¿Qué es esa ropa?! ¡Tyki ¿a dónde las llevaste?!
―¿Quieres callarte de una buena vez? aturdes con tus gritos. ―Respondió el moreno con suma indiferencia.
―¡No hasta que me expliques ¿por qué mis queridas sobrinas están quemadas de la piel y andan vestidas como hombres con esos shorts?!
―Yo no tengo porque explicarte lo que haga o deje de hacer con mis hijas, así como yo no te cuestiono de cómo educas a Road, así que déjame en paz.―Dijo cortante dando por terminada la discusión. Sin embargo, las niñas de la emoción le contaron a su tío Sheryl que Tyki las había llevado a la playa y que después les agarró la lluvia y por lo tanto llevaban puestos esos uniformes de marinerito que tanto les había gustado y que su papá se los había comprado porque sus vestidos se habían estropeado.
―Tranquilo padre, se ven muy tiernas mis primitas con esos uniformes. ―Opinó Road con una sonrisa pícara en los labios.
―Road tiene razón cariño, aunque no me convence que las niñas usen ropa de niño. ―Respondió sonriente la madre de Road.
―Es verdad, se ven adorables.―Respondió Wisely desde el sillón de la sala.
Tyki ya no soportaba todo aquello, era tan absurda esa discusión que optó por llevarse a las niñas a su cuarto, quienes iban felices, debido a que en el camino de regreso pasaron a una pastelería para comprarles el pastel de chocolate que les había prometido y de paso a una juguetería en donde Mikk (convencido por Lavi) les compró un conejo de felpa a cada una, a los cuales nombraron cariñosamente Tito y Toto. Por su parte, Lavi estaba contento de ver a Tyki interactuar con Yashira y Mirna, lo cual fue una gran sorpresa para el matrimonio Kamelot, pues nunca habían visto al moreno actuar tan paternal con las gemelas, ya que si bien las quería y las procuraba, no se había involucrado tanto como para convivir con ellas al grado de llevarse a la menor en sus hombros, mientras que a la mayor la cargaba con su otro brazo, lo cual también sorprendió a Road y a Wisely ¿qué había ocurrido con el lord Tyki Mikk en ese paseo en familia?
―¿Qué le pasa a Tyki, Lavi?―Preguntó la chica de cabellos azules sin poder evitar que la curiosidad la carcomiera.
―Muchas cosas Road. ―Respondió el joven de ojo verde sin borrar esa sonrisa. ―Pero no hay nada de qué preocuparse.
―¿Cómo qué cosas?―Ahora era Wisely quien estaba preguntando.
―Bueno, digamos que el paseo de ayer y de hoy le ayudó a descubrirse asimismo el buen padre que puede llegar a ser. ―Respondió el pelirrojo con una sonrisa mientras se encaminaba hacia la planta alta para ver a Tyki y a las niñas.
Lavi abrió la puerta del cuarto de las niñas, que para su gran sorpresa el moreno estaba leyéndoles un cuento para que pudieran dormir, pues habían llegado como a las ocho de la noche y era ese el horario de dormir para ambas gemelas, quienes abrazaban sus respectivos conejos de felpa mientras escuchaban la lectura, que a opinión del Bookman Jr. era pésima pero eso no le importó en lo más mínimo, pues sabía que el tercer Noé se estaba esforzando por cumplirle ese "caprichito" a sus princesas. Todo parecía indicar que las palabras de Yashira habían hecho un gran impacto en el moreno y por supuesto en él, tanto que no dudó en entrar a la alcoba de sus hijas, la cual estaba pintada de un rosa pastel con unos toques lilas y decorada con dos repisas llenas de muñecas y otros peluches, un pequeño librero en donde estaban sus cuentos favoritos; dos enormes roperos con repisas para acomodar su ropa, sus zapatos, gorros y guantes; dos mesitas de noche ubicadas en cada costado de la cama con dos pequeñas lámparas, un tocador mediano con su espejo y dos sillas; una mesa en donde tenían un lindo juego de té, así como una enorme casa de muñecas que se encontraba en una esquina del cuarto.
―Hola maestro Lavi….―Dijo Mirna logrando ver al pelirrojo mayor recargado en el marco de la puerta, haciendo que Tyki se despertara, ya que la lectura le había provocado mucho sueño al grado de haberse quedado dormido sentado en una de las sillas con el libro en su cara.
―Al parecer la bruja también le lanzó el hechizo del sueño a su papá junto a La Bella Durmiente.―Dijo entre risas el oji esmeralda al ver como el moreno se había dormido antes que las niñas, quienes rieron ante el comentario de Lavi.
―Ay no, me quedé dormido, lo siento conejitas. ―Expresó en medio de un bostezo que denotaba cansancio por el día que habían tenido.
―Se supone que ellas se iban a quedar dormidas, no tú Bello Durmiente. ―Comentó el chico del parche con sarcasmo que lejos de hacer enojar al Noé del Placer lo hizo sonrojarse de la pena por el comentario del menor, quien se acercó a la cama y tomando el libro y la otra silla que estaba frente al tocador comenzó a leer.
En poco tiempo, las niñas se durmieron junto con Tyki, pero Lavi lo despertó por segunda vez, realmente parecía un niño más en el cuarto además de que se sentía muy cansado, pero tuvo que levantarse. Por lo que ambos adultos apagaron las luces antes de retirarse. No obstante, Yashira y Mirna notaron esto rápidamente y les pidieron a ambos que no se fueran.
―No se vayan por favor… ―Dijo Mirna con esa dulzura con que derretía tanto a Tyki como a Lavi, quienes se miraron con extrañeza.
― Ya es tarde mi cielo, debes dormir. ―Le respondió Lavi con todo el amor maternal del mundo.
―No si no le dan a Tito y a mí nuestro beso de buenas noches. ―Respondió algo demandante la gemela menor mientras se dejaba mimar por su institutor y madre.
―Y también a mí y a Toto. ―Añadió la mayor igual que su hermana, ante lo cual Tyki y Lavi no pudieron evitar una risa acompañada de una sonrisa cargada de ternura, por lo que se acercaron a sus retoñitos para darles "el beso de buenas noches" al igual que a sus conejos de felpa: Tito era de color café, mientras que Toto era de color negro.
