*-* Todavía no me lo creo... cuantos reviews de mi fic "Sirviente" estoy emocionadisimo!!!! 3 Y creo que por esta misma emoción me animé a escribir una especie de continuación, pero esta vez no será un solo one-shot, si no muchos entrelazados.

Como ya habréis leido en el resumen, trataran de como comenzó la relación de nuestros dos protagonistas (España y Romano) y no me refiero a la pedida, que ya escribí desde el punto de vista de Romano en "Sirviente" si no como se fué desarrollando hasta la actualidad y como reaccionaron los demás al enterarse (jejejeje)

Espero no decepcionaros y que sigáis ávidamente con cada capítulo este nuevo proyecto mío

Matt ^^

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LA TEMIDA REACCIÓN DE LA HERMANA PEQUEÑA DE ESPAÑA

- ¡¿Qué te has follado a quién?!

Me sobresalté ante el grito de mi hermana pequeña y enseguida siseé un poco para que bajara el volumen.

Hacía ya una semana que Romano y yo habíamos comenzado a salir, y por fin me había armado de valor para hacerlo público. Era cierto que estaba muy asustado, nuestra relación no iba a ser bien vista por mucha gente… pero amaba a Romano y no podía ocultarlo ¡Es que tenía al novio más monoso del mundo!

Antes de contárselo a nadie, tenían que enterarse los miembros de mi familia. Según como se lo tomara mi hermana menor, me pensaría en retrasar un poco más el anunciamiento público. Yo sería el mayor… pero Portugal a veces daba mucho miedo.

La había hecho llegar un mensaje sobre desayunar juntos el viernes diciéndole que tenía que contarle una cosa muy importante. Pronto me llegó su confirmación y dispuse todo.

Preparé su desayuno predilecto y lo coloqué todo en el jardín. No me molesté siquiera en despertar a Romano (que dormía plácidamente en nuestra cama… parecía un querubín entre las nubes ¡Era tan lindo!) por si con la noticia, a Portugal se le ocurría ahogarle en un pozo o algo por el estilo.

Preferí no decírselo al principio, ni durante el desayuno, si no cuando acabara de comerse todo (si no, corría el riesgo de que me aventara el café a la cara o cosas parecidas)

- Bueno, Portugal, ya sabes que te tenía que contar algo muy importante hoy.- comencé titubeante

Ella solamente asintió y no pronunció una sola palabra. Eso era mala señal… ¡que miedo daba su mirada!

- Esto tiene que ver conmigo y con Romano

- Ya decía yo que el criado no estaba por aquí

Carraspeé un poco y asentí buscando las palabras adecuadas en mi mente:

- La cuestión es…

- ¿Sí?

- Que, bueno…

- ¿Qué pasa?

- La verdad es que…

- Habla de una vez, estúpido

- Bueno, qué… esto…

-¡HABLA!- gritó tirándome un trozo de pan a la cara y dándome de lleno. Por eso mismo no quería decírselo cuando la mesa estuviera repleta de comida.

- Romano y yo somos pareja.- dije al fin

- ¡¿Qué te has follado a quién?!

Me sobresalté ante el grito de mi hermana pequeña y enseguida siseé un poco para que bajara el volumen o si no acabaría despertando a Romano:

- Yo no me he follado a nad… bueno, todavía…- una sonrisa estúpida apareció en mi rostro, que pronto fue borrada por el golpe de un tenedor contra mi frente.- Pero me refiero, a que Romano y yo estamos saliendo juntos.

- Muy bien, tú tírate al criado, muy productivo

- ¡Qué no me he tirado a nadie, Portugal! ¡Qué esto va en serio!-exclamé, pero me di cuenta de que había subido demasiado el volumen, y bajé mi tono de voz.- Nos queremos desde que nos vimos por primera vez, pero él era demasiado pequeño como para intentar nada

- Claro, como ahora es TAN mayor.- dijo con un tono excesivamente sarcástico mientras se levantaba y se colocaba a mi lado de pie.

