¿Y qué dijeron? "¿A esta ya se le olvidó y lo va dejar así?" Pues no :). Mi vida ha cambiado mucho en el tiempo transcurrido. Estoy bastante feliz, bastante plena, y bastante conforme. Tengo una nueva vida, estudio algo que me gusta, estoy en un buen ambiente y me he rodeado de personas que han cambiado mi vida para bien… Soy feliz…

Y ahora, debo darles las gracias por su tiempo, su paciencia y apoyo. Agradezco infinitamente a todos y cada uno de mis lectores, que desde un principio han estado al pendiente de esta historia, agradezco a todos aquellos que se toman la molestia de comentar. Gracias, realmente muchas gracias. Han sido un gran apoyo para mí…


Capítulo Diez.
"Y entonces nació…"


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Despertó de golpe sobresaltado al sentir el líquido frío impactarse contra su cara; sintió sus pupilas dilatarse a causa de la luz. Lentamente comenzó a acostumbrarse mirando todo a su alrededor, recordando su situación.

Miró con vergüenza a la chica que tenía frente así. Ella le devolvía una mirada de ira y extrañeza.

—Eres un jodido enfermo—Fue lo que ella pronunció mientras masajeaba una de sus sienes en señal de frustración. —¡Te dije que no te acercaras mas a mí! —Le dijo después mientras evitaba golpearle nuevamente.

Un ligero silencio se hizo presente entre ambos jóvenes. La observó; estaba molesta, y todo por su culpa.

Joder; todo lo echaba a perder.

Sólo pretendía disculparse y se iría por donde había llegado. Había que admitir que ahora que lo pensaba con más detenimiento eso había sido una idea muy estúpida pero no estaba pensando realmente lo que hacía.

Simplemente paso y ya. Se mantuvo nuevamente pensativo unos momentos; ¿Qué debía hacer ahora? Cada palabra podía ser usada en su contra, y el bat sujeto firmemente en la mano de la chica le indicaba que no dudaría en golpearlo nuevamente si decía una incoherencia.

—Espero que tengas dinero, The Hedgehog. —Las fianzas por acoso están bastante elevadas en estos tiempos—Mencionó de repente la chica mientras hacía ademán de querer usar su celular.

Sintió un escalofrío recorrer su vértebra, si bien era conciente de que esa posibilidad podía ocurrir, no dejaría que ella lo hiciese sin siquiera escuchar lo que el quería decirle.

—Blaze, espera—Intentó llamar su atención. —Necesito decirte algo, por favor. —Pidió casi en súplica mientras le miraba directamente a los ojos con una expresión de tristeza en el rostro.

Sintió un nudo en su garganta y no pudo evitar negarse a esa petición. Algo en su interior le decía que debía escuchar, pero su sentido común luchaba por hacer exactamente lo contrario.

—Tienes dos minutos—Fue lo que ella pronunció mientras dejaba su celular de lado. —Corre tiempo.

La observó, tan fría, tan serena, tan molesta. Era realmente hermosa. Miró unos momentos sus ojos y no pudo evitar sentir como una daga se clavaba en su corazón al notar que ella había derramado lágrimas por su estúpida culpa.

—Escucha yo… —dudo un momento en continuar— Se qué he sido un completo imbécil todos estos años… sé que he hecho estupideces, que te he ridiculizado, que he sido un patán, que me comporto como un gorila en celo—La mirada de desaprobación de la chica le hizo detenerse un momento. —Se qué no soy el mejor hombre de este mundo, y sé que ciertamente no merezco ni siquiera me dirijas la mirada—Sintió como las palabras se atoraban en su garganta y tuvo que parar.

Ella simplemente se limitó a observarlo, esperando.

—Soy un estúpido, Blaze… eso lo sé de sobra. —Una sonrisa torcida se formo en su rostro—Pero soy el estúpido que más te ama en este mundo—Le confesó mientras dirigía su mirada hacía otro lado y sus mejillas se tornaban rojas.

Lo observó. No supo como realmente tomar esas últimas palabras. Un ligero sonrojo se apodero de sus mejillas, ni siquiera sabía porque, pero su corazón comenzó a latir con intensidad.

—Te amo más de lo que mi estúpido entendimiento podría definir… sé que soy un imbécil al esperar que tu sientas algo por alguien como yo… —un momento de silencio se hizo presente, pues lucho para contener las lágrimas. —Pero daría cualquier cosa, solo para que me perdonaras… —Admitió mientras sus ojos se volvían vidriosos, y mantenía la cabeza baja. —Sé que lo que hice no tiene justificación, ni siquiera yo mismo sé porque… —Una lágrima se escapó. —Perdóname…—Se limitó a decir.

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La hora de la verdad había llegado; luego de años, se enfrentaría a su rival. No sabía a ciencia cierta que pasaría, era conciente de que probablemente terminaría golpeado y en una cama de hospital pero realmente eso ya no importaba.

No dejaría que nada ni nadie se la llevase de su lado, la amaba más que a nada en el mundo y si había que sufrir, lo haría.

Y fue entonces cuando sintió el contacto de su puño contra el rostro de su rival. Aún no podía creer que eso estaba pasando.

Se tocó la zona afectada, entre desconcertado y molestó. Eso había dolido.

—Estás muerto, faker. —Fue lo que el de ojos rojos había pronunciado mientras la peleaba comenzaba.

Sintió su corazón romperse en mil pedazos al ver el daño que Shadow estaba causando en su adorado, pero ¿Qué podía ella hacer? No podía separarlos, aquello era demasiado intenso incluso para su fuerza descomunal.

Los observó, lentamente la sangre y la tierra se mezclaba en las ropas de ambos, y aún a pesar de la poca luz que la farola de aquel parque emanaba era plenamente visible para su vista.

—¡Paren! —Había gritado entre sollozos mientras hacía el intento de acercarse.

Y sin embargo ambos muchachos no le escuchaban; aquello era personal, la mujer que decían amar estaba en juego y eran demasiado orgullos como para perder.

Las fuerzas se le iban, la desesperación le invadía. Gritó, gritó con todas sus fuerzas deseando que algún alma piadosa se acercara y apartara a ambos chicos de aquella golpiza mutua, pero al parecer ningún nocturno se encontraba a los alrededores.

—¡PAREN! —Gritó con más fuerza, y sintió como las fuerzas se le iban, cayendo al suelo fuertemente de rodillas presa de la histeria y el llanto. Entonces, todo en silencio se convirtió.

Ambos la observaron, solo se limitaron a observarla. Notando como sus bonitos ojos se llenaban de lágrimas y como ni siquiera ella se había percatado de que sus rodillas comenzaban a sangran a causa del golpe anteriormente dado.

—Amy—La voz de Sonic le hizo volver a la realidad.—Ella le dirigió una mirada de infinita tristeza y se abalanzó sobre el, como si la vida se le fuese en ello. —¡Me alegra tanto que estés bien! —Dijo sin pensar mientras le abrazaba con todas las fuerzas que tenía en su cuerpo, manchando su vestido con la sangre del chico.

Y lentamente le correspondió, ya no había dudas, ella también le amaba. Sintió como un alivio en su corazón se hacía presente y por un momento el dolor cesó.

Nada importaba ya, ahora todo estaba claro, y nunca más la dejaría ir de su lado, no importaba si Shadow aún quería molerle el cuerpo a golpes, ahora sabía que ella le quería y eso era lo único que le mantendría de pie.

Lucharía todo lo que fuese necesario para mantenerla a salvo.

Los observó un momento, realmente eso no lo hubiese esperado; después de todo, las cosas podían cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Había deseado seguir golpeando al imbécil hasta dejarlo irreconocible, pero ¿Eso serviría?.

Era doloroso saber que ella había dejado de quererlo, pero en un primer plano, quería hacerla feliz. Sonrió con tristeza al observar que ella se había olvidado por completo de que el seguía ahí.

—Faker—Se decidió a hablar nuevamente, mientras se ponía de pie con la clara intención de marcharse. —Cuídala bien—Fue lo único que se limitó a decir, mientras emprendía su camino.

Lo observó, sonriendo ligeramente; después de todo el no era tan bastardo como hubiese pensado. Había aceptado su derrota de manera digna, y la había dejado ir. Ahora se había ganado su respeto.

La observó; aferrada a su pecho con firmeza, derramando lágrimas de tristeza y preocupación mientras susurraba cosas que francamente no estaba en condiciones de entender en ese momento.

—Amy—La voz del chico le hizo reaccionar. —Tranquila, ¿Sí? Ya todo ha pasado—Intentó calmarla mientras acariciaba su cabello con delicadeza. —Ya todo está bien. —Le aseguro con una de sus sonrisas tan típicas, conteniendo una mueca de dolor.

Ella le observó, entre preocupada y molesta. —¡De qué estás hablando! ¡Mira nada más como estás! —Había dejado bastante claro que planeaba regañarlo. —¿Te sientes bien? —Le pregunto mientras hacía el intento por limpiar sus mejillas.

Sonrió dolorosamente y asintió. —Soy un hueso duro de roer—Aseguró mientras masajeaba ligeramente una de sus costillas. —Estaré bien, no te preocupes…—Y sin embargo está vez se equivocó.

Lentamente todo se volvió negro. Se desmayó…

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—Perdóname—Había pedido el muchacho mientras, unas pequeñas lágrimas corrían por sus ojos.

A ciencia cierta no supo que era lo que le había llevado a eso, pero cuando pudo darse cuenta, sus piernas le habían llevado hasta el.

Le había besado.

Y no supo ni siquiera porque, simplemente pasó. Le estaba besando, con ternura, con un sin fin de emociones que en ese momento no pudo descifrar en ese momento.

—Silver…—Había intentado hablar, recobrando la compostura, pero le fue imposible, su comportamiento le había delatado terriblemente. —Yo también te amo, maldito torpe—Se atrevió a decir sin siquiera pensárselo demasiado. ¿Qué ganaba con ocultarlo? Hacía demasiado tiempo que se lo había cuestionado.

Bien decían que del odio al amor solo hay un paso y ahora lo entendía todo. Se había enamorado del chico que siempre había hecho su vida escolar bastante difícil, que ironía tenía la vida.

El sonrió, con alegría, sintiendo como su corazón latía como un loco, notando apenado como su cara había tomado un tono carmín.

Y no supo cuando tiempo transcurrió, simplemente se quedo ahí, asimilando lo que había sucedido. Hasta que el entumecimiento de sus piernas le hizo volver a la realidad.

—Blaze—Había pronunciado intentando llamar su atención.—Ella solo le observó, esperando que continuara. —¿Podrías ayudarme a salir de aquí? —Pidió el chico.

Ella sonrió divertida y simplemente se limitó a quitar el seguro que la ventana contenía, observando con diversión como el chico caía sobre el bote de basura que había utilizado para subir.

—Eres un tonto—Fue lo que ella pronunció—Nos vemos mañana—Fue lo que ella pronunció sonriendo, mientras cerraba la ventana.

No pudo evitar sentir como la felicidad le invadía. De no ser porque sus piernas no le respondía, habría saltado de un lado a otro como un niño pequeño que tiene un juguete nuevo.

No podía evitarlo. Había llegado con la firme intención de disculparse he irse sin más; pero ni en sus mejores sueños hubiese podido imaginar que todo eso pasaría.

Una duda comenzó a surcar su mente. ¿Y ahora que pasaría? ¿Serían algo más que amigos, o solo quedaría así? Oh, maldita sea, ahora no podría dormir a causa de semejante incertidumbre.

Decidió entonces que buscaría la manera correcta de que ella le diese un si, después de todo, ya tenía la mitad de la guerra ganada.

Se puso de pie, sintiendo lentamente como sus piernas nuevamente comenzaban a reaccionar, sonriendo con diversión al sentirse tambaleante; caminando en dirección a su habitación, rogando mentalmente porque nadie notara que estaba fuera de este a altas horas de la noche.

·.·

Despertó de golpe sobresaltado; blanco, todo era tan blanco y pulcro. Cerró los ojos a causa de la luz entrando en sus pupilas, y nuevamente los abrió lentamente acostumbrándose a la luz.

Se encontraba en el hospital. Miró hacía todas direcciones, buscando con desesperación a la chica de cabellos rosas, más ella no se encontraba.

Había intentado ponerse de pie, pero el dolor en su costilla le hizo retroceder a su posición original. Se sintió triste por un momento, estaba solo.

Intentó recordar que era lo que había sucedido, no recordaba todo con claridad, sabía que Amy estaba con él, pero después de perder la conciencia no tenía idea de que era lo que había pasado con ella.

El sonido de la puerta le hizo distraerse, miró con cierta alegría y alivio a la chica que entraba por aquella puerta; tenía una cara de alegría y preocupación en el rostro.

—¡Nunca vuelvas a asustarme así, Sonic The Hedgehog! —Le ordeno mientras se abalanzaba contra el y le daba un fuerte abrazo, provocando una mueca y quejido de dolor por parte de éste. —Lo siento—Se disculpó.

—No hay cuidado, hermosa—Fue lo que el pronunció. —¿Cómo te encuentras? —Pregunto el chico mientras la observaba fijamente.

—Estoy bien, ¡Vaya susto me has dado! Dos costillas rotas, y bastantes contusiones en la cabeza. —Le informó. —Pero gracias al cielo estás bien—Le dijo después mientras le tomaba de la mano y le dedicaba una sonrisa sincera.

Unos momentos de silencio se hicieron presentes, hasta que se decidió a hablar.

—Entonces Amy, ¿Realmente me amas? —Pregunto el chico, intentando no tentar a su suerte.

Ella solo le observo, entre divertida y un tanto molesta. Unos momentos de silencio se hicieron presentes y ella sonrió, otra vez.

—Debo amar a mí novio—Fue lo único que ella dijo, causando una mueca de sorpresa y extrañeza en el chico.

—¿Novio? —Preguntó incrédulo. Y no era que eso le molestase, simplemente le había tomado por sorpresa.

Ella dio una risita divertida y asintió.

—¿A caso esperabas besarse sin tomar toda la mercancía? —Fingió estar ofendida— No, no, no. Si lo pruebas, te lo llevas—Agregó con diversión.

Sonrió con alegría y asintió.

—¿Sabes que sería genial, en este momento? —Dijo de repente el chico mientras le observaba, seductoramente.

—¿Qué cosa?

Una sonrisa de coquetería se formo en su rostro.

—Probar la mercancía otra vez—Admitió con diversión. A lo que ella simplemente sonrió, dándole un ligero beso.

—Te amo, idiota—Le dijo después, mientras le abrazaba suavemente.

—Y yo a ti, hermosa.

Había que ser sincera, aún no aceptaba del todo la situación, pero no le molestaba. Había una parte de ella que le decía que eso estaba mal debía odiarlo, su venganza le decía que así debía hacerlo, pero ya nada importaba.

Se había enamorado del chico por el cual había encontrado más de cien razones para odiar, y que al fin de todo, no odiaba tanto como hubiese aparentado. Sonrió con diversión al recodar sus motivos y no pudo evitar sentir un pequeño deje de nostalgia.

Ahora todo sería diferente, de eso no tenía duda. Ya ni siquiera importaba que pronto la escuela les suspendiera por el hecho de haber salido de las instalaciones a altas horas de la noche, no importaba que sus padres le castigaran y que seguramente Blaze estuviese con el alma en hilo porque no había llegado en toda la noche a dormir.

Ahora tenía una nueva lista que llenar y eso le haría feliz.

Ahora encontraría cien razones para amar a Sonic The Hedgehog… y estaba segura que tendría aún más…


FIN.

Me siento bastante conforme con el cómo ha quedado.
Siendo sincera, y con sus perdones, no pretendo cambiar ni una parte de esto… lo planeé desde un principio así y me ha gustado de principio a fin, con todo y lo cursí que ha salido.

Agradezco enormemente a todas las personas que me apoyaron en el camino, gracias, desde lo más profundo de mi corazón. Las palabras no bastan para darles mi agradecimiento; a su tiempo, y por ayudarme a progresar con mi escritura… gracias, gracias, gracias :')

Así mismo, les tengo una pequeña sorpresa, que ya vendrá después… no se desesperen, ya estoy trabajando en ella, puede que me tarde un poco, pero se las tendré lista, en menos de lo que esperan ;)

Se cuidan y muchísimas gracias por leerme.
Atte.
Gri.