―Dulces sueños conejitas. ―Respondió el pelinegro seguido por Lavi, quien cerró lentamente la puerta para no despertarlas.
En el pasillo se encontraron a Trisha que preguntó por las niñas, a lo que ambos padres respondieron que estaban bien y que ya dormían. Por lo que la mujer se dio un respiro de alivio, pero por otro lado les pidió que bajaran al comedor, ´pues Sheryl quería hablar con Tyki de un asunto importante y quería que Lavi los acompañara, cosa que provocó que Tyki revirara los ojos de fastidio, pero Lavi lo controló con un leve codazo al estar frente a su cuñada que los acompañó al comedor en donde la cena ya estaba servida y con Road, Sheryl y Wisely a la mesa esperando a la pareja para empezar a cenar. Esto siempre le resultaba incómodo al ex Bookman por la presencia del Primer Ministro, quien les pidió que tomaran asiento.
―¿Y mis sobrinas?
―Durmiendo. ―Respondió sin rechistar el pelinegro con un tono seco.
―¿Las enviaste a dormir y sin cenar?―Cuestionó el pelinegro mayor un tanto indignado y molesto por la respuesta indiferente de su hermano menor.
―Ellas cenaron antes de que regresaramos a casa, así que no se preocupe. ―Respondió el pelirrojo con una sonrisa antes de llevarse a la boca un poco de puré de papa.
―Lavi, Lavi ¿cuántas veces tengo que repetirte que no me trates de "usted"? somos familia, así que trátame de tú. ―Respondió el Noé de los Deseos al sentirse incómodo por tanta formalidad de parte del pelirrojo, quien simplemente asintió con la cabeza.
Después de aquella respuesta, el silencio se hizo presente al grado de que sólo se escuchaba el sonido de los platos y los cubiertos. Sin embargo, el mismo Sheryl trató de romper aquel mutismo que aparentemente era armonioso, pero para él, Wisely, Road y Trisha era todo lo contrario, puesto que deseaban escuchar sobre lo que había pasado en aquel paseo familiar que habían tenido Lavi y Tyki con las niñas, pero Tyki se mantuvo en silencio enfocado en su cena, mientras que el pelirrojo se sentía fuera de lugar, aunque pudo notar la tensión en el ambiente, así que optó por romper el hielo contándoles lo que habían hecho en la playa.
―¿En serio se lanzaron bolas de arena?―Cuestionó un tanto sorprendida la esposa de Sheryl. ―Ahora entiendo porqué tienes esos moretones.
―Sí, aunque Tyki recibió más pelotazos que yo. ―Respondió el chico del parche con una sonrisa mientras recordaba aquel momento divertido.
―Sí, me tomaste por sorpresa, pero ya te ganaré la próxima vez.―Comentó el moreno ya un poco más relajado y animado por la conversación que Lavi había iniciado.
―Sí claro, cuando Yashira y Mirna te hagan abuelo quizás lo logres. ―Dijo el muchacho con una sonrisa socarrona.
―¡Ja,ja, ja, no puedo imaginar a Tyki de abuelo!―Expresó Road en medio de carcajadas ante el comentario del ex Bookman Jr.―Aunque sería divertido verlo con nietos.
―Es verdad, Tyki es demasiado hermoso para ser abuelo, aunque me da miedo que la vejez vaya a estropear su belleza. ―Ahora fue Sheryl el que le siguió la corriente a Road pero con una expresión de desagrado de tan sólo imaginarse a su hermano todo ruquito.
―Oye hay niños en la mesa y perturbas con tus comentarios. ―Expresó el pelinegro con desagrado.―Además, es lógico que envejeceré algún día, ni que tuviera juventud eterna y no creo que sea tan terrible la idea de tener nietos algún día.―Concluyó con autosuficiencia el moreno, cosa que dejó perplejos a Sheryl, Trisha y a sus dos hijos adoptivos.
―Yo creo que si Tyki es un buen padre, también será un abuelo cariñoso. ―Opinó Trisha con una cálida sonrisa en su rostro, provocando en el joven aristócrata un leve sonrojo por la pena pero contento con lo que pensaba su cuñada, aunque por orgullo no lo demostró, sino que sacó otro de sus comentarios mordaces.
―Sí claro como sea, faltan muchos siglos para eso y si es que alguna de ellas o si no es que las dos quieran casarse o les agrade la idea de tener sus propios hijos.
La cena siguió su curso, la cual se hizo amena y agradable gracias a de Lavi, quien poco a poco empezó a sentirse realmente como de la familia e incluso llegó a interactuar algunas cosas con Sheryl, que quedaba impresionado con la enorme inteligencia del chico; realmente Tyki se había conseguido un "buen partido" ya que se había dado cuenta de que el muchacho era muy guapo y exótico con esa cabellera rojiza y ese ojo esmeralda, pero lo que más le intrigaba era el hecho de que seguía usando un parche. Sin embargo, sabía que Lavi eso no se lo iba a responder, además de que el propósito de la cena era más importante que esos detalles, por lo que cuando llegó la hora del postre, Sheryl llamó la atención de todos los presentes a la mesa con un tintineo en su copa de vino.
―Bueno, ya que estamos todos reunidos aquí, quisiera hacer un breve anuncio antes de finalizar esta cena.
―Al grano Sheryl ¿quieres? tengo sueño. ―Rezongó el tercer Noé de forma muy mordaz, pero gracias a una patada que le dio Lavi por debajo de la mesa (puesto que estaba sentado a su lado), ya que se estaba comportando de una forma demasiado infantil.
―Gracias Lavi. ―Le respondió el Noé de los Deseos en agradecimiento por poner a raya a su hermano. ―Como les decía, dentro de dos semanas habrá un baile en esta casa y…
―Sabes perfectamente que odio los bailes.―Interrumpió el moreno nuevamente y cuando Lavi intentó nuevamente patearlo, éste usó su habilidad para que su pierna traspasara el ataque del pelirrojo, pero al mismo tiempo fue ignorado por su hermano mayor.
―Es un baile en el que se te presentará oficialmente como el Duque de Portugal y por lógica tienes prohibido faltar, es más el mismo señor Conde lo organizó, así que no te queda de otra más que aceptar.―Respondió el Cuarto Noé ahora con una expresión sumamente seria que a Lavi dejó perplejo ya que éste había comprobado una vez más lo doble cara que podía ser el hermano de Tyki e incluso hasta más y con tintes sádicos en sus ojos, mientras que Tyki desvió la mirada llena de rabia.
―En cuanto a ti Lavi. ―Dijo el primer ministro mirando hacia donde estaba el pelirrojo, quien lo vio con intriga. ―Tú serás presentado ante la sociedad como miembro oficial de nuestra familia Kamelot.
―Eh… ¿a qué se refiere con eso?
―Bueno, ya llevas cinco años con nosotros y has demostrado ser una persona de confianza y sumamente importante en la vida de mi hermano y de mis sobrinas, por lo que el Señor Conde te otorgará el título de Sir en recompensa por tu devoción a esta familia, claro después de que Tyki sea presentado oficialmente como el Duque de Portugal.―Respondió con emoción el Primer ministro. ―Así que tú tampoco tienes permitido faltar al baile que será dentro de dos semanas.
El pelirrojo parpadeó varias veces de la impresión por lo que le había dicho su cuñado, quien le dijo que sería presentado formalmente como un primo lejano de Tyki (por lo que llevaría el apellido Mikk) y de la familia que fungía su labor como profesor universitario y que planeaba implementar sus conocimientos en una escuela privada del país. Esto le dio mala espina al joven, pues era muy raro ver que de buenas a primeras su "querido cuñado" y el Conde del Milenio estaban siendo muy dadivosos y simpáticos con él al darle un título nobiliario, cosa que a él no le interesaba en lo más mínimo, pero sabía que discutir con ese hombre y con el Conde podría acarrearle muchos problemas al igual que a sus hijas, por lo que aún así guardó la compostura y no le quedó de otra más que aceptar aquella oferta que aparentemente era tentadora, pero a él le parecía ridícula. Asimismo, el hecho de ser tratado como un "simple primo lejano" le hacía sentirse en cierto modo como un hipócrita y mentiroso, ya que desde hace tiempo no podía expresar abiertamente quien era en realidad y no tanto por el hecho de ser un ex exorcista o un ex Bookman, sino una "madre" que se dedicaba en cuerpo y alma a velar por el bienestar de Yashira y Mirna y no sólo un simple institutor como todo mundo creía.
El reloj marcó las once de la noche cuando la cena se dio por terminada. Tyki estaba furioso por lo que su hermano le había dicho y lo que era peor es que no podía zafarse de esta, ya que el Conde del Milenio estaría presente en el baile. Por su parte, Lavi estaba un tanto pensativo, tratando de descifrar lo que su cuñado estaba tramando, aunque pensándolo bien eso debía atribuírsele al Conde del Milenio, ya que por lo que había dicho Sheryl, él era el principal autor de todo y por lo mismo sabía que algo andaba mal. Ambos suspiraron de cansancio, pues además del día ajetreado que tuvieron, el asunto del baile era algo que los estresaba, en especial a Lavi, ya que sería la primera vez que asistiría a un evento de ese tipo. Al llegar al cuarto del pelirrojo, éste notó que andaba muy pensativo, por lo que no pudo resistir la curiosidad.
―¿Cansado?―Preguntó el moreno al darse cuenta de que el chico estaba estresado.
―Sí, ha sido un día largo y honestamente ya no doy ni una.―Respondió el joven del parche. ―Además, esto del baile me tiene bastante nervioso.
―Me imagino.―Respondió mientras se rascaba la cabeza. ―Será tu primera vez en un evento como ése.
―Tyki ¿por qué te enfadaste con lo del título de Duque?
―Ah… pues… tú sabes que no me agradan esos rollos de la nobleza pero en definitiva lo que más odio son los bailes porque son aburridos, ridículos, están llenos de gente hipócrita que sólo te extiende la mano si estás dentro de sus intereses y…
―¿Acaso está relacionado con algo de tu pasado con Leopold, Tyki?
El futuro duque calló por unos momentos, puesto que definitivamente Lavi tenía una excelente intuición que había pulido a la perfección en esos últimos cinco años y que de no ser porque el viejo Bookman lo desconoció como su sucesor después del nacimiento de las gemelas, ya sería el actual Bookman. Por otro lado, Tyki a ojos de Lavi era ya un libro abierto, pero eso no le importó en lo más mínimo porque se sentía en plena confianza con el joven, a quien le confesó que la razón por la cual odiaba los bailes era porque los hijos de los nobles con los que se codeaba Leopold lo golpearon y se burlaron de él cuando era un niño llamándolo "payo bastardo" "morisco miserable" o en el peor de los casos "ahí va el hijo de la puta mulata", entre otros insultos y que por lo mismo terminaba siendo castigado por por su madrastra o por Leopold, debido a que se defendía de ellos a punta de golpes y más si éstos llegaban a ofender la memoria de su difunta y querida madre. Asimismo, Tyki le contó a Lavi que durante esos bailes Sheryl hacía de cuenta que él no existía y que no le interesó en ningún momento su bienestar, por lo que odiaba que Sheryl organizara fiestas, bailes o cócteles para él porque le era demasiado hipócrita esa faceta de él.
―Ya veo… es por eso que odias los bailes...―Dijo casi en un susurro el pelirrojo con un tono de tristeza.
―Así es…. y honestamente no deseo que mis hijas tengan que asistir a uno. ―Expresó el Noé mientras sacaba un cigarro para empezar a fumar. ―Y más sabiendo el motivo de esas falacias cuando se presentan a las jovencitas por primera vez.―Concluyó exhalando el humo del tabaco.
―¿Te refieres a que las quieran comprometer en matrimonio con algún fulano de esos?
―Sí. ―Respondió el hombre de 31 años volviendo a fumar. ―No permitiré que Sheryl quiera hacer lo que se le pegue en gana con Yashira y Mirna queríendolas casar con alguno de esos imbéciles.
―Yo tampoco lo permitiré; quiero que ellas elijan a la persona con quien quieran compartir el resto de sus vidas, no me importaría si es un príncipe o un deshollinador, pero que sea alguien que las ame y las respete tal como son, así como nosotros. ―Dijo al mismo tiempo que recargaba su cabeza sobre el hombro del moreno, quien dijo:
―Y que sea alguien trabajador, porque de amor no te vas a mantener para comer, aunque el sólo pensar en esa clase de futuro para mis conejitas hace que me deprima otra vez.
―Mi amor ya hablamos hoy de eso, apenas van a cumplir los 6 años en Enero, así que no te deprimas por eso que todavía falta mucho ¿sí?―Dijo el joven parchado tras haberle dado un beso en la sien, pues al parecer el tema de "los nietos" en la cena lo había inquietado bastante.
Tyki soltó un suspiro acompañado del humo del tabaco del cigarrillo, el cual lanzó a la chimenea para así prenderla, debido a que estaba bajando la temperatura y por consiguiente la habitación comenzaba a enfriarse. Asimismo, Lavi se acercó al moreno, ya que notaba que seguía tenso por la situación que se estaba presentando y tal parecía que el hablar del futuro no era nada alentador, sobre todo con sus pequeñitas. Por lo que Lavi optó en abrazarlo por detrás y darle otro tierno beso, pero esta vez en su nuca.
―Tranquilo, pase lo que pase este amor que tenemos nadie nos lo va a quitar...aunque estemos separados...―Confesó el pelirrojo quedando frente a ese rostro varonil adornado con orbes doradas y piel morena que despertaba sensualidad y pasión en su ser.
―Lavi…
―Además, sea cual sea la decisión que tomen Yashira y Mirna para su futuro, lo único que podríamos hacer es apoyarlas para cuando eso suceda ¿sí?
―Lo sé, créeme que lo sé Lavi, pero lo que realmente me preocupa es que la vida que están llevando no es la que les pertenece totalmente a ellas, quiero decir, no quiero que nadie maneje sus vidas y el futuro de ambas; que no tengan pasar lo mismo que nosotros estamos pasando ¿si me explico?
―Sí… sé a qué te refieres… ―Expresó con tristeza el pelirrojo al entender a la perfección a lo que se refería el representante del Noé del Placer.
De nuevo, el silencio reinó en medio de ellos, pues realmente podían ver que la vida de ambos estaba siendo controlada por el Conde y Sheryl parecía disfrutar de todo eso y Lavi no tenía duda alguna sobre todo lo que decía el tercer Noé. Sin embargo, el sólo ver el fuego de la chimenea les hacía relajarse y olvidarse por un momento de sus pesares, al grado de que no supieron en qué momento se acostaron en la cama y abrazándose se quedaron profundamente dormidos.
-Pesadilla de Lavi-
―¿D… dónde estoy….?―Se cuestionó el pelirrojo tras abrir su ojo, pues se infería que se había desmayado.
Lo que terminó por despertarlo fue el peso de unos enormes grilletes alrededor de sus muñecas, así como en sus tobillos y cuello, cuyas cadenas de hierro pesaban a horrores sin mencionar el dolor que le ocasionaban en ese momento. Sin embargo, en ese instante captó que estaba dentro de una jaula, la cual estaba siendo transportada sobre una carreta que era tirada por dos mulas, mientras que a su alrededor podía escuchar voces gritándole "¡Hereje!" "¡Hereje!" "¡Maten al traidor!", así como pudo notar que toda esa multitud estaba vestida de negro, en cuyas túnicas había un emblema que conocía a la perfección: era el escudo de la Orden Oscura, lo cual lo perturbó en gran manera ya que eso significaba que al "hereje y traidor" que iban a ejecutar era nada menos que a él.
―¡No… esto debe ser una equivocación!―Gritaba Lavi con desesperación ante la situación que se estaba suscitando en ese momento mientras su verdugo lo sacaba de la jaula a puros tirones. ―¡No! ¡Yo no soy un…!
De repente, algo le estrelló en la cara al punto de hacerle sangrar parte de la sien, se trataba de una piedra, la cual se la había arrojado alguien muy conocido por él: era de Chaoji Han, quien no paraba de gritarle "¡traidor!" al mismo tiempo que seguía arrojándole más piedras junto con otro pequeño grupo de exorcistas y buscadores que le hicieron segunda pero con todo lo que tuvieran a la mano: verduras, frutas, huevo, e incluso libros, etc. Era una especie de espectáculo medieval en aquel patio trasero de la Orden en donde lo esperaba una multitud de hombres de negro sentados en butacas, como si fuesen a presenciar una función de circo y no una ejecución.
En medio del patio se encontraba una enorme guillotina, aguardando el momento para dejar caer su enorme cuchilla sobre la cabeza de su víctima. Lavi era arrastrado por el verdugo hacia la plataforma donde yacía aquel instrumento infernal, el cual Lavi miraba con horror mientras gritaba e imploraba clemencia. No obstante, entre la multitud pudo vislumbrar a sus entrañables amigos exorcistas Allen, Kanda, Lenalee, Krory y Miranda siendo detenidos por unos guardias de la Orden al tratar de impedir aquel acto sanguinario que se estaba perpetrando, así como algunos miembros del Departamento de Ciencias como Komui, Reever y Jhonny.
―¡Lavi Bookman Jr.!―Exclamó una voz que conocía a la perfección: se trataba de Laverrier.―¡Hoy la Central en nombre del Vaticano y del Papa, te acusa de los crímenes de herejía, traición, actos inmorales y conspiración con el enemigo!―Expresó el inspector de la Central tras haber extendido el documento donde describía la serie de delitos que el Bookman Jr. había cometido, aunque a opinión del joven, nada de eso era verdad.
―¡Por lo tanto, la sentencia será la excomunión y la pena capital por decapitación!―Concluyó Laverrier la lectura de la Bula papal(1) poco antes de que un tea que Link tenía a la mano fuera arrojada hacia el patio.
―¿Excomunión? ¡ja,ja,ja,no me hagas reír Laverrier, yo no soy católico! ¡así que vete al infierno!―Expresó con altanería al mismo tiempo que le escupía en la cara al rubio, quien de rabia por la humillación de éste, lo golpeó hasta hacerle sangrar la nariz, ya que tenía cara a cara al pelirrojo siendo sujetado con fuerza por el sayón.
De inmediato, Lavi fue puesto en la báscula de la guillotina, al mismo tiempo que la multitud congregada en ese escenario tan repulsivo gritaba con más euforia "¡mátenlo!" "¡muerte al traidor!" "¡muerte al hereje!", mientras que el ojiverde gritaba por ayuda, pues tenía claro que lo único que deseaba ese hombre junto a los Grandes Generales, la Central y la Iglesia Católica en general era un espectáculo inquisidor, aunque aquel instrumento de tortura no iba acorde al contexto medieval. Sin embargo, nadie parecía ir a socorrerlo, ni siquiera sus amigos, ya que no podían hacer nada por él; su destino ya estaba escrito: él formaría parte de la historia de la manera más trágica y miserable por lo que dejó de forcejearse contra el verdugo, quien ya lo había empujado al cepo en donde por última vez miró hacia la filosa cuchilla que esperaba ansiosa por él y con lágrimas en el ojo volteó a ver al frente, mirando por última vez una imagen de Tyki y de sus retoñitos mientras susurraba:
"Los amo… "
La cuchilla cayó sobre su cabeza, la cual rodó por el suelo y luego Laverrier la tomó por los cabellos para mostrarla a la multitud junto con los Grandes Generales y celebrar con gran júbilo "la muerte del traidor y hereje", lo cual hizo que su ojo esmeralda comenzara a derramar lágrimas de sangre al ver por última vez a sus amigos: Lenalee y Miranda se desmayaron, mientras que Kanda, Allen y Krory lloraban y gritaban el nombre del pelirrojo amargamente por este hecho, poco antes de que lo cerrara y se dejara devorar por las fauces de la muerte.
-Fin de la pesadilla de Lavi-
―¡Ahhh!―Gritó el pelirrojo asustado por la horrible pesadilla que había acabado de tener al mismo tiempo que se agarraba el cuello con desesperación.
―¡Lavi, cálmate!―Decía el futuro duque en medio de un susto por el repentino grito de su conejito, quien no paraba de temblar. ―Lavi fue una pesadilla, tranquilo...―Expresó el moreno mientras lo abrazaba y éste se aferraba a la camisa de Tyki con fuerza al mismo tiempo que rompía en llanto.
―Ya mi amor, ya pasó...―Dijo el lord sin dejar de abrazar al pelirrojo, quien balbuceaba:
―¡Fue horrible! ¡fue tan real!
―No pasa nada, aquí estoy, tranquilo mi conejito.―Le susurraba el pelirrojo mientras le daba besitos en el rostro para calmarlo, lo cual logró después de un buen rato.
―Tyki… prométeme que pase lo que pase siempre me amarás…. por favor...―Sollozaba Lavi con angustia mientras miraba al lord, quien simplemente lo besó en los labios para luego darle besos en todo el rostro.
―Tontito yo jamás dejaré de amarte, así tenga que dar a cambio todo lo que tengo, tú y nuestras hijas son todo lo que tengo en la vida.―Confesó sin dejar de demostrarle cariño.―Nunca vas a estar solo, yo estaré siempre contigo, no permitiré que nada ni nadie nos separe…
En ese momento, tocaron a la puerta del cuarto del pelirrojo: se trataba de Sheryl y de su esposa preguntando ¿qué había pasado? a lo que Tyki respondió que nada importante, pero fue tanta la insistencia de Trisha que simplemente el moreno no pudo negarle la entrada a su cuñada desde la cama, debido a que Lavi se sentía cansado. Enseguida, la mujer entró junto a su esposo, a quien para nada le agradó que Tyki estuviera en el cuarto del pelirrojo, pero tuvo que aguantarse el disgusto.
―¿Se puede saber qué fue ese escándalo?―Cuestionó el Primer Ministro algo molesto por la hora que era, pero el pelirrojo simplemente no le contestó por el estado de shock en que se encontraba.
―Tuvo una pesadilla ¿sí?―Respondió el hermano menor de éste con el mismo sentir que el mayor, quien dijo:
―Por Dios ¿es en serio? Lavi ya estás lo suficientemente grande para que te andes con niñerías como ésas.
―Lo siento…yo.. ―Fue lo único que atinó a decir el joven tras haber recuperado un poco la calma, pero Tyki lo interrumpió diciéndole a su hermano:
―Cierra la boca Sheryl ¿quieres? lo estás alterando más.
―Ya basta los dos. ―Ésta vez fue Trisha la que intervino para sorpresa de su esposo y cuñado. ―Vayamos a la cocina por un té para que te relajes, cariño. ―Dijo la señora Kamelot con un tono maternal hacia el pelirrojo, quien solamente asintió la cabeza a la vez que se incorporaba de la cama para acompañar a su cuñada a tomar un té pues no parecía una mala idea, pero cuando trató de ponerse de pie le dio un fuerte mareo que lo hizo tambalearse y de no ser porque Tyki lo sostuvo rápido hubiera caído al suelo.
―Me duele la cabeza… ―Dijo casi en un susurro el joven con la respiración un poco acelerada. Por su parte, Trisha se acercó al ex Bookman Jr. para tocar su frente.
―Debemos llamar a un doctor, tiene mucha fiebre. ―Expresó preocupada Trisha al notar que el rostro de Lavi lucía como el color de su cabello. ―Tyki ve a buscar a Mary para que traiga un balde de agua con paños para bajarle la fiebre y que prepare un té de manzanilla para que se relaje, mientras yo le llamo por teléfono al doctor.
―¿Tienen idea de la hora que es? no creo que ningún doctor esté trabajando.?―Reprochó el hombre de cabello largo por la situación.
―Mira Sheryl si no vas ayudar, mejor vete de aquí ¿sí?. ―Espetó ya demasiado irritado el lord por la actitud del mayor que molesto por este hecho se retiró, mientras Tyki envolvía en una sábana al ojiverde, pues empezaba a manifestar escalofríos, para así llevarlo entre sus brazos, cuya respiración ya estaba bastante agitada.―No hay tiempo que esperar, iré en carro a llevarlo a una clínica.
―Está bien, llamaré a la casa de la Marquesa von Kleist para que te atienda, ella sabrá qué hacer.
Dicho esto, el futuro duque salió rápidamente del cuarto para así dirigirse a toda prisa hacia la salida de la mansión y así llegar al estacionamiento a la parte trasera al pelirrojo del Acme Limusine y así encaminarse a la casa de la Marquesa. Entre tanto Trisha hacía una llamada telefónica a la casa de la Marquesa von Kleist, quien era una reconocida doctora y que era una amiga de la infancia, aunque no sabía si era bueno inoportunarle a esas horas de la noche, pero el haber visto al joven Bookman tan mal, no pudo evitar sentirse preocupada por él, a pesar de que era consciente de que no era bueno para su salud, pero estaba cansada también de ser siempre una carga para los demás, por lo que tomó el auricular del teléfono y comenzó a girar la rueda con números para marcar a la casa de su amiga.
―¿Madre qué hace despierta a estas horas?―Preguntó Wisely al verla en el pasillo con el teléfono de pedestal en mano.
―Oh cariño, siento todo este escándalo pero estoy tratando de llamar a una amiga mía que es doctora para que reciba en su casa a tu tío y a Lavi para que lo atienda.
―¿A Lavi? ¿qué tiene?
―Parece ser que está muy enfermo; tiene mucha fiebre y espasmos.―Respondió la madre adoptiva del Noé de la Sabiduría al mismo tiempo que volvía a tomar el auricular del teléfono para volver a marcar, mientras que el peliblanco se quedó pensativo ante la situación.
―Me pregunto ¿quién será a estas horas de la noche?―Decía una mujer de unos quince años que vestía uniforme de criada al mismo tiempo que se ponía un abrigo debido a que hacía bastante frío y sacaba un juego de llaves para abrir la puerta de la mansión que estaba a su cargo.
Tras abrir la puerta, se encontró a un anciano de muy baja estatura que portaba un abrigo de color negro, el cual ostentaba el escudo de la Orden de Exorcistas Negros, lo cual le dio miedo a la joven pues no estaba segura de quien se trataba y mucho menos qué era lo que quería. Sin embargo, el anciano le dijo que no se preocupara, que no iba hacerle daño, por lo que la chica se tranquilizó en ese aspecto, pero cuando el hombre le preguntó por la señora de la casa, ésta se negó a darle información.
―Entienda señor, no diré ni una sola palabra, así que retírese por favor.
―Con todo respeto señorita, debo insistir que es una emergencia que vea a la marquesa von Kleist (2).
En ese momento, una figura se acercó a la entrada con una linterna de aceite y un abrigo que cubría su bata de dormir. Se trataba de una mujer de avanzada edad, como de unos 70 años, pero eso no menguaba su porte elegante e imponente, pero al mismo tiempo emitía una atmósfera de nobleza y sencillez en su mirada de color verde esmeralda y cabello blanco como la nieve, atado a una larga trenza que le llegaba hasta la cintura: realmente era una mujer hermosa. Ante la presencia de la señora de la casa, la criada se hizo a un lado, ya que su ama le había pedido que le diera el paso a la inesperada visita de esa fría noche.
―Honestamente no esperaba tener una visita a estas horas de la madrugada y menos de tu parte. ―Comentó la dama al mismo tiempo que le daba un sorbo a su taza de té de canela y manzana. ―¿Hace cuántos años que no nos veíamos Bookman?
―Cuarenta años para ser exactos.―Respondió el anciano tras haberse llevado un trozo de pan a la boca, puesto que tenía hambre. ―Fue en la primavera de 1865 cuando nos vimos por última vez.
―Sí lo recuerdo muy bien, en ese entonces estábamos registrando los últimos acontecimientos de la Guerra de Secesión en Estados Unidos cuando decidiste partir a Europa, mientras que yo decidí irme hacia el Medio Oriente ¿o me equivoco Yao Shen(3)?
Por un momento hubo silencio, ya que en mucho tiempo no había escuchado su verdadero nombre, lo cual le hacía tener cierta nostalgia que creyó que nunca reviviría hasta que aquella mujer de porte elegante, más alta que él le hizo recordar esa sensación de ser alguien en la vasta página de la historia que secretamente registraba desde hace más de un siglo.
―Dime Shen ¿Cómo me encontraste? no es que me disguste tu visita, pero después de la Guerra Franco Prusiana(4) ya no respondiste mis cartas y por consiguiente ya no supe nada de ti. ―Preguntó la marquesa al mismo tiempo que se incorporaba de su asiento, mientras que Bookman se limitaba a escuchar mientras terminaba de cenar.
―Fácil, sabía que no ibas a dejar de lado esta mansión que alguna vez le perteneció a tu padre, el marqués Dick Von Kleist.
―Entiendo... tienes razón, aunque de no ser porque nuestro padre decidió dejar de lado el título de Marqués por ejercer la labor de Bookman al igual que tú y dejárselo a nuestro difunto tío, quien no nunca tuvo hijos ni esposa, no hubiera podido tomar el puesto de ellos ¿o me equivoco her-ma-no-ma-yor?―Respondió la hermosa anciana de ojos esmeraldas.
En ese momento, su joven criada llegó al comedor diciéndole que una mujer quería hablar con ella por teléfono, por lo que la marquesa le preguntó por la inesperada llamada.
―Se llama Trisha Kamelot.―Respondió la chica.
―¿Qué querrá ahora?―Dijo un tanto extrañada por la persona que se estaba comunicando a esas horas.―Gracias Arantza, vete a dormir; yo me hago cargo de todo.
―Sí, señora.―Respondió la joven antes de retirarse a su cuarto, mientras que la marquesa tomaba el teléfono para hablar con la señora Kamelot.
―Ya veo, sólo porque eres mi amiga los atenderé, así que no te preocupes, yo me haré cargo de todo.―Respondió la mujer de ojos esmeraldas poco antes de colgar el teléfono.―Lo siento Shen, nuestra plática seguirá en otra ocasión, así que ponte cómodo en una de las habitaciones que tengo en la planta alta para que descanses.
―¿Ocurre algo?―Preguntó el anciano desde la entrada del comedor, pues ya había terminado de comer.
―Voy a tener visitas; al parecer uno de los familiares de una amiga está enfermo y necesita atención médica inmediata.
―¿Siempre sí te dedicaste a la medicina?
―Digamos que es mi segundo trabajo; es una forma más fácil para moverse dentro de la sociedad y seguir registrando la historia que hacerlo desde la sombras como normalmente los Bookmen suelen hacerlo.
―Ya veo, así que lo usas como fachada para ejercer tu labor de Bookman ¿o me equivoco Meiling von Kleist?―Expresó el anciano mientras que la mujer de cabellos níveos le esbozaba una sonrisa confidente en lo que preparaba su equipo médico que tenía guardado en un buró que estaba al lado del trinchador.
En ese momento, tocaron el timbre, por lo que la marquesa abrió de inmediato la puerta, dejando entrever a un joven de cabello negro y piel morena que tenía en sus brazos a un joven pelirrojo con parche que no paraba de delirar cosas sin sentido. Enseguida, la señora de la mansión le ordenó a Tyki que pusiera sobre el sofá de la sala al pelirrojo en lo que preparaba su equipo médico. De inmediato la mujer empezó a examinar al chico de pies a cabeza, mientras que el Noé del Placer esperaba impaciente en una silla que había en el cuarto de invitados.
―Esto es terrible… ―Dijo la mujer casi en un susurro, tras terminar de examinar el ojo del joven con el oftalmoscopio, al igual que su ritmo cardíaco con el estetoscopio, pero que el oji dorado pudo escucharla.
―¿Qué ocurre señora?―Cuestionó angustiado el moreno.
―A este chico lo envenenaron...
―¡¿Qué?!
Por su parte, Bookman detuvo en seco su caminar por las escaleras al reconocer la voz de Tyki Mikk desde la planta baja, por lo que bajó rápidamente ya que si el Noé del Placer se encontraba con su hermana, eso quería decir que sabía algo de Lavi y las gemelas. Sabía perfectamente que su conducta no era la adecuada para un Bookman, pero ya habían pasado cinco años desde que le había encomendado junto con Cross Marian al moreno la seguridad de su nieto y bisnietas, por lo que anhelaba saber algo de ellos, aunque fuera una mala noticia para quedarse tranquilo, fuese para alegrarse de saber que Lavi estaba vivo o para entristecerse de que ya estaba muerto.
―Espero que todo salga bien… ―Decía Trisha con preocupación, ya que Tyki no se había reportado en ningún momento y ya casi eran las cinco y media de la madrugada.
―Trisha, amor mío ¿por qué no mejor te vas a dormir? no es bueno para tu salud. ―Decía el Noé de los Deseos con aires de preocupación. ―Mañana por la noche tendremos un gran evento y…
―Querido, deberíamos cancelar todo; dudo mucho que tanto Tyki como Lavi tengan fuerzas como para estar presentes en el baile de mañana, aunque vaya a ser en la noche. ―Sugirió su esposa, más Sheryl no accedió al menos en que Lavi no se presentara a la mera hora por su condición delicada, pero Tyki debía hacerlo así o sí por ser su hermano menor y porque el Conde del Milenio estaría presente.
―No te preocupes querida, tú ve a descansar; yo estaré al pendiente de ellos. ―Respondió el pelinegro con tal de calmar a su mujer, quien accedió después de tanta insistencia por parte de Sheryl.
―¿Envenenado? pero ¿cómo?
―¿Qué comió y bebió antes de venir aquí?
―P…. pues en la cena comimos crema de espinacas, vino tinto, pato a la naranja y de postre una rebanada de pastel de fresas con té de menta y… no puede ser… eso fue hace casi siete horas…
―Tendré que hacerle un lavado gástrico para extraerle todo lo que comió, para que el veneno no siga esparciéndose en su organismo o no vivirá para contarlo; anda ayúdame a moverlo.
―Sí… madame...―Respondió el moreno para ayudar a la anciana a mover al pelirrojo para que pudiera ponerlo en la cama de la habitación de huéspedes que estaba al otro extremo de la sala, pero sin zangolotearlo tanto para que el veneno no se esparciera más de lo que debía. Asimismo, la señora von Kleist le pidió a Tyki que le quitara la sábana con la que lo había envuelto, así como mientras ella preparaba todo para hacerle el lavado gástrico a Lavi. En ese momento la puerta del cuarto se abrió estrepitosamente, exaltando tanto a Meiling como a Tyki, quien se sorprendió al ver al viejo Bookman en el umbral de la puerta.
―Lavi…. ―Susurró el anciano al ver por primera vez en cinco años a su nieto y en tendido en una cama agonizando.
―¿Bookman? ―Dijo aún sorprendido el lord por la presencia del viejo exorcista, quien sin darle importancia a la presencia de Tyki, se acercó al lecho donde yacía el pelirrojo, cuyo rostro lucía como el de su cabello además de estar delirando incoherencias y con la pupila bien dilatada.
―¿Qué le pasó?―Cuestionó demandante el anciano tratando inútilmente de contener el enojo.
―Según el diagnóstico de la señora von Kleist es envenenamiento….―Respondió el joven Noé desviando su mirada de la del anciano, quien le tomó por el cuello de la camisa para empezar a gritarle:
―¡Idiota! ¡confié en ti! ¡te encomendé la seguridad de mi nieto y de sus hijas! ¡y ahora que lo veo después de tanto tiempo, está al borde de la muerte!
―¡Ya basta los dos y ayúdenme en vez de estar peleando!―Los regañó la mujer cuando entró a la habitación con las cosas con que iba a trabajar. ―¡No hay tiempo que perder, este chico se está muriendo y cada segundo cuenta!
Ante la autoridad de la mujer, ambos hombres dejaron de lado su contienda e hicieron todo lo que Meiling les ordenaba, pues su prioridad era salvar al pelirrojo, quien ya comenzaba a manifestar convulsiones y otros síntomas severos a causa del envenenamiento como deshidratación, por lo que ésta le rompió la camisa para escuchar mejor su ritmo cardíaco con el estetoscopio y hacer todo lo posible para mantenerlo hidratado, ya que aunque tenía la temperatura por los cielos, no sudaba ni una gota y eso levantó sus sospechas sobre el tipo de veneno con que se había intoxicado Lavi, a quien le insertó una sonda en la boca hasta que se aseguró de que había topado con su estómago y así iniciar el procedimiento, el cual duró alrededor de dos horas y media y una hora más para estabilizar al joven.
―Otro poco y no vive para contarlo. ―Expresó la anciana de 75 años quitándose la pañoleta que tenía en la cabeza para secarse el sudor del rostro.
―¿Va a estar bien? ―Preguntó preocupado el joven del lunar sentado en el sillón de la sala, mientras que Bookman estaba en uno de los sofás.
―Dependerá de cómo reaccione las próximas horas. ―Le respondió la mujer mientras le ofrecía una taza de té de manzanilla para que se relajara.―Pero por lo que pude observar en el análisis de la consistencia del alimento que extraje de su estómago y el tipo de síntomas que manifestó, se trataba de estramonio.
―¿Estramonio? ―Dijo el moreno con una cara de signo de interrogación, por lo que Bookman se encargó de explicarle que se trataba de una planta cuyas hojas y semillas eran sumamente venenosas y sus efectos secundarios podían ser alucinaciones, delirios, fiebre, deshidratación, convulsiones, entre otros síntomas y que realmente encajaban a la perfección con los que padeció el pelirrojo horas atrás.
Las horas pasaron dando paso a los delicados rayos del sol que se colaban por la ventana de la sala en donde yacían Bookman, Meiling despiertos y Tyki despiertos y a la expectativa del estado delicado del ojiverde, quien reposaba tranquilamente en la cama del cuarto de invitados. Meiling obligó a Tyki que descansara un poco al igual que a Bookman en una de las tantas habitaciones que tenía en la planta alta, pero ambos se negaron a hacerlo, por lo que ella sí se recostó en el sofá para descansar un poco; había sido una noche agitada para todos ellos incluyendo a Lavi, quien iba a quedarse en la casa de la marquesa con la finalidad de ser vigilado por ésta. Definitivamente, había sido como una pesadilla para todos esa noche y más para Lavi, quien aún no recuperaba el conocimiento.
Continuará…
Kajitsu no Keikoku
(Kanon Wakeshima)
negai ga kanau to iu akai kajitsu
yottsu no ashikase to toukakoukan
sono jouken wo hoobareba
nigeru te mo ashi mo ushinau deshou
chuukoku wa hitsudoku henpin fukanou
nao nozomu to iu nara
otabe kudasai
hitotsu kurayami ni tozasare
futatsu namida ni oboreru
mittsu gokuraku ni hodasare
yottsu shuuchi ni sainamareru
Sobre el Capítulo
"Pesadilla"
¿Qué puedo decir? bueno, otra vez mi dolor de cabeza fueron los títulos, que esta vez se la jugaron tres, entre los cuales destacaron "Marquesa Von Kleist" (el cual iba a ser muy obvio, por eso lo descarté), el segundo fue "Baile" porque supuestamente iba a desarrollar esta parte, pero al final de cuentas se salió por la tangente la trama de este capítulo y por eso terminé llamándolo "Pesadilla" por dos razones: la primera es por la pesadilla de la guillotina que tuvo Lavi y la segunda por los momentos angustiosos que pasaron Tyki, Bookman y la Marquesa ante el hecho de que Lavi podía morir a causa del veneno. Por otro lado, tuve un gran debate en cuanto a la escena del envenenamiento de Lavi, pues no tenía planeado hacer algo así, ya que al principio no le encontraba ningún motivo "coherente" para incluir algo así en la historia pero pronto sabrán el objetivo de esta situación y por último me costó trabajo escoger el tipo de veneno para Lavi, pues no quería caer en la típica escena donde intoxican a la persona con cianuro o en el peor de los casos con arsénico (conocido como el rey de los venenos) pues de plano nuestro querido usagi si hubiera felpado, digo muerto y sin protagonista no hay historia, por lo que escogí el estramonio, que además de ser un veneno natural es bastante peligroso al grado de provocar tendencias suicidas en la persona y todos los síntomas que se mencionaron en la historia, entre las que quise destacar fueron las alucinaciones que se manifestaron por medio de la "Pesadilla de la Guillotina".
Asimismo, la aparición de Bookman en la casa de Meiling tiene bastante relevancia para lo que viene, aunque debo admitir que planeaba hacer de otro modo el reencuentro entre Lavi y Bookman, pero bueno, me gustó el resultado final de este evento aunque nuestro pelirrojo haya reconocido al Panda por la situación en la que se encontraba, pero veremos cómo se desarrolla este asunto entre abuelo y nieto (y me incluyo porque ya ni siquiera yo sé que planes maquiavélicos tendrá mi cerebro para el siguiente capítulo).
Por último, pero no menos importante, decidí incluir una pareja más y esa es la de LinkxAllen, bueno eso es lo que quiero hacer se me hace una pareja de lo más linda, incluso prefiero a Allen con Link que a Kanda con Allen o con Lavi (aunque debo admitir que era muy fan de esta pareja, pero llegó mi querida Luna Mikk con la preciosa pareja de lucky y ¡pum! tumbó al LavixAllen y LavixKanda, ja,ja,ja). La pregunta es ¿Se tratará de una simple relación entre vigilante y catorceavo? ¿será pura atracción o efecto de las copas que se tomó el rubio? ¿estará enamorado Allen de Link y viceversa?
Eso ni siquiera yo lo sé xdxdxd
En fin, les doy muchas gracias por todo el apoyo que me han estado brindando hasta ahora con este fic con sus hermosos comentarios, los cuales esperaré con ansias para saber su opinión, puntos de vista, quejas y sugerencias. Asimismo quiero aclarar que próximamente estaré trabajando con el capítulo 3 del fic "Relatos", así que no piensen que me he olvidado de este spin off que también me da gusto que sea de su agrado y que por consiguiente están apoyando con sus favoritos y comentarios.
Gracias por su valioso tiempo y espero que nos leamos de nuevo; ya sea en "La Caída de las Hojas" o en "Relatos".
¡Cuídense mucho!
AstraAltair