- Ya sé que aún es muy joven, pero vamos a intentarlo

- ¿Quieres que te de mi opinión?- asentí.- ¡Tú eres gilipollas! ¡Deja de follarte al sirviente y de tanto viajecito a las Américas y céntrate! ¡Qué estás a punto de una guerra con los germanos, joder! ¹

Aquella era la reacción que tanto temía por parte de mi hermana. Por un lado sabía que tenía razón, pero es que esas no eran las formas:

- No seas así conmigo, Portugal… que bastante culpable me siento ya por dejar a los niños solos ² y ser un pederasta con Romano.- murmuré

- Tú lo que eres es un imbécil ¡Es que no tienes sesos en la cabeza!- me gritó mientras me pegaba un capón tan fuerte que casi estrella mi cara contra la mesa.- ¡Deja de pensar con la polla y utiliza el cerebro de una vez!

Me levanté sobándome un poco donde me había golpeado y comencé a recoger la mesa, mientras Portugal me seguía de un lado a otro regañándome a voz en grito. Romano ya se habría despertado, pero había sido listo y sabiendo que Portugal andaba por allí no había bajado.

Cuando acabé de fregar todos los platos, cogí mis utensilios de agricultura y me fui a la plantación de tomates para recoger algunos para la comida:

- Pues ya verás cuando se enteren los demás.- finalizó su retahíla Portugal

- Ya lo sé.- dije mientras metía dos tomates en la cesta que portaba mi hermana.- Me van a acusar de pederasta

- Y con razón, aún es un niño

- Ya es un adolescente.- repliqué

- Para el caso, tú le sacas bastantes años.- dejó la cesta en el suelo y se arremangó aún más los bajos de su falda color chocolate para no mancharse.

- No puedo remediarlo, ya me he contenido demasiado.- suspiré

- Eres un pedófilo.- dijo cambiando su mirada y tono a uno un poco más burlón.- Entre los Américas y este te estás haciendo un harén

Me giré fulminándola con la mirada, y la iba a dar un pescozón para que respetara a su hermano mayor, cuando ella ya me había lanzado un tomate que se había estrellado en mi cara:

- Ya te he dicho un millón de veces que no me levantes la mano, estúpido

Me limpié el rostro con el dorso de la manga y seguí con mi trabajo. Ya casi era mediodía y debía darme prisa en recolectar unos cuantos para que me diera tiempo a volver a casa y hacer la comida. Tenía ganas de comer en el cuarto con Romano:

- De todas formas, no deberías criticarme tanto, Portugal. Yo no me meto en tus líos amorosos.

- ¡Yo no tengo ningún lío amoroso! ¡No me difames!- gritó antes de darme un pellizco en el brazo

- Vamos, reconócelo. Estás jugando a dos bandas entre el fortachón de Angola y la bellísima Brasil

- No juego a dos bandas, solamente disfruto de la compañía de ambos.- se justificó

- De la compañía y del sexo.- enfaticé sobretodo la última palabra

- Bueno, unos follan con sus criados, yo tengo dos amantes. A gustos colores.- me contestó sonriente mientras se colocaba un poco el peinado que llevaba con su pelo corto del mismo color que el mío.

- Portugal, cuídate de esas relaciones, que vas a acabar saliendo mal parada. Yo que tú me decidía por alguno.- puse otros tomates en la cesta.- Brasil es una chica guapísima y muy amable. Angola es un chico fortísimo y con un sentido del humor muy grande. Se que la decisión es difícil pero elige a uno de los dos.

- ¡No me des órdenes! ¡Sobre mi no mandas!- gritó a pleno pulmón

- No era una orden, solo era un consej…

- Me voy a mi casa, ya me he hartado de tus idioteces.- me cortó de pronto.

Dejó caer la cesta al suelo y colocándose su falda comenzó a alejarse de mi a grandes zancadas. Suspiré y recogí los tomates que se habían salido del cesto antes de gritarle:

- ¡¿Vendrás a comer el domingo que viene después de misa?!

- ¡Cómo no haya bacalao te cocino a ti!

Sonreí antes su respuesta y recogiendo los últimos tomates me marché a casa cargando con la cesta. Tampoco se lo había tomado tan mal.

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1: La historia se desarrolla en torno al 1700, fechas en las que comenzó la Guerra de Sucesión Española.

2: Se refiere a los Américas, los países latinoamericanos que estaban bajo el mandato